Está en la página 1de 7

FIGURA DE AUTORIDA

PARTE I

No cabe duda que el ser humano ha tenido conflicto con la figura de autoridad en
los diferentes ámbitos de la sociedad, de hecho, la historia nos lo demuestra; y en
ese conflicto se pueden dar varias situaciones, la primera es que alguien que
ocupa cierta posición que le confiere autoridad, puede aprovecharse de quienes
tiene bajo su autoridad, en segundo lugar, tenemos quien no respeta la autoridad
bajo la cual está y por ende no honra dicha posición.
Pienso que esto tiene mucho que ver con la falta de entendimiento sobre este
concepto de “Autoridad” tú no puedes conducirte bien en aquello que no
comprendes y si no lo comprendes, no podrás estar en línea con lo que dicha
autoridad representa.
Antes de entrar en materia me gustaría mostrarles un escenario caótico que
vemos en las Escrituras, producto de no entender ni acatar la autoridad, y luego
les hablare de dos tipos de autoridad que el creyente suele confundir y por eso se
presentan tantos problemas.
La Escritura a la que me refiero la encontramos en Jeremías 36:20-32, esta parte
de la historia fue muy difícil, paso un rey tras otro y un oscuro destino se cernía
sobre Jerusalén como consecuencia del deplorable reinado de Manases, por
ejemplo, hijo y sucesor de Ezequías, quien había inclinado su corazón a todo acto
de maldad, aún peor que los cometidos por los pueblos extranjeros; asomaba con
el rey Josías un tiempo de bálsamo para el pueblo de Dios.
Viéndose impactado el rey Josías (2 Reyes 22:11-13) por las palabras
mencionadas en el libro de la Ley (Deuteronomio t. 29:25-28) se resuelve
restaurar los principios de Dios, destruyendo todo altar de idolatría que su
antecesor había levantado. Todo esto mientras el mundo se sacudía con la caída
del imperio Asirio y el surgimiento del imperio Babilónico.
Josías, después de purificar el país, le sucede Joacaz, un nuevo síntoma del
declive al que se dirigía la sociedad, su corto reinado demostró su inmadurez y
debilidad para sostener lo que su antecesor había logrado. Como resultado; la
idolatría, los sacrificios humanos y la incontenible intolerancia a todo aquel que
creyera en Dios y su ley, se esparcieron una vez más como un cáncer.
Ya con el imperio Babilonio establecido, su hermano Joacim toma el poder, quien
jugaría a dos bandos entre su fingida lealtad a Nabucodonosor II y los pueblos
extranjeros como los filisteos, dando pie a nuevos asedios en Jerusalén, pero no
sin antes desechar y quemar la Palabra de Dios.
En medio de todo este sacudón político como una de las tantas causas del
cautiverio en Babilonia, jeremías y Baruc son escondidos de la mano del rey, por
el Señor mismo. Mientras la persecución se intensifica, en algún lugar que se
desconoce y contra todo pronóstico, el profeta y su asistente colaboran con Dios
escribiendo las palabras que habrían de ser la sentencia del rey Joacim.
Finalmente le sucede Sedequías que sin duda se esforzó por ser mejor que sus
antecesores y al parecer tuvo éxito, puesto que su fracaso fue aún mayor.
Por un lado, tenemos todos estos reyes, a excepción de Josías, que fueron sordos
a la voz de Dios a través de Jeremías, y por otro, está el Profeta Jeremías que,
aunque su mensaje era condenatorio, no obstante, su propósito era la
restauración del pueblo de Dios.
Ustedes se preguntarán, ¿Qué tiene que ver todo esto con la autoridad? Bueno es
muy sencillo, donde no hay sujeción ni respeto por las autoridades, hay caos y
todo tipo de cosas malas suceden, es por eso que todo este escenario me parece
un ejemplo maravilloso, para mostrarles la importancia de este concepto y todo lo
que de él se desprende.
Así que empecemos, no importa que tengamos que continuar en otro artículo, sino
que quede claro el tema que estamos tratando. Lo primero que debemos saber es,
que significa la palabra “Autoridad”.
La concordancia Strong: nos dice que “Autoridad” viene del griego “exousía” que
se refiere al ejercicio justo y legitimo del poder, este suele confundirse con el
poder al que se refiere la palabra “Dunamis”, son dos cosas muy diferentes,
aunque se relacionen entre sí.
En otras palabras, una persona puede tener autoridad en virtud de la posición y no
por el poder, la fuerza o la presión que ejerza. Teniendo esto claro, creo que
tenemos la suficiente información para hablar en nuestro próximo Blog sobre los
tipos de autoridad. Es fundamental diferenciarlos para que seamos conscientes de
cuál debe ser nuestra motivación al sujetarnos.
Espero haberlos dejado pensando, para que iniciemos con ánimo y sed de
aprender en nuestro siguiente artículo.
FIGURA DE AUTORIDAD

