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TEMA:
SISTEMA LINFATICO
CURSO:
ANATOMIA HUMANA
DOCENTE:
PEDRO SIGUAS
INTEGRANTES:
ALEXIA FALCONI MENESES
MELISA ARROSPIDE SANCHEZ
MIRELLA MELGAR ALLCCA
FERNANDA RIVERA NEIRA
CICLO Y SECCIÓN:
3ER CICLO SECCIÓ B
ICA-PERU
2024
INDICE
INTRODUCCIÓN
DEFIINICION
-ESTRUCTURA Y FUNCIÓN DEL SISTEMA
-CAPILARES LINFÁTICOS
-FORMCIÓN Y CIRCULACIÓN DE LA LINFA
-GANGLIOS LINFÁTICOS
-ORGANOS LINFÁTICOS
PATOLOGÍAS
REFERENCIAS
INTRODUCCION
El sistema inmunológico es un complejo entramado de células y tejidos que
desencadena respuestas vitales para proteger al organismo de lesiones y
enfermedades. La inmunidad, en su esencia, representa la capacidad inherente
del cuerpo para defenderse contra agentes dañinos a través de diversas
estrategias defensivas. Este sistema se divide en dos tipos de resistencia: la
resistencia innata y la resistencia adaptativa, cada una desempeñando un papel
crucial en la protección del cuerpo humano.
La resistencia innata constituye la primera línea de defensa, una serie de
mecanismos de protección presentes desde el nacimiento. Aunque esta forma de
resistencia no reconoce específicamente a los microorganismos ni actúa de la
misma manera contra todos ellos, despliega una serie de componentes esenciales.
Entre estos se incluyen las barreras físicas y químicas de la piel y las mucosas, así
como las sustancias antimicrobianas, células NK, fagocitos, inflamación y fiebre,
todos ellos esenciales para contener las amenazas externas.
Por otro lado, la resistencia adaptativa se activa cuando los mecanismos de
defensa innata son superados por un microorganismo invasor. Esta forma de
inmunidad es altamente específica y se adapta para actuar contra un organismo
específico mediante la movilización de linfocitos, células T y células B, que
reconocen y eliminan de manera selectiva a los patógenos.
El sistema linfático es el encargado de coordinar y llevar a cabo la inmunidad
adaptativa, interactuando no solo con el sistema cardiovascular, sino también con
el sistema digestivo. En este último, desempeña un papel crucial en la absorción
de alimentos ricos en grasas, mostrando la complejidad de sus funciones y su
interconexión con otros sistemas corporales.
A lo largo de este trabajo, exploraremos en detalle la complejidad y la importancia
del sistema inmunológico, centrándonos en sus mecanismos de defensa innata y
adaptativa, así como en su relación con otros sistemas fisiológicos, en especial el
sistema linfático. Comprender estos aspectos es esencial para abordar
eficazmente las enfermedades y promover la salud y el bienestar en general.
Sistema linfático
El sistema inmunológico se compone de células y tejidos encargados de iniciar la respuesta
inmunitaria. La inmunidad es la capacidad de protegerse de lesiones o enfermedades por
medio de las defensas. Los dos tipos de resistencia son la resistencia innata, que incluye a
los mecanismos de defensa presentes desde el nacimiento, no implicando el reconocimiento
especifico de un microorganismo ni actúa contra todos ellos de la misma manera. Los
componentes de esta son la primera línea de defensa (las barreras físicas y químicas de la
piel y de las mucosas) y la segunda línea de defensa (las sustancias antimicrobianas, las
células NK, los fagocitos, la inflamación y la fiebre). La inmunidad adaptativa incluye los
mecanismos de defensa que reconocen a un microbio especifico cuando atravesó las
defensas de la inmunidad innata, que se adapta para actuar contra un organismo especifico,
utilizando linfocitos, células T y células B.
El sistema encargado de la inmunidad adaptativa es el linfático, que se relaciona con el
aparato cardiovascular y también con el aparato digestivo, en la absorción de alimentos
ricos en grasas.
