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RIT N° : 93-2019

RUC N° : 1800322312-0

DELITO : HOMICIDIO

ACUSADO : ARTURO ADOLFO ROJAS CHINGA

DEFENSOR : MARIO OSORIO FARÍAS

FISCAL : ANDRÉS GODOY ROJAS

Antofagasta, ocho de mayo de dos mil diecinueve.

VISTOS, OÍDOS Y CONSIDERANDO:

Primero: Que ante esta sala del Tribunal de Juicio Oral en

lo Penal de Antofagasta, integrada por los jueces Marcelo

Echeverría Muñoz, quien presidió, Patricia Alvarado Padilla e

Israel Fuentes Gutiérrez, los días dos y tres de mayo del año en

curso, se llevó a efecto la audiencia de juicio en la causa rol

interno 93-2019, RUC 1800322312-0, seguida en contra del acusado

Arturo Adolfo Rojas Chinga, R.U.N. 16.614.274-1, chileno, nacido

en Tocopilla el 07 de septiembre de 1987, 31 años de edad,

casado, ceramista, con domicilio en Tocopilla, Pasaje Isluga 304.

El ministerio público actuó representado por el fiscal

Andrés Godoy Rojas, en tanto que la defensa del acusado estuvo a

cargo del Defensor Penal Público Mario Osorio Farías.

Segundo: Que la acusación se funda en los siguientes hechos,

según se lee en el auto de apertura:


El día 02 de abril de 2018, aproximadamente a las 22.15 hrs., el acusado ARTURO ADOLFO

ROJAS CHINGA, abordó en la intersección de las calles Calbuco con Ollagüe de Tocopilla, a la

víctima Franco Sebastián Cornejo Marambio, y tras sostener una discusión, el acusado extrajo

desde sus vestimentas un arma corto punzante tipo cuchillo y apuñaló en la región Torácica

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anterior izquierda a la víctima Franco Cornejo Marambio, a raíz de lo cual la víctima camina unos

metros y cae al suelo, siendo auxiliado por testigos del hecho y trasladado al hospital de

Tocopilla, falleciendo antes de llegar. En tanto, el acusado se da a la fuga en dirección a los

cerros del lugar, siendo detenido por carabineros.

Como consecuencia de esta lesión cortopunzante, la víctima resultó con hemotórax izquierdo

masivo, además, de un hemopericardio y taponamiento cardiaco secundario, falleciendo a causa de

una herida penetrante cardiaca de tipo homicida, tratándose de una lesión mortal compatible con

la acción de un elemento cortopunzante según informe del Servicio Médico legal de Calama”.

A juicio del ministerio público los hechos descritos

constituyen el delito de homicidio simple, previsto y sancionado

en el artículo 391 n° 2 del Código Penal, en grado de consumado,

atribuyéndole al acusado la calidad de autor según lo dispuesto

en el artículo 15 n° 1 del mismo cuerpo legal.

Tercero: Que, en su alegato de apertura, el fiscal afirmó

que con la prueba de cargo acreditaría los hechos contenidos en

el auto de apertura, que constituyen el delito de homicidio

simple y que en ellos le ha correspondido participación en

calidad de autor al acusado Arturo Rojas, promesa que estimó

cumplida en el alegato de cierre, en que luego de pasar revista a

la prueba de cargo rendida reiteró su petición de condena.

A su turno el Defensor Osorio, en el alegato de inicio

indicó que esperaría el resultado de la prueba de cargo para

hacer sus alegaciones en el de cierre, instancia en la que pidió

la absolución de su defendido al estimar que aquella fue

insuficiente para dictar un veredicto de condena, toda vez que no

hubo testigos presenciales del hecho que se le atribuye.

De no ser así, afirmó que el acusado al declarar se situó en

el lugar de los hechos y reconoció haber herido a la víctima, por


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lo que debe procederse conforme a lo dispuesto en el artículo 68

bis del Código Penal, y rebajar al menos en un grado la pena

probable a imponer.

