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 Civil

La unión de hecho en derecho


civil
POR
SAUL JOSÉ COCA GUZMÁN
-
22 MARZO, 2021
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Sumario.- 1. Introducción: Antecedentes históricos y evolución de la unión de
hecho hasta nuestros días, 2. La unión de hecho, 2.1. Concepto de unión de hecho,
2.2. Clases de unión de hecho, 2.3. Elementos de la unión de hecho, 2.2. Requisitos
para constituir una unión de hecho, 2.3.1. ¿Ante qué autoridad se debe inscribir la
unión de hecho?, 2.3.2. ¿Qué documentos debo presentar para que mi unión de
hecho sea registrada? 3. Conclusiones, 4. Bibliografía.

1. Introducción: antecedentes históricos y evolución de la unión de hecho


hasta nuestros días

Experimentada, conocida y puesta en práctica desde tiempos remotos, la unión


estable o concubinaria entre hombre y mujer, precedió históricamente a la creación
de la familia solemnizada por el matrimonio civil o religioso con efectos civiles.
Muestra de ello lo tenemos en la historia de la humanidad, especialmente en las
antiguas Grecia y Roma, pasado que estuvo lleno de uniones extramatrimoniales
famosas (Varsi Rospigliosi, 2011, p. 374).

En nuestra conservadora sociedad, durante mucho tiempo, el concubinato fue


cuestionado, señalado con menoscabo y tratado de manera infame, debido a
prejuicios vinculados con una concepción tradicional de familia vinculada
exclusivamente al matrimonio y a cánones religiosos. No obstante, esta forma de
familia siempre ha existido, incluso antes de la existencia del matrimonio, aunque
legalmente no tuvieran un reconocimiento. Esta situación conllevó a que sus
integrantes no gozaran de los derechos y obligaciones similares a los cónyuges y que
incluso los hijos, producto de aquellas relaciones de pareja, sean denominados hijos
ilegítimos (Zuta Vidal, 2018, 187).

Las uniones no consagradas con el matrimonio religioso eran consideradas como


relaciones marginales, contrarias al comportamiento ético y moral. Ello se justifica
en cuanto en el siglo XIX el Perú estaba constituido por una sociedad post colonial,
profundamente católica, donde la religión mantenía una hegemonía moral y social
muy fuerte. Basta ver el contenido de la Carta Política de 1839, bajo la cual entró en

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vigencia el Código de 1852, que en su artículo 3 señalaba “su religión es la católica,
apostólica y romana, que profesa sin permitir el ejercicio de cualquier otro culto”
(Varsi Rospigliosi, 2011, p. 388).

Hoy en día, una de las formas de generar familia, la constituyen las uniones de
hecho entre un hombre y una mujer, que se comportan como casados sin estarlo,
asumiendo todas las responsabilidades de un matrimonio (Aguilar Llanos, 2016, p.
149).

La Constitución Política del Estado en su artículo 4 establece la obligación del


Estado de proteger la familia; sin embargo debe repararse, que no se señala qué
familia es a la que hay que proteger, es decir no nos habla de un tipo de familia, en
esa medida, deben gozar de protección no solo las familias generadas a través de un
matrimonio, sino igualmente las familias originadas en una unión de hecho, y por
ello, a nivel constitucional ya se le ha reconocido como tal, y a nivel legal, se le
están concediendo derechos como los que tienen las uniones matrimoniales (Ibídem,
pp. 149-150).

Así pues, en la actualidad se habla de un derecho de las familias, en ese sentido


junto a la familia matrimonial, tenemos a la familia monoparental, homoparental, la
proveniente de la unión de hecho y la ensamblada. Este último tipo de familia y la
monoparental han sido reconocidas por el Tribunal Constitucional (Expediente
09332-2006-PA/TC). Asimismo, el miércoles 17 de abril del año 2013 la Ley 30007
reconoció derechos sucesorios a las uniones de hecho.

Nosotros nos vamos a referir, escuetamente, a la unión de hecho.

2. La unión de hecho

De acuerdo con el artículo 326 del Código Civil tenemos que:

Artículo 326.- Unión de hecho

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La unión de hecho, voluntariamente realizada y mantenida por un varón y una
mujer, libres de impedimento matrimonial, para alcanzar finalidades y cumplir
deberes semejantes a los del matrimonio, origina una sociedad de bienes que se
sujeta al régimen de sociedad de gananciales, en cuanto le fuere aplicable, siempre
que dicha unión haya durado por lo menos dos años continuos.

