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Seguridad Social Apuntes
Seguridad Social Apuntes
INTRODUCCION
La Seguridad Social como una rama autónoma del derecho es de reciente data, ello
por cuanto las normas de “carácter previsional”, estuvieron y están íntimamente ligadas
con la normativa laboral. Ello ha implicado que el desarrollo de la dogmática jurídica en
torno a este tema, especialmente en Chile, este reducida a la publicación de muy pocos
autores, unido a la escasa importancia que normalmente se le otorga dentro de la malla
curricular de las distintas universidades que imparten la carrera de derecho, ha significado
un detrimento en una adecuada comprensión, tanto del mundo político, del foro y
académico, de los principios e instituciones que informan a esta particular rama del
derecho.
Ello, por lo demás, ha quedado demostrado a la luz de las ardientes discusiones
que se han originado, actualmente, en torno a las llamadas reformas al régimen de salud,
reformas en las cuales no existe protagonismo alguno por parte de autoridades publicas,
académicas o políticas que sean especialistas en temas de la seguridad social.
Esta manual, que tiene su origen en mi memoria, para optar al grado de Licenciado
en Ciencias Jurídicas y Sociales, tiene por objeto, en relación con lo antes señalado, tratar
de ser un aporte a esta rama del derecho, para esos efectos abordamos el estudio de la
Seguridad Social en Chile, abarcando todos los regímenes que la informan, actualizado
hasta la publicación de la ley Nº 19.795, que modificó el DL 3.500, creando los
multifondos de pensiones. Junto con lo anterior, abordamos también el estudio de la
dogmática jurídica de esta rama del derecho, analizando sus principios, e Instituciones, en
esta parte de la materia proponemos la incorporación de un nuevo principio a la Seguridad
Social, esto es, la libertad de opción , el cual se desarrolla en el capitulo pertinente. En
general este manual pretende sistematizar y actualizar el contenido de la Seguridad Social,
incorporando en los regímenes pertinentes todas las modificaciones legislativas recientes,
proponiendo, en materia de salud, una nueva forma de financiamiento de prestaciones, y en
general abordando cada una de las materias con un sentido didáctico y la vez critico, a
fin de mejor ilustrar el contenido y
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alcances de la Seguridad Social en nuestro país, todo ello complementado, al final de cada
tema con jurisprudencia administrativa y de tribunales.
A efectos de mejor entender sus instituciones, principios, y los alcances y
proyecciones que presenta esta rama del derecho, resulta del todo imprescindible conocer
su génesis y devenir histórico, tanto a nivel mundial como nacional, hecho ello,
abordaremos su conceptualización actual, sus principios, instituciones y regímenes
aplicables en Chile. En general, este manual contiene, además de materias abordadas desde
la perspectiva propia y particular de este autor, una serie de recopilaciones de material
disperso elaborado en diversas publicaciones especializadas, los cuales he resumido y!o
levemente modificado, para los efectos del plan de desarrollo didáctico con que ha sido
elaborado el presente manual.
CAPITULO PRIMERO.-
HISTORIA DE LA SEGURIDAD
SOCIAL
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En este periodo destaca el pensador Español Luis Vives ( 1492) cuyos postulados
relacionados con la protección de los mas necesitados tuvo alcances Continentales en toda
Europa, siendo su obra mas importante “ De Subentione Pauperum”, (del socorro de los
pobres) de tal trascendencia que muchas comunas de la época le encargaron la
organización de la asistencia social conforme a las ideas expresadas en su obra.
Sus principales postulados fueron consagrar el derecho al trabajo y que la
protección de los necesitados debía ser competencia de toda la sociedad, abogando por el
entrenamiento al cesante, internados para niños abandonados, hospitales separados para
enfermos e insanos y empleo protegido para ciegos e inválidos.
Es partir de su influencia que en 1601, bajo el reinado de Isabel I, se dictan en
Inglaterra las diversas leyes de pobres (Poor Law Act), las que se consideran como las
primeras leyes nacionales contra la pobreza, estableciéndose en ellas una tasa obligatoria
para financiar el sistema.
Por su parte, la Iglesia Católica también desde sus primeros tiempos, e inspirada
en sus postulados de amor al prójimo, desarrolló actividades en este campo, concentrando
su accionar básicamente a través de la caridad, dando atención a enfermos ancianos e
inválidos y huérfanos, creando refugios para forasteros, asilos para r5ecien nacidos,
orfelinatos, asilos, hospitales, leproserías, etc.
C) América Colonial:
A la llegada de los españoles trajeron consigo su derecho e instituciones; se crearon
las llamadas cajas de comunidades, cuyos antecedentes se encuentran en instituciones
incásicas, sus actividades estaban relacionadas con el sostenimiento de hospitales auxilio
de viudas y huérfanos, además de cumplir con labores de carácter educacional.
Su financiamiento lo obtenían por la vía de entregarles una parte de las tierras de
la comunidad en censo, para su explotación, integrándose sus rentas a las respectivas cajas
comunitarias. Llegaron a tener algunas de ellas tal capacidad económica, que una de ellas
socorrió a Felipe II , Rey de España, con
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100.000 ducados, según versión que Rumeu de Armas cuenta en su obra “ Historia de la
Previsión Social en España”, y que al decir del profesor Patricio Novoa Fuenzalida, quien
lo cita en su obra “El derecho de la Seguridad Social”, que esta ayuda al rey Felipe II
prueba que tomar prestado dinero de las cajas de previsión para saldar déficits
presupuestarios es algo de muy antigua data.
En la recopilación de Leyes de los Reynos de Indias se encuentran dispersas
una serie de cédulas, cartas provisiones, Ordenanzas e Instrucciones que fueron dictadas
por mandato del Rey Carlos II sobre materias
referentes a temas que hoy podríamos llamar “previsionales”, dentro de ellas destacan:
a) El encargo que se formula a Virreyes, Audiencias y Gobernadores para la fundación de
hospitales para la curación de enfermos y ejercicio de la caridad cristiana.
b) Se establece la obligación a los patrones de que a los indios enfermos se les
proporcione, curación, medicina y sustento, extendiéndose esta obligación al personal
domestico indiano.
Se establece la obligación a los dueños de minas y chacras de organizar hospitales a sus
expensas y en conjunto, con el fin de proporcionarle cuidados y cura a los enfermos
provenientes de dichas actividades.
En general, la Corona de Castilla dictó un sinnúmero de leyes que constituyen
en su conjunto un autentico sistema jurídico de protección a la salud y prevención de
riesgos profesionales; aun cuando, en la practica, dichas leyes fueron muy poco respetadas;
toda vez que su implementación significaba fuertes gastos que los encomenderos y
empresarios de la época no estaban dispuestos a asumir.
D) Las Leyes de Bismarck:
En las postrimerías del siglo XIX aparecen en Alemania los primeros Seguros
Sociales de carácter obligatorios, su gestor fue el Canciller Bismarck quien en forma
temprana comprende la importancia de otorgar a la ingente masa trabajadora medios a
través de los cuales, junto con reconocerles el derecho al
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estado civil, establece también la subsidiariedad del estado, en el sentido de que este debe
garantizar prestaciones mínimas correspondiéndole a los interesados completar las
diferencias utilizando procedimientos voluntarios y privados. Uniforma además los aportes
y cotizaciones y unifica todas las Instituciones que administran Seguros Sociales en un
servicio publico único bajo la administración de un Ministerio de Seguridad Social, creado
al efecto.
Además, simplifica las normas administrativas para la obtención de los
beneficios; en salud establece un Servicio Nacional de salud financiado mediante
impuestos para asegurar a toda la población cuidados médicos gratuitos en medicina
preventiva, curativa y rehabilitadora, por último, propone una política de pleno empleo
destinada a garantizar trabajo y prevenir el desempleo.
De la breve y resumida síntesis anterior, del informe Beveridge, resulta
meridianamente claro que sus planteamientos bien definidos y con un enfoque basado en
los postulados y principios que informan a la Seguridad Social, habrían de tener una
notable influencia sobre todas las legislaciones dictadas en el mundo con posterioridad a
su emisión.
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precursora de la casa nacional del Niño, fundada en virtud de un legado hecho por don
Pedro Tisbet a don Juan Nicolás de Aguirre.
Llegada nuestra vida republicana, las cartas Constituciones de los años 1823,
1828 y 1833 establecieron algunas disposiciones relativas al cuidado de la salud,
encomendando a las Municipalidades la tuición sobre la policía de salubridad, el cuidado
de los hospitales y hospicios y otras instituciones de beneficencia, socorro y misericordia.
Por decreto Supremo de Abril de 1832 se organiza la Junta general de
Beneficencia y salud Pública, institución que tenía por función velar sobre todos los
establecimientos de beneficencia y salud publica del país, y facultada para proponer las
mejoras que pudieren hacerse en la Policía de Salubridad.
En la segunda mitad del siglo XIX la labor asistencial mas importante se
desarrollaba pues a través de los hospitales, la casa de expósitos, el Hospicio de Ancianos y
el Manicomio Nacional, encontrándose todos ellos organizados de acuerdo a los principios
de la Beneficencia Pública, inspiradas en simples deberes morales asumidos por personas
privadas y en parte por el Estado.
En el mes de Agosto de 1855 se dicta la primera ley sobre Montepío militar; el año
1858 se funda la Caja de Ahorro de Empleados Públicos creada como una institución de
derecho privado a la cual se la ha considerado como la primera institución Chilena de
carácter previsional, siendo su objeto el de fomentar el ahorro y propender al bienestar
de sus imponentes, efectuando el estado , a través de bonificaciones , aportes a las
respectivas cuentas como una forma de incentivar el ahorro.
Durante la segunda mitad del siglo XIX se comienza a desarrollar, como forma
de previsión social privada, el mutualismo, el cual adquiere un gran auge con la figura
del Arquitecto Fermín Vivaceta quien funda en 1862 la Sociedad de Artesanos.
En los primeros años del siglo pasado se comienzan a dictar diversas normas de
carácter laboral y previsional, así las leyes 3020 y 3045, del año 1915 crearon la Caja de
Montepío y retiro de las Fuerzas Armadas, se dicta en el año 1911 la ley Nº 2498 que crea
una Caja de Ahorros para los empleados de planta y
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a contrata de la Empresa de Ferrocarriles del Estado, con posterioridad mediante las leyes
Nº 3704 y Nº 3379 se modifica la anterior ley otorgándole una nueva fisonomía, pasando a
llamarse Caja de retiro y previsión social de los Ferrocarriles del estado, institución que es
considerada como nuestro primer seguro social en el país.
En el año 1916 se promulga la ley Nº 3.170, que norma las indemnizaciones
por accidentes del trabajo, fundada en la teoría del riesgo profesional, la cual adolecía de
serias deficiencias, toda vez que su campo de aplicación no consideraba las enfermedades
profesionales, no consultaba garantías para el pago de las pensiones y excluía de la
indemnización a los accidentes causados por culpa del obrero.
En el año 1924 el Congreso Nacional aprueba, entre diversas leyes de carácter
laboral la ley Nº 4.054 que versa sobre seguro Obrero obligatorio de enfermedad, invalidez
y vejez, ley cuyo contenido es obra del doctor Exequiel González Cortes, esta ley
estableció un seguro social y obligatorio para la protección de las contingencias antes
señaladas en beneficio de todos los obreros, incluidos campesinos y servidores domésticos,
instituyendo por primera vez en el país un sistema de financiamiento tripartito, mediante
imposiciones del patrón del obrero y del estado. En este mismo año se dicta también la ley
Nº 4.055 sobre Indemnización por Accidentes del trabajo basada en la responsabilidad
objetiva del empleador, incluyendo en sus disposiciones cobertura para las enfermedades
profesionales. En la misma fecha se dicta también la ley Nº 4.059 que versó sobre contrato
de empleados particulares estableciendo para sus beneficiarios un Fondo de retiro e
Indemnización por años de Servicios en caso de despido.
El año 1925 se crea la Caja Nacional de Empleados Públicos y Periodistas y la Caja
de Previsión de Carabineros, el año 1937 se crea por la ley Nº 6.037, La Caja de Previsión
de la Marina Mercante Nacional, la cual estableció un régimen previsional de seguro de
vejez e invalidez para los oficiales y empleados de la Marina Mercante. En 1938 se dicta la
ley Nº 6.174 sobre Medicina preventiva. El año 1952 se dicta la ley Nº 10.475 que
estableció un régimen de pensiones por antigüedad, invalidez, vejez y supervivencia para
los empleados particulares, se
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dicta también la ley Nº 11.219 que creó la Caja de Previsión Social de los Empleados
Municipales.
En el año 1968 se dicta la ley Nº 16.744 sobre seguro obligatorio contra riesgos de
accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, ley que vino en derogar el anterior
sistema establecido por la ley 4.055, basada esta actual ley en la teoría del riesgo
profesional permitiendo la contratación de seguros mercantiles para cubrir las
contingencias, se dicta también la ley Nº 16.781 sobre medicina curativa para empleados
particulares y funcionarios del sector público.
En general, durante todo el periodo antes reseñado, y que abarca hasta el año 1973,
se dictaron en Chile una enorme cantidad de leyes atingentes a la “Previsión Social”,
creándose una infinidad de Cajas de previsión, para distintas actividades, dentro de las
cuales, a su vez existían una serie de secciones, cada una con regímenes distintos, las cuales
otorgaban beneficios muy disímiles unas de otras, toda vez que sus coberturas obedecían,
mas que a razones técnicas, a objetivos políticos, por cuanto los grupos mejor organizados
de la sociedad, o con mas fuerza política, obtenían mejores beneficios provisionales, que
otros sectores no organizados.
Tal es así, que a la fecha en que promulga el DL 3.502, el año 1980, que crea el
Instituto de Normalización Previsional, el cual vendría a refundir en él a todas las cajas de
previsión existentes a esa fecha, exceptuando a las de la defensa nacional, existían 18 Cajas
de previsión, con mas de 50 secciones, a saber: Caja Nacional de Empleados Públicos y
Periodistas, Servicio de Seguro Social, Caja de Previsión de Empleados Particulares, Caja
de retiro y Previsión Social de los Ferrocarriles del Estado, Caja de Previsión de la Marina
mercante, Caja de Previsión Social de los Obreros Municipales de la República, Caja de
Previsión Social de los Empleados Municipales de Santiago, Caja de retiro y Previsión
Social de los Empleados Municipales de la República, Caja de Previsión Social de los
Empleados Municipales de Valparaíso, Caja de Previsión de la Hípica Nacional, Caja de
Previsión Social de los empleados y obreros de la empresa Metropolitana de Obras
Sanitarias, Caja de Previsión y estimulo de los empleados del banco del estado de Chile,
Caja de Previsión para empleados del
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CAPITULO SEGUNDO.-
FUNDAMENTOS Y
CONCEPTOS
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de necesidad, asegurando a cada ciudadano en todo tiempo, una entrada suficiente para
hacer frente a sus responsabilidades”.
Huelga decir que esta concepción amplia nunca ha sido factible de ser
implementada toda vez que, aún hoy en día no es posible otorgar plena protección a toda
una población determinada en todos los campos que esta concepción postula.
1.2.- Concepciones Restringidas:
En una aproximación mas realista respecto de las contingencias o riesgos sociales
que debe cubrir la seguridad social estas concepciones postulan que debe no debe
confundirse la “política social”, con las “políticas de seguridad Social”, siendo las políticas
de seguridad social una parte de la política social, restringiendo de esta manera, en una
primera aproximación, a la seguridad social al ámbito de los estados de necesidad
relacionados con el desarrollo de una actividad, es decir al campo de la actividad laboral.
Conforme a ello A Zelenka define a la Seguridad Social como: “ el conjunto de
medidas tomadas por la sociedad, y en primer lugar por el estado, para garantizara todos
los ciudadanos, los cuidados médicos necesarios, así como para asegurarles los medios de
vida en caso de perdida o reducción importante de sus medios de existencia, causadas por
circunstancias no dependientes de su voluntad”. En la misma línea el profesor nacional
Julio Bustos, en la revista de Previsión Social de 1951 la define como: Es la Institución
destinada a elevar el nivel de vida de la población mediante la promoción de un ambiente
nacional de salud y la concepción de medios económicos vitales de subsistencia cuando se
presentan las eventualidades que determinen estado de necesidad.
1.3.- Hacia un Concepto Moderno y Representativo de la Actual Seguridad
Social.
Como ya vimos la conceptualización histórica de la seguridad social ha oscilado
entre otorgar cobertura plena a todos los estados de necesidad del ser humano, o la ha
restringido a determinadas necesidades derivadas de la salud y del trabajo.
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Actualmente los tratadistas, buscando encontrar una definición que sea mas
universal y comprensiva de la seguridad social han introducido como elemento delimitador
de ella el concepto de riesgo o carga social.
Conforme a ello, forzoso resulta, analizar el concepto de riesgo, antes de entregar
una definición moderna de seguridad social:
a.- La Noción Tradicional del Riesgo
La inseguridad en obtener el goce de una vida digna en la sociedad por parte de la
mayoría de los hombres está íntimamente ligada a los riesgos que normalmente le acechan
en este consorcio.
El riesgo, en su noción tradicional, se expresa como aquel acontecimiento futuro e
incierto cuya realización no depende exclusivamente de la voluntad del asegurado. Cuando
tal acontecimiento constituye algo desgraciado, se le designa como siniestro, pero también
puede consistir en un acontecimiento feliz, tal como sucedería en el caso de la
supervivencia o natalidad.
Dentro de esta concepción clásica, por así llamarlo, el riesgo no debe estar
producido para ser asegurado.
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caso del matrimonio ya celebrado o del hijo ya nacido, y que, a pesar de ello, estarían
comprendidos en la protección aseguradora respectiva.
Algunos autores prefieren, por esta y otras razones, el término de
“contingencias” en vez de la denominación de “riesgos” sociales.
c.- Diversos tipos de Riesgos inherentes a la vida colectiva
Los riesgos en general pueden provenir de hechos del hombre o hechos de la
naturaleza:
1) Existen los riesgos que provienen del medio físico. Tales serían los
terremotos, inundaciones, derrumbes; rodados de tierra, hielo o nieve; maremotos, diluvios,
tempestades y demás análogos. En Chile hemos padecido varias veces algunos de estos
riesgos y con dureza mundialmente conocida.
2) Existen riesgos del medio social-económico, ampliamente considerados. Así ,
en el orden internacional aparece primeramente la guerra, con su dolorosa secuela de daños
de todo tipo. En el orden interno, señalaremos las guerras civiles, las depreciaciones
monetarias, la insuficiencia habitacional, la imposibilidad de acceso a la instrucción e
innumerables otros por el estilo.
3) Existen los riesgos del medio familiar. El más evidente entre ellos está
constituido por el nacimiento de los hijos, cargas que vienen a rebajar las disponibilidades
económicas de la familia por razones obvias, tanto más atendibles cuanto noble y
trascendente es la filiación en su significado.
4) Existen riesgos de orden fisiológico, siendo los más típicos entre ellos la
enfermedad, la invalidez, la vejez y la muerte.
5) Podemos, finalmente, considerar aquellos riesgos de tipo profesional o laboral.
Aquí deben comprenderse la inseguridad en el empleo, la cesantía o paro forzoso, la
remuneración insuficiente, los accidentes del trabajo y enfermedades profesionales.
d.- Los Riesgos frente a la Seguridad Social
No es tarea fácil determinar cuáles son los riesgos que interesan
específicamente a la Seguridad Social para atender a su indemnización y prevenir su
advenimiento. Ello está íntimamente vinculado, como ya hemos señalado, a la
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evolución que el mismo concepto de Seguridad Social ha experimentado a través del corto
tiempo de su vida.
Siguiendo a Paul Durand, estudiaremos ahora el asunto a través del contenido
original, actual y futuro de riesgo social.
e.- Concepto originario de Riesgo Social
Este concepto ya era algo claro desde la época inmediatamente anterior a la
aparición histórica de la Seguridad Social. Vale decir, desde los tiempos de la llamada
Previsión Social y su instrumental a base de seguros sociales.
Por riesgos sociales se entendían en dicha época los que afectaban a los
trabajadores subordinados y consistían en la enfermedad, invalidez, vejez, muerte,
cesantía, accidente del trabajo y enfermedades profesionales.
Aún más, la legislación social limitó sus alcances solamente al campo
propiamente obrero, que constituía la parte más numerosa del conjunto de trabajadores
subordinados, dejando fuera de sus beneficios sociales al resto de ellos, tales como los
empleados particulares.
Esa claridad de concepto, como vemos, se consiguió sacrificando la extensión
del beneficio protector y guardaba relación con los pasos incipientes que, a costa de
grandes dificultades e incomprensiones, daban en aquel entonces el Derecho del Trabajo y
su ahijada, la Previsión Social.
Esta situación no pudo permanecer estática ante el avance social del Derecho y
de la política consiguiente y el concepto de riesgo hubo de ser ampliado.
f.- Concepto actual de Riesgo Social
El paso de la llamada Previsión Social a la Seguridad Social implicó una revisión
y ampliación del concepto anterior de riesgo.
La tendencia a proteger de la inseguridad social a toda persona que pudiéramos
calificar de económicamente débil no se avenía con la limitación del ámbito operativo al
medio exclusivo de los trabajadores subordinados. Es preciso atender a cualquiera persona
que sufra, por el evento de un riesgo, una disminución de su nivel de vida fundamental, sin
atender a la naturaleza de su actividad laboral.
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Sin embargo, los riesgos considerados al afecto siguen limitados a los de tipo
fisiológico y laboral, pero agregándoseles ahora los de carácter familiar.
Dentro de tales ámbitos, se mira más bien al descenso o desaparición del nivel
económico fundamental de vida de la persona, con motivo del riesgo acaecido, que no a su
carácter de trabajador subordinado.
g.- Evolución futura del concepto de Riesgo Social
En relación con los diversos tipos de riesgos ya analizados y la tendencia cada vez
más amplia de la Seguridad Social a proteger a toda persona sin distinción de labor, frente
a la miseria e inseguridad, cabe predecir una correlativa extensión, más generalizada, de los
conceptos antedichos.
Desde luego, veremos ampliarse la protección para todos los riesgos inherentes
al orden profesional o laboral y que hoy no están debidamente considerados. Así la
seguridad del empleo y la política de pleno empleo, remuneración vital y la reajustabilidad
defensora de su monto real y las consiguientes modificaciones estructurales vinculadas a
tales problemas, como sería lo tocante a la empresa en cuanto comunidad de trabajo, irán
siendo indefectiblemente comprendidas dentro del ámbito de la Seguridad Social y de la
política y legislación consiguientes.
Pero quedan también actualmente al margen del concepto de riesgo muchos,
por no decir todos, los que hemos agrupado en los tipos provenientes del medio físico y
social, ampliamente considerado. Tal sucede principalmente con las guerras internacionales
y civiles, con las tragedias sísmicas y análogas y con el problema habitacional.
En este orden de cosas, es fácil sentar una proposición ideológica que involucre y
atienda el total de los riesgos sociales; pero la realidad económica de los distintos estados,
en especial la nuestra, y la de los países subdesarrollados o en vías de desarrollo nos
demuestra que tal proposición no es realista ni factible de ser implementada, toda vez que
ello requiere, necesariamente la disposición de ingentes recursos, los cuales en general no
son factibles de obtener, toda vez que las múltiples necesidades de un estado son siempre
superiores al nivel de recursos de que se dispone, amen de que siempre es resistido,
tanto por los
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CAPITULO TERCERO.-
INSTITUCIONES DE LA SEGURIDAD
SOCIAL
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integran la Seguridad en nuestro país, a saber, las AFP son una combinación de seguro
privado con ahorro, Las Isapres, seguro privado, las mutuales de accidentes del Trabajo,
etc.. En general, la tendencia actual es entregar la administración de los regímenes de la
seguridad social a instituciones privadas, en consonancia con el rol subsidiario del estado.
1.2.- LA ASISTENCIA SOCIAL
Entendida esta en una definición de Ugo Colombo como “ aquella actividad de
carácter público, a veces integrada con colaboración privada, que mira a prevenir o a
eliminar el estado de necesidad o insuficiencia que pueda verificarse en el individuo, en su
persona física, en su sustento vital, o en su desarrollo moral, intelectual o productivo,
especialmente cuando no intervenga o intervenga insuficientemente el sistema previsional”.
Por su parte el profesor español Aznar señala que la asistencia social es un seguro social no
contributivo, en que el asegurado no paga cotizaciones porque las paga el Estado o
una institución tutelada por el. Respecto de la exigibilidad de las prestaciones de la
asistencia social se señala que en virtud de los derechos públicos subjetivos, el individuo
que se encuentre en un determinado estado de necesidad que no pueda ser cubierto por la
previsión Social, o por sus propios medios, debe ser, necesariamente beneficiario de las
prestaciones de la Asistencia Social. En general, en Chile la asistencia Social se encuentra
administrada a través de dos grandes instituciones; El servicio Nacional de Salud que
otorga prestaciones medicas, y las Municipalidades que otorgan prestaciones socio-
económicas.-
1.3.- LA MEDICINA SOCIAL
Ha sido definida como “la rama de la Seguridad Social que se ocupa de las
condiciones de salud, incluyendo su componente económico, de los miembros de la
comunidad”, entendiéndose por salud el concepto aceptado por la organización Mundial de
la Salud, OMS, como: “ El estado de completo bienestar físico, mental y social y no solo
la ausencia de enfermedades”. En nuestro país la medicina Social, integra, verdaderamente,
a los seguros Sociales y la asistencia Social, toda vez que cumple en forma paralela con las
funciones descritas en esas instituciones.
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que la consecución de este logro, se encuentra mas directamente vinculada con políticas
económicas o laborales.
A propósito de las políticas de pleno empleo, objetivo básico de todo gobierno,
se ha criticado en Chile las políticas destinadas a paliar los altos índices de cesantía que
actualmente se registran en nuestro país, los que a decir de algunos tienen un carácter
estructural mas que de coyuntura económica, las criticas apuntan a que los programas de
contratación de mano de obra impulsados por el estado, a través de las Municipalidades,
tienen un carácter asistencial, con todas las consecuencias que en general acarrea la
asistencialidad cuando ella se masifica.
CAPITULO CUARTO.-
SISTEMAS TRADICIONALES DE REPARACION DE LAS
CONTIGENCIAS
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mayoría pocos serán los que efectivamente ahorren en forma periódica y metódica para
suplir los riesgos o estado de necesidad que le pudieren ocurrir a el o a su grupo familiar,
unido ello a que generalmente los ingresos de una persona no alcanzan para cubrir sus
necesidades mas inmediatas, hacen que generalmente se pospongan cualquier esfuerzo de
ahorro a consecuencia de ello.
Adicionalmente a lo anterior, esta forma tradicional de reparación de
contingencias, adolece de la falta de especialización del ahorrante, en cuanto a tomar
decisiones técnicas en relación con la inversión de sus ahorros, lo que unido a los ciclos y
vaivenes que experimenta la economía, ya no local o nacional, sino que mundial, puede
desembocar en muchos casos con la completa perdida de sus ahorros, lo que trae como
consecuencia adicional que el estado, a través de la Asistencia Social, necesariamente
deberá encargarse de cubrir la necesidades, a lo menos mínimas de dicho individuo, con la
correspondiente carga financiera que ello implica para el erario nacional.
2.- LA FAMILIA
Históricamente la familia ha sido una de las formas tradicionales a las que recurría
un individuo al momento de encontrarse frente a una determinada contingencia o riesgo
social, en la familia generalmente encontraba ayuda, toda vez que imperaba en ellas un
gran espíritu de solidaridad, pero el advenimiento de los tiempos modernos, que ha llevado
a la disgregación de la familia, unido a la perdida de tradiciones y valores familiares,
significo, en la practica que esta forma de suplir estados de necesidad no tuviera una
gran perduración en el tiempo, amen de que ella generalmente conllevaba algún tipo de
perdida de dignidad e independencia.
3.- EL GREMIO
Los gremios tuvieron importancia indiscutible durante la Edad Media a través de
las llamadas Corporaciones de Oficio. Sin embargo, debemos recordar los frutos que la
fraternidad de que estaban animadas dichas corporaciones por medio de sus cofradías
rendía en beneficio de los ancianos, enfermos y lisiados integrantes de las mismas.
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Estas y muchas otras medidas adoptadas dentro de los gremios medievales, para atender
parte de los riesgos sociales que afectaban a sus miembros, no lograron subsistir al ser
abolidas las corporaciones en el siglo XVIII. Y aunque hubiesen subsistido separadamente
de las instituciones que las cobijaban, tales medidas habrían sido del todo insuficientes para
cubrir los riesgos sociales en la época contemporánea.
4.- LA MUTUALIDAD
Estrechamente vinculadas en su historia a los gremios medievales y aun a los
antiguos colegios romanos, las asociaciones mutualistas o sociedades de socorros mutuos,
como también se las denomina, ofrecieron en el siglo XIX, y aun en parte del presente, una
solución efectiva, aunque parcial, frente a los riesgos sociales de sus miembros.
Su principio consiste en reunir un grupo de personas para que
colectivamente y sin fines de lucro afronten la indemnización de cierto número de riesgos
sociales que sufran sus miembros a base de las cuotas que impongan al efecto en una
especie de fondo común creado para ello.
Estas asociaciones sufrieron la misma prohibición legal que afectó a los
sindicatos a raíz de la Revolución Francesa. Por ello las vemos aparecer primeramente
toleradas y después aceptados sólo a mediados del siglo pasado, viniendo a adquirir plena
vida jurídica a fines del siglo XIX.
La mutualidad se ha mostrado también absolutamente insuficiente para resolver
en forma integral la cobertura de los riesgos sociales, y ello por las razones principales que
se pasan a señalar:
a) Constituye el mutualismo un acto voluntario de ahorro, por lo cual se repiten en la
materia los principales defectos que hemos señalado al ahorro individual en el párrafo
anterior.
b) No siendo obligatoria, en la mutualidad pasan a constituir mayoría entre sus miembros
aquellos más expuestos a los riesgos sociales que se pretende atender. De esta forma, el
fondo experimenta una gran presión económica que impide jugar su papel moderador a la
ley de los grandes números, como veremos que sucede al tratar los seguros sociales más
adelante. Para evitar esto los dirigentes del
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sociedad, teniendo como gran ejemplo de ello a la fundación hogar de Cristo, pero también
abarca en general campos relativos a la medicina Social siendo la mas destacada de ellas la
Fundación Teleton.
En general, aún cuando este tipo de ayuda conlleva un carácter paternalista, lo cual
implica que en muchos casos nos encontramos en un circulo vicioso, difícil de romper, su
existencia resulta imprescindibles para paliar las necesidades extremas de personas o
grupos de personas que se encuentran al margen de la seguridad social, o que esta con sus
prestaciones no alcanza a solucionarle en forma plena sus problemas.
6.- LA ASISTENCIA PÚBLICA O BENEFICENCIA
El estado como ente posterior al ser humano, encargado de velar por el bien común
de su colectividad ha históricamente destinado recursos para ayudar a los mas pobres y
desvalidos, mediante muy variadas formas.
Para algunas concepciones liberales de la sociedad la asistencia pública tiene
únicamente el sentido de un remedio paliativo de la dureza de la libertad económica
incontrolada en relación al fin social.
El pobre desvalido merece, según ellos, ayuda mínima para subsistir, salud
limitándose esta ayuda a que palien su hambre, y puedan en casos extremos tener acceso a
salud, no llegando mas allá en dicha ayuda.
Es en este plano donde se revela con más precisión la honda revolución que habrá
de tener la Seguridad Social determinado el amplio papel rector y activo del Estado en la
aplicación de su principios humanos frente a los riesgos sociales, superando la etapa de la
asistencia pública clásica, modestamente supletoria de la acción privada y personal con
su secuela de insuficiencias y dentro de la cual los asistidos no juegan ningún papel
activo no digno.
En todo caso, y conforme a la teoría de los derechos públicos subjetivos de la
exigibilidad de las prestaciones de la asistencia social respecto de el individuo que se
encuentre en un determinado estado de necesidad, no suplido por la Seguridad Social, es
hoy un mandato legal y moral que el estado tiene para con toda la sociedad.
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CAPITULO QUINTO.-
PRINCIPIOS DE LA SEGURIDAD
SOCIAL
El profesor Hector Humeres reconoce como cuatro los principios que informan a
la Seguridad Social, ellos son ; universalidad (subjetiva y objetiva), integridad o
suficiencia, solidaridad y unidad. A dichos principios agregaremos otros dos que aún
cuando son discutidos por una parte de la cátedra y la doctrina, creemos que ellos deben
estar presentes en toda normativa relacionada con esta disciplina, toda vez que ellos son, a
nuestro entender, complementarios de la solidaridad, estos son; la Subsidiariedad y la
Redistribución de los ingresos, todos los cuales desarrollamos sucintamente a continuación.
Junto con ello creemos que a los principios antes señalados debe agregarse uno
nuevo, a nuestro entender de capital importancia, este es La Libertad, en cuanto en todas las
legislaciones que dicen relación con los regímenes de la seguridad social debiera
propenderse a incorporar este principio, piedra fundamental de toda sociedad democrática,
visto a través de dos aspectos, uno bajo el prisma del libre mercado, en cuanto a la libertad
de organizar órganos gestores, como complemento de la subsidiariedad, y dos, a que no es
posible uniformar las aspiraciones y expectativas de cada individuo debiendo por ende
otorgarle libertad de opción en cuanto a elección de órgano gestor, alternativas de
cotización, ahorro, forma de acceso a las prestaciones, etc.. Este principio se encuentra
fuertemente desarrollado e implementado en varios regímenes de
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CAPITULO SEXTO.-
SISTEMAS FINANCIEROS DE LA SEGURIDAD SOCIAL
Los sistemas más comunes para financiar la Seguridad Social los constituyen
fundamentalmente el de reparto, capitalización colectiva y capitalización individual.
1.- REPARTO SIMPLE
El sistema de reparto simple se basa en obtener el equilibrio anual entre el monto
de los ingresos y el total de egresos del sistema en dicho período, debiendo ser capaz de
cubrir la totalidad de las prestaciones y los gastos de administración del mismo.
El sistema se caracteriza por independizar la cotización del beneficio que se recibe
en estado de necesidad, por permitir gran injerencia del Estado en su control y
generalmente en su operación, y por estar fuertemente apoyado en el principio de la
solidaridad (activos financian a pasivos).
Usualmente se le ha utilizado para el pago de indemnizaciones en el corto plazo
(asignaciones familiares, por ej.), y para la concesión de prestaciones de carácter médico,
no así para el pago de pensiones, los cuales implican compromisos a largo plazo, esquema
que no se ajusta en forma adecuada a la concepción del sistema.
2.- CAPITALIZACIÓN
El sistema de capitalización colectiva es aquel que estima la totalidad de los aportes
del conjunto de los activos como un todo y satisface las prestaciones que éstos requieran en
algún instante, considerándolos también como un todo. Este sistema ha sido utilizado
preferentemente para cubrir los seguros de vejez.