Cuarto: Que el acusado renunció a su derecho a guardar

silencio y declaró en el juicio, manifestando que ese día, cuya

fecha no recordó, tras compartir droga y alcohol en casa de su

amiga “chibola”, se retiró para seguir consumiendo; que en el

trayecto hacia la plaza del hoyo” se encontró con su amigo “el

Chupete” con quien continuó consumiendo, uniéndoseles ”el Gato”,

(a quien conoció en ese momento); que se les acabó la droga y

“Chupete” dijo que sabía dónde conseguir más, bajando hacia calle

Calbuco, donde aquel fue por mas droga o dinero para comprarla,

en tanto que él y “el Gato” se fueron hacia el otro lado; que

cerca de donde estaban había un grupo de personas reunidas,

pudiendo ver que “el conejo” (la víctima) con quien tiempo atrás

tuvo una rencilla, caminaba hacia él y que al pasar por su lado

“conejo” le dijo “que pasa con voz”, misma expresión con la que

él le respondió, dándole un golpe en la espalda con una varilla

que mantenía en sus manos, que había recogido antes y con la que

estaba jugando mientras esperaba a “Chupete”; que “conejo” sacó

desde su polerón un cuchillo, y ante ello el “gato” le tiró un

cuchillo que él recogió y guardó en la manga de su polerón; que

el “conejo” le tiró un corte que logró esquivar y que cuando

giró, la víctima se abalanzó sobre él, forcejearon y el “conejo”

se hirió en el pecho con el cuchillo que él tenía en su mano, y

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tras emitir un ruido como “Up”, se retiró del lugar tambaleando

hacia el grupo de gente; que el cuchillo lo tiró en la parte

delantera de una casa que había ahí, y corrió hacia el sector “el

hoyo” mirando lo que pasaba, observando que desde la casa salió

su amiga “chibola”, quien le sacó la ropa al conejo; que de

inmediato llegó Carabineros y lo pillaron.

Quinto: Que, de acuerdo a lo consignado en el auto de

apertura de juicio oral, los intervinientes no acordaron

convenciones probatorias

Sexto: Que el ministerio público para acreditar los hechos

de la acusación se valió del testimonio de los funcionarios de

Carabineros Javier Santis Meza, Luis Cáceres Sepúlveda, del

testigos O.I.H.B., E.M.A.C. y S.A.A.A. y de los funcionarios de

Carabineros Javier Santis Meza, Luis Cáceres Sepúlveda, Arnoldo

Astudillo Guzmán, Pablo Flores Alcaide; de las pericias

practicadas por el perito criminalístico Hernán Núñez Uribe, y

los peritos químicos Priscilla Harris Duarte y Michel Gatico

Magna, además de incorporar el informe de autopsia 41/2018, de

24 de abril de 2018, suscrito por la médico legista Paula

Valdivieso Lucero, fotografías del cuerpo de la víctima, del

sitio del suceso y del acusado, y un certificado de defunción de

Franco Sebastián Cornejo Marambio, que señala como “fecha de la

defunción” el 02 de abril de 2018, a las 22:40 horas, y como

“causa de la muerte” herida penetrante cardiaca/homicidio.

A su turno, la defensa del acusado, sin perjuicio de adherir

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a toda la prueba del ministerio público, presentó como prueba

autónoma el DAU N° 1804030013 de 3 de abril de 2018, respecto del

acusado Arturo Adolfo Rojas Chinga, quien no presentaba lesiones.

Séptimo: Que el delito de homicidio simple, requiere para su

configuración, la presencia de tres elementos objetivos: un

comportamiento, esto es, una acción u omisión dirigida a matar,

un resultado material, la muerte y un nexo causal entre el

comportamiento y el resultado.

Que, el fallecimiento de la víctima Franco Sebastián Cornejo

Marambio, se estableció mediante el certificado de defunción que

consigna data de muerte el día 02 de abril de 2018, a las 22:40

horas y por el DAU del Hospital de Tocopilla Unidad de Urgencias

de la misma data, que indica que Franco Cornejo Marambio, ingresó

a las 22:35 horas sin signos vitales. Del mismo modo, con el

informe pericial de autopsia de la víctima Nº 41/18, evacuado por

la médico legista Paula Valdivieso Lucero, que indica que la

víctima ya señalada, “Presenta una herida cortopunzante única en

la región torácica anterior izquierda, ubicado a nivel sexto arco

costal anterior, línea clavicular media. La herida posee un

extremo aguzado a izquierda y un extremo romo a derecha, se

encuentra dispuesta de forma levemente inclinada, mide 2,0 cm de

longitud y 1,0 cm de ancho. Esta lesión penetra la cavidad

torácica a través de sexto espacio intercostal anterior

izquierdo, atravesando pleura, músculos, pericardio, lesionando

la cara anterior del ventrículo derecho con una herida

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cortopunzante transfixiante de 1,0 cm de longitud. Concluye que

Franco Sebastián Cornejo Marambio “falleció a causa de una herida

penetrante cardiaca, siendo esta la causa necesaria de la muerte.