La posesión constante de estado a partir de fecha aproximada puede probarse con


cualquiera de los medios admitidos por la ley procesal, siempre que exista un
principio de prueba escrita.

La unión de hecho termina por muerte, ausencia, mutuo acuerdo o decisión


unilateral. En este último caso, el juez puede conceder, a elección del abandonado,
una cantidad de dinero por concepto de indemnización o una pensión de alimentos,
además de los derechos que le correspondan de conformidad con el régimen de
sociedad de gananciales.

Tratándose de la unión de hecho que no reúna las condiciones señaladas en este


artículo, el interesado tiene expedita, en su caso, la acción de enriquecimiento
indebido.

Las uniones de hecho que reúnan las condiciones señaladas en el presente artículo
producen, respecto de sus miembros, derechos y deberes sucesorios, similares a los
del matrimonio, por lo que las disposiciones contenidas en los artículos 725, 727,
730, 731, 732, 822, 823, 824 y 825 del Código Civil se aplican al integrante
sobreviviente de la unión de hecho en los términos en que se aplicarían al cónyuge.

2.1. Concepto de unión de hecho

Las uniones de hecho, doctrinariamente conocidas también como uniones estables,


desde hace tiempo han pasado a ser toda una realidad. A través de ellas, muchas
parejas optan por compartirse sin formalidades, ateniéndose a sus efectos legales.
Cada vez en la práctica el matrimonio pierde fuerza; sin embargo, la ley sigue
diferenciándola del matrimonio, colocándola en un segundo plano, categorías más
abajo, lo que debilita las relaciones convivenciales (Varsi Rospigliosi, 2011, 379).

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Para bien o para mal, si bien la unión de hecho cuenta hoy día con expreso
reconocimiento tanto en el Código Civil cómo en la Constitución, sigue teniendo
un estatus inferior al matrimonio, ya que de acuerdo con el artículo 4 de nuestra
Constitución:

La comunidad y el Estado protegen especialmente al niño, al adolescente, a la madre


y al anciano en situación de abandono. También protegen a la familia y promueven
el matrimonio. Reconocen a estos últimos como institutos naturales y fundamentales
de la sociedad.

En esa línea de pensamiento, en el derecho peruano el Estado reconoce a la familia y


al matrimonio como instituciones naturales y fundamentales de la sociedad además
promueve el matrimonio por sobre los otros tipos uniones convivenciales (uniones
de hecho). Por tanto, el Estado está más interesado en que se configure un tipo de
familia específico por sobre otros.

Haciendo un poco de derecho comparado, en Quebec, los miembros de una pareja


pueden elegir el hacer vida en común sin estar casados. Este estilo de vida es
conocido con el nombre de union de fait (unión de hecho). En el Código Civil de
Quebec, el legislador ha elegido voluntariamente el no atribuir de un status legal a
las parejas que viven en unión de hecho sin importar el número de años que hayan
hecho vida en común. Así, se quiso respetar la elección de un creciente número de
mujeres y hombres de hacer a un lado el matrimonio y adoptar una forma de vida
más flexible con menos marco legal (Demczuk y Gariépy, 1999, p. 6).

Esta situación es única en Quebec pues las otras nueve provincias canadienses, que
son regidas por el Common Law ofrecen un reconocimiento jurídico a las uniones de
hecho heterosexuales después de algunos años de hacer vida en común. Regla
general, después de un cierto tiempo de cohabitación, el Common Law considera a
las parejas en unión de hecho como esposos y les otorga los mismos derechos y las
mismas obligaciones que a las parejas unidas en matrimonio, por ejemplo, derechos
alimentarios, sucesorios y de patrimonio familiar (Ídem).

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El Código Civil, documento legislativo más importante en Quebec, ignora casi por
completo las uniones de hecho. En efecto, el Código Civil contiene solo dos
disposiciones sobre las uniones de hecho y no proporciona ninguna definición para
ellos. El Código Civil se ocupa más de las parejas casadas, otorgándoles
protecciones y obligaciones que las parejas en uniones de hecho nunca podrán
reclamar, incluso después de diez, quince o veinte años de hacer vida común. En
Quebec, por lo tanto, es incorrecto decir que después de un cierto período de
convivencia, los cónyuges de hecho tendrían el mismo estatus legal que las parejas
casadas (Ídem).

