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Prólogo por

Nancy DeMoss Wolgemuth

Unos
a otros
Un devocional de 30 días
Prólogo por
Nancy DeMoss Wolgemuth

Unos
a otros

Un devocional de 30 días
Unos a otros

©2023 Aviva Nuestros Corazones

Publicado por Aviva Nuestros Corazones


P.O. Box 2000, Niles, MI49120

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en un sistema de recuperación, o transmitida de ninguna forma ni por ningún medio ya sea electrónico,
mecánico, fotocopia, grabación o cualquier otro, sin el permiso previo del editor, salvo lo dispuesto por
las leyes de derecho de autor de Estados Unidos.

Escrito por: Hayley Mullins y Erin Davis.

Traducido por: Equipo de ANC.

Edición general en español: Mónica Valadez y Yamell de Jaramillo.

Diseño de la cubierta y diseño interior por: Austin Collins.

Adaptato al español por: Yamel Romero de Cardoza.


ÍNDICE

Prólogo por Nancy DeMoss Wolgemuth 7

Introducción 9

Parte I: Tu actitud

1. No nos juzguemos unos a otros 13

2. No nos envidiemos unos a otros 17

3. Sean amables unos con otros, perdonándose unos a otros 21

4. Revístanse de humildad los unos a los otros 25

5. Sométanse unos a otros 29

6. Estimúlense unos a otros al amor y buenas obras 33

7. Procuren siempre lo bueno los unos para con los otros 37

Parte II: Tu presencia


8. Acéptense los unos a los otros 43

9. Confórtense unos a otros 47



10. Lleven los unos las cargas de los otros 5 1

11. Soportándose unos a otros en amor 55

12. Sean amables unos con otros 59

Parte III: Tu comunicación
13. No se mientan los unos a los otros 65

14. Confiésense sus pecados unos a otros 69

15. Tengan el mismo sentir unos con otros 73

16. No se provoquen unos a otros 77

17. No hablen mal los unos a los otros 81

18. No se quejen unos contra otros 85

19. Oren unos por otros 89

20. Edifíquense unos a otros 93

21. Enseñándose y amonestándose unos a otros 97

22. Exhórtense los unos a los otros 101

23. Confórtense los unos a los otros 105

Parte IV: Tus acciones

24. Salúdense unos a otros 1 1 1



25. Sean hospitalarios los unos para con los otros 115

26. Con honra, dándose preferencia unos a otros 119

27. Lávense los pies unos a otros 123

28. Espérense unos a otros 127

29. No se priven el uno al otro 131

30. Usa tus dones para servir a otros 135

Una bendición de cierre 139



Conoce a nuestras autoras 140

Notas 1 4 1


Prólogo

Hace algunos años me encontré sentada en unas gradas bastante


incómodas, animando a algunos de los hijos de mis amigos que jugaban en
un partido de baloncesto de secundaria. Nuestro equipo estaba muy mal, los
pobres muchachos se agotaban y se desanimaban cada vez más. Pero en lugar de
alentarse mutuamente, comenzaron a molestarse entre ellos.

Aquellos de nosotros que estábamos sentados en las gradas, vimos impotentes


cómo estos muchachos comenzaron a competir entre sí ¡en lugar de competir
contra el otro equipo! Como resultado, estuvieron aún más frustrados,
desanimados e ineficaces. No puedo recordar el resultado final de ese juego, pero
sé que lo que presenciamos ese día se parece mucho a nuestras vidas y relaciones,
incluso en el cuerpo de Cristo.

Como seguidoras de Jesús, estamos en el mismo equipo, somos Su propiedad;


seleccionadas y entrenadas por Dios mismo. A través de Su Palabra, Dios da
una guía clara sobre cómo podemos edificar a nuestras compañeras de equipo.

«Por lo demás, hermanos,...confórtense» (2 Corintios 13:11).


«Edifíquense el uno al otro» (1 Tesalonicenses 5:11).
«Sírvanse por amor los unos a los otros» (Gálatas 5:13).

Un devocional de 30 días | 9
Y a pesar de lo que presencié ese día en el juego de béisbol, se supone que lo
que debe ocurrir es que debemos exhortarnos los unos a los otros (Hebreos
10:25). Hay muchos más «unos a otros» en las Escrituras:

«No hablen mal los unos de los otros» (Santiago 4:11).


«No se quejen unos contra otros» (Santiago 5:9).
«Confiésense sus pecados unos a otros y oren los unos
por otros para que sean sanados» (Santiago 5:16).

¡Qué gozo es pertenecer al equipo de Dios y saber que no tenemos que


vivir la vida cristiana solas!

Ninguna de nosotras podrá ser tan espiritualmente madura o tener una vida
fructífera si no estamos consistentemente tanto dando como recibiendo
estos «unos a otros» que encontramos en la Palabra de Dios. Todas
nosotras necesitamos ser animadas, exhortadas, reprendidas y perdonadas.
De igual manera, necesitamos que alguien ore por nosotras y necesitamos
ser edificadas por aquellos que escuchan el mandato de Dios de amarnos
los unos a los otros ( Juan 13:34).

Estoy tan agradecida por las personas en mi vida que me han ayudado a
ser más como Jesús al practicar estos y otros «unos a otros». Deseo cumplir
con mi responsabilidad de demostrar el amor de Cristo a ellos, siendo de
ayuda de manera recíproca.

El recurso que tienes en tus manos ha sido desarrollado por algunas de


las escritoras de Revive Our Hearts para ayudarte a descubrir y vivir los
«unos a otros» que encontramos en las Escrituras. A medida que caminas
por este devocional de treinta días, pídele al Señor que te muestre cómo
puedes edificar a los creyentes que están a tu alrededor con estos mandatos
tan importantes de darnos vida «unos a otros».

Que la Palabra de Dios te recuerde la responsabilidad y el privilegio que es


estar en Su equipo, y que el Espíritu Santo te capacite para que fielmente
cuides de estos «unos a otros» en tu vida.

Nancy DeMoss Wolgemuth

10 | Unos a otros
Introducción

Comienza a buscarlos en tu Biblia y los encontrarás por todos lados:


«unos a otros». Son una serie de mandatos de cómo los portadores de la imagen
de Dios (o sea, nosotras) debemos tratar a nuestros semejantes que son también
portadores de la imagen de Dios.

Encontramos uno aquí…

«Dándose preferencia unos a otros» (Romanos 12:10).

Y hay otro más aquí…

«Confórtense» (2 Corintios 13:11).

Y otro más aquí…

«Confiésense sus pecados unos a otros» (Santiago 5:16).

Un devocional de 30 días | 11
Agrupa todos los «unos a otros» en una caja grande y hermosa, y podrías
envolverlos cuidadosamente y ponerles una tarjeta que diga: «Porque este es el
mensaje que ustedes han oído desde el principio; que nos amemos unos a otros»
(1 Juan 3:11).

Ámense los unos a los otros.

Quizás parece una solución simplista para un mundo quebrantado por el


pecado. O quizá, inclusive tú has tratado, y te has dado cuenta de que los «otros»
son difíciles de amar. Y, aun así, una y otra vez en Su Palabra, Dios repite este
mandamiento.

Ámense los unos a los otros ( Juan 13:34).

Ámense los unos a los otros ( Juan 15:12).

Ámense los unos a los otros (Romanos 12:10).

Todos los demás mandatos de «unos a otros» fluyen de esta simple expectativa.

La hermosa caja envuelta con papel y con un hermoso lazo es realmente un


regalo. Estos son principios que son un tesoro para cómo vivir unos con otros en
armonía. Y siempre que hay un regalo, hay un dador de ese regalo. En este caso,
el dador es Jesús, el Dios de amor. Él modeló los mandatos que leeremos en este
devocional amándonos a nosotras primero (y amándonos todavía el día de hoy).

Cuando las reglas del compromiso hacia los demás luchan con nuestra carne,
tornamos la mirada hacia Aquel que no es como nosotras. Le pedimos que
transforme nuestros corazones para ser más como Él, para que nosotras podamos
tratar a otros de la forma en que Su Palabra nos ordena.

En los siguientes treinta días disfruta pasar tiempo con los «unos a otros de las
Escrituras». A medida que lo hagas, esperamos que puedas animarte a amar a
los «otros» que están a tu alrededor.

12 | Unos a otros
PARTE I:
Tu actitud

«Haya, pues, en ustedes esta actitud


que hubo también en Cristo Jesús…
El cual... se despojó a Sí mismo
tomando forma de siervo».

-FILIPENSES 2:5–7
DÍA 1
DAY

«Por tanto, ya no nos juzguemos


los unos a los otros, sino más
bien decidan esto: no poner obstáculo
o piedra de tropiezo al hermano».
-ROMANOS 14:13
NO NOS JUZGUEMOS
unos a otros

Quizás era un pepino. Supongo que podría haber sido una zanahoria,
un rábano o una col. Las Escrituras no nos dicen qué era exactamente, pero
Romanos 14 nos revela que en el pueblo de Dios se estaban menospreciando
los unos a los otros. ¿Cuál fue exactamente el problema? Vegetales. Sí,
vegetales. «Uno tiene fe en que puede comer de todo, pero el que es débil
solo come legumbres. El que come no desprecie al que no come, y el que no
come no juzgue al que come, porque Dios lo ha aceptado» (vv. 2–3).

Hay pasajes en la Escritura que nos advierten sobre juzgar los pecados de
otra persona, a menos que no deseemos la misma vara para ser aplicada
a nuestro propio pecado (Mateo 7:1-5). Este es un tipo de advertencia
diferente. Pablo nos advierte de no juzgar las preferencias de otros cristianos.

• Quizás tú educas académicamente a tus hijos en casa y otra madre de la iglesia


envía a sus hijos a la escuela pública. Eso es una preferencia.
• Quizás tu familia ve películas y la familia de tu hermana ni siquiera tiene una
televisión en su casa. Eso es una preferencia.
• A ti te encanta una versión de la Biblia y la maestra de grupo de estudio prefiere
otra versión de la Biblia.
• A ti te gusta la música de adoración contemporánea; a tu esposo le gustan los
himnos…
• ¡Preferencias! ¡Preferencias! ¡Preferencias!

Cuando juzgamos a otros creyentes, cuando no nos gustan sus preferencias


o nos convencemos a nosotras mismas de que ellos son menos espirituales
que nosotras, ¿no es usualmente debido a la predilección de esa persona?
¿Cuántas iglesias y amistades se han dividido debido a que han convertido
las preferencias en principios?

Un devocional de 30 días | 15
En contraste, la Palabra de Dios nos insta a extender gracia y no juzgarnos
los unos a los otros.

«Por tanto, ya no nos juzguemos los unos a los otros, sino más bien decidan
esto: no poner obstáculos o piedra de tropiezo al hermano» (Romanos
14:13).

La gracia es una decisión. Es una elección que puedes hacer cuando un


hermano o hermana en la fe tiene una preferencia diferente a la tuya. Pablo
termina recordándonos por qué: «Porque Dios lo ha aceptado» (v. 3).

Ya que los «unos a otros» de tu mundo son bienvenidos por Cristo, tú


también puedes darles la bienvenida. Dales la bienvenida en tu corazón.
Dales la bienvenida en tu iglesia. Dales la bienvenida en tu hogar, libre de
juicios.

¿Quién sabe? Quizás incluso te traigan algunos vegetales.

16 | Unos a otros
CONSIDERA:
¿Cómo el evangelio impacta la forma en que respondemos a otros
cristianos? Ya que hemos sido aceptados por Cristo mediante Su gracia,
no debido a nuestra perfección, ¿cómo afecta esto la manera en que ves
las elecciones de otras personas que se encuentran en Él?

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ORA:
Pídele a Dios que te revele cualquier evidencia de un espíritu crítico hacia
otros creyentes. Arrepiéntete de cualquier crítica que hayas tenido hacia
alguno de tus hermanos en Cristo.

CONFÍA:
Si algo necesita ajuste, ya sea en la vida de un hermano creyente o en
tu propia vida, puedes confiar en que Dios lo hará a través del poder del
Espíritu Santo.

«Pero Yo les digo la verdad: les conviene que Yo me vaya;


porque si no me voy, el Consolador no vendrá a ustedes;
pero si me voy, se lo enviaré. Y cuando Él venga, convencerá
al mundo de pecado, de justicia y de juicio; de pecado,
porque no creen en Mí» (Juan 16:7–9).

PRACTICA:
Decide celebrar y admirar a tus hermanos en Cristo que eligen hacer las
cosas de formas diferentes. Envía un mensaje de texto a alguna amiga que
tenga una preferencia diferente a la tuya y dile cuánto la admiras.

Un devocional de 30 días | 17
DÍA 2

«No nos hagamos vanagloriosos…


envidiándonos unos a otros».
-GÁLATAS 5:26
NO NOS ENVIDIEMOS
unos a otros

Los filipinos tienen una frase, isip talangka. Puede que la hayas
escuchado mencionar de la siguiente manera: una mentalidad de cangrejo.

La mejor manera de explicar esta idea es imaginándonos un grupo de


cangrejos, todos atrapados por un intrépido pescador y que los han tirado
todos juntos en una cubeta. Si uno de ellos trata de escapar, los demás lo
halarán hacia abajo. Escapar es imposible porque ninguno de esos cangrejos
permitirá que el otro avance. Al final, todos serán comidos.

«Si yo no puedo lograrlo, tú tampoco lo harás», una ilustración perfecta


para la envidia.

La envidia dice: «Yo soy más importante y me merezco esto. Tú


definitivamente no te lo mereces. Prefiero que todos fracasemos a que tú
tengas éxito».

Puede que conozcas el décimo mandamiento: «No codiciarás la casa de tu


prójimo. No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni
su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo» (Éxodo 20:17). En otras
palabras, no permitas que tu corazón se fije en lo que otras personas tienen.

Relaciones, estatus, riquezas, personalidad, logros... todo esto puede ser


objeto de nuestra envidia. Pero, ¿qué ocurre cuando no solamente deseamos
aquello que tiene nuestro vecino, sino que decidimos que no nos gusta el
hecho de que sea el vecino el que tenga todas estas cosas? Eso, mis amigas,
es envidia.

Un devocional de 30 días | 19
La envidia se obsesiona con la otra persona. No es únicamente desear
tener lo que la otra persona posee, sino también desear que esa persona
no lo tuviera. Es la codicia unida al resentimiento. Es el cuchillo del deseo
afilado con odio.

Realmente la envidia es letal para nuestra propia alma y para la vida de las
demás personas.

Piensa en esto. Jesús mismo fue crucificado debido a la envidia de los líderes
religiosos (Mateo 27:18). No nos podemos engañar a nosotras mismas
creyendo que la envidia no nos derrotará de la misma manera llevándonos
por el mismo camino de odio de los religiosos de ese tiempo.

Estoy segura de que en algún momento has sentido la punta de ese cuchillo
punzando tus costillas. Todas hemos sentido la estocada cuando alguien
envidia lo que poseemos. Ahora bien, he aquí una pregunta difícil que
todas debemos responder: ¿alguna vez has cedido ante la envidia?

Cuando otra persona obtiene una promoción de puesto en el trabajo,


cuando es reconocida por sus logros o cuando simplemente la elogian por
su nuevo corte de cabello, ¿eres de las que ayudas a tu amiga a salir de la
cubeta o eres como el cangrejo que la halas hacia abajo?

Nuestros deseos siempre nos dirigen a alguna Partee, ya sea hacia la


destrucción o hacia el reino de Dios y Su justicia (Mateo 6:33). Así que,
revísate. ¿Tienes las garras como un cangrejo? Si es así, ten cuidado. Puedes
pensar que alimentar la envidia te ayudará a obtener lo que deseas, pero el
enemigo lo utilizará para derribarte.

Resiste a la envidia como evidencia de que confías en el Señor y pon tus


deseos a Sus pies. Expresa tu fe confiando en que Él te satisfará cuando
rehúsas a aferrarte a las bendiciones que Él les ha dado a otros.

20 | Unos a otros
CONSIDERA:
¿La envidia es un pecado del que eres culpable? ¿Cómo puedes animar o
bendecir a la persona o al grupo de personas del que sientes envidia?

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ORA:
Dile a Dios lo que estás deseando que te tienta a envidiar a otros. Pídele
que te dé un corazón gozoso, satisfecho con Él y con Su buena provisión.

CONFÍA:
La envidia no tiene por qué gobernar tu vida. Hay esperanza. Jesús es
el Salvador que vino a liberarte de los lazos destructores de tu propio
corazón.

«Porque nosotros también en otro tiempo éramos… esclavos


de deleites y placeres diversos, viviendo en la malicia y
envidia, aborrecibles y odiándonos unos a otros. Pero
cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador…Él
nos salvó». -Tito 3:3-5

PRACTICA:
Elige a una de las personas a las que te sientes tentada a envidiar. En
vez de hablar mal de ella, haz un esfuerzo intencional de animarla. Aquí
tienes algunas ideas: puedes hacer una publicación sobre ella en las redes
sociales, bendecirla con un regalito o una comida, tomar tiempo para orar
por ella o simplemente hablar bien de ella con otra persona.

Un devocional de 30 días | 21
DÍA 3

«Sean más bien amables


unos con otros, misericordiosos,
perdonándose unos a otros,
así como también Dios los
perdonó en Cristo».
-EFESIOS 4:32
SEAN AMABLESunos con otros
PERDONÁNDOSE unos a otros

Toma cada uno de los pensamientos de amargura que has


tenido y trata de tornarlos en algo útil. Adelante. Aquí te espero.

¿El resentimiento te ha llevado a algo bueno?

¿La amargura te ha hecho sentir mejor?

¿Rehusarte a perdonar te ha hecho sentirte libre?