PARTE II
En el Blog anterior establecimos lo que no debe hacer el hombre ante la autoridad
a la cual está sujeto y sus consecuencias, también quedo claro el significado
etimológico de la autoridad lo cual nos ayudó a entender mucho mejor su
importancia y lo que representa.
Dicho esto, es necesario que también quedé claro cuáles son los dos tipos de
autoridad a los que me referí de manera general en el Blog anterior.
La autoridad divina - La autoridad terrenal
En primer lugar, la Autoridad Divina, con frecuencia se pretende entender desde el
punto de vista humano, lo cual es un error, porque desde el momento en que así
se hace, estas poniendo a Dios al mismo nivel del hombre; no entendiendo que su
autoridad no fue delegada por alguien más, sino que es un atributo esencial de su
naturaleza divina.
La Escritura dice:
“Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí, para
que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; antes de mí no
fue formado dios, ni lo será después de mí” Isaías 43:10 (RVR)
Nadie le dio autoridad al Señor, está ya estaba en Él por lo tanto toda autoridad
conocida en la tierra le pertenece a Él porque de Él se desprende. Entendiendo
esto, será más fácil comprender el segundo punto, la autoridad terrenal.
Esta última, a diferencia de la autoridad de Dios, es dada por Dios mismo. ¿Qué
quiere decir eso? Pues que el hombre ya tiene unas directrices divinas a seguir
para ejercer la autoridad que se le dio conforme a la posición que ocupa.
“Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y
sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en
todas las bestias que se mueven sobre la tierra” Génesis 1:28 (RVR)
Esta Escritura es un buen ejemplo porque allí Dios le da al hombre las
instrucciones de cómo debía administrar aquello que se le dio y que fue puesto
bajo su autoridad, así que el hombre no solo tenía la posición de hijo de Dios
(Lucas 3:38) sino que también fue hecho agente del reino de Dios.
Un agente toma decisiones en representación de alguien más y bajo las reglas y
parámetros que ese alguien le indica. Entonces la autoridad es el poder, la
voluntad y libertad de tomar decisiones; pero estas libertades y decisiones deben
estar alineadas con la posición que se ocupa. Con esto considero que nos queda
claro que la autoridad terrenal está sujeta a la autoridad divina, de manera que ya
no hay razón para confundir una con la otra. Recuerden lo que dice la Escritura:
“Él muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría
a los sabios, y la ciencia a los entendidos” Daniel 2:21 (RVR)
Fíjense en esto, Dios no sólo confiere autoridad a quien Él considera, sino que
además da las herramientas necesarias para que la persona delegada, realice un
buen ejercicio de la autoridad que se le ha dado. La autoridad y las diferentes
posiciones que conocemos aquí en la tierra han sido puestas para mantener el
orden establecido por Dios.
Quiero tomar como ejemplo a Moisés y su encuentro con su suegro Jetro.
“Oye ahora mi voz; yo te aconsejaré, y Dios estará contigo. Está tú por el
pueblo delante de Dios, y somete tú los asuntos a Dios. Y enseña a ellos las
ordenanzas y las leyes, y muéstrales el camino por donde deben andar, y lo
que han de hacer. Además, escoge tú de entre todo el pueblo varones de
virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y
ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de
diez. Ellos juzgarán al pueblo en todo tiempo; y todo asunto grave lo traerán
a ti, y ellos juzgarán todo asunto pequeño. Así aliviarás la carga de sobre ti,
y la llevarán ellos contigo” Éxodo 18:19-22 (RVR)
Lo que sucede en esta parte de la historia es que siendo Moisés líder del pueblo
estaba saturado con todo lo que tenía que hacer a tal punto que cuando su suegro
Jetro se entera, le dice a Moisés que le enseñe al pueblo las ordenanzas y las
leyes, les muestre el camino y que deben hacer.
Pero lo interesante está en los versos 21 y 22 porque Jetro le dice que escoja
varones virtuosos y temerosos de Dios, que les dé una posición para que juzguen
los asuntos pequeños. Lo mismo pasa ahora, el presidente solo, no puede con
todo lo que demanda un país así que necesita de cancilleres, embajadores,
alcaldes etc.
Todas estas autoridades tienen tareas importantes que cumplir, y tendrán que
rendirle cuentas a Dios por el ejercicio de su autoridad, pero nosotros que estamos
bajo ellos también tenemos una importante labor que cumplir. Es ahí que entra en
juego el principio de la “Honra” constituido por tres elementos.
La sujeción
La obediencia
El respeto. Pero en esto profundizaremos en un próximo Blog, hasta aquí, lo que
concierne a la autoridad, su significado, lo que representa y la relación entre la
autoridad Divina y la terrenal.
FIGURA DE AUTORIDAD