Capilares linfáticos:
Son más permeables, y tienen un diámetro mayor
que los capolares sanguíneos. Los extremos de las células
endoteliales formas las paredes de los capilares linfáticos
superponiéndose. El líquido intersticial entra a los capilares
linfáticos porque la presión del líquido intersticial supera a la
de la linfa, las células se separan. Cuando la presión en el
interior de los capilares linfáticos es mayor, las células se
adhieren con más fuerza, evitando que la linfa salga al espacio
intersticial. La presión disminuye cuando la linfa fluye en los
capilares linfáticos. Junto a los capilares linfáticos hay
filamentos de fijación hechos de fibras elásticas que conectan
las células endoteliales con los tejidos circundantes.
En el intestino delgado, los vasos quilíferos, que son capilares linfáticos especializados,
transportan los lípidos de la dieta a los vasos linfáticos y a la sangre. Esos lípidos hacen que la
linfa tenga un aspecto blanco cremoso, llamado quilo.
Troncos linfáticos:
La linda pasa de los capilares, hacia los vasos y luego a los ganglios linfáticos. En algunas
partes, los vasos linfáticos que salen de los ganglios se unen para formar troncos linfáticos.
Los principales son:
Troncos lumbares:
recolectan la linda que
proviene de los miembros
inferiores, las paredes y los
órganos de la pelvis, los
riñones, las glándulas
suprarrenales y la pared
abdominal.
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Tronco intestinal: drena la linfa del estómago, los intestinos en páncreas, el bazo y el hígado.
Troncos broncomediastínicos: recolectan la linfa de la pared torácica, los pulmones y el corazón.
Tronco subclavio: transporta la linfa de los miembros superiores.
Tronco yugular: drena la linfa de la cabeza y el cuello.
Desde estos troncos, la linfa ingresa en el conducto torácico y el conducto linfático derecho, que
descarga la linfa en la sangre venosa.
Está constituida por las barreras externas físicas y químicas de la piel y las mucosas, y además
de las sustancias antimicrobianas, las células NK, los fagocitos, la inflamación y la fiebre.
Primera línea de defensa
La piel y las mucosas son la primera línea de defensa contra los MO patógenos, actuando como
barreras que evitan el ingreso de estos por las células queratinizadas adosadas en la capa
epitelial de la piel (epidermis). La descamación de las células epidérmicas también ayuda a
eliminar los microbios. Si la superficie sufre lesiones, los patógenos pueden ingresar a los
tejidos adyacentes o al flujo sanguíneo.
La capa epitelial de las mucosas, secreta un líquido (moco), que lubrica y humecta la
superficie, también su consistencia permite atrapar MO y sustancias extrañas. En la nariz hay
pelos que atrapan y filtran los MO, polvo y contaminantes del aire. En la mucosa de las vías
respiratorias superiores hay cilios en la superficie de las células epiteliales, que con su
movimiento impulsan el
polvo y los MO hacia la garganta. La tos y estornudos acelera el movimiento del moco y sus
patógenos fuera del cuerpo. La deglución del moco los lleva hacia el estómago en donde el
jugo gástrico los destruye.
El aparato lagrimal de los ojos ayuda con las lágrimas a dar respuesta a elementos irritantes. El
parpadeo las destruye sobre la superficie y ayuda a eliminar los MO evitando que se queden en la
superficie del ojo. Las lágrimas tienen lisozima, como también la saliva, el sudor, las secreciones
nasales y los líquidos tisulares. La saliva arrastra a los MO de los dientes y la mucosa bucal y
reduce la colonización microbiana de la boca.
El flujo urinario retarda la colonización en el aparato urinario. Las secreciones vaginales igual. La
defecación y el vómito también eliminan MO. Las glándulas sebáceas de la piel secretan sebo, que
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forma una capa protectora sobre la piel. Los ácidos grasos insaturados del sebo inhiben el
crecimiento de bacterias y hongos patógenos.