Claro que no. Nosotras nos abstenemos de perdonar pensando que


haciendo esto nos da poder relacional o nos coloca un escudo impenetrable
alrededor de nuestros corazones dolidos. Aun así, el poder que tenemos
sobre los pensamientos y acciones de otros se queda limitado, y nuestros
corazones permanecen tan frágiles como antes. Al final del día, nuestra
falta de perdón no nos hace ganar absolutamente nada.

Pablo nos advierte que esto es cierto en Efesios 4.

«Esto digo, pues, y afirmo juntamente con el Señor: que ustedes ya no


anden, así como andan también los gentiles, en la vanidad de su mente»
(v. 17).

¿Te diste cuenta de la palabra que usó para describir el pensamiento del
no creyente? Vano. Que quiere decir: infructuoso, inservible, sin sentido.
Podemos creer que abstenernos de perdonar es justificado y vale la pena,
pero, ¿cuál de tus relaciones ha sido restaurada a través de la amargura?
¿Cuáles de tus heridas han sido sanadas al lamerlas? ¿Cómo ha sanado
tu cuerpo permitiendo que el ácido de la falta de perdón llegue hasta
tus huesos? Nuestras vidas han demostrado que la amargura es vana (sin
provecho).
Un devocional de 30 días | 23
Pablo nos ofrece una mejor forma de respondernos unos a otros.

«Sean amables los unos a los otros, misericordiosos, perdonándose unos a otros,
así como también Dios los perdonó en Cristo» (v. 32).

Cuando la vanidad de la falta de perdón no es suficiente para motivarnos a


perdonar a esos «otros» que nos lastiman, el evangelio es suficiente motivación
para perdonar. ¡Qué cosecha tan abundante ha producido el perdón de Cristo!
Su bondad y gracia nos han conducido al arrepentimiento (Romanos 2:4) y han
transformado nuestros corazones de piedra en corazones de carne (Ezequiel
11:19).

Dios no bendecirá tu falta de perdón; sin embargo, Él sí puede usar tu decisión


de perdonar. Cada vez que amas de esta manera a los «otros» que hay en tu vida,
Él está formando una mejor imagen de Él mismo en ti; una obra realmente
llena de frutos.

24 | Unos a otros
CONSIDERA:
Si la amargura y la falta de perdón no mueven la aguja hacia la paz en
nuestras relaciones, ¿por qué tan a menudo regresamos a estos dos
sentimientos? ¿Qué es lo que realmente pretendemos ganar?

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ORA:
Pídele a Dios que te ayude a adoptar una política de cero tolerancia hacia
la falta de perdón. Invítalo a que te convenza de pecado inmediatamente
cuando tomes la decisión de no perdonar; y exprésale tu deseo de
madurar lejos de estas formas vanas de pensamiento.

CONFÍA:
Dios puede tratar de manera justa a tus ofensores. Deja en las manos
de Dios ese asunto, en vez de tratar de castigar a otros con tu falta de
perdón.

«Pues conocemos a Aquel que dijo: “Mía es la venganza,


yo pagaré”. Y otra vez: “El Señor juzgará a su pueblo”».
-Hebreos 10:30

PRACTICA:
Pasa tiempo meditando en Efesios 1:3–14. Haz una lista de todas las
cosas que el perdón de Cristo ha hecho a tu favor

Un devocional de 30 días | 25
DÍA 4

«Asimismo ustedes, los más jóvenes,


estén sujetos a los mayores.
Y todos, revístanse de humildad
en su trato mutuo, porque Dios
resiste a los soberbios, pero da
gracia a los humildes».
-1 PEDRO 5:5
REVÍSTANSE DE HUMILDAD
los unos a los otros

Era el trabajo que nadie quería hacer, pero el hoyo que había en el
frente de nuestra casa era la única opción que teníamos para hacer que la
fosa séptica volviera a funcionar.

Así que los trabajadores comenzaron a ejecutar el plan de ataque. Uno de


los hombres bajó a la fosa cubierto con una mezcla de barro y lodo, mientras
los demás le ayudaban a preparar el equipo que los ayudaría a destaparla.

Ambos hombres terminaron cubiertos con no sé qué, pero el hombre que


estaba en el pozo se encontraba sumergido hasta las rodillas. ¡Qué bueno
que tenía puesto su overol!

Después de horas de sudor y de cavar y pompear con dolor de espalda, ellos


lograron la meta. Greg, mi pastor, salió del pozo e intercambió un amable
saludo de manos con mi padre, quien era el experto con las herramientas.

En ese momento, ellos no eran el predicador y el hombre de negocios; eran


hombres que trabajaban en el hoyo séptico, que habían servido a mi familia
y habían hecho el trabajo.

Se habían quitado sus trajes y corbatas de honor, se pusieron las botas de


trabajo y sus pantalones de mezclilla para trabajar de manera humilde. En
ese momento, ellos reflejaron la humildad de Jesús.

Pablo tenía una imagen parecida a esta cuando nos manda a «vestirnos
de humildad». En aquellos días, los esclavos usaban unas vestimentas
muy particulares que mostraban su rol y estatus. Cada día, cuando ellos se
ceñían su enkomboma blanco, recordaban la posición que tenían. Y todas las

Un devocional de 30 días | 27
personas a su alrededor sabían inmediatamente que eran esclavos.

De esta misma manera, cuando nos levantamos cada día, debemos ponernos
las vestimentas del llamado de esclavos de Jesús: la humildad.

Suena simple, pero ¿cómo se supone que podemos hacer esto? Realmente
no es tan simple como sacar del vestidor una camiseta fresca de humildad.

John Henry Jowett, un pastor que ministró al comienzo del siglo veinte,
dio una perspectiva práctica sobre este pasaje.

¡Ponte el delantal de esclavo! ¡Ve ante la temible presencia del Señor y


contempla Su gloria hasta que la visión te haga arrodillarte en asombro! «Ve,
ponte de pie ante el monte del Señor». ¡Este es el lugar donde descubrimos
nuestra pequeñez! Ningún hombre habla de su grandeza cuando ha estado
en la presencia de Dios. El señorío cambia a temor reverente, y el orgullo
se inclina a una súplica reverente… Es el alma humilde y quebrantada que
recibe de manera abundante la gracia divina. La gracia siempre busca a los
más humildes. 1

¿Cómo podemos vestirnos de humildad diariamente? ¡En oración!


Tomamos tiempo para ir delante del Señor, para recordar que somos
pequeñas, frágiles, pecadoras y para decirle que necesitamos de Su ayuda,
salvación y perdón. Y Él promete continuar dándonos gracia cuando nos
toque hacer trabajo que no es apreciado o soportar el sufrimiento y amar
a los demás.

Cuando este es nuestro estilo de vida, será tan obvio como la ropa que
vestimos; estamos aquí, envueltas en humildad, para hacer el trabajo que
necesita ser llevado a cabo porque somos esclavas de Jesús.

28 | Unos a otros
CONSIDERA:
¿Cómo puedes de manera práctica vestirte de humildad diariamente?
¿Hay alguna disciplina espiritual o hábito que podría ayudarte a ver la
grandeza de Dios y expresarle tu necesidad de Él?

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ORA:
Usa el consejo del pastor Jowett y toma tiempo para pensar y sumergirte
en la grandeza de Dios. Entonces exprésale cuán maravilloso es Él, ya sea
en oración o entonando una canción que celebre Su gloria.

CONFÍA:
La gracia está disponible para nosotras cuando nos humillamos. Dios en
realidad nos cuida. Hay una esperanza en el futuro porque hoy no es el fin
de la historia.

«Dios resiste a los soberbios, pero da gracia a los humildes


. . . Él tiene cuidado de ustedes. . . . Y después de que hayan
sufrido un poco de tiempo, el Dios de toda gracia, que los
llamó a Su gloria eterna en Cristo, Él mismo los perfeccionará,
afirmará, fortalecerá y establecerá» (1 Pedro 5:5, 7, 10).

PRACTICA:
Elige practicar la humildad el día de hoy haciendo algo que
probablemente pasará desapercibido o sea difícil para otra persona. Fija
tus ojos en Dios para que te dé gracia para hacerlo bien y con amor. Él
te ayudará.

Un devocional de 30 días | 29
DÍA 5

«Sean llenos del Espíritu...


Sométanse unos a otros en el
temor de Cristo».
-EFESIOS 5:18,21
SOMÉTANSE
unos a otros

«Soy el dueño de mi suerte, soy el capitán de mi alma».2 Esta declaración


parece perfecta como poesía, pero no para una vida sabia.

Usualmente, valoramos el espíritu independiente, la persona que puede


ser decidida y «puede salir adelante con su propio esfuerzo» y «no tiene
que responder a ningún hombre». Vemos como una fortaleza no tener que
necesitar a las personas y ser tu propio amo. Pero ¿es esta la manera en que
Dios nos llama a vivir?

Revisa el versículo de hoy. «Sean llenos del Espíritu...Sométanse unos a


otros en el temor de Cristo» (Efesios 5:18, 21).

¿Someterse? ¿Unos a otros? Para ser honestas, en lo profundo de mi


corazón, esto no siempre suena atractivo. Pero esa es una de las formas en
las que podemos reflejar la imagen de Cristo.

Si somos seguidoras de Jesús, caminaremos como Jesús anduvo, y Él se


sometió.

• Él se sometió a Su madre y padre terrenal.


• Él se sometió a ser bautizado por Su primo Juan.
• Él se sometió a miles de formas en Su diario vivir, en la cotidianidad de ser un
humano y de vivir con otros humanos.
• Él se sometió a Su Padre celestial.
• Él se sometió a la cruz.

Siendo Dios, Él era el único que tenía el derecho de decir: «Soy el capitán
de mi alma». En cambio, como Emmanuel, el Dios que se hizo hombre, se
humilló así mismo, hasta la muerte de cruz.

Un devocional de 30 días | 31
No a la fuerza. Sin dominio del destino. Únicamente el amor demostrado
en sumisión.

Si esta fue la manera en que Jesús vivió en la tierra, ¿por qué pensaríamos
que la autosuficiencia es una mejor manera?

Nuestro versículo nos dice que esta sumisión fluye del temor a Dios.
Deseamos andar en Sus caminos. Deseamos agradarle. Nos da temor
desviarnos del camino, así que nos sometemos.

Nos sometemos a la sabiduría de Dios revelada en Su Palabra. Nos


sometemos a Su dirección en nuestras vidas. Voluntariamente nos ponemos
bajo aquellas personas que Dios ha señalado para guiarnos. Y a veces,
debido al temor a Dios, cedemos a las preferencias de nuestros hermanos y
hermanas en vez de caer en pecado por nuestro propio egoísmo.

Este no es un camino fácil. Hoy en día no es el camino de gloria inmediata,


y posiblemente no habrá un poema escrito en nuestro tiempo sobre qué tan
grande fue nuestra sumisión. Pero hay una gloria que nos aguarda. Dios ha
exaltado a Jesús por Su sumisión, y Él tornará nuestra sumisión en algo
glorioso al final de los tiempos.

Aunque la mayoría de las veces podemos ser capitanes realmente torpes,


Él es el verdadero Capitán de nuestras almas. Él nos dirigirá fielmente a
través de las profundidades a medida que caminamos juntas en sumisión.

32 | Unos a otros
CONSIDERA:
Piensa en las personas a las que el Señor te ha llamado a someterte; ya
sea por su posición o debido a la estrecha relación que tienen contigo.
¿De qué manera el Señor desea que te sometas completamente a ellos?

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ORA:
Toma tiempo para orar por las personas a las que estás llamada a
someterte. Pídele al Señor que te dé a ti y a esa persona la sabiduría en
esta relación de unos con otros.

CONFÍA:
Aun cuando los líderes son imperfectos y fallan, Jesús nunca fallará.
Podemos someternos a Él porque Él es la autoridad perfecta que nunca
fallará ni abandonará a Su pueblo.

«Acuérdense de sus guías que les hablaron la palabra de


Dios, y considerando el resultado de su conducta, imiten
su fe. Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos»
(Hebreos 13:7–8).

PRACTICA:
Busca en tu Biblia el versículo de hoy, y escríbelo y colócalo en un lugar
donde puedas verlo a menudo hasta que lo hayas memorizado. Permite
que Dios escriba en tu corazón el mandato de someternos los unos a los
otros.

Un devocional de 30 días | 33
DÍA 6

«Consideremos cómo
estimularnos unos a otros al
amor y a las buenas obras».
-HEBREOS 10:24
ESTIMÚLENSE unos a otros
AL AMOR Y BUENAS OBRAS

Si extraemos la idea principal del mandato encontrado en


Hebreos 10:24, parece que las palabras quedan algo cortas.

«Y consideremos cómo estimularnos unos a otros al amor y a las buenas


obras».

Sin el contexto, esto suena como un recordatorio de poner en el correo


una tarjeta de Hallmark para una persona que amas. Quizás una de esas
tituladas «pensando en ti» o «bendiciones en tu día» podría satisfacer el
mandato.

Pero mira nuevamente. No hay nada pequeño acerca de lo que el escritor


de Hebreos está revelando.

«Entonces, hermanos, puesto que tenemos confianza para


entrar al Lugar Santísimo por la sangre de Jesús, por un
camino nuevo y vivo que Él inauguró para nosotros por
medio del velo, es decir, Su carne, y puesto que tenemos
un gran Sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos
con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, teniendo
nuestro corazón purificado de mala conciencia y nuestro
cuerpo lavado con agua pura. Mantengamos firme la
profesión de nuestra esperanza sin vacilar, porque fiel es
Aquel que prometió». -Hebreos 10:19–23

¡Este es el evangelio! El evangelio que hace temblar, que rompió el velo y que
ha transformado la historia.

El escritor nos señala de regreso al Antiguo Testamento donde la presencia


de Dios descansaba detrás de un velo, dentro del templo, inaccesible para
Un devocional de 30 días | 35
todos excepto para unos cuantos selectos y donde la expiación de pecados
requería un constante ciclo sangriento.

A través de Su muerte, Cristo aseguró nuestra expiación una vez y para


siempre, el velo que nos separaba de Él fue roto, y somos libres para entrar en
Su presencia con confianza.

¡Pon eso en alguna tarjeta de Hallmark!

El mandamiento de «unos a otros» que encontramos aquí en Hebreos 10, no


es un poquito de amabilidad. Es un grito de batalla en el que nos recordamos
el evangelio los unos a los otros, en el que nos apuntamos unos a otros
con regularidad hacia la grandeza y bondad de Dios. La invitación no es
simplemente extender la esperanza per se; sino la esperanza del evangelio por
el trabajo milagroso de Cristo por nosotras, algo de lo que no nos recordamos
unos a otros con demasiada frecuencia.

Así que, considera esto: ¿cómo puedes recordarle a otros creyentes el


evangelio hoy? Usa esta pregunta como guía para lo que dices, lo que envías
y lo que publicas.

36 | Unos a otros
CONSIDERA:
¿Puedes hablar del evangelio lo suficientemente bien de manera que
puedas animar a otras personas? Si no puedes, considera pasar tiempo
meditando en Romanos 3:23, 5:8 y 6:23.

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ORA:
Pídele a Dios que esta semana te provea la oportunidad de animar a otros
cristianos con la esperanza del evangelio.

CONFÍA:
El evangelio es la esperanza que más necesitamos. Animarás más a tus
hermanos en la fe con el evangelio que cuando les das una palmada en la
espalda.

«Mantengamos firme la profesión de nuestra esperanza sin


vacilar, porque fiel es el que prometió». -Hebreos 10:23

PRACTICA:
Recuérdale a alguien el evangelio hoy, y observa cómo animas su espíritu.

Un devocional de 30 días | 37
D Í A 71
DAY

«Miren que ninguno devuelva


a otro mal por mal, sino que
procuren siempre lo bueno
los unos para con los otros,
y para con todos».
-1 TESALONICENSES 5:15
PROCUREN SIEMPRE LO BUENO
LOS unos para con los otros
«¡Hola! Mi nombre es Inigo Montoya. Tú mataste a mi padre.
Prepárate para morir».

Esta famosa línea se pronunció en el clímax de la película «La Princesa


Prometida». En la película, el personaje Inigo ha pasado su vida entera
buscando vengar el asesinato de su padre. Finalmente, él encuentra el
objeto de su odio, el Conde Rugen. Después de una dramática batalla
de espadas, Inigo comienza a hacer demandas.

«Ofréceme dinero. Poder también».

El Conde comienza a hacer promesas desesperadamente. Le dará a


Inigo cualquier cosa que él desee, para salvar su vida.

Pero al final, nada puede satisfacer el deseo de venganza del hombre


español. «Quiero a mi padre de vuelta», declara Inigo al tiempo que
hiere a Rugen con su espada.

Al final, él lleva a cabo su venganza… El Conde Rugen muere. Pero ni


aun eso puede traer de vuelta al padre de Inigo. Habiendo cumplido su
meta de vida, con nada menos que sangre en sus manos, Inigo reflexiona
en su pérdida de propósito. ¿Qué haces cuando ya no tienes la venganza
«como meta de vida»?

Al final, ya no queda nada más que piratería. Está condenado a una vida
de vagar por los mares sin sentido, persiguiendo la riqueza temporal a
expensas de la vida de otras personas. Él se ha consumido tanto en sus
deseos, en la meta que se había fijado de obtener lo que deseaba, que no
hay otra cosa que lo pueda satisfacer, sino más sangre, riquezas y gloria.
Está condenado a una vida de más de lo mismo; solo y escondido detrás
de una máscara.

Un devocional de 30 días | 39
¿Cuál es la definición de una vida desperdiciada y solitaria, enfocada en
la venganza?

Pocas, si no es que ninguna de nosotras está tratando de vengar un


asesinato. Pero hay formas más pequeñas y sutiles en las que tratamos
de desquitarnos y separarnos de otras personas que nos han herido.
Apuñalar por la espalda, ignorar, hablar mal, destruir… eso viene de un
corazón que ha sido tornado a la venganza más que al amor.