Como hemos podido apreciar, el menosprecio hacia la unión de hecho y la falta de


interés por tutelarla otorgándole los mismos derechos y obligaciones presentes en
una unión matrimonial no ha sido privativa de nuestro país, sino también ha ocurrido
en otras legislaciones. Y en su caso es aun peor, pues las uniones de hecho no
podrán reclamar jamás tutela alguna así pasen diez, quince o veinte años por lo que
su estatus resulta también inferior al del matrimonio.

2.2. Clases de unión de hecho

Doctrinariamente se distinguen dos acepciones del concubinato: una amplia,


también denominada concubinato impropio, según el cual habrá concubinato allí
donde un varón y una mujer hagan, sin ser casados, vida de tales; y otra
restringida, que exige la concurrencia de ciertos requisitos para que la convivencia
marital tenga el carácter de concubinaria (Fernández Arce y Bustamante Oyague,
2000, p. 223).

Con relación a la acepción amplia del concubinato cabe diferenciarlas de aquellas


uniones de pareja de carácter esporádico como la unión sexual ocasional y el libre
comercio carnal o el caso de las uniones libres, dado que en el concubinato siempre
debe existir cierto carácter de permanencia o habitualidad en la relación de pareja
(Ídem).

La acepción restringida o conocida como concubinato stricto sensu es aquella


convivencia habitual, esto es, continua y permanente, desenvuelta de modo

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ostensible, con la nota de honestidad o fidelidad de la mujer y sin impedimentos
para transformarse en matrimonio. (Ídem).

En esa misma línea han sido plasmadas e la jurisprudencia. Siguiendo a Varsi


Rospigliosi, la Corte Suprema en la Casación 4320-2015, Lima ha indicado que
podemos distinguir dos clases de uniones de hecho:

a) unión de hecho propia, aquella que cumple con todos los elementos para surtir
efectos jurídicos.

b) unión de hecho impropia, es aquella que no cumple con los elementos o


requisitos para su reconocimiento formal, esto es, cuando alguna de las dos personas
tiene impedimento para contraer matrimonio. A su vez esta última se clasifica
en pura (cuando ellos desconocen la situación de impedimento matrimonial)
e impura (cuando al menos uno de ellos conoce del impedimento).

2.3. Elementos de la unión de hecho

En nuestro ordenamiento jurídico, aquella unión de hecho que recibe tutela, resulta
inscribible y produce efectos jurídicos es la unión de hecho propia.

En el fundamento sexto de la Casación 4066-2010, La Libertad la Corte Suprema,


siguiendo al Tribunal Constitucional, desarrolla los cinco elementos configurativos
de la unión de hecho, a saber:

(1) que los individuos que conforman tales uniones no tengan impedimento alguno
para contraer matrimonio;

(2) que se trate de una unión monogámica heterosexual;

(3) que compartan habitación, lecho y techo, esto es, que las parejas de hecho lleven
su vida tal como si fuesen cónyuges, compartiendo intimidad y vida sexual en un
contexto de un fuerte lazo afectivo, en un clima de fidelidad y exclusividad;

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(4) que se trate de una unión estable, es decir, debe extenderse por un período
prolongado, además de ser continua e ininterrumpida; y

(5) que la apariencia de vida conyugal debe ser pública y notoria.

2.4. Requisitos para constituir una unión de hecho

A continuación desarrollamos los requisitos para constituir una unión de hecho


siguiendo a la profesora Erika Zuta Vidal.

2.4.1. ¿Ante qué autoridad se debe inscribir la unión de hecho?

Con la emisión de la Ley 29560, se amplía la competencia de los (as) notarios y se


incorpora como un asunto no contencioso, el reconocimiento de la unión de hecho
cuando ambos convivientes están de acuerdo en su inscripción. Los integrantes de la
unión de hecho que cumplan con los requisitos deben acudir ante el notario a fin que
extienda una escritura pública, que luego será inscrita en el Registro de Personas
Naturales de SUNARP. (Zuta Vidal, 2019)

Los convivientes presentan su solicitud ante el notario, quien manda publicar un


extracto de dicha solicitud en el diario “El Peruano” y otro diario de amplia
circulación. Transcurridos quince (15) días útiles desde la publicación del último
aviso, sin que se hubiera formulado oposición, el notario extiende la escritura
pública con la declaración del reconocimiento de la unión de hecho entre los
convivientes y remite los partes al registro personal del lugar donde domicilian los
solicitantes. En caso de oposición, el notario remite los actuados al Poder Judicial.
(Ídem)

El cese de la unión de hecho también debe ser inscrita y se tramita ante el notario a
través de una escritura pública en la cual podrán liquidar la sociedad de gananciales,
para este caso no es necesario realizar publicaciones. El cese de la convivencia se
inscribe en el Registro de Personal Naturales de Sunarp. (Ídem)

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2.4.2. ¿Qué documentos debo presentar para que mi unión de hecho sea
registrada?