El jugo gástrico, es una mezcla de ácido clorhídrico, enzimas y moco, es ácido y permite destruir
muchas bacterias y toxinas bacterianas.
Inmunidad adaptativa
Es la capacidad del cuerpo de defenderse de agentes invasores específicos. Los antígenos reconocen
las sustancias extrañas e inician una respuesta inmunitaria. A diferencia de la inmunidad innata, la
adaptativa tiene especificidad para las moléculas extrañas y memoria para los antígenos con los que
entran en contacto, para que la próxima vez la respuesta sea más intensa y rápida.
Maduración de las células T y B
La inmunidad adaptativa, contiene a los linfocitos: células B y células T, que se desarrollan en
órganos linfáticos primarios por células madre pluripotenciales de la medula ósea roja. Las
celulas B maduran en la medula roja durante toda la vida. Las células T se desarrollan por las
celulas pre-T que migran de la medula roja al timo donde maduran, antes de la pubertad, luego
abandonan el timo.
Antes de que las células T y B salgan de sus respectivos lugares de maduración, desarrollan la
inmunocompetencia, que es la capacidad de dar respuestas
inmunitarias adaptativas, sintetizando proteínas
específicas que se insertan en las membranas plasmáticas.
Algunas proteínas son receptores antigénicos.
Dos tipos de células T maduras abandonan el timo: las
células T helper y las células T citotóxicas. Las primeras
tienen receptores antigénicos y sus membranas tienen la
proteína CD4. Las citotóxicas tienen también receptores
antigénicos y la proteína CD8.
Tipos de inmunidad adaptativa
Inmunidad celular: Es mediada por células. Las células T
citotóxicas atacan los antígenos directamente. Es efectiva
contra MO patógenos intracelulares, células cancerosas y
tejidos extraños trasplantados.
Inmunidad humoral: Es mediada por anticuerpos. Las células B se diferencian en celulas
plasmáticas, que sintetizan proteínas inmunoglobulinas. Un anticuerpo especifico puede
desactivar un antígeno especifico. Las células T helper ayudan en las respuestas humorales y
celulares. Siempre es una respuesta contra antígenos extracelulares. Se pueden desencadenar los
dos tipos de respuestas inmunitarias adaptativas. Trabajan juntas para eliminar las copias de un
antígeno especifico del cuerpo.
Selección clonal: Cuando un antígeno ingresa al cuerpo suelen haber copias de él, que superan
en un principio a las células T helper, las células Y citotóxicas y células B que tienen los
receptores antígenos que responden a ese antígeno. Entonces, cada vez que estos linfocitos se
encuentras con una copia del antígeno experimentan una selección clonal. Esto es el proceso en
donde un linfocito prolifera y se diferencia en respuesta a un antígeno especifico. El resultado
de esto es la formación de una población de células idénticas con capacidad para reconocer el
antígeno como el linfocito original. La selección clonal se produce en los órganos y tejidos
linfáticos secundarios. El linfocito que experimenta este proceso origina las células efectoras y
las células de memoria. Las células efectoras del clon desarrollan respuestas inmunitarias que
conducen a la destrucción del antígeno. Estas son las células helper T activas (células T
citotóxicas) y las células plasmáticas (células B). Las células de memoria no participan en la
respuesta inmunitaria inicial, pero si el antígeno vuelve a ingresar al cuerpo en el futuro, las
células de memoria están disponibles para desencadenar la reacción más rápidamente. El
antígeno se destruye antes de provocar signos o síntomas de la enfermedad. Las células de
memoria pueden ser T helper (clones de células T helper), T citotóxicas (células T citotóxicas) o
célula B. poseen una vida media prolongada.