1 Tesalonicenses 5:15 nos ofrece un mejor llamado, una forma que


edifica relaciones en vez de tirarlas abajo: renuncia a la venganza y busca
hacer el bien. La manera de lidiar con nuestras tendencias egoístas no es
simplemente cerrar la boca y subir nuestros ojos al cielo en frustración
(¡aunque eso puede ser parte de ello!); es ir un paso más allá.

El versículo antes (v. 14) dice: «Les exhortamos, hermanos, a que


amonesten a los indisciplinados, animen a los desalentados, sostengan a
los débiles y sean pacientes con todos». El Espíritu Santo fue intencional
al guiar la pluma del apóstol. Podemos estar seguras de que hay una
razón por la cual la advertencia contra la venganza y el mandamiento de
procurar bendecir a otros está inmediatamente después de este versículo.

Quizás significa que…

• las personas que parecen perezosas


• las personas que parecen siempre estar desanimadas o ansiosas
• las personas que siempre necesitan tu ayuda
• las personas que ponen a prueba tu paciencia
• las personas que te han herido

…son exactamente las personas que Dios quiere que tú bendigas.

Podría parecer imposible, pero ¿no es esto lo que Jesús hizo por nosotras?
Él «no abrió su boca» (Isaías 53:7) ni sacó Su espada cuando estaba
siendo llevado a ser crucificado, sino que dijo: «Padre, perdónalos»

40 | Unos a otros
(Lucas 23:24). Él buscó la bendición de Dios de misericordia para
nosotros, sus traidores.

Nuestro Salvador nos ha dado la gracia de hacer lo mismo. Así que,


haciendo el bien, bajamos nuestras armas y ponemos a un lado nuestras
palabras hirientes. La venganza no nos satisfará de ningún modo.

CONSIDERA:
¿Tomas venganza de formas pequeñas? ¿En contra de quién?

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ORA:
Si tuviste una respuesta para la pregunta anterior, confiesa tu pecado al
Señor y pídele Su gracia para hacerle bien a esas personas. Luego toma
tiempo para orar por ellas.

CONFÍA:
Tu obediencia a este mandamiento no quiere decir que esta persona no
tendrá ninguna consecuencia. Dios pagará justamente, a Su manera y a Su
tiempo.

«Amados, nunca tomen venganza ustedes mismos, sino


den lugar a la ira de Dios, porque escrito está: “Mía es la
venganza, yo pagaré”, dice el Señor». -Romanos 12:19

PRACTICA:
Intencionalmente busca maneras de bendecir a alguien que realmente te
molesta, frustra o hiere; no lo postergues. (Si no puedes pensar en nada,
pídele a Dios que bendiga a esa persona y que te muestre si hay alguna
manera en la que Dios quiere usarte para bendecirla.

Un devocional de 30 días | 41
PARTE II:

Tu presencia

«Le pondrán por nombre Emmanuel, que traducido


significa: “Dios con nosotros”».
MATEO 1:23

«No los dejaré huérfanos;


vendré a ustedes».
JUAN 14:18

«Yo estoy con ustedes todos los días,


hasta el fin del mundo».
MATEO 28:20

Un devocional de 30 días | 43
DÍA 8

«Por tanto, acéptense los


unos a los otros, como también
Cristo nos aceptó para
la gloria de Dios».
-ROMANOS 15:7
ACÉPTENSE
los unos a los otros
En el pueblo donde vivía varios años atrás había un establecimiento
de donas muy desagradable, ya que no servían a todo tipo de gente. Tenían
letreros en la pared del estacionamiento, los dueños dejaron claro que cierto
tipo de personas, esencialmente cualquier persona que fuera diferente a
ellos, no era bienvenida al establecimiento.

Estas personas de negocios demostraron que ellos solamente miran la


apariencia física de las personas. Ellos no se acercarían lo suficiente para
ver al cliente detrás del mostrador al que le encantaban las donas. Porque,
después de todo, ellos eran solamente (completa con el término peyorativo)
clientes a los que no servirían o que no portaban la imagen de Dios.

Quizás no tenemos letreros en la puerta de entrada ni colgando sobre


nosotras qué digan: «______ no es bienvenido aquí». Así que, es fácil
escuchar una historia como esta y pensar: ¡qué gente!… Pero cuando miro
a mi propio corazón, no toma mucho tiempo darme cuenta de que esos
mismos letreros cuelgan en las paredes de mi corazón.

• Miro a un hermano o hermana cristiana con quien no me llevo bien y desearía


estar en otro lugar.
• Me encuentro con alguien que piensa diferente en un asunto y mi mente rápido
los juzga. O me enojo con la persona y su postura.
• En esos momentos sin importancia, me alegra el hecho de que me siento en
libertad de hacer algo porque sé que otro creyente se sentirá incómodo.

Mi corazón no es lo más lindo. Hay momentos en que deseo no tener que


lidiar con las diferencias. Descansar en la seguridad de la «uniformidad» se
siente mucho más sencillo. Definitivamente toma muchos menos esfuerzo
y sacrificio.

Un devocional de 30 días | 45
Si esto también te ocurre a ti, el versículo de hoy tiene algo que enseñarnos.

Pablo escribió esas palabras a una iglesia que estaba en conflicto debido a
las diferencias. (Lee Romanos 14: 1 y 15:7 para que veas cuáles eran estos
problemas). Cuando unes a creyentes judíos, quienes tienen una manera
específica de hacer las cosas, con los creyentes gentiles, quienes también
tiene su forma de hacer las cosas… sin amor, las cosas van a explotar. Se
juzgan y los conflictos se convierten en la forma de vida.

Pablo nos recuerda que la manera de amarnos unos a otros en aquellos


momentos en que deseamos echar a nuestro hermano en Cristo de la
tienda de donas, es hacer todo lo contrario y darles la bienvenida.

El diccionario griego define la palabra «bienvenido» como llevar a esa


persona a ti misma, dejar entrar a la persona en tu corazón como tu amigo.
No es simplemente hacer tu deber como cristiana como cuando entregas el
boletín de información a alguien en la puerta de la iglesia con una sonrisa
y después no vuelves a hablar con esa persona. Es más como invitar a
esa persona a tu casa, darle la bienvenida a tu vida y aceptarla como un
miembro de igual valor en la familia de Dios, así como Jesús te acepto a ti.

¿A esa persona? ¿Darle la bienvenida en tu vida?

Esto es lo que Jesús hizo por nosotras. Cuando estábamos separadas de Su


familia y excluidas de Su pacto, Él nos acercó a Él y a Su familia por Su
sangre (Efesios 2:11-13, 19).

«Y que el Dios de la paciencia y del consuelo les conceda tener el


mismo sentir los unos para con los otros conforme a Cristo Jesús, para
que unánimes, a una voz, glorifiquen al Dios y Padre de nuestro Señor
Jesucristo. Por tanto, acéptense los unos a los otros, como también Cristo
nos aceptó para gloria de Dios» (Romanos 15:5-7).

¿Cómo? Comienza descansando en la verdad de que nosotras mismas


hemos sido aceptadas y continúa extendiendo la misma bienvenida a
nuestros hermanos y hermanas en la fe. ¿Me acompañas? Si es así, me han
dicho que las donas son una forma excelente de hacer nuevas amistades.
46 | Unos a otros
CONSIDERA:
¿Cuáles son las personas a las cuales preferirías no conocer mejor? ¿Cómo
puedes de una manera consciente darles la bienvenida en tu vida?

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ORA:
Dale las gracias a Dios por darte la bienvenida y aceptarte en Su familia, y
pídele que te dé el mismo corazón hacia otras personas.

CONFÍA:
Él te dará la sabiduría para navegar a través de las diferencias en la iglesia
y un día Él te dará la bienvenida a Su presencia.

«Con tu consejo me guiarás, y después me recibirás en


gloria». -Salmo 73:24

PRACTICA:
Esta semana encuentra una forma sencilla de extender tu amistad a una
creyente que sea diferente a ti; ya sea simplemente comenzando una
conversación o invitándola a tomar un café con donas. Escríbelo en tu
calendario y luego pídele al Señor que te ayude a escuchar atentamente a
esa persona y a disfrutar su compañía como hermana en Cristo que es.

Un devocional de 30 días | 47
DÍA 9

«Por lo demás, hermanos,


regocíjense, sean perfectos,
confórtense, sean de un mismo
sentir, vivan en paz, y el Dios de
amor y paz estará con ustedes».
-2 CORINTIOS 13:11
CONFÓRTENSE unos a otros

He perdido la cuenta de los funerales a los que he asistido.

Entre los nueve y dieciocho años de edad, asistí a los funerales de cinco
miembros de mi familia, de mis abuelos y una tía abuela. Fue un tiempo
muy difícil para mi familia, si se pudiera decir de esa manera. Algunas de
las muertes fueron repentinas, pero la mayoría precedían a un largo declive.

En cada situación el dolor era agudo. Vi a mis padres llorar mientras se


despedían de sus padres y abuelos. Ayudé en lo que pude a clasificar sus
posesiones y cuidar de los hermanos más pequeños mientras íbamos a
las visitas en el hospital. Recuerdo días feriados llenos de luto mientras
recordábamos a la persona que normalmente encabezaba las tradiciones,
pero que ya no estaba más con nosotros. Cada persona que murió, incluso
aquellas con las que existía una relación un tanto difícil, dejaron un hueco
imposible de llenar.

¿Por qué te cuento esto? Porque sé que has experimentado o experimentarás


pérdidas también. Y Dios puede usar tu dolor de la misma manera que ha
usado el mío.

En la escuela secundaria, luego de varias de estas muertes, dos de mis


mejores amigas perdieron a sus abuelos de forma sorpresiva. Yo en ese
momento me encontraba leyendo 2 Corintios cuando me encontré con
estos versículos:

«Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo,


Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual
nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que
también nosotros podamos consolar a los que están en
cualquier aflicción, dándoles el consuelo con que nosotros
mismos somos consolados por Dios» (1:3–4).
Un devocional de 30 días | 49
Me di cuenta de que todas esas pérdidas, todos los funerales, y todas las
lágrimas por las que había cuestionado a Dios, tenían propósito en este
momento. El Señor me guió a través de todo el proceso de dolor para que yo
pudiera ser de apoyo a mis amigas de una manera que no hubiera logrado si
no hubiera pasado por esas experiencias con anterioridad.

Esto ha probado ser cierto también en la adultez. A medida que amigos


han perdido seres queridos, Dios me ha dotado de sabiduría sobre lo que
es necesario en ese momento de dolor, compartir una verdad que sirva de
consolación y la habilidad de escuchar y entender por qué he caminado en el
valle de sombras y de muerte. El Dios de toda consolación me ha permitido
experimentar Su consuelo de una manera que solo puede ser explicada a
través de este versículo.

Él es misericordioso. Él es soberano. Él es bueno.

Cada momento de dolor por el que tengas que transitar y cada funeral al que
has asistido es una oportunidad para correr hacia el corazón de tu Padre y
recibir Su consolación. Cada momento de dolor que encuentras en las vidas
de otros es una oportunidad de brindarles el mismo tipo de consolación.

Tu sufrimiento es una comisión. Cuando experimentas los efectos de estar


en un mundo caído y te vuelves al Señor en tu dolor, eres transformada en
una mensajera de misericordia, esperanza y consolación. Dios te lo da a ti; tú
se lo brindas a otros.

Cuando tienes una lista de dolor y pérdidas que no puedes contar, mira a tu
alrededor. Puede que el asiento de al lado o algún vecino pueda necesitar
algún consuelo, y quizás tú seas la persona que Dios ha escogido para
hacer eso.

50 | Unos a otros
CONSIDERA:
¿Cuáles experiencias o sufrimientos hay en tu vida para que Dios los use?
¿Hay alguien a tu alrededor que está lidiando con situaciones similares?
¿Cómo podrías brindarle consuelo?

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ORA:
Pídele a Dios que utilice las circunstancias de tu vida, pasadas o presentes,
para bendecir a otra persona. Si hay personas que tú conoces que están
sufriendo, toma tiempo para orar por ellos.

CONFÍA:
Tu sufrimiento no es el fin de la historia. Dios está en la transacción de
intercambiar nuestro dolor por gozo y de glorificarse a Sí mismo a través
de nuestras vidas.

«El Espíritu del Señor Dios está sobre mí, porque me ha


ungido el Señor para traer buenas nuevas a los afligidos. Me
ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón…
para…que…se les dé diadema en vez de ceniza, aceite de
alegría en vez de luto, manto de alabanza en vez de espíritu
abatido; para que sean llamados robles de justicia, plantío
del Señor, para que Él sea glorificado». -Isaías 61:1-3

PRACTICA:
Si personalmente conoces a alguien que está sufriendo, muéstrale la
consolación de Cristo de una forma sencilla. Si no sabes qué cosa pudiera
ser útil, pregúntale a alguien. ¡Usualmente el simple hecho de que alguien
muestre interés ya es un consuelo!

Un devocional de 30 días | 51
DÍA 10

«Lleven los unos las cargas


de los otros, y cumplan así
la ley de Cristo».
-GÁLATAS 6:2
unos
LLEVEN LOS
LAS CARGAS DE los otros

Recuerdo el día en que recibí ese misterioso sobre.

No tenía destinatario y no había ninguna pista de quién pudo haber enviado


el sobre. Adentro había un cheque al portador exactamente por la cantidad
que necesitaba para pagar la colegiatura de ese semestre.

Había estado orando fervientemente porque no tenía ni idea de cómo


iba a tener los fondos que necesitaba. Pero de alguna forma, sin yo haber
mencionado esto a nadie, alguien en mi vida supo que yo necesitaba que
esta carga cayera de mis hombros. Nunca supe quién lo hizo… pero aún
continúo estando agradecida por esta persona y su regalo.

Muchas veces en mi vida he sido recipiente de regalos de parte de una


fuente anónima. Hubo una persona que le entregó 500 dólares al diácono
de mi iglesia para ayudarme a comprar un carro. En otra ocasión, alguien
deslizó dinero en efectivo en mi escritorio cuando me estaba sintiendo
inestable financieramente. Otro día, un completo extraño me entregó un
cheque para ayudarme a financiar mi obra misionera.

También he recibido regalos que, aunque no fueron anónimos, me los


dieron de manera muy discreta. Las muchas horas que amigos han pasado
escuchando mis cargas, la costumbre de mis padres de discretamente
depositar dinero en mi cuenta de banco para que yo pudiera ir a visitarlos,
las muchas veces que familias de mi iglesia me han alimentado cuando
yo ni siquiera podía regresarles el favor, las veces que amistades me han
ofrecido un dormitorio para que no tenga que vivir sola… estas personas

Un devocional de 30 días | 53
me han ayudado a llevar mis cargas. Y haciendo esto, ellos han cumplido
la ley de Cristo.

¿Cuál es la ley? Es la ley del amor. «El amor no hace mal al prójimo. Por
tanto, el amor es el cumplimiento de la ley» (Romanos 13:10).

Esto significa que cuando alguien que conocemos está teniendo dificultades,
ya sea financiera o emocionalmente, o incluso si ha pecado, nuestro trabajo
no es imponer un peso más pesado de culpa o vergüenza sobre ellos; en
cambio, ayudar a hacer la carga más liviana. Es estar a su lado, como Jesús
hace con nosotras, y ayudarles a llevar la carga con amabilidad. Cuando
hacemos esto, realmente cumplimos con la ley real de acuerdo con las
Escrituras: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Santiago 2:8).

Quizás escuchar las cargas de una persona es estar al lado de una amiga,
o quizás sea sacar tu cartera y compartir lo que tienes, sin llevarte ningún
reconocimiento.

Nadie le otorga el Premio Nobel de la Paz a una familia que ha practicado


la hospitalidad cada domingo, ni otorga el trofeo MVP a la persona que
entretiene por algunas horas a los niños de una madre estresada o un Óscar
a la persona que paga la cuenta de una persona de forma anónima. Pero
estas son las acciones que Jesús recompensa. Él ve, y haciendo este trabajo,
practicas Su amor de una manera que es tangible, con impacto eterno y que
trae gloria a Él.

54 | Unos a otros
CONSIDERA:
¿Cómo puedes llevar la carga de alguien el día de hoy? ¿Tienes alguna
amiga a la que te puedas acercar porque está sufriendo o invitar a tu
casa porque se siente sola? ¿Hay alguna familia a la que pudieras ayudar
financieramente?

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ORA:
Permite que esta antigua oración te guíe para pedirle al Señor que te
ayude a llevar las cargas de los otros:

«Oh Maestro, permíteme que no busque tanto el ser


consolado como consolar, ser comprendido como
comprender, ser amado como amar. Porque es dando que
uno recibe, es perdonando que se es perdonado; muriendo
es que se resucita a vida eterna».

CONFÍA:
A medida que llevas las cargas de otros en obediencia, Cristo te ayudará a
llevar las tuyas y te dará descanso.

«Vengan a mí, todos los que están cansados y cargados, y Yo


los haré descansar. Tomen mi yugo sobre ustedes y aprendan
de Mí, que Yo soy manso y humilde de corazón, y hallaran
descanso para sus almas. Porque Mi yugo es fácil y Mi carga
ligera». -Mateo 11:28–30

PRACTICA:
Lo primero que hay que hacer es orar. Ora por las personas que conoces
que están llevando cargas muy pesadas y pídele a Dios que te muestre
cómo puedes ayudarle a una de ellas. Luego, haz lo que Él ponga en tu
corazón y ayuda a la persona a llevar su carga de una manera práctica.
Quizás puedes intentar hacer alguna de las sugerencias que escribí en el
devocional si alguien en específico llegó a tu mente.

Un devocional de 30 días | 55
DÍA 11

«Yo, pues, prisionero del Señor,


les ruego que ustedes vivan de
una manera digna de la vocación
con que han sido llamados.
Que vivan con toda humildad y
mansedumbre, con paciencia,
soportándose unos a otros
en amor».
-EFESIOS 4:1–2
SOPORTÁNDOSE unos a otros
EN AMOR

Tolerancia.

