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1.

“Las seis cuerdas” de de esta fiebre azulada que nutre mi


Federico García Lorca quimera.
La guitarra Uso una piel postiza que me la rayo en
hace llorar a los sueños. gris.
El sollozo de las almas Cuervo que bajo el ala guarda una flor
perdidas de lis.
se escapa por su boca Me causa cierta risa mi pico fiero y
redonda. torvo
Y como la tarántula, que yo misma me creo pura farsa y
teje una gran estrella estorbo.
para cazar suspiros, 5. “La luna” de Jorge Luis
que flotan en su negro Borges
aljibe de madera. Hay tanta soledad en ese oro.
La luna de las noches no es la luna
que vio el primer Adán. Los largos
2. “Botella al mar” de Mario siglos
Benedetti de la vigilia humana la han colmado
Pongo estos seis versos en mi botella de antiguo llanto. Mírala. Es tu espejo.
al mar 6. “Zapatos” de Charles
con el secreto designio de que algún Bukowski
día cuando eres joven
llegue a una playa casi desierta un par
y un niño la encuentre y la destape de zapatos
y en lugar de versos extraiga piedritas femeninos
y socorros y alertas y caracoles. de tacón alto
3. “Lo fatal” de Rubén Darío inmóviles
Dichoso el árbol, que es apenas solitarios
sensitivo, en el ropero
y más la piedra dura porque esa ya no pueden encender
siente, tus huesos;
pues no hay dolor más grande que el cuando estás viejo
dolor de ser vivo, son sólo
ni mayor pesadumbre que la vida un par de zapatos
consciente. sin
Ser y no saber nada, y ser sin rumbo nadie
cierto, en ellos
y el temor de haber sido y un futuro y
terror… también.
Y el espanto seguro de estar mañana 7. “A la estrella nocturna” de
muerto, William Blake
y sufrir por la vida y por la sombra y por ¡Tú, ángel rubio de la noche,
lo que no conocemos y apenas ahora, mientras el sol descansa en las
sospechamos, montañas, enciende
y la carne que tienta con sus frescos tu brillante tea de amor! ¡Ponte la
racimos, radiante corona
y la tumba que aguarda con sus y sonríe a nuestro lecho nocturno!
fúnebres ramos, Sonríe a nuestros amores y, mientras
¡y no saber adónde vamos, corres los
ni de dónde venimos!… azules cortinajes del cielo, siembra tu
4. “Aspecto” de Alfonsina Storni rocío plateado
Vivo dentro de cuatro paredes sobre todas las flores que cierran sus
matemáticas dulces ojos
alineadas a metro. Me rodean apáticas al oportuno sueño. Que tu viento
almillas que no saben ni un ápice occidental duerma en
siquiera el lago. Di el silencio con el fulgor de
tus ojos ¿La ola no tiene forma?
y lava el polvo con plata. Presto, En un instante se esculpe
prestísimo, y en otro se desmorona
te retiras; y entonces ladra, rabioso, por en la que emerge, redonda.
doquier el lobo Su movimiento es su forma.
y el león echa fuego por los ojos en la 2
oscura selva. Las olas se retiran
La lana de nuestras majadas se cubre ¿ancas, espaldas, nucas?
con pero vuelven las olas
tu sacro rocío; protégelas con tu favor. ¿pechos, bocas, espumas?
8. “La última inocencia” de 3
Alejandra Pizarnik Muere de sed el mar.
Partir Se retuerce, sin nadie,
en cuerpo y alma en su lecho de rocas.
partir. Muere de sed de aire.
Partir 12. “La poesía” de Eugenio
deshacerse de las miradas Montejo
piedras opresoras La poesía cruza la tierra sola,
que duermen en la garganta. apoya su voz en el dolor del mundo
He de partir y nada pide
no más inercia bajo el sol ni siquiera palabras.
no más sangre anonadada Llega de lejos y sin hora, nunca avisa;
no más fila para morir. tiene la llave de la puerta.
He de partir Al entrar siempre se detiene a
Pero arremete ¡viajera! mirarnos.
9. “El juego en que andamos” Después abre su mano y nos entrega
de Juan Gelman una flor o un guijarro, algo secreto,
Si me dieran a elegir, yo elegiría pero tan intenso que el corazón palpita
esta salud de saber que estamos muy demasiado veloz. Y despertamos.
enfermos, 13. “A veces me parece…” de
esta dicha de andar tan infelices. Roberto Juarroz
Si me dieran a elegir, yo elegiría A veces me parece
esta inocencia de no ser un inocente, que estamos en el centro