Se trata de una muerte tipo homicida. El cadáver no presenta

signos sugerentes de lucha y/o defensa”.

Es así, que desde el punto de vista científico, la lesión

indicada en el informe de autopsia, selló desde el primer momento

el pronóstico del ofendido, al verificarse la muerte de Cornejo

Marambio, lo que se acreditó además de la declaración del perito

criminalístico de Carabineros Hernán Núñez Uribe, quien junto a

otros funcionarios concurrió al hospital Dr. Marcos Macuada de

Tocopilla, observó el cuerpo del occiso, y explicó de manera

pormenoriza la herida que presentaba la víctima, mediante la

exhibición de las fotografías levantadas por peritos fotógrafos

de la misma Brigada, señalando la misma lesión que la referida

por la patólogo en el informe de autopsia como la causante de la

muerte del afectado.

En cuanto a la dinámica de los hechos que culminaron con la

muerte de Franco Cornejo, los funcionarios Policiales Javier

Santis Meza y Luis Caro Sepúlveda, de manera coincidente

afirmaron que el día 02 de abril de 2018, cerca de las 22:35

horas, concurrieron hasta la calle Ollagüe con Pasaje Calbuco,

con motivo de una alerta telefónica, que daba cuenta de una

discusión entre dos sujetos, uno de los cuales fue agredido con

una arma blanca por Arturo Rojas; que al llegar al lugar, la

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víctima ya había sido trasladada al hospital de Tocopilla y

entrevistaron a Y.Z.G. quien se acercó a Santis Meza y le

refirió, que mientras estaba junto a otras personas en la

intersección de calle Calbuco con Pasaje Calbuco, vio a un metro

de distancia, que la víctima discutía con Arturo Rojas, quien le

enterró un cuchillo tipo corbo en el pecho, especie que mantenía

en su poder desde tiempo antes del hecho; que tras la agresión

escuchó a Arturo Rojas decirle a su acompañante, apodado el

“chupete”, “vámonos de acá”; que el hechor huyó a pie hacia el

sector poniente, a un sitio eriazo denominado “el hoyo”, hasta

donde llegaron ambos funcionarios, encontrando a un sujeto que

resultó ser Rojas Chinga, quien se exhibía agitado, sudado y

vestía las prendas que antes les señaló que llevaba la testigo

Y.Z.G.

Agregaron, que S.V. y E.A.C. vecinos del lugar, le indicaron

a Santis Meza, que no vieron la agresión pero fueron alertados

por gritos que pedían ayuda, y vieron que Sebastián Cornejo

estaba herido en el pecho, y el primero lo llevó al hospital, en

tanto la segunda afirmó en la audiencia, que tras ver a Y.Z.G.

caminar ayudando a la víctima herida y mientras el “Conejo” se

desvanecía ella fue en su auxilio y le preguntó quién le había

hechos eso, le respondió “el Arturo me mató”.

En el mismo sentido declaró el funcionario Claudio Caro

Martínez, funcionario del OS9 de Carabineros de esta ciudad y

viajó a Tocopilla donde llegó en la madrugada del 03 de abril, y

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afirmó haber entrevistado a Y.Z.G., quien le reiteró lo dicho a

los funcionarios Santis y Cáceres, y que Arturo Rojas Chinga fue

el autor de la muerte de Cornejo Marambio, que lo conocía porque

era del sector, y que desde antes mantenía el arma con el mató a

Franco, a la que aquél llamaba “el saca corazones”; que en virtud

de lo anterior, se confeccionaron 2 set fotográficos de 12 fotos

cada una, reconociendo la testigo a Rojas Chinga en la segunda

fotografía del segundo set que le fue exhibido.