Es una palabra anticuada y en muchos sentidos también es una idea


anticuada.

La tolerancia es paciencia que dura más que un momento. Es perdurar con


alguien en su lucha y frenar nuestra ira, incomodidad o dolor por el bien de
todos, quizás días, semanas o años. Incluso quizás toda una vida.

No somos una cultura tolerante. Esperamos que las personas se conduzcan


de buena manera y rápido. Si no pueden, o no quieren, nos sentimos
justificados para perder la fe en ellos. La Palabra de Dios nos llama a actuar
de una forma diferente.

Mira lo que dice Efesios 4:1: «Yo, pues, prisionero del Señor, les ruego
que ustedes vivan de una manera digna de la vocación con que han sido
llamados».

Esta es la sombrilla del mandamiento que Pablo les está dando a los
seguidores de Cristo. La idea principal es que no podemos vivir de una
manera que nos haga ganar nuestro estatus como embajadores de Jesús,
sino que por el poder del Espíritu Santo podemos vivir vidas dignas de tan
honorable llamado.

Sé lo que estás pensando. Yo también lo estoy pensando. ¿Cómo? ¿Cómo


siendo una pecadora a carta cabal puedo vivir una vida digna del llamado
de Cristo? Para empezar, puedo escoger la tolerancia hacia mis compañeros
embajadores.

Un devocional de 30 días | 57
Si vivir «de una manera digna de la vocación con que han sido llamados»
es la sombrilla, «soportándonos unos a otros en amor» en el versículo 2, es
el mango de la sombrilla. Nos provee algo de donde podemos sostenernos,
una forma práctica de vivir dignos de nuestro llamado.

¿Nos parecemos más a Cristo cuando llevamos las cargas los unos de los
otros?

Después de todo, «Todos son justificados gratuitamente por Su gracia


por medio de la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios exhibió
públicamente como propiciación por Su sangre a través de la fe, como
demostración de Su justicia, porque en Su tolerancia, Dios pasó por alto
los pecados cometidos anteriormente» (Romanos 3:24-25).

En nuestro pecado y en nuestras dificultades, Cristo lleva nuestras cargas.


Él se rehúsa a tirar la toalla, ya sea que nos equivoquemos una o un millón
de veces. ¿Cómo podemos vivir vidas dignas de Su paciencia divina?
Llevando las cargas los unos a los otros. Este es un concepto digno de
ponerse de moda otra vez.

58 | Unos a otros
CONSIDERA:
¿Hay alguna persona con la que te has dado por vencida? Pídele a Dios que
te muestre cómo puedes llevar su carga en vez de darte por vencida

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ORA:
Haz del Salmo 103:8–14 tu oración:

«Compasivo y clemente es el Señor, lento para la ira y


grande en misericordia. No luchará con nosotros para
siempre, ni para siempre guardará Su enojo. No nos
ha tratado según nuestros pecados, ni nos ha pagado
conforme a nuestras iniquidades. Porque como están
de altos los cielos sobre la tierra, así es de grande Su
misericordia para los que le temen. Como está lejos el
oriente del occidente, así alejó de nosotros nuestras
transgresiones. Como un padre se compadece de sus
hijos, así se compadece el Señor de los que le temen.
Porque Él sabe de qué estamos hechos, se acuerda de
que solo somos polvo».

CONFÍA:
A medida que lidias con las faltas de otros, Cristo está llevando tus
debilidades también.

«Entonces pasó el Señor por delante de él y proclamó: “el


Señor, el Señor, Dios compasivo y clemente, lento para la ira y
abundante en misericordia y verdad”». -Éxodo 34:6

PRACTICA:
Libera a alguien de tus expectativas hoy. No tienes que verbalizarlo, sino
toma la decisión en tu corazón de perseverar con tu esposo, tus hijos, tus
compañeros de trabajo o tus amigos y continúa mostrándoles amor aun
cuando son difíciles.

Un devocional de 30 días | 59
DÍA 12

«Sean más bien amables unos


con otros, misericordiosos,
perdonándose unos a otros,
así como también Dios los
perdonó en Cristo».
-EFESIOS 4:32
SEAN AMABLES unos con otros

Te sirves una buena taza de café caliente, le agregas algo de leche


para aminorar lo amargo, tomas tu teléfono o el periódico y te acomodas
para tomarte un momento antes de comenzar con el día.

¿Te lo puedes imaginar? Las aves cantando afuera, el sol brilla encima de la
colina al lado opuesto de la calle.

Luego… tomas el primer sorbo de café e inmediatamente lo escupes hacia


afuera. ¡Uhh! ¿Cuál era la fecha de vencimiento de esa leche?

Ese tipo de experiencia se queda contigo por un tiempo. Es muy difícil


deshacerse de ese sabor, y es aún más difícil olvidar la experiencia. En el
peor caso, arruina el café por un tiempo.

Ese tipo de amargura es exactamente lo que ocurre cuando hay falta


de amabilidad en el cuerpo de Cristo. Cuando respondemos a nuestros
hermanos y hermanas con dureza, falta de compasión y amargura, tenemos
un efecto similar en otras personas como cuando tomas leche cortada en el
latte. Dejamos un sabor amargo en sus bocas.

Debemos ser dadoras de vida. Debemos nutrir aquellas personas a nuestro


alrededor, y no causar que deseen vomitarnos como el pez hizo con Jonás.

Pero el hecho es que somos pecadoras. A veces seremos poco amables, y


aun cuando el Espíritu nos hará crecer en amabilidad, fallaremos.

¿Hay alguna esperanza? Sí.

Un devocional de 30 días | 61
¿Sabías que esa misma leche dañada puede ser usada por un habilidoso
jardinero para estimular el crecimiento en una planta o que un panadero
puede usarla de varias maneras? Aun cuando el primer instinto es botar la
leche para no volverla a ver, puede tener otros usos. Simplemente requiere
de alguien lo suficientemente habilidoso, capaz y dispuesto quedársela
hasta el final y darle un buen uso.

¡Bendito sea el Señor que es este tipo de Salvador! Él es capaz de presentarte


«sin mancha en presencia de Su gloria» ( Judas 1:24). «El que comenzó en
ustedes la buena obra, la perfeccionará…» (Filipenses 1:6).

Cuando te encuentres en el pozo de la amargura, arrepiéntete de nuevo;


o cuando respondas a tu familia de manera ruda debido a la frustración,
ve al evangelio, ¡es para ti! Si confesamos nuestros pecados Él promete
perdonarnos, y cuando seamos tentadas a no ser amables, Él promete
ayudarnos (1 Juan 1:9; Hebreos 4:16). ¡Esas son buenas noticias!

Y, ¡oh milagro de milagros! Él no simplemente usa la crema amarga, Él


la transforma. Puede que nos veamos a nosotras mismas como dañadas
y que no tenemos remedio; o puede que veamos a nuestros vecinos de
este modo, pero para aquellos que han sido salvos, hay esperanza. Estamos
siendo transformadas en algo fresco, útil y que da vida, todo por el Espíritu
de nuestro Dios (1 Corintios 6:11).

62 | Unos a otros
CONSIDERA:
¿Tus interacciones con otras personas ayer y hoy han sido amables o
amargas? ¿Cómo describirían las personas cercanas a ti tus palabras
y actitudes hacia ellos? ¿Cómo describirías tus pensamientos en esos
momentos?

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ORA:
Confiesa cualquier falta de amabilidad que el Señor te haya revelado,
pídele a Dios que haga el milagro de transformarte y que te haga útil
trayendo a otros a vida, esperanza y gozo.

CONFÍA:
Dios nos está transformando, mostrándonos Su gloria día a día. Su Espíritu
nos está haciendo nuevas personas.

«Pero nosotros todos, con el rostro descubierto,


contemplando como en un espejo la gloria del Señor,
estamos siendo transformados en la misma imagen de
gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu».
-2 Corintios 3:18

PRACTICA:
Haz una lista de maneras que puedes mostrar pequeños actos de
amabilidad a aquellas personas a tu alrededor. Luego escoge a una
persona y hazlo posible el día de hoy.

Un devocional de 30 días | 63
PARTE III:
Tu comunicación

«Escucharé lo que dirá Dios el Señor, porque


hablará paz a Su pueblo, a Sus santos».

SALMOS 85:8

«Jesús, mirándolo, lo amó y le dijo…».

MARCOS 10:21

Un devocional de 30 días | 65
DÍA 13

«Dejen de mentirse los unos


a los otros, puesto que han
desechado al viejo hombre
con sus malos hábitos».
-COLOSENSES 3:9
NO SE MIENTAN LOS
unos a los otros
«¿Dónde estás tú?»

Estas fueron las primeras palabras que Dios le dijo a Adán y Eva después
que comieron del fruto prohibido. ¿Era necesario realmente darle una
respuesta a Dios? Por supuesto que no. Pero Él sabía que ellos necesitaban
ser honestos. Ellos necesitaban reconocer que se encontraban en un lugar
que no deberían estar. Ellos tenían que actuar en fe de que Dios estaba a
cargo hablando la verdad.

¿Te parece que estoy leyendo demasiado del relato de Génesis 3? Si es así,
echa un vistazo al pasaje del que proviene el versículo de hoy. Pablo escribe:

«Si ustedes, pues, han resucitado con Cristo, busquen las


cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de
Dios. Pongan la mira en las cosas de arriba, no en las de la
tierra. Porque ustedes han muerto, y su vida está escondida
con Cristo en Dios. Cuando Cristo, nuestra vida, sea
manifestado, entonces ustedes también serán manifestados
con Él en gloria» (Colosenses 3:1–4).

Él está estableciendo algunas verdades. Nuestra salvación es una razón para


perseguir y mirar a Cristo mismo y Su reino. Nuestra vieja naturaleza que
ama los tesoros presentes ha muerto. Ahora en Jesús tenemos una nueva
vida, y estamos destinados a la gloria.

Luego, el apóstol continúa:

«Por tanto, consideren los miembros de su cuerpo terrenal


como muertos… dejen de mentirse los unos a los otros, puesto
que han desechado al viejo hombre con sus malos hábitos y se
han vestido del nuevo hombre» (vv. 5, 9–10).

Un devocional de 30 días | 67
Cuando nos ocultamos, y nos refrenamos de hablar la verdad de nuestras
vidas, estamos viviendo como nuestro viejo hombre, como cuando
estábamos muertas; no como quienes han sido resucitados, como las nuevas
criaturas que somos. Como Adán y Eva, estamos tomando del fruto que
está frente a nuestros ojos en vez de confiar en Dios para nuestra provisión
y saber lo que es lo mejor para nosotras.

Es cierto que hablar la verdad acerca de una situación o de un aspecto


de nuestra vida puede ser costoso. Puede costarte el trabajo, una relación
o tu estatus social. Pero estas cosas ya no son nuestra fuente primaria de
identidad.

«Si ustedes, pues, han resucitado con Cristo. . . Porque


ustedes han muerto. . . No hay distinción entre griego y
judío, circunciso e incircunciso, bárbaro, Escita, esclavo o
libre, sino que Cristo es todo, y en todos» (vv. 1, 3, 11).

Tu posición social o profesional ya no son algo a lo que aferrarse en esta


vida. Cristo sí lo es. Y Cristo lo vale todo. Cristo es digno de que hablemos
la verdad.

Cada vez que elegimos ser sinceras con las personas a nuestro alrededor,
estamos demostrando que confiamos en Alguien que va más allá de lo que
podemos ver. Estamos viviendo en fe de que nuestro buen Cristo y Dios
soberano obrará en lo que es mejor para nosotras a medida que vivimos en
integridad; aun cuando todo lo demás a lo que nos aferramos de esta tierra
nos sea despojado.

Deja de ocultarte. Deja de mentir. Confía en que Él cuida de ti cuando hablas


la verdad en obediencia a Él. Hoy amablemente te invita a venir a Él con
esta pregunta: «¿Dónde estás tú?». Dale una respuesta. Y luego, cuéntale a
alguien más.

68 | Unos a otros
CONSIDERA:
¿Dónde estás tú? ¿Hay algo que estás ocultando a los demás por temor?
¿Estás caminando en engaño de alguna manera en lugar de caminar en
integridad?

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ORA:
Cuéntale al Señor exactamente dónde te encuentras. ¿Estás enojada?
Cuéntale. ¿Estás caminando en pecado? Confiésaselo a Él. ¿Estás
anhelando algo de lo cual no le has contado a nadie? Compártelo con Él.

CONFÍA:
Dios provee misericordia cuando somos honestas acerca de donde nos
encontramos. Él perdona cuando confesamos nuestros pecados. Él da
gracia para compartir la verdad con otros.

«El que encubre sus pecados no prosperará, pero el que los


confiesa y los abandona hallará misericordia» (Proverbios
28:13).

PRACTICA:
Permítele a alguien saber dónde te encuentras espiritualmente esta
semana. Encuentra una persona sabia que pueda caminar contigo e
invítale a ver la realidad de tu vida. Habla verdad con ella, permite que te
haga preguntas difíciles y recibe el regalo de sus sugerencias y consejos.

Un devocional de 30 días | 69
DÍA 14

«Por tanto, confiésense sus


pecados unos a otros, y oren
unos por otros para que
seáis sanados».
-SANTIAGO 5:16
CONFIÉSENSE SUS PECADOS
unos a otros

Una de mis mejores compras ha sido una manta de peso.

Siempre está en mi cama para proveer un sentido de seguridad y tranquilidad


durante las horas de la noche. Es un regalo por el cual estoy agradecida
porque hace exactamente aquello para lo que fue diseñada.

Ahora imagínate que yo me aferrara a la manta de manera que la llevara


conmigo a todas partes. Quizás perdería algo de peso por el esfuerzo (¡es
pesada!), pero no me dejaría moverme libremente. Cada paso sería una
carga. Dejaría de hacer algunas de mis cosas favoritas. Tocar el piano es
bastante imposible si no puedes levantar tus brazos. Abrazar a mis seres
queridos, cocinar e incluso tomar un libro del estante sería una carga.

Seguramente dejaría de ser tan social, todo por el amor a mi manta. Las
personas en mi vida se alejarían porque yo pasaría por la vergüenza de estar
continuamente envuelta como una bebé y porque no me gustaría cansarme
por el peso sobre mí. También están las consecuencias de las personas
cercanas a mí. Quizás alguien me llamaría la atención al respecto. Quizás
tendría que renunciar a ella. Quizás alguien se burlaría. No. Pref iero
quedarme en cama con mi acogedora manta. Eso sería mucho más seguro
para mí.

¿No es así como a veces somos con nuestro pecado? Aquí tenemos una
verdad que querríamos ignorar: el pecado a veces nos hace sentir bien.
Como mi «manta de seguridad», nuestro pecado puede darnos un sentido
de seguridad. Fácilmente podemos engañar a nuestra mente y corazón
pensando que estamos más seguras en nuestro pecado. ¿Renunciar a eso,
confesarlo, admitirle a alguien que necesitamos ayuda? Umm, mejor me
quedo aquí donde estoy segura.
Un devocional de 30 días | 71
El pecado no es un peso que debemos llevar sobre nosotras. Debemos
dejarlo en un lugar, en la cruz de Jesús.

Pero algunas veces necesitamos la ayuda de otros para llegar a Él. Por esa
razón, Santiago nos dijo: «Confiésense sus pecados unos a otros, y oren
unos por otros para que seáis sanados» (5:16).

Mi manta, aun con lo maravillosa que es, no es un sustituto para las


interacciones de la vida real con las personas que amo y con el contacto
físico real. Algunas veces lo que realmente necesito es una hermana-amiga
que me permita llorar en su hombro o un abrazo de alguien a quien yo le
importe y me apunte a Jesús. De esta misma forma, la pseudo-seguridad
de escondernos en nuestro pecado no reemplaza el gozo de ser realmente
conocida, cuidada, y de que alguien ore por nosotras.

El peso de nuestro pecado por deferencia nos aleja de una intimidad


piadosa con otros. Nos arropamos en vergüenza y temor, y nos alejamos
de la sanidad que Dios desea darnos a través de la confesión. Dios nos
ha diseñado con una necesidad de compañía. Y ese tipo de intimidad
usualmente requiere vulnerabilidad, la cual muchas veces se siente que
tiene un costo muy alto.

¿En qué estás envuelta hoy? ¿En el perdón de Dios y las oraciones de
otros… o en el peso de tu pecado? Hay libertad al alcance, pero tienes que
estar dispuesta a renunciar a la pesada manta.

72 | Unos a otros
CONSIDERA:
¿De cuál peso necesitas despojarte? ¿Te estás envolviendo en la
«seguridad» de alguna cosa de la que Dios desea despojarte?

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ORA:
«Escudríñame, oh, Dios, y conoce mi corazón; pruébame y
conoce mis inquietudes. Y ve si hay en mí camino malo, y
guíame en el camino eterno». -Salmo 139:23-24

Luego confiesa lo que sea que Él te revele, y pídele de Su gracia para


caminar como Él te guíe.

CONFÍA:
Abrirte a otros creyentes con relación a tus pecados y penas es uno de
los medios que Dios usa para sanarte. Es importante contar con sus
oraciones.

«Por tanto, confiésense sus pecados unos a otros, y oren


unos por otros para que sean sanados. La oración eficaz del
justo puede lograr mucho». -Santiago 5:16

PRACTICA:
Únete a otra creyente y ora con ella. Pregúntale cómo puedes orar por ella
y compártele con honestidad cómo tú necesitas de sus oraciones. Luego
juntas lleven esas necesidades delante de Dios.