A fin de tramitar el reconocimiento de la unión de hecho, a nivel notarial, el artículo


46 de la Ley 29560, establece que se debe presentar una solicitud que debe incluir lo
siguiente:

1. Nombres y firmas de ambos solicitantes. Uno de los requisitos es la voluntad de


ambos convivientes para registrar su unión de hecho, caso contrario, la vía será la
judicial.

2. Reconocimiento expreso que conviven no menos de dos (2) años de manera


continua. Esta inscripción se realiza cuando la convivencia tiene por lo menos dos
años y no desde el inicio de la misma, por lo tanto, este reconocimiento es
declarativo. Asimismo, el plazo se empieza a computar siempre que la convivencia
sea continua y los conviviente estén libres de impedimento matrimonial. Por lo
tanto, si durante la convivencia uno de los integrantes de la misma está casado(a), el
plazo de convivencia se empieza a contabilizar desde que ambos estén soltero(a)s o
divorciado(a)s.

3. Declaración expresa de los solicitantes que se encuentran libres de impedimento


matrimonial y que ninguno tiene vida en común con otro varón o mujer, según sea el
caso. El estado civil de ambos solicitantes no podrá ser casado porque estaríamos
ante una unión de hecho impropia que no es factible de ser inscrita ni declarada
judicialmente. Asimismo, dado que uno de los requisitos de la unión de hecho es la
singularidad, también se exige que ninguno conviva con otra pareja.

4. Certificado domiciliario de los solicitantes. El domicilio debe ser el mismo para


ambos convivientes.

5. Certificado negativo de unión de hecho tanto del varón como de la mujer,


expedido por el registro personal de la oficina registral donde domicilian los
solicitantes. A fin de evitar la coexistencia de más de una convivencia y, por lo
tanto, exista más de un régimen de gananciales de manera simultánea. Este requisito

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también debería ser exigido en el caso de los contrayentes al matrimonio y no solo
en las inscripciones de
uniones de hecho.

6. Declaración de dos (2) testigos indicando que los solicitantes conviven dos (2)
años continuos o más. Esto constituye uno de los medios probatorios para acreditar
que el periodo de convivencia es de por lo menos dos (2) años.

7. Otros documentos que acrediten que la unión de hecho tiene por lo menos dos (2)
años continuos. Algunos presentan partidas de nacimiento de hijo(a)s en común,
contratos de alquiler, partidas registrales o contratos de compraventa de bienes en
los que ambos convivientes intervienen, entre otros. (Zuta Vidal, 2019)

Es relevante la inscripción de la unión de hecho puesto que permite el


reconocimiento legal de la existencia de una sociedad de bienes sujeta al régimen
de sociedad de gananciales, el otorgamiento de derechos sucesorios para el
conviviente supérstite y su consideración como heredero forzoso, el goce de derecho
de salud, de la pensión de viudez, la posibilidad de adoptar, sin embargo, aún queda
mucho por reconocer en cuanto a derechos a los integrantes de las uniones de hecho
e incluir dentro de ellas a las uniones homoafectivas. (Ídem)

3. Conclusiones

En la actualidad se habla de un derecho de las familias, en ese sentido junto a la


familia matrimonial, tenemos a la familia monoparental, homoparental, la
proveniente de la unión de hecho y la ensamblada. Este último tipo de familia y la
monoparental han sido reconocidas por el Tribunal Constitucional (STC 09332-
2006-PA/TC). Asimismo, el 17 de abril del 2013 se emitió la Ley 30007 que
reconoció derechos sucesorios a las uniones de hecho.

En el derecho peruano el Estado reconoce a la familia y al matrimonio como


instituciones naturales y fundamentales de la sociedad además promueve el
matrimonio por sobre los otros tipos uniones convivenciales (uniones de hecho). Por

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tanto, el Estado está más interesado en que se configure un tipo de familia específico
por sobre otros.

El menosprecio hacia la unión de hecho y la falta de interés por tutelarla otorgándole


los mismos derechos y obligaciones presentes en una unión matrimonial no ha sido
privativa de nuestro país, sino también ha ocurrido en otros lares como en Quebec.
Y en su caso es aun peor pues las uniones de hecho no podrán reclamar jamás tutela
jurídica alguna así pasen diez, quince o veinte años por lo que su estatus resulta
también inferior al del matrimonio.

