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La información estadística precedente nos indica también que el riesgo del trabajador de la
construcción de sufrir un accidente de trabajo mortal es varias veces mayor al riesgo a sufrir el
mismo tipo de accidente a que está expuesto el trabajador promedio del conjunto de los
sectores de actividad económica.
La organización de una obra requiere siempre de una planificación previa. Cada una de las
unidades de obra (excavación, estructura, cerramientos, etc.), cada una de las operaciones de
los trabajos (almacenamiento de materiales, suministro de los mismos, desescombrado, etc.)
debería planificarse con antelación.
La escasa importancia que a veces se le asigna a la seguridad y salud en el trabajo en las obras
surge de dos ideas bastante arraigadas en el sector: (a) la industria de la construcción es una
actividad peligrosa y, por lo tanto, los accidentes son inevitables; y (b) los accidentes de
trabajo tienen muy poco impacto en los beneficios de la empresa.
Ahora bien, el director de una empresa, aun consciente de que los accidentes son evitables,
puede subestimar el costo de los mismos, pensar que su impacto sobre los beneficios de la
empresa es despreciable y no habilitar, por tanto, los recursos necesarios para su prevención;
y esto es así porque la prevención, aun en el marco de las consabidas motivaciones éticas y
legales que determinan su actuación, no puede sustraerse a la principal regla de juego que, en
una economía de mercado, regula la actividad económica de la empresa: producir bienes y
servicios obteniendo beneficio.
Lo anterior da una idea de la importancia que tiene el conocimiento del costo de los
accidentes, si se pretende interesar a la dirección de una empresa en los temas de seguridad y
salud en el trabajo, y presentar los programas de prevención no como una carga económica
sino, por el contrario, como un ahorro importante (el de los costos de los accidentes).
En un estudio llevado a cabo, en 1990, en el Reino Unido, se calculó que los accidentes y las
enfermedades relacionados con el trabajo representaban un costo para la sociedad británica
de entre 11.000 y 16.000 millones de libras (aproximadamente, entre 18.000 y 26.000 millones
de dólares), cifra que se situaba entre el 2% y el 3% del Producto Interno Bruto (PIB) del país o,
visto de otra manera, cifra equivalente al crecimiento de la economía del Reino Unido en un
año típico (Davies y Teasdale).
E. 2 Repertorio de recomendaciones prácticas de la OIT, de 1992, sobre seguridad y salud en
la construcción. La Organización Internacional del Trabajo.