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LA CONCUBINA O EL CONCUBINO TIENEN

DERECHO A HEREDAR LO DEJADO POR SU


PAREJA...SIN PATALEOS...

La sociedad matriarcal que nace con nuestros aborígenes, deja un legado de


situaciones complejas que pasaban por el desconocimiento de la mujer como pieza
fundamental de la familia, al extremo que en la Constitución de 1.961 no se reconocía el
concubinato como figura jurídica que le permitía HEREDAR a la mujer, la cual luchó
al lado de su pareja PARA ACUMULAR BIENES Y FORTUNAS.

La concubina no podia heredar ni hacerse de los bienes dejados por su pareja al


fallecer( tremenda discriminaciòn)
Todo cambió con la puesta en vigencia de la Constitución de la República Bolivariana De
Venezuela de 1.999. El Estado y sus legislaciones se han encargado lo mejor posible de
formalizar las uniones estables de hecho (concubinato) para que no sean simplemente
uniones sexuales entre una pareja, sino que adquieran el mismo peso que la Institución del
Matrimonio y así se dé a valorar una relación entre un hombre y una mujer. El derecho
también ha dejado muy claro, por ahora, que el matrimonio y las uniones estables de hecho
siempre deben ser entre un hombre y una mujer, nunca entre personas del mismo sexo, y
para que sea legalmente reconocido como una unión estable de hecho se debe reafirmar que
la misma posee estabilidad, cohabitación, permanencia, singularidad, notoriedad y ausencia
de impedimentos para el ejercicio de la capacidad convivencia tales como el adulterio; las
dos personas deben ser solteras. El concubinato en nuestra sociedad aparece como una
realidad latente que se halla al margen de la legislación y que requiere ser tomada en cuenta
de manera inminente, debido a su veloz incremento actual, pudiéndose apreciar que cada
día son más y más las parejas que deciden formar una unión extramatrimonial como
solución a su situación. Entre los elementos que fundamentan esta sociedad se encuentran
algunos, tales como: Inestabilidad, diferencia clave entre el matrimonio y el concubinato,
ya que éste no cuenta con una formalidad que incluya al menos la apariencia de
permanencia. Los concubinos no poseen un verdadero vínculo legal que los una, a pesar de
que dicha unión se realice con miras a un verdadero futuro estable y duradero.
Hay que tomar en cuenta algunos elementos necesarios a la hora de solicitar una Mero
Declarativa De Unión Estable De Hecho para poder heredar: Notoriedad, los concubinos
deben convivir como marido y mujer, es decir, simulando la relación de pareja que hay
dentro del matrimonio, y conociendo subjetivamente tal situación. Esto deberá ser
advertido también por la comunidad que les rodea, implicando así cierto carácter de
publicidad. Unión monogámica, ninguno de los miembros de la pareja puede mantener una
relación ajena a la del concubinato legítimo y permanente, pues no se admite el adulterio, al
igual que en el matrimonio (ya que esto constituye un delito tipificado en nuestro condigo
penal), como les analicé en la otra publicación. Individuos de sexo diferente, aplicando
analógicamente el principio que determina el Código Civil venezolano en cuanto afirma
que el matrimonio sólo puede celebrarse entre un hombre y una mujer. Así, se prohíbe toda
posibilidad de uniones incongruentes entre personas del mismo sexo.
Capacidad para contraer matrimonio, es decir, que puedan cumplir con todos los requisitos
que la ley establece para ello; a pesar de que decidan no celebrar su unión de tal modo. Este
fenómeno social se produce por gran diversidad de factores de índole tanto económico
como cultural. En cuanto a los económicos, se garantiza que constituyen la razón casi
primordial, ya que en los sociales menos favorecidos, que integran nuestra sociedad resulta
mucho más arduo imponer la figura jurídica del matrimonio, optando por una vía más fácil,
representada por las uniones extraconyugales, que no llevan consigo obligación legal
alguna. Resulta sin duda incuestionable que el concubinato representa un estado meramente
familiar, ya que cumple básicamente con las funciones del mismo. Pese a ello, únicamente