En nuestro ordenamiento jurídico, aquella unión de hecho que recibe tutela, resulta
inscribible y produce efectos jurídicos es la unión de hecho propia.

Los requisitos para inscribir una unión derecho por la vía notarial se encuentran
plasmados en la Ley 29560.

4. Bibliografía

AGUILAR LLANOS, Benjamín (2016). Tratado de Derecho de Familia. Lima: Lex


&Iuris.

DEMCZUK, Irène y GARIÉPY, Annick (1999). Un droit au coeur de nos vies: La


reconnaissance des conjoints et conjointes de même sexe, en collaboration avec La
Coalition Québécoise pour la reconnaissance des conjoints et conjointes de même
sexe.

FERNANDEZ ARCE, César Fernández y BUSTAMANTE OYAGUE, Emilia. “La


Unión de Hecho en el Código Civil Peruano de 1984: Análisis de su
conceptualización jurídica desde la perspectiva exegética y jurisprudencial”. En:
Derecho & Sociedad, n. 15, Lima: Pucp, pp. 221-239.

VARSI ROSPIGLIOSI, Enrique (2011). Tratado de derecho de familia. Matrimonio


y uniones estables. Tomo II. Lima: Gaceta Jurídica.

13
ZUTA VIDAL, Erika (2018). «La unión de hecho en el Perú, los derechos de sus
integrantes y desafíos pendientes». En: Ius Et Veritas, n. 56, pp. 186-198, Lima:
PUCP.

ZUTA VIDAL, Erika (2019). «Requisitos para constituir una unión de hecho»
Disponible en: https://ius360.com/requisitos-para-constituir-una-union-de-hecho/

Te recomendamos ver este vídeo:

¿Es delito difundir conversación


privada en la que uno participa?
[caso HugoX ChugoX]
POR
DIEGO J. VALDERRAMA MACERA-REDACTOR LP ÁREA PENAL
-
8 JULIO, 2021
5151

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Sumario. 1. Introducción; 2. Contexto: discusión entre «Hugox Chugox» y «El
profe sobre ruedas»; 3. Delito de violación de la intimidad; 4. Excepción a la
prohibición de difundir; 5. Otros delitos sobre grabación y difusión sin
consentimiento; 6. Acción penal privada; 7. Conclusiones; 8. Bibliografía.

1. Introducción

El derecho a la intimidad, como bien jurídico protegido, es el derecho que tiene todo
ser humano a disponer de momentos de reflexión, recogimiento o quietud que le
permitan refugiarse en sí mismo para expresar su personalidad y que, solo mediante
su consentimiento, se puede dar a conocer los demás.

Estos momentos pueden tratarse de episodios


íntimamente personales o interpersonales. Su difusión requiere el conocimiento de
los intervinientes, pero siempre que el contenido de lo registrado o difundido
efectivamente se trate de algo íntimo; en caso contrario no adquirirá relevancia penal
en atención al principio de lesividad.

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El derecho penal sanciona a quien vulnere la intimidad de otro, de manera que
brinda una importancia especial a este bien jurídico tutelado. Si no fuera así, como
afirma Fernández Sessarego, la persona carecería de la paz mental que necesita para
hacer su vida ante la preocupación e inseguridad de que todos los actos de su
vida íntima están siendo registrados y difundidos. (Fernández Sessarego, 1988, p.
59)

2. Contexto: discusión entre «Hugox Chugox» y «El profe sobre ruedas»

El youtuber peruano Hugo Pilco Rivero protagonizó un enfrentamiento durante una


transmisión en su canal alternativo de Youtube, Los Vlogs de Hugox. Jhorge Ugarte,
más conocido en redes como El profe sobre ruedas invitó a Hugo para entrevistarlo
en una transmisión en vivo que duró casi tres horas vía Youtube Live.

Al término de la entrevista, Hugo, que en simultáneo transmitía la misma entrevista


en su canal alternativo, continuó transmitiendo la conversación. Durante todo
momento dio a entender al Profe que su conversación ya se había cortado. Ante esto,
Ugarte, creyendo estar hablando en privado, comienza a confesarle a Hugo lo que
realmente pensaba de él un tal Mirko Vidal que no viene al caso. En un momento de
la conversación, Jhorge se retira de su habitación para miccionar y deja el
computador. En ese lapso Hugo avisa a sus espectadores que el Profe no sabía que
estaba siendo grabado e invita a desconectarse a quienes no estaban de acuerdo con
su accionar.

