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MARÍA Y LA IGLESIA

Introducción

- Queriendo Dios, infinitamente sabio y misericordioso, llevar a cabo


la redención del mundo, «al llegar la plenitud de los tiempos, envió a
su Hijo, nacido de mujer, (...) para que recibiésemos la adopción de
hijos» (Ga 4, 4-5). «El cual, por nosotros los hombres y por nuestra
salvación, descendió de los cielos y por obra del Espíritu Santo se
encarnó de la Virgen María». Este misterio divino de la salvación
nos es revelado y se continúa en la Iglesia, que fue fundada por el
Señor como cuerpo suyo, y en la que los fieles, unidos a Cristo
Cabeza y en comunión con todos sus santos, deben venerar también
la memoria «en primer lugar de la gloriosa siempre Virgen María,
Madre de nuestro Dios y Señor Jesucristo» (Lumen Gentium, 52)

La Inmaculada Virgen María, Madre del Redentor y Madre de la


Iglesia

- Ya desde la Anunciación, la Virgen María, acogió en su corazón y en


su seno a la Segunda Persona de la Santísima Trinidad. Por esta
razón, ella es la Madre de Dios y del Redentor.
- Hay que señalar que la Virgen María fue preservada del pecado
original desde el mismo instante de su concepción y en previsión de
los méritos de Cristo. Este dogma mariano se conoce como la
Inmaculada Concepción. Esto supone al mismo tiempo que Dios la
dotó de santidad enteramente singular, como lo expresó el arcángel
san Gabriel al saludarla en el momento de la Anunciación: Dios te
salve, llena de gracia (Lc 1, 28).
- La Virgen María es verdadera Madre de Dios, ya que ella engendró el
cuerpo de Jesús, en el que Dios infundió el alma; y en el mismo
instante, a ese cuerpo y alma se unió la Segunda Persona de la
Santísima Trinidad: el Verbo. María llevó durante nueve meses en su
seno a Jesucristo, con su cuerpo, su alma y su Divinidad, después de
los cuales nació en Belén. Por eso es verdadera Madre de Jesucristo,
verdadero Dios y verdadero hombre. María es verdaderamente la
Madre de Dios.
- De esta manera, ella, siendo la Madre de quien es Cabeza de la
Iglesia, es también Madre de los miembros de la Iglesia, ya que Jesús
la entregó como Madre a todos los cristianos en la persona del
discípulo amado.
- Algunas razones de su maternidad sobre nosotros son:
 Porque Jesucristo es nuestro hermano: San Pablo señala que
Jesucristo es el primogénito entre muchos hermanos (Rm 8,
29). Por ello, si María es Madre de Jesús, nuestro hermano,
con toda razón pueden llamarla Él y los cristianos Madre
nuestra, aunque la maternidad con relación a Cristo sea física
y natural, mientras que, con relación a nosotros, es maternidad
espiritual.
 Porque Jesucristo la dio como Madre a todos los cristianos:
Al pie de la Cruz san Juan representaba a todos los hombres
cuando Jesucristo le entregó a María como Madre. A él dijo:
He ahí a tu madre (Jn 19, 27). Desde aquel momento, todos
los cristianos reciben a María en la propia casa, en el propio
corazón, y la han de sentir como Madre.
 Porque Ella intercede por todos los cristianos: Los cristianos
de todos los tiempos piden cosas a la Virgen, que está en
cuerpo y alma en el Cielo. Ella está allí, pero escucha las
súplicas de sus hijos, los ayuda y los quiere.
- Por otra parte, María es miembro sobreeminente de la Iglesia, ya que
Ella es modelo admirable de fe y de la caridad. Ella es la que ha
creído y por su «fiat» ha traído al Salvador del mundo entero.

María en la economía de la salvación

- ¿Qué es la economía de la salvación? Es el Plan que Dios realizó para


revelarse. En otras palabras, es la Revelación que se ha dado a través
de la historia mediante la disposición (plan, designio) que Dios ha
tenido desde toda la eternidad. Esta es la dimensión histórica de la
Revelación.
La Madre del Mesías en el Antiguo Testamento

- Ya en el Antiguo Testamento se describe el advenimiento del Mesías


en el trascurso de esta historia de la salvación.
- Estos textos iluminan la figura de la mujer Madre del Redentor:
 Gn 3, 15: La promesa después de la caída de los primeros
padres: Enemistad entre los descendientes de la mujer y los de
la serpiente.
 Is 7, 14: La venida del Emmanuel, Dios-con-nosotros, nacido
de una virgen.
 Mi 5, 2-3: Reaviva la esperanza mesiánica: Por eso él los
abandonará hasta el tiempo en que dé a luz la que ha de dar a
luz.

María en el Nuevo Testamento

- En la Anunciación, la llena de gracia –nombre que le impone el


arcángel Gabriel– se deja ver como la esclava del Señor (Lc 1, 38).
De esta manera, el nudo de la desobediencia de Eva fue desatado por
la obediencia de María; lo que ató la virgen Eva por la incredulidad,
la Virgen María lo desató por la fe (San Ireneo).
- María estuvo íntimamente unida a Jesús. En la Visitación, Isabel
proclama dichosa a María por haber creído (Lc 1, 39ss); en la
Natividad, María lo contempla y lo muestra a los pastores; en la
Presentación, Simeón anuncia que el Niño iba a ser signo de
contradicción y que una espada atravesaría el corazón de la Madre
(Lc 2, 34-35); en la Pérdida, busca al Niño con dolor y, al hallarlo, no
entiende sus palabras pero las conservaba en su corazón (Lc 2, 41ss).
- Ya al inicio de la vida pública, María aparece en las bodas de Caná y,
por su intercesión, Jesús inicia sus milagros (Jn 2, 1-11). Ella acoge
sus palabras y las conserva; es más, a Ella van dirigidas las palabras
de alabanza de su Hijo: Bienaventurados los que escuchan la palabra
de Dios y la guardan (Lc 11, 28). Ella, por designio divino, estuvo al
pie de la cruz (Jn 19, 25) y se asoció al sacrificio de su Hijo.
Finalmente, es entregada como Madre de todos en la persona del
discípulo amado: ¡Mujer, he ahí a tu hijo! (Jn 19, 26-27).
- Antes de Pentecostés, anima a los Apóstoles y ora en comunión con
ellos (Hch 1, 14). Y, al terminar sus días terrenos, fue asunta en
cuerpo y alma al Cielo y coronada como Reina y Señora de todo lo
creado (Ap 19, 16).

La Bienaventurada Virgen María y la Iglesia

- Uno solo es el Mediador entre Dios y los hombres (Cf. 1 Tim 2, 5-6).
Jesucristo es el único puente entre Dios y los hombres. Sin embargo,
esto no oscurece la misión la María, pues ella fomenta la unión
inmediata de los creyentes con Cristo. Por tanto, Ella intercede por
nosotros ante su Hijo:
 Ella es Madre espiritual de todos los creyentes.
 Ella es Mediadora de todas las gracias.
 Ella es figura de la Iglesia.
 Ella es modelo de todos los creyentes.

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