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CHARLAS DE FORMACIÓN EN LA FE – “AMORIS LAETITIA”

PARROQUIA SAN ROQUE – SURCO

PREMISA

¿Qué realidad se constata


entre los fieles acerca del
matrimonio y la familia?
En líneas generales, se constata
un vivo deseo de la familia a
pesar de la crisis matrimonial y
familiar. Por ello, no resulta
extraño que el documento
empiece proclamando la alegría
del amor.

¿Cuáles son los logros de los dos últimos Sínodos de los Obispos?
Los logros de los dos últimos Sínodos de los Obispos (octubre 2015 y
octubre 2016) son:
 Conocer la situación de las familias en el mundo actual.
 Ampliar la mirada eclesiástica acerca del matrimonio y la
familia.
 Reavivar la conciencia sobre la importancia del matrimonio y
la familia.

¿Esta Exhortación Apostólica Post-Sinodal está desligada del


Magisterio anterior?
El documento habla de una fidelidad y de una renovación: “La
reflexión de los pastores y teólogos, si es fiel a la Iglesia, honesta,
realista y creativa, nos ayudará a encontrar mayor claridad” (n. 2).
Por tanto:
 Se debe evitar un deseo desenfrenado de cambiar todo sin
suficiente reflexión o fundamentación.
 Se debe evitar una actitud de pretender resolver todo
aplicando normativas generales o derivando conclusiones
excesivas de algunas reflexiones teológicas.

Entonces, ¿cuál debería ser la actitud?


Ante todo, una actitud abierta al conocimiento y aplicación
progresivas: “En la Iglesia es necesaria una unidad de doctrina y
praxis, pero ello no impide que subsistan diferentes maneras de
interpretar algunos aspectos de la doctrina o algunas consecuencias
que se derivan de ella” (n. 3). Por eso, se ha de procurar ver todo con
la mirada de Cristo, que es una mirada de misericordia.

¿Qué es lo que movió al Papa a escribir este documento?


El motivo del documento es el conjunto de preocupaciones sobre el
matrimonio y la familia por parte de los pastores de la Iglesia: “El
conjunto de las intervenciones de los Padres, que escuché con
constante atención, me ha parecido un precioso poliedro,
conformado por muchas legítimas preocupaciones y por preguntas
honestas y sinceras” (n. 4). El Papa Francisco quiere ofrecer
consideraciones que orienten la reflexión, el diálogo y la praxis
pastoral, por una parte; y por otra, ofrecerá aliento, estímulo y ayuda
a las familias en su entrega y dificultades.

¿Cuál es la razón de ser del documento?


El sentido del documento se observa en dos claves:
 Es una propuesta para las familias cristianas, que las estimule
a valorar los dones del matrimonio y de la familia, y a
sostener un amor fuerte y lleno de valores como la
generosidad, el compromiso, la fidelidad o la paciencia.
 Es un aliento a todos para que sean signos de misericordia y
cercanía allí donde la vida familiar no se realiza
perfectamente o no se desarrolla con paz y gozo.
¿Cuál es la estructura del documento?
El documento está dividido en 9 capítulos:
 CAP. I: A LA LUZ DE LA PALABRA: Se trata de una
apertura inspirada en las Sagradas Escrituras.
 CAP. II: REALIDAD Y DESAFÍOS DE LAS FAMILIAS:
Se contempla la situación actual de las familias en orden a
mantener los pies en la tierra.
 CAP. III: LA MIRADA PUESTA EN JESÚS:
VOCACIÓN DE LA FAMILIA: Se estudian algunas
cuestiones elementales de la enseñanza de la Iglesia sobre el
matrimonio y la familia.
 CAP. IV: EL AMOR EN EL MATRIMONIO: Se trata
sobre el amor en el matrimonio a partir del «Himno de la
Caridad» (1 Cor 13, 4-7).
 CAP. V: AMOR QUE SE VUELVE FECUNDO: Se trata
sobre el amor en su fecundidad y generatividad.
 CAP. VI: ALGUNAS PERSPECTIVAS PASTORALES:
Se abordan algunos caminos pastorales que orienten a
construir hogares sólidos y fecundos según el plan de Dios.
 CAP. VII: FORTALECER LA EDUCACIÓN DE LOS
HIJOS: Se habla sobre la educación de los hijos.
 CAP. VIII: ACOMPAÑAR, DICERNIR E INTEGRAR
LA FRAGILIDAD: Se trata de una invitación a la
misericordia y al discernimiento pastoral ante situaciones que
no responden plenamente a lo que el Señor nos propone.
 CAP. IX: ESPIRITUALIDAD MATRIMONIAL Y
FAMILIAR: Se ofrecen unas breves líneas de espiritualidad
familiar.

Discurso de S.S. Francisco en la Clausura del Sínodo de los Obispos (I)


(24 de octubre de 2015)

Mientras seguía los trabajos del Sínodo, me he preguntado: ¿Qué significará


para la Iglesia concluir este Sínodo dedicado a la familia? Ciertamente no
significa haber concluido con todos los temas inherentes a la familia, sino
que ha tratado de iluminarlos con la luz del Evangelio, de la Tradición y de
la historia milenaria de la Iglesia, infundiendo en ellos el gozo de la
esperanza sin caer en la cómoda repetición de lo que es indiscutible o ya se
ha dicho. Seguramente no significa que se hayan encontrado soluciones
exhaustivas a todas las dificultades y dudas que desafían y amenazan a la
familia, sino que se han puesto dichas dificultades y dudas a la luz de la fe,
se han examinado atentamente, se han afrontado sin miedo y sin esconder la
cabeza bajo tierra. Significa haber instado a todos a comprender la
importancia de la institución de la familia y del matrimonio entre un
hombre y una mujer, fundado sobre la unidad y la indisolubilidad, y
apreciarla como la base fundamental de la sociedad y de la vida humana.
Significa haber escuchado y hecho escuchar las voces de las familias y de
los pastores de la Iglesia que han venido a Roma de todas partes del mundo
trayendo sobre sus hombros las cargas y las esperanzas, la riqueza y los
desafíos de las familias. Significa haber dado prueba de la vivacidad de la
Iglesia católica, que no tiene miedo de sacudir las conciencias anestesiadas
o de ensuciarse las manos discutiendo animadamente y con franqueza sobre
la familia. Significa haber tratado de ver y leer la realidad o, mejor dicho,
las realidades de hoy con los ojos de Dios, para encender e iluminar con la
llama de la fe los corazones de los hombres, en un momento histórico de
desaliento y de crisis social, económica, moral y de predominio de la
negatividad. Significa haber dado testimonio a todos de que el Evangelio
sigue siendo para la Iglesia una fuente viva de eterna novedad, contra quien
quiere «adoctrinarlo» en piedras muertas para lanzarlas contra los demás.
Significa haber puesto al descubierto a los corazones cerrados, que a
menudo se esconden incluso detrás de las enseñanzas de la Iglesia o detrás
de las buenas intenciones para sentarse en la cátedra de Moisés y juzgar, a
veces con superioridad y superficialidad, los casos difíciles y las familias
heridas. Significa haber afirmado que la Iglesia es Iglesia de los pobres de
espíritu y de los pecadores en busca de perdón, y no sólo de los justos y de
los santos, o mejor dicho, de los justos y de los santos cuando se sienten
pobres y pecadores. Significa haber intentado abrir los horizontes para
superar toda hermenéutica conspiradora o un cierre de perspectivas para
defender y difundir la libertad de los hijos de Dios, para transmitir la
belleza de la novedad cristiana, a veces cubierta por la herrumbre de un
lenguaje arcaico o simplemente incomprensible.

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