Antígenos y receptores antígenos: Tienen dos características:
La inmunogenicidad, que es la capacidad de desencadenar una respuesta inmunitaria por la
estimulación de la producción de anticuerpos específicos o la proliferación de células T especificas
o ambas. Y la reactividad, que es la capacidad de los antígenos a reaccionar de forma específica
con los anticuerpos o células que estimularon. Los antígenos que tienen inmunogenicidad y
reactividad son antígenos completos. Los MO pueden actuar como antígenos, ya que los
componentes químicos de ellos son antigénicos. Pequeñas porciones de moléculas antigénicas de
más tamaño desencadenan las respuestas inmunitarias, estas se llaman epítopos. Los antígenos
contienen varios epítopos que inducen la producción de un anticuerpo especifico. Los antígenos
que sobreviven siguen una de estas tres vías posibles dentro de los tejidos linfáticos:
1. Quedan atrapados en el bazo.
2. Los antígenos que penetran la piel ingresan en los vasos linfáticos y entran en los ganglios
linfáticos.
3. Los antígenos que atraviesas las mucosas quedan en el tejido linfático MALT.
Naturaleza química de los antígenos: Son moléculas grandes y complejas, suelen ser
proteínas. Una sustancia más pequeña presenta reactividad, se llama hapteno, y puede
estimular la respuesta inmunitaria si está unida a una molécula transportadora de mayor
tamaño. Esta respuesta es la responsable de las reacciones alérgicas a ciertos fármacos o a
otras sustancias del medio ambiente. Algunas veces el sistema inmunitario no puede
distinguir entre antígenos propios y ajenos desencadenándose un trastorno autoinmunitario,
donde se atacan moléculas propias que se consideran extrañas.
Diversidad de receptores antígenos: Las células T y B son capases de reconocer epítopos
diferentes aun antes de que ingresen, y responder contra él, ya que hay una diversidad amplia de
receptores antigénicos. A pesar que las células humanas tienen 35000 genes, se generan más de
mil millones
de receptores antígenos diferentes. Esto es así porque la variedad de receptores antigénicos en
las células B y las células T, resulta de la mezcla de cientos de versiones de una gran cantidad de
segmentos genéticos pequeños. Esto se llama recombinación genética. Los segmentos génicos
se organizan en distintas combinaciones a medida que los linfocitos se desarrollan en las células
madre del timo y de la medula roja. Como resultado, cada célula B y T tienen una única serie de
segmentos génicos que codifican un receptor antigénico único. Luego de la transcripción y
traducción, las moléculas del receptor se incorporan a la membrana plasmática.
Antígenos del complejo mayor de histocompatibilidad: Son antígenos propios que están en la
membrana plasmática. Son glucoproteínas de transmembrana. Varían en cada persona. Están en
todas las células del cuerpo menos en los eritrocitos. La función de ellos es asistir a las células T
en el reconocimiento de antígenos extraños. Hay dos tipos de antígenos del complejo mayor
de histocompatibilidad, que son los de clase I y los de clase II. Los primeros están en todas
las células del cuerpo menos en los eritrocitos y los segundos están solo en la membrana de
las células presentadoras de antígenos.
Vías de procesamiento antigénico: Las células B reconocen a los antígenos en la linda, el
líquido
intersticial y el plasma. Las células T reconocen fragmentos de proteínas antigénicas procesadas
de una manera determinada. Por el procesamiento antigénico, las proteínas antigénicas se
fragmentan en péptidos que se asocian a moléculas de MHC. El complejo antígeno-MHC se
inserta en la membrana plasmática de una célula, por la presentación antigénica. Cuando el
fragmento peptídico es de una proteína propia, las células T ignoran el complejo antígeno-MHC.
Pero si no, las células reconocen al complejo como extraño comenzando con la respuesta
inmunitaria. El procesamiento y la presentación se ponen en función, dependiendo si el antígeno
esta fuera o dentro de las células.
Procesamiento de antígenos exógenos: Se encuentran en el líquido extracelular. Pueden ser
bacterias, toxinas bacterianas, helmintos, polen, polvo o virus que no infectaron a la célula.
Las células presentadoras de antígenos (CPA) procesan y presentan a los antígenos exógenos.