esta pureza en que ando por impuro. de la fiesta
Si me dieran a elegir, yo elegiría sin embargo
este amor con que odio, en el centro de la fiesta
esta esperanza que come panes no hay nadie
desesperados. En el centro de la fiesta
Aquí pasa, señores, está el vacío
que me juego la muerte. Pero en el centro del vacío
10. “Mirar” de Rafael Cadenas hay otra fiesta.
Veo otra ruta, la ruta del instante, la 14. “Silencio” de Pablo Neruda
ruta de la atención, despierta, incisiva, Yo que crecí dentro de un árbol
¡sagitaria! Pico de víscera, diamante tendría mucho que decir,
extremo, halcón, ruta relámpago, ruta pero aprendí tanto silencio
de mil ojos, ruta de magnificencia, ruta que tengo mucho que callar
de línea que va al sol, reflejo del rayo y eso se conoce creciendo
vigilancia, del rayo ahora, del rayo esto, sin otro goce que crecer,
ruta real con su legión de frutos vivos sin más pasión que la substancia,
cuyo remate es ese lugar en todas sin más acción que la inocencia,
partes y ninguna. y por dentro el tiempo dorado
11. “Frente al mar” de Octavio hasta que la altura lo llama
Paz para convertirlo en naranja.
1 15. “Cartas a una desconocida”
de Nicanor Parra
Cuando pasen los años, cuando pasen doce personas morían en un cuarto por
los años y el aire haya cavado un foso compresión.
entre tu alma y la mía; cuando pasen Cuando a la madrugada la pordiosera
los años resbala en el agua
y yo sólo sea un hombre que amó, en el preciso momento en que se lava
un ser que se detuvo un instante frente uno de sus pezones,
a tus labios, me acostumbro al hedor del puerto,
un pobre hombre cansado de andar por me acostumbro a la misma mujer que
los jardines, invariablemente masturba,
¿dónde estarás tú? ¡Dónde noche a noche, al soldado de guardia
estarás, oh hija de mis besos! en medio del sueño de los peces.
16. “Después de la guerra” de Una taza de café no puede alejar mi
Jotamario Arbeláez idea fija,
un día en otro tiempo yo vivía adánicamente.
después de la guerra ¿Qué trajo la metamorfosis?
si hay guerra 19. “Sentado sobre los muertos”
si después de la guerra hay un día (Fragmento) de Miguel
te tomaré en mis brazos Hernández
un día después de la guerra Sentado sobre los muertos
si hay guerra que se han callado en dos meses,
si después de la guerra hay un día beso zapatos vacíos
si después de la guerra tengo brazos y empuño rabiosamente
y te haré con amor el amor la mano del corazón
un día después de la guerra y el alma que lo mantiene.
si hay guerra Que mi voz suba a los montes
si después de la guerra hay un día y baje a la tierra y truene,
si después de la guerra hay amor eso pide mi garganta
y si hay con qué hacer el amor desde ahora y desde siempre.
17. “Cuerpo desnudo” de José 20. “Te desnudas igual…” de
Lezama Lima Jaime Sabinas
Cuerpo desnudo en la barca. Te desnudas igual que si estuvieras
Pez duerme junto al desnudo sola
que huido del cuerpo vierte y de pronto descubres que estás
un nuevo punto plateado. conmigo.
Entre el boscaje y el punto ¡Cómo te quiero entonces
estática barca exhala. entre las sábanas y el frío!
Tiembla en mi cuello la brisa Te pones a flirtearme como a un
y el ave se evaporaba. desconocido
El imán entre las hojas y yo te hago la corte ceremonioso y
teje una doble corona. tibio.
Sólo una rama caída Pienso que soy tu esposo
ilesa la barca escoge y que me engañas conmigo.
el árbol que rememora ¡Y como nos queremos entonces en la
sueño de sierpe a la sombra. risa
18. “La isla en peso” (fragmento) de hallarnos solos en el amor
de Virgilio Piñera prohibido!
La maldita circunstancia del agua por (Después, cuando pasó, te tengo
todas partes miedo
me obliga a sentarme en la mesa del y siento un escalofrío.)
café.
Si no pensara que el agua me rodea
como un cáncer Fuente: https://www.ejemplos.co/20-
hubiera podido dormir a pierna suelta. ejemplos-de-poesia/#ixzz6G2jxGTMb
Mientras los muchachos se despojaban
de sus ropas para nadar

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