PARTE III

Considero que la información que hemos recibido hasta ahora nos permite
avanzar un poco más en este tema de la autoridad, por eso decidí continuar con la
intención de explicar los puntos mencionados en el último Blog, recordemos:
La sujeción - La obediencia - El respeto
Para entender la SUJECIÓN a una autoridad, entendamos lo que no es; cuando
usted no se sujeta a quien está en autoridad, es una muestra de que se opone al
orden por el que las autoridades velan; quiere decir que usted vive según sus
propias reglas lo cual incluye abusar de la autoridad que usted tenga en algún
área de la vida, lo que eventualmente lleva a la tiranía y anarquía simplemente
porque no se reconoce una posición, llámese policía, concejal y mucho menos
acepta la autoridad de dicha posición.
Tito 3:1 dice: “estén sujetos a los gobernantes, a las autoridades”
2 Pedro 2:13: “Someteos, por causa del Señor, a toda institución humana”
Romanos 13:1: “Sométase toda persona a las autoridades que gobiernan”
Un vivo ejemplo de lo que pasa cuando se hace lo contrario a la Palabra, es la
situación actual de muchos países, todas esas personas en las calles que
desafían a la fuerza pública, se resisten a todo lo que representa Dios y si así son
en las calles con las diferentes autoridades civiles ni hablar de cómo serán en
casa, en el trabajo, en la universidad; comportándose como hijos del diablo según
la carne.
Es más, me gusta lo que dice Santiago 4 del 1 al 10, porque hasta el versículo 4
habla de la sabiduría terrenal que genera división porque procede de una
naturaleza caída y, después de decirles las cosas de que es capaz el hombre, en
el verso 7 les dice: “someteos a Dios”, en otras palabras, sujetarse no es más que
la decisión voluntaria de reconocer una autoridad por encima de mí y aceptar sus
reglas, una vez yo reconozco y acepto dicha autoridad entonces, aplico el
segundo elemento de la honra que es la OBEDIENCIA.
A veces pensamos que OBEDIENCIA, es acatar una orden y nada más, y no es
así; yo puedo seguir la orden del señor policía, por ejemplo, pero eso no significa
obediencia, simplemente acato la orden para irme rápido, pero en mi corazón y mi
mente me puede importar muy poco lo que él me diga y lo que representa, porque
la obediencia tiene que ver con la conciencia de saber que es bueno y que es
malo.
Es bueno acatar las reglas porque sé que cuando lo hago, primero, estoy
honrando al señor policía y segundo porque esto agrada a Dios. De hecho,
Romanos 13:5 lo dice: que al someternos tenemos la conciencia tranquila y en
este punto mi comportamiento es un factor importante porque muestra, o respeto o
altanería hacia esa autoridad.
Entendiendo esto podemos pasar al tercer y último elemento de la honra,
RESPETO. Respeto es la actitud que yo asumo frente a una autoridad y para eso
me gustaría ilustrarlo con un ejemplo, en Hechos 23:1-5 vemos como Pablo
después de haber sido golpeado reacciona de manera inapropiada, su actitud no
fue la mejor, y se dirigió con irrespeto, aunque haya sido en ignorancia, al sumo
sacerdote Ananías.
Luego cuando Pablo se entera de quien es este hombre, el mismo se corrige y
pronuncia Ex. 22:28 “no maldecirás al príncipe de tu pueblo”. Seguramente no le
gusto que lo golpearan, a nadie le gusta, pero entendió su error y corrigió su