Además O.I.H.B., refirió en la audiencia que es la abuela

del afectado Franco Cornejo Marambio, quien vivía con él, y que

el día de los hechos su nieto salió de su domicilio, escuchando

minutos más tarde gritos desde la calle, por lo que salió y supo

por vecinos que su nieto había sido herido y luego que falleció;

que durante el velorio del ofendido, una vecina le contó lo

sucedido y le dijo que Arturo Rojas fue quien lo mató.

Finalmente, los funcionarios Arnoldo Astudillo Guzmán y

Pablo Flores Alcaide, pertenecientes a la Sip de Carabineros de

Tocopilla, afirmaron haber concurrido hasta el C.D.P. de esa

ciudad, el día 25 de junio de 2018, donde entrevistaron a S.A.A.,

apodado “el chupete”, quien les señaló que el día de los hechos y

mientras él se encontraba a metros del lugar comprando droga,

Arturo Rojas, apuñaló en el pecho a Fabián Cornejo Marambio,

apodado “el conejo”, con un cuchillo tipo corbo que mantenía en

su poder, declaración que S.A.A. afirmó no recordar en estrados,

y que será analizada a la luz, en voz del Defensor, de la

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ausencia de prueba directa que incrimine a Juan Rojas, por la que

pidió calificar su confesión y de este modo rebajar la pena a

imponer.

También el perito criminalístico de Carabineros Hernán Núñez

Uribe, además de examinar el cuerpo de la víctima en el nosocomio

de Tocopilla, concurrió al sitio del suceso y mediante tórulas

recogió muestras de las manchas pardo rojizas encontradas en el

lugar (en calle Calbuco) las que fueron remitidas a Laboratorio

para su análisis, al igual que el pantalón, polera y polerón que

vestía el ofendido, las que en voz durante la audiencia, de la

perito Priscilla Harris Duarte correspondían a sangre humana, y

que sometida a análisis de perfil genético por el perito Michel

Gatica Magna, resultó corresponder igualmente a Cornejo Marambio,

según expuso igualmente durante el juicio, cuya muestra de sangre

fue conservada en el Servicio Médico Legal de Calama.

Octavo: Que la decisión anunciada en el veredicto, fue

adoptada por el Tribunal ponderando la evidencia presentada en la

audiencia, en la forma prevista en el artículo 297 del Código

Procesal Penal, idónea y conducente a tener por cierto, más allá

de toda duda razonable, que:

El día 02 de abril de 2018, cerca de las 22:15 hrs., en la

intersección de las calles Calbuco con Ollagüe de Tocopilla el

acusado ARTURO ADOLFO ROJAS CHINGA, abordó a la víctima Franco

Sebastián Cornejo Marambio, y tras sostener una discusión con

éste, desde sus vestimentas extrajo un arma corto punzante tipo

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cuchillo con la que lo apuñaló en la región toráxica anterior

izquierda, y luego de caminar unos pasos el afectado cayó al

suelo, siendo auxiliado por testigos del hecho y trasladado al

hospital de Tocopilla, falleciendo antes de llegar. En tanto, el

acusado se dio a la fuga hacia a un sitio eriazo cercano

denominado “el hoyo”, donde fue detenido por carabineros.

Como consecuencia de esta lesión, la víctima sufrió una

herida única en la región torácica, que penetró la cavidad

cardíaca, falleciendo minutos más tarde a causa de ella, lesión

de tipo homicida y mortal compatible con la acción de un arma o

elemento cortopunzante según informe del Servicio Médico legal de

Calama.

Noveno: Que los hechos antes descritos constituyen el delito

de homicidio simple, previsto y sancionado en el artículo 391 N° 2

del Código Penal, puesto que se acreditó que el hechor ejecutó un

acto dirigido voluntariamente a causar la muerte de una persona,

para lo cual se valió de el medio idóneo, específicamente de un

arma blanca consistente en un cuchillo, el cual utilizó para

propinarle una estocada dirigido a la región torácica anterior

izquierda, que penetró la cavidad cardiaca, falleciendo la persona

a causa de dicha lesión, secundaria a tal herida, tras ser

llevado a un centro asistencial, no encontrándose justificado

dicho actuar por el ordenamiento jurídico y sin que concurrieran

las circunstancias propias del parricidio, infanticidio u

homicidio calificado. El ilícito señalado, resultó ser consumado

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en cuanto se concretó íntegramente al haber fallecido la víctima

en razón de la herida que recibió en la zona torácica,

necesariamente mortal.