El sistema de capitalización individual considera que las cotizaciones de cada
asegurado quedan afectadas para el pago de las prestaciones que éstos soliciten en lo
futuro. Se caracteriza por su gran coincidencia con los seguros privados mercantiles, por
hacerlo depender en gran medida de la capacidad de ahorro y de ingresos del propio
imponente y por atribuirle un carácter netamente subsidiario al Estado.
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CAPITULO SEPTIMO.-
EL DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL
1.- CONCEPTO
En el capítulo de las nociones preliminares vimos conceptos amplios de la
Seguridad Social, enfocados desde su objetivo.
Ahora bien, en cuanto a la concreción jurídica de dichos conceptos, nos parece que lo más
oportuno y pertinente es citar nuevamente la definición que la O.I.T. ha elaborado a su
respecto, la cual lo conceptualiza como el “conjunto de disposiciones legislativas que
crean un derecho a determinadas prestaciones,
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al carácter del Derecho del Trabajo, concluyéndose de igual manera que estaríamos ante la
presencia de un Derecho autónomo, con elementos de Derecho Privado y de Derecho
Público; esta posición es por lo demás congruente con lo que hoy en día es nuestra
legislación positiva.
En todo caso, no podemos negar que sus normas están íntimamente ligadas al
derecho laboral, y en algunos casos los procedimientos judiciales de reclamos se
encuentran regidos por las normas del Código del Trabajo, en especial en los juicios en que
se pretenda hacer efectiva la responsabilidad del empleador derivada de accidentes del
trabajo y enfermedades profesionales ( art.
420. Letra f) del Código del Trabajo), y en cuanto a la protección de los trabajadores
regulada en el libro III del Código ya señalado.-
3.- FUENTES
Como ya señalamos en el capítulo relativo a las fuentes del derecho del Derecho
del Trabajo, es posible distinguir entre fuentes reales (hechos, acontecimientos o sucesos de
la sociedad) y fuentes formales (productores de normas), pudiendo estas últimas
clasificarse en de producción (órganos que las elaboran) y jurídico-formales (las normas
mismas).
En el Derecho de la Seguridad Social nos interesan principalmente formales de
producción, a cuyo respecto podemos señalar que en Chile las constituyen
fundamentalmente el Estado, los organismos administradores del sistema de Seguridad
Social y las relaciones colectivas del trabajo; se desarrollarán brevemente a continuación.
El Estado manifiesta su actividad creadora esencialmente a través de las siguientes
instituciones:
a) Constitución Política: No son muchos los países que en sus Cartas Fundamentales dan
origen a normas de Seguridad Social. Se cita frecuentemente a las Constituciones de
México (1917) y de Weimar (1919) como pioneras al respecto; en realidad, la primera de
ellas constituye un caso atípico si se considera la extensión que le da a la materia y su
regulación, que nos parece más propia de ley.
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convenio sobre prestaciones por vejez e invalidez, existe otro firmado con la
República del Paraguay y otros en estudio (México, Alemania).
c) Decretos y reglamentos: Tienen por objeto reglamentar las leyes, pero su utilidad ha
resultado escasa, dado lo excesivamente detallista que han sido las leyes.
d) Jurisprudencia de las entidades fiscalizadoras: A estos organismos, al controlar,
les compete fijar el verdadero alcance de la norma: su parecer lo fijan a través de
dictámenes que obligan a los entes gestores y los interesados, pero carecen de validez ante
los Tribunales de Justicia, lo que ha provocado discrepancias de importancia en múltiples
oportunidades. La trascendencia de esta fuente radica principalmente en los razonamientos
contenidos en los fundamentos del dictamen. En Chile tienen la facultad entre otros, la
Superintendencia de Seguridad Social, la Superintendencia de Bancos, la Contraloría
General de la República, la Superintendencia de Administradoras de Fondos de Pensiones y
la Superintendencia de ISAPRES.
e) Jurisprudencia judicial: Su valor en Chile, en virtud del artículo 3º del Código Civil
(causa en que se pronunciaren), tiene escasa relevancia de carácter general. 4.- LA
RELACIÓN JURÍDICO-COLECTIVA
Es atribuible a la relación jurídico-laboral que se establece entre el o los
sindicatos y la entidad empleadora, que, al interactuar en la negociación colectiva o en las
relaciones jurídicas que se van produciendo, generan una abundante e importante
legislación complementaria de Seguridad Social.
Su utilidad es manifiesta para crear beneficios no contemplados o para mejorar los
existentes en otras fuentes.
En nuestro país ha existido una valiosa experiencia al respecto; se han establecido así
sistemas de asignación familiar, mejoramiento en el régimen de prestaciones por accidentes
del trabajo y enfermedades profesionales, prestaciones por enfermedad y maternidad, etc.,
y en algunos casos ello ocurrió con anterioridad a cuerpos legales generales que regularon
luego estas materias.
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Pareciera ser una excelente forma la de los convenios colectivos para complementar
lo básico, no obstante, puede crear diferencias a base de los diversos poderíos de las
entidades participantes.
Pero prohibirlo significará negarle a la comunidad organizada el derecho normativo
que le es propio. En consecuencia, lo que procede es adoptar medidas legislativas
comprensivas de grandes lineamientos en la materia que impidan o minimicen las
distorsiones anotadas como posibles.
Un paso en dicho sentido son las limitantes establecidas en el artículo 51 del
D.L. Nº 307, de 1974, que dispuso que todas las retribuciones en pesos relacionadas con la
situación familiar del trabajador, fijadas en estipulaciones individuales o colectivas, serían
consideradas remuneraciones, con lo cual no se coarta el derecho, pero sí se colocan
límites, mediante el gravamen impositivo y la tributación.
Las normas de nuestra legislación sobre contrato colectivo ya las hemos analizado en
las materias negociables y en las disposiciones relativas a los fondos externos.
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establecer que los cotizantes deberían estar representados en los órganos gestores de la
Seguridad Social.
En nuestro país, las mutuales que atienden los accidentes del trabajo y enfermedades
profesionales han dado un claro y exitoso ejemplo en la materia, a través de sus directorios
paritarios.
De conformidad a la Constitución Política de 1980, al sumir el Estado el rol de
garante del sistema, señaló, en forma por lo demás expresa, que las prestaciones se
otorgarán a través de instituciones públicas y privadas, con lo cual la opción quedó
resguardada a nivel de Carta Fundamental.
En Chile debe distinguirse entre organismos autónomos que integran la
Administración del Estado como organismos estatales, y en tal sentido, cuando dictan
normas, están haciendo uso de la potestad reglamentaria presidencial delegada; tienen un
efecto muy secundario dada la extensión reglamentaria de las leyes (S.N.S. FONASA,
Cajas de Previsión, etc.); otros son los que no integran la Administración del Estado y
tienen, por ende, más autonomía (Cajas de Compensación, Mutualidades, Servicios de
Bienestar, A.F.P. e ISAPRES).
Ello es posible al no considerar que el Estado tiene el monopolio de la función
administrativa, y, por lo tanto, no se la concibe como una potestad delegada, sino propia.
6.- EL ESTADO Y EL CONTROL DE LA SEGURIDAD SOCIAL
Independientemente de la fórmula por la cual se opte para operar el sistema de
seguridad Social, siempre el Estado tendrá una función a ejercer con un mayor o menor
grado de intensidad: la de controlar el funcionamiento del modelo en sí.
Razones existen muchas y variadas, pero baste con señalar la trascendencia
socioeconómica que involucra el sistema, sus hondas repercusiones en la vida de los
afiliados y sus familias y la envergadura de los recursos en juego, para concluir que es
imposible que no cumpla con dicha misión fundamental.
En Chile, esta función se ha cumplido habitualmente a través de los organismos
encargados de cautelar el cumplimiento de las leyes laborales, y muy en especial de la
Dirección del Trabajo, la cual cuenta con una estructura que le permite actuar con
eficiencia en la materia.
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A este respecto cabe consignar que la Dirección del Trabajo es hoy en día un servicio
público autónomo, que se relaciona con el Gobierno a través del Ministerio del Trabajo y
Previsión Social y que siempre ha tenido facultades inspectivas en materias laborales. Esta
situación se vio reforzada con la dictación de la Ley Nº 18.048, de 1981, la cual facultó a
sus fiscalizadores para controlar el cumplimiento de la legislación previsional, lo que
amplió el campo de acción para dicho servicio en Seguridad Social.
Asimismo, el Código del Trabajo de 1987 le asignó la facultad de aplicar sanciones
por infracciones a la legislación de Seguridad Social y la competencia exclusiva para
controlar el cumplimiento de la legislación previsional, sin perjuicio de las atribuciones que
les corresponden a la Contraloría General de la República, a la Superintendencia de
Seguridad Social, a la Superintendencia de Administradoras de Fondos de Pensiones y a la
Superintendencia de ISAPRES.
Estas últimas ejercen un control más bien de carácter técnico, que ha tenido y tiene
una importancia enorme, ya que a través de sus dictámenes van fijando la interpretación de
las normas en aplicación y ordenan a los organismos bajo su control la adopción de las
medidas pertinentes.
Dicha facultad ha hecho posible que se haya ido configurando una
extraordinaria jurisprudencia administrativa, de mucho valor y de mucho contenido
orientador, lo que sin duda ha permitido un adecuado encauzamiento de la labor que
cumplen los órganos gestores del sistema, llámense éstos Cajas de Previsión, A.F.P.,
mutualidades, ISAPRES o C.C.A.F.
Estimamos que toda esta red de control administrativo ha permitido constatar, en especial
al cotizante, que sus derechos se encuentran resguardados eficientemente por organismos
técnicos y de control muy especializados.
7.- RÉGIMEN JURÍDICO DE LAS FORMULAS DE ASEGURAMIENTO SOCIAL
Los seguros sociales generan una diversidad de relaciones jurídicas entre los entes del
sistema de Seguridad Social con los afiliados al mismo y con aquellas personas o entidades
obligadas a integrar cotizaciones o a asumir otro tipo de obligaciones. Esta relación, debido
al carácter especial de que está revestida, se rige por normas que forman parte del orden
público, salvo contadas excepciones.
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bilateralidad; ello sin perjuicio de estimarse en la normalidad de los casos que el derecho a
las prestaciones existe porque ha habido una afiliación previa.
En íntima relación con esta materia está la novísima concepción de este tipo de
derechos en la Seguridad Social; seguiremos el pensamiento del profesor Novoa. El los
conceptualiza como las facultades de los administrados frente a la administración, los
cuales por ser personas son acreedores al otorgamiento de las prestaciones necesarias para
cumplir su destino, y lograr su bienestar:
Von Ihering los define como el interés jurídicamente protegido. Sus
características son las de ser:
1) Patrimoniales: Forman parte del patrimonio de la persona, destinado a asistirla para
que pueda llevar una vida digna cuando verifique algún estado de necesidad.
2) Personalísimos: Ya que es el ordenamiento jurídico el que establece quiénes y bajo
cuáles circunstancias deberán tener derecho a determinadas prestaciones. Por ser
personalísimos son inalienables, intransmisibles e irrenunciables.
3) Imprescriptibles: Sí existen en doctrina, dado que el estado de necesidad del
administrado no sufre mutaciones por el solo transcurso del tiempo; en nuestro Decreto
han sido establecidos con dicho carácter por el artículo 4º de la Ley Nº
19.260 (D. O.. 4- 12- 93), poniendo fin con ello a largas disensiones respecto a la materia.
El fundamento básico de la prescripción extintiva (interés social de consolidar
las situaciones jurídicas entre las partes) no se da aquí, puesto que no existe dicho interés
cuando su objetivo y misión es justamente eliminar la posibilidad de que extingan las
obligaciones de los organismos de administración.
4) Establecidas en interés general de la sociedad: Ello por cuanto facilitan la
realización de prestaciones que son, en su conjunto, útiles a la sociedad toda.
e.- Sistemas de Afiliación
La norma habitual en nuestro país, antes y después de la reforma de 1981, ha hecho
responsable al empleador de iniciar los trámites pertinentes a la incorporación al sistema en
lo relativo a sus dependientes, circunstancia que se vincula poderosamente con la
cotización, según veremos más adelante.
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La cotización se aplica con el tope de 60 U.F. y por idénticos porcentajes que los que
afectan al trabajador dependiente; ello fuera de otras cotizaciones voluntarias que pueden
efectuar para mejorar su situación previsional.
El plazo para cotizar es de los 10 primeros días del mes siguiente al que corresponde
la renta declarada; si se atrasa, debe pagar reajustes e intereses.
Los afiliados independientes tienen derecho a los beneficios de salud establecidos en
la legislación respectiva.
g.- Desafiliación
La posibilidad de desafiliarse constituye una excepción, dada la característica de
permanencia que tiene la afiliación al nuevo sistema; de tal manera, sólo pueden
desafiliarse quienes se encuentran en alguna de las situaciones contempladas por la Ley Nº
18.225, art. 1º modificada por las Leyes Nº 18.345 y 18.753, y que es la de aquellos
afiliados que hayan sido imponentes de instituciones previsionales del antiguo régimen y
no tengan derecho al Bono de Reconocimiento o que, teniendo derecho a éste sólo por
imposiciones efectuadas anteriores a julio de 1979. Cabe señalar que hoy en día no se fija
plazo para impetrar este traspaso de régimen.
Para hacerlo efectivo, el interesado presenta una solicitud de desafiliación en la
A.F.P. que corresponda; ésta la remite con sus antecedentes a la Superintendencia de
Seguridad Social a fin de que pronuncie acerca de la procedencia de la desafiliación. Dicho
informe se envía luego a la Superintendencia de A.F.P., quien emite la resolución
correspondiente, remitiendo copia a la A.F.P., al afiliado, al empleador, a la
Superintendencia de Seguridad Social y a la Caja de Previsión de reintegro.
Aprobada la solicitud, el interesado deberá enterar en la Caja las imposiciones
correspondientes al Fondo de Pensiones y al Fondo de Desahucio o indemnización por años
de servicios del régimen respectivo, por el período en que estuvo afiliado al nuevo régimen.
Para dicho fin, la Caja correspondiente liquidará esas imposiciones y la A.F.P. deberá
transferir desde la cuenta individual los fondos necesarios, si ellos fueren insuficientes, la
diferencia se cubrirá con cargo a las sumas que al trabajador le
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hoy en día una obligación legal que ni siquiera puede dejarse sin efecto por quienes
celebran un contrato de trabajo.
2) Tributo de Derecho Público: Para ello se argumenta que el seguro es obligatorio,
bajo sanción, que la tasa no es dejada al libre arbitrio; que la recaudación está garantizada
por procedimiento de Derecho Público y que el producido es destinado a un servicio
público. Sólo faltarían las características de anualidad y de la no afección, justificado esto
último debido al interés de asegurar la autonomía financiera de la Seguridad Social.
Se ha señalado que para aceptar esta tesis habría que concordar previamente en la
circunstancia de que el derecho a la prestación y la obligación de cotizar son dos relaciones
jurídicas distintas y que el fundamento de la última obedece a la facultad de imperio del
Estado en cuanto exige tales cotizaciones.
No obstante, es características de los tributos que el Estado los exija sin ofrecer
retribución de su parte y es verdad que existe una cierta relación entre cotización y ventaja,
aunque no implique reciprocidad ni sinalagmaticidad. Además, las cotizaciones no están
establecidas para financiar los servicios generales del Estado y tienen un estatuto jurídico
distinto del impuesto. Por
ello en Chile se la rechaza.
3) Tasa: Es la prestación pecuniaria que el estado exige a quien hace uso actual de ciertos
servicios públicos, suponiendo en consecuencia una prestación solicitada en forma previa y
voluntaria, lo que en principio no ocurre en la cotización; además, debería considerársela
como un ingreso de Derecho Público que financia un servicio público de consumo
divisible.
Sus defensores afirman que la correlación en este caso ha de mirarse entre el precio-
contribución y la ganancia de la prestación al verificarse el hecho causante, dicha ganancia
sería el servicio especial y divisible que todo asegurado consume y que encuentra su
equivalente en la cotización
4) Contribución especial: Se la define como la participación obligatoria en el costo de
determinadas actividades o servicios del Estado y corporaciones públicas, impuesta a
aquellos particulares que a pesar de no haber instado a su realización son beneficiados
especialmente por ellas. Fuera de lo dicho para la
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Finalmente, cabe consignar que el sistema tripartito es el que recomiendan los organismos
internacionales, el cual se encuentra presente el actual Seguro de Desempleo..
e.- Sistemas de Cotización en Chile
En nuestro país, antes de la Reforma Previsional existía una verdadera anarquía en
materia de cotizaciones, lo que posibilitaba que se diesen a su respecto las combinaciones
más inverosímiles, dependiendo del subsistema al cual se estuviese afiliado.
Los D.L. Nº 3.500 y 3.501 vinieron a poner coto a la situación, mediante la
obligación de efectuar las cotizaciones que dichos cuerpos legales indicaron, tanto
tratándose del nuevo régimen como del antiguo; su detalle se indicará más adelante.
Corresponde sí señalar los siguientes aspectos de carácter general que se han
derivado de la reforma y en especial del D.L. Nº 3.501:
1) El sujeto obligado a la declaración y pago, tratándose de trabajadores dependientes,
cualquiera sea el sistema a que estén afiliados, es el empleador (art. 19 D.L. Nº 3.500 y
art. 1º D.L. Nº 3.501).
En el caso de los trabajadores independientes, son ellos, obviamente, los obligados.
2) Las cotizaciones son de cargo del trabajador, salvo el aporte para la Ley de
Accidentes del Trabajo, el que sigue siendo de cargo del empleador, y la cotización para el
seguro de desempleo que es de carácter tripartita..
Como esta situación podía significar un fuerte gravamen para los trabajadores activos
al instante de entrar en vigencia esta normativa, el D.L. Nº
3.501 dispuso una serie de compensaciones y reajustes destinados a evitar un detrimento de
las remuneraciones de dichos trabajadores; así lo preceptuó el artículo 4º del recién citado
decreto ley, al señalar que el efecto que debía producirse era de mantener el monto total
líquido de las remuneraciones, beneficios y prestaciones, de cualquier carácter, sin
modificar los montos de los beneficios o prestaciones que no fueren imponibles a esa fecha
(28 de febrero de 1981).
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- Sanciones por incumplimiento: la ley distingue entre las diversas situaciones que
pueden tener lugar, en los artículos 22 y 22-a, las que se pueden esquematizar en la forma
siguiente:
- Reajuste e intereses penales: Por el no pago oportuno se devengan
automáticamente un reajuste, considerando para estos fines la U.F. entre el mes que
antecede en que debió hacerse el pago y el mes que antecede al del pago efectivo,
devengándose, además, un interés penal diario equivalente a la tasa de interés corriente para
operaciones reajustables en moneda nacional a que se refiere el artículo 6º de la Ley Nº
18.010, aumentado en un 20% y capitalizable en forma mensual (art. 1º de la Ley Nº
19.260). Si en un mes determinado el recargo antes mencionado fuere inferior al interés
corriente fijado para operaciones no reajustables, aumentado en un 50%, se aplicará dicha
tasa, incrementada en el porcentaje señalado, sin reajuste.
- Multas: si el empleador no efectúa oportunamente la declaración, o si ésta es
incompleta o errónea, se le aplica por concepto de multa el valor de 1 U.F. por cada
trabajador. La Ley Nº 19.260, prescribe que puede eximirse de dicha multa el empleador
que acredite que su acción careció de malicia; en la relación dueña de casa y trabajador de
casa particular, la multa casi sobrepasaba la cotización mínima. Por ello, la Ley Nº 19.260
(D. O. 4/12/92) rebajó la multa a 0,2 U.F. o 0,5 U.F., según se pague la cotización al mes
subsiguiente o más adelante.
- Condonación de intereses y multas: No están facultados los entes gestores para
aplicarla cuando la declaración no se efectuare o fuere maliciosamente incompleta o falsa,
sí puede hacerlo, aunque tenga estas últimas características, cuando se ha declarado
oportunamente.
- Apremios: en caso de juicio, si el empleador no consigna dentro del decimoquinto
día contado desde el requerimiento, sin oponer excepciones, o desde la sentencia de
primera instancia que no dé lugar a ellas, si las opuso, será apremiado con arresto hasta por
15 días, circunstancias que puede repetirse hasta obtener el pago. Cabe hacer notar que
estas resoluciones son inapelables y sólo cesan mediante la consignación de las sumas
adeudadas (art. 12).
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para esta clase de contratos, y que de hecho, la visa de residente sujeta a contrato se le
otorgó con fecha 4 de mayo de 1993 hasta el 4 de mayo de 1994.
Por otra parte, considerando que de acuerdo con la cláusula octava del contrato de
trabajo que se han tenido a la vista, se establece que la fecha de ingreso de la trabajadora se
efectuará al recibir visa de trabajo, esta Superintendencia concluye que en la situación
previsional de doña M.C.H., su afiliación automática al Sistema de Pensiones del Decreto
Ley Nº 3.500 en la calidad de dependiente nuevo, sólo pudo producirse a contar desde al 4
de mayo de 1993, y no el 15 de marzo de 1993, como lo estima la A.F.P., ya que a esta
última fecha la señorita C. H. no cumplía con los requisitos habilitantes en su calidad de
extranjera trabajadora en el país.
Por lo tanto, concordando la normativa reseñada en forma general relativa a los
trabajadores extranjeros sujetos a contrato con las normas que rigen la afiliación al Sistema
de Pensiones del Decreto ley Nº 3.500, de 1980 de trabajadores no afiliados (dependientes
nuevos), muy especialmente lo dispuesto en el inciso primero del artículo 2º de este texto
legal, que establece que el inicio de la labor del trabajador no afiliado genera la afiliación
automática al Sistema y la obligación de cotizar en una Administradora de Fondos de
pensiones, puede concluirse que tratándose de personas extranjeras, su afiliación al sistema
en la calidad de dependiente se entenderá válidamente efectuada, sólo a partir desde la
fecha que se les otorgue visa de residente sujeto a contrato, ya sea que viajen al país con el
objeto de dar cumplimiento a un contrato de trabajo o a los que encontrándose en el
territorio nacional con otra clase de visa, tengan el propósito de radicarse en el país con el
fin de trabajar.
En consecuencia, la obligación para dichos trabajadores de efectuar las cotizaciones
previsionales obligatorias, rige a contar desde la fecha en que se les haya otorgada visa de
residente sujeto a contrato, ya que a partir de ese momento, pueden considerarse
autorizados para trabajar en el país.
Sobre la base de los antecedentes de derecho referidos en los párrafos precedentes,
cabe señalar que de acuerdo con los antecedentes acompañados, en la situación objeto
de consulta, el contrato de trabajo celebrado entre la
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señorita C. H. y el empleador recurrente, cumple con los requisitos establecidos para esta
clase de contratos, y que de hecho, la visa de residente sujeta a contrato se le otorgó con
fecha 4 de mayo de 1993 hasta el 4 de mayo de 1994.
Por otra parte, considerando que de acuerdo con la cláusula de trabajo que se ha
tenido a la vista, se establece que la fecha de ingreso de la trabajadora se efectuará al recibir
visa de trabajo, esta Superintendencia concluye que en la situación previsional de doña
M.C.H., su afiliación al Sistema de Pensiones del Decreto Ley Nº 3.500 en la calidad de
dependiente nuevo, sólo pudo producirse a contar desde el 4 de mayo de 1993, y no el 15
de marzo de 1993, como lo ha estimado la A.F.P., ya que a esta última fecha la señorita
C.H. no cumplía con los requisitos habilitantes en su calidad de extranjera trabajadora en el
país.
Por lo tanto, la obligación para el empleador recurrente de descontar y enterar las
cotizaciones previsionales, rige de acuerdo con el contrato celebrado con su trabajadora ya
individualizada, muy especialmente en su cláusula octava, a contar desde la fecha que
acredite en forma instrumental en la A.F.P., el día en que doña M.C.H. inició efectivamente
sus servicios, que en ningún caso podrá ser en una fecha anterior al 4 de mayo de 1993.
En consecuencia, corresponde que el empleador recurrente acredite este hecho en la
Administradora a la mayor brevedad, con la finalidad que de acuerdo con los fundamentos
que se contienen en el presente oficio, dicha Entidad deje sin efecto la cobranza de
cotizaciones previsionales por el período comprendido entre el mes de marzo de 1993 y el
día anterior a aquel en que la trabajadora inició sus servicios en su calidad de residente
extranjera sujeta a contrato”.
- Improcedencia de efectuar cotizaciones en un régimen previsional
extranjero; caso de una trabajadora peruana que se desempeña en Chile y
que no está comprendida en la normativa de excepción de la ley Nº 18.156.
Superintendencia de Seguridad Social, Nº 13.923, de 24.4.2000
Materia: La situación previsional de una trabajadora extranjera de casa particular, que,
por ende, no tiene la calidad de profesional o técnico en alguna ciencia o regida por las
normas señaladas del Decreto Ley Nº 3.500, de 1980, que creó el Nuevo Sistema de
Pensiones. También dicha trabajadora se encuentra
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Ello, ya que atendida la naturaleza de las labores que desarrolla la señora Victoria Antúnez,
ellas no tienen un carácter profesional o técnico, que pudieren permitirle quedar
comprendidas en la normativa de excepción que contiene la Ley Nº
18.156. En efecto, dicho cuerpo legal contempla, como caso de excepción, la posibilidad de
autorizar a los profesionales y técnicos extranjeros, para no cotizar en Chile, siempre y
cuando se cumplan los requisitos que dicho texto legal establece.
En seguida, debe tenerse presente que el artículo 2º del Decreto Ley Nº 3.500, de
1980, establece que: “el inicio de la labor del trabajador no afiliado genera la afiliación
automática al Sistema y la obligación de cotizar en un Administradora de Fondos de
pensiones, sin perjuicio de lo dispuesto para los independientes.” El inciso final de dicho
precepto por su parte, establece que: “la afiliación al Sistema es única y permanente.
Subsiste durante toda la vida del afiliado, ya sea que se mantenga o no en actividad, que
ejerza una o varias actividades simultáneas o sucesivas, o que cambie de institución dentro
del Sistema.”
De acuerdo con dicho precepto, todo trabajador dependiente al iniciar su vida laboral,
en Chile, con posterioridad al 31 de diciembre de 1982, y que no se hallare en la situación
prevista en el artículo 1º transitorio del Decreto Ley Nº 3.500, de 1980, debe cotizar en el
sistema de Pensiones creado por el citado cuerpo legal.
De tal forma, la situación previsional de una trabajadora extranjera de casa particular,
que, por ende, no tiene la calidad de profesional o técnico en alguna ciencia o arte y cuya
actividad laboral se inició en Chile el año 1998, queda forzosamente regida por las normas
señaladas del decreto Ley Nº 3.500, de 1980, que creó el Nuevo Sistema de pensiones.
También dicha trabajadora se encuentra afecta al Sistema de Prestaciones de Salud
creado por la Ley Nº
18.469 o, en su defecto, suscribir contrato para ello con una ISAPRE; al Sistema Unico de
Prestaciones Familiares y al Sistema de Subsidios de Cesantía contenidos en el D.F.L. Nº
150, de 1981, del Ministerio del Trabajo y Previsión y al seguro social contra riesgos de
accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, conforme lo dispone la Ley Nº
16.744. Además, su empleador
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debería efectuar la cotización del 4,11 % a que se refiere el artículo 163 del Código del
Trabajo.
B.- De Tribunales
DOCTRINA: Sólo es apelable la sentencia definitiva que acoge la demanda
ejecutiva de cobro de cotizaciones previsionales, hecho que se desprende del
texto del Art. 8 de la ley 17.322.-
Del texto del Art. 8 de la Ley 17.322, sobre cobranza judicial de imposiciones se desprende
que sólo es apelable la sentencia definitiva que acoge la demanda ejecutiva de cobro de
cotizaciones previsionales, toda vez que para la interposición del recurso de apelación
exige consignación previa de la suma por la cual se condenó.
FALLO EXCMA. CORTE SUPREMA: Santiago, treinta de julio de mil novecientos
noventa y seis. Vistos y teniendo presente:
1º) Que el artículo 8º de la Ley Nº 17.322, aplicable al caso de autos, dispone: “En los
juicios a que se refiere esta ley, el recurso de apelación sólo procederá contra la sentencia
definitiva de primera instancia, previa consignación de la suma total que dicha sentencia
ordene pagar, de acuerdo con lo dispuesto en el artículo anterior.”
2º) Que de tal texto se desprende, que sólo es apelable la sentencia definitiva que acoge la
demanda ejecutiva de cobro de cotizaciones previsionales; toda vez que para su
interposición exige consignación previa de la suma por la cual se condenó. 3º) Que por lo
antes señalado, aparece que el recurso de apelación concedido a la ejecutante en estos autos
a fs. 380, era improcedente; motivo por el cual esta Corte, en uso de sus facultades
privativas, procederá a dejar sin efecto lo obrado a contar de esa actuación.
4º) Que consecuencialmente, también es improcedente el recurso de casación en el fondo
formulado a fs. 418.
Y de conformidad con lo dispuesto en el artículo 541 del Código Orgánico de Tribunales,
se declara nulo lo obrado a contar de la resolución recaída en el recurso de apelación
deducido a fs. 378 y, en su lugar se decide que dicha apelación es improcedente.
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CAPITULO OCTAVO.-
LOS REGIMENES Y PRESTACIONES DE LA SEGURIDAD
SOCIAL EN CHILE
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En Estados Unidos esta relación era de 20% en 1989, pero se espera que llegue a 45% en el
año 2030.
Un deterioro de esta magnitud de la relación entre los trabajadores activos que
financian el sistema y los pasivos que se benefician de él, bastaría para explicar el quiebre
estructural que afectó a los regímenes de reparto.
- Sin embargo, además de la disminución de las tasas de natalidad y los aumentos de
las expectativas de vida, hubo otras causas que contribuyeron decididamente al quiebre del
sistema. Entre ellas, la falta de relación entre los costos y beneficios del sistema. El sistema
separaba totalmente los derechos de los deberes de los trabajadores.
Diversas normas legales fueron desvinculando los beneficios previsionales del
esfuerzo que realizaban los pensionados durante su vida activa. En efecto, la mayoría de las
pensiones se calculaban sobre la base del promedio de la remuneración obtenida en los
últimos años de vida activa. De esta manera, el trabajador tenía todos los incentivos para
subdeclarar remuneraciones durante la mayor parte de su vida laboral y sobredeclararlas
sólo al entrar al período que servía de base al cálculo de la pensión, ello por cuanto hasta
antes de la entrada en vigencia del nuevo sistema previsional, las cotizaciones previsionales
eran de cargo mayoritario del empleador, situación que vino a cambiar, tanto para el
antiguo como para el nuevo sistema previsional con la dictación del D.L. 3.501.
b.- Discriminación
El sistema anterior no constituía un estatuto jurídico único, aplicable a la totalidad
de los trabajadores del país, lejos de ello, existían 32 cajas de previsión que administraban
200 regímenes previsionales distintos, cada uno de los cuales presentaba diferencias en
materias tales como edades para jubilar, años de servicios, forma de cálculo de las
pensiones, etc.
Eran las autoridades políticas las llamadas a decidir los requisitos para obtener una
pensión y el monto de esta.
Las diferencias fueron el resultado de presiones de grupos y gremios que se tradujeron en
que aquellos sectores de mayor influencia consiguieron el tratamiento más favorable, al
paso que los afiliados al Servicio de Seguro Social,
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que agrupaba al 65% de los trabajadores del país, y que eran los de menores ingresos,
debieron cumplir con los requisitos más exigentes y obtuvieron las pensiones más bajas.
c.- Rigidez
La ley regulaba el monto y forma de cálculo de las pensiones, el período y monto
de las cotizaciones y la modalidad de ejercer el derecho a pensión. No entregaba ningún
margen de libertad para que el trabajador estructurara su pensión, de acuerdo a sus
necesidades y conveniencias.
“El viejo sistema... parecía creer que todos los hombres tienen preferencias idénticas en
materia de seguridad social, que todos quieren jubilar de cierta manera, a ciertas edades,
que todos tienen una aversión al riesgo similar, etc. Se presumía una igualdad en las
preferencias individuales. *1
Este desconocimiento de que el hombre tiene preferencias personales distintas fue fatal
para el sistema de reparto. Sucedió que, en vez que esas preferencias se pudieran reflejar en
decisiones individuales diferentes, esa diversidad de preferencias se reflejó en presiones de
grupos políticos, que podía crear beneficios diferentes que se adecuaran a las preferencias
de los distintos grupos... “...La raíz de la presión sobre el poder político no es,
necesariamente, ilegitima: los individuos quieren tratamientos diferentes, porque tienen
preferencias distintas. Lo que sucede es que el resultado de ese proceso en un esquema de
reparto es ilegítimo, porque supone conseguir que la satisfacción de esas preferencias sea
pagada por el resto de los trabajadores, en vez de que lo sea por el esfuerzo individual.
Agrava lo anterior el hecho de que los únicos que podían validar sus preferencias
personales no eran los más pobres... sino que eran precisamente los grupos que tenían un
mayor poder de presión política”. *2
*1, *2: Parte del discurso de don Jose Piñera con motivo de la puesta en marcha de la reforma
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esta llamando a atender necesidades sociales básicas, tales como la salud o educación, que
suelen tener más urgencia que la previsión.
Frente a ello, constituyó una práctica normal que el Estado empleara los recursos
previsionales con otros fines, acentuando de ese modo el carácter tributario o impositivo
que los cotizantes advertían en el sistema, adicionalmente a ello la política de inversión de
los fondos previsionales se efectuaba en base a criterios políticos mas que técnicos, así por
ejemplo algunas cajas de previsión destinaban una parte importante de estos fondos a
financiar programas de viviendas, las cuales eran asignadas a unos pocos imponentes, y con
tasas de retorno de estas inversiones que en muchos casos significó que estas se licuaran en
el tiempo.
B.- Antesala de la Reforma
Estas y otras muchas razones llevaron al descalabro económico de las antiguas
cajas de Previsión, significando, en la practica que el estado debió comenzar a
destinar cuantiosos fondos del erario nacional para seguir financiando al sector
pasivo de estas cajas, lo que llevo a plantear una profunda reestructuración del
sistema, optándose en definitiva por un nuevo y revolucionario sistema, de carácter
fundacional, basado en la capitalización individual.