Son células dendríticas, macrófagos y células B localizadas en sitios estratégicos
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Procesamiento de antígenos
endógenos:
Son los antígenos extraños en el interior
de las células. Pueden ser proteínas
virales que se generan cuando el virus
infecto a la célula.
Citocinas
Son pequeñas hormonas que estimular o inhiben las funciones celulares normales, como el
crecimiento y la diferenciación celular. Los linfocitos y las células presentadoras de antígenos
las contienen.
Inmunidad celular
Comienza con la activación de algunas células T por un antígeno especifico, luego, experimenta
selección clonal. Algunas de las células clon se convierten en efectoras o células de memoria. El
resultado de esto es la eliminación del invasor.
Activación de las células T: Los receptores de células T reconocen y
se unen a los fragmentos de antígenos extraños específicos en los
complejos de antígeno-MHC. Cuando un antígeno entra al cuerpo,
pocas células T tienen los TCR que reconocen y se unen al antígeno.
El reconocimiento también involucra a proteínas de superficie de las
células T, que son las proteínas CD4 y CD8. Estas interactúan con
los antígenos del MHC y ayudan el acoplamiento entre TCR y MHC
(por eso se llaman correceptores). Este reconocimiento es la
primera señal de la activación de las células T.
La segunda señal, es un proceso llamado coestimulación. Los
coestimuladores son pares de proteínas de la membrana
plasmática (una en la célula T y la otra en la célula presentadora de
antígenos), permitiendo que las células se adhieran entre sí. Cuando
la célula T recibe el reconocimiento antigénico y la coestimulación, se
activa y es ahí cuando experimenta la selección clonal.
Activación y selección clonal de las células T helper: Las células T helper
inactivas reconocen fragmentos de antígenos exógenos asociados con
MHC-II. Con la proteína CD4, la célula T helper y la CPA interactúan
entre si desarrollándose la coestimulación. Gracias a esto la célula T
helper se activa. Cuando se activa experimenta selección clonal, que
hace clones helper activas y helper de memoria.
Las células helper activadas, empiezan a secretar citosinas. Una de
ellas es la interleucina-2 que se necesita en todas las respuestas
inmunitarias. Puede actuar como coestimuladora de las células T
helper y las células T citotóxicas en reposo, promueve la activación y
proliferación de las células T, B y NK.
Activación y selección clonal de las células T citotóxicas: Las células T
citotóxicas reconocen antígenos extraños combinados con MHC-I en la
superficie de células infectadas por MO, en células tumorales y células
de trasplante. Este reconocimiento necesita de las proteínas TCR y CD8 para mantenerse acoplado
con el MHC-I. luego del reconocimiento se produce la coestimulación. Las células Y citotóxicas se
activan por la coestimulación de la interleucina-2 u otras citosinas producidas por las células T
helper activas unidas a copias del mismo antígeno. Entonces, la activación máxima de las células T
citotóxicas necesita la presentación del antígeno
asociado, con moléculas del MHC-I y MHC-II. Ya activadas
las células citotóxicas experimentan selección clonal.
Eliminación de invasores: Las células T citotóxicas
abandonan los tejidos y órganos linfáticos secundarios y
van hacia las células diana para destruirlas. Estas
células tienen receptores específicos para un MO
especifico. Eliminando solo un MO determinado. Las
células NK pueden matar a muchos. Las células
citotóxicas tienen dos mecanismos por los cuales
eliminan las células infectadas:
1. Utilizan sus receptores de superficies para
reconocer y unirse a las células diana que tienen antígenos microbianos en su superficie.
Luego, secretan granzimas que desencadenan la apoptosis. Cuando la célula se destruye, los
fagocitos eliminan los MO liberados.
2. También se unen a las células corporales infectadas y liberan la perforina y la granulisina
(ingresa a los canales y destruye a los MO). También pueden liberan linfotoxina, que activa
enzimas en la célula diana responsables de fragmentan el ADN y de su muerte.