Un devocional de 30 días | 73
DÍA 15

«Tengan el mismo sentir


unos con otros».
-ROMANOS 12:16
TENGAN EL MISMO SENTIR
unos con otros
Las Escrituras hacen una pregunta muy importante. Para los
seguidores de Cristo, es la pregunta de dónde dependen nuestras vidas…

«¿Cómo, pues, podremos vivir?». -Ezequiel. 33:10

A la luz de todo lo que Cristo ha hecho por nosotras…

En gratitud a la forma en la que Él nos ha transformado…

Porque Él ha prometido que volverá por nosotras…

¿Cómo entonces deberíamos vivir?

Dios no nos deja adivinando. Las páginas de la Biblia están llenas de


instrucciones de cómo vivir a la luz de la verdad de Dios. Toma, por
ejemplo, las palabras del apóstol Pablo que están grabadas en Romanos
12:9-21. Mientras los primeros capítulos de Romanos están dedicados
claramente a explicar el evangelio; aquí, Pablo nos lleva a ver cómo el
evangelio transforma nuestra vida diaria. En el margen de mi Biblia al lado
de estos versículos, he escrito las palabras «órdenes de marcha» junto a una
lista específica de acciones que la Biblia me pide que haga.

Toma un momento y haz lo mismo. En el margen de tu Biblia, o en una


hoja aparte, haz una lista de las «órdenes de marcha» que ves en Romanos
12:9-21.

La lista constituye una serie de «unos a otros». Por ejemplo: «sean afectuosos
unos a otros con amor fraternal; con honra, dándose preferencia unos a
otros» (v. 10) y finalmente, «tengan el mismo sentir unos con otros» (v. 16).

Un devocional de 30 días | 75
Vamos a examinar posteriormente de manera más profunda este tercer
mandamiento.

La armonía es un término musical que se refiere a un arreglo placentero de


partes. La armonía no puede venir de una simple nota, aún incluso si fuera
una hermosa nota musical. La armonía solamente ocurre cuando múltiples
notas hacen un conjunto para crear un sonido continuo.

Ya que el evangelio nos transforma de ser pecadoras en necesidad de un


Salvador a santas completamente aceptadas por Dios, ¿cómo deberíamos
vivir entonces?

En armonía, dejando a un lado nuestros derechos, nuestras preferencias y


nuestras frustraciones para vivir en paz con nuestros hermanos y hermanas
en Cristo. Cuando hacemos esto, nuestras vidas se unen en una sola
canción, declarando la maravilla de la gracia de Dios.

76 | Unos a otros
CONSIDERA:
¿Quién es la persona con la que tienes más dificultad para vivir en
armonía? ¿Cómo esta división impacta tu testimonio del evangelio?

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ORA:
Pídele al Señor que te ayude a vivir en armonía con otros. Arrepiéntete
por las formas en las que tú has contribuido a esta discordia.

CONFÍA:
El día viene en el que los hijos de Dios vivirán en perfecta paz.

«Entonces habitará mi pueblo en albergue de paz, en


mansiones seguras y en lugares de reposo». -Isaías 32:18

PRACTICA:
Comprométete a contribuir a la armonía dentro de la Iglesia de Dios.

Un devocional de 30 días | 77
DÍA 16

«No nos hagamos vanagloriosos,


provocándonos unos a otros,
envidiándonos unos a otros».
-GÁLATAS 5:26
NO SE PROVOQUEN
unos a otros

«¡Mami, ella me está tocando!».

«¡Mami, ella me está tocando!».

«¡No te estoy tocando!». Su dedito se asomaba en el aire cerca de su


hermana.

«¡Pero eres fastidiosaaaaaaaa! ¡Mamiiiiii!».

«¡Pero no te estoy tocando!». El simple tono de voz provocaba más a la


otra niña.

Finalmente se escuchó una voz familiar: «¡Ustedes están acabando con mi


paciencia!».

(Puede que esto te haya ocurrido o no en la vida real. Quisiera que adivines
cuál de las niñas era yo.)

Si eres madre o eres una persona que pasa mucho tiempo con niños, esto
puede sonarte familiar. Uno de los niños se siente aburrido o frustrado o
simplemente curioso y encuentra alguna manera de sobrepasar los límites.
¿Qué tanto puedo irritar a mi hermana? ¿Cuáles de los botones de mami o
papi puedo presionar? Y el dedo índice va directamente a apuntar y tocar
e irritar.

El caos es inminente, y usualmente termina con un adulto exasperado y


niños que protestan, a veces también ocurren ambas cosas.

Un devocional de 30 días | 79
También ocurre con adultos. Somos más sutiles, pero esas mismas
tendencias pueden estar allí para intencionalmente sacar lo peor de otros.
Quizás es a través de la manipulación o al ser pasivo-agresiva o no reconocer
las contribuciones de otras personas. Buscamos nuestra propia gloria… y
esto usualmente termina en conflicto y en relaciones rotas.

¿Por qué pasan cosas como estas? Gálatas 5 nos dice que se debe a que
«cumplimos con los deseos de nuestra carne» (v. 16), lo cual nos lleva a ser
egoístas buscadores de gloria que disfrutamos de empujar los límites de
otros porque deseamos lo que tienen.

¿Cómo podemos cambiar los patrones de nuestras vidas de provocar a otros


de esta manera a provocarnos «al amor y a las buenas obras?» (Hebreos
10:24). Tengo buenas y malas noticias.

La mala noticia es que nosotras no podemos. Por nosotras mismas no


podemos cambiar nuestros corazones. Es posible que podamos modificar
nuestro comportamiento, pero muy adentro seguimos siendo provocadoras
de todo lo que es terrible en los corazones de los demás. Nuestros
corazones van hacia esa dirección, aun cuando la máscara que tenemos
diga lo contrario.

La buena noticia es que Dios puede cambiarnos. Su Espíritu Santo puede


convertirnos de ser provocadoras a ser amorosas. Él puede hacernos
fructíferas, a medida que confiamos en Él. Únicamente Él puede producir
amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y
dominio propio en nuestras relaciones (Gálatas 5:22-23).

Cuando somos tentadas a ser esa niña pequeña y molestar a nuestro


hermano o hermana, ¿qué debemos hacer? Nos acercamos a Dios, nuestro
Padre amoroso, y le pedimos ayuda. No lo vamos a sacar de sus casillas y
no se exasperará ni se molestará. Él te dará la gracia para amar en vez de
provocar a aquellos a tu alrededor.

80 | Unos a otros
CONSIDERA:
¿Cuáles son las personas en tu vida a las que provocas con más facilidad?
¿Cuáles son algunas de las maneras que puedes provocarlos al amor y a
las buenas obras en vez de provocarlos a la frustración?

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ORA:
Considera tus relaciones más cercanas y pídele a Dios que produzca Su
fruto en ti a medida que vives la vida junto a ellas. Confiesa las formas en
que tiendes a provocarlas, y ruégale a Dios que transforme tu corazón.

CONFÍA:
A medida que te aferras a la Palabra de Dios y buscas Su rostro, el Señor
hará crecer la semilla del evangelio en un buen fruto. Sé paciente.

«El sembrador salió a sembrar su semilla…Y otra parte cayó


en tierra buena, y creció y produjo una cosecha a ciento por
uno…Pero la semilla en la tierra buena, estos son los que han
oído la palabra con corazón recto y bueno, y la retienen, y
dan fruto con su perseverancia» (Lucas 8:5, 8, 15).

PRACTICA:
Si el Señor te ha dado la convicción de que eres una persona provocadora
en una manera equivocada, acércate a las personas a las que has irritado
y pídeles perdón. Y si esa persona es creyente, pídele que ore por ti al
respecto.

Un devocional de 30 días | 81
DÍA 17

«Hermanos, no hablen mal


los unos de los otros».
-SANTIAGO 4:11
NO HABLEN MAL LOS
unos a los otros

Hay días en los que necesito un silbato.

Como madre de cuatro varones, yo soy árbitro en muchas discusiones. Son


tantas que hay días que siento que soy el árbitro de los juegos de fútbol
de la NFL, constantemente levantando la bandera en el juego y luego
escuchando a cada uno de los niños al tomar su turno para acusarse unos a
otros de lo que les han hecho.

No es un problema exclusivo de los varones o de los niños en general.


Es un problema de la humanidad. Todos somos propensos a estar a la
defensiva cuando las personas en nuestra casa, iglesia y trabajo no hacen lo
que queremos que hagan.

Una vez que el pecado entró en la humanidad, no tomó mucho tiempo


cuando ya se estaban acusando uno al otro. En la primera generación del
pecado original de Adán y Eva, sus hijos estaban discutiendo sobre quién
era más importante. Esta disputa en particular terminó muy mal (Génesis
4:1-16), pero no comenzó con violencia física. Comenzó como una guerra
de palabras.

«Caín dijo a su hermano Abel» (v. 8).

Caín y Abel son el retrato de una triste realidad; el asesinato comienza con
palabras.

Jesús confirmó esto cuando dijo: «Ustedes han oído que se dijo a los
antepasados: “No matarás” y: “Cualquiera que cometa homicidio será
culpable ante la corte”. Pero yo os digo que todo aquel que esté enojado con

Un devocional de 30 días | 83
su hermano será culpable ante la corte; y cualquiera que diga: “insensato”
a su hermano, será culpable ante la corte suprema; y cualquiera que diga:
“idiota”, será merecedor del infierno de fuego» (Mateo 5:21-22).

Puede que tracemos la línea de pecado en asesinato y sentirnos engreídos


por nunca haber cruzado la línea, pero Jesús parece no estar impresionado.
A medida que vivimos como Sus embajadoras (2 Corintios 5:20), Él nos
ordena a evitar hacer guerra con palabras.

Imagínate si alguien hubiera interferido entre Caín y Abel y les hubiera


hablado exactamente las palabras que encontramos en Santiago 4:11: «No
hablen mal los unos de los otros». Imagínate lo que hubiera ocurrido si
hubieran prestado atención.

Si los hermanos hubieran rehusado hablar mal uno del otro, su conflicto
se hubiera disipado. Caín no hubiera cargado con la culpa de la muerte de
su hermano, Abel hubiera vivido la vida que Dios tenía para él, y la unidad
hubiera sido restaurada.

Hay ocasiones en las que sentimos como que nuestra vida se ha convertido
en un juego de fútbol Nos gritamos unos a otros en las redes sociales y
enviamos mensajes pasivos agresivos cuando estamos sentados a la mesa.
Peleamos con aquellas personas que más amamos y entramos en guerra
con los extraños que se atreven a pasarnos de carril mientras estamos en la
carretera. Dios escoge no ser el árbitro en cada desacuerdo entre Sus hijos.
Él no hace sonar el silbato cada vez que entramos en discordia; en lugar
de eso, Él nos ordena detener el conflicto usando nuestras palabras en el
mismo instante en que comienza.

Tú no puedes escoger cómo las personas se comportan. No puedes cambiar


el corazón de un simple humano. Pero tú puedes evitar el error de Caín
simplemente al vivir este mandato: «No hablen mal los unos de los otros».

84 | Unos a otros
CONSIDERA:
Como hablar sobre una ofensa reaviva el dolor, la ira o el resentimiento;
en vez de eso, ¿qué ocurriría si no verbalizamos cuando sentimos que nos
han hecho mal?

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ORA:
Haz del Salmo 141:3 tu oración del día de hoy (¡y de todos los días!).

«Señor, pon guarda a mi boca; vigila la puerta de mis


labios». -Salmo 141:3

CONFÍA:
Dios está obrando para transformar tu corazón, lo cual impactará la manera en
la que hablas.

«No es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre;


sino lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al
hombre». -Mateo 15:11

PRACTICA:
Memoriza Santiago 4:11, y repítelo cuando enfrentes la tentación de
hablar con palabras que tienen la intención de hacerle daño a otra
persona.

Un devocional de 30 días | 85
DÍA 18

«Hermanos, no se quejen
unos contra otros, para que
no sean juzgados. Ya el Juez
está a las puertas».
-SANTIAGO 5:9
NO SE QUEJEN
unos contra otros

¿Cómo tratas a las demás personas cuando se te ha acabado la


paciencia? Esta es la difícil pregunta que las Escrituras hacen para que
profundicemos en Santiago 5.

A medida que esperemos por el retorno de Cristo, ¿cómo le hablamos a


las personas que están igualmente esperando a nuestro lado? ¿Soportamos
con paciencia y gracia el sufrimiento que viene de vivir en mundo caído
o estamos irritables y descargamos nuestra ira con «los otros» que se
encuentran a nuestro alrededor? ¿Nuestras palabras comunican la confianza
en el inminente retorno del Señor o traicionamos la verdad de que nuestros
corazones han desfallecido en la espera?

«Hermanos, no se quejen unos contra otros, para que no sean juzgados. Ya


el Juez está a las puertas» (v. 9).

En el menor de los casos, ¿cómo tratas a las demás personas en tus


temporadas de sufrimiento? ¿Cuando la vida se torna difícil, arremetes
contra las personas? ¿Culpas a los demás? ¿Justificas el lenguaje áspero e
hiriente? Lo que decimos no está desconectado de lo que creemos. Las
Escrituras nos advierten de que nuestras palabras revelan la verdadera
condición de nuestros corazones. «El hombre bueno, del buen tesoro de su
corazón saca lo que es bueno; y el hombre malo, del mal tesoro saca lo que
es malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca”» (Lucas 6:45).

Lo que somos en tiempo de pruebas es quienes realmente somos. El


sufrimiento continuará llegando en oleadas hasta que Cristo regrese por
nosotras. Cuando esas olas nos cubran, y nos encontremos jadeando por
aire, por esperanza; nuestro verdadero corazón para «los otros» será revelado.

Un devocional de 30 días | 87
La Palabra de Dios nos empuja a soportar el sufrimiento en tranquila paz,
como un granjero espera ver la evidencia de su cosecha germinar de la tierra
(Santiago 5:7). La paciencia es una virtud que paga grandes dividendos en
nuestras relaciones los unos con los otros. La paciencia es posible no por
la confianza que nos tenemos «los unos a los otros» sino más bien por la
confianza que tenemos en Cristo.

«Sean también ustedes pacientes. Fortalezcan sus corazones, porque la


venida del Señor está cerca» (v. 8).

Cuando escogemos respondernos unos a otros con gracia, estamos


declarando nuestra esperanza en la venida del Señor.

Cuando rehusamos ponernos en contra los unos a los otros y escogemos


permanecer en quietud y paciencia, estamos declarando nuestra esperanza
en la venida del Señor.

Cuando hablamos palabras de vida en vez de quejarnos de aquellos que


llevan en sí la imagen de Dios, estamos declarando nuestra esperanza en la
venida del Señor.

Si te encuentras quejándote en estos tiempos de dificultad, no vayas a «los


otros» para encontrar alivio. Mira a Cristo. Pídele que renueve tu esperanza
en Su regreso para que de tu boca fluyan palabras de vida.

88 | Unos a otros
CONSIDERA:
¿Cómo el considerar regularmente el regreso de Cristo impacta de manera
práctica la manera en que vemos el sufrimiento?

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ORA:
Pídele a Dios que te revele cómo tus palabras pueden exponer una fe
débil. Arrepiéntete por arremeter contra otras personas en tiempos de
sufrimiento.

CONFÍA:
La gracia de Dios es suficiente para ayudarte a vivir una vida piadosa a
medida que esperas por Su regreso.

«Porque la gracia de Dios se ha manifestado, trayendo


salvación a todos los hombres, ensenándonos, que, negando
la impiedad y los deseos mundanos, vivamos en este mundo
sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza
bienaventurada y la manifestación de la gloria de nuestro
gran Dios y Salvador Cristo Jesús». -Tito 2:11-13

PRACTICA:
Medita en 1 Tesalonicenses 4:16 y 17, enfocándote en la maravilla del
regreso de Cristo.

Un devocional de 30 días | 89
DÍA 19

«Por tanto, confiésense sus


pecados unos a otros, y oren
unos por otros para que sean
sanados. La oración eficaz del
justo puede lograr mucho».
-SANTIAGO 5:16
OREN unos por otros

Si no hubiera sido por Dree, todavía estaría esperando en el


aeropuerto.

Después de tres semanas de viaje, estoy lista para llegar a casa. Muy lista.
Mi corazón y mi cuerpo están literalmente en dolor por mi familia, mi
cama, por el ritmo de mi vida «normal». La tormenta que se asentó en
la ciudad de Chicago no se inmutó ante mi dolor. Mi vuelo de regreso a
casa fue cancelado. Estuve atascada en un aeropuerto abarrotado, forzada a
pasar otra noche fuera de la comodidad de mi casa.

Exhausta y sin poder resistir mucho más esta situación, me senté en el piso
en medio de la terminal del aeropuerto y lloré. Mis compañeros viajeros se
apresuraban rodando sus maletas y miraban. Nunca me había sentido tan
sola.

En mi angustia, pude comunicarme con una amiga que ha orado por mí en


muchas de mis crisis, grandes y pequeñas.

«Estoy estancada en el aeropuerto y no puedo llegar a mi casa», lloré tan


pronto escuché la voz de Dree al otro lado del teléfono.

Inmediatamente ella comenzó a orar en voz alta. Le pidió al Señor que


me alentara, las lágrimas dejaron de correr por mis mejillas. El Espíritu
Santo había estado conmigo todo el tiempo, pero la oración de Dree me
ayudó a estar consciente de Su presencia cuando todo lo que podía ver
eran personas extrañas a mí y los duros y fríos asientos del aeropuerto.
Me di cuenta de que estaría bien. Las oraciones de mi amiga me dieron la
fortaleza que necesitaba para levantarme y seguir adelante.

Un devocional de 30 días | 91
Dree no pudo hacer nada con respecto a mi vuelo cancelado. Ella no podía
hacer nada para que yo llegara a casa esa noche. Pero al orar me recordó que
Jesús estaba conmigo en la terminal del aeropuerto. Cuando la angustia
robó la paz de mi corazón, mi amiga llevó mi carga ante el Señor en oración.