Atendido, como ya se señalo, que en el antiguo sistema coexistían una infinidad de cajas
de previsión, cada una de ellas con su propio sistema de prestaciones y requisitos para
acceder a dichas prestaciones, amen de las distintas tasas de cotización, se procedió, a la
dictación del D.L. Nº 2448. Publicado en Diario Oficial con fecha 09 de febrero de 1979,
cuerpo legal que procedió a uniformar los requisitos para pensionarse por vejez, eliminando
las pensiones por años de servicios que la mayoría de las cajas de previsión de la época
contemplaban al efecto. Sin embargo, y a fin de no vulnerar derechos adquiridos se
contemplo en dicha norma legal la mantención de pensiones por años de servicios, para
ciertas personas, determinándose que aquellos imponentes que cumplieran a la fecha de la
dictación del mencionado DL una mínima cantidad de años de servicios, conforme a las
escalas que en él se señalan, pudieran seguir accediendo a pensiones por años de servicios.
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bienestar para los más necesitados, por los recursos fiscales que deben desviarse para cubrir
sus déficit crónicos... Por lo anterior, se ha estimado imprescindible la aplicación del
principio de subsidiariedad. El estado arbitrará las medidas que enmarquen la acción
privada, orientándola al bien común, pero dejando la administración directa a los
particulares. Estos, sometidos a la competencia y sujetos a una adecuada estructura de
incentivos, generarán un mayor grado de
eficiencia y de calidad de los servicios...” *1*1,: Parte del discurso de don Jose Piñera con motivo de la puesta en
marcha de la reforma
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comisiones están disociadas de la eficiencia con que las AFP invierten los fondos de sus
afiliados, es decir, las AFP cobran sus comisiones hayan invertido bien o mal dichos
fondos. Al respecto cabe hacer presente que en la ley Nº19.728 que establece un seguro
de desempleo, y cuya administración fue otorgada, a través de un proceso de licitación
publica, a un consorcio creado por las AFP que integran el sistema de pensiones, se
estableció un mecanismo de cobro de comisiones, artículo 42, cuyos montos se
encuentran asociados a los niveles de rentabilidad que se obtengan en la administración
e inversión de los Fondos de Cesantía y de Cesantía Solidario. E ahí un mecanismo
respecto del cual se debiera imitar introduciendo al DL 3.500 modificaciones en este
sentido, a fin de hacer mas eficiente y justo al nuevo sistema previsional en este particular
aspecto. Como ya se dijo las AFP tienen la obligación de invertir los fondos de sus
afiliados buscando la mayor eficiencia y seguridad en la inversión de dichos fondos,
para esos efectos tanto la ley, como su reglamento y las circulares que al efecto dicta la
Superintendencia, regulan en forma pormenorizada la forma en que deben invertirse
dichos fondos, señalando los limites de inversión, de
concentración y diversificación que cada una de ellas debe cumplir. Aún cuando este
tema lo retomamos en una parte del desarrollo de la materia, cabe señalar que solo
ahondaremos en él, en cuanto a materias que sean relevantes del punto de vista del estudio
que abordamos en esta memoria, toda vez que su estudio es
mas propio de las disciplinas económicas y financieras.
1.2.2.-LA AFILIACION
La forma o mecanismo a través del cual los trabajadores se incorporan al nuevo
régimen de pensiones se materializa a través de la afiliación, conceptualizada esta, en una
acepción amplia, como el acto jurídico de carácter administrativo a través del cual un
trabajador se incorpora a los distintos regímenes de la Seguridad Social, y que se
materializa a través de la inscripción, pudiendo ser esta individual o colectiva.
A.- Características:
Las características que presenta la afiliación a este régimen de pensiones son las
siguientes:
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a.- Es Única: La afiliación al sistema es única, sea que el trabajador ejerza una o varias
actividades simultáneas o sucesivas, o que cambie de institución dentro del sistema.
"Cada trabajador, aunque preste servicios a más de un empleador, sólo podrá cotizar en una
Administradora" (art. 2º).
Cuando preste servicios a más de un empleador o cuando trabaje como dependiente e
independiente en forma simultánea , sólo podrá estar incorporado a una Administradora
(art. 5º del Reglamento del decreto Ley Nº 3.500, Decreto Supremo Nº 57, de 20.07.90,
publicado en el Diario Oficial de 28.03.91, en adelante el "Reglamento").
b.- Es Permanente: Esto significa que subsiste durante toda la vida del afiliado, ya sea
que se mantenga o no en actividad, que ejerza una o varias actividades simultáneas o
sucesivas, o que cambie de Administradora dentro del sistema. Excepcionalmente se
contempla la desafiliación y el retorno del afiliado al antiguo sistema de pensiones, sujeta
al cumplimiento de determinados requisitos.
c.- Es Excluyente: Es decir, un trabajador no puede estar afiliado al nuevo sistema de
pensiones y al antiguo a la vez. No obstante ello, los pensionados del antiguo sistema
pueden afiliarse al nuevo.
d.- Es Obligatoria o Voluntaria, Según Los Casos: De la libertad u obligación de
afiliarse derivan efectos muy importantes, especialmente en lo que se refiere a la cobertura
y al costo del seguro de invalidez y sobrevivencia.
-Obligatoria: Todos los trabajadores que inicien sus labores por primera vez a partir del 1º
de enero de 1983 y que prestan servicios a un empleador bajo vínculo de subordinación y
dependencia están obligados a afiliarse al sistema previsional y a efectuar las cotizaciones
en la Administradora que elijan, la que no puede rechazar la solicitud de afiliación.
El inicio de la labor de un trabajador dependiente no afiliado genera la afiliación
automática al sistema, y la obligación de cotizar en una AFP (art. 2º).
- Voluntaria: La afiliación es voluntaria en los siguientes casos:
d.1. Trabajadores que iniciaron sus labores antes del 1º de enero de 1983: Para los
trabajadores que iniciaron sus labores antes de la fecha señalada, la afiliación
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al nuevo sistema es voluntaria. Sólo ellos pudieron seguir afiliados al antiguo sistema.
d.2.- Independientes: Fuera de los trabajadores dependientes, que están obligados a
afiliarse al sistema, están facultados para hacerlo aquellas personas naturales que, sin estar
subordinados a un empleador, ejerzan una actividad mediante la cual obtienen un ingreso.
Estos trabajadores determinarán libremente la renta que servirá de base a sus cotizaciones,
la que no puede ser inferior a un ingreso mínimo, ni superior a 60 UF. La primera
cotización efectuada a una Administradora produce la afiliación al sistema (art. 89).
e-. Es no Discriminatoria: Ninguna AFP puede, en modo alguno, rechazar, condicionar
o discriminar la incorporación de un afiliado, ya sea en cuanto a la forma de afiliarse, de
efectuar sus cotizaciones o en cuanto al otorgamiento de las prestaciones o beneficios que
dispone la ley
f.- Es de libre elección: En otras instituciones de previsión, como cajas de
compensación o mutuales de empleadores, la facultad de elegir corresponde al empleador o
al conjunto de los trabajadores.
La elección de la AFP corresponde, exclusivamente, a cada trabajador, en forma individual,
el que tiene derecho a traspasar sus fondos a otra Administradora. Cabe precisar que el
derecho a cambiarse de Administradora le corresponde al afiliado, porque es dueño de los
fondos.
El sistema está construido sobre la base de la libertad del afiliado, la que comprende su
derecho a elegir la Administradora a la que se afilia, la modalidad de pensión, el monto
de su cotización y la edad a la que se acogerá a pensión. La afiliación puede hacerse por
medio de mandatario, pero en este caso, la Superintendencia de AFP ha entendido que el
mandato debe ser especial, referido expresamente a la afiliación y a la elección de una
Administradora (Ord. J/692 de abril de 1994).
El trabajador debe comunicar a su empleador la Administradora en que se encuentre
afiliado o decida afiliarse, dentro de los 30 días siguientes a la iniciación de los servicios.
Si no lo hiciere en ese plazo, el empleador enterará las
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cotizaciones en la AFP que tenga más afiliados entre los trabajadores de la empresa (art. 4º
del Reglamento).
Por su parte, el empleador debe comunicar la iniciación o la cesación de los servicios de
sus trabajadores a la AFP en que éstos se encuentren afiliados, dentro de los 30 días
siguientes a la iniciación o término de éstos. Esta es la única manera en que la AFP se
informe de la existencia o inexistencia de la obligación de cotizar (art. 2º). La
Administradora contrae la obligación de efectuar todas las prestaciones legales a que tiene
derecho un afiliado, desde el momento en que recibe el aviso de incorporación de parte del
empleador, de otra Administradora o del propio trabajador. En caso de transferencia desde
otra AFP, contrae la obligación desde el primer día del mes en que el cambio produce sus
efectos (art. 6º inc 2º Reglamento).
En cambio, para efectos del seguro de invalidez y sobrevivencia, el trabajador está cubierto
a partir de la fecha de inicio de sus actividades, es decir, la Administradora queda obligada
a efectuar las prestaciones correspondientes, a contar de esa fecha (art. 4º inc 2º
Reglamento).
La libre elección incluye la facultad del trabajador de traspasar sus fondos a otra AFP.
Todo afiliado puede transferir el valor de sus cuotas a otra AFP previo aviso a aquella en
que se encuentre cotizando y a su empleador, cuando correspondiere por ser trabajador
dependiente. Los valores correspondientes a cotizaciones adeudadas por el empleador a la
fecha del traspaso deben transferirse a la nueva AFP, tan pronto sean percibidos por la de
origen (art. 32).
B.- La Desafiliación
Aun cuando, como ya se señaló, la afiliación al sistema es permanente, la ley
establece una excepción a esta característica de la afiliación, y ella esta contemplada
en la Ley Nº 18.225, art. 1º, modificada por las leyes Nº 18.345 y 18.753, y dice relación
con que aquellos afiliados que hayan sido imponentes en alguna de las cajas de previsión
del antiguo sistema y no tengan derecho al Bono de reconocimiento, podrán desafiliarse del
sistema, es decir, puedan volver a su antigua caja a objeto de impetrar en ella los beneficios
o prestaciones que procedan.
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incrementar el saldo retenido del que podrán disponer al momento de ser calificados como
inválidos totales o de cumplir las edades para pensionarse por vejez.
d.-Pensionados por invalidez total o parcial conforme a un primer dictamen: Estos
pensionados están obligados a continuar cotizando en caso de que presten servicios como
dependientes, y el monto de las cotizaciones se destinará a incrementar el saldo de su
cuenta de capitalización individual ( art. 69 ).
La razón por la cual la ley les exige seguir cotizando, es porque su situación no es
definitiva y puede cambiar con el segundo dictamen.
Si no trabajan, obviamente que no están obligados a efectuarse imposiciones. Sin embargo,
si en el segundo dictamen pierden su calidad de inválidos, la AFP les enterará las
imposiciones que habrían reunido en sus cuentas de capitalización individual de haber
seguido trabajando. Esta prestación se llama contribución y se paga con cargo al seguro
de invalidez y sobrevivencia.
Estos trabajadores, como se ha visto, no pueden disponer de su saldo acumulado, hasta que
obtengan la pensión definitiva. Es razonable que mientras ello no ocurra estén obligados a
continuar incrementando dicho saldo, cuando continúen prestando servicios.
e) Pensionados por invalidez de la ley de Accidentes del Trabajo: De conformidad a lo
dispuesto en los artículos 86 del D.L 3.500, y 53 de la Ley 16.744 , estos pensionados se
encuentran obligados a efectuar las cotizaciones establecidas en los artículo 17 y 85 del
DL. 3.500, ello por cuanto al momento de cumplir la edad legal para pensionarse por vejez,
cesa la pensión de invalidez otorgada por la ley 16.744, y deben pensionarse con cargo a
los fondos de la cuenta de capitalización individual que mantienen en su AFP respectiva.
C.- Personas facultadas para Cotizar
Debido a que los beneficios que establece la ley se financian con el ahorro de los
propios beneficiarios, están facultadas, para cotizar todas aquellas personas que, sin estar
obligadas, quieren acceder a sus beneficios:
a.Trabajadores independientes:
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Se entiende por tales a las personas naturales que, sin estar subordinadas a un empleador;
ejercen una actividad mediante la cual obtienen un ingreso. Cotizan el porcentaje que
deseen de su renta. Sin embargo, la renta imponible que declaren mensualmente a la
Administradora, no pueden ser inferior a un ingreso mínimo mensual ni superior al
equivalente a 60 unidades de fomento (arts. 15, 89 y 90).
Los cotizantes independientes deben enterar las cotizaciones dentro de los diez primeros
días del mes siguiente al cual correspondan dichas rentas o, en último caso, hasta el último
día del mes calendario siguiente a aquel en que se devengaron dichas rentas. Fuera de estos
plazos, las Administradoras no podrán recibir cotizaciones de estos afiliados (art. 11 del
Reglamento).
El trabajador independiente está cubierto con el seguro de invalidez y sobrevivencia
siempre que hubiere cotizado el mes anterior al del siniestro. Sin embargo, puede cubrir
estos riesgos para el mismo mes en que efectúa la cotización si lo declara expresamente y
paga la cotización adicional del mes que desea cubrir (art. 11 del reglamento) .
b.Trabajadores dependientes mayores de 65 años si son hombres y de 60 años si son
mujeres:
Las personas que habiendo cumplido la edad para pensionarse por vejez no lo hagan,
pueden seguir trabajando, pero en ese caso no podrán pensionarse por invalidez y la AFP
queda liberada de la obligación de efectuar el aporte adicional para financiar las pensiones
de sobrevivencia que pudieren generar.
Lo normal es que la pensión se financie con las cotizaciones del afiliado y con la
rentabilidad obtenida por las inversiones del fondo. Como en el caso de muerte o invalidez
del afiliado el período de cotizaciones es naturalmente más corto, el capital acumulado
suele ser insuficiente para financiar las pensiones de sobrevivencia e invalidez que se
generan. La cantidad que falte para completar dicho capital necesario es enterada por la
compañía de seguros de vida con la que la AFP ha contratado el seguro de invalidez y
sobrevivencia.
Pero cuando una persona ha cumplido las edades legales para jubilar por vejez, quiere
decir que ha tenido un período suficiente de cotizaciones para reunir el
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por cuenta de sus afiliados, quienes son sus dueños, ello implica que toda la rentabilidad
que produzca la inversión de estos fondos es también propiedad de los afiliados, la única
ganancia que obtienen las Administradoras son las distintas comisiones que cobran por su
gestión.
A objeto de evitar que estos fondos se confundan con los de la AFP, y como una manera
de dejarlos a salvo de riesgos financieros asociados a la gestión de estas, la ley establece la
obligatoriedad de llevar contabilidad separada de los fondos y del capital de las AFP,
estableciendo además que los fondos previsionales no pueden estar afectos a gravámenes y
son inembargables, de esta manera, por definición, los fondos de pensiones no pueden
quebrar, solo la Administradora puede quebrar respecto de su patrimonio.
Como una manera de enfatizar la separación entre el Fondo de Pensiones y el
patrimonio de la Administradora es que la legislación mexicana, país que al igual que
muchos otros a implementado un sistema de capitalización individual basado en el nuestro,
efectúa una distinción entre dos personas jurídicas; las AFORES, que son las
administradoras de fondos de retiro; y las SIFORES, que son las sociedades de inversión de
dichos fondos.
A.- Composición de los Fondos de Pensiones:
Los fondos de pensiones puede estar compuestos por los recursos
provenientes de:
Las cotizaciones obligatorias
La cotización adicional
Las cotizaciones voluntarias
Los depósitos convenidos con el empleador Los
aportes a la cuenta de ahorro voluntario
El aporte que efectúa la Cía de Seguros respecto de la cual la Administradora ha contratado
El Seguro de Invalidez y Sobrevivencia para financiar las pensiones de referencia, en caso
de invalidez o muerte del afiliado.
La Contribución, que es el aporte que hace la Cía de Seguros anterior, en la cuenta de los
afiliados que en el segundo dictamen pierden la condición de
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inválidos que le había reconocido en el primer dictamen. Este aporte corresponde a las
cotizaciones que debía haber efectuado el afiliado en caso de haber cotizado durante el
periodo que duro su invalidez.
Los Bonos de reconocimiento y sus complementos cuando se hubieren hecho efectivos.
La rentabilidad que se hubiere obtenido de la inversión de uno o mas de los recursos antes
señalados.
B.- Rentabilidad de los Fondos de Pensiones:
Como ya se dijo, dentro de las obligaciones de las Administradoras se encuentra
la de invertir los recursos de sus afiliados con el objeto de lograr la mayor ganancia con
dichas inversiones.
Para dichos efectos tanto el DL 3.500, su reglamento, y las diversas circulares
que emite la Superintendencia, se encargan de regular en forma pormenorizada la forma de
inversión de los recursos señalados anteriormente.
En términos generales debemos decir que la Administradora puede invertir los
recurso de sus afiliados en dos tipos de instrumentos, de Renta fija y de Renta variable, los
porcentajes de inversión en cada uno de estos instrumentos se encuentra actualmente
normado en la ley Nº 19.795, cuerpo legal que dio vida al sistema de multifondos de las
AFP, buscando profundizar el principio de libertad en que se basa el sistema, otorgando al
afiliado la opción de elegir entre 5 distintos tipos de fondos, los cuales se diferencian entre
si por los porcentajes de inversión en instrumentos de renta fija o variable que la ley
permite para cada uno de ellos, y respecto de los cuales a continuación efectuamos un
estudio mas profundizado.
En general la ley ha buscado la forma de tratar de asegurar a los afiliados el mayor
retorno de ganancias en la inversión de los fondos por parte de las AFP, junto con ello
también se ha preocupado de garantizar rentabilidad mínimas y medidas de resguardo tanto
de las inversiones como de los instrumentos en que son invertidos los fondos.
Las medidas de resguardo dicen relación con la obligación de entregar en custodia al Banco
Central, a las empresas de depósitos de valores o en las instituciones extranjeras, que
expresamente dispone la ley, de los títulos representativos de a lo
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menos el 90% del valor de cada uno de los Fondos de Pensiones, (art.44 DL 3.500). Como
medidas de resguardo pueden considerarse también todas las normas que establecen limites
máximos de inversión por institución o sociedad destinataria de ellas, también aquellas que
señalan limitaciones al accionar de los directores de S.A. nombrados por las AFP, en las
cuales estas tienen inversiones de sus afiliados, así como también las que regulan
conflictos de intereses y las que establecen sanciones por el uso de información
privilegiada.
La garantía de rentabilidad esta establecida por el legislador como un mecanismo
para garantizar a los afiliados una rentabilidad mínima, que dice relación con los promedios
mensuales de rentabilidad que obtiene el sistema en su conjunto, y los promedios anuales
de rentabilidad.
Es decir si una Administradora, en un periodo determinado, obtiene una
rentabilidad de sus fondos previsionales que son inferiores al promedio del sistema menos
un porcentaje que establece la ley, tiene la obligación de enterar la diferencia necesaria para
completar esta rentabilidad mínima con fondos que pueden provenir de dos orígenes:
C.- Fondo de Fluctuación de Rentabilidad:
Toda Administradora cuya rentabilidad de los fondos que administra excediere
el promedio del sistema mas un porcentaje que señala la ley, podrá constituir con el exceso
de dicha rentabilidad un fondo especial denominado Fondo de Fluctuación de
Rentabilidad, este fondo debe ser administrado e invertido al igual que el fondo del cual se
obtuvo. Si existiendo este fondo de fluctuación de rentabilidad la respectiva
Administradora cayere en un periodo determinado en una rentabilidad inferior a la del
promedio del sistema, podrá enterar la diferencia con todo o parte del fono ya señalado. Las
disposiciones relativas al fondo de fluctuación, han sido modificadas por la ley de
multifondos, conforme mas adelante se señala.
D.- Encaje:
Toda Administradora debe mantener con cargo a su patrimonio un fondo especial
denominado Encaje, equivalente al 1% del total de los Fondos de Pensiones que
administra., si en un periodo determinado su rentabilidad fuere
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1.3.1.-MULTIFONDOS DE PENSIONES
Como ya se dijo, la ley Nº 19.795 introdujo al sistema de pensiones
modificaciones en cuanto a la forma de inversión de los fondos previsionales estableciendo
el llamado sistema de multifondos, buscando a través de este estos nuevos fondos de
inversión profundizar uno de los principios básicos e inspiradores del nuevo Sistema
previsional, esto es, la libertad de opción de los afiliados, toda vez que la implementación
de estos multifondos otorga a cada uno de los afiliados la posibilidad de elegir en cual de
los distintos fondos que establece la ley desea que sean invertidos sus cotizaciones, cada
uno de ellos con distintos porcentajes de inversión en instrumentos de renta fija y renta
variable, estableciendo, además, la posibilidad de cambiarse de fondo con las limitaciones
que la propia ley señala.
El Sistema de Pensiones en Chile, vigente desde mayo de 1981, se ha consolidado
en el tiempo gracias a las implementaciones que la autoridad con un criterio técnico y no
político ha sabido introducirle durante estos 21 años de funcionamiento. Diversas leyes,
desde su creación a la fecha, son el testimonio fidedigno de este propósito. A lo anterior se
agrega una eficiente administración surgida del buen aporte de sus entes gestores, quienes
no sólo han actuado con apego escrito a las normas impartidas, sino que además han
contribuido con la autoridad en abundante información y sugerencias del más alto nivel.
Consecuente con ese criterio, el 28 de febrero de 2002 fue publicada en el Diario
Oficial la ley Nº 19.795, que introduce modificaciones estructurales al
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Sistema de Pensiones, que modifican el concepto de Fondo Unico, que prevaleció desde el
inicio de su funcionamiento, no obstante que ya existía la intención de modificar dicho
concepto, a través de la ley Nº 19.641, que creó el Fondo de Pensiones Tipo 2, vigente
desde el 1º de marzo de 2000. Sin embargo, su efecto ha sido casi nulo habiéndose acogido
a él algo más de 200 afiliados, entre otras causas, por tener la rigidez de estar destinado
sólo a las personas que estén a 10 o menos años para pensionarse, esto es, hombres y
mujeres cuando cumplan 55 ó 50 años de edad , respectivamente.
Esta nueva legislación crea cinco Fondos de pensiones, denominados A, B, C, D y
E, cuyo objetivo es incrementar el valor esperado de las pensiones futuras, pudiendo
postular a ellos cualquier afiliado, incluso desde el momento mismo de su incorporación al
Sistema, es decir, desde su inicio a la vida laboral, con la única limitación para los hombres
y mujeres que cumplan los 56 ó 51 años de edad, respectivamente, que ya no podrán optar
al Fondo de Pensiones Tipo A, quedándoles plenamente subsistente la libertad de acogerse
a uno cualquiera de los otros cuatro Fondos. En todo caso, se trata de una limitación que
sólo afecta a las cotizaciones obligatorias de la Cuenta de Capitalización Individual y a la
Cuenta de Ahorro de Indemnización, obligatoria o sustitutiva. En consecuencia , no afecta
a los fondos originados en cotizaciones voluntarias, depósitos convenidos y de la Cuenta de
Ahorro Voluntario, que en todo momento de su vida un afiliado podrá tenerlos depositados
en cualesquiera de los cinco fondos que se crean por esta ley.
Si al momento de incorporarse al Sistema de pensiones el afiliado no opta por
alguno de los tipos de fondos, será asignado a uno de ellos según su edad, es decir, por
grupo etareo; hasta los 35 años, hombres y mujeres serán asignados al Fondo Tipo B;
hombres desde los 36 hasta los 55 años y mujeres desde 36 hasta 50 años serán asignados
al Fondo Tipo C; hombres desde los 56 y mujeres desde los 51 años serán asignados al
Fondo Tipo D. Asimismo , los afiliados declarados inválidos mediante un primer dictamen
y los pensionados por las modalidades de retiro programado o por renta temporal serán
asignados al Fondo Tipo D.
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En todos estos casos el traspaso de los fondos será en forma gradual de un 20% en
cada año hasta completar el 100% en un período de cuatro años. Esta asignación no rige,
desde luego, si el afiliado decide elegir un Fondo.
El legislador también previó la situación de los afiliados al Sistema antes de la
publicación de la ley, indicando que para ellos en caso de no elegir un determinado Fondo,
dentro del plazo de 90 días desde su vigencia, todas sus cuentas serán traspasadas
parcialmente en un 50% al Fondo que corresponda, según su edad, debiendo traspasarse el
otro 50% después de un año.
La elección de estos multifondos es la consecuencia de la aplicación de uno de los
principios rectores de este Sistema, basado en la libertad de las personas de elegir el
destino de sus ahorros previsionales en la forma que mejor estimen conveniente,
escogiendo los distintos tipos de fondos, de acuerdo a sus particulares preferencias,
intereses o posibilidades, siendo determinante en esta elección el mayor o menor horizonte
para obtener retornos de sus ahorros superiores a los actuales y al mayor o menor grado de
aversión al riesgo que se tenga. Pero para cumplir este propósito es menester abrir el
abanico de posibilidades de inversión, lo que se logra con esta ley al aumentar la
diversidad de instrumentos y emisores elegibles por los inversionistas institucionales, tanto
en el mercado nacional como internacional.
Los cinco tipos de Fondos se diferencian por el nivel de inversión en instrumentos
de renta variable, y por ende de mayor riesgo, siendo el de mayor riesgo el Fondo de
Tipo A y el de menor riesgo el Fondo Tipo E. Los restantes Fondos, B, C y D, van
disminuyendo su riesgo en la medida que sus inversiones en renta variable también
disminuyen, llegando al 0% en el caso del Fondo Tipo E. Para precisar con mayor claridad
su extensión y alcance, a continuación desarrollaremos el contenido de esta ley, teniendo
presente que sus normas son de carácter general, quedando entregado a la
Superintendencia de AFP y al Banco Central de Chile la tarea de dictar los
procedimientos particulares y
específicos que regularán la operación de estos multifondos. A.-
Tipos De Fondos
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a) Afiliados hombres y mujeres hasta 35 años de edad, serán asignados al Fondo Tipo B.
b) Afiliados hombres desde 36 hasta 55 años de edad y mujeres desde 36 hasta 50 años de
edad, serán asignados al Fondo Tipo C.
c) Afiliados hombres desde 56 años y mujeres desde 51 años de edad, afiliados declarados
inválidos mediante un primer dictamen y pensionados por las modalidades de retiro
programado o renta temporal, serán asignados al Fondo Tipo D.
Cuando los afiliados aquí referidos hayan sido asignados a un Fondo determinado, y
posteriormente mantengan su actitud de no elegir alguno de ellos, serán traspasados
parcialmente al Fondo que corresponda según la clasificación por edad que ya se expresó
en el párrafo anterior, en las oportunidades y montos que a continuación se indican:
a) Al cumplir el afiliado la edad para cambiar de tramo etareo, un 20% de sus saldos
totales deberán permanecer en el Fondo correspondiente al nuevo tramo.
b) Transcurrido un año desde el cumplimiento de la edad en que el afiliado cambió de
tramo etareo, un 40% de sus saldos totales deberán permanecer en el Fondo
correspondiente al nuevo tramo.
c) Transcurridos dos años desde el cumplimiento de la edad en que el afiliado cambió de
tramo etareo, un 60% de sus saldos totales deberán permanecer en el Fondo
correspondiente al nuevo tramo.
d) Transcurridos tres años desde el cumplimiento de la edad en que el afiliado cambió de
tramo etareo, un 80% de sus saldos totales deberán permanecer en el Fondo
correspondiente al nuevo tramo.
e) Transcurridos cuatro años desde el cumplimiento de la edad en que el afiliado cambió
de tramo etareo, un 100% de sus saldos totales deberán permanecer en el Fondo
correspondiente al nuevo tramo.
Sin perjuicio de las asignaciones parciales señaladas, todas las cotizaciones
señaladas, todas las cotizaciones y depósitos que se efectúen en fecha posterior a cada una
de ellas deberán enterarse en el tipo de Fondo que corresponda de acuerdo al tramo etareo a
que pertenezca el afiliado.
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Se modifica el artículo 23 del D.L. 3.500, en el sentido de que ahora los saldos totales
por cotizaciones obligatorias, por depósitos convenidos y por cotizaciones voluntarias, así
como la cuenta de ahorro voluntario, podrán permanecer en distintos tipos de Fondos en
una misma AFP.
Debemos recordar que ya la Ley 19.768, sobre ahorro Previsional Voluntario del 7 de
noviembre de 2001, vigente a partir del 1º de marzo de 2002, permitió que las cotizaciones
voluntarias y los depósitos convenidos podrán ser destinados a fondos distintos de aquél en
que el afiliado mantiene su cuenta de capitalización individual. La novedad entonces de
esta ley en comento, es que se permitió esta misma opción respecto de la cuenta de ahorro
voluntario, pero siempre en una misma AFP, porque tratándose de ahorro previsional
voluntario la ley recién referida permite, incluso, que puede ser administrado por una AFP
distinta de aquélla en que se tiene la cuenta de capitalización individual.
Sin embargo, la cuenta de ahorro de indemnización deberá permanecer en el mismo
tipo de Fondo en que se encuentren las cotizaciones obligatorias.
F.- Inversiones de los Fondos de Pensiones
Se trata de un tema de alta complejidad, cuyo análisis detallado escapa a las
pretensiones de esta memoria. No obstante, señalaremos los fundamentos y objetivos de
esta iniciativa teniendo como referencia el Mensaje de la Ley.
a.- Fundamentos
La idea matriz o fundamental de esta ley consiste en el aumento de los límites de
inversión de los fondos de pensiones, tanto a nivel nacional como con el exterior, con el
objeto de procurar un incremento del valor esperado de las pensiones futuras.
El considerable volumen que hoy alcanzan estos fondos obliga a la autoridad a
diseñar nuevas fórmulas que permitan su canalización hacia instrumentos financieros que
satisfagan la creciente demanda de los inversionistas institucionales, con la debida
diversificación, a fin de alcanzar una combinación más apropiada entre la rentabilidad de
sus inversiones y el nivel de riesgo que proteja las pensiones de los afiliados. De este
modo la ley procura el
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Por otro lado, a nivel nacional se autoriza, aparte de las ya existentes, la inversión en
operaciones o contratos que tengan como objeto el préstamo o mutuo de instrumentos
financieros de emisores nacionales, pertenecientes al Fondo de Pensiones, y que cumplan
con las características señaladas mediante norma de carácter general, que dictará la
Superintendencia.
c.- Limites de inversión de los Fondos de Pensiones
Esta ley determina los límites mínimos y máximos a que están sujetas las inversiones
en cada uno de los cinco Fondos, por categoría de instrumentos, los que deben ser definidos
por el Banco Central de Chile.
Del mismo modo, la ley se encarga de establecer las normas de límites de inversión
conjuntos por categorías de instrumentos para cada tipo de Fondo y los límites conjuntos
para todos los Fondos de una misma AFP. Asimismo señala los límites de inversión por
emisor para cada tipo de Fondo y la suma de los Fondos de una misma AFP, como los
límites de inversión con personas relacionadas a la AFP.
A su vez, en las normas transitorias la ley define un plazo de adecuación de 24 meses
a favor de las AFP para adaptarse en la operación de los 4 ó 5 Fondos de Pensiones, que
resumiremos a continuación:
1) Durante los primeros dos años de vigencia de la ley, los excesos y los déficit de
inversión, que produzcan con la creación de los cinco Fondos no se considerarán de
responsabilidad de las Administradoras, las que deberán ajustarse a los límites indicados en
los artículos 45, 47 y 47 bis del D. L. 3.500, a partir del tercer año. 2)Durante los dos
primeros años de vigencia de esta ley, debe existir diferencia en el monto invertido en
instrumentos representativos de capital entre los distintos Fondos de una misma
Administradora, debiendo siempre un Fondo que tenga un mayor límite mínimo en
instrumentos representativos de capital, tener un mayor porcentaje de su cartera invertido
en este grupo de instrumentos.
3)Durante los primeros 24 meses de vigencia de esta ley, el requisito de custodia a que se
refiere el artículo 44 del D.L. 3.500, corresponderá al 90% de la suma de los patrimonios
de los distintos tipos de Fondos de una misma AFP.
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G.- Comisiones
Se modifica el artículo 29 del D.L. 3.500, estableciéndose que las comisiones
que cobren las AFP serán uniformes para todos sus afiliados, indistintamente del tipo de
Fondo al que se encuentren adscritos. Recordemos que bajo la vigencia de los Fondos tipo
1 y tipo 2, se podían cobrar comisiones diferentes para cada tipo de fondo.
Se crea una nueva comisión que podrán cobrar las AFP cuando los afiliados efectúen
más de dos traspasos de tipo de Fondos en un año calendario, la que será de un monto fijo y
se aplicará por cada traspaso adicional. Lo anterior será aplicable separadamente a los
saldos por cotizaciones obligatorias, depósitos convenidos, cotizaciones voluntarias y a la
cuenta de ahorro voluntario. No podrán descontarse del saldo de estas cuentas ni de las
cotizaciones efectuadas por el afiliado.
Comisiones de los Fondos Mutuos y Fondos de Inversión: Se señala que los
Superintendentes de AFP, de Bancos e Instituciones Financieras y de Valores y Seguros
establecerán anualmente, a través de una resolución conjunta, las comisiones máximas a ser
pagadas, con cargo a los Fondos de Pensiones, a los fondos mutuos y de inversión. Si las
comisiones efectivamente pagadas por los Fondos de Pensiones exceden a dichas
comisiones máximas, la diferencia deberá ser financiada por la AFP con cargo a sus
propios recursos.
H.- Nuevas normas sobre Rentabilidad Mínima
Se establece una diferencia de esta exigencia de rentabilidad mínima, que depende
del mayor o menor riesgo de los Fondos administrativos, separándose en dos grupos: los
Fondos tipos A y B de los Fondos tipos C, D y E.
En efecto, se modifica el artículo 37 del D.L. 3.500, en el sentido siguiente:
En cada mes, las AFP serán responsables de que la rentabilidad real anualizada de los
últimos 36 meses de cada uno de sus Fondos, no sea menor a la que resulte inferior entre:
1. En el caso de los Fondos Tipos A y B:
a) La rentabilidad real anualizada de los últimos 36 meses promedio de todos los Fondos
del mismo tipo, según corresponda, menos 4 puntos porcentuales, y
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b) La rentabilidad real anualizada de los últimos 36 meses promedio de todos los Fondos
del mismo tipo, según corresponda, menos el valor absoluto del 50% de dicha rentabilidad.
2. En el caso de los Fondos Tipos C, D y E:
a) La rentabilidad real anualizada de los últimos 36 meses promedio de todos los Fondos
del mismo tipo, según corresponda, menos 2 puntos porcentuales, y
b) La rentabilidad real anualizada de los últimos 36 meses promedio de todos los Fondos
del mismo tipo, según corresponda, menos el valor absoluto del 50% de dicha rentabilidad.