Inmunidad humoral
Con la presencia de un antígeno extraño se activas las células B específicas de los ganglios
linfáticos, el bazo y el tejido linfático asociado a mucosas. Luego, presentan selección clonal
constituyendo células plasmáticas y células de memoria. Las células plasmáticas son las efectoras
de un clon de células B secretoras de anticuerpos específicos que circulan en la linda y la sangre
para llegar al sitio de invasión.
Activación y selección clonal de las células B: Un antígeno se
une al receptor de las células B (BCR). Estas proteínas
integrales de transmembrana tienen una estructura química
similar a los anticuerpos, que secretan las células plasmáticas.
Las células B general el procesamiento antigénico así: el
antígeno ingresa a la célula B, se degrada en fragmentos
peptídicos que se combinan con los antígenos propios del
MHC-II y se movilizan hacia la membrana plasmática de la
célula B. las células T helper reconocen el complejo
antígeno-MHC-II y proveen la coestimulación para la
proliferación y diferenciación de las células B. las células T
helper producen interleucina 2 y otras citosinas encargadas de
actuar como moléculas coestimuladoras.
Cuando la célula B ya está activada empieza su selección clonal,
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creando células plasmáticas y células B de memoria. Las células plasmáticas secretan anticuerpos.
Anticuerpos: Un anticuerpo se puede combinar con el epítodo del antígeno que estimulo su
producción. La estructura del mismo, concuerda con su antígeno como una llave con su cerradura. Los
anticuerpos pertenecen al grupo de globulinas o
inmunoglobulinas. La mayoría tiene cuatro cadenas
polipeptídicas. Dos de estas cadenas son iguales
(cadenas pesadas), que están formadas por 450
aminoácidos. Cada cadena tiene ramificaciones de
cadenas de HdC. Las otras dos cadenas, también
iguales (cadenas livianas) formadas por 220
aminoácidos. Un enlace disulfuro une cada cadena
liviana con una pesada. Dos enlaces disulfuro unen
en el centro ambas cadenas pesadas (región
bisagra). Dentro de las dos cadenas, en los extremos
(regiones variables) se encuentras los sitios de unión
a los antígenos. La región variable es diferente en cada anticuerpo, es la que se encarga de
reconocer a un antígeno particular y unirse a él. El resto de las cadenas (región constante) es casi
igual en todos los anticuerpos de la misma clase y es la responsable del tipo de reacción
antígeno-anticuerpo, pero la región constante de la cadena pesada es diferente entre los tipos de
anticuerpos, y su estructura sirve para distinguir 5 anticuerpos diferentes: IgG, IgA, IgM, IgD e IgE.
Cada uno tiene una estructura química distinta y una función.
IgG: Mayor cantidad. Esta en la sangre, la linfa y el intestino. Tiene una estructura
monomérica. Da protección contra bacterias y virus por la estimulación de la
fagocitosis, la neutralización de toxinas y la activación del sistema del complemento.
Atraviesa la placenta
IgA: Esta en el sudor, las lágrimas, la salida, el moco, la leche materna y las
secreciones digestivas y en menor cantidad en la sangre y en la linfa. Su
estructura es monomérica monomérica. Disminuye cuando hay estrés. Da protección local
en las mucosas contra virus y bacterias.
IgM: Esta en la linfa. Su estructura es pentamérica. Es la primera clase de
anticuerpos que secretan las células plasmáticas. Activa el sistema del
complemento, provoca aglutinación y lisis microbiana.
IgD: Están en la superficie de las células B como receptores antigénicos, como
monómeros, participan en la activación de las células B.
IgE: En la sangre de forma monomérica. Sobre los mastocitos y basófilos. Participan
en las reacciones alérgicas y de hipersensibilidad.
Acciones de los anticuerpos:
1. Neutralización del antígeno: neutraliza algunas toxinas bacterianas y evitan la
adhesión de los virus a las células.
