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SONETOS Y SOTENOS

Pseudónimo: Jano
SONETOS Y SOTENOS

Sergio Artero

Estos poemas tuvieron una Mención de Honor


en el Certamen Ibérico de Jóvenes Artistas 2012
a cargo del Instituto Municipal de la Juventud de Cáceres.

A Francisco Simón,
por su amor a este pequeño juguete de sonetos,
a este divertimento con pocas pretensiones,
y a quien lo firma.

Foto de la portada:
Ana Domínguez Ruiz

2
ÍNDICE

La herida. A un tal Ángel González, pág. 4

Lo diverso. A Karl Phillip Moritz, pág. 5

Lujo y sexo en N. Y. A Bruce Labruce, pág. 6

Hacia el Khan. A Juan de Marignolli, pág. 7

Mi trapecio. A Pinito de Oro, pág. 8

Hacer el cabra. A Federico Fellini, pág. 9

Caretas. A Lon Chaney, pág. 10

Amor r0mántic0. A Karl Philipp Mortiz, pág. 11

Soneto preparado. A John Cage, pág. 12

Siglo Veinte. A H. M. Górecki, pág. 13

Engaños en años. Al conde Víctor Lustig, pág. 14

Caleidoscopio. A José Val del Omar, pág. 15

Horrores del Grand Guiñol. A Óscar Métenier, pág. 16

3
La herida. A un tal Ángel González.

Debajo de este traje va la herida


de tanto batallar con voz y fuego.
Bajo el pelaje fosco de la vida
y el antifaz de mí donde me pliego.

Bajo el danzar de hielo en la bebida,


bajo el amor sin par al que me entrego.
Una herida ahí, donde se olvida,
porque mirar adentro deja ciego.

Hay días, sin embargo, en que me arde


la lástima de serme tan cobarde
y no afrontar de frente este problema.

Mas la herida está tan enquistada


que no sé si podría hacer ya nada
salvo escribir herida en un poema.

4
Lo diverso. A Karl Phillip Moritz

Adéntrese al cubículo perfecto


levado por tu piel y arquitectura,
desmáyese el placer en tu figura
con el ámbar de un mármol insurrecto,

demórese el pincel, en el trayecto


dibuje el oropel y galanura,
y fórmese sinfónica estructura
ante tanto sistema circunspecto,

que al punto que te encuentro me encabalgo


y pongo en cada verso cuanto valgo,
dando al traste con todo ese sistema:

lo bello está en nosotros y es diverso.


Ahora es este cuarto mi universo
y estar contigo aquí es mi poema.

5
Lujo y sexo en N. Y. A Bruce Labruce.

Las abrasadas rosas de los cielos


derraman pintalabios conmovidos.

Cantar de tantas pieles, sus sonidos


son el tierno vaivén de los consuelos.

La carne se hizo carne por los pelos


y aún se oye el destino en sus latidos.

Cantar de tantas pieles y gemidos


son su dulce homilía, sus anhelos.

Los cuerpos morirán pero su semen


colgará de raíces y del canto
que se oirá rebotando en el futuro,

cuando ardan nidos y las naves quemen


y apenas quede el sinsabor de un llanto
en el alto alminar de un pene duro.

6
Hacia el Khan. A Juan de Marignolli.

Hacia el Khan que todo lo derrite,


atento a que el océano se engrife,
va este hombre, tan sólo con su esquife,
sus sueños, sus misivas y su envite.

Para él el mar, el mar que se repite,


el mar y sus espasmos de arrecife,
extranjero coral y matarife
donde toda la muerte se remite.

Las crestas de la mar, los tigres blancos


y esa caligrafía sobre zancos
hacen un horizonte de medusas.

Va así el hombre, mecido por las olas,


ciñéndose a la muerte en caracolas,
mientras abre en la vida las esclusas.

7
Mi trapecio. A Pinito de Oro.

Una vida bailando con el cable


de un trapecio que llega no sé dónde.
Una vida dejando que me ronde
la dulce sensación de lo inestable.

Tragando fuego, y más, valsando el sable,


el sentido de todo se me esconde.
Grito: “¡Sentido!”. Nadie me responde.
Grito: “¡Motivos!”, y no hay nadie que hable.

Sigo saltando aunque no haya red,


y mis respingos siguen para usted,
porque usted ha pagado el mismo precio:

gritó: “¡Sentido!” y yo no he respondido,


gritó: “¡Motivos!”, pero no he sabido
soltarme por usted de mi trapecio.