I.- Nuevas normas sobre Reserva de Fluctuación de Rentabilidad
Se sigue el mismo criterio que respecto de la Rentabilidad mínima, al separar la
exigencia según se trate de los Fondos tipos A y B de los tipos C, D y E. En consecuencia,
se modifica el artículo 39 del D.L. 3.500 en el sentido siguiente:
La Reserva de Fluctuación de Rentabilidad, se formará con los excesos de
rentabilidad real anualizada de los últimos 36 meses de un Fondo, que en un mes supere la
cantidad que resulte mayor entre:
1. En caso de los Fondos Tipos A y B:
a) La rentabilidad real anualizada de los últimos 36 meses promedio de todos los Fondos
del mismo tipo, según corresponda, más 4 puntos porcentuales, y
b) La rentabilidad real anualizada de los últimos 36 meses promedio de todos los Fondos
del mismo tipo, según corresponda, más el valor absoluto del 50% de dicha rentabilidad.
2. En el caso de los Fondos Tipos C, D y E:
a) La rentabilidad real anualizada de los últimos 36 meses promedio de todos los Fondos
del mismo tipo, según corresponda, más dos puntos porcentuales, y
b) La rentabilidad real anualizada de los últimos 36 meses promedio de todos los Fondos
del mismo tipo, según corresponda, más el valor absoluto del 50% de dicha rentabilidad.
Es preciso aclarar que por disposición del artículo 6º transitorio de esta ley, durante
los primeros 24 meses de su vigencia la rentabilidad mínima y la reserva de fluctuación de
rentabilidad no serán aplicables a las AFP respecto de los
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que la ley supone de 35 años; la edad y el sexo del afiliado que se incorpora al nuevo
sistema.
Respecto de los afiliados que se encuentran en la situación de la letra c) del número
anterior, el monto del bono es igual al 10% de las remuneraciones imponibles percibidas en
ese período.
Las personas que se encuentren en la situación descrita en la letra b) ya citada,
pueden optar porque el bono se les calcule conforme a las reglas aplicables a los afiliados
de la letra c), ya que les puede resultar más conveniente. En este caso, sólo se consideran
las remuneraciones posteriores al 1 de julio de 1979.
Para efectos de determinar el monto del bono de reconocimiento, las remuneraciones
imponibles de cada período se consideran hasta el límite máximo que haya operado en
cada oportunidad, en virtud del artículo 25 de la Ley Nº
15.386 y sus modificaciones. Lo anterior se aplica aun tratándose de personas que hayan
estado afiliadas a regímenes de pensiones afectos a límites máximos superiores al
contemplado en la citada disposición.
Las imposiciones giradas, retiradas o devueltas y no reintegradas serán consideradas
para determinar el bono de reconocimiento y se deducirán de su monto actualizadas de
acuerdo con la variación experimentada por el Indice de Precios al Consumidor del
Instituto Nacional de Estadísticas entre el último día del mes anterior a aquel en que
fueron giradas, retiradas o devueltas y el último día del mes anterior a aquel en que el
afiliado ejerza la opción. Sin embargo, no se aplicará lo expuesto precedentemente cuando
se trate de retiros cuyo reintegro no constituyere un requisito para el otorgamiento de la
pensión o no modificare el monto de ésta (artículo 7º transitorio).
C.- Complemento
El complemento del bono de reconocimiento tiene por objeto reconocer el derecho a
pensión que habrían tenido en el sistema antiguo los beneficiarios de pensión de
sobrevivencia de afiliados que se pensionan por invalidez o vejez antes del 30 de abril
de 1991, sin estar cubiertos por el seguro de invalidez y sobrevivencia.
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con posterioridad. En este caso, las cotizaciones efectuadas al sistema antiguo entre la
fecha en que está en vigencia el nuevo y aquella en que el trabajador se cambia a él., dan
derecho a este incremento del bono de reconocimiento.
Para estos efectos, las cotizaciones efectuadas en ese período deben ser actualizadas
en la variación que experimente el Indice de Precios al Consumidor del Instituto Nacional
de Estadísticas entre el último día del mes anterior a aquel en que se devengaron y el
último día del mes en que el afiliado ejerza la opción de cambiarse el nuevo sistema
(artículos 6º y 8º transitorios).
E.- Características
a) Es nominativo, ya que se emite a nombre del trabajador (artículo 11 transitorio) sin
perjuicio de que en ciertos casos es posible cederlo, como se explicará en el número
siguiente. El bono contiene la individualización y domicilio del emisor, el nombre, RUT,
sexo y fecha de nacimiento del afiliado; su valor nominal, moneda, reajustabilidad, interés,
amortización y rescate; la fecha de emisión y de vencimiento y la firma de dos
representantes del emisor. La fecha de emisión debe ser la del último día del mes anterior a
aquel en que el afiliado se haya incorporado al nuevo sistema, y desde ella el bono se
reajustará y devengará intereses (artículo 96 del Reglamento).
b) Debe constar en un documento que revista características que impidan su falsificación
(artículo 11 transitorio). La impresión del formulario se efectuará en la Casa de Moneda
de Chile, de acuerdo a las normas de seguridad que fije el emisor (artículo 96 del
Reglamento).
c) Es entregado por la institución emisora a la Administradora en que el afiliado se
encuentre cotizando. Si el afiliado se cambia de Administradora, la antigua debe traspasar
el bono a la nueva entidad.
d) el bono de reconocimiento se reajusta en la variación experimentada por el Indice de
Precios al Consumidor del Instituto Nacional de Estadísticas, entre el último día del mes
anterior a la fecha de incorporación del afiliado al nuevo sistema de pensiones y el
último día de mes anterior a la fecha de su pago efectivo, y devenga un interés del cuatro
por ciento anual, el que se capitaliza
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cada año. Este reajuste no será aplicable al complemento del bono de reconocimiento.
e) debe indicar su fecha de vencimiento, que corresponde a aquella en que el trabajador
cumpla las edades indicadas en el artículo 3º del D.L. Nº 3.500 (65 años lo hombres y
60 años las mujeres).
F.- Cesión del Bono y de su Complemento
Aunque el bono de reconocimiento es intransferible, las personas que se acojan a
pensión de vejez anticipada (art. 68 ) pueden cederlo a los efectos de contar con los
recursos que les permitan optar por esa clase de pensión.
Vimos que el bono vence entre otros casos, en el momento en que el afiliado cumple
las edades legales, de modo que, antes de esa fecha, sólo puede disponer de él mediante la
cesión del mismo.
En este caso, el afiliado puede cederlo mediante endoso, pero el bono será pagado
sólo a la fecha de su vencimiento (artículo 11 transitorio). Para tal efecto, al momento de
seleccionar modalidad de pensión, el afiliado debe endosar el bono de reconocimiento a
una compañía de seguros de vida o bien conferir un mandato a la Administradora a la cual
se encuentre incorporado, a fin de que ésta pueda asumir su representación en orden a
transar el documento en el mercado secundario formal. El mandato debe especificar su
objeto y señalar el precio mínimo por el cual se autoriza la transacción.
El precio mínimo autorizado para la transacción no puede ser inferior, según los
casos, a los siguientes:
a) Si opta por acogerse a pensión bajo la modalidad de renta vitalicia, el precio mínimo
no puede ser inferior al valor que el afiliado obtendría si lo endosara a la compañía de
seguros por la cual opta;
b) Si opta por la modalidad de retiro programado, el precio mínimo no puede ser inferior
al valor necesario para que, junto al saldo de la cuenta individual, sea suficiente para
financiar una pensión igual o superior al cincuenta por ciento del promedio de las
remuneraciones imponibles percibidas y rentas declaradas, e igual o superior al ciento
diez por ciento de la pensión mínima vigente a la fecha
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en que se acoja a pensión (artículo 68 inciso 1º del D.L. Nº 3.500 y 101 del Reglamento).
Primitivamente, el bono de reconocimiento no se podía endosar y sólo podían ser
adquiridos por las compañías de seguros con las que sus titulares contrataban una renta
vitalicia, las que debían mantenerlos en cartera hasta su vencimiento. Su endoso fue
autorizado, como una manera de darle más liquidez y conseguir que más recursos se
integraran a las cuentas de los afiliados que se pensionaban anticipadamente. Por ello,
cuando la ley autorizó la cesión del bono de reconocimiento, obligó a las compañías de
seguros de vida que los tuvieran en cartera que cuando procedieran a endosarlos,
incrementaran el monto de la pensión de su titular. Ello, como compensación al mayor
valor de este documento, con respecto al que tenía cuando la compañía lo adquirió y
determinó la pensión.
Junto con el Bono de Reconocimiento tradicional y los complemento antes
señalados, existe otro complemento de Bono o Bono adicional , y es aquel que se les ha
otorgado a aquellos afiliados que se acogieron a los beneficios de la ley llamada de los
exonerados políticos, mediante la cual dicha ley entrega una compensación a dichos
afiliados, que para el caso de que se encuentren incorporados al nuevo sistema esta
compensación se traduce en emitirle un Bono de Reconocimiento adicional.
Tal como se dijo en el tema de la desafiliación, el mecanismo de calculo del Bono
de reconocimiento ha generado una serie de reclamos en contra del sistema previsional, en
especial de los afiliado provenientes de las cajas de Previsión en que cotizaban los
funcionarios públicos, ejerciendo estos una fuerte presión por conseguir su desafiliación del
sistema. Ello por cuanto estos afiliados han obtenido un bajo monto nominal de sus bonos
de reconocimiento, producto ello de que en el antiguo sistema previsional las cotizaciones
se efectuaban tomando como remuneración del cotizante solamente su sueldo base, sin
considerar el resto de sus ingresos, lo que trae aparejado, como consecuencia de ello, que la
base de calculo para el bono de Reconocimiento es muy baja, lo que a su vez redunda en
que los bonos de estos afiliados son muy inferiores a otros trabajadores que si cotizaban por
la totalidad de sus remuneraciones.
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1.5.- PRESTACIONES
Las prestaciones que otorgan el nuevo régimen de pensiones se encuentran
contenidas en el titulo I y II del DL 3.500, y son Pensiones de Vejez, Pensiones de
Invalidez y Pensiones de Sobrevivencia.-
1.5.1.-PENSIÓN DE VEJEZ
Hay tres clases de pensiones de vejez. La pensión de vejez normal, la pensión de
vejez anticipada común y la pensión de vejez anticipada por desempeño de trabajos
pesados.
El D.L. Nº 3.500, como parte del sistema de seguridad social, se ocupa de reemplazar la
remuneración de quienes la disminuyen o pierden a consecuencia de una contingencia
social de carácter permanente, como son la vejez, la invalidez y la muerte.
No se ocupa, en consecuencia, de otros programas de seguridad social que
reemplazan la remuneración suspendida por causas de naturaleza transitoria, como son los
subsidios por incapacidad laboral en caso de enfermedad o los subsidios de cesantía, en
caso de pérdida del empleo.
En otro capítulo estudiaremos la forma en que la ley armoniza sus disposiciones con
las de aquellas que tienen a su cargo los demás programas de seguridad social.
A.- Vejez Normal
Tienen derecho a ella los afiliados que cumplan 65 años de edad, si son hombres, o
60 años de edad, si son mujeres.
Las personas que cumplan estas edades y no ejerzan su derecho a obtener pensión de
vejez no pueden pensionarse por invalidez y la Administradora queda liberada de efectuar
el aporte adicional, para financiar eventuales pensiones de sobrevivencia, en caso de
fallecimiento del afiliado (art. 3º).
Lo normal es que la pensión se financie con las cotizaciones del afiliado y con la
rentabilidad obtenida por las inversiones del Fondo de Pensiones. En el caso de muerte o
invalidez del afiliado, el período de cotizaciones puede resultar insuficientes para reunir el
capital necesario para financiar las pensiones de sobrevivencia e invalidez que se
generan. La cantidad que falta para completar
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dicho capital necesario debe ser enterada por la compañía de seguros de vida con la AFP
haya contratado el seguro de invalidez y sobrevivencia.
Pero cuando una persona ha cumplido la edad legal para jubilar por vejez, quiere
decir que ha tenido un período suficiente de cotizaciones para reunir el capital necesario. Si
continúa trabajando, lo hace bajo su propio riesgo, de modo que si se invalida o fallece, no
procede la aplicación del seguro de invalidez y sobrevivencia y, por consiguiente, la
compañía de seguros está eximida de enterar el aporte adicional.
Al no tener derecho a aporte adicional, estas personas están exentas de la obligación
de financiar el costo de seguro de invalidez y sobrevivencia con sus cotizaciones. Por ello
su cotización es diferenciada.
B.- Vejez Anticipada
a: Requisitos:
Como una aplicación concreta del principio tutelar del nuevo sistema
previsional, esto es, la libertad de opción, la ley otorga a cualquier afiliado la posibilidad
de obtener una pensión de vejez anticipada, es decir pensionarse antes de cumplir la
edad legal para obtener una pensión de vejez, sin importar su edad al momento al momento
de solicitar el beneficio, exigiéndole solamente el cumplimiento de dos requisitos, de
carácter copulativos y que dicen relación con la pensión resultante, y que son:
a.1) Que la pensión resultante sea igual o superior al 50% del promedio de las
remuneraciones imponibles y rentas declaradas en los últimos 10 años, y
a.2) Que a su vez, dicha pensión sea igual o superior al 110% de la pensión mínima de
vejez, garantizada por el Estado y vigente a la fecha en que se acoja a pensión (art. 68).
b: Cesión del bono de reconocimiento:
Recordemos que el Bono de Reconocimiento forma parte del capital que el afiliado
acumula en su cuenta de capitalización individual y que se considera como tal al momento
de calcular el monto de su pensión, junto con la expectativa de vida que tenga el afiliado y
su grupo familiar, recordemos también que este bono de reconocimiento solamente se hace
efectivo, es decir se entera en dinero efectivo
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en la cuenta del afiliado, en este caso, al momento de cumplir la edad legal para
pensionarse por vejez. Pues bien, generalmente, para poder cumplir con los requisitos antes
señalados se hace necesario que el afiliado venda su Bono de Reconocimiento, es decir,
ceda los derechos sobre él.
Existen dos mecanismos de venta o cesión de los bonos de reconocimiento a saber,
venta por intermedio de la bolsa de Comercio, o venta o cesión a la Compañía de
Seguros de Vida con la cual contrato una renta vitalicia. El
bono de reconocimiento puede ser adquirido por las AFP, para los fondos que
administran, lo que otorga a estos instrumentos una gran liquidez que beneficia a sus
titulares, pero solamente a través de oferta en la Bolsa de Comercio.
En el momento de seleccionar la modalidad de pensión, el afiliado debe endosar el
bono de reconocimiento a una compañía de seguros de vida, o bien otorgar a la
Administradora un mandato para que asuma su representación en la transacción del
documento en el mercado secundario formal. Este mandato deberá expresar la voluntad del
afiliado de transar el bono de reconocimiento en el mercado secundario formal e indicar el
precio mínimo por el cual autoriza la referida transacción.
Ahora bien, para que un afiliado pueda pensionarse anticipadamente por vejez debe
cumplir con los requisitos señalados en el artículo 68 del D. L. Nº
3.500 a la fecha de selección de la modalidad de pensión. Si con posterioridad a esa fecha,
el bono de reconocimiento se transa a un precio inferior al mínimo señalado en el párrafo
anterior, no obsta al cumplimiento del requisito, cuando a la fecha de selección de la
modalidad de pensión, era superior a dicho mínimo.
Cabe agregar que quienes se pensionan anticipadamente en la forma señalada no
gozan de la garantía estatal a que se refiere el artículo 73 del D. L. Nº 3.550, durante los
años que le falten par alcanzar la edad legal.
c: Pensión anticipada de pensionados del antiguo sistema que continúan trabajando:
Respecto a estas personas - que no gozan de la garantía estatal -, la ley establece que
pueden pensionarse anticipadamente - antes de cumplir las edades legales- si habiendo
completado cinco años de afiliación en el nuevo sistema,
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pudieran financiar una pensión que, sumada a la que estuvieren percibiendo a través del
antiguo sistema, fuere igual o superior al 50% del promedio de las remuneraciones
imponibles o rentas declaradas en los últimos diez años (art. 17 transitorio). En estos casos
no es exigible el requisito consistente en que la pensión sea igual o superior al 110% de la
pensión mínima.
En caso que las personas que se encuentren en esta situación opten por retirar
excedentes de libre disposición, no será necesario que la pensión resultante sea igual o
mayor al 120% de la pensión mínima de vejez; bastará con que puedan obtener una
pensión que sumada a la pensión de vejez o invalidez que reciban del antiguo sistema, sea
igual o superior al 70% del promedio de las remuneraciones imponibles o rentas declaradas
en los últimos diez años. (Ord. Nº J/831 de mayo de 1996). Debe recordarse que el
requisito para pensionarse anticipadamente es distinto del que se exige para retirar
excedentes de libre disposición. En el primero de los casos se exige que la pensión sea
igual o superior al 50% del promedio de rentas y al 110% de la pensión mínima. En el
segundo se requiere que la pensión sea igual o superior al 70% del promedio de rentas del
afiliado y del 120% de la pensión mínima.
El requisito de cinco años de afiliación al nuevo sistema, no se aplica a los afiliados
que siendo pensionados del antiguo régimen, han cumplido la edad legal para pensionarse
en éste; es decir el requisito de 5 años de afiliación debe entenderse referido sólo a
aquellos afiliados que presenten una solicitud de pensión de vejez anticipada y no una
solicitud de pensión de vejez por edad. En consecuencia, pueden retirar excedentes de libre
disposición, aunque no registren 5 años de afiliación al nuevo sistema, cuando se acojan a
pensión de vejez por edad. (Ord. Nº P-B 02694 de 24.03.93)
La pensión de vejez anticipada se devenga por regla general en fechas diferentes
según la modalidad de pensión por la que se haya optado. Si el afiliado opta por la
modalidad de retiro programado, la pensión se devenga en la fecha de la solicitud de la
pensión. Si opta por una renta temporal con renta vitalicia diferida, se devenga a la fecha
en que quede finiquitada la selección de la modalidad de pensión. Finalmente, si opta
por la modalidad de renta vitalicia
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inmediata, se devenga a contar del primer día del mes en que entra en vigencia el contrato.
Tratándose de trabajadores afectos a leyes especiales que establezcan que al adquirir
la calidad de pensionado el trabajador incurre en causal de cese de funciones, la pensión se
devenga a contar del primer día del mes subsiguiente a aquel en que se finiquita el trámite
de selección de modalidad de pensión o al día siguiente al cese de funciones, si éste se
produce en una fecha anterior y siempre que el trabajador hubiere presentado el respectivo
finiquito o resolución.
d: Pensión de vejez anticipada sin cesión del bono de reconocimiento:
De conformidad al artículo 85 del Reglamento del D.L. Nº 3.500, es posible obtener
una pensión de vejez anticipada sin ceder el bono de reconocimiento, si el afiliado se acoge
a la modalidad de retiro programado y siempre que cumpla, además con los siguientes
requisitos:
1) Obtener una pensión igual o superior al 50% del promedio a que se refiere el artículo 63
del D.L. Nº 3.500, e igual o superior al 110% de la pensión mínima, vigente a la fecha en
que se acoja a pensión. Para el cálculo de la pensión, se utiliza el saldo efectivo de la
Cuenta de Capitalización Individual, más el valor del bono de reconocimiento y su
complemento, si corresponde, actualizado a la fecha de la solicitud de pensión, con la tasa
de interés de actualización que fije la Superintendencia de AFP.
2) Tener un saldo en la cuenta de capitalización individual suficiente para financiar una
pensión igual o superior al 50% aludido en la letra precedente, hasta la fecha en que cumpla
la edad en que el bono de reconocimiento se haga exigible. Esto es, el saldo debe ser igual
o superior al flujo de pensiones que deban pagarse hasta el vencimiento del bono,
actualizados con una tasa de interés que fija la Superintendencia periódicamente mediante
la fórmula de cálculo que establece el artículo 82 del Reglamento.
e: Inválidos parciales:
Pueden acogerse a pensión de vejez anticipada los afiliados declarados inválidos
parciales en conformidad con un 2º dictamen (no se considera la invalidez de origen
profesional) siempre que obtengan una pensión que sumada a
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la de invalidez que estén percibiendo sea igual o superior al 50% del promedio de las
remuneraciones y rentas obtenidas en los últimos 10 años anteriores a la declaración de
invalidez según el primer dictamen (Circ 656 Cap. IV A.C.).
B.1.-Vejez anticipada por trabajos pesados
a.Concepto y financiamiento:
Las normas que regulan la pensión de estos trabajadores son las mismas que
rigen la pensión anticipada. La diferencia es la forma de financiamiento. Mientras la
pensión anticipada común se financia con las cotizaciones obligatorias y voluntarias del
trabajador, ésta se financia, además, con una cotización especial que deben efectuar los
trabajadores y empleadores cuyas labores o actividades hayan sido calificadas como
trabajos pesados por la Comisión Ergonómica Nacional .
Esta cotización, que debe depositarse en la cuenta de capitalización individual, es del
2% de la remuneración imponible, y es de cargo del trabajador. El empleador está
obligado a efectuar un aporte igual a la cotización del trabajador.
La Comisión Ergonómica, atendiendo al menor desgaste físico que produzca el
desempeño de labores calificadas de pesadas, puede rebajar el monto de la cotización del
trabajador y del aporte del empleador al 1% de la remuneración imponible.
Trabajo pesado es aquel cuya realización acelera el desgaste físico, intelectual o
síquico en la mayoría de quienes lo realizan, provocando un envejecimiento precoz, aun
cuando no genere una enfermedad laboral.
Las cotizaciones y aportes deben efectuarse en relación a las remuneraciones
imponibles devengadas a partir del primer día del mes siguiente a aquel en que quede
ejecutoriada la resolución de la Comisión Ergonómica. Durante los períodos en que el
trabajador goce de licencia médica, no procede al pago de las cotizaciones y aportes
correspondientes a un trabajo pesado (art. 17 bis).
b.Rebaja de edad:
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Los afiliados que desempeñen o hayan desempeñado labores pesadas, cuando tengan
20 años de cotizaciones y no cumplan los requisitos para pensionarse anticipadamente,
podrán obtener una rebaja de la edad de jubilación de 2 años por cada 5 en que hubieren
efectuado la cotización especial. La rebaja máxima será de 10 años.
La rebaja será de 1 año por cada 5 años de cotizaciones cuando la cotización especial
haya sido del 1%. En este caso el tope máximo de la rebaja será de 5 años.
Las fracciones de períodos de 5 años en que se hubieren efectuado cotizaciones
especiales darán derecho a una rebaja proporcional de la edad para jubilar.
Para impetrar este beneficio, el afiliado debe cumplir copulativamente con los
siguientes requisitos:
1) Tener 20 años de cotizaciones o servicios computables en cualquier sistema
previsional.
2) Que los fondos acumulados, considerando el bono de reconocimiento, no
alcancen para financiar una pensión anticipada (art. 68 bis).
1.5.2.-PENSIÓN DE INVALIDEZ
Tendrán derecho a pensión de invalidez los afiliados no pensionados por el
D.L. Nº 3.500, que sin cumplir las edades para obtener una pensión de vejez, sufran un
menoscabo permanente en su capacidad de trabajo, a consecuencia de una enfermedad o
accidente no laboral, que les produzca un debilitamiento en sus fuerzas físicas o
intelectuales.
Si el origen de la invalidez es laboral, opera el seguro establecido en la ley Nº 16.744,
que es incompatible con las normas del Decreto Ley Nº 3.500.
A) Clases de Invalidez:
Atendido el grado de invalidez esta se puede clasificar en total o parcial, atendida si
es del primer o segundo dictamen se puede clasificar en temporal o definitiva:
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Entre los principios inspiradores del sistema del D.L. Nº 3.500, se encuentra la
prohibición de otorgar a los afiliados beneficios paralelos por las contingencias de vejez y
de invalidez total, que tienen causas, requisitos y beneficiarios distintos.
C) Financiamiento de la Pensión
Para los efectos de determinar la forma de financiamiento tanto de las pensiones
invalidez como de las de sobrevivencia, debe precisarse previamente si el afiliado se
encontraba cubierto por el seguro de invalidez y sobrevivencia, recordemos al
respecto que este seguro se financia con parte de la cotización adicional que se le descuenta
mensualmente al respectivo trabajador de su remuneración mensual. Ello tiene importancia
por cuanto en el caso de las pensiones de invalidez temporales, el origen del financiamiento
de esta pensión estará determinado por la cobertura del seguro, es decir, si el afiliado
invalido del primer dictamen se encontraba con cobertura del seguro, procede que la
pensión se pague con cargo a la Cía de Seguros con la cual la AFP contrato el respectivo
seguro, si no estuviere con cobertura la pensión se paga con cargo a la cuenta individual del
respectivo afiliado. En cuanto a la invalidez definitiva y a las pensiones de sobrevivencia,
la cobertura del seguro implica que si procediere, la AFP deberá enterar en la cuenta del
respectivo afiliado el aporte adicional que representa una cantidad de dinero necesaria para
financiar la pensión de referencia del causante o invalido.
Como ya se dijo las pensiones de invalidez conformes al primer dictamen ya sea
parciales o totales, serán financiadas por la A.F.P. a la cual el trabajador se encuentra
afiliado, siempre que este trabajador se encuentre cubierto por el seguro de invalidez, en
caso contrario se financia con la cuenta individual.
Respecto de las pensiones conformes a un segundo dictamen estas se financiarán
con el saldo de la cuenta individual, el bono de reconocimiento, más el aporte adicional
expresado en el inciso 1º del Artículo 53 en el caso de afiliados cubiertos por el seguro.
Para el cálculo del aporte adicional de afiliados declarados inválidos parciales no se
considerará el 30% de saldo retenido.
Si mediante un segundo dictamen la C.M.R. rechaza una invalidez la A.F.P. deberá
entregar la contribución señalada en el Artículo 53 inciso 3º.
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solicitud. También puede aportar mayores antecedentes a la Comisión Médica cuando sea
citado.
Dentro de los cinco días siguientes a la fecha de presentación de la solicitud, la
Administradora debe requerir la calificación de invalidez del afiliado a la Comisión Médica
Regional competente. Esta es, normalmente, la que corresponde al lugar de trabajo del
afiliado.
Sin embargo, en el caso de afiliados independientes o desempleados, es competente
la Comisión que corresponde al domicilio del afiliado. Por motivos fundados, el afiliado
puede solicitar a la Administradora ser calificado en una región distinta a la que le
corresponda en virtud de las normas antes señaladas, requerimiento que deberá ser puesto
en conocimiento de la Superintendencia para su autorización.
Dentro de los cinco días hábiles siguientes a la recepción del requerimiento, la
Comisión Médica debe citar al afiliado a un examen médico y comenzar la evaluación
clínica, a cuyo efecto el solicitante debe someterse a los exámenes que le exija la Comisión
Médica Regional.
Tanto los exámenes como las interconsultas que el afiliado deba realizar por
solicitud de la C.M.R. deberán ser financiadas por la A.F.P., por el afiliado, o en conjunto
por ambos dependiendo esto de los ingresos mensuales de los afiliados, y que son:
cero 0% para grupo A y B
25 % para grupo C
50 % para grupo D
Para los exámenes médicos internos, etc., no contemplados en la Ley 18.469.- se
deberá cancelar un valor equivalente a 3 consultas médicas.
b.- Comisiones Médicas Regionales:
La invalidez es calificada por una Comisión Médica Regional de acuerdo a las
“Normas para la evaluación y calificación del grado de invalidez de los trabajadores
afiliados al nuevo sistema de pensiones”.
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Para estos efectos, funciona una Comisión Médica en cada región, salvo en aquellas
en que, por la cantidad de trabajadores o por la distancia de los centros poblados, se
designe más de una.
La Comisión está integrada por tres médicos cirujanos designados por el
Superintendente de AFP.
Las compañías de seguros de vida pueden designar un médico cirujano en cada
Comisión Regional, para que asista como observador a sus sesiones, cuando conozca de la
calificación de invalidez de un afiliado, cuyo riesgo hubieran cubierto (art. 11).
c.- Normas para la evaluación y calificación del grado de invalidez:
Estas normas, que sirven de base para la calificación del grado de invalidez, son
aprobadas por una comisión técnica integrada por el Superintendente de AFP; el Presidente
de la Comisión Médica Central, un representante de las AFP elegido por éstas; un
representante de las compañías de seguros de vida, elegido por éstas, y el decano de una
facultad de medicina, designado por el Consejo de Rectores.
Las normas para la evaluación y calificación de la invalidez podrán ser modificadas a
proposición de la Superintendencia de AFP, del presidente de una Comisión Médica o de
las AFP. Los proyectos de modificación que presenten las personas e instituciones
mencionadas deben someterse a la consideración de la Comisión Técnica, a través de la
Superintendencia.
La Comisión sesiona con asistencia de todos sus miembros y adopta todos sus
acuerdos por mayoría de votos. Un representante de la Superintendencia actúa como
secretario y tiene el carácter de ministro de fe de sus actuaciones y deliberaciones.
Las deliberaciones de la comisión son secretas hasta la publicación del acuerdo en el
Diario Oficial, que debe hacerse, a más tardar, el primer día hábil del mes siguiente al de su
adopción (art. 11 bis).
d.- Primer dictamen:
Frente a una solicitud de pensión, la Comisión Médica debe verificar que se trate de
un afiliado no pensionado, evaluar el grado de pérdida de capacidad de
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fecha. El único derecho que tiene en caso que se declare su invalidez total después del
segundo dictamen que la estableció en carácter de parcial, es a disponer del saldo retenido
(ver Saldo retenido y Aporte adicional, Cap. Financiamiento de las pensiones).
Los dictámenes de invalidez que se emitan para beneficiarios de pensión de
sobrevivencia no se reevalúan.
Los que se emitan para personas cuya invalidez es anterior a la afiliación, sólo se
reevalúan cuando se trata de inválidos parciales que lo solicitan. En este caso el primer
dictamen origina pensiones definitivas. Cir. 656 Cap. V.H.
f.- Reclamos ante la Comisión Médica Central:
Tanto el primero como el segundo dictamen de invalidez, emitidos por las
Comisiones Médicas Regionales, son reclamables ante la Comisión Médica Central.
Esta Comisión Médica Central funciona en Santiago y está integrada por 3 médicos
cirujanos designados por el Superintendente, de entre los cuales designa a un presidente
titular y uno subrogante. Su financiamiento y administración se rige por las mismas reglas
que se aplican a las Comisiones Médicas Regionales.
f.1. Funciones:
Las funciones de la Comisión Médica Central son las siguientes:
a) Conocer de los reclamos presentados contra los dictámenes de las Comisiones
Regionales. Es reclamable tanto el primero como el segundo dictamen.
b) Disponer, si lo estima necesario, que se practiquen exámenes o análisis adicionales al
afiliado,
c) Ordenar el traslado del afiliado, cuando a su juicio sea necesario practicarle un examen
físico por la Comisión o por los médicos especialistas que ésta determine.
d) Solicitar a las Mutualidades de Empleadores, Servicios de Salud y a los empleadores,
los antecedentes e informes necesarios para calificar el origen de la invalidez, y
e) Supervisar el funcionamiento administrativo de la Comisión e informar oportunamente
a la Superintendencia, a través de su presidente, de cualquier anomalía (arts. 37 y 38 del
Reglamento).
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fallar el reclamo, o bien acordar solicitar nuevos exámenes o análisis por intermedio de la
Comisión Médica Regional. Dichos exámenes o análisis deben practicarse en un plazo no
superior a 60 días.
Los exámenes, análisis e informes que demande el reclamo serán financiados por la
AFP o Compañía de Seguros, o bien por el afiliado, según los casos. Si el reclamo proviene
del afiliado, se financiarán por éste y por la Administradora (art. 11 inciso 4º del D.L. Nº
3.500 y artículos 42 y 46 de su Reglamento). En tanto, si el reclamo es interpuesto por la
Administradora o la compañía de seguros, serán financiados exclusivamente por la
institución reclamante. Si se originaren gastos de traslado, estos serán íntegramente de
cargo de quien reclame, salvo que el traslado haya sido ordenado por la Comisión Médica
Central, caso en el cual serán de cargo de la Administradora, si el reclamo fue interpuesto
por ésta o por el afiliado, o de cargo de la compañía de seguros, si fuere ella la reclamante.
Con todo, los exámenes de especialidad, los análisis e informes y los gastos de
traslado que demande la solicitud del afiliado, para el segundo dictamen, serán financiados
en su totalidad por la Administradora en que se encuentre el afiliado. En todo caso,
cualquiera sea la forma de financiamiento de los exámenes, está prohibido a las Comisiones
Médicas Regionales y a la Comisión Médica Central entregar los originales de ellos al
afiliado, sin perjuicio de que puedan proporcionársele copias una vez ejecutoriado el
respectivo dictamen, siempre que así lo autorice la Comisión Médica Central.
e) Los acuerdos de la Comisión se adoptarán por mayoría de sus miembros. En caso de
empate, el presidente podrá dirimir respecto de la invalidez. La Comisión Médica Central
debe emitir su fallo, confirmando, revocando o modificando el dictamen de la Comisión
Médica Regional, dentro del plazo de diez días hábiles. Este plazo se contará desde la fecha
de recepción del reclamo o de recepción de los nuevos exámenes o análisis, si éstos
hubieren sido solicitados. Emitido el fallo, lo remitirá a la Comisión Regional a fin de que
se proceda a notificar al reclamante, a la AFP y a la compañía de seguros. Dicha
notificación se entenderá
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Para decidir sobre el origen de la invalidez, la Comisión podrá solicitar los informes
que estime necesarios. La Comisión Médica Central podrá solicitar al empleador los
antecedentes e informaciones que estime necesarios para calificar el origen de la invalidez.
El empleador que no proporcione la información solicitada en el plazo de 15 días hábiles
contados desde la certificación del despacho por correo de la carta certificada que la
solicite, será sancionado con multa a beneficio fiscal aplicada por la Dirección del Trabajo,
de 2 a 10 U.F., la que se duplicará hasta obtener el cumplimiento de lo solicitado. Esta
multa será reclamable conforme al artículo 448 del Código del Trabajo.
También podrá solicitar antecedentes a los organismos administradores, los que
deberán remitirlos en el plazo de 10 días.
Dictada la resolución, se notificará al afiliado, a la AFP, a la compañía de seguros y
al organismo administrador de la Ley Nº 16.744 al que pudiera corresponder el pago de la
pensión, si en definitiva la invalidez resultare ser de origen profesional.
Desde la notificación, la AFP deberá comenzar a pagar la pensión a que hubiere
lugar, si el reclamo es rechazado, o sea, si se decide que el origen de la invalidez es común.
En caso que se acoja el reclamo y que se declare que la invalidez es de origen profesional,
la AFP también estará obligada a iniciar el pago de pensión, pero, en este caso, la mínima.
En ambos casos, las personas notificadas podrán reclamar contra el fallo que decida
sobre el origen de la invalidez, ante el Superintendente de Seguridad social, dentro del
plazo de 15 días corridos. El Superintendente de Seguridad Social decidirá en definitiva.