Jhorge Ugarte vuelve de los servicios y continúa conversando con Hugo, hasta que
es alertado, mediante una llamada, respecto de todo lo que estaba pasando: la
conversación, que creía privada, se estaba transmitiendo en publico a través del
canal Los Vlogs de Hugox. El hecho ocasionó desazón en Jhorge, quien le increpó a
Hugo por estar difundiendo sus dichos sin consentimiento alguno.

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3. Delito de violación de la intimidad

El derecho penal reprime con pena todas aquellas conductas que impliquen una
invasión no autorizada de la intimidad de la víctima siempre que el comportamiento
sea intolerante para la sociedad. (Lozano Miralles, 1999, p. 194)

Este delito se encuentra tipificado en el art. 154 del Código Penal que sanciona a
aquél que vulnera la vida personal o familiar del agraviado, ya sea observando,
escuchando o registrando un hecho, palabra, escrito o imagen, valiéndose de
instrumentos, procesos técnicos u otros medios parecidos. Asimismo, la agravante
que nos compete analizar a propósito de la discusión entre los conocidos youtubers,
se encuentra en el último párrafo del artículo mencionado, pues se utilizó un medio
de comunicación social masiva (Youtube Live).

Artículo 154.- Violación de la intimidad

El que viola la intimidad de la vida personal o familiar ya sea observando,


escuchando o registrando un hecho, palabra, escrito o imagen, valiéndose de

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instrumentos, procesos técnicos u otros medios, será reprimido con pena privativa de
libertad no mayor de dos años.

La pena será no menor de uno ni mayor de tres años y de treinta a ciento veinte días-
multa, cuando el agente revela la intimidad conocida de la manera antes prevista.

Si utiliza algún medio de comunicación social, la pena privativa de libertad será no


menor de dos ni mayor de cuatro años y de sesenta a ciento ochenta días-multa.

3.1 ¿Qué ataca este delito?

La comisión de este delito afecta el derecho a la intimidad, que comprende la propia


imagen, la voz, la palabra y la protección de todo dato personal. Ahora bien, para
que se configure el delito de violación de intimidad, el sustento para tipificar este
injusto radica en verificar dos cosas importantes. Mucho ojo:

i) si se atenta contra la esfera decisoria de la víctima (contra su voluntad) al


registrarse o difundirse las conductas de la víctima sin que previamente lo haya
consentido o autorizado; y

ii) si lo registrado o difundido tiene, efectivamente, una connotación íntima, esto en


relación con la naturaleza del delito y el bien jurídico lesionado (derecho a la
intimidad), conforme al principio de lesividad. (Morales Prats, 2004, p. 134)

Por ende, estaremos frente a una conducta atípica si se acredita que lo registrado
fue obtenido o difundido con el consentimiento del ofendido (por ejemplo, ocurriría
en el caso de que alguien acepte ser grabado). También será una conducta atípica si
lo registrado escapa de la esfera de lo íntimo (por ejemplo, no sería íntimo registrar
y difundir un audio en el que quien está siendo grabado confiesa una manía
irrelevante, como sí lo sería si en el audio se confiesa que padece una enfermedad
venérea). En suma, no toda información privada contiene información íntima.

Respecto al caso de los youtubers, si bien Jhorge Ugarte no expresó su


consentimiento para que su imagen, voz y palabra hayan sido difundidos, el

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contenido de sus declaraciones que fueron transmitidas no trascienden su intimidad.
Más bien se tratarían de hechos inocuos que el escuchó que ocurrieron pero que de
manera alguna afectan la intimidad de él o de algún otro.

3.2 ¿Cómo se comete este delito?

La violación de la intimidad personal o real consiste en el acto de observar, escuchar


o registrar un hecho, palabra, escrito o imagen.

Observar supone examinar la conducta del agraviado siempre que lo que se haya
visto no sea consecuencia del descuido o exposición por parte del titular de su
intimidad (como, por ejemplo, el caso de los exhibicionistas), sino que debe tratarse
de una observación planeada distinta a un acto casual o esporádico (por ejemplo,
aquél que con binoculares observa a su vecina en prendas íntimas todas las
mañanas).

Escuchar importa oír conversaciones que efectúa el titular del bien con o sin la
necesidad de requerir mecanismos técnicos (por ejemplo, el vecino del departamento
contiguo que perfora un agujero en la pared con el fin de escuchar lo que ocurre en
la habitación del agraviado).