8
Hacer el cabra. A Federico Fellini.

Convidar a Bocaccio a otras raciones


por la dulce ciudad de las mujeres,
ensayar con la orquesta de los seres
por la Roma de rojos obispones,

e ir con la nave de ocho y medio


a buscar Amarcord en supernovas;
y a la hora de amar ser casanovas,
que sólo con amor se bate el tedio.

Aún me quedan minutos para verte,


aún me queda en la vida una palabra:
porque esta vida es vida por quererte,

por querer, contigo, hacer el cabra.


Quizá así otra vez llame la muerte,
y otra vez, por amor, nadie le abra.

9
Caretas. A Lon Chaney.

Debajo de este monstruo hay una estrella,


estrella reluciente cual ninguna.
Debajo de la estrella está la luna,
que sirve de antifaz de una doncella.

Se limpia los afeites y más bella


es la nubia bailando con la duna,
bailando hace el lenguaje de la runa
cual melena de Thor cuando destella.

Caretas de las noches y los días,


los días con caretas como broches,
los broches que desnudan lo de dentro,

caretas de los días y las noches,


lo de dentro es allí donde te espías
la noche con caretas de tu centro.

10
Amor r0mántic0. A Karl Phillip Moritz.

Adéntrese al cubículo perfecto


levado por tu piel y arquitectura,
desmáyese el placer en tu figura
con el ámbar de un mármol insurrecto,

demórese el pincel, en el trayecto


dibuje el oropel y galanura,
y fórmese sinfónica estructura
ante tanto sistema circunspecto,

que al punto que te encuentro me encabalgo


y pongo en cada verso cuanto valgo,
dando al traste con todo ese sistema:

lo bello está en nosotros y es diverso.


Ahora es este cuarto mi universo
y estar contigo aquí es mi poema.

11
Soneto preparado. A John Cage.

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¡
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...
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12
Siglo Veinte. A H. M. Górecki.

Por los labios del alba, de repente


están llamando a muertos. Fugitivos,
los pájaros desoyen, tan altivos.
Enmudecen la madre y el demente.

Estás mirando atrás el siglo XX,


viendo la Historia entera entre tus manos.
Es un dolor metido entre pianos.
Así canta la muerte, lentamente

llenando de agujeros los vacíos.


Así cantan los hombres, con su llanto
mezclándose en murmullos, como un río.

No soportan las aves tanto espanto.


Al alba sólo queda ruina y frío.
Cantar tanto dolor. Llorar tu canto.

13
Engaños en años. Al conde Víctor Lustig.

Engaño en amarillo los limones,


engaño de la rosa en los rosales,
engaños de los besos en portales,
engaño de la paz y sus canciones.

Engañan con sus mapas las naciones,


engañan con sus barbas generales,
engaño con sus luces minerales,
engaño de los parques de atracciones.

Se engañan corazones en burbujas,


se engaña cada noche con los días,
se engaña a cada hombre con sus brujas,

engaño de las cosas que son mías,


engaño de colores que dibujas
engañando un engaño de alegría.

14
Caleidoscopio. A Val del Omar.

Vadea lama del amor domado


lomo ovalado de val del omar:
ora ve alas, ora ve vallar,
ora lleva a lomas, al mar, al vado;

ora va a la rama del volado ave,


ramo de omero, velero varado
al val del remero amor elevado:
el amor a vela, el dolor de llave.

¿Ralea el olmo? Él lo va a velar.


¿El valle orvalla? Él lo ve llorar.

¿Al moro loa? Al velo le ora.


¿La ola le eleva? ¡Le va la demora!

Al lomo lleva el dolor del mar,


el alma o volar de val del omar.

15
Horrores de Grand Guiñol. A Óscar Métenier.

Aquí, señores, se ha soñado en vano.


Se ha tocado un concierto de despojos
con una partitura en trampantojos,
pero todo ha quedado tan lejano...

Aquí, señores, se ha soñado en vano.


Todo fue artificio ante sus ojos:
un estudio cromático de rojos
con un fondo adecuado de piano.

Ese sueño (¿o verdad?) ya poco importa:


se hizo un juego de fuentes con su aorta
y con él se acabó cuanto soñara.

Nosotros apretamos bien los dientes


pero luego salimos sonrientes
con la sangre de otro en nuestra cara.

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