Si el Superintendente resuelve que la invalidez es profesional, la AFP cesará en el
pago de la pensión desde la fecha en que el fallo quede ejecutoriado y tendrá derecho
a que la entidad a quien corresponda el pago de la prestación, de acuerdo con la Ley Nº
16.744, le reembolse lo pagado desde el dictamen de la Comisión Médica Central. Desde la
misma fecha en que quede ejecutoriado el fallo, la obligación pasará al organismo
administrador de la Ley Nº 16.744.
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como la ley no distingue, debe entenderse que la limitación se aplica a los pensionados de
cualquier clase de vejez o invalidez.
No se requerirá ninguna anticipación a la celebración del matrimonio cuando a la
fecha del fallecimiento la cónyuge se encontrare embarazada o si quedaren hijos comunes.
b) El cónyuge, siempre que haya sido declarado inválido. La invalidez que da derecho
al cónyuge a percibir pensión de sobrevivencia puede ser total o parcial, temporal o
definitiva.
Se excluye la invalidez de origen profesional de que trata la Ley Nº 16.744, ya que la
disposición establece que el afiliado debe ser inválido “en los términos establecidos en el
artículo 4º”, que se refiere a la invalidez de origen común.
Cabe hacer presente que el artículo 74 del Reglamento establece que las pensiones de
sobrevivencia de beneficiarios inválidos tendrán siempre el carácter de definitivas. En
virtud de ello la Superintendencia de AFP ha resuelto que resulta innecesario requerir la
calificación de invalidez de beneficiario potencial a un trabajador si éste se encuentra
inválido, ya sea transitorio o definitivo.
Asimismo, para tener derecho a pensión, el cónyuge deberá haber contraído
matrimonio con 6 meses de anticipación al fallecimiento del causante, o 3 años si al
momento del fallecimiento es pensionado de vejez o invalidez, salvo que quedaran hijos
comunes.
La diferencia en el tratamiento legal del cónyuge sobreviviente en razón de su sexo,
tiene gran incidencia en el costo del seguro de invalidez y sobrevivencia.
La prima del seguro de invalidez y sobrevivencia que deben pagar las AFP que
tengan un gran porcentaje de afiliados de sexo femenino, será más baja que la que deben
pagar aquellas que no lo tengan, ya que los cónyuges de las afiliadas mujeres tendrán
derecho a pensión sólo cuando tengan la calidad de inválidos.
c) Los hijos de filiación matrimonial , de filiación no matrimonial, o
adoptivos.
Cualquiera de estos hijos puede ser beneficiario de pensión de sobrevivencia siempre
que haya sido adoptado con anterioridad al fallecimiento del causante
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(Ord. Nº J/137 de enero de 1996). Para ser beneficiarios de pensión, los hijos deberán ser
solteros y cumplir con algunos de los siguientes requisitos (art. 8º del
D.L. Nº 3.500):
1.- Ser soltero y menor de 18 años de edad.
2.- Ser soltero, mayor de 18 años de edad y menor de 24, si es estudiante de cursos
regulares de enseñanza básica, media, técnica o superior. La calidad de estudiante deberá
tenerla al fallecimiento del causante o al cumplir los 18 años de edad. En consecuencia
será beneficiario de pensión de sobrevivencia el hijo que al fallecimiento del causante no
tenía la calidad de estudiante, pero que la tuvo al momento de cumplir 18 años. En este
caso, dicha condición perdurará hasta los
24. (Oficio PB 9331. 26.7.95). El concepto de “curso regular de enseñanza básica, media,
técnica o superior” se encuentra en los arts. 4º y 5º de la Ley Nº 18.962.
El criterio anterior nos parece ajustado a derecho, ya que antes de cumplir 18 años,
los hijos no requieren ser estudiantes para tener calidad de beneficiarios de pensión de
sobrevivencia.
El oficio PB 9686 del 2 de agosto de 1995 agrega que si habiendo sido estudiante a los 18
años, no lo es al fallecimiento del padre, sólo tiene el carácter de beneficio potencial. La
pensión no se paga hasta que recupere su calidad de estudiante, cosa que puede hacer los
hasta los 24 años. Respecto del aporte adicional, dispone que las compañías de seguros
deben recalcular el monto del aporte adicional, lo que no significa que deban pagar la
diferencia, sino sólo hacer la reserva para pagarla cuando el beneficiario potencial adquiera
el derecho a pensión por haber vuelto a estudiar. El monto deberá considerar el tiempo que
resta para cumplir los 24 años.
3.- Ser inválido “común” -no “profesional”-, cualquiera sea su edad. La invalidez puede
producirse después del fallecimiento del causante, pero antes de los 18 años de edad, o de
los 24 años si es estudiante, en los términos señalados en el número anterior. La invalidez
puede ser transitoria o definitiva. En caso que sea transitoria, no corresponde su
reevaluación. Es suficiente el dictamen (J/1067 de junio de 1994, ambas de la
Superintendencia de AFP):
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anticipar la renta vitalicia diferida o distribuir la renta temporal del causante. Si no hay
acuerdo, seguirá distribuyéndose la renta temporal del causante. Si no hay acuerdo, seguirá
distribuyéndose la renta temporal del causante. Si una vez extinguido el derecho a pensión
de los beneficiarios aun quedare saldo en la cuenta de capitalización individual del
causante, el remanente incrementará la masa hereditaria del difunto. Vencido el plazo de la
renta temporal, la compañía aseguradora empezará a pagar las pensiones de sobrevivencia a
que hubiere lugar.
2) Si el afiliado hubiere estado recibiendo renta vitalicia diferida, los beneficiarios
deberán comunicar el fallecimiento a la compañía de seguros respectiva, con el fin de que
ésta proceda a pagar las pensiones de sobrevivencia que correspondan.
c) Finalmente, si el afiliado hubiere estado recibiendo retiro programado, los
beneficiarios deberán comunicar el fallecimiento a la AFP con el fin de que ésta verifique
la calidad de beneficiarios de quienes reclaman el beneficio y proceda a reconocerles el
derecho a las pensiones de sobrevivencia que correspondan, emitiendo el correspondiente
certificado. Luego la Administradora pondrá a disposición de los beneficiarios el saldo de
la cuenta a fin de que opten entre las distintas modalidades de pensión. La opción deben
ejercerla de común acuerdo. En caso contrario deberán acogerse a retiro programado.
d) Si el afiliado fallecido era pensionado de invalidez conforme a un primer dictamen, la
Administradora deberá enterar el aporte adicional; si en cambio era inválido parcial por
segundo dictamen (definitivo), el saldo retenido se destinará a incrementar las pensiones de
sobrevivencia de los beneficiarios.
D) Acreditación de nuevos beneficiarios
Los afiliados deben informar a la AFP en la que estuvieren incorporados, la
existencia de eventuales beneficiarios de pensión de sobrevivencia y los cambios que,
respecto de ellos, sobrevengan durante la afiliación, lo cual se acredita mediante los
instrumentos públicos necesarios para establecer la relación de parentesco que corresponda
y por medio de los documentos que acrediten fehacientemente el cumplimiento de los
demás requisitos para tener derecho a pensión de sobrevivencia (art. 80 del Reglamento).
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cónyuges o de madres de hijos naturales que hubiere, con derecho a acrecer entre
ellas. (art. 58 inc. 2º).
E) Financiamiento de las pensiones de invalidez y sobrevivencia:
Lo ya dicho respecto del financiamiento de las pensiones de invalidez es
plenamente aplicable a las pensiones de sobrevivencia, en cuanto al aporte que debe
efectuar la AFP y la cobertura del seguro.
1.5.4.-MODALIDADES DE PENSION:
Como ya se ha dicho reiteradamente, las modalidades de pensión son otra
expresión mas de la libertad de opción como principio inspirador del sistema de pensiones,
es por ello que el legislador determinó que al momento de cumplir con los requisitos para
pensionarse, el interesado, afiliado o sus beneficiarios en caso de sobrevivencia, deben
optar por alguna de las modalidades de pensión que la ley establece, y que son a saber:
Renta Vitalicia inmediata, Renta temporal con Renta Vitalicia Diferida, y Retiro
Programado.
Dado que las pensiones en el nuevo sistema previsional se calculan
considerando el saldo efectivo de la cuenta de capitalización individual versus la
expectativa de vida del afiliado y de sus posibles beneficiarios de pensión de sobrevivencia,
mas la rentabilidad futura de los fondos previsionales, la opción de una u otra de las
modalidades de pensión dependerá de la situación particular de cada afiliado, toda vez que
en el caso de renta vitalicia el riesgo de sobrevida del afiliado lo asume la Cía. de Seguros,
y en el caso del retiro programado el riesgo lo asume el afiliado, amen que en esta
última modalidad la propiedad de los fondos siguen siendo del afiliado, no así en la renta
vitalicia en que estos fondos pasan a ser de propiedad de la Cía de seguros, lo que tiene
importancia en caso de que el pensionado no tenga beneficiarios de pensión de
sobrevivencia, pues en este caso si se encontrare en la modalidad de retiro programado, el
saldo que quedare en su cuenta pasa a constituir herencia ingresando a la masa de bienes
del causante.
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La compañía recibe una prima que el afiliado paga al contado, con cargo a la cual se
obliga a pagar pensiones futuras. Para ello, debe traer a valor presente los flujos futuros de
pensiones, mediante la aplicación de una tasa de descuento. El valor presente de tales flujos
futuros debe corresponder al valor de la prima.
B) Renta Temporal con Renta Vitalicia Diferida
Es la modalidad de pensión a través de la cual el afiliado contrata con una compañía
de seguros de vida el pago de una renta mensual a contar de una fecha futura, definida en
el contrato, para lo cual traspasa a ésta el monto de la prima convenida, reteniendo en su
Cuenta de Capitalización Individual los fondos suficientes para obtener de la
Administradora una renta temporal durante el período que medie entre la fecha en que la
renta vitalicia diferida comienza a ser pagada por la compañía de seguros con la que se
celebró el contrato. En general se aplican las reglas del contrato de renta vitalicia
inmediata.
Mediante esta modalidad, el afiliado mantiene por un período la propiedad de sus
fondos y asume el riesgo financiero de ese capital, pero traspasa el riesgo de sobrevida.
Las partes de un contrato de renta vitalicia diferida pueden anticipar en cualquier
momento la fecha a partir de la cual la compañía de seguros debe iniciar el pago de la renta
vitalicia diferida (art. 64 inc. 3º).
La Superintendencia de AFP ha estimado que la renta temporal y la renta vitalicia
diferida siempre han de ser sucesivas y no simultáneas. Así, cualquiera sea el momento a
partir del cual se inicie el pago de la renta vitalicia diferida, dicho instante corresponderá al
término del pago de la renta temporal (Ord. Nº J/1788 del 24.02.93).
a.Renta vitalicia diferida
Siendo esta modalidad una mezcla de las de retiro programado y de renta vitalicia, se
rige por las mismas normas de aquéllas. Así a la renta vitalicia diferida se aplican las
mismas normas de la renta vitalicia inmediata, ya explicadas, más las siguientes:
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a.- Límites mínimo y máximo y retiro de excedentes. La renta vitalicia diferida que
se contrae no puede ser inferior al 50% del primer pago de la renta temporal, ni superior al
100% de dicho pago.
En caso de las pensiones de sobrevivencia, el primer pago de la renta
temporal debe ser idéntico al de la renta vitalicia diferida (Circ. 656. Cap. II B 5.1).
En caso de que se infringieren estos límites no se materializará el contrato de renta
vitalicia y el afiliado pasará a la modalidad de retiro programado, a cuyo efecto la AFP
debe efectuar al cálculo de la correspondiente anualidad, dentro de 5 días siguientes
(Circular 656 Cap. II B 6).
b.- Cálculo de la renta vitalicia diferida. Para el cálculo de la renta vitalicia sólo se
considera el saldo de la Cuenta de Capitalización Individual que se detiene a la renta
vitalicia diferida.
c.- Anticipación de la renta vitalicia. No obstante que la fecha de la cual cesa el
retiro temporal y se inicia la renta vitalicia sólo pactada en el contrato, la ley faculta al
afiliado para adelantar su fecha, a través de alguno de los siguientes procedimientos:
- Disminuyendo el monto de la renta asegurada.
El aumento del plazo de la cobertura del contrato de renta vitalicia sin pagar una
prima adicional puede lograrse mediante una rebaja del monto de la renta asegurada. De
esta rebaja no puede resultar una renta vitalicia inferior a la pensión mínima.
En este caso, el afiliado puede retirar el remanente que quede en la cuenta individual,
siempre que cumpla los requisitos para disponer de los excedentes de libre disposición.
En caso contrario, el saldo será traspasado por la Administradora a la compañía de
seguros como prima complementaria a más tardar a los cinco días hábiles de haber recibido
el correspondiente endoso al contrato de seguro:
- Pagando una prima adicional con cargo al saldo que mantuviere en su Cuenta de
Capitalización Individual o Voluntaria: Si una vez traspasada la prima complementaria
quedare un remanente en la cuenta individual del afiliado, se dispondrá de él como
excedente de libre disposición, si procediere.
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1.5.5-JURISPRUDENCIA
A) Administrativa
1.- INEXISTENCIA DE NORMAS QUE OBLIGUEN A LOS TRABAJADORES DEPENDIENTES, REGIDOS POR LAS
NORMAS DEL CÓDIGO DEL TRABAJO, MAYORES DE 65 AÑOS DE EDAD A ACOGERSE A JUBILACIÓN.
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b) Pensión de invalidez parcial, para afiliados con una pérdida de su capacidad de trabajo
igual o superior al cincuenta por ciento e inferior a dos tercios.
Como puede apreciarse de la norma legal antes reseñada, en el Sistema de Pensiones
regido por el D.L. Nº 3.500, de 1980, la invalidez está establecida siempre en función de un
“menoscabo”, es decir, de una “disminución” de la capacidad para trabajar, lo que implica
una disminución de la capacidad para ejecutar cualquier tipo de trabajo, y no uno
específico. Esta consideración es importante de tener en cuenta, a efectos de establecer si se
puede obtener una segunda pensión de invalidez, en los términos consultados por el
recurrente, ya que según el Estatuto del Personal de las Fuerzas Armadas, contenido en el
D.F.L. Nº 1, del Ministerio de Defensa, de 1968, la pensión de invalidez (7) obtenida en
dicho régimen tiene distinto carácter dependiendo del tipo de inutilidad que la originó.
En efecto, de la presentación que motiva este pronunciamiento, no se desprende qué
tipo de inutilidad sería la que originó la pensión que estaría percibiendo el recurrente, en la
calidad de ex- funcionario del Ejército, y pensionado por invalidez según las normas del
Estatuto del Personal de las Fuerzas Armadas antes citado, Estatuto que establece su
artículo Nº 100, tres clases de inutilidades provenientes de actos determinados del servicio,
a efectos de que una persona puede pensionarse por invalidez, las cuales son:
a) Inutilidad de Primera Clase: Será la que simplemente inhabilite para seguir en el
servicio.
La inutilidad de esta clase, por ser de carácter específico, ya que sólo implica una
incapacidad del funcionario para seguir desarrollando las labores propias del servicio, sin
que obste a la posibilidad de que la persona desarrolle actividades laborales en ocupaciones
privadas, no es obstáculo para que la persona, percibiendo una pensión de invalidez por
este concepto, se haya afiliado al Sistema de Pensiones regido por el D.L. Nº 3.500, de
1980, y obtenga, en caso de cumplir con los requisitos que el mismo contempla, una
pensión de acuerdo a dicho cuerpo legal, que en este caso sería totalmente compatible con
la obtenida a través del D.F.L. Nº 1, antes indicado.
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padres, circunstancia que no determina diferencia en los derechos de los unos y los otros.
Ahora bien, las disposiciones relativas a la filiación que consagra la Ley Nº 19.585,
suponen naturalmente, hechos que acrediten justamente, la filiación, ya sea matrimonial o
no matrimonial, circunstancia que no pudieron darse a su respecto, toda vez que el afiliado
falleció antes del nacimiento de su hijo, y por ende no existió ninguno de aquellos actos
que el artículo 187 del Código Civil exige para efectos de reconocimiento de hijo de
filiación no matrimonial.
Dejando establecido que no está determinada la filiación de su hijo por nacer, no
puede sostenerse que le asistan derechos previsionales, como lo es el derecho a pensión de
sobrevivencia del hijo del afiliado, y en su caso, la condición de madre de hijo no
matrimonial.
Lo anterior, no implica sin embargo, que usted no esté en condiciones de iniciar ante
los Tribunales de Justicia, acciones de reclamación de paternidad. En efecto si bien es
cierto que el inciso tercero del artículo 5º transitorio de la Ley Nº 19.585, dispuso que no
puede reclamarse la paternidad o maternidad respecto de personas fallecidas con
anterioridad a la entrada en vigencia de la ley, se contempló una excepción referida al hijo
póstumo, que es la situación analizada.
Al respecto, es necesario tener presente que el inciso cuarto del citado artículo
5º transitorio, dispone que pueden interponerse las acciones contempladas en los artículos
206 y 207 del Código Civil dentro del plazo de un año, contado desde la fecha de entrada
en vigencia de la ley, siempre que no haya habido sentencia judicial ejecutoriada que
rehace la pretensión de paternidad o maternidad. Agrega la disposición, que en este caso, la
declaración de paternidad o maternidad producirá efectos patrimoniales a futuro y no podrá
perjudicar derechos adquiridos con anterioridad por terceros.
A su turno, el artículo 206 del Código Civil dispone que: “Si el hijo póstumo, o si
alguno de los padres fallece dentro de los 180 días siguientes al parto, la acción podrá
dirigirse en contra de los herederos del padre o de la madre fallecidos, dentro del plazo de
tres años, contado desde su muerte o, si el hijo es incapaz, desde que éste haya alcanzado la
plena capacidad”.
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sometido a reevaluación siendo rechazada su invalidez, razón por la cual le fue suspendido
el beneficio de la Garantía Estatal y se le enteró la Contribución en su Cuenta de
Capitalización Individual, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 59 del
D.L. Nº 3.500.
2.- El inciso segundo del artículo 52, del D.L. Nº 3.500, señala que respecto de las
pensiones de invalidez, el saldo de la Cuenta de Capitalización Individual estará constituido
por el capital acumulado por el afiliado incluida la contribución a que se refiere el artículo
53 y cuando corresponda, por el Bono de Reconocimiento y el Complemento de éste en los
casos contemplados en el Título XIII, el aporte adicional que deba realizar la
Administradora de acuerdo al artículo 54 y los traspasos que el afiliado realice desde su
cuenta de ahorro voluntario, según lo establecido en el artículo 22.
A su vez, el artículo 74 del citado D.L. dispone que tratándose de afiliados cogidos a
pensión de invalidez conforme a un primer dictamen, que se hubieren encontrado en alguna
de las situaciones de las letras a) o b) del artículo 54, la Garantía Estatal una vez que se
agotare el saldo.
3.- Cabe recordar que el inciso segundo del artículo 53 del D.L. Nº 3.500, señala que la
Contribución es el monto representativo de las cotizaciones que el afiliado habría
acumulado en su Cuenta de Capitalización Individual, si hubiere cotizado en dicha
cuenta el 10% de las pensiones de invalidez pagadas conforme al primer dictamen.
4.- Por su parte, el Nº 1, del Capítulo V, de la Circular Nº 661, de esta Superintendencia,
señala que las Administradoras deberán devolver al Estado el monto equivalente a aquella
de las pensiones transitorias de invalidez cubiertas por el seguro, que se hubiere pagado con
Garantía Estatal, una vez enterado el aporte adicional y liquidado el Bono de
Reconocimiento y su complemento, si correspondiera. A su vez, en su Nº 2 dispone que si
una Administradora recuperare cotizaciones que se encontraban en rezago o en cobranza
judicial, pertenecientes a un afiliado con Garantía Estatal, deberá efectuar los mismos
cálculos y procedimientos indicados anteriormente.
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inciso primero, fuere superior al saldo mínimo requerido, podrá disponer libremente del
excedente.
En este sentido, el capítulo VII de la Circular Nº 656, de esta Superintendencia,
define como excedente de libre disposición aquel saldo que queda en la cuenta de
capitalización individual del afiliado, después de hacer efectiva su pensión de acuerdo a
alguna de las modalidades de pensión señaladas en su Capítulo II, siempre que, si se
pensiona bajo la modalidad de retiro programado, tenga un saldo superior al saldo mínimo,
entendido éste como el capital necesario para pagar una pensión equivalente al 70% del
promedio de sus remuneraciones y al 120% de la pensión mínima vigente.
5.- Es decir, y de acuerdo a la jurisprudencia administrativa de este Organismo, el derecho
a retirar excedentes de libre disposición es un beneficio adicionado a la pensión, que se
otorga sólo en ciertos y determinados casos.
En otras palabras, dicho retiro de excedentes va necesariamente ligado al hecho de
que el afiliado haga “efectiva su pensión” de acuerdo a algunas de las modalidades que
establece la ley.
6.- En consecuencia, por una parte, el optar por una determinada modalidad de pensión, en
este caso retiros programados, implica necesariamente efectuar retiros mensuales, aún
cuando estos sean inferiores al monto de pensión que requiera para tener derecho a retirar
excedentes de libre disposición. (4) A su vez, como se ha dicho, el derecho a retirar dicho
excedente requiere que el afiliado se pensione.
En virtud de lo expuesto, se informa que es improcedente que el afiliado retire
excedentes de libre disposición y que, a su vez, renuncie su derecho a efectuar retiros
programados.
8.- PAGO DE HERENCIA QUE CONSTITUYE EL SALDO DE LA CUENTA DE CAPITALIZACIÓN INDIVIDUAL DE UN
AFILIADO.
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otra cónyuge sobreviviente y otros dos hijos, encontrándose prescrita la acción de nulidad
del matrimonio de acuerdo al artículo 34 de la ley de matrimonio Civil a quienes también
les corresponde derecho a la herencia del causante. Finalmente, señala que dado que la otra
cónyuge, vive en la ciudad de Constitución, no les es posible hacer un documento conjunto
para hacer la partición de común acuerdo, razón por la cual ésta última declaró mediante
escritura pública, que aceptaba compartir la herencia y recibir un 50% cada una.
Al respecto, esta Superintendencia debe manifestar lo siguiente.
1.- Requerido informe a la AFP, ha señalado que en la situación descrita, compete a los
tribunales de justicia determinar las cuotas que les corresponden a cada una de las
interesadas en calidad de cónyuges, como la de los hijos menores de edad correspondiendo
hacerla en la partición de los bienes del causante, según las reglas establecidas en el Código
Civil.
2.- Sobre el particular, cabe señalar que de acuerdo a lo dispuesto en el Título X, del Libro
III, del Código Civil, de la Partición de los Bienes, arts. 1.317 y siguientes, los
coasignatarios pueden hacer la partición por sí mismos si todos concurren al acto, aunque
entre ellos haya personas que no tengan la libre disposición de sus bienes, siempre que no
se presenten cuestiones que resolver y todos están de acuerdo sobre la manera de hacer la
división. Serán, sin embargo, necesarias en este caso la aprobación de la partición por la
justicia ordinaria del mismo modo que lo serían si se procediere ante un partidor.
3.- En virtud de lo expuesto precedentemente, es posible concluir que la Autorización de
Pago, Mandato y Renuncia a Acciones Legales, efectuado mediante escritura pública en la
que sólo comparecen una de las viudas por sí y en representación de su hijo y una hija
mayor de edad de aquélla, autorizando a la AFP para que proceda a cancelar el 50% de las
cuotas que el causante mantenía en ella, no constituye ni puede considerarse válidamente
un acto de partición de bienes.
4.- En consecuencia, para proceder al pago de la referida herencia, se debe proceder
previamente a efectuarse su partición y ésta, a su vez, debe ser debidamente aprobada por
el Tribunal competente.
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fecha del fallecimiento del causante, y perdura esa calidad hasta cumplir 24 años de edad.
Ahora bien, en el evento de que al momento de impetrar el beneficio, el hijo no se
encuentre estudiando, el derecho a percibir la pensión de sobrevivencia sólo se suspende,
por cuanto se ha entendido de que el hijo puede volver a estudiar en cualquier momento
antes de cumplir 24 años de edad, en cuyo caso la Administradora es responsable de tener
los fondos previsionales para financiar dicha pensión .
En la situación que se comenta, la Administradora de Fondos de Pensiones no ha
podido acceder a la solicitud, por cuanto no se le ha podido acceder a la solicitud, por
cuanto no se le ha acreditado que el eventual beneficiario, no era estudiante a los 18 años
de edad, o a la fecha del fallecimiento del padre, y sólo se cuenta con una declaración
jurada de que esa calidad no la tenía en enero de 1994.
En consecuencia, para acceder a los fondos previsionales acumulados a título de
herencia, deberá acreditarse que el eventual beneficiario no era estudiante a la fecha en que
el padre falleció, ni al cumplir 18 años de edad, circunstancias ambas, que se podrán
acreditar con un certificado otorgado por el empleador en el que se señale su condición de
trabajador en ese momento, o con una cartola de la Administradora de Fondos de Pensiones
en la que se encuentre incorporado, que de cuenta de su condición de trabajador y del pago
de sus cotizaciones previsionales.
10.- ADMINISTRACIÓN DE LOS BIENES HEREDITARIOS DEL HIJO MENOR.
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ya que para tal efecto necesitaran de un curador, el que puede nombrarse por acto
testamentario.
Finalmente, debe señalarse que esta Superintendencia no puede abarcar todas las
situaciones que puedan presentarse, al contar con todos los antecedentes necesarios para
dar respuesta a cada una de las inquietudes planteadas. En efecto, para informar respecto de
reglas de sucesión es importante conocer el régimen matrimonial de bienes bajo el cual se
contrajo matrimonio; asimismo, para determinar la posibilidad de que la madre adquiera la
patria potestad de sus hijos, es necesario precisar si hubo abandono de parte del padre de
sus hijos u otra causal legal en la que hubiera incurrido, que permitan decretar a su respecto
el término de la patria potestad.
En consecuencia, habida consideración de que son muchas las hipótesis que pueden
presentarse respecto a los hijos y a la situación previsional futura de la afiliada, este
Organismo se ha remitido a informar sólo los aspectos más generales del Nuevo Sistema
de Pensiones.
B) De Tribunales:
1.- RECURSO DE PROTECCIÓN, DECLARACION DE VACANCIA DE CARGO DE FUNCIONARIA EN TRAMITES DE
JUBILACIÓN POR INVALIDEZ.
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Medicina Preventiva del Servicio de Salud de la región, que concluyó que su incapacidad
era superior a 2/3. La actuación recurrida resulta arbitraria mientras no está
definitivamente aclarada la situación derivada de la jubilación impetrada por la recurrente.
Apelado el fallo que acogió la protección, la Corte lo confirma. En:
Año 1995, Nº 445, pág. 1.796, sent. 12
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Nº3, de 1981, reemplazado por la Ley Nº 18.933,modificada esta última por la Ley Nº
19.381 (D.O. 3.5.95).
Actualmente se encuentra en discusión en nuestro país una reforma al sistema de
salud, por intermedio de la cual , a través del denominado plan Auge, se pretende otorgar
completa cobertura a distintas enfermedades buscando de esta manera introducir al sistema
algunos de los principios que informan a la Seguridad Social, esto es, la solidaridad, la
universalidad y la integridad o suficiencia.
Como una forma de aportar nuevos elementos de discusión a esta reforma, y de
manera propositiva, incluyo en este capitulo una propuesta de financiamiento de
prestaciones de salud, proponiendo la creación de Administradoras de Fondos de Salud,
mediante un régimen de capitalización individual, y la creación de distintos fondos
comunes solidarios.
2.1.- PROTECCIÓN LEGAL DE LA SALUD, LEY Nº 18.469
A) Afiliados y Beneficiarios
La distinción entre afiliados y beneficiarios se hace
necesaria toda vez que los afiliados son siempre beneficiarios, no así los beneficiarios que
pueden ser o no afiliados, existiendo solamente respecto de los primeros la obligación de
cotización, ello por cuanto, y a modo de ejemplo son beneficiarios los componentes del
grupo familiar de un afiliado que sean causantes de asignación familiar respecto de este.
a.- Los afiliados son:
1) Los trabajadores dependientes de los sectores público y privado; los trabajadores que
hayan efectuado 4 meses de cotizaciones dentro de los últimos 12 meses en virtud de
contratos por obra o faena determinada mantendrán la calidad de afiliados por un período
de 12 meses a contar desde la última cotización. Similar beneficio tienen los dependientes
contratados diariamente por turnos o jornadas que registren al menos 60 días de
cotizaciones en los últimos 12 meses calendario.
2) Los trabajadores independientes;
3) Las personas que coticen en calidad de imponentes voluntarios, y
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4) Las personas que gocen de algún tipo de pensión previsional o de un subsidio por
incapacidad laboral o por cesantía.
La incorporación se produce automáticamente al adquirirse cualquiera de dichas
calidades y se mantendrá mientras ellas subsistan; los afiliados deben efectuar las
cotizaciones al Fondo Nacional de Salud que determinen el nuevo régimen (7%) o el
antiguo (variable según Caja) (arts. 5º y 7º).
b.- Los beneficiarios son:
1) Todos los que tengan el carácter de afiliados al sistema;
2) Los causantes por los cuales los trabajadores dependientes y los pensionados perciban
asignación familiar y las personas que, respecto de los trabajadores independientes e
imponentes voluntarios, cumplan con los requisitos para ser causantes de asignación
familiar de un trabajo dependiente;
3) La mujer embarazada aun cuando no sea afiliada ni beneficiaria , y el niño hasta los 6
años, para los efectos de la protección del Estado durante el embarazo y del menor en su
salud hasta la edad antes señalada;
4) Las personas carentes de recursos o indigentes y aquellas que gocen de pensiones
asistenciales en conformidad al D.L. Nº 859, y
5) Los causantes del subsidio familiar establecido en la Ley Nº 18.020 (art. 6º),
B) Prestaciones Médicas
Los beneficiarios tendrán derecho a recibir del régimen las siguientes
prestaciones:
1) El examen de medicina preventiva para pesquisar oportunamente la tuberculosis, las
enfermedades de transmisión sexual, el glaucoma, el cáncer, la diabetes, las cardiopatías, la
hipertensión, la insuficiencia renal crónica y las demás enfermedades que determine el
Ministerio de Salud, cuyo diagnóstico y terapéutica precoz prevengan una evolución
irreversible;
2) La asistencia médica curativa, lo que incluye consulta, exámenes y procedimientos
diagnósticos y quirúrgicos, hospitalización, atención obstétrica, tratamientos, incluidos los
medicamentos contenidos en el Formulario Nacional, y demás atenciones y acciones de
salud que se establezcan, y
3) La atención odontológica, en la forma que determine el reglamento (art. 8º).
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respecto de los grupos “A” y “B”; no podrá ser inferior al 75% respecto del grupo “C” ni al
50% respecto del grupo “D”; la diferencia debe cubrirla el afiliado, salvo que el Director
del Servicio de Salud, en casos excepcionales y por motivos fundados, condone total o
parcialmente dicha diferencia.
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y aquellos a quienes no les alcanzaba para sufragar su plan; además estas instituciones han
señalado que esta normativa les alteró su giro único al exigirles la administración de
cuentas individuales y que estas generen rentabilidad, agregándole nuevos costos a su
gestión.
En el hecho, la introducción de esta modificación implicó un alza generalizada en
los planes y la gran mayoría de los afiliados incorporó sus eventuales excedentes a mejorar
sus planes individuales.
Con todo, en opinión de este tesista, la norma contemplada en el inciso final del
artículo 32 bis, en su último punto final, es abiertamente inconstitucional por cuanto
vulnera las disposiciones de nuestra carta fundamental en lo relativo al derecho de
propiedad, ello por cuanto ella dispone; “ Si el interesado decide, a partir de ese momento,
efectuar sus cotizaciones en el Fondo Nacional de Salud, los haberes existentes a su
favor deberán ser traspasados a dicho fondo”, es decir, por el solo ministerio de la ley se
procede a la expropiación de dicho fondos. Conforme a ello dicha norma es factible de ser
atacada en juicio mediante la interposición del recurso de Inaplicabilidad por
Inconstitucionalidad, establecido en el artículo 86 de la carta fundamental, toda vez que la
ley Nº 19.381, que agregó el mencionado artículo a la ley Nº 18.933, no fue objeto de
control por parte del Tribunal Constitucional.
D) Prestaciones
En el contrato ya citado, las partes pueden convenir libremente el otorgamiento,
forma, modalidad y condiciones de las prestaciones.
En materia de medicina preventiva, las prestaciones y los subsidios no pueden ser
inferiores a los del sistema general; si son inferiores, los cotizantes y/o sus cargas pueden
recurrir a la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez (COMPIN).
También están obligadas las ISAPRES a proporcionar protección a la mujer durante el
embarazo y hasta el 6º mes del nacimiento del hijo, al niño hasta que éste cumpla los 6 años
de edad, y al pago de los subsidios, cuando esto proceda.
En materia de medicina curativa, se aplica idéntica norma, pero en este caso debe
acudirse al Fondo Nacional de Salud (FONASA).
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materias fundamentales de sus contratos, tales como valores de los planes de salud,
modalidades y condiciones de otorgamiento.
Las ISAPRES no podrán establecer planes de salud exclusivos para determinadas
edades.
En este contrato las partes podrán convenir libremente el otorgamiento, forma, modalidad y
condiciones de las prestaciones y beneficios para la recuperación de la salud, debiendo
estipular en términos claros al menos lo siguiente:
a) Prestaciones y demás beneficios pactados, incluyendo porcentajes de cobertura,
valores sobre los cuales se aplicarán y monto máximo de los beneficios si los hubiera;
b) Períodos de carencia, esto es el tiempo durante el cual no obstante estar vigente el
contrato no son exigibles todas o algunas de las prestaciones o de los beneficios pactados
libremente, para la recuperación de la salud; estas restricciones a la cobertura sólo podrán
estar referidas a enfermedades preexistentes declaradas por un plazo máximo de 18 meses,
contado desde la suscripción del contrato, debiendo consignarse, en el caso del embarazo,
que la cobertura será proporcional al período que reste para que ocurra el nacimiento.
La Ley considera como preexistentes aquellas enfermedades o patologías que hayan sido
conocidas por el afiliado y diagnosticadas médicamente con anterioridad a la suscripción
del contrato o a la incorporación del beneficiario; la totalidad de estas restricciones cesan al
cumplirse 5 años desde la suscripción del contrato o la incorporación del beneficiario, a
menos que al afiliado haya ocultado el hecho de haber requerido atención médica durante
ese período;
c) Estipulación precisa de las exclusiones, si las hubiere, referidas a cirugía plástica con
fines de embellecimiento, atención particular de enfermería, hospitalización con fines de
reposo, prestaciones requeridas como consecuencia de participación en actos de guerra o
delitos (en tanto resulte criminalmente responsable), prestaciones cubiertas por otras leyes,
enfermedades preexistentes no declaradas y todas las prestaciones no contempladas en el
Arancel FONASA;
d) Forma en que se modifican las prestaciones y beneficio por variación de la cotización
mínima legal del afiliado, derivada del aumento o disminución de su
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pactar la mantención del contrato de salud por un tiempo determinado, durante el cual el
afiliado no podrá ejercer su derecho a desahuciarlo.