Las Escrituras son claras en cuanto a que los hijos de Dios deben orar
los unos por los otros. Encontramos este mandamiento en Santiago 5:16
como la segunda mitad de la instrucción de Dios de confesar nuestros
pecados los unos a los otros: «Por tanto, confiésense sus pecados unos a
otros, y oren unos por otros para que sean sanados. La oración eficaz del
justo puede lograr mucho».

Debemos ir a la guerra en contra del pecado junto con las emociones que
vienen al vivir en un mundo caído como el de nosotros donde hay desánimo,
derrota y angustia. ¿Cómo lidiamos con esto? Oramos los unos por los otros.
La confesión y la oración son regalos que continuamos dándonos unos a
otros y la herramienta más poderosa que tenemos a nuestra disposición.

La oración es importante porque llega al corazón de Dios (2 Crónicas


7:14), pero la oración también es importante por la manera en que cambia
nuestros propios corazones. Trata de mantenerte indiferente a la persona
por la que estás orando. No puedes hacerlo. La oración es una cuerda
invisible que ata nuestros corazones juntos.

La oración es el lenguaje del amor del pueblo de Dios. Cierra tus ojos.
Considera estos «unos a otros» de tu alrededor: las caras de las personas que
toman el desayuno contigo, los padres que se ayudan mutuamente llevando
y trayendo a los niños a la escuela y diferentes actividades, la mujer que
llora en el piso del aeropuerto…Prácticamente, ¿cómo vives el mandato de
Dios de amarnos los unos a los otros? Es más fácil de lo que crees. Ora y
continúa orando.

92 | Unos a otros
CONSIDERA:
Recuerda una ocasión cuando alguien oró por ti e hizo una gran
diferencia en tu vida. ¿Has tomado tiempo para agradecerle? ¿Por qué no
agradecerle hoy?

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ORA:
Haz una lista de «los otros» con los que te relacionas diariamente.
Comienza con tu familia. Expande hacia tus amigos. Considera a los
extraños y los conocidos con los que rozas todos los días: la persona
que entrega el correo, la secretaria en la escuela de tus hijos, el vecino a
quien saludas todas las mañanas… no permitas que este mandamiento se
mantenga simplemente en lo teórico. Ora por esos «otros» que el Señor te
traiga a la mente en estos momentos.

CONFÍA:
¿Hay alguien que a menudo ora por ti? Si no conoces a alguien que ore
regularmente por ti, ¿te sientes cómoda pidiendo oración? Esta semana
pídele a alguien que ore por ti, confiando que cuando se lo pidas le estarás
ayudando a vivir y amar como Cristo nos llama a hacerlo.

«Les ruego, hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el


amor del Espíritu, que se esfuercen juntamente conmigo en
sus oraciones a Dios por mí». -Romanos 15:30

PRACTICA:
Usualmente lo que primero le ofrecemos a las personas es nuestra
opinión. Comprométete a orar por otros como tu primera respuesta
refrenando tus opiniones y pensamientos hasta que lo hayas hecho (y
orado con ellos en la medida de lo posible), ora por las personas que te
han dejado saber sus necesidades.

Un devocional de 30 días | 93
DÍA 20

«Por tanto, confórtense los


unos a los otros, y edifíquense
el uno al otro, tal como lo
están haciendo».
-TESALONICENSES 5:11
EDIFÍQUENSE unos a otros

Mi vida está edificada sobre el fundamento firme de la Palabra


de Dios. Pero si pudiéramos ver con nuestros ojos físicos la realidad de lo
que ocurre en el reino espiritual, no tengo dudas de que vería las palabras
de las demás personas como el andamio que me sostiene y me ayuda a estar
firme.

Me viene a la mente cuando un compañero de trabajo me llamó «pozo


profundo», también cuando una vez que mi pastor dijo que yo realmente
conocía mi Biblia, así como las innumerables veces en las que mi esposo
me ha dicho que me ama, valora y soy importante para él. Las palabras
son relevantes, especialmente cuando esas palabras confirman nuestra
identidad en Cristo.

No es de extrañarse que Dios nos ha llamado al ministerio de la edificación;

«Por tanto, confórtense los unos a los otros, y edifíquense el uno al otro, tal
como lo están haciendo». -Tesalonicenses 5:11

Una estrategia de los estudiosos de la Biblia es hacer una pausa intencional


y preguntarse para qué está una frase pequeña como «por lo tanto» en la
Escritura. En este caso «por lo tanto» nos apunta a la razón mayor de por
qué debemos tomarnos el tiempo de hablar palabras de vida unos a otros.
No es porque debamos hablarnos suavemente. La razón es mucho más
grande, mucho más importante…

«Pues ustedes mismos saben perfectamente que el día del


Señor vendrá así como un ladrón en la noche; que cuando
estén diciendo: “Paz y seguridad”, entonces la destrucción
vendrá sobre ellos repentinamente, como dolores de

Un devocional de 30 días | 95
parto a una mujer que está encinta, y no escaparán. Pero
ustedes, hermanos, no están en tinieblas, para que el día
los sorprenda como ladrón; porque todos ustedes son hijos
de la luz e hijos del día. No somos de la noche ni de las
tinieblas. Por tanto, no durmamos como los demás, sino
estemos alerta y seamos sobrios. Porque los que duermen,
de noche duermen, y los que se emborrachan, de noche
se emborrachan. Pero puesto que nosotros somos del día,
seamos sobrios, habiéndonos puesto la coraza de la fe y del
amor, y por casco la esperanza de la salvación. Porque no
nos ha destinado Dios para ira, sino para tener salvación por
medio de nuestro Señor Jesucristo» (vv. 2–9).

Los ocho versículos que preceden al mandamiento de edificar a otros no


son de palabras lindas y tarjetas de Hallmark, sino del regreso de Cristo. A
través de este lente vemos seis razones para edificar a nuestros hermanos y
hermanas en Cristo de manera intencional.

1. El día del Señor viene.


2. Esto no debe sorprendernos.
3. Somos hijos de la luz y del día, no somos hijos de la oscuridad ni de la noche.
4. Ya que sabemos que Jesús regresará, debemos estar esperándolo.
5. A medida que le esperamos, debemos proteger nuestros corazones con fe y
amor, y nuestras mentes con la esperanza de nuestra salvación.
6. Por causa de Jesús, nuestro destino es de esperanza no de ira.
Cuando envías una nota de ánimo que has querido escribir por un tiempo,
cuando tomas tiempo para enviar un mensaje de texto a una amiga en la
que ves a Cristo trabajando en su corazón, cuando haces una pausa para
agradecerle a alguien por edificar el Reino, estás tomando la decisión de
no malgastar la espera apuntando a otros hacia la esperanza prometida del
inminente regreso de Cristo.

Cuando los «otros» que están a nuestro alrededor se están marchitando


bajo el peso del quebrantamiento, cuando las preocupaciones de la vida
encorvan nuestros hombros o nos hacen cerrar el puño, cuando la esperanza
se ve muy lejos… tenemos un plan para eso: «Anímense unos a otros y
edifíquense unos a otros, como lo están haciendo».

96 | Unos a otros
CONSIDERA:
Considera un momento cuando las palabras de aliento de otro creyente
en Cristo hicieron una diferencia en tu vida. ¿Qué causó ese impacto
en ti?

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ORA:
Pídele al Señor que te permita ver qué persona a tu alrededor ha perdido
la esperanza y pídele a Dios que te muestre cómo puedes edificarla.

CONFÍA:
Jesús regresará. ¡Realmente volverá! Este es una fuente de esperanza
permanente para cada seguidor de Cristo, así que, a menudo
recordémonos unos a otros de Su regreso.

«Por tanto, Yo vengo pronto, y Mi recompensa está conmigo


para recompensar a cada uno según sea su obra. Yo soy el
Alfa y la Omega, el Primero y el Último, el Principio y el Fin».
-Apocalipsis 22:12-13

PRACTICA:
Pon el versículo de hoy en acción intencionalmente edificando a alguien
con palabras que les apunten a nuestra esperanza en Cristo.

Un devocional de 30 días | 97
DÍA 21

«Que la palabra de Cristo


habite en abundancia en ustedes,
con toda sabiduría ensenándose
y amonestándose unos a otros
con salmos, himnos y canciones
espirituales, cantando a Dios
con acción de gracias en
sus corazones».
-COLOSENSES 3:16
ENSEÑÁNDOSE Y AMONESTÁNDOSE
unos a otros

¿Cuál es tu rol en el cuerpo de Cristo?

Quizás eres parte del equipo de bienvenida en la iglesia, entregando los


folletos y dirigiendo a las personas al baño. O eres quien aspiras y limpias,
o entregas alimentos. Quizás tocas el piano. ¿Eres de las personas a las que
le confían sus dolores y penas para que ores por ellas?

Tengo noticias para ti: no importa lo que estás haciendo o dando, ¡eres una
maestra!

Enseñar no es un trabajo exclusivo del pastor o de los maestros de escuela


dominical. Es parte de la vida diaria del cuerpo de Cristo. Vivir la vida con
otros creyentes y ser parte de su caminar con Dios es también una forma
de enseñanza.

Piénsalo. ¿De quién has aprendido más? Puede que inmediatamente te


venga a la mente tu pastor o cualquier otro maestro de la Biblia. O si
crees en una manera más amplia, quizás fue tu abuela de donde obtienes
tu herencia cristiana. O quizás ha sido una mentora quien te ha enseñado
a ser tu trabajo de forma más efectiva. O una amiga que practica un hábito
transformador el cual tú también ahora prácticas.

Enseñar es a veces exponer verbos en griego y hebreo desde un púlpito.


Pero también es ayudar a una persona joven a tener sabiduría cuando
conoce románticamente a una persona y es mostrarle a alguien el amor de
Dios al poner tus manos en sus hombros.

Un devocional de 30 días | 99
Es cualquier manera en que ayudamos a nuestros hermanos cristianos a
abrazar y entender la Palabra de Cristo, y a obedecerla.

Considéralo de esta manera. Hay más de una forma de limpiarte. Puedes


hacerlo aquí o allá, al estilo como cuando vas a acampar, puedes usar una
pequeña toalla, puedes lavar partes del cuerpo sin tener que mojarte por
completo o puedes entrar a la ducha o bañera toda enjabonada y luego
enjuagarte.

Las Escrituras hablan sobre ser limpiadas por el lavamiento del agua y de la
Palabra (Efesios 5:26). La enseñanza y predicación de la Palabra ya sea en
una clase o servicio es una manera de «mojarnos» con la Palabra de Dios,
y es una parte muy esencial. Pero si la Palabra de Dios mora en nosotras,
está como en casa en nosotras, necesitamos más que un baño de esponja de
domingo. Necesitamos estar completamente empapadas.

Tener tiempo personal en la Palabra tiene un rol en esto, pero también


pasar tiempo con otros creyentes. Observar como ellos caminan con
Jesús, cómo conviven con la familia, como aman a sus vecinos, además de
también escucharlos hablar palabras a nuestra vida. Estas son formas en
que podemos sumergirnos en la Palabra de Dios.

Nuestro versículo dice que nos enseñemos y amonestemos (corregirnos)


unos a otros; cantando salmos a Dios y dando gracias son maneras en que
podemos sumergirnos en la Palabra de Dios.

No solamente puedes aprender de otros creyentes, tú también tienes un


rol en la enseñanza. A medida que sigues a Jesús, aprendes de Su Palabra y
eres guiada y transformada por Su Espíritu. Simplemente viviendo por fe,
tu vida está enseñando a otros.

10 0 | Unos a otros
CONSIDERA:
¿De quién estás aprendiendo y quien está aprendiendo de ti? ¿Con quién
pudieras estar pasando más tiempo intencionalmente?

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ORA:
Dale gracias a Dios por las maestras y maestros en tu vida, los pasados
y presentes, y ora por las personas que hoy en día te están enseñando.
Luego pídele a Él que te haga una maestra efectiva de la Palabra por la
forma en que vives.

CONFÍA:
A medida que le enseñas a otros a través de tu vida y tus palabras, Jesús
está a tu lado. Él no te dejará.

«Vayan, pues, y hagan discípulos de todas las naciones,


bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo, ensenándoles a guardar todo lo que les he
mandado; y ¡recuerden! Yo estoy con ustedes todos los días,
hasta el fin del mundo». -Mateo 28:19-20

PRACTICA:
Mira tu calendario para esta semana y la próxima. Considera: ¿con quién
estarás pasando tiempo? ¿Hay tiempo que necesitas programar para pasar
con alguien? ¿Hay algo que puedas aprender de esa persona? ¿Qué estás
aprendiendo en estos momentos que le puedas enseñar a esa persona?
Luego usa esas ideas para ayudarte a enseñar intencionalmente con tu
vida.

Un devocional de 30 días | 101


DÍA 22

«Antes, exhórtense los unos a los


otros cada día, mientras todavía
se dice: “Hoy”, no sea que alguno
de ustedes sea endurecido por el
engaño del pecado».
-HEBREOS 3:13
EXHÓRTENSE LOS
unos a los otros

Cada vez que veo a Kathy, ella está hablando del Señor.

Kathy y yo asistimos a la misma iglesia. Por lo general nos saludamos en el


vestíbulo los domingos por la mañana y nos sentamos juntas en los estudios
bíblicos de damas. Ocasionalmente nos encontramos en el supermercado,
mientras mis inquietos hijos suben y bajan del carrito de compras. No
importa la ubicación, sin importar los retos que tenga durante el día,
Kathy siempre tiene palabras edificantes para compartir. Por lo general
es un versículo de la Biblia que ella ha memorizado o comparte la forma
específica en que ha estado orando. En vez de guardarse estas cosas para
ella, las convierte en exhortaciones, recordatorios de nuestra identidad en
Cristo. Sus palabras han hecho una diferencia en mi vida más de lo que
puedo contar.

Kathy no enfoca la exhortación como una actividad. No es simplemente


marcar la próxima casilla en la lista de cosas por hacer. Para Kathy, apuntar
a otros a Jesús es su estilo de vida, algo que ella le ha permitido al Señor
que le enseñe todo el día, todos los días. Ella no es súper espiritual. Ella no
tiene un súper poder espiritual que tú y yo no tenemos. Ella simplemente
escoge exhortar a «los otros» que se encuentran alrededor de ella en cada
oportunidad que tiene.

Mira cómo el escritor de los Hebreos nos pide hablarnos los unos a los
otros: «Antes, exhórtense los unos a los otros cada día, mientras todavía se
dice: “Hoy”; no sea que alguno de ustedes sea endurecido por el engaño del
pecado» (Heb. 3:13).

Un devocional de 30 días | 103


¿Cuándo deberíamos priorizar hablando palabras de exhortación y ánimo?
¿Únicamente los fines de semana? Kathy vive este horario:

• Los lunes ella exhorta.


• Los martes ella exhorta.
• ¿Los miércoles? Sí, también ella exhorta.
• Jueves, viernes, sábados y domingos. Exhorta, exhorta, exhorta, exhorta.

La exhortación no es una actividad para los domingos en la mañana. Es


una decisión de todo el día, todos los días hablando palabras de vida que
apunten «los unos a los otros» a Jesús. Es una pequeña decisión que hace
una gran diferencia, porque todos lo necesitamos, cada día.

Ya que estamos viviendo el «hoy» en este preciso momento, no tenemos


que esperar para aplicar este principio. Mira a los ojos a tu familia, tus
compañeros de trabajo, el chico de la estación de gasolina o la mujer que
te corta el pelo, y escoge vivir como Kathy. Habla palabras de exhortación
el día de hoy.

10 4 | Unos a otros
CONSIDERA:
¿Tienes una «Kathy» en tu mundo? ¿Alguien que toma el tiempo de
señalarte a Jesús a menudo? ¿Cuál ha sido la diferencia que sus palabras
han causado en tu vida?

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ORA:
Pídele al Señor que te muestre cómo exhortar bien a otros. Escucha y
responde al impulso del Espíritu Santo para hablar palabras de ánimo y
exhortación a otros.

CONFÍA:
Tus palabras importan.

«No salga de la boca de ustedes ninguna palabra mala, sino


solo la que sea buena para edificación, según la necesidad
del momento, para que imparta gracia a los que escuchan».
-Efesios 4:29

PRACTICA:
Hazte la meta de compartir una palabra de exhortación/ánimo todos los
días por los siguientes siete días. Pon atención de cómo esta actividad
impacta tu propio corazón y también las actitudes de aquellos a los que
exhortas.

Un devocional de 30 días | 105


DÍA 23

«Por tanto, confórtense unos a


otros con estas palabras».
-1 TESALONICENSES 4:18
CONFÓRTENSE LOS
unos a los otros

Mi palabra griega favorita es parakaleo.

Sí, soy una nerda de las palabras. Permítanme explicar.

¡Esta es una palabra que se traduce de diferentes maneras que es la base


de tres de los devocionales de este libro! (En el versículo de hoy se traduce
como confórtense). Hay muchas formas de significado y profundidad aquí
que hace difícil explicarlo. Así que para alguien que disfruta de las palabras,
esta es una realmente buena:

• La charla de ánimo de un entrenador en el descanso de medio tiempo de un


partido brutal.
• Una tarjeta de condolencias para una amiga que ha perdido un ser querido.
• La invitación para un evento de celebración.
• El tutor que le enseña un concepto difícil al estudiante.
• Las instrucciones de un padre para un niño pequeño o el consejo para un joven
adulto.
• Un tratamiento de intervención que ha sido escogido por la familia del adicto.
• Unas palabras amables dichas en un momento de dificultad.
• Un admirador animando al atleta durante un maratón.
• Un consejero calmando a un cliente en pánico.
• Un letrero de aviso en un área peligrosa.
• Un llamado a presentarse delante del rey.
• Las palabras de una amiga que te empujan a la dirección correcta.