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Memoria inmunitaria:
Se basa en la presencia de anticuerpos y linfocitos de vida larga que se
origina durante la selección clonal de las células B y T que entran en contacto con el antígeno. Una
forma de medir la memoria inmunitaria es mediante la concentración sérica de anticuerpos.
Luego del contacto inicial con el antígeno, después de varios días se incrementa lentamente la
concentración sérica de IgM y de IgG, seguido de una disminución gradual. Esto se llama respuesta
primaria. Las células de memoria se quedan durante décadas. Luego de varios encuentros la
concentración aumenta a valores mayores que es la respuesta primaria y se encuentran anticuerpos
IgG. Esta se llama respuesta secundaria. Estos últimos son más eficaces que los primeros
neutralizando el antígeno.
Autorreconocimiento y autotolerancia
Es importante que las células T sean capaces de reconocer las propias proteínas del cuerpo
(autorreconocimiento), y carecer de reactividad frente a los fragmentos peptídicos de las proteínas
propias (autotolerancia). Las células B tienen autotolerancia, la perdida de esta produce
enfermedades autoinmunitarias.
El desarrollo del autorreconocimiento se lleva por selección positiva. Mediante este proceso, las
células pre-T tienen receptores de células T que interactúan con moléculas propias del MHC de las
células epiteliales de la corteza tímica. Gracias a eso, las células T reconocen partes de algún complejo
antígeno-MHC.
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Infecciones
Enfermedades autoinmunes
(como sarcoidosis)
FISIOPATOLOGÍA
La teoría de la célula de origen se refiere a
que dependiendo del estadio de
maduración del linfocito en el cual ocurra la
Centro Germinal: La mayorÌa de las
mutación se va a determinar el tipo de
mutaciones ocurren a este nivel. La
linfoma que va a generar. Un linfocito B
mayorÌa de los linfomas B No Hodgkin
maduro se considera cuando sale de la
ocurren aquÌ. A veces se describen como
médula ósea, que en la mayoría de los casos
“linfoma de centro germinal”. Dentro de
es donde se van a originar los problemas.
este centro germinal hay 2 zonas:
1) Zona oscura: hay linfocitos T naive que Mutaciones más maduras Se ven
ya fueron estimulados por algún antígeno, linfomas de la zona marginal o MALT,
comienzan a multiplicarse y se convierten los linfomas linfoplasmociticos,
algunas leucemias crónicas y los
en centroblastos. Ocurre una
mielomas de cÈlulas plasm·ticas
hipermutación donde se seleccionan los
linfocitos B que están más preparados
PRESENTACIONES CLíNICAS
para atacar dicho antígeno, los cuales
migrarán a la zona clara.
Los ganglios cervicales incluyen el grupo superior profundo que se sitúa por debajo del
ángulo de la mandíbula y drena la lengua. Los ganglios cervicales superficiales
incluyen el grupo anterior que se encuentran a lo largo de la vena yugular anterior, el
grupo posterior se encuentran en el triángulo posterior a lo largo del curso de la vena
yugular externa; éstos drenan del oído externo y la glándula parótida. Los ganglios
inferiores profundos, incluyendo los ganglios escalenos y supraclaviculares, se
encuentran en la parte inferior del cuello y reciben el drenaje linfático de la región
superficial de la cabeza y el cuello y de las estructuras más profundas como la laringe,
la tráquea y la glándula tiroides. Los ganglios escalenos y supraclaviculares también
reciben el drenaje de la cabeza y el cuello, los brazos, el tórax superficial, los
pulmones, el mediastino y el abdomen (Figura 1).
Las bacterias que se encuentran con
mayor frecuencia son: Staphylococcus
aureus, Streptococcus pyogenes; algunos
anaerobios como Peptococcus,
Peptoestreptococcus y Bacteroides sp, y
algunos otros microorganismos como
Mycobacterium tuberculosis y
micobacterias atípicas. De los agentes
parasitarios Toxoplasma gondii es el que
se observa con mayor frecuencia.