En el mismo período señalado las ISAPRES podrán revisar los contratos de salud que
correspondan, pudiendo sólo adecuar sus precios, prestaciones convenidas y la naturaleza y
el monto de sus beneficios, a condiciones generales que no importen discriminación entre
los afiliados de un mismo plan, excepto en lo que se refiere a las cotizaciones particulares
pactadas con cada uno de ellos al momento de incorporación al plan, las que no podrán
tener en consideración la edad del afiliado. Estas condiciones generales deberán ser las
mismas que se estén ofreciendo a esa fecha a los nuevos contratantes en el respectivo plan.
La adecuación propuesta deberá ser comunicada al afectado mediante carta certificada
expedida, a lo menos, con sesenta días de anticipación al vencimiento del período. En tales
circunstancias el afiliado podrá perseverar en el contrato o desahuciarlo.
Cuando el cotizante desahucie el contrato y transcurrido el plazo de antelación que
corresponde, la terminación surtirá plenos efectos a contar del primer día del mes
subsiguiente a la fecha de expiración de dicho plazo.
Los beneficios contemplados para un mes estarán financiados por la cotización devengada
en el mes inmediatamente anterior, cualquiera sea la época en que la institución perciba
efectivamente la cotización.
En el evento que al día del término del contrato por desahucio el cotizante esté en
situación de incapacidad laboral, el contrato se extenderá de pleno derecho hasta el último
día del mes en que finalice la incapacidad y mientras no se declare la invalidez del
cotizante.
Las instituciones podrán en casos calificados solicitar a las comisiones que establece
el artículo 11 del Decreto Ley Nº 3.500, de 1980, o a la Comisión de Medicina Preventiva e
Invalidez de los Servicios de Salud según corresponda, la declaración de invalidez del
cotizante.
No se considerará incumplimiento del contrato por parte del afiliado, el hecho de no
haberse enterado por su empleador o por la entidad pagadora de la
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Esta entidad puede también, mediante resolución fundada, cancelar el registro, en los
siguientes casos:
1) Disminución de su patrimonio bajo el capital mínimo legal;
2) Incumplimiento de la obligación de mantener la garantía en la forma
determinada por la ley;
3) Quiebra de la Institución;
4) Incumplimiento grave y reiterado de las normas legales, en un período de 12 meses,
que incida directamente en el otorgamiento de beneficios,
5) Por pérdida de la personalidad jurídica de la ISAPRE;
6) A solicitud de la propia ISAPRE.
Cancelado el registro, los cotizantes y sus cargas quedan afectos al régimen general.
Las sanciones que aplique la Superintendencia deberán constatar en resolución
fundada, que será notificada por carta certificada por un ministro de fe, que podrá ser
funcionario de la Superintendencia. En este caso, tales ministros de fe serán designados
con anterioridad por el Superintendente.
En contra de las resoluciones o instrucciones que dicte la Superintendencia podrá
deducirse recurso de reposición ante esa misma autoridad, dentro del plazo de cinco días
hábiles contados desde la fecha de la notificación de la resolución o instrucción.
La Superintendencia deberá pronunciarse sobre el recurso, en el plazo de cinco días
hábiles, desde que se interponga.
En contra de la resolución que deniegue la reposición, el afectado podrá reclamar,
dentro de los quince días hábiles siguientes a su notificación, ante la Corte de Apelaciones
que corresponda, la que deberá pronunciarse en cuenta sobre la admisibilidad del reclamo y
si éste ha sido interpuesto dentro del término legal. Admitido el reclamo, la Corte dará
traslado por quince días hábiles a la Superintendencia. Evacuando el traslado la Corte
ordenará traer los autos “en relación”, agregándose la causa en forma extraordinaria a la
tabla del día siguiente, previo sorteo de sala cuando corresponda. Si el tribunal no
decretare
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medidas para mejor resolver, dictará sentencia dentro del plazo de treinta días, y si las
ordenare, en el plazo de diez días de evacuadas ellas.
Para reclamar contra resoluciones que impongan multas, deberá consignarse,
previamente, en la cuenta del tribunal, una cantidad igual al veinte por ciento del monto
de dicha multa, y en los demás casos será equivalente a cinco unidades tributarias
mensuales vigentes a la fecha a de la resolución reclamada, la que será aplicada a
beneficio de la Junta de Servicios Judiciales si se declare inadmisible o se rechaza el
recurso.
La resolución que expida la Corte de Apelaciones será apelable en el plazo de cinco
días, recurso del que conocerá en cuenta una sala de la Corte Suprema, sin esperar la
comparecencia de las partes, salvo que estime conveniente traer los autos “en relación”.
Las resoluciones de la Superintendencia constituirán títulos ejecutivos y les será
aplicable lo dispuesto en el artículo 174 del Código de Procedimiento Civil.
La notificación del recurso no suspenderá los efectos de lo ordenado por la
Superintendencia, sin perjuicio de la facultad del Tribunal de decretar una orden de no
innovar, en todo caso, las resoluciones que apliquen multas, cancelen o denieguen el
registro de una ISAPRE sólo podrán cumplirse una vez ejecutoriada la resolución
respectiva.
G) Exclusiones y Derogaciones
En virtud de diversas disposiciones de la ley, es posible concluir que:
1. El seguro de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales se continúa rigiendo
por la Ley Nº 16.744.
2. Se encuentran excluidos del régimen los imponentes de las Cajas de Previsión de la
Defensa Nacional y de la Dirección de Previsión de Carabineros de Chile, y 3.- El régimen
ha reemplazado para todos los trabajadores de los sectores público y privado, afiliados a
una ISAPRE, las normas sobre medicina preventiva y curativa.
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negará a atenderlo, en cuyo caso el trabajador deberá presentarse ante la Mutual, la que
estará obligada a otorgar las prestaciones, sin perjuicio de su derecho ante la ISAPRE
respectiva si estima que a ésta le correspondía el otorgamiento de la prestación.
C) Base de cálculo y monto del Subsidio (Art. 8º)
Será una cantidad equivalente al promedio de la remuneración mensual neta, del
subsidio o de ambos, que se hayan devengado en los 3 meses calendario más próximos al
mes en que se inicia la licencia. Tratándose de accidentes que no sean del trabajo, si el
trabajador no registra cotizaciones suficientes, se le considerará la remuneración de su
contrato de trabajo.
Tratándose de los subsidios maternales, el Nº 1 del artículo 2º de la Ley Nº
19.299 (D.O. 12/03/94) estableció que el monto diario de los subsidios no podrá exceder
del equivalente a las remuneraciones mensuales netas, subsidios o de ambos devengados
por las “trabajadoras dependientes” en los 3 meses anteriores más próximos al séptimo mes
calendario que procede al del inicio de la licencia, dividido por noventa, aumentado en el
100% del I. P.C. en el período comprendido por los 7 meses anteriores al mes precedente al
del inicio de la licencia e incrementando en un 10%.
Agrega la citada disposición que los 3 meses a que se refiere deberán estar
comprendidos dentro de los 6 meses inmediatamente anteriores al 7º mes calendario que
procede al mes de inicio de la licencia: si dentro de dicho período sólo se registraren uno o
dos meses con remuneraciones y/o subsidios, para determinar el límite del subsidio diario,
se dividirá por 30 ó 60 , respectivamente.
Finalmente expresa el artículo en comentario que, para los efectos del subsidio por
maternidad -artículos 195 y 196 del Código del Trabajo- se considerarán como un solo
subsidio los originados en diferentes licencias médicas otorgadas en forma continuada y sin
interrupción entre ellas.
Las remuneraciones ocasionales o que excedan los períodos de un mes no se
computan, pero el subsidiado no pierde su derecho a ellas (arts. 10 y 11).
Si opera un reajuste legal de remuneraciones dentro del período, la base de cálculo
del subsidio se reajusta en igual forma, el subsidio se devenga por día,
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incrementa el monto del mismo en idéntica suma, a fin de que mantenga su valor real.
F) Concepto de Licencias Médicas
El artículo 1º del Decreto Supremo Nº 3, define la licencia médica como “el derecho
que tiene el trabajador de ausentarse o reducir su jornada de trabajo, durante un
determinado lapso de tiempo, en cumplimiento de una indicación profesional certificada
por un médico-cirujano, cirujano-dentista o matrona, reconocida por su empleador, en su
caso, y autorizada por un Servicio de Salud o Institución de Salud Previsional, según
corresponda, durante cuya vigencia podrá gozar de subsidio especial con cargo a la entidad
de previsión, institución o fondo especial respectivo, o de la remuneración regular de su
trabajo o de ambas en la proporción que corresponda”.
El concepto que nos proporciona el precepto reglamentario, nos permite formular las
siguientes consideraciones:
a) Para el trabajador enfermo constituye un derecho el ausentarse o reducir su jornada de
trabajo con el fin de restablecer su salud. En otras palabras, la circunstancia que un
trabajador haga uso de licencias médicas, aun cuando sea por un periodo prolongado, no
debe ni puede llegar a constituir el fundamento de la terminación de su contrato de trabajo.
b) La licencia médica no constituye una causal de término de contrato, salvo las
excepciones que se contemplan en la Ley. Sobre este punto, me referiré más adelante.
c)La licencia médica tiene un carácter eminentemente transitorio o temporal. El concepto
de licencia médica lleva implícita la idea de recuperabilidad, por lo cual, no existe derecho
a licencia médica en los casos que la patología que afecte al trabajador sea de carácter
irrecuperable.
d)La licencia médica constituye un medio para justificar la inasistencia al trabajo o para
reducir la jornada de trabajo. Sin embargo, es necesario señalar que no es la única forma o
medio para justificar las inasistencias al trabajo, por cuanto, es posible hacerlo por medios.
Este aspecto, también , se analizará más adelante.
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Tendrán derecho a licencia médica, entendida ésta como el derecho que tiene el profesional
de la educación de ausentarse o de reducir su jornada de trabajo durante un determinado
lapso, con el fin de atender al restablecimiento de la salud, en cumplimiento de una
prescripción profesional certificada por un médico cirujano, cirujano dentista o matrona,
según corresponda, autorizada por el competente Servicio de Salud o Institución de Salud
Previsional, en su caso. Durante su vigencia el profesional de la educación continuará
gozando del total de sus remuneraciones.
G) Tipos de Licencias Médicas
Las licencias médicas las podemos clasificar de la siguiente manera:
Licencia por enfermedad común o curativa:
Son aquellas que tienen por objeto recuperar el estado normal de salud del trabajador.
Licencia de prenatal y de postnatal
Entre las normas que el legislador ha dictado para proteger la maternidad, se encuentra el
artículo 195 del Código del Trabajo, el cual contempla un descanso de maternidad de seis
semanas antes del parto (prenatal) y de doce semanas después del parto (postnatal).
Actualmente la legislación permite que el padre pueda hacer uso del descanso de posnatal,
para lo cual deberá hacer uso de la respectiva licencia médica y del subsidio que reemplaza
la remuneración. El padre podrá hacer uso de este beneficio, solamente en alguna de las
siguientes circunstancias:
a.- Cuando la madre muere en el parto
b.- Cuando la madre muere durante el postnatal
En el primer caso hará uso del postnatal en su integridad y en el segundo de lo que reste
del beneficio.
Es importante señalar que la ley establece este beneficio para el padre, sin considerar si es
el cónyuge de la madre. Además, es preciso destacar que el padre podrá hacer uso de este
beneficio en la medida que la madre detente la calidad de trabajadora.
Finalmente, el padre en estos casos, además , goza de fuero laboral.
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referidos. Con todo, gozará de ellos el padre, cuando la madre hubiere fallecido o él tuviere
la tuición del menor por sentencia judicial.
Tendrá también derecho a este permiso y subsidio, la trabajadora o el trabajador que
tenga a su cuidado a un menor de edad inferior a un año, respecto de quien se le haya
otorgado judicialmente la tuición o el cuidado personal como medida de protección. Este
derecho se extenderá al cónyuge, en los mismos términos señalados en el inciso anterior.
Si los beneficios precedentes fueren obtenidos en forma indebida, los trabajadores
involucrados serán solidariamente responsables de la restitución de las prestaciones
pecuniarias percibidas, sin perjuicio de las sanciones penales que por este hecho les pudiere
corresponder”.
Las licencias por enfermedad de hijo menor se autorizarán por períodos de hasta siete días
corridos, prorrogables por iguales lapsos. Cuando las licencias así prorrogadas sobrepasan
de un total de 30 días corridos, el reposo posterior que se concede podrá extenderse por
todo el período que se estime necesario.
Licencia a la mujer trabajadora que tenga a su cuidado un menor de edad
inferior a seis meses, por habérsele otorgado judicialmente la tuición o el
cuidado personal del menor como medida de protección.
El artículo 200 del Código del Trabajo contempla este beneficio al prescribir
que:
“La trabajadora o el trabajador que tenga a su cuidado un menor de edad inferior a seis
meses, por habérsele otorgado judicialmente la tuición o el cuidado personal del menor
como medida de protección, tendrá derecho a permiso y subsidio hasta por doce semanas.
La correspondiente solicitud de permiso deberá acompañarse
necesariamente una declaración jurada suya de tener bajo su cuidado personal al causante
del beneficio y un certificado del tribunal que haya otorgado la tuición o cuidado personal
del menor como medida de protección”.
Licencia que se otorga a la mujer trabajadora que tenga a su cuidado un
menor de edad inferior a seis meses y respecto del cual ha iniciado un juicio
de adopción.
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- El trabajador afecto a reposo parcial que tenga más de un empleador deberá realizar su
jornada parcial de trabajo en la mañana o en la tarde, según se indique en la licencia, en el
empleo o empleos, en que presta sus servicios en el horario señalado.
- Durante el período de este tipo de licencia médica, el trabajador no podrá
presentar una licencia adicional extendida por otro profesional que también otorgue reposo
parcial.
El profesional respectivo que otorga la licencia médica deberá certificar los siguientes
antecedentes:
- el diagnóstico de la afección del trabajador
- establecer el pronóstico
- fijar el período necesario para su recuperación
- el lugar de tratamiento o reposo con su dirección y teléfono
- el tipo de reposo
- si la licencia que otorga constituye o no prórroga de una anterior
- la fecha de concepción y la del nacimiento del hijo; la fecha y hora del accidente, si es
del caso
- el tipo de licencia
Además, el profesional otorgante, junto con firmar el formulario de licencia médica y
certificar lo indicado en el párrafo anterior, deberá dejar constancia de sus datos
profesionales y personales.
El Reglamento de Licencias Médicas impone al profesional otorgante la obligación
de extender tantas licencias por igual período o diagnóstico, como sean necesarias a
aquellos trabajadores que prestan servicios a dos o más empleadores.
b.- Plazos de presentación
El estudio de los plazos de que disponen los involucrados en una licencia médica,
para su presentación ante el ente respectivo, nos obliga a realizar la siguiente distinción:
- Trabajadores dependientes
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Son relevantes estas consideraciones por cuanto la presentación fuera de plazo, del
formulario de licencia médica, por parte del empleador autoriza a los Servicios de Salud y a
las ISAPRE a rechazar la licencia médica, estableciéndose como sanción, que en estos
casos, será de cargo del empleador el pago del subsidio laboral que corresponda al
empleador.
Obligaciones del empleador
El ejercicio, por parte del trabajador de este derecho que nos ocupa, lleva inserto un
procedimiento que establece obligaciones para los que participan en él. Hemos indicado
que el trabajador debe presentar el formulario a su empleador determinado, bajo sanción de
rechazarse la licencia médica si es presentada en forma extemporánea.
Para el empleador, también surgen obligaciones en este procedimiento. A
continuación, se indicarán las obligaciones que inciden en la tramitación de la licencia
médica:
a. El empleador, en el acto de recepcionar el formulario de licencia, procederá a
desprender el recibo para el trabajador, el que fechado y firmado se entregará al trabajador.
Este recibo permitirá al trabajador, por un lado, acreditar la entrega de la licencia dentro del
plazo y, por otro, efectuar el cobro del subsidio a que dé lugar la licencia médica
autorizada.
b. El empleador debe completar el formulario de licencia con los siguientes datos:
- los relativos a su individualización
- afiliación previsional del trabajador
- remuneraciones percibidas y cotizaciones previsionales efectuadas
- indicación de las licencias anteriores de que haya hecho uso en los últimos seis meses
- otros antecedentes que se soliciten
c. Una vez incorporado al formulario los datos indicados en el número anterior y,
agregado los antecedentes solicitados, el empleador debe remitir e ingresar el formulario de
licencia para su autorización a la ISAPRE correspondiente o al establecimiento
determinado por el Servicio de Salud en cuyo ámbito de
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este caso, el cómputo del plazo legal para que la ISAPRE se pronuncie, comienza a correr
desde la fecha de reingreso del documento, estampándose esta fecha en el respectivo
formulario de licencia.
I)Autorización de las Licencias Médicas
a.- Organismos:
- Servicios de Salud
En los Servicios de Salud, la autorización de las licencias médicas corresponde a los
siguientes organismos:
- La Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez (COMPIN)
- La Unidad de Licencias Médicas
A la Unidad de Licencias Médicas se ha encargado la autorización de las licencias que
aisladamente o en conjunto no excedan de 30 días y de las licencias de pre y post natales.
La COMPIN deberá resolver las licencias médicas cuyo reposo excede de 30 días y
aquellas cuya patología que le da origen requiere de mayor estudio o antecedentes.
Además, estas Comisiones conocerán siempre de las licencias complementarias del
descanso de maternidad establecidas en el artículo 196 del Código del Trabajo, que
comprenden la licencia prenatal suplementario, la licencia prenatal prorrogado y la licencia
postnatal prolongado por enfermedad de la madre.
Isapres
En el sistema de salud privado, a la ISAPRE corresponde la tramitación y
autorización de las licencias médicas que se indican a continuación:
- por enfermedad común
- de medicina preventiva
- maternal y complementarias del descanso maternal a que se refieren los artículos 195
y 196 del Código del Trabajo.
- las de la madre por enfermedad grave del hijo menor de un año, que establece el artículo
199 del mismo Código.
Los únicos profesionales que pueden pronunciarse sobre licencias médicas son los
médicos cirujanos autorizados por la ISAPRE. Al respecto, el artículo 33
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del D.S. Nº 3, señala que para la debida calificación y autorización de las licencias médicas,
el control del correcto goce de este beneficio y las otras funciones que la ley y el referido
D.S. asignan a las ISAPRE, éstas deberán contar con el apoyo técnico de médicos cirujanos
y otros profesionales que ellas determinen.
b.- Efectos de la autorización
- Autorizada la licencia por el Servicio de Salud o por la ISAPRE o tenida por autorizada
por el transcurso del plazo establecido en el artículo 24º del Decreto Supremo Nº 3 y que se
indica más adelante, se procederá a los trámites para su pago y demás efectos legales que
correspondan.
- En los casos en que el trabajador no reúna los requisitos para tener derecho a subsidio
por incapacidad laboral, la licencia médica autorizada constituirá justificación suficiente
para su ausencia laboral o la reducción de su jornada de trabajo, cuando corresponda,
durante un determinado tiempo. Al analizar la licencia médica y la terminación del contrato
de trabajo, se hará referencia a la jurisprudencia uniforme de los Tribunales de Justicia, en
el sentido que la licencia médica que no ha sido autorizada, igualmente, puede constituir
una justificación suficiente para ausentarse del trabajo, sin incurrir en ausencias o
inasistencias injustificadas.
c.- Facultades del ente que autoriza
El Reglamento de Licencias Médicas otorga a los Servicios de Salud y a las ISAPRE,
una serie de facultades que tienen por objeto resolver adecuadamente la licencia médica
que le es presentada para su pronunciamiento.
Estas facultades son las que se indican enseguida:
- Medidas para mejorar resolver la licencia médica
La Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez, la Unidad de Licencias Médicas o la
ISAPRE correspondiente, podrán decretar, para una más acertada resolución de la licencia
médica alguna de las siguientes medidas:
- Practicar o solicitar nuevos exámenes o interconsultas
- Disponer que se visite al trabajador en su domicilio o lugar de reposo indicado en el
formulario de licencia, por el funcionario que se designe
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J) Plazos
- Unidad de Licencias Médicas
La Unidad de Licencias Médicas tendrá un plazo de tres días hábiles , contado
desde la fecha de recepción del formulario, para pronunciarse sobre la licencia médica, el
que podrá ampliarse por otro período igual, en caso de que los antecedentes requieran
estudio especial, dejándose constancia de esta circunstancia.
Cuando, a juicio del facultativo que autoriza, sea necesario un nuevo examen del
trabajador o solicitar informes o exámenes complementarios para pronunciarse sobre la
licencia, el plazo se prorrogará por el lapso necesario para el cumplimiento de esas
diligencias, decisión que deberá comunicarse al interesado y al empleador, este plazo no
podrá exceder de 30 días.
- Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez
La Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez, para pronunciarse sobre las
licencias médicas que el Reglamento entrega a su conocimiento, dispone de un plazo de
siete días hábiles. Este plazo podrá ampliarse por otros siete días hábiles en caso de que los
antecedentes requieran estudio especial, dejándose constancia de ese hecho. Cuando, a
juicio de la Comisión, sea necesario un nuevo examen del trabajador o solicitar informes o
exámenes complementarios para pronunciarse sobre la licencia, el plazo se prorrogará por
el lapso necesario para el cumplimiento de esas diligencias el que no podrá exceder de 60
días, decisión que deberá ser comunicada al interesado y al empleador.
- Isapre
Las ISAPRE cuentan con un plazo fatal de tres días corridos para
pronunciarse, contados desde la fecha de presentación y recepción conforme en sus oficinas
de la respectiva licencia.
K) Falta de pronunciamiento. Efectos
Transcurridos los plazos indicados, sin que la entidad competente emita el
pronunciamiento respectivo sobre la licencia, ésta se entenderá autorizada a los trámites
para su pago y demás efectos legales, si correspondiere.
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L) Pronunciamiento
- La Comisión de Medicina preventiva e Invalidez, la Unidad de Licencias Médicas o la
ISAPRE, en su caso, al pronunciarse sobre las licencias médicas podrán:
- Rechazarla
- Aprobarla
- Reducir o ampliar el período de reposo solicitado
- Cambiar el período de reposo de total a parcial y viceversa.
En caso de rechazo de una licencia, o de reducción o ampliación del plazo de
reposo, la resolución o pronunciamiento respectivo se estampará en el mismo formulario de
licencia y se dejará constancia de los fundamentos tenidos en vista para adoptar la medida.
- El pronunciamiento de la Unidad de Licencias Médicas de la Comisión de Medicina e
Invalidez, o de la ISAPRE, se estampará en el formulario de licencia bajo la firma del
profesional designado por la ISAPRE, según corresponda.
- De dicho pronunciamiento deberá enviarse copia timbrada, por correo certificado, a los
domicilios registrados por el trabajador y su empleador, o sólo al registrado por el
trabajador independiente, dentro del plazo de dos días hábiles, contados desde la fecha de
pronunciamiento, sin perjuicio de mantener en archivo la resolución original.
El trabajador y el empleador, indistintamente, podrán solicitar a la ISAPRE copia fidedigna
de los dictámenes respectivos, la que deberá entregarlos.
LL) Reclamación
Al trabajador que le sea rechazada o modificada la licencia médica, le asiste el
derecho a reclamar en contra de ese pronunciamiento.
Esta reclamación puede referirse a dos aspectos:
- La duración de la licencia médica, en cuanto se rechaza, modifica la extensión del
reposo o se altera el tipo de reposo (de total a parcial o viceversa)
- El monto del subsidio
a.- Por duración de la licencia
- Órgano ante el cual se reclama: El trabajador o sus cargas familiares
podrán recurrir ante la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez del Servicio
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El trabajador tendrá un plazo de quince días hábiles, contados desde la fecha del
rechazo de pago del subsidio o de su pago insuficiente, para elevar el reclamo ante la
Comisión.
N) Fiscalización
Servicio de Salud e ISAPRE
El Decreto Supremo Nº 3, de 1984, impone a los Servicios de Salud y las ISAPRE
el deber de fiscalizar el ejercicio legítimo del derecho de licencia médica. Para estos
efectos, tales organismos deberán adoptar las medidas que se indican a continuación:
- Toda vez que se constate una infracción a normas legales y reglamentarias que rijan el
uso, otorgamiento o autorización de licencias médicas, o cualquiera otra infracción a las
normas del presente reglamento, el Servicio de Salud o la ISAPRE deberán dar cuenta al
empleador, para que éste haga efectiva la responsabilidad administrativa que pudiere
encontrarse comprendida o para que adopte las medidas laborales que fueren procedentes,
según se trate de trabajadores del sector público o privado.
- En los casos que corresponda, deberán remitirse los antecedentes a la Contraloría
General de la República, a la Superintendencia de Seguridad Social, a la Dirección del
Trabajo o a otros organismos de control competente, para que adopten las medidas que las
irregularidades observadas justifiquen.
- El Servicio de Salud y la ISAPRE deberán, asimismo, efectuar la correspondiente
denuncia de los hechos a la Justicia Ordinaria, en los casos en que proceda.
- Los Servicios de Salud y las ISAPRE deberán investigar las denuncias que se les
presenten acerca del otorgamiento o uso indebido de licencias médicas, sin perjuicio de las
inspecciones que de oficio ordenar con la misma finalidad.
M) Obligación del profesional que otorga la licencia
El profesional que otorga la licencia médica está sujeto a las siguientes
obligaciones:
- Mantener un registro de los pacientes a los cuales ha otorgado licencias médicas, con
los antecedentes que le dieron origen.
- El profesional deberá verificar la identidad del paciente al extender la licencia.
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- El alcalde podrá considerar como salud incompatible con el desempeño del cargo, haber
hecho uso de licencia médica en el lapso continuo o discontinuo superior a seis meses en
los dos últimos años, sin mediar declaración de salud irrecuperable.
No se considerarán para el cómputo de los seis meses en los casos a que se refiere el
artículo 114 de este Estatuto y el TÍTULO II, del libro II, del Código del Trabajo.
(Artículo 148)
- Si se hubiere declarado irrecuperable la salud de un funcionario éste deberá retirarse de la
municipalidad dentro del plazo de seis meses, contado desde la fecha en que se le notifique
la resolución por la cual se declare su irrecuperabilidad. Si transcurrido este plazo el
empleado no se retirare, procederá la declaración de vacancia del cargo.
A contar de la fecha de la notificación y durante el referido plazo de seis meses el
funcionario no estará obligado a trabajar y gozará de todas las remuneraciones
correspondientes a su empleo, las que serán de cargo de la municipalidad.
El empleado que en virtud de lo establecido en el inciso precedente prolongare su
desempeño, tendrá todas las obligaciones, responsabilidades, derechos y deberes inherentes
al cargo. (Artículo 149)
Ley Nº 18.834
- El funcionario cesará en el cargo por las siguientes causales; c) Declaración de vacancia;
e) Supresión del empleo. (Artículo 140)
- La declaración de vacancia procederá por las siguientes causales: a) Salud irrecuperable
o incompatible con el desempeño del cargo. (Artículo 144)
- El Jefe superior del servicio podrá considerar como salud incompatible con el desempeño
del cargo, haber hecho uso de licencia médica en un lapso continuo o discontinuo superior
a seis meses en los últimos dos años, sin meditar declaración de salud irrecuperable.
No se considerará para el cómputo de los seis meses señalado en el inciso anterior, las
licencias otorgadas en los casos a que se refiere el artículo 110 de este Estatuto y el
TÍTULO II, del libro II, del Código del Trabajo. (Artículo 145)
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empleador debe entregar el trabajador personalmente (lo que será difícil por encontrase el
dependiente con licencia) o remitir por correo certificado, la carta que comunique la
terminación del contrato.
c.- Contratos por obra o faena o por servicio determinado
La situación es parecida a la anterior. Al concluir la obra o faena o servicio que ha
dado origen al contrato de trabajo, el dependiente se encuentra con licencia médica.
Al igual que en los contratos a plazo fijo, en este tipo de contratos, la licencia médica
no constituirá un obstáculo para la terminación del contrato de trabajo, dándose por
reproducido lo expuesto en los párrafos precedentes.
En estos casos la terminación del contrato tendrá lugar por la causal del Nº 5, del
artículo 159 del Código del Trabajo, esto es, conclusión del trabajo o servicio que ha dado
origen al contrato de trabajo.
En estos casos también debe enviarse o entregarse la carta que comunica la
terminación del contrato de trabajo.
d.- Necesidades de la empresa y desahucio
En el caso de estas causales contenidas en el artículo 161 del Código del Trabajo,
el mismo precepto legal prohibe la terminación del contrato de trabajo si el trabajador se
encuentra con licencia médica.
Esta es la única causal, respecto de la cual se ha establecido una prohibición,
en relación a los trabajadores con licencia médica. Al efecto el inciso final del artículo 161
dispone que estas causales no podrán ser invocadas con respecto a trabajadores que gocen
de licencia por enfermedad común, accidente del trabajo o enfermedad profesional,
otorgada en conformidad a las normas legales vigentes que regulan la materia.-
2.4.- PROCEDIMIENTO DE RECLAMO ANTE LA SUPERINTENDENCIA DE ISAPRES
Atendido el alto nivel de reclamos que presenta el sistema privado de salud la
Superintendencia de ISAPRES, en uso de su facultad normativa y fiscalizadora, mediante
circular Nº 007, procedió a reglamentar el procedimiento de arbitraje , el que por ser de
frecuente aplicación se transcribe íntegramente a continuación:
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5.Todos los antecedentes que forman el expediente del reclamo serán numerados
correlativamente, con cifras, en el ángulo superior derecho de cada hoja.
6.Formulado el reclamo en los términos expuestos, se dictará una resolución ordenando
ponerlo en conocimiento de la otra parte, a la que se le fijará un plazo de cinco días para
contestar, bajo apercibimiento de proseguir el procedimiento sin su respuesta. Asimismo,
en dicha resolución se ordenará que se adjunten los documentos que la fundamentan y que
se acompañe copia de la contestación y de los documentos.
En aquellos casos que se requiera un mayor plazo para contestar, deberá solicitarse por
escrito la prórroga del mismo, la que, en ningún caso podrá exceder de tres días. La
solicitud deberá estar suficientemente justificada y presentarse antes del vencimiento del
plazo original para evacuar el trámite de contestación del reclamo. Respecto de ella se
pronunciará el Superintendente en el mismo acto.
7.La resolución anterior, conjuntamente con una copia del reclamo, serán notificados al
reclamado por carta certificada despachada a su domicilio. Asimismo, todo antecedente
adicional que aporte al expediente cualquiera de las partes, será puesto en conocimiento de
la contraria para que dentro de tres días, contado desde su notificación haga las
observaciones que estime pertinentes.
8. Habrá una Comisión Consultiva de Resolución de Controversias y reclamos que
funcionará como organismo asesor y estará integrada por los siguientes funcionarios:
a) Jefe del Departamento de Control de Instituciones, quien la presidirá;
b) Jefe del Subdepartamento de Resolución de Controversias, quien la presidirá, en
ausencia del anterior.;
c) Jefe del Subdepartamento de Auditoría Médica;
d) Jefe del Subdepartamento de Planificación;
e) Abogado designado por la Fiscalía.
9.Transcurrido el plazo concedido al reclamado (cinco días u ocho días, en caso de
prórroga), el funcionario presentará el caso a la Comisión con la contestación al reclamo o
sin ella, si no se hubiere recibido. Asimismo, el actuario remitirá por
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13. En cualquier estado del procedimiento, el Superintendente podrá citar a las partes a una
audiencia, sea para que aporten mayores antecedentes acerca de las materias debatidas, o
bien para procurar lograr una conciliación entre ellas.
Las opiniones que emita el Superintendente en la gestión de conciliación, no lo inhabilitará
para pronunciarse sobre las materias sometidas a su resolución.
La facultad contenida en este número, lo podrá ejercer el Superintendente, de oficio o
petición de parte.
14. Todas las notificaciones que deban efectuarse en el procedimiento que fija esta
instrucción, se harán por carta certificada y se entenderán practicadas una vez transcurridos
3 días hábiles contados desde la recepción de la carta por la oficina de Correos
correspondiente.
15. Los plazos fijados en la presente Circular y los que se señalan dentro del procedimiento,
serán de días hábiles considerándose inhábil el día sábado.
16. De toda actuación se dejará constancia en el expediente, considerándose tales, paso a la
Comisión, designación de perito, petición de informe, etc.
17. Fotocopia de la sentencia arbitral será remitida a la Fiscalía, para la formación y
ordenamiento de la jurisprudencia de la Institución. El expediente original permanecerá en
el Departamento de Control, el que deberá fiscalizar el cumplimiento de la resolución
dictada. Una vez cumplida la resolución, se archivará el expediente.
18. Los expedientes serán archivados, durante el plazo de un año, en un recinto
especialmente destinado al efecto, de acuerdo a un ordenamiento correlativo. Se llevará un
registro especial de archivo de expedientes y en él se consignará el número de hojas que
contiene.
19. Durante la tramitación del juicio arbitral, el expediente estará a disposición de las
partes. Si éstas lo solicitan, el Superintendente podrá otorgar fotocopias autorizadas de
alguna pieza del expediente.
20. De conformidad al artículo 2º inciso 11 de la Ley Nº 18.120, los interesados podrán
comparecer personalmente en los juicios cuyo procedimiento establece esta Circular, sin
necesidad de patrocinio de abogado.
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Esto se produce por cuanto las ISAPRES son instituciones que persiguen
básicamente fines de lucro, siendo este su fin principal, pasando por ende, a segundo plano,
lo que debiera ser la dedicación preferente de estas instituciones, esto es otorgar adecuada
cobertura a los estados de necesidad de sus afiliados y sus respectivos grupos familiares.
Por otra parte, resulta un hecho irrefutable, producto de una realidad de carácter
biológica, que los gastos en salud de una persona aumentan proporcionalmente en relación
con su edad, es decir, a mayor edad mayor gasto en salud. Así, nos encontramos con que un
trabajador joven prácticamente no ocupa prestaciones de salud durante una gran cantidad
de años,( en los cuales paga su cotización pero no acumula fondos), y con el actual sistema
se encuentra que al llegar a la vejez es segregado por él, no teniendo recursos para financiar
sus gastos médicos en la época en que precisamente mas lo necesita.