Registrar significa grabar, a partir de mecanismos tecnológicos que permitan la


reproducción de imágenes escritos hechos o palabras, como ocurriría en el caso de
aquél que deja una cámara escondida a fin de conocer detalles que ocurren en una
habitación o, como ocurrió en el caso analizado, cuando se grabó a través de
un medio de comunicación virtual (Youtube Live).

3.3 ¿Cómo se agrava la sanción?

Quien además de haber observado, escuchado o


registrado, difunde, revela o divulga lo percibido haciendo uso de un medio técnico
merecerá un castigo mayor, lo que podría llegar a complicarse si además se emplea
un medio de comunicación social. Esto ameritaría una pena privativa no menor de
dos ni mayor a cuatro años.

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El delito analizado tendrá una tipificación particular cuando, por ejemplo, se haya
ingresado a un domicilio para obtener la información atentatoria contra la intimidad.
Ahí estaremos frente a un concurso ideal de delitos respecto a la violación del
domicilio (art. 159 del CP). Asimismo, en caso que, luego de haber captado una
imagen comprometedora, se solicita un determinado precio al sujeto pasivo para
comprar su silencio, se estaría incurriendo en el delito de chantaje (art. 201 del CP).

Más del autor: Lo que debes saber sobre el delito de cohecho. Bien explicado

4. Excepciones a la prohibición de difundir

4.1 Denuncia de hechos delictivos

Si aquél que mediante una conversación en la que esta participando y que a su vez
está siendo grabada, escucha sobre la comisión de hechos delictivos por parte del
otro interlocutor podrá denunciarlo, más aún si sobre él recae la obligación de
denunciar esos hechos en razón de su profesión o empleo (policía, funcionario
público, etc.). De lo contrario podría incluso cometer el delito prescrito en el art 407
del CP (omisión de denuncia).

Así, la conversación grabada por uno de los interlocutores que pertenezca al ámbito
íntimo de alguno de ellos podrá ser presentada como prueba siempre que la
conversación esté referida a la comisión de delitos cuya persecución sea de carácter
público.

Lo anterior podría calificarse como prueba ilícita, es decir, que debe ser excluida de
valoración judicial para efectos de determinar la responsabilidad penal de un
imputado. Sin embargo, mediante el Pleno Jurisdiccional Superior Nacional
Penal-2004, Trujillo se arribaron a acuerdos sobre la valoración de prueba ilícita en
el proceso penal a modo de siete excepciones. El Pleno admitió en su séptimo
acuerdo la posibilidad de valorar grabaciones sin autorización judicial (teoría del
riesgo).

Séptimo.- Por mayoría:

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Admitir la Teoría del riesgo, como excepción en casos como confesiones extra
judiciales e intromisiones domiciliarias y sus derivaciones, logrados por medio de
cámaras y micrófonos ocultos, escuchas telefónicas y grabaciones de conversaciones
sin autorización judicial, informantes, infiltrados, delatores, etc. Su justificación
reside en el riesgo a la delación que voluntariamente asume toda persona que ante
otra hace revelaciones sobre un delito o realiza actividades relacionadas con éste. Si
el propio individuo no cuida sus garantías, no pretenda que lo haga un Juez.

4.2 Libertad de información periodística

El periodista que no intervino en la obtención lícita o ilícita de la conversación no


infringe la ley en caso difunda las conversaciones. Sin embargo, es preciso que el
derecho de información o deber de difusión tenga relevancia y protección jurídica, y
siempre que se obre dentro de los límites de la utilidad social o interés público de la
noticia.

Lo expuesto no limita de ninguna forma la libertad fundamental de la información.


Conforme al Código deontológico de los periodistas, hace que la libertad de
información no avasalle el derecho a la intimidad. Así, será sancionada aquella
violación a la intimidad que supere esta excepción como lo ocurrido en el caso
Prostivedettes, en el que se condenó a la periodista Magaly Medina y a su
productor Ney Guerrero. Al respecto, te invitamos a leer: Exhibir vídeo íntimo de
bailarinas no es de interés público [STC 06712-2005-HC]

5. Otros delitos sobre grabación y/o difusión sin consentimiento

En nuestro Código Penal encontramos el Título IV: Delitos contra la libertad.


Dentro de este se hallan los Delitos contra la libertad y, en este apartado, se
encuentra el Capítulo II: Violación de la intimidad (artículos 154 al 157) en donde
aparecen diversas conductas delictivas, como revelar aspectos de la intimidad
personal o familiar del agraviado cuyo conocimiento se obtuvo con motivo del
trabajo que prestó su víctima o a la persona a quien le confió estos hechos.