Parakaleo es una palabra tipo cebolla. Despegas una capa de definición,


y hay otra capa y otra, y otra. Bueno, así que cuando se nos llama a

Un devocional de 30 días | 107


animarnos, confortarnos o amonestarnos en las Escrituras, encierra todos
estos diferentes significados. Se trata de usar nuestras palabras para amar
a nuestros hermanos y hermanas, y hay muchas maneras en que podemos
hacer eso.

Hay otras razones por las que me gusta esta palabra: es un don espiritual
(que me han dicho que tengo), es divertido decirla, y lo más importante, es
lo que el Espíritu Santo hace por nosotras.

«Y yo rogaré al Padre, y Él les dará otro Consolador para


que esté con ustedes para siempre; es decir, el Espíritu de
Verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque ni lo
ve ni lo conoce, pero ustedes sí lo conocen porque mora
con ustedes y estará en ustedes…Pero el Consolador, el
Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en Mi nombre, Él les
enseñará todas las cosas, y les recordará todo lo que les he
dicho» (Juan 14:16–17, 26–27).

Cuando animamos a otros creyentes a usar sus dones, hablamos para


confortar a una amiga afligida, ayudamos a una amiga a venir al Señor en
arrepentimiento y fe al Señor o cuando le enseñamos a nuestros hijos algo
nuevo de Dios, estamos poniendo en práctica el animar a otros.

Ya sea que necesites advertir, animar, aconsejar, exhortar o confortar a


alguien el día de hoy, pídele al Señor que te ayude a hacerlo en el poder
del Espíritu, en amor y dominio propio (2 Timoteo 1:7). Porque ya sea
que puedas sacar todas las capas de definiciones, el amor es el corazón de
la cebolla de parakaleo. Sin ella, todos nuestros esfuerzos de usar nuestras
propias palabras se pudrirán y se desmoronarán.

10 8 | Unos a otros
CONSIDERA:
¿Cómo estás dotada o colocada de manera única para hablar a la vida de
otra creyente? ¿Conoces a alguien que pueda ser animada por ti?

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ORA:
Usa las palabras de este antiguo himno para que te guíe en tu momento
de oración:

Sopla en mí, Espíritu de Dios.


Lléname de vida de nuevo
Para que pueda amar como tú amas,
Y hacer lo que tú harías.3

CONFÍA:
Si crees en Cristo, el Espíritu Santo vive en ti. Él te auxiliará para hablar
palabras de ayuda, ánimo y esperanza.

«Y yo rogaré al Padre, y Él les dará otro Consolador para


que esté con ustedes para siempre; es decir, el Espíritu de
Verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque ni lo ve
ni lo conoce, pero ustedes sí lo conocen porque mora con
ustedes y estará en ustedes» (Juan 14:16-17).

PRACTICA:
Ya sea una charla de ánimo, compartir un versículo de ayuda o hacer una
invitación para hacer lo correcto, habla o escribe una palabra de ánimo
para alguien el día de hoy.

Un devocional de 30 días | 109


PARTE IV:
Tus acciones

«Habiendo amado a los Suyos que estaban en el mundo,


los amó hasta el fin. . . Se levantó de la cena y se quitó
el manto, y tomando una toalla, se la ciñó. Luego. . .
comenzó a lavar los pies de los discípulos».
JUAN 13:1, 4–5

«Pero Dios demuestra su amor para con nosotros,


en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
ROMANOS 5:8

Un devocional de 30 días |
A 30 DÍA Devotional 111
D Í A 24

«Salúdense los unos a los otros


con un beso santo».
-ROMANOS 16:16
SALÚDENSE unos a otros

Abrazos. Saludos de puño. Besos en las mejillas. Un firme


apretón de manos. Una palmadita en el brazo. Una mano en el hombro.
Una sonrisa y un saludo con un movimiento de manos.

Todas estas son formas en las que nos saludamos. Una manera de darle
la bienvenida a alguien a nuestras vidas y proveen de un sentido de
reconocimiento. ¡Todas nosotras sabemos lo que produce en nuestras
emociones cuando alguien nos nota, cuando alguien nos dice: «Hey, ¡tú
eres de las mías!».

Es fácil de saludar a las personas que conocemos bien. Amigos cercanos,


miembros de la familia, socios de trabajo. Pero, ¿qué tal de las personas que
asisten a nuestra iglesia a las que no conocemos tan bien? ¿O aquellas que
no encajan en nuestra forma de ser o en lo que debería ser un cristiano? ¿O
las personas que no entendemos bien? ¿Están estas personas excluidas del
mandato de saludar a los creyentes?

Nosotras, como seguidoras de Jesús, a menudo somos propensas a crear


grupitos, a saludar aquellas personas que nos saludan, a amar a las personas
que nos aman, a dar honor a aquellos que tienen más probabilidad de
brindarnos honor. A través de todo el Nuevo Testamento se nos advierte
sobre esto (ver Lucas 6:32-36; Santiago 2:1-9).

De alguna forma siempre tratamos de ser más cercanas con unas personas
que con otras. Eso es simplemente una realidad de nuestro ser finito. No
podemos conocer a todas las personas de la misma manera. Pero eso no
significa que aquellas personas que no se encuentran dentro de nuestro
círculo deben ser menos amadas o menos bienvenidas.

Un devocional de 30 días | 113


Cuando saludamos a otros creyentes, ya sea que los conozcamos o no,
estamos reconociendo que somos parte de una misma familia, la familia
de Dios.

Quizás leíste el versículo de hoy y te sentiste algo incómoda. Quizás un


beso no se encuentra dentro de tu «vocabulario para saludar», o quizás la
persona a la que estás saludando es la que se siente incómoda si le besas en
la mejilla. Está bien. Lo importante aquí no es el modo; es la intención. Es
la bienvenida, es brindarle a la otra persona un sentido de pertenencia, lo
cual es importante.

Así que aquí tienes tu reto: saluda a tus hermanos y hermanas como «los
unos a los otros». coherederos de la vida eterna. Saluda con santidad, sin
ningún vestigio de inmoralidad o egoísmo. Salúdalos con amor (1 Pedro
5:14). Salúdalos como si fueran miembros de tu familia, con un beso santo,
o chocando los puños o estrechando las manos o con abrazos, porque esas
personas son parte de tu familia.

11 4 | Unos a otros
CONSIDERA:
¿Hay alguien en tu iglesia o en tu círculo cristiano a quien evitas saludar?
¿A quién te es difícil ver como miembro de la familia de Dios?

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ORA:
Pídele a Dios gracia para esas relaciones difíciles, para los compañeros
a quienes evitas, para las miradas que desvías. Entonces busca a Dios
para que Él te muestre cómo recibir a estas personas en amor en vez de
frustración y temor.

CONFÍA:
Esto es difícil, pero aquellos que rechazan a los creyentes están
caminando en el sendero del juicio. Ya sea que reciban tu saludo o no,
Dios lo ve, y Él honra tu obediencia.

«Al entrar en la casa, denle su saludo de paz… Cualquiera que


no los reciba ni oiga sus palabras, al salir de esa casa o de esa
ciudad, sacudan el polvo de sus pies. En verdad les digo que
en el día del juicio será más tolerable el castigo para la tierra
de Sodoma y Gomorra que para esa ciudad». -Mateo 10:12, 14
y 15

PRACTICA:
Cuando llegues a la iglesia, saluda a todas las personas a las que te encuentres,
ya sea que las conozcas o no. De ser apropiado, saluda con un abrazo, un beso
santo o estrechando las manos. Mira a las personas a los ojos, y déjales saber
que son bienvenidos en tu vida y en la familia de Dios.

Un devocional de 30 días | 115


DÍA 25

«Sean hospitalarios los


unos para con los otros, sin
murmuraciones».
-1 PEDRO 4:9
SEAN HOSPITALARIOS
los unos para con los otros
«Vamos a reunirnos».

«Tan linda».

«Esos zapatos son muy…interesantes».

Una de las quejas que he escuchado sobre la cultura americana es que


tendemos a decir frases como estas para cubrir lo que realmente estamos
sintiendo.

Podemos dar la apariencia externa de bienvenida y amabilidad al mismo


tiempo en que sentimos todo lo contrario en nuestro interior.

«Vamos a terminar esta conversación para que pueda pasar a lo próximo


que tengo pendiente».

«Ella es realmente tonta, ¡pero mira que linda soy en no decírselo!».

«Wow, ¡esos zapatos sí que son horribles!».

Si fuéramos honestas con nosotras mismas, esto es lo que realmente


queremos decir. Y si fuéramos realmente honestas… nos daríamos cuenta,
que, en muchos casos, esto no es un caso meramente cultural. Es un asunto
del corazón. Es un asunto de la naturaleza humana caída.

Los cristianos de los días de Pedro debieron tener problemas similares para
que él tuviera que darles las instrucciones que vemos en el versículo de
hoy. Él dice: «Sean hospitalarios los unos para con los otros [compañeros
cristianos], sin murmuraciones».

No es simplemente darles la «bienvenida a los extraños» con una sonrisa


fingida de «estoy feliz de verte». Es una bienvenida cordial que es sincera y
no se queja detrás de las puertas.

Un devocional de 30 días | 117


Tampoco es simplemente darle la bienvenida a las personas que conoces.
La palabra griega para hospitalidad literalmente significa «amar para los
extraños». Es ver a un compañero cristiano no como un extraño, sino como
un amigo a quien le das la bienvenida. Es decirles: «Entra», y luego ver por
sus necesidades. ¿Por qué? Porque la hospitalidad extiende gracia como
Dios.

Él nos libera de la esclavitud del pecado. De forma figurativa Él nos guarda


de dormir en las calles. Él nos da la bienvenida como parte de Su familia.

«Recuerden que en ese tiempo estaban separados de Cristo,


excluidos de la ciudadanía de Israel, extraños a los pactos de
la promesa, sin tener esperanza y sin Dios en el mundo. Pero
ahora en Cristo Jesús, ustedes, que en otro tiempo estaban lejos,
han sido acercados por la sangre de Cristo… Así pues, ya no
son extraños ni extranjeros, sino que son conciudadanos de los
santos y son de la familia de Dios» (Efesios 2:12-13, 19).

Eras una extraña, y Dios te mostró hospitalidad incondicional. Él no dijo


«bienvenida» queriendo decir lo opuesto, y Él no se está quejando de tu
presencia en la Su familia. ¡Todo lo contrario! Cuando eras Su enemiga,
Cristo murió por ti. ¡Qué hospitalidad tan grande y sincera!.

«Entonces el Rey dirá a los de Su derecha: “Vengan,


benditos de mi Padre, hereden el reino preparado para
ustedes desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre,
y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron
de beber; fui extranjero, y me recibieron. Entonces los
justos le responderán, diciendo: “Señor, ¿cuándo te vimos
hambriento, y te dimos de comer, o sediento y te dimos de
beber? ¿Y cuándo te vimos como extranjero y te recibimos,
o desnudo y te vestimos?”. El Rey les responderá: “En
verdad les digo que en cuanto lo hicieron a uno de estos
hermanos Míos, aun a los más pequeños, a Mí lo hicieron»
(Mateo 25:34-35, 37-38, 40).

Abre bien las puertas, dispón otro lugar en la mesa, y prepara tu corazón
para amar a un extraño. Después de todo, es lo que tu Padre hizo por ti.

11 8 | Unos a otros
CONSIDERA:
¿Son tus palabras y hospitalidad genuinas? ¿Cómo podrías de una manera
práctica darles la bienvenida a otros en tu mesa y en tu vida?

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ORA:
Pídele a Dios que te dé oportunidades de amar a través de la hospitalidad
y que te guarde de quejarte mientras te ocupas en ello.

CONFÍA:
Dios honra y recompensa la hospitalidad generosa. Él proveerá todo lo
que necesitas para dar y suplir tus necesidades.

«Den, y les será dado; medida buena, apretada, remecida y


rebosante, vaciarán en sus regazos. Porque con la medida
con que midan, se les volverá a medir» (Lucas 6:38).

PRACTICA:
Coloca un lugar adicional en la mesa, invita a una amiga o a una nueva
compañera de trabajo a tomar café. Da el paso y decide practicar la
hospitalidad el día de hoy.

Un devocional de 30 días | 119


DÍA 26

«Sean afectuosos unos con otros


con amor fraternal; con honra,
dándose preferencia
unos a otros».
-ROMANOS 12:10
CON HONRA, DÁNDOSE
PREFERENCIA unos a otros

Imagina que todos estamos en una carrera, cada hombre, cada


mujer, cada niño. La manera en que avanzamos en la carrera es mostrando
honor a nuestros compañeros competidores. Empujando y tirando para
estar al frente de todos es realmente como perdemos en vez de ganar. Este
tipo de carrera requiere un formato de relevo. Yo te paso la estafeta cuando
te doy preferencia, tú me pasas la estafeta haciendo lo mismo. El ganador
no es quien gana la competencia, sino el reino de Cristo, el cual es celebrado
cuando los seguidores de Cristo se celebran unos a otros armoniosamente.

Nadie tiene que enseñarle a nuestra carne los fundamentos de la


competencia. En nuestro estado pecaminoso humano sabemos cómo
competir por el poder, menospreciar a los demás y buscar ser el número
uno. Sin embargo, seguir a Cristo significa aprender a dejar de caminar en
la carne y en vez de eso, caminar en el espíritu (Gálatas 5:16). A menudo
esto significa cambios radicales en nuestra interacción los unos con los
otros. En lugar de superarse mutuamente en las áreas de éxito, poder,
riqueza y autoridad, la Biblia nos invita a una competencia diferente.

«Con honra, dándose preferencia unos a otros» (Romanos 12:10).

Esta es la forma inversa, de adentro hacia afuera que Cristo presentó


cuando Él dijo: «Así, los últimos serán primeros, y los primeros, últimos…
Pero Jesús, llamándolos junto a Él, dijo: “Ustedes saben que los gobernantes
de los gentiles se enseñorean de ellos, y que los grandes ejercen autoridad
sobre ellos. No ha de ser así entre ustedes, sino que el que entre ustedes
quiera llegar a ser grande, será su servidor, y el que entre ustedes quiera ser
el primero, será su siervo; así como el Hijo del Hombre no vino para ser

Un devocional de 30 días | 121


servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos”» (Mateo
20:16, 25-28).

«Los ganadores» en el Reino llegan al lugar de la victoria cuando celebran a


«los otros» que están a su alrededor. Si tratamos de superarnos unos a otros
para presumir, todos perdemos.

Nunca nos superaremos unos a otros en la demostración de honor si nuestros


ojos están fijos en nosotras mismas o incluso en los demás corredores.
Debemos mirar a nuestro precursor Jesús, que honró humildemente a los
demás con Su servicio y sacrificio aun cuando era el Rey de reyes.

12 2 | Unos a otros
CONSIDERA:
¿Qué quiere decir «honrar» a otros? Haz una lista de tres maneras
prácticas en las que puedes mostrar honor.

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ORA:
Pídele al Señor que te ayude a aceptar Su llamado de vivir poniendo a los
demás primero y que te enseñe cómo rendir tu deseo carnal de elevarte a
ti mismo.

CONFÍA:
Si priorizas la humildad verdadera, Cristo te exaltará.

«Humíllense en la presencia del Señor y Él los exaltará»


(Santiago 4:10).

PRACTICA:
Estudia las palabras de Jesús que se encuentran en Mateo 20:16-28.
Considera nuevamente la forma radical en la que Él te pide vivir.

Un devocional de 30 días | 123


D Í A 27

«Pues si Yo, el Señor y el


Maestro, les lavé los pies, ustedes
también deben lavarse los pies
unos a otros».
-JUAN 13:14
LÁVENSE LOS PIES
unos a otros

Fue una semana de campamento de la iglesia que pasaría a


la historia.

Lo que se quedó en mi mente no fue un mensaje de la Biblia o la comida o


las actividades, fue la enfermera. Básicamente nos hicimos mejores amigas
en esa semana.

Mi primer día en el campamento, mientras caminaba, ¡y caminaba!


Me tropecé y caí y me disloqué el tobillo. Casi me desmayo del dolor.
(Definitivamente no fue mi mejor momento). Algunos de los consejeros
me ayudaron y me llevaron a la estación de enfermería. Por supuesto, fue
difícil tener el tobillo envuelto y no poder jugar, pero eso no fue lo peor.

Esa noche, tuve mi primer ataque de asma. El pecho me silbaba, tosía


buscando aire. Fue terrible. La misma enfermera que me vendó el tobillo
se quedó hasta tarde conmigo cada noche por toda esa semana, a medida
que cada oleada de falta de aire me asustaba.

Ya no recuerdo su nombre, ni su cara, pero recuerdo su presencia y su cuidado.


Aun cuando esas noches las pudiera recordar como una pesadilla e incluso
cuando el incidente del tobillo regresa a mi memoria para atormentarme
como un chiste en la familia (Sí, todos sabemos que tienes problemas al
caminar)… mis recuerdos de esa semana son lo opuesto a terribles.

Son los recuerdos de una mujer que estuvo dispuesta a servir en la situación
caótica que se le presentó; los recuerdos de servicio a través del toque de
sus manos.

Un devocional de 30 días | 125


Manos vendando mi tobillo.

Manos que me sostenían mientras tosía.

Manos que me agarraban y me ayudaban a caminar.

Recuerdo esto, y oro: «Que a mis manos pueda guiar, el impulso de tu


amor».

Esto es exactamente lo que significa lo que Jesús nos encomendó: «lavar


los pies los unos a los otros». Es permitir que el amor y el cuidado de Dios
para ti se externe en amor y cuidado hacia los demás.

Es llevar a cabo humildemente las tareas que nadie más desea hacer, y
también es simplemente encarnar Su amor.