actitud. Mi actitud frente una autoridad dice mucho de, que tanta importancia yo le
doy, lo que representa y lo que hace. Todo lo dicho hasta ahora nos lleva a un
resultado que llamamos RECOMPENSA.
Se que he tocado puntos sensibles respecto a este tema, pero me parece que era
necesario para poder entenderlo mucho mejor, así que no podría simplemente
terminarlo aquí y nada más, hay unas consecuencias, por reconocer o no, la figura
de autoridad bajo la cual estamos, y la palabra RECOMPENSA traduce esas
consecuencias.
RECOMPENSA no es más que las consecuencias de mis decisiones y acciones,
es decir, el reconocimiento o rechazo a mi autoridad y aquí quiero mostrarles las
dos caras de la moneda con el final de Nabucodonosor y el de su hijo Belsasar. El
primero, Nabucodonosor en Daniel cap. 4 versos 33, 36 y 37 después de comer
hierba con los bueyes como un salvaje y sin cordura, reconoce la soberanía de
Dios por encima de su propia autoridad.
Hecho esto, en el verso 36 se le restableció todo y se le dio aún más, y después
de que se le restituye todo, miren lo que hace en el verso 37: “» Ahora, yo,
Nabucodonosor, alabo, glorifico y doy honra al Rey del cielo. Todos sus actos son
justos y verdaderos, y es capaz de humillar al soberbio». aquí Nabucodonosor es
un prototipo de gobernante que somete sus asuntos a la autoridad de Dios. Y
miren como fue recompensado después de reconocer el señorío de Dios y de
glorificarlo.
El segundo, Belsasar, en Daniel cap. 5 versos 1 al 4. Hace todo lo opuesto al
papá, y actúa de modo irreverente con los elementos sagrados del templo y en los
versos 26 al 28 y verso 30 se describen las consecuencias de su deshonra y falta
de respeto: A) Dios le pone fin a su reino. B) fue hallado culpable. C) su reino fue
dado a los persas. Su recompensa finalmente es la muerte. Así que aquí vemos lo
importante que es la honra, el respeto y la reverencia a las posiciones
establecidas por Dios en el hogar, en la iglesia y los gobiernos.
Quiero que entiendan algo, Dios no es un Dios de condiciones sino de Justicia, así
que Él es justo cuando respeta nuestro libre albedrio, lo que quiero decir es que
usted puede decidir obedecer a su Palabra, pero no sujetarse a su autoridad, lo
cual está mal claro, porque simplemente está acatando una orden establecida por
una autoridad a la que no se sujeta lo que equivale a no reconocerla, lo cual tiene
por supuesto consecuencias.
Veámoslo de este modo: si comete un delito, la ley dice que debe pagar según la
magnitud del delito, la autoridad le sancionara conforme a la ley. Frente al delito y
sus consecuencias no tiene más opción que asumirlo porque de lo contrario el
problema será mayor, frente a la autoridad competente usted puede decidir si
reconocerla y respetarla como autoridad o no, pero eso no cambia el hecho de
que habrá consecuencias por lo que hizo.
Con Dios y su Palabra funciona igual, su Palabra es ley y debe cumplirse porque
le guste o no el obedecerla o no, tendrá consecuencias para bien o para mal,
entonces la disposición de su corazón es importante, porque se sujete o no a Dios
como nuestra máxima autoridad y agente de la Palabra y las autoridades
establecidas por Él, las consecuencias serán inevitables.

También podría gustarte