representa dicha circunstancia y no la constituye como tal, debido a que no posee un lazo
biológico entre la pareja ni una sentencia de matrimonio firmes que lleguen a sustentarla;
así se da en este caso la existencia de un estado aparente de familia, basado en los hechos y
no en el Derecho. De modo que los concubinos desarrollan ante la comunidad en la cual se
desenvuelven una aparente vida conyugal de marido y mujer (cuando la unión es pública y
no oculta, claro está), sin estar unidos por el vínculo matrimonial que otorga la ley. A los
concubinos se les está reconociendo beneficios económicos como resultado de su unión,
por lo que, el artículo 77 de la Carta Magna, al considerarla equiparadas al matrimonio, lo
lógico es pensar que sus derechos avanzan hasta alcanzar los patrimoniales del matrimonio,
reconocido puntualmente en otras leyes entre otros beneficios que surgen del patrimonio de
los concubinos: ahorro, seguro, inversiones del contribuyente, y ello, en criterio de la Sala
Constitucional, conduce a que ya se equiparó el concubinato al matrimonio, por mandato
del artículo 77 constitucional, claro, siempre y cuando lo indique así una sentencia
definitivamente firme de unión estable de hecho emitida por un tribunal de la república.
Los efectos matrimoniales extensibles no pueden limitarse a los puntualmente señalados en
las leyes citadas o en otras normas, sino a todo lo que pueda conformar el patrimonio
común, ya que bastante de ese patrimonio está comprometido por leyes referidas como lo
es; La Ley que Regula el Subsistema de Pensiones (articulo 69-6) que otorga a los
concubinos pensión de sobrevivencia; la Ley del Estatuto sobre el Régimen de Jubilaciones
y Pensiones de los Funcionarios de la Administración Pública, Estadal Y municipal otorga
a la concubina derechos a la pensión de sobrevivencia (articulo 16-3); las Normas de
Operación del decreto con Rango y Fuerza de ley que regula el Subsistema de Viviendas
(artículos 34) prevén al concubinato como elegibles para los préstamos para la obtención de
vivienda; la Ley de Seguro Social (articulo 7-a) otorga a la concubina el derecho a una
asistencia médica integral; la Ley Orgánica del Trabajo, Trabajador y de la Trabajadora que
da al concubino(a) el derecho de reclamar las indemnizaciones que sean de su pareja
fallecida. Cuando uno de los convivientes no está unido a matrimonio anterior, no existe
impedimento alguno para que como sobreviviente goce de los derechos sucesorios de su
causante (soltero, casado o divorciado) con quien convivió, no porque se equipare su unión
al matrimonio, sino porque le corresponde tal derecho, siempre que esa unión hubiere sido
estable y cumplido los requisitos exigidos en la ley. En efecto, que el cónyuge pruebe que
la unión fue estable, es decir, “que ha vivido permanentemente en tal estado” como lo
previene el artículo 767 del Código Civil y además que la unión convivencia cumpla los
requisitos establecidos en la ley, pues la presunción de comunidad emergente en los casos
de unión no matrimonial, en tal caso, surte efecto entre los convivientes y sus respectivos
herederos y también entre uno de ellos y los herederos del otro; con derecho a concurrir
(cuando ha sido declarada, mediante sentencia definitiva firme) reclamando su cuota
hereditaria, e incluso por razones de justicia y equidad con derecho a la legitimidad. El
concubino concurre con los descendientes cuya filiación este legalmente comprobada,
tomando una parte igual a la de un hijo, y de no existir hijos o descendientes cuya filiación
este legalmente comprobada, habiendo ascendientes le corresponderá la mitad de la
herencia a aquellos y al cónyuge(a) la otra mitad. A falta de ascendientes, corresponde la
mitad de la herencia al cónyuge(a) y la otra mitad a los hermanos y por derecho de
representación a los sobrinos. A falta de estos hermanos y sobrinos, la herencia corresponde
íntegramente al cónyuge(a), y si faltare este corresponde a los hermanos y sobrinos
expresados. (continuarà)

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