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De igual modo, se sanciona también cuando el agente indebidamente organiza,
proporciona o emplea cualquier información que se encontraba en un archivo que
contenga datos referentes tanto a convicciones políticas o religiosas u otros aspectos
de la vida íntima de una o más personas.

Artículo 154.- Violación de la intimidad


Artículo 154-A. Tráfico ilegal de datos personales
Artículo 154-B.- Difusión de imágenes, materiales audiovisuales o audios con
contenido sexual
Artículo 155.- Agravante por razón de la función
Artículo 156.- Revelación de la intimidad personal y familiar
Artículo 157.- Uso indebido de archivos computarizados

Bramont-Arias Torres sostiene que el criterio que condujo a regular estas


conductas en el Código Penal es el avance tecnológico que continuamente se
incrementa en nuestra sociedad. Hoy la conexión a internet y la modernidad ponen
en riesgo al intimidad de muchas más personas a diferencia de años atrás. (Peña
Cabrera, 2019, p. 780)

6. Acción penal privada

El Código Penal (CP) prevé el ejercicio de la acción penal privada para unos
cuantos tipos penales en los que el bien jurídico protegido resulta ser el honor, la
intimidad, lesiones culposas leves e incluso corrupción al interior de entes privados.
Respecto a la intimidad, son delitos de acción privada los tipificados desde el art.
154 al 157 con excepción de los delitos comprendidos en el 154-A y 155 del CP.

La persecución de estos delitos es ejercida por el ofendido directo de la


consumación de dicho hecho delictivo, puesto que la afectación de los bienes
jurídicos antes descritos no alteran la naturaleza pública de la acción. Por ello, el
numeral 2, artículo 1 del Código Procesal Penal CPP reconoce esta forma de
acción penal, que a la letra indica:

Artículo 1.- Acción penal

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[…]

2. En los delitos de persecución privada corresponde ejercerla al directamente


ofendido por el delito ante el órgano jurisdiccional competente. Se necesita la
presentación de querella

Por otro lado, el escrito que da inicio al ejercicio de la acción penal privada recibe la
denominación de querella y los sujetos procesales enfrentados son
llamados querellante y querellado.

Finalmente, aquél que se sienta ofendido por el delito cometido en su contra podrá
desistir de perseguir este delito o incluso ni presentar una querella. Esto en razón de
que nos encontramos frente a delitos de acción privada en los que la decisión de
inicio de la acción penal recae únicamente sobre el perjudicado directamente. Es
decir, que «el profe sobre ruedas» podría decidir no iniciar un proceso de querella,
como efectivamente lo anunció a sus seguidores.

7. Conclusiones

El legislador sanciona la violación a la intimidad porque pretende evitar actos que


perturben el pacífico desarrollo de la personalidad en su manifestación de
privacidad, entendido como el presupuesto para el ejercicio de nuestras
manifestaciones que ocurran en nuestra intimidad.

El delito analizado debe entenderse como aquel acto que comete el autor sin
consentimiento y violando una esfera íntima de la personalidad. Una vez
verificado los dos supuestos podrá agravarse la sanción si se divulga lo registrado
empleando medios de comunicación masiva.

Por reprochable que sea este accionar, la decisión de iniciar la acción penal por este
delito recae únicamente sobre la víctima, que incluso podría desistirse de presentar
una querella pues se trata de un delito de ejercicio de acción privada.

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Grabar una conversación en la que uno participa no será delito si el acto no fue
planeado sino, más bien, un acto espontáneo. En otras palabras, si se escuchó algo
de casualidad no será delito en tanto no se difunda, pues el acto de difundir lo
escuchado, a pesar de haberlo percibido de manera fortuita, sí será sancionado, toda
vez que la difusión de un contenido íntimo sin el consentimiento de la víctima
configurará el agravante contenido en el segundo párrafo del tipo advertido.

8. Bibliografía

FERNÁNDEZ SESSAREGO, Carlos (2004). Derecho de las Personas. Exposición


de Motivos y Comentarios al Libro Primero del Código Civil peruano. Personas
Naturales. Personas Jurídicas. Comunidades Campesinas y Nativas. Lima: Editora
Jurídica Grijley.

LOZANO MIRALLES, José (1999) Delitos contra la intimidad. En: Compendio de


Derecho Penal Madrid: Areces.

MORALES PRATS, Fermín (2004) La tutela penal de la intimidad. España:


Destino.

PEÑA CABRERA, Alonso (2016) Derecho Penal Parte Especial. Lima: Idemsa.

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