Ello se traduce en que las ISAPRES, que financian las prestaciones a través del
cobro de determinados valores a distintos planes de salud y mediante los copagos, que dice
relación con el porcentaje de cobertura que se entrega a una determinada prestación, buscan
privilegiar la permanencia en sus instituciones de personas jóvenes, presionando a sus
afiliados, a través del mecanismo de alza de aranceles y planes para que aquellas personas
ancianas, de la tercera edad y también a mujeres en edad fértil, sean excluidas del sistema
pues les resulta muy oneroso su permanencia, y así, de esa manera, consiguen que las
cotizaciones de sus afiliados le generen a sus accionistas la mayor cantidad de utilidades
posibles. Todo ello sin entra a analizar, además, el escandaloso comportamiento de las
Isapres en relación con la fiscalización y recorte que efectúan a las licencias medicas.
Es decir, el hecho de que a partir de las cotizaciones se busque obtener fines de lucro
con ellas, implica que el sistema tiene un componente perverso que contradice abiertamente
los principios que informan a la seguridad social, en especial el de la solidaridad y el de
integridad o suficiencia, y además atenta en contra de lo que debiera ser uno de los
objetivos mas importantes de la Seguridad Social, esto es, la redistribución de los ingresos.
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como objeto exclusivo administrar los fondos comunes solidarios y otorgar las prestaciones
y beneficios contemplados en este proyecto, estableciéndose en el reglamento respectivo su
funcionamiento, características, obligaciones, cobro de comisiones etc., en términos muy
similares a las contempladas en el párrafo 6º de la ley Nº 19.728 sobre el seguro de
desempleo.
Todas las instituciones antes señaladas, deberán estar bajo la supervisión y
fiscalización de la Superintendencias de AFP e ISAPRES.
F) Afiliación al sistema
Se contempla una afiliación de carácter voluntaria y otra de carácter obligatoria.
a) voluntaria: Para todos aquellos trabajadores que al momento de vigencia de la ley
hayan estado, alguna vez, afiliados a Fonasa o una Isapre.
b) Obligatoria: Para todos aquellos trabajadores que por primera vez ingresan a la vida
laboral.
La afiliación al sistema tendrá el carácter de única y permanente, subsistiendo
durante toda la vida del afiliado, no pudiendo en caso alguno desafiliarse del sistema,
teniendo la posibilidad, dentro del sistema, de cambiarse de AFS, en los términos que
establezca el reglamento.
G) Disponibilidad de saldos por fallecimiento del afiliado
Si un afiliado fallece y quedan fondos en su CIS, dichos fondos serán repartidos
proporcionalmente a cada heredero, depositándose su importe en la respectiva CIS de cada
heredero.
En caso de que alguno de los herederos no fuere afiliado del sistema, se le creara una
cuenta especial, pudiendo este afiliarse al sistema, o en caso contrario hacer uso de los
fondos en los términos que el reglamento establezca, o en los términos establecidos en los
números 1, 2, 3, del articulo 32 bis de la ley Nº 18.933.-
H) Ventajas que ofrece este sistema
Por el hecho de pertenecer una parte importante de los fondos de salud a sus
propios afiliados se permite un racional y eficiente uso de las atenciones
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medicas, toda vez que se desincentiva la prestación de las cuentas a terceros no afiliados o
no beneficiarios.
Permite que el afiliado vaya construyendo un fondo, de su propiedad, que le permita
durante el periodo de su mayor edad,( época en la cual se requieren mayores gastos en
salud) contar con dineros suficientes para financiar íntegramente los gastos médicos de
dicha época.
A través de las creación de los fondos solidarios se eliminan las discriminaciones
arbitrarias a la mujer fértil y las personas de la tercera edad, así como también se le otorga
un componente fuertemente solidario al sistema, y un carácter redistributivo.
El sistema ofrece además, como ventaja adicional, el hecho de que se le otorga a los
afiliados mayor dignidad en la calidad de las prestaciones de salud, ello por cuanto al
contar con fondos propios para financiar sus gastos de salud, le permite elegir las
instituciones y facultativos que mejor servicios le otorguen en términos de calidad y costos
de ellos, como una aplicación del principio de la libertad.
I) Observaciones finales
En el presente proyecto se reseñan, en términos generales, los principales aspectos y
características del sistema que se propone crear, así como sus principios básicos, debiendo
ser materia de discusión publica su aplicación practica, como también el monto de las
cotizaciones, toda vez que los porcentajes antes señalados pueden ser materia de cambios.
Junto con ello deben establecerse parámetros mínimos en cuanto a prestaciones medicas
que el sistema debe entregar como también, en los primeros meses de incorporación al
sistema, formas de financiamiento adicional a los afiliados a través de los fondos solidarios.
También resulta necesario que se discutan métodos de pagos de comisiones a los
entes administradores, buscando incorporar al sistema mecanismos que permitan premiar o
castigar las buenas o malas administraciones.
También es dable explorar formas de participación de los afiliados tanto en las AFS
como en los fondos solidarios mediante la creación de comités de
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complete la licencia médica reclamada, teniendo como fecha de recepción aquella en que el
recurrente la presentó ante ese Servicio, esto es: el 21 de julio de 1998. Hecho lo anterior
la licencia en cuestión deberá ser remitida, para su autorización, a la COMPIN del Servicio
de Salud Metropolitano Central. Finalmente hago presente que lo instruido en los párrafos
precedentes, se debe a que frente a la imposibilidad o negativa del empleador para
recepcionar una licencia médica, el trabajador puede presentarla directamente ante la
entidad encargada de pagar sus subsidios”. (Ordinario Nº 18.487, de 17.09.1998,
Superintendencia Seguridad Social).
e.- “Para la procedencia del descanso postnatal solo es necesario que se
produzca un parto, sin que exija que la criatura nazca viva o que se
mantenga viva durante el transcurso de dicho descanso”.
Por ello, existiendo parto, aun cuando esta sea prematuro, procede que se otorgue
descanso postnatal a la trabajadora. En cambio, si se trata de un aborto o interrupción del
embarazo no hay derecho a ese beneficio, sin perjuicio de que a la trabajadora se le otorgue
una licencia médica común por el tiempo que necesite para su recuperación.” (Ordinario Nº
16.466, de 12.05.2000. Superintendencia de Seguridad Social).
f.- “Esta Superintendencia cumple con manifestar que acoge el reclamo
interpuesto y, por tanto, procede la autorización de las licencias médicas
singularizadas en este ordinario, por ajustarse a la reglamentación vigente”.
En efecto , consta de los antecedentes acompañados que el médico tratante
emitió las licencias médicas por períodos de 7 días cada una, para cumplir con la
exigencia reglamentaria del artículo 17 del D.S. Nº 3, de 1984, del Ministerio de Salud y
que las extendió con gran antelación por cuanto iniciaría sus vacaciones pronto, lo que le
impediría emitirlas semanalmente. Asimismo, consta que las fechas de emisión que el
médico consignó en los formularios no corresponden a la verdadera, por cuanto los mismos
fueron presentados al empleador en una fecha anterior, haciendo manifiesta su naturaleza
apócrifa. Lo anterior, constituye un error del médico tratante y, por tanto, ajeno a la
voluntad de la trabajadora, lo que se hizo evidente con su conducta al presentar
ambas
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licencias médicas el mismo día y en una fecha anterior a la indicada como emisión,
permitiendo constatar el error en la fecha y haciendo patente su buena fe. Por otra parte,
desde el punto de vista médico se ha comprobado que las licencias se encontraban
justificadas, por lo que su rechazo resulta inadmisible. Por tanto, se acoge el reclamo
interpuesto por la trabajadora, debiendo esa COMPIN, por ende, modificar su resolución en
el sentido de autorizar las licencias médicas singularizadas anteriormente en este
ordinario”. (ordinario Nº 18.350, de 15.09.1998, Superintendencia Seguridad social).
g.- “En la especie, de acuerdo a los antecedentes que obran en poder de
este Organismo Contralor, aparece que la licencia médica Nº 1368362,
otorgada por un lapso de 60 días, fue presentada por el trabajador dentro del
plazo establecido por el artículo 11 del D.S. Nº 3 de 1984, del Ministerio de
Salud”.
Del mismo modo queda claro que lo que en la especie acaeció fue que el médico
tratante cometió un error al otorgar en una sola licencia el reposo total y no fraccionario
conforme a lo establecido por el artículo 18 del D.S. Nº 3, ya referido. Ello considerado
que se trataba de una licencia otorgada por enfermedad grave de un hijo menor de un año.
En consecuencia, teniendo presente que las licencias referidas en este Oficio fueron
extendidas por el respectivo médico tratante en reemplazo de la 1368362, corrigiendo de
ese modo el error en que incurrió al momento de otorgar el reposo, procede que esa
COMPIN autorice tales documentos puesto que su tardía emisión se debió a un acto de
responsabilidad de un tercero (el médico tratante), no correspondiendo que los efectos de
dicho acto puedan afectar a la recurrente”. (Ordinario Nº 8491, de 07.05.1998,
Superintendencia Seguridad Social).
h.- “No pueden existir dos licencias médicas por un mismo período y para
un mismo empleador”.
En consecuencia, si ya se encuentra autorizada una licencia médica y se presenta otra
posterior que otorga reposo por el mismo período, corresponderá, en general, autorizar la
segunda sólo a continuación de la primera, es decir, por el período de reposo que no se
superpone. En cuanto a la posibilidad que se
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acuerdo a las facultades que le confiere el artículo 21 del D.S. Nº 3 de 1984, del Ministerio
de Salud.
Por ende, esa Comisión deberá revisar la situación de la recurrente, para establecer si es
efectivo que vive sola. En caso de acreditarse la efectividad de dicha alegación, esa
Comisión deberá modificar su resolución anterior, ordenando a la ISAPRE Vida Tres S.A.
la autorización de la licencia médica Nº 393582”. (Ordinario Nº 5.944, de 01.04.1998,
Superintendencia de Seguridad Social)
m.- “Al respecto, se solicitó informe al Depto. Médico de esta
Superintendencia, el que previo estudio de los antecedentes, examinó a la
Sra. ... el 9 de julio de 1996, concluyendo que la licencia médica se
encontraba justificada y dada la naturaleza de su lesión -se quemó el pie
derecho con agua hirviendo- estaba impedida de gestionar la licencia al
inicio del reposo”.
Sobre el particular, esta Superintendencia declara que esa Comisión deberá autorizar
la licencia médica singularizada en el Nº 1 del presente Oficio, en conformidad al artículo
54 del D.S. Nº 3 citado en fuentes, por cuanto la trabajadora Sra se vio afectada por una
fuerza mayor -no podía desplazarse y
se encontraba sola- que le impidió cumplir con los plazos que dispone el aludido decreto
supremo y porque fue recibida por el empleador dentro del período de vigencia de la
misma”. (Ordinario Nº 12.408, de 01.10.1996, Superintendencia de Seguridad Social):
ñ.- “Sobre el particular, esta Superintendencia declara que acoge el
reclamo interpuesto toda vez que estima que el hecho de encontrarse
cerrada la oficina administrativa de la entidad empleadora encargada de
tramitar la licencia médica configuraba una situación de fuerza mayor que
impide a los trabajadores que hacen uso de la misma durante el período de
receso, tramitar oportunamente dicho documento”.
Frente a tal circunstancia, este Servicio estima procedente la aplicación del artículo
54 del D.S. Nº 3, de 1984 del Ministerio de Salud precepto que previó la ocurrencia del
caso o fuerza mayor que no excede el período de reposo prescrito en la respectiva licencia
médica, y que debe ser entendido en armonía con el
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artículo 45 del Código Civil, que permite ponderar el caso fortuito o fuerza mayor
cualquiera que sea su extensión, la que perfectamente puede prolongarse más allá del
período de duración de la correspondiente licencia médica como ocurre en la especie.
Por lo tanto, esta Superintendencia declara que, conforme a lo expuesto, esa COMPIN
deberá modificar lo resuelto en la especie, a fin de autorizar la licencia médica
singularizada en este ordinario, de lo que dará cuenta a la interesada y a esta
Superintendencia . (Ordinario Nº 13.262, de 18.08.1997, Superintendencia de Seguridad
Social).
B) De Tribunales
a.- “La demandada al despedir a la trabajadora, a virtud de la causa de
fuerza mayor, y, estando esta con permiso médico, por la causal invocada,
se concluye que el causante de la fuerza mayor ha sido precisamente la
empleadora”.
Por lo tanto es de su responsabilidad, pagar las indemnizaciones que se cobran por
esta vía, desde que la empleadora debió tomar las medidas del caso, a fin que una vez
terminado los años de servicio, estuviera en condiciones de devolver a la demandante,
a su casa, en las mismas condiciones en que la contrató; en cuanto a su salud.
Que el artículo 161 inciso final del Código del Trabajo, prohibe despedir a un
trabajador enfermo, en los casos de “necesidades de la Empresa”, menos ha podido
invocarse, la causal de fuerza mayor cuya culpabilidad ha sido de la Sociedad
demandada, para despedir a la trabajadora”. (Corte Apelaciones Santiago, 16.11.1999, Rol
Nº 3510, Corte Suprema rechazó Recurso Casación Fondo, 13.04.2000).
b.- “Nuestra legislación no considera a las licencias médicas como justa
causa de despido”.
Por lo que ellas no pueden ser asimiladas a las causales objetivas de terminación del
contrato de trabajo, consisten en el caso fortuito o fuerza mayor, toda vez que la licencia
médica es el derecho que tiene todo trabajador dependiente para ausentarse o reducir su
jornada de trabajo, durante un
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Código del Trabajo autoriza el despido pese a que el trabajador se encuentre haciendo uso
de ella, salvo las excepciones que la propia ley contempla.
Que tampoco consta del acta de la Inspección del Trabajo ya señalada que en el
comparendo citado ante ese organismo se le haya indicado a la misma que podía
reincorporarse al trabajo, razón por la cual la segunda carta aviso de despido, por haber
incurrido el trabajador en la causal de despido del artículo 160 Nº 3 del Código del Trabajo,
carece de motivo en la medida que la relación laboral de la actora con la demandada
concluyó el día 4 de marzo cuando se le remitió la carta aviso de despido de fojas 9, y en
consecuencia aquella no estaba en la obligación de haber presentado licencia médica a
partir de esa fecha, pues el término de la relación laboral se produjo por el despido de que
fue objeto el 4 de marzo de 1998”. (Corte Suprema, 17.05.2000, Rol Nº 3043, Recurso
Casación Fondo)
j.- “A juicio de esta Corte, y desde que lo que el Código del Trabajo califica
como causal de despido en su artículo 160 Nº 3 es la no concurrencia del
trabajador a sus labores “sin causa justificada”, el hecho que según le ley
motiva la no concurrencia del trabajador no puede confundirse con el
antecedente con que se haya probado o se pretenda probar el hecho o
impedimento de la justificación misma”.
En efecto, si bien la licencia médica ha de satisfacer necesariamente aquellas
formalidades que la ley ha establecido para resguardar la regularidad de su legítimo
otorgamiento -entre ellas las que se refieren a la oportunidad de su presentación al
empleador para su ulterior también oportuna tramitación entre los referidos servicios de
salud- , el hecho o causa que impide la concurrencia del trabajador a sus labores es la
enfermedad misma de que ella da cuenta, licencia o certificación médica que por razones
obvias y en la mayoría de los casos no será posible a la afectada exhibir o presentar con
antelación al inicio de su enfermedad o dolencia, razón bastante para tener por acreditado
entonces en estos autos que la ausencia de la trabajadora los días 09 y 10 de septiembre de
1996 tuvo plena y auténtica justificación, máxime si esta entregó la licencia médica a la
empresa el primer día hábil siguiente al día de su expedición”. (Corte Apelaciones
Santiago,
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10. 09.2000. Rol Nº 1588, Corte Suprema rechazó Recurso Casación fondo,
15.05.2000.
k.- “El actor fue despedido cuando gozaba de licencia médica,
independiente del hecho que la Isapre la rechazara o la Superintendencia de
Seguridad Social declarara injustificado dicho reposo, puesto que es la
opinión de un especialista, médico siquiatra, que era quien lo atendía de su
dolencia”.
Debe tenerse presente que las licencias médicas tienen mérito probatorio para
acreditar la enfermedad que impidió la concurrencia del trabajador a sus labores y que
constituye la causa justificada de su ausencia, no obstante lo ya latamente consignado
respeto al rechazo que la Isapre hizo de las últimas licencias del actor y lo concluido por la
Superintendencia de Seguridad Social, ya que esta formalidad y/o reglamentación de
autorización de licencias médicas, guarda únicamente relación con la obtención de los
beneficios previsionales y no con la justificación de la falta al trabajo. En consecuencia, el
despido del actor fue injustificado, indebido e improcedente”. (Corte Apelaciones
Valparaíso, 04.08.1997, Rol Nº 200/97, Corte Suprema rechazó Recurso Casación Fondo,
20.01.1999.
l.- Recurso de protección acogido (Nº 24 art. 19 de la C. Pol.). Desahucio
unilateral de contrato de salud.
Doctrina
La recurrida al desahuciar unilateralmente contrato de salud, actuó arbitraria e
ilegalmente, afectando la garantía del Nº 24 del art. 19 de la C. Pol. Y el derecho
constitucional del recurrente a ser protegido en su salud en el marco del sistema elegido (Nº
9 art. 19 de la C. Pol.).
I.- LA CORTE DE APELACIONES, Santiago, 27 de enero de 2000.
Vistos:
A fs. 11 se presenta don Lautaro Campusano Hidalgo, abogado, domiciliado en esta ciudad,
calle Dr. Sótero del Río Nº 326, oficina 1209, y deduce recurso de protección en contra de
la Isapre Cruz Blanca S.A., instituto de salud provisional, representada por su Gerente
General don Álvaro Jiménez Urrutia, ambos
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domiciliados en calle Coyancura Nº 2283, quinto piso, de Providencia por el acto arbitrario
e ilegal consistente en poner término anticipado e inmediato al contrato de salud
previsional celebrado con él en 1996.
Sostiene, en síntesis, que el referido contrato se suscribió el 7 de noviembre de 1996 y
fue modificado de común acuerdo el 23 de noviembre de 1998, reduciéndose la
cotización, con motivo de una fuerte contracción en sus ingresos. Expresa que el 6 de
julio último fue intervenido quirúrgicamente en el Hospital Clínico de la Universidad
Católica para realizar un cambio de la válvula aórtica y de la parte inicial de la misma
arteria aorta, debido a un proceso degenerativo de los tejidos que fue descubierto y
comprobado entre marzo y junio recién pasado. Que al egresar del hospital tramitó y
obtuvo el reembolso parcial de los gastos conforme al plan vigente que le permitió pagar
su estadía en el centro asistencial, faltando aún los gastos médicos, pactados conforme a
un sistema denominado G.M.M., recibiendo en el intertanto, mediante carta fechada el 27
de septiembre de 1999, una propuesta de adecuación del contrato, en que se alza en un
67% la cotización y de lo que ha reclamado a la Superintendencia de Isapres. Asimismo,
dice que con fecha 25 de octubre de 1999 fue notificado del término anticipado del
contrato por el que reclama, lo que se funda en la circunstancia de haber omitido, al
momento de contratar, la declaración de la patología “hipertensión arterial en
tratamiento hace 10 años”. Agrega que el agente de la Isapre que contrató con él ni
siquiera preguntó por su estado de salud, que a esa época no se le había
diagnosticado la hipertensión arterial como una patología real, pues sólo se le
recomendaba su cuidado a través de exámenes médicos -lo que siempre hizo y requirió
por ello reembolsos a la propia Isapre que, así, desde mucho antes debió saberlo- y que,
además, la recontratación aceptada y la concesión variada de prestaciones importan
un conocimiento previo de esa condición y constituyen actos de ratificación que hoy
no pueden revocarse. Estima que el ya referido acto es arbitrario e ilegal y atenta en
contra de sus derechos constitucionales garantizados en el artículo 19 Nºs. 9, 18 y 24 de
la Carta Fundamental y pide que, acogiéndose el recurso, se deje sin efecto aquella
terminación anticipada, declarándose la obligación de aplicarlo en las mismas condiciones
que poseía.
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A fs. 147 rola informe de la Isapre recurrida y en él se pide, en primer lugar, que se declare
la inadmisibilidad del recurso por tratarse de una materia que requiere de un juicio de lato
conocimiento; y, seguidamente, que éste se declare improcedente, en el fondo, por no
existir de su parte acto u omisión que pueda estimarse arbitraria o ilegal, desde que sólo ha
dado aplicación a la disposición legal y cláusula contractual pertinente que la facultan
expresamente para así actuar ante el incumplimiento del cotizante de declarar
oportunamente una enfermedad preexistente, como lo es la patología de hipertensión antes
señalada. Pide rechazar el recurso en todas sus partes, con costas.
Se trajeron los autos en relación.
Considerando:
1º.- Que, como se dijo en lo expositivo de esta sentencia, el acto ilegal y arbitrario que se
atribuye a la recurrida consiste en haber puesto término anticipado, y en forma unilateral, al
contrato de salud que la ligaba al recurrente, aduciendo para ello que este último habría
omitido en su oportunidad declarar una patología preexistente, esto es, la “hipertensión
arterial en tratamiento hace 10 años” de que es portador, lo cual, según se pactó y se le
comunicó a través de la carta de 19 de octubre último, constituiría causal suficiente
conforme a lo dispuesto en la cláusula contractual pertinente;
2º.- Que, al contestar, la recurrida ha solicitado, en primer término, se declare que el
recurso deducido es inadmisible porque se plantea un problema de interpretación
contractual que debe ser decidido en la vía procesal y jurisdiccional que corresponde, sea a
través de los tribunales ordinarios de justicia o a través de la vía arbitral;
3º.- Que el recurso de protección consagrado por el artículo 20 de la Constitución Política
del Estado tiene por objeto asegurar la debida protección del ofendido, restableciendo el
imperio del derecho cuando se hayan violado las garantías constitucionales que menciona
dicha norma, de modo que el recurrente al sentirse privado junto a su grupo familiar del
derecho de propiedad sobre los bienes incorporales que emana de su contrato de salud, por
haberle puesto término la recurrida, ha estado facultado por interponer esta acción
tutelar, sin perjuicio,
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como lo establece el propio artículo 20 ya citado, del derecho que pudiere, hacer valer
mediante otros recursos ante autoridades o tribunales competentes;
4º.- Que, en cuanto al fondo del recurso, de las afirmaciones y antecedentes acompañados
por las partes, resultan hechos no discutidos del mismo, en cuanto a su resolución interesa,
los siguientes:
a) Que con fecha 7 de noviembre de 1996 las partes suscribieron el contrato de salud
provisional que los liga, el que modificaron de común acuerdo el 23 de noviembre de 1998,
reduciéndose el monto de la cotización.
b) Que vigente el contrato, con fecha 6 de julio de 1999, el cotizante fue intervenido
quirúrgicamente en el Hospital Clínico de la Universidad Católica, realizándosele un
“reemplazo de aorta ascendente y válvula aórtica prótesis compuestas Saint Jude Nº 29.
Reimplante de ambos ostium coronarios con técnica de botón”.
c) Que en el respectivo protocolo operatorio, acompañado durante la vista del recurso ad
efectum videndi, se deja constancia que el paciente es una persona “de 58 años, con
antecedentes de hipertensión arterial con poca sintomología que ha sido seguido por su
cardiólogo Dr. Marco Arriagada,...”.
d) Que la carta-notificación de término inmediato del contrato de salud previsional le
precedieron: una carta en que la Isapre propone al cotizante una adecuación del contrato,
que se haría efectivo a contar desde noviembre de 1999; y el cobro y devolución de parte
de las prestaciones de salud derivadas de la intervención quirúrgicas y otros reembolsos no
determinados, en el tiempo y cantidad, provenientes de atenciones y exámenes
cardiológicos.
e) Que el contrato de salud antes referido, en el Título X de sus condiciones generales,
establece como causales de terminación por incumplimiento del cotizante, las de: “a 5)
información proporcionada por el cotizante al suscribir el contrato o cualquiera de sus
posteriores modificaciones, que sea incompleta o falsa”; y “a 6) Declaración de salud de los
beneficiarios que sea incompleta o falsa”;
5º.- Que el artículo 33 de la ley Nº 18.933, al referirse al contrato que los afiliados al
sistema deben suscribir con la institución de salud previsional que ellos elijan,
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consigna en su letra f), sobre restricciones a la cobertura, que: “Ellas sólo podrán estar
referidas a enfermedades preexistentes declaradas, por un plazo máximo de dieciocho
meses, contado desde la suscripción del contrato y tendrán la limitación establecida en el
inciso primero del artículo 33 bis... “. Por su parte, el artículo 33 bis, define lo que debe
entenderse por enfermedades preexistentes, señalando que:”... se entenderán que son
preexistentes aquellas enfermedades o patologías que hayan sido conocidas por el afiliado
y diagnosticadas médicamente con anterioridad a la suscripción del contrato o a la
incorporación del beneficiario, en su caso...”.
A su vez, en el inciso quinto de la citada norma, se estatuye que: “... transcurrido un plazo
de cinco años contado desde la suscripción del contrato o desde la incorporación del
beneficiario, en su caso, la institución deberá concurrir al pago de prestaciones por
enfermedades preexistentes no declaradas, en los mismos términos estipulados en el
contrato para prestaciones originadas por enfermedades no preexistentes cubiertas por el
plan, a menos que respecto de las primeras, la institución probare que la patología
preexistente requirió atención médica durante los antedichos cinco años y el afiliado a
sabiendas la ocultó a fin de favorecerse de esta disposición legal...”;
6º.- Que de lo expuesto se infiere que si el incumplimiento contractual se refiere al
ocultamiento a sabiendas de alguna enfermedad preexistente médicamente diagnosticada, a
la fecha de la suscripción del contrato, la ley contempla un mecanismo especial de
sanción para el beneficiario del sistema de salud, a saber, una restricción a la cobertura;
7º.- Que, por consiguiente, si bien el artículo 38 del citado cuerpo legal dispone que los
contratos de salud podrían dejarse sin efecto durante su vigencia, por incumplimiento de las
obligaciones contractuales, del contexto de las normas citadas se infiere que tal decisión no
puede adoptarse en el caso de ocultamiento de enfermedades preexistentes, lo que está
acorde con la finalidad de la normativa estatuida sobre la materia, cual es la de proteger la
salud de las personas, mandato constitucional que obliga al Estado y confiere a
aquéllas el
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derecho a elegir el sistema de salud al que desee acogerse, sea éste estatal o privado;
8º.- Que, por otra parte, en la situación especial de que se trata, la Isapre recurrida puso
término unilateral al contrato que la ligaba al recurrente de protección sin más
antecedente que los datos consignados en un protocolo operatorio, vale decir, sin requerir
los antecedentes médicos necesarios que acreditaran que las afecciones de antigua data allí
informadas por el paciente, o consignadas por el médico cirujano, constituían realmente
enfermedades preexistentes o bien se trataba de una afección ya recuperada, sin secuelas
que determinaran el padecimiento del citado mal a la época de la suscripción del contrato;
9º.- Que, en consecuencia, la recurrida, al desahuciar unilateralmente el contrato de salud,
actuó arbitraria e ilegalmente, afectando la garantía del artículo 19 Nº 24 de la Constitución
Política de la República, y el derecho constitucional del recurrente a ser protegido en su
salud en el marco del sistema elegido (Nº 9 inciso final de la Carta).
Por estas consideraciones y de acuerdo, además, con lo dispuesto en el artículo 20 de la
Constitución Política de la República y auto acordado de la Excma. Corte Suprema sobre
tramitación del recurso de protección, se acoge el deducido a lo principal de fojas 11, y se
declara que queda sin efecto la decisión unilateral de la recurrida de poner término
anticipado al contrato de salud previsional suscrito entre las partes en 1996 y
posteriormente modificado de común acuerdo en 1998, debiendo la Isapre Cruz Blanca
S.A. mantener vigente para el reclamante y demás beneficiarios el referido contrato en las
condiciones pactadas.
Comuníquese para su cumplimiento. Regístrese y archívese. Redactó el Ministro señor
Dolmestch. Dictada por los Ministros señores Alfredo Pfeiffer Richter Y Hugo Dolmestch
Urra y el Abogado Integrante señor Benito Mauriz Aymerich. Rol Nº 5.065-99.
II.- LA CORTE SUPREMA, Santiago, 22 de febrero de 2000.
Vistos:
Se confirma la sentencia apelada de veintisiete de enero del año en curso, escrita a fojas
158 y siguientes. Regístrese y devuélvase.
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Pronunciado por los Ministros señores Servando Jordán L., Ricardo Gálvez B., Urbano
Marín V., Domingo Yurac S. y Humberto Espejo Z.
ll.- “El silencio del afiliado y su falta de voluntad expresada en orden a
optar por un nuevo contrato de salud previsional, obliga a entender que su
intención fue mantenerse en el contrato vigente”.
Se recurrió de protección contra una Isapre que en forma unilateral ha estimado
extinguido el contrato de salud previsional suscrito con el recurrente.
Se acogió el recurso de protección, considerando que si bien el Art. 1º
Transitorio de la Ley 18.933 dispuso un plazo dentro del cual los afiliados a Isapres
deberían optar por persistir en los contratos vigentes o celebrar nuevos contratos de salud
previsional ajustados a dicha ley, señalando que si los afiliados nada expresaban dentro
del plazo referido, persistían en sus contratos vigentes. En la especie se acreditó que el
recurrente pagó las cotizaciones previsionales en el período que la Isapre informó ya estaría
extinguido el contrato de salud respectivo, y también obtuvo el pago de beneficios en el
mismo período. La recurrida infringió el Art. 19 Nº 24 de la Constitución, al privar al
recurrente de un derecho incorporal consistente en la facultad de acceder a los servicios que
aquélla se obligó a otorgarle en virtud del contrato, que no se ha extinguido.
Apelado el fallo que hizo lugar a la protección la Corte lo confirma. En: Año 1995, Nº 438,
pág. 394, sent. 12.
n.- “El rechazo por una Isapre de una licencia médica otorgada con todos
los requisitos legales y reglamentarios para su validez, aparte de
contravenir principios elementales para el goce del derecho a la salud en los
términos concebidos en la Carta Fundamental, importa una privación
arbitraria y manifiesta del derecho de propiedad del afiliado respecto de las
prestaciones y subsidios que se le deben otorgar por ser parte del contrato
de salud previsional que suscribió con Isapre”.
Una trabajadora recurrió de protección contra la institución de salud previsional
(Isapre) a que se encontraba afiliada, por haberle rechazado ésta una licencia por
enfermedad a base de ser irrecuperable la enfermedad que le aquejaba. La Isapre
recurrida informó que la filiada estaba afectada por una
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empleadoras, de cualquier naturaleza que sea, se rijan por las disposiciones del Código del
Trabajo y leyes complementarias.
Por su parte, el Código del Trabajo, define en su art. 3 letra b), lo que se entiende por
trabajador, expresando que es toda persona natural que presta servicios personales,
intelectuales o materiales, bajo dependencia o subordinación, y en virtud de un contrato de
trabajo.
El art. 7 del mismo Código, establece que contrato individual de trabajo es una convención
por la cual el empleador y el trabajador se obligan recíprocamente, éste a prestar servicios
personales bajo dependencia y subordinación del primero, y aquél a pagar por estos
servicios una remuneración determinada.
De esta forma, para entender que una persona tiene el carácter de trabajador por
cuenta ajena, debe reunir los requisitos que las disposiciones antes citadas establecen, a
saber:
- Que exista una prestación de servicios personales.
- Que esta prestación de servicios se haga en virtud de un contrato de trabajo.
En lo que dice relación con el requisito mencionado en la definición de contrato de
trabajo, la subordinación o dependencia, la jurisprudencia judicial y administrativa han sido
reiteradas al expresar que tal elemento se configura cuando concurren una serie de
circunstancias de hecho.
A este efecto, se ha dictaminado que la subordinación o dependencia se materializa a
través de diversas manifestaciones concretas, tales como la continuidad o permanencia de
los servicios prestados, la obligación de asistencia del trabajador, el cumplimiento de un
horario de trabajo, la supervigilancia en el desempeño de las funciones, la
subordinación a instrucciones y controles de diversa índole, circunstancia ésta que se
traduce en el derecho del empleador a dirigir al trabajador impartiéndole órdenes e
instrucciones, principalmente acerca de la forma u oportunidad de acatar y obedecer las
mismas, estimándose, además, que el vínculo de subordinación está sujeto a las
particularidades que en cada paso presente el trabajador.
b.-Los funcionarios públicos de la Administración Civil del Estado, Municipalidades y de
instituciones administrativas descentralizadas del Estado.
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c.-Los estudiantes que deben ejecutar trabajos que signifiquen una fuente de ingreso para
el respectivo plantel.
A este respecto, el D.S. 102 de 25 de agosto de 1968, en el art. 8, establece que los
estudiantes de establecimientos estatales o reconocidos por el Estado que, de acuerdo con
programas de enseñanza aprobados por el Ministerio de Educación, deban ejecutar labores
técnicas, agrícolas y/o industriales que signifiquen una fuente de ingreso para el respectivo
plantel, estarán sujetos al sistema de seguro social contemplado por la ley 16.744. El inciso
2 de la citada disposición, aclara que se entiende por fuente de ingreso todas aquellas
labores desarrolladas en un establecimiento de educación técnica que tengan por objeto
alguna forma de producción y en virtud de las cuales se obtenga entradas o recursos.
El art. 9 del D.S. 102, por su parte, prescribe que en caso de accidente en el trabajo o
enfermedad profesional, los educandos tienen derecho a todos los beneficios establecidos
por la ley 16.744 y en sus reglamentos, a excepción de los subsidios y, el monto de los
beneficios económicos será equivalente a los mínimos.
Los establecimientos deben afiliar a sus educandos ante el organismo administrador y, el
Ministerio de Educación debe velar por el cumplimiento de esta obligación y de otras que
establece el D.S. 102, debiendo suspender el pago de las subvenciones que les
correspondiere en el caso de que se faltare a ellas.
d-Los trabajadores independientes y los trabajadores familiares.
La letra c del art. 1º del Decreto 101, prescribe que por trabajadores independientes
se entienden a todos aquellos que ejecuten algún trabajo o desarrollan alguna actividad,
industria o comercio, sea independientemente o asociados o en colaboración con otros,
tengan o no capital propio y sea que en sus profesiones, labores u oficios predomine el
esfuerzo intelectual sobre el físico o éste sobre aquél y que no estén sujetos a relación
laboral con alguna entidad empleadora, cualquiera sea su naturaleza, derivada del Código
del Trabajo o estatutos legales especiales, aun cuando estén afiliados a cualquier régimen
de seguridad social.
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El art. 3 letra c del Código del Trabajo, dispone que trabajador independiente es aquel que
en el ejercicio de la actividad de que trate no depende de empleador alguno ni tiene
trabajadores bajo su dependencia. El empleador es considerado como trabajador
independiente para los efectos previsionales.
El art. 2 inc. Final de la ley 16.744 dispuso que el Presidente de la República quedó
facultado para decidir la oportunidad, financiamiento y condiciones en que se deben
incorporar al régimen del seguro que se establece para los trabajadores independientes y los
trabajadores familiares.