En concepto del tribunal, además se acreditó que el acusado

dio muerte al ofendido con dolo directo, a través de una acción o

comportamiento derechamente dirigido a matar a Cornejo Marambio,

toda vez que lo agredió con un arma idónea para ello: un arma

blanca, que penetró con tal intensidad en el tórax de la víctima

que lesionó la cavidad cardíaca, como indica el informe de

autopsia, antecedente revelador que el agresor necesariamente

buscaba causar la muerte del ofendido. Incluso en el evento que

se estimara que el enjuiciado obró únicamente dolo eventual, éste

se corrobora aún más, pues contando con un arma blanca, su

portador no podía menos que representarse como probable el

resultado final, y lo aceptó, estableciéndose también que tan

pronto cometió el hecho, abandonó el lugar sin requerir ayuda

médica para el mismo, resultando detenido minutos más tarde.

Sin perjuicio de todo lo señalada, en el presente caso, la

conducta típica recién descrita no ha sido discutida por la

defensa (porque es imposible hacerlo), y se encuentra acreditada

especialmente con la prueba ya apuntada, y las justificantes que

introdujo el acusado al confesar que le dio muerte al ofendido,

no solo no fueron exploradas por su defensor, sino además no

fueron corroboradas por antecedente alguno durante la audiencia.

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Décimo: Que a su turno, la misma prueba de cargo descrita y

analizada en el motivo octavo, que permitió asentar el ilícito

que se dio por acreditado, permite establecer la participación

del acusado Arturo Adolfo Rojas Chinga, en calidad de autor.

En efecto, los funcionarios de Carabineros que concurrieron

al sitio del suceso y entrevistaron a Y.G.Z. afirmaron de manera

categórica que aquélla les señaló que fue Arturo Rojas quien le

dio muerte a Franco Sebastián Cornejo Marambio, indicándoles las

vestimentas que llevaba y la dirección hacia la cual huyó tras el

hecho; que fueron tras él, encontrándolo en un sitio eriazo

contiguo denominado “el hoyo”, agregando que éste se encontraba

agitado, sudado y vestía conforme a las características que Y.Z.

les señaló, misma testigo que horas más tarde fue nuevamente

interrogada por el funcionario Claudio Caro Martínez, a quien le

refirió los mismos antecedentes, siendo reconocido por la misma

testigo mediante la exhibición de sets de fotografías

confeccionadas conforme al protocolo.

Los mismos funcionarios referidos, reconocieron a Rojas

Chinga en la audiencia de juicio por las vestimentas y ubicación

de éste en la sala.

Undécimo: Que en cuanto a las modificatorias de

responsabilidad penal, el Tribunal acogerá la atenuante invocada

por el defensor contenida en el artículo 11 N° 9 del Código

Penal, pero no la calificará como se solicitó, toda vez que el

acusado fue detenido en situación flagrancia conforme afirmaron

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los funcionarios policiales Santis Meza y Cáceres Sepúlveda, al

verificar que las características de las vestimentas que llevaba

coincidían con las que previamente había entregado Y.Z.G., al

igual que su identidad también señalada por aquélla, quien horas

más tarde y ante el funcionario Claudio Caro lo reconoció en una

de las fotografías que le fueron exhibidas. Y todos, como ya se

dijo, reconocieron en la audiencia a Arturo Rojas Chinga como el

sujeto que resultó detenido y reconocido por Y.Z.G.

Por otra parte, la circunstancia que el testigo S.A.A.A.

haya señalado no recordar en la audiencia lo que se levantó en el

Acta de su declaración, de la que dieron cuenta los funcionarios

Astudillo Guzmán y Flores Alcaide, y en la que sindicó al

enjuiciado como el hechor, tampoco constituye un antecedente que

robustezca la confesión del acusado, ya que aquél, al practicarse

el ejercicio del artículo 332 del Código Procesal Penal, y

leérsele por el fiscal (ya que S.A. dijo no saber leer ni

escribir) el fragmento de su declaración en que incriminaba a

Rojas Chinga, señaló que no recordaba haber dicho aquello, que

estaba muy drogado y no vio la riña, por lo que bien pudo haber

expuesto el resultado de dicha diligencia conforme dieron cuenta

en el juicio los mencionados funcionarios, quienes concurrieron

hasta el CDP de Tocopilla donde S.A.A. se encontraba y se

mantiene preso.