Es tomar la mano de un pequeño. Es ayudar a limpiar el desorden de una


persona enferma. Es proveer un hombro donde llorar. Es verlo en jóvenes
varones luchando en el piso y una madre dulcemente amamantando a su
bebé. Son abrazos de protección, frotar la espalda de alguien, una mano de
ayuda y sí, incluso lavar los pies como un acto de amor, todas estas cosas
pueden ser representaciones físicas del amor que Cristo mismo tiene por
nosotros.

Como Dios encarnado, Él tocó. Él lavó. Él puso sus manos sobre los
enfermos.

«Porque les he dado ejemplo, para que como Yo les he hecho, también
ustedes lo hagan» ( Juan 13:15).

Hoy haz con tus manos lo que tengas en frente. Enjuga las lágrimas de
alguien o limpia lo que esté sucio; pásale a alguien un pañuelo o ayuda a
una niña que se encuentra avergonzada y herida a llegar a la enfermería.

Cuando nuestras manos se mueven en amor, llegamos a ser Sus manos en


un mundo que desesperadamente necesita Su toque. Así que, «lavemos
los pies» de la manera que Él nos dirija. Y quizás crearemos memorias del
amor de Dios para otras personas.

12 6 | Unos a otros
CONSIDERA:
¿Qué pueden hacer tus manos en amor? ¿Cuáles son las necesidades que
ves cada día enfrente de ti? ¿Cómo puedes ser hoy «las manos de Jesús»?

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ORA:
Recuerda el momento que alguien te ministró a través del toque humano.
Cuéntale a Dios sobre esa experiencia, dale gracias por esa persona.

CONFÍA:
A medida que haces bien con tus manos por temor al Señor y por amor a
otros, Él cuidará de ti y te guiará por la senda de Su bondad.

«Bienaventurado todo aquel que teme al Señor, que anda


en Sus caminos. Cuando comas del trabajo de tus manos,
dichoso serás y te irá bien» (Salmo 128: 1-2).

PRACTICA:
Mantente a la expectativa para la buena obra que pueden hacer tus
manos el día de hoy. Especialmente en las maneras de ministrar a otros,
de actuar de forma apropiada incluso con el toque de tus manos.

Un devocional de 30 días | 127


DÍA 28

«Así que, hermanos míos,


cuando se reúnan para comer,
espérense unos a otros».
-1 CORINTIOS 11:33
ESPÉRENSE unos a otros

Recientemente, los diáconos de mi iglesia comenzaron a hacer


algo diferente cuando sirven la comunión. Usualmente, la congregación
pasa al frente para recibir el pan y el vino. Estrechamos las manos o nos
damos un abrazo y decimos: «La paz sea contigo» y luego las personas se
forman en filas.

«El cuerpo de Cristo, que es para ti».

«La sangre de Cristo, que es para ti».

Estas palabras se repiten una y otra vez, a medida que cada persona participa
de la comunión. Esto no ha cambiado.

Lo que ha cambiado es que hay algunas personas que ya no pasan al frente.


Se les traen los elementos. En uno de los bancos al frente, hay una pareja de
ancianos que se sienta allí, y a ellos les sirven primero, antes que se forme
la fila de personas. Él tiene demencia y ella se sienta con valor señorial y
femenino a su lado. Ya él no puede pasar al frente para la comunión a no
ser con mucha dificultad.

Todos los adolescentes llenos de energía en el banco de atrás… tienen que


esperar un poco más de tiempo. Las palabras son las mismas, los elementos
son los mismos, pero el proceso toma un poquito más de tiempo. Este
pequeño momento cada semana nos está enseñando a todos paciencia y
honor hacia estos santos fieles.

Un devocional de 30 días | 129


En este minuto o dos, estamos aprendiendo de una manera nueva para
nosotros lo que significa esperarnos los unos a los otros.

De esto es lo que habla Pablo en el versículo de hoy. Él nos anima a


esperar, a ser pacientes unos con otros con expectativa de lo que Dios está
haciendo en sus vidas y en la nuestra. Como Hebreos 11:10 dice: estamos
esperando «la ciudad que tiene cimientos, cuyo arquitecto y constructor
es Dios». Cuando tomamos tiempo para esperarnos unos a otros, estamos
infundiendo esa fe los unos a los otros en amor, en el aquí y ahora.

Mientras esperamos, los resultados pueden ser lentos, puede que


necesitemos repetir las palabras, tendremos que poner a un lado la prisa
y el tiempo. Tendremos que tomar algunos minutos u horas extras para
asegurarnos que alguien se siente escuchado en medio de su dolor. Puede
que lleguemos tarde a una cita porque otra vez nuestros hijos no pueden
encontrar sus zapatos. Puede que tengamos que pasar tiempo extra
enseñando a una compañera de trabajo a hacer algo en vez de hacerlo
nosotras mismas.

Todos estos momentos de aprender a esperarnos los unos a los otros,


no importa qué pequeño sea… Son los métodos de Dios para formar la
paciencia en nosotras. Este tipo de paciencia momentánea refleja nuestra
esperanza segura en el mañana; cuando ya no tengamos que esperar,
cuando la demencia ya no existirá, cuando las posesiones de los niños no se
perderán irremediablemente, ya no necesitaremos la paciencia y estaremos
completamente tranquilas en la presencia eterna de nuestro Dios.

Así que, en el día de hoy, no te apresures a superar la espera. ¡Acéptala!

13 0 | Unos a otros
CONSIDERA:
¿Quiénes son las personas a las que más te cuesta esperar? ¿Cómo reaccionas
a ello?

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ORA:
Confiesa cualquier forma de impaciencia que el Espíritu Santo te haya
mostrado, y pídele al Señor que te ayude a esperar con paciencia a las
personas con las que tengas que lidiar en el día de hoy.

CONFÍA:
Tu Señor viene. Se nos ha prometido la siega. La espera terminará.

«Por tanto, hermanos, sean pacientes hasta la venida del


Señor. Miren cómo el labrador espera el fruto precioso de
la tierra, siendo paciente en ello hasta que recibe la lluvia
temprana y la tardía. Sean también ustedes pacientes.
Fortalezcan sus corazones, porque la venida del Señor está
cerca». -Santiago 5:7-8

PRACTICA:
Escoge intencionalmente esperar por alguien el día de hoy. Manténte en
una fila larga de espera, dale a un pequeño toda tu atención o quédate en
la línea del teléfono aun cuando deseas colgar. Mientras haces esto, dale
gracias a Dios por la oportunidad de practicar la paciencia.

Un devocional de 30 días | 131


DÍA 29

«No se priven el uno del otro,


excepto de común acuerdo y por
cierto tiempo, para dedicaros a
la oración. Vuelvan después a
juntarse, a fin de que Satanás no
los tiente por causa de falta de
dominio propio».
-1 CORINTIOS 7:5
NO SE IGNOREN EL
uno al otro

Alguien en Corinto fue lo suficientemente valiente como para


escribirle al apóstol Pablo una carta muy extraña. Sabemos que 1 Corintios
7 abre con: «En cuanto a las cosas que me escribieron…». Pablo responde
con instrucciones sobre la intimidad sexual entre el esposo y la esposa.

Estoy muy agradecida de que un hermano cristiano fue lo suficientemente


valiente como para hacer esas preguntas difíciles sobre las practicidades de
«amarnos los unos a otros», y estoy muy agradecida de que la Palabra de
Dios preservó la respuesta sabia de Pablo. A medida que busco moverme
de la teoría a la acción en los principios de «unos a otros», necesito cada
empujoncito, ánimo y recordatorio que la Escritura pueda darnos.

El reto de tratarnos «unos a otros» como Cristo nos llamó a hacerlo no se


queda en las esferas públicas. Nos siguen hasta nuestra mesa, en nuestras
conversaciones más vulnerables y detrás de la puerta de nuestra habitación.

En todo tiempo, en todo lugar, Dios nos llama a rendir nuestro egoísmo y
priorizar las necesidades de los demás sobre las nuestras. No hay un espacio
en nuestras vidas donde tenemos un «pase» para el «amarnos unos a otros».
En el contexto del matrimonio, eso significa que no usamos el regalo del
sexo para ganar poder sobre el otro, para manipular o controlar. En vez de
eso, recordamos el mandamiento de Dios de «amarnos los unos a los otros»
y rehusamos permitir que el regalo de la intimidad sexual se convierta en
un arma.

La Palabra de Dios no es un bufet. No podemos escoger lo que aplica


y lo que no aplica porque, «Toda Escritura es inspirada por Dios y útil
para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin

Un devocional de 30 días | 133


de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra» (2
Timoteo 3:16–17).

Esto significa que tampoco podemos tomar la perspectiva de bufet para


el «los otros». No seleccionamos a quién amar, honrar y animar. Por el
contrario, le pedimos al Espíritu Santo que nos empodere para amarnos
«unos a otros» en público y a puertas cerradas.

¿Cuál de los «unos a otros» te es ajeno y difícil de practicar?

• Quizás sea el llamado claro a vestirte de humildad cuando naturalmente tu


corazón se inclina al orgullo.
• Quizás sea el mandato de soportarse los unos a los otros cuando eres tentada a
tirar la toalla.
• Quizás la idea de confesar los pecados unos a otros hace que te suden las
manos, o la amonestación de Pablo de no retener la intimidad unos a otros te
hace sentir fuera de control.
No respondas a lo que te es incómodo ignorando el mandato. Abre tu
Biblia una y otra vez y anímate, el mandato de «unos a otros» es un regalo
expresado de la boca de Dios y es útil para cada área de tu vida.

13 4 | Unos a otros
CONSIDERA:
¿Has sometido tu vida sexual a la autoridad de la Escritura?

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ORA:
Pídele al Señor que revele cualquier área en la que has decidido que amar
a «los otros» es opcional.

CONFÍA:
A través de la Palabra de Dios y el poder del Espíritu Santo tenemos
todo lo que necesitamos para amarnos «unos a otros» como Cristo lo ha
mandado.

«Pues su divino poder nos ha concedido todo cuanto


concierne a la vida y a la piedad, mediante el verdadero
conocimiento de Aquel que nos llamó por su gloria y
excelencia». -2 Pedro 1:3

PRACTICA:
Si estás casada, haz lo que Pablo nos llama a hacer en el versículo de hoy.
Rehúsa retener el regalo de intimidad sexual a tu esposo a menos que lo
hayas hablado con él y ambos estén de acuerdo. Incluso entonces, limita
este tipo de restricciones en tu matrimonio.
Si no estás casada, honra el mandato que encontramos en Hebreos 13:4:
«Sea el matrimonio honroso en todos, y el lecho matrimonial sin deshonra,
porque a los inmorales y a los adúlteros los juzgará Dios».

Un devocional de 30 días | 135


DÍA 30

«Según cada uno ha recibido un


don especial, úselo sirviéndose
los unos a los otros como buenos
administradores de la multiforme
gracia de Dios».
-1 PEDRO 4:10
USA TUS DONES PARA
SERVIR a otros

Ha sido mi experiencia que cuando se trata de dones espirituales,


la mayoría de nosotras caemos en una de dos categorías: o no sabemos
cuáles son nuestros dones, o estamos esperando que otras personas nos
den permiso para usarlos. Hay una tercera categoría que he observado con
menos frecuencia; los cristianos que saben cuáles son sus dones y saben
cómo usarlos, pero se han convencido a sí mismos que debido al cansancio,
o porque no se lo reconocen como ellos esperaban, está bien calentar el
banco y poner los dones que Dios les dio de regreso en una cajita.

He hecho una de mis misiones de vida mover a otros en una cuarta categoría.
Los individuos en esta categoría saben cuáles son sus dones, saben cómo
usarlos para la edificación de la iglesia y están ocupados impactando el
reino de Dios. Esta es la categoría en la que deseo vivir cada día de mi
vida. Es la categoría en la que deseo que tú vivas cada día de tu vida. Tengo
dificultad acostumbrándome a algo menos que eso. Porque tus dones son
un regalo para mí. ¿Y mis dones? Bien, son un regalo para ti.

Pablo nos enseña este concepto con una palabra poderosa que encontramos
en 1 Corintios 12:

«En cuanto a los dones espirituales, no quiero, hermanos,


que sean ignorantes…Porque, así como el cuerpo es uno,
y tiene muchos miembros, pero, todos los miembros del
cuerpo, aunque son muchos, constituyen un solo cuerpo,
así también es Cristo…Y el ojo no puede decirle a la mano:
“No te necesito”; ni tampoco la cabeza a los pies: “No
los necesito”… ya que nuestras partes presentables no lo
necesitan. Pero así formó Dios el cuerpo, dando mayor

Un devocional de 30 días | 137


honra a la parte que carecía de ella, a fin de que en el
cuerpo no haya división, sino que los miembros tengan el
mismo cuidado unos por otros. Si un miembro sufre, todos
los miembros sufren con él; y si un miembro es honrado,
todos los miembros se regocijan con él. Ahora bien, ustedes
son el cuerpo de Cristo, y cada uno individualmente un
miembro de él» (vv. 1, 12, 21, 24–27)

No hay un bazo en el reino de Dios. Cuando usas tus dones, es beneficioso


para mí. Cuando yo utilizo mis dones, es de beneficio para ti. Y cuando no
los usamos, todo el cuerpo sufre.

Amo el mandato simple y directo que encontramos en Romanos 12:6:


«Pero teniendo diferentes dones, según la gracia que nos ha sido dada,
usémoslos».

Tú tienes dones dados por Dios. ¡Ocúpate usándolos! Es una de las


maneras que puedes escoger practicar el mandato de amarnos «los unos
a los otros». ¿Tienes el don de servicio? Úsalo para bendecir a «los otros».
¿Eres maestra? Enseña a «los otros». ¿Tienes el don de la oración? Ora por
«los otros».

Nuestros dones no son para tenerlos en una repisa y que sean observados
ahí; son para usarlos entre el pueblo de Dios. A medida que cerramos este
devocional con una nueva perspectiva de «los otros» que están a nuestro
alrededor, es mi oración que aprendamos a vivir en la cuarta categoría: usar
diariamente nuestros dones para servir a otros y edificar el reino de Cristo.

13 8 | Unos a otros
CONSIDERA:
¿Sabes cuáles son tus dones espirituales? ¿Los ves como que pertenecen a
«los otros» que están en tu vida?

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ORA:
Pídele a Dios que te ayude a maximizar tus dones para la edificación de Su
reino.

CONFÍA:
A medida que utilizas tus dones para bendecir a otros, Dios multiplica tus
esfuerzos para una ganancia mayor y más significativa.

«Pero a cada uno se le da la manifestación del Espíritu para


el bien común». -1 Corintios 12:7

PRACTICA:
Cierra este último devocional reflexionando en todo lo que has aprendido
durante estos treinta días sobre «los unos a otros» de la Escritura. Pasa
tiempo en oración agradeciéndole a Dios por Su propósito en Sus hijos y
pídele a Él que te enseñe a vivir con una mentalidad de «unos a otros» que
le honre a Él.

Un devocional de 30 días | 139


Una bendición de cierre
(Judas)

Pero ustedes, amados,


edificándose en su santísima fe,
orando en el Espíritu Santo,
consérvense en el amor de Dios,
esperando ansiosamente la misericordia
de nuestro señor Jesucristo para vida eterna. . . .

Y Aquel que es poderoso


para guardarlos a ustedes sin caída
y para presentarlos sin mancha
en presencia de Su gloria con gran alegría,
al único Dios nuestro Salvador,
por medio de Jesucristo nuestro Señor,
sea gloria, majestad, dominio y autoridad,
antes de todo tiempo, ahora
y por todos los siglos.

Amén.

Un devocional de 30 días | 141


Conoce a nuestras autoras
Hayley Mullins está aprendiendo a amar al vivir con una familia de diez
miembros y practicar el mandato de «unos a otros» en una pequeña iglesia
presbiteriana al norte de Indiana.

Erin Davis está aprendiendo a fomentar el mandato de «los unos a los otros»
en la mesa a la hora del desayuno. Ella es directora de contenido de Revive Our
Hearts, donde invita a las mujeres a tomar de la Fuente de Agua Viva de la Palabra
de Dios a través de recursos bíblicos como este. Ella es la autora de varios libros y
estudios bíblicos.

14 2 | Unos a otros
Notas
1
J.H. Jowett, «Tending the Flock», Epistles of St. Peter, «Cuidando el Rebaño»,
Epístolas de San Pedro, Tercera Edición (En inglés) (London: Hodder
and Stoughton, 1910), http://www.ccel.org/ccel/jowett/epistpeter.iii.xvii.
html?scrBook=1Pet&scrCh=5-5&scrV=5-5#iii.xvii-p0.1.

2
William Ernest Henley, «Invictus», https://www.poetryfoundation.org/
poems/51642/invictus.

3
Edwin Hatch, «Breathe on Me, Breath of God», Hymnary.org, https://
hymnary.org/text/breathe_on_me_breath_of_god.

Un devocional de 30 días | 143


Abre tu Biblia y descubre

los unos a otros


Personas transitan por el supermercado y te cruzas con ellos,
colegas comparten tu espacio de trabajo y rostros cotidianos ocupan
tu mesa cada día. ¿Cómo te ha guiado Dios a interactuar con aquellos
que se cruzan en tu camino diario?

Aprende a…
• Mostrar hospitalidad a otros.
• Animar a otros.
• Sobrellevar las cargas de los otros en amor, y más. . .
en este devocional de 30 días.

Aprenderás cómo aplicar el amor que Dios te ha mostrado en tus


relaciones en cuatro áreas: actitud, presencia, comunicación y acciones.
Cada día encontrarás un mandamiento de «unos a otros» para reflexionar,
un devocional que profundiza en el significado de este principio, así
como preguntas y pasos prácticos para hacerlo personal.

Durante los próximos treinta días, disfruta pasar tiempo en los «unos
a otros» de la Escritura y sé motivada a amar de esa manera a aquellos
que te rodean.

Es un ministerio de alcance de Life Action Ministries.

P.O. Box 2000, Niles, MI 49120


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