De manera que la confesión que hizo el acusado en la

audiencia de juicio, quien condicionalmente reconoció su

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intervención en el hecho punible, introduciendo elementos

justificantes no tienen la envergadura para calificar la

atenuante en comento, al no estimarla además de sustancial,

esencial para el esclarecimiento de los hechos, conforme ya se ha

explicitado.

Por último, aún en el evento de entender o considerar la

señalada atenuante como muy calificada, ello no necesariamente

importa rebajar la pena a imponer, conforme reza el artículo 68

bis del Código Penal, que entrega al Tribunal la facultad de

rebajar la pena en un grado, a diferencia de lo que indica el

inciso 2° del artículo 68 del mismo texto, que impone al mismo

una limitación a la aplicación de la pena.

Luego, en el escenario descrito, la pena a imponer será en

su parte más baja, en el quantum que se señalará en lo

resolutivo, por parecerle lo más condigno al hecho y sus

circunstancias.

Duodécimo: Que atendida la extensión de la condena que se le

impondrá y no reuniendo los requisitos contemplados en los

artículos 4, 8, 15 y 15 bis de la ley 18.216, el acusado deberá

cumplir su pena de manera efectiva, la que no se le sustituirá

por ninguna de las penas contempladas en el artículo 1º de la ley

citada.

Décimo tercero: Que, atendida la circunstancia de encontrase

actualmente privado de libertad, que el enjuiciado deberá purgar

su condena de manera efectiva y que ha sido defendido por la

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Defensoría Penal Pública, se le relevará de la condena en costas.

Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en

los artículos 1, 3, 7, 11 N° 9, 14 N° 1, 15 N° 1, 18, 26, 28, 50,

62, 68, 69, 391 N°2 del Código Penal; 1, 4, 7, 36, 45, 47, 295,

296, 297, 298, 309, 319, 323, 332, 340, 341, 342, 344, 346, 347 y

348 del Código Procesal Penal, se declara que:

I.- Se condena, sin costas, al acusado Arturo Adolfo Rojas

Chinga, ya individualizado, a la pena de diez (10) años y un (1)

día de presidio mayor en su grado medio, y a las accesorias de

inhabilitación absoluta perpetua para cargos y oficios públicos y

derechos políticos y la de inhabilitación absoluta para

profesiones titulares durante el tiempo de la condena, como autor

del delito de homicidio simple, cometido en Tocopilla el 02 de

abril de 2018.

II.- Atendida la extensión de la pena impuesta, no reuniendo

el sentenciado los requisitos establecidos en la ley 18.216, no

se le sustituye su pena de presidio por ninguna de aquellas

contempladas en dicho cuerpo legal, debiendo cumplir de manera

efectiva su pena privativa de libertad, la que se contabilizará

desde el 3 de abril de 2018, fecha a partir de la cual se

encuentra ininterrumpidamente sujeto a la medida cautelar de

prisión preventiva por esta causa, conforme se indica en el

certificado del ministro de fe de este tribunal tenido a la

vista.

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Téngase por notificados a los intervinientes, ofíciese a los

organismos que corresponda para comunicar lo resuelto, y

remítanse los antecedentes necesarios al señor Juez de Garantía

de la causa para la ejecución del fallo.

Ejecutoriada que sea esta sentencia, dése cumplimiento a lo

dispuesto en el artículo 17 de la Ley 18.556, y 17 de la ley

19.970.

Devuélvanse a los intervinientes las pruebas incorporadas en

la audiencia.

Regístrese y archívese.

Redactada por la juez Sra. Patricia Leonor Alvarado Padilla.

RIT 93-2019

RUC 1800322312-0

Pronunciada por los jueces titulares del Tribunal de Juicio

Oral en lo Penal de Antofagasta Marcelo Echeverría Muñoz,

Patricia Alvarado Padilla e Israel Fuentes Gutiérrez.

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