El D.L. 1548, de 9 de septiembre de 1976, aclaró el sentido de este inciso final de la ley
16.744 y, al efecto, en su artículo estableció que el sentido del ya mencionado inciso final
es permitir que el Presidente de la República incorpore al régimen de Seguro de Accidentes
del Trabajo y Enfermedades Profesionales a los trabajadores familiares, en forma conjunta
o separada, o por grupos determinados dentro de ellos, pudiendo fijar, en cada caso, la
oportunidad, el financiamiento y las condiciones de su incorporación.
De acuerdo con lo prescrito por el inciso del art. 2 de la ley 16.744 y por el
D.F.L. 1548, diversos Decretos fueron promulgados, incorporando al grupo de trabajadores
independientes al régimen de Seguro Social contra Accidentes y Enfermedades
Profesionales.
El D.F.L. 488, incorporó al seguro a los campesinos asignatarios de tierras y, al
efecto, se tuvo presente que, estos trabajadores, junto con adquirir el título de dominio,
dejaron de tener la calidad jurídica de trabajadores dependientes para constituirse en
independientes, lo cual representó para tales trabajadores la pérdida del derecho a la
protección establecido por las disposiciones de la ley 16.744. También se tuvo presente, al
dictarse el D.F.L. 488, que la situación mencionada significó un problema social, ya que se
habían quedado desprotegidos, más aún, habiendo continuado en la misma actividad, la que
con anterioridad tenía la citada más aún, habiendo continuado en la misma actividad, la
que con anterioridad tenía la citada protección.
El art. 1 del D.F.L. 488 incorporó a los campesinos asignatarios de tierras en dominio
individual que, de acuerdo con lo dispuesto por el art. 174 de la ley
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De esta forma, todos los trabajadores suplementeros han quedado protegidos contra riesgos
de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales.
Para tener derecho a las prestaciones de la ley 16.744, conforme lo establecieron los
artículos 2 del D.F.L. 244 y 4 del D.F.L. 2, deben estar al día en el pago de las cotizaciones
previsionales, entendiéndose que lo está, cuando no registran un atraso superior a tres
meses.
El D.F.L. 68, de 8 agosto de 1983, incorporó al Seguro contra riesgos de Accidentes del
Trabajo y Enfermedades Profesionales a los conductores propietarios de vehículos de
alquiler acogidos al régimen previsional de la Caja de Previsión de Empleados Particulares.
En razón que los trabajadores a los que se refería el D.F.L. 68 quedaban privados de la
protección cuando se afiliaban a una Administradora de Fondos de Pensiones sin haber
estado afectos al antiguo régimen previsional , el D.F.L. 2 les amplió a estos casos la
protección.
La cotización que los trabajadores independientes conductores propietarios de vehículos de
alquiler deben hacer es equivalente al 0,95% calculado sobre la base de las rentas por las
que se efectúan sus imposiciones previsionales, más la cotización adicional que en virtud
del art. 15 de la ley 16.744, el decreto 110 establece para la actividad de transportes, la cual
alcanza al 2.55% calculada sobre la misma base (art. 2 del D.F.L. 68 y 4 del D.F.L. 2).
El D.F.L. 50 de 17 de mayo de 1979, incorporó el seguro contra Accidentes del Trabajo y
Enfermedades Profesionales a los profesionales hípicos independientes que prestan
servicios en los hipódromos del país, los cuales debieron efectuar sus imposiciones en las
Cajas de Previsión de los Profesionales Hípicos, que a partir del año 1980, en virtud del
D.F.L. 91 se fusionaron en la Caja de Previsión de la Hípica Nacional (art. 1).
El inciso segundo del art. 1 del D.F.L. 50 estableció quienes eran profesionales hípicos y al
efecto, incluyó a los preparadores, a los jinetes, a los herradores y a los ayudantes de
herradores.
De la misma forma que los casos antes estudiados, los trabajadores hípicos que no
pertenecieron a una institución de previsión del sistema antiguo y, que se afiliaron
posteriormente al sistema de pensiones establecido por el D.L. 3.500,
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quedaron desprotegidos de los beneficios que, en virtud del D.F.L. 50, la ley 16.744
establecía en favor de aquellos trabajadores independientes hípicos que si habían
pertenecido a una institución de previsión del sistema antiguo. El D.F.L. 2, ya antes
mencionado, les otorgó la protección contra riesgos de Accidentes del Trabajo y
Enfermedades Profesionales (art. 1 D.F.L. 2).
El art. 4 del mismo D.F.L. prescribió que para tener derecho a las prestaciones de la ley
16.744 debían estar al día en el pago de sus imposiciones previsionales, entendiéndose
que lo están cuando no registran un atraso superior a tres meses. El D.F.L. 19 de 13 de
julio de 1984 incorporó al régimen de seguro Social contra riegos de Accidentes del
Trabajo y Enfermedades Profesionales a los pirquineros independientes imponentes en el
Servicio de Seguro Social, quienes habían quedado marginados de él.
La cotización para efectos del Seguro de Accidentes y Enfermedades Profesionales que
deben hacer alcanza al 0.95% de las rentas sobre las cuales efectúan sus imposiciones
previsionales. (art. 3 D.F.L. 19).
El art. 4 del D.F.L. 2 y 3 del D.F.L. 19 establecen que para tener acceso a los
beneficios de la ley 16.744 deben estar al día en el pago de sus imposiciones,
entendiéndose que lo están cuando registran un atraso no superior a tres meses. El D.F.L.
54 de 5 de agosto de 1987, incorporó al Seguro contra Accidentes del Trabajo a los
conductores propietarios de vehículos motorizados de movilización colectiva de
transporte escolar y de carga, que se encuentren afectos al Nuevo Sistema de Pensiones
establecido por el D.L. 3.500.
Para tener derecho a las prestaciones de la ley 16.744 deben estar al día en el pago de sus
cotizaciones previsionales, entendiéndose que lo están, cuando no registran un atraso
superior a tres meses.
La cotización que para los efectos de la ley 16.744 deben pagar mensualmente asciende al
0.95% de las rentas por las que impongan sus cotizaciones previsionales, más, la cotización
adicional que el D.S. 110 establece para el rubro transporte que asciende a 2.55% calculado
sobre la misma base.
El D.F.L. 90, de 1º de diciembre de 1987, incorporó al Seguro contra riesgos de Accidentes
del Trabajo y Enfermedades Profesionales a los comerciantes
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autorizados para desarrollar su actividad en la vía pública o plazas, sea que se encuentren
afectos al antiguo sistema previsional o al nuevo sistema de pensiones.
Para tener derecho a las prestaciones de la ley 16.744 deben estar al día en el pago de sus
cotizaciones previsionales, las que deben enterarlas en la institución de previsión en la que
se encuentran afectos. Se entiende que están al día en el pago de sus cotizaciones
previsionales cuando no registran un atraso superior a tres meses.
La cotización por la que deben cotizar asciende al 0.95% calculado sobre la base de las
rentas por las que efectúen sus cotizaciones previsionales.
De esta forma, a través de diversos cuerpos legales han sido paulatinamente
incorporados al Seguro contra Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, los
siguientes grupos de trabajadores independientes:
- Campesinos asignatarios de tierras en dominio individual.
-Trabajadores suplementeros independientes.
-Profesionales hípicos independientes.
-Conductores propietarios de automóviles de alquiler.
-Trabajadores pirquineros independientes.
-Conductores propietarios de vehículos motorizados de movilización colectiva, de
transporte escolar y de carga.
-Comerciantes autorizados para desarrollar su actividad en la vía pública o plazas. Por otra
parte, el art. 3 de la ley 16.744 establece que también están protegidos por el
Seguro de Accidentes del Trabajo y Enfermedades
Profesionales, todos los estudiantes de establecimientos fiscales o particulares por los
accidentes que sufran con ocasión de sus estudios o en la realización de su práctica
profesional. El inciso segundo de esta disposición facultó al Presidente de la República
para decidir la oportunidad, financiamiento y condiciones de la incorporación de tales
estudiantes a este seguro que se les otorgará y los
organismos, instituciones o servicios que administrarán dicho seguro.
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En uso de tal facultad se dictó el decreto 313, de 12 de mayo de 1973, el que incluyó
a los estudiantes al Seguro, en los términos y alcances del mandato que la ley 16.744
establecía.
El art. 1 del Decreto 313 incorporó a los estudiantes al Seguro contra Accidentes del
Trabajo y Enfermedades Profesionales y, al efecto dispuso que los estudiantes que tengan
la calidad de alumnos regulares de establecimientos fiscales o particulares, de nivel de
transición de la educación parvularia, de enseñanza básica, media, normal, técnica,
agrícola, comercial, industrial, de institutos profesionales, de centros de formación técnica
y universitaria, dependientes del Estado o reconocidos por éste, quedarán sujetos al Seguro
Escolar contemplado en el art. 3 de la ley 16.744 por los accidentes que sufran durante sus
estudios , o en la realización de su práctica educacional o profesional.
Los estudiantes que tengan algunas de las calidades antes mencionadas gozarán de
los beneficios desde el instante en que se matriculen en alguno de los establecimientos
educacionales citados. Sin embargo, los efectos del Seguro Escolar quedan suspendidos
durante el tiempo en que los estudiantes no realizan estudios o la práctica profesional, tales
como vacaciones o períodos que pueden producirse con posterioridad al egreso del
establecimiento. El Seguro Escolar protege también a los estudiantes con régimen de
internado por los accidentes que pudieren ocurrirles durante todo el tiempo en que
permanezcan dentro del establecimiento. Finalmente, los estudiantes quedan también
protegidos por el Seguro Escolar, cuando deban pernoctar fuera de su residencia habitual,
bajo la responsabilidad de autoridades educacionales, con motivo de la realización de su
práctica profesional.
Para los efectos de la obtención de los beneficios y de la protección establecida por
la ley 16.744, se entiende por accidente, toda lesión que un estudiante sufra a causa o
con ocasión de sus estudios, o de la realización de su práctica profesional, y que le
produzca incapacidad o muerte. (Art. 3 D. 313).
También se consideran accidentes del trabajo los ocurridos en el trayecto directo, de
ida o regreso, entre la habitación o sitio de trabajo del estudiante y el establecimiento
educacional respectivo, el lugar donde realice su práctica
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profesional o educacional como también los ocurridos en el trayecto entre los últimos
lugares. Sólo quedan exceptuados del seguro los accidentes debidos a fuerza mayor extraña
que no tenga relación con los estudios o práctica profesional y los producidos
intencionalmente por la víctima. (art. 3 D. 313).
Conforme al art. 7 del D. 313, el estudiante víctima de un accidente del trabajo tiene
derecho a las siguientes prestaciones, las que se otorgarán gratuitamente hasta su curación
completa o mientras subsistan los síntomas de la secuelas del accidente:
- Atención médica, quirúrgica y dental en establecimientos externos o a domicilio.
- Hospitalización si fuere , a juicio del facultativo tratante.
- Medicamentos y productos farmacéuticos.
- Prótesis y aparatos ortopédicos y su reparación.
- Rehabilitación física y reeducación profesional.
- Los gastos de traslado y cualquier otro necesario para el otorgamiento de estas
prestaciones.
Por otra parte, conforme lo dispone el art. 8 del D. 313, el estudiante que como
consecuencia de un accidente escolar, perdiere a lo menos un 70% de su capacidad para
trabajar, actual o futura, según evaluación que deberá hacer el Servicio de Salud respectivo,
tiene derecho a una pensión por invalidez igual a un 22.2757% de un Ingreso Mínimo.
En el caso de que la pérdida de la capacidad de trabajo sea inferior al 70% y superior
al 15%, el estudiante tendrá derecho a la pensión señalada anteriormente sólo cuando
acredite, mediante informe social, que carece de recursos iguales o superiores al monto de
la pensión, otorgándosele este beneficio con carácter temporal hasta la fecha en que
finalice sus estudios o llegue a percibir recursos del monto indicado. Para determinar la
carencia de recursos, en los casos en que el estudiante forma parte de un núcleo familiar, se
dividirán los ingresos del núcleo familiar por el número de personas que lo compongan.
En todo caso, el estudiante estará obligado a someterse a los tratamientos médicos que le
fueren prescritos para obtener su rehabilitación.
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citado decreto, salvo en el caso que la pensión que corresponda como trabajador sea
inferior a la que corresponde conforme al Seguro Escolar.
Según lo establece el art. 12 del Decreto 313, el Servicio de Salud correspondiente
determinará las causas y calidad del accidente escolar, para lo cual acumulará todos los
antecedentes relacionados con el hecho.
La misma disposición en su inc. 2 dispone que para dar por acreditado un accidente de
trayecto, servirá el parte de Carabineros, la declaración de testigos presenciales o cualquier
otro medio de prueba igualmente fehaciente.
Conforme lo establece el inc. 3 de la disposición en estudio, los establecimientos
educacionales están obligados a proporcionar al Servicio de Salud correspondiente todos
los antecedentes que éste solicite al efecto.
Las decisiones que adopte al Servicio de Salud respectivo que se refieran a materias de
orden médico deben ser notificadas a la víctima o a su representante y al Instituto de
Normalización Previsional, dentro del quinto día de emitidas, mediante carta certificada.
En contra de estas resoluciones podrá reclamarse ante la Comisión Médica de Reclamos de
Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, dentro de 90 días hábiles contados
desde la fecha en que conste la recepción de la carta certificada respectiva.
Las resoluciones de esta Comisión son apelables ante la Superintendencia de Seguridad
Social, dentro de 30 días hábiles, contados desde la recepción de la carta certificada que
notifica la resolución respectiva. La Superintendencia de Seguridad Social resuelve con
competencia exclusiva y sin ulterior recurso.
B) La afiliación
Conforme lo establece el art. 4 de la ley 16.744, la afiliación de un trabajador al
Seguro contra Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales será inmediata y
automática, con la sola afiliación hecha a una Caja de Previsión.
A partir del 1º de mayo de 1981, se comprendió también a los trabajadores que se
afilien a alguna Administradora de Fondos de Pensiones del nuevo sistema previsional.
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En cuanto al accidente de trayecto, el art. 7 del Decreto 101 dispone que la circunstancia de
haber ocurrido un accidente de trayecto deberá ser acreditada ante el respectivo organismo
administrador mediante el respectivo parte de Carabineros u otros medios igualmente
fehacientes.
Se consideran también accidentes del trabajo los sufridos por dirigentes de instituciones
sindicales a causa o con ocasión del desempeño de sus cometidos gremiales.
El art. 9 del Decreto 101, establece, en cuanto a los accidentes sufridos por Dirigentes
Sindicales, que las expresiones “a causa o con ocasión del desempeño de sus cometidos
gremiales”, empleadas por el inc. 3 del art. 5 de la ley 16.744, comprenden no sólo los
accidentes ocurridos durante la faena y el sitio en que ella o las actuaciones sindicales se
realizan, sino que también los acaecidos antes o después, fuera de dichos lugares, pero
directamente relacionados o motivados por los labores gremiales que el dirigente va a
cumplir o iba a cumplir.
b.- Enfermedades profesionales
En lo que dice relación con las enfermedades profesionales, el art. 7 de la ley 16.744
establece que es enfermedad profesional la causada de una manera directa por el ejercicio
de la profesión o el trabajo que realice una persona y que le produzca incapacidad o muerte.
El art. 16 del Decreto 109 que aprobó el Reglamento para la calificación y evaluación de
los accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, dictado de acuerdo al mandato
hecho por el art. 7 de la ley 16.744, dispone, por su parte, que para que una enfermedad se
considere profesional es indispensable que haya tenido su origen en los trabajos que
entrañan el riesgo respectivo, aún cuando éstos no se estén desempeñando a la época del
diagnóstico.
Por otra parte, el art. 18 del mismo Decreto 109 considera los agentes específicos que
entrañan riesgo profesional, distinguiendo los agentes químicos, los físicos, biológicos y
polvos.
A su vez, el art. 19 del mismo Decreto señala cuáles enfermedades se entiende que son
enfermedades profesionales, conforme una lista de dolencias, la cual, de conformidad a lo
establecido por el art. 7 inc. 2 de la ley y art. 20 del decreto 109,
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debe ser revisada por la Superintendencia de Seguridad Social, cada tres años, previo
informe de los Servicios de Salud. A igual revisión deben someterse los agentes específicos
que entrañan riesgo profesional, conforme lo prescribe.
Sin embargo, aun cuando la ley 16.744 y el Decreto 109 establecen el listado de los agentes
específicos que entrañan riesgo profesional y las enfermedades que deben entenderse como
profesionales, el art. 7 inc. 3 de la ley dispone que los afiliados pueden acreditar ante el
respectivo organismo administrador el carácter profesional de alguna enfermedad que no
estuviese enumerada en la lista a que se refieren las disposiciones antes citadas y que,
hubiesen contraído como consecuencia directa de la profesión o trabajo realizado.
Conforme lo dispone el art. 22 del decreto 109, para ejercer el derecho ya mencionado, los
afiliados deben solicitar al Servicio de Salud que se les practiquen los exámenes
correspondientes. La resolución la dictará la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez
de los Servicios de Salud, la que debe ser consultada por el organismo administrador a la
Superintendencia de Seguridad Social, la cual debe decidir dentro del plazo de tres meses
con informe del Servicio de Salud. (art. 7 inc. final ley 16.744).
D) Administración del seguro
La administración del Seguro contra Accidentes del Trabajo y Enfermedades
Profesionales está a cargo del Servicio de Seguro Social, de las Cajas de Previsión y de las
Mutualidades de Empleadores. (art. 8 ley 16.744). Cabe hacer presente que la ley Nº
18.689 fusionó todas las antiguas cajas de previsión en el Instituto de Normalización
Previsional, el que para todos los efectos legales es el sucesor y continuador legal de dichas
Cajas, por ende, toda referencia que se haga a cualquiera de las Instituciones fusionadas se
entenderá hecha al Instituto de Normalización Previsional..
El art. 12 del decreto 101, (Reglamento de la ley 16.744) prescribe, a este respecto, que el
seguro es administrado por:
- El Servicio de Seguro Social y el Servicio Nacional de Salud, respecto de los
trabajadores afiliados a aquél.
-Las Cajas de Previsión, respecto de sus imponentes.
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En estos dos casos, debe entenderse, que la administración está referida a los Organismos
de Salud y al Instituto de Normalización Previsional.
En cuanto a los trabajadores afiliados al nuevo sistema previsional, para el sólo efecto de la
protección contra riesgos de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales, se
entiende que se encuentran sujetos a las instituciones que a la fecha de la publicación del
D.L. 3.500 estaban encargadas de otorgar las prestaciones y recaudar las cotizaciones
correspondientes.
-Por las Mutualidades de Empleadores, respecto de los trabajadores de empleadores
miembros de ellas.
-Por los administradores delegados.
Respecto de la administración hecha por el Instituto de Normalización Previsional de
los imponentes del Servicio de Seguro Social, las funciones de administración las realiza a
través del Departamento de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales. De
conformidad al art. 13 del decreto 101, este Departamento tiene las siguientes funciones:
a.-Determinar y conceder las prestaciones de orden económico establecidas en la ley para el
caso de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales, con excepción de los
subsidios.
b.-Organizar y mantener coordinación con los organismos de salud, estadísticas completas
sobre los diversos aspectos relacionados con la aplicación de la ley.
c.-Preparar la parte del proyecto de presupuesto del Servicio que se refiere al Fondo de
Seguro de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales.
d.-Proponen las medidas de fiscalización que se pueden adoptar en materias que la ley o el
reglamento entregan a su competencia.
e.-Realizar los estudios que se le encomienden o estimen convenientes en orden a
perfeccionar el sistema de seguro.
f.-Organizar las fuentes permanentes de información técnica tanto en lo nacional como en
lo internacional.
g.-Disponer la suspensión de pensiones en los casos de personas que se nieguen a
someterse a exámenes, controles o prescripciones que les sean ordenadas; o
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que rehusen, sin causa justificada, a someterse a los procesos necesarios para su
rehabilitación física y reeducación profesional que les sean ordenadas.
h.-Las demás funciones que les sean asignadas en razón de su especialidad por el
Director del Servicio.
En cuanto a la administración del seguro hecha por Mutualidades de empleadores, el
art. 11 de la ley 16.744, autoriza que el seguro sea administrado por estas mutualidades de
empleadores, que no persigan fines de lucro y , respecto de trabajadores dependientes de
los miembros adheridos a ellas.
El art. 22 del Decreto 101 reitera que la administración del seguro puede ser hecha
por Mutualidades de Empleadores.
Para la existencia de estas mutualidades, el art. 12 de la ley 16.744 dispone que el
Presidente de la República puede autorizar la existencia de ellas, otorgándoles la
correspondiente personalidad jurídica, cuando cumplen con las siguientes condiciones:
a.-Que sus miembros ocupen, en conjunto, 20.000 trabajadores, a lo menos, en faenas
permanentes.
b.-Que dispongan de servicios médicos, propios o en común con otra mutualidad, los que
deben incluir servicios especializados, incluso en rehabilitación.
c.-Que realicen actividades permanentes de prevención de accidentes del trabajo y
enfermedades profesionales.
d.-Que no sean administradas ni directa ni indirectamente por instituciones con fines de
lucro.
e.-Que sus miembros sean solidariamente responsables de las obligaciones contraidas por
ellas.
El Decreto 285 de 26 de febrero de 1969, que aprobó el Estatuto Orgánico de Mutualidades
de Empleadores, en su art. 1 prescribe que las mutualidades de empleadores son
corporaciones que tienen por fin administrar, sin ánimo de lucro, el Seguro Social contra
Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales de acuerdo con las disposiciones de
la ley 16.744 y de las que se dicten en el futuro y de sus respectivos reglamentos y, que han
sido autorizadas para este objetivo por el Presidente de la República.
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de Seguridad Social para sobre el particular, el cual lo debe hacer, previa audiencia de la
Superintendencia de Seguridad Social. (art. 5 Decreto 285).
El Decreto Supremo que concede la personalidad jurídica y apruebe los estatutos debe
llevar las firmas de los ministros de Justicia y del Trabajo y Previsión Social, y debe
contener, además, la autorización para administrar el Seguro Social contra Riesgos de
Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales.
Este Decreto Supremo debe fijar un plazo no superior a dos años, para que la mutualidad
acredite, mediante certificado de los organismos de salud, el cumplimiento de las
exigencias previstas en las letras b y c del art. 12 de la ley 16.744, esto es, disponer de
servicios médicos adecuados, propios o en común con otra mutualidad, los que deben
incluir servicios especializados, incluso rehabilitación y, que realicen actividades
permanentes de prevención de riesgos de accidentes del trabajo y enfermedades
profesionales. En todo caso, la autorización precedentemente mencionada se concede
siempre que se acredite satisfactoriamente la forma como la mutualidad otorgará las
prestaciones médicas y atenderá las labores de prevención en el plazo comprendido desde
la iniciación de sus actividades hasta el cumplimiento de los requisitos a que ya se ha hecho
mención.
Por otra parte, la afiliación posterior a las mutualidades debe sujetarse al cumplimiento de
las exigencias establecidas en sus estatutos. A las mismas condiciones se sujetarán las
renuncias y exclusiones de los adherentes, las cuales surtirán efecto a partir del último día
del mes calendario siguiente a su formulación o declaración de exclusión.
Las mutualidades deben, además comunicar al Instituto de Normalización Previsional las
incorporaciones, renuncias o exclusiones de sus adherentes, indicando las tasas de recargo
de la cotización que se les estuviere aplicando de acuerdo con lo establecido por los art. 15
y 16 de la ley 16.744. (art. 7 Decreto 285).
Constituida la mutualidad es administrada por un Directorio integrado por igual número de
representantes de los adherentes y de los trabajadores que presten servicios a los
empleadores adheridos a la mutualidad. (art. 9 Decreto 285). Los
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-Con las cantidades que de conformidad a los arts. 56 y 69 de la ley 16.744 tiene derecho a
que se le reembolsen.
-Con las herencias, legados, donaciones, o aportes voluntarios que reciban.
Las Mutualidades de Empleadores deben formar una reserva de eventualidades no
inferior al 2% ni superior al 5% de su ingreso anual, cuyo porcentaje se fija por decreto del
Ministerio del Trabajo y previsión Social, anualmente, previo informe de la
Superintendencia de Seguridad social. Además, están obligadas a formar una reserva
adicional para atender el pago de pensiones y de sus futuros reajustes. (arts. 22 y 23
decreto 285).
El fondo de eventualidades debe invertirse, de conformidad a lo prevenido por el
art. 24 del Decreto 285 en valores reajustables, de fácil liquidación, calificados como tales
por la Superintendencia de Seguridad Social.
Por otra parte, el art. 25 del Decreto 285 prescribe que las Mutualidades no pueden
destinar a gastos de administración una suma superior al 10% de sus ingresos. Se
consideran gastos de administración las remuneraciones del personal administrativo y los
gastos propios del funcionamiento de las oficinas. Se excluyen, los que no sean por
naturaleza tales, como los egresos destinados al pago de funciones técnicas, de atención de
accidentados, los destinados a promover la seguridad y las labores de prevención de las
entidades adherentes, correspondiendo a la Superintendencia de Seguridad Social decidir,
en caso de duda, si un gasto es o no de administración.
Sin perjuicio de los fondos antes mencionados, las Mutualidades pueden constituir
reservas de acuerdo con lo que establecen los estatutos y los acuerdos de directorio, para
atender la futura instalación, ampliación o mejoramiento de su servicios médicos, de
prevención o administración. (art. 26 decreto 285).
Anualmente las Mutualidades deben practicar un balance general de sus operaciones, el
que debe ser sometido a la revisión de la Superintendencia de Seguridad Social. (art. 20
decreto 285).
Según lo dispone el art. 27 del decreto 285, de las obligaciones de la Mutualidad, son
solidariamente responsables las entidades que tuvieren la calidad de adherentes al
momento de exigirse el cumplimiento de la obligación. Las
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El decreto 111 de 29 de mayo de 1968 fijó la escala para determinar la cotización adicional
diferenciada, estableciendo las actividades por las que se hace el recargo porcentual, a
saber:
-Agricultura, caza, silvicultura y pesca. Explotación de Minas y Canteras. Industrias
manufactureras. Construcción. Electricidad, gas, agua y servicios sanitarios. Comercio.
Transporte, almacenaje y comunicaciones. Y Servicios.
Estas categorías de riesgo por actividad tienen una tasa de cotización adicional, existiendo
en cada una de las categorías, subclasificaciones que tienen una tasa especial.
c.- Con el producto de las multas que cada organismo administrador aplique de
conformidad a la ley.
d.- Con las utilidades o rentas que produzca la inversión de los fondos de reserva.
e.- Con las cantidades que corresponda por el ejercicio del derecho a repetir de acuerdo con
los arts. 56 y 69 de la ley 16.744.
El art. 211 del Código del Trabajo, por su parte, establece que el Seguro de
Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales se financia con una cotización básica
general y una cotización adicional diferenciada en función de la actividad y riesgos de la
empresa o entidad empleadora, ambas de cargo del empleador, y con el producto de las
multas que apliquen los organismos administradores, las utilidades o rentas que produzca la
inversión de fondos de reserva y con las cantidades que estos organismos obtengan por el
ejercicio del derecho a repetir contra el empleador.
Por disposición del art. 17 de la ley 16.744, las cotizaciones se calcularán sobre la base de
las mismas remuneraciones o rentas por las que se cotiza para un régimen previsional. El
art. 37 del Decreto 101, establece que la cotización básica general y la cotización adicional
diferenciada deben sumarse para calcular en conjunto la cotización total sobre la base de las
remuneraciones y rentas y, se pagarán conjuntamente con las demás cotizaciones
previsionales.
Conforme lo estatuye el art. 17 de la ley 16.744, las cotizaciones que deben integrarse en
alguna Caja de Previsión (hoy I.N.P. incluyéndose las que se
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efectúen en una A.F.P.) se considerarán como parte del sistema impositivo, gozando por lo
tanto, de los mismos privilegios y garantías. El incumplimiento de enterar las cotizaciones
tiene las mismas sanciones que las leyes establecen o establezcan a futuro para el sistema
previsional.
El art. 18 de la misma ley, contempla el caso de empleadores afectos a alguna Mutualidad
y, al efecto, el incumplimiento en el pago de las cotizaciones se rige por las siguientes
reglas:
a.-La Mutualidad debe hacer la liquidación de las cotizaciones adeudadas.
b.-El infractor debe pagar un interés penal de un 3% mensual sobre el monto de lo
adeudado.
c.-En la liquidación que efectúe la Mutualidad se impondrá una multa cuyo monto es
equivalente 50% de las imposiciones adeudadas, y en ningún caso puede ser inferior a
11.13785% de un ingreso mínimo, según tabla de conversión de sueldos vitales de tales
ingresos establecida por el Decreto 51 dictado conforme al art. 8 de la ley 18.018.
La multa antes mencionada se debe recargar, de conformidad al art. 18 letra c) inc. 2,
en un 50% si la infracción se produce con posterioridad a haberse verificado un accidente
enfermedad por algún trabajador.
La liquidación de las cotizaciones adeudadas debe ser aprobada por el presidente de la
respectiva Mutualidad y, hecho ello, tiene el mérito ejecutivo y su cobro y notificación se
rige
por las mismas normas que para el cobro de cotizaciones adeudadas al sistema previsional.
Conforme lo dispone el art. 19 de la ley 16.744, el régimen financiero del Seguro de
Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales es de reparto, lo cual significa que la
cotización que se hace al sistema se destina a un fondo general, sin que ninguno de los
afiliados a él tenga derecho sobre alguna cuota del citado fondo, entendiéndose, además
que cada afiliado por el que se cotice lo hace en beneficio de aquellos que se encuentran en
estado de imposibilidad o incapacidad. Sin perjuicio de lo anterior, la misma disposición
establece que se debe formar una reserva de eventualidades no inferior al 2% ni superior al
5% del ingreso anual.
286
287
3.2.1 PRESTACIONES
Los beneficios que la ley otorga a la víctima de un accidente del trabajo o de una
enfermedad profesional son de dos tipos:
A.- Prestaciones medicas
Conforme lo establece el art. 29 de la ley 16.744, la víctima de un accidente del
trabajo o enfermedad profesional tiene derecho a diversas prestaciones, las que se otorgan
en forma gratuita hasta su curación o mientras subsistan los síntomas de las secuelas
causadas por la enfermedad o el accidente. Estos beneficios se clasifican conforme la
necesidad de tratamiento o curación, y se clasifican en la siguiente lista de beneficios:
1-Atención médica, quirúrgica y dental en establecimientos externos o a domicilio. 2.-
Hospitalización si fuere necesario a juicio del médico tratante.
3.-Medicamentos y productos farmacéuticos.
4.-Prótesis y aparatos ortopédicos y su reparación. 5.-
Rehabilitación física y reeducación profesional.
6.-Gastos de traslado y cualquier otro que sea necesario para el otorgamiento de las
citadas prestaciones médicas.
El art. 49 del Reglamento para la aplicación de la ley 16.744 (D.S. 101 de 29 de abril de
1968) establece que los gastos de traslado y otros necesarios son procedentes sólo en caso
que la víctima se halle impedida de valerse por si misma o deba efectuarlos por
prescripción médica, certificada o autorizada una y otra circunstancia por el médico
tratante.
En todo caso, a todas las prestaciones médicas mencionadas precedentemente, tienen
derecho las víctimas de accidentes debidos a fuerza mayor que no tengan relación alguna
con el trabajo o aquellos producidos intencionalmente por ellas. En consecuencia, ante
una situación como la descrita, la víctima no tiene derecho a las prestaciones económicas
que establece la ley. De esta forma, para que una persona se halle privada del derecho de
percibir prestaciones económicas deben concurrir alguna de las siguientes circunstancias:
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-Que el accidente se deba a fuerza mayor que no tiene relación alguna con el trabajo.
-Que el accidente lo haya producido intencionalmente la víctima.
Por otra parte, para el caso de prestaciones de urgencia recibidas en el extranjero,
por accidentes del trabajo ocurridos por fuera del país, conforme lo dispone el art. 50 inc. 2
del D.S. 101, el empleador debe pagarlas, pudiendo solicitar su reembolso en moneda
nacional al Organismo administrador que corresponda, para lo cual deberá presentar las
facturas correspondientes, certificadas por el Cónsul chileno respectivo, debiendo constar
en tal certificación la efectividad del accidente y que el gasto efectuado se encuentra dentro
de los límites habituales de los Servicios de Salud de que se trate.
B.- Prestaciones económicas o pecuniarias
Las prestaciones económicas se traducen en beneficios de orden patrimonial a que
tiene derecho la víctima del accidente del trabajo o enfermedad profesional (o sus
beneficiarios) y, su monto y forma va a depender del tipo de efecto que produzca en ella el
accidente o la enfermedad. El art. 27 de la ley 16.744 establece las siguientes categorías en
que se clasifican los accidentes del trabajo y las enfermedades profesionales, según el
efecto que produzcan:
-Aquellos que producen incapacidad temporal .
-Aquellos que producen invalidez parcial.
-Aquellos que producen invalidez total.
-Aquellos que producen gran invalidez.
-Aquellos que producen la muerte.
a.- Prestaciones económicas por accidentes del trabajo o enfermedades
profesionales que producen incapacidad temporal
Según lo establece el art. 2 del D.S. 109 del Ministerio del Trabajo y Previsión Social
de 10 de mayo de 1968, se considera incapacidad temporal toda incapacidad provocada por
un accidente del trabajo o enfermedad profesional, de naturaleza o efectos transitorios, que
permita la recuperación del trabajador y su reintegro a sus labores habituales.
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290
291
correspondiente. El afectado por esta medida puede reclamar ante el Jefe de Area
respectiva del servicio de Salud correspondiente y, en contra de su resolución se puede
apelar ante la Comisión Médica de Reclamos de Accidentes del Trabajo y Enfermedades
Profesionales. (art. 33 ley 16.744).
b.- Prestaciones económicas por accidentes del trabajo o enfermedades
profesionales que producen invalidez:
Previo a estudiar las prestaciones económicas que corresponden a cada tipo de
invalidez, es importante aclarar algunas cuestiones que son aplicables a cualquier tipo de
invalidez. En efecto, conforme lo establecen los arts. 58 de la ley 16.744 y 4 del D.S. 109,
la declaración, evaluación, reevaluación y revisión de las invalideces es de competencia de
las Comisiones de Medicina Preventiva e Invalidez de los Servicios de Salud. Sin embargo,
las dos disposiciones citadas, si bien es cierto, se refieren a la misma situación de
declaración, evaluación, reevaluación y revisión, el art. 58 de la ley 16.744 lo hace respecto
de las incapacidades permanentes y el art. 4 del D.S. 109, respecto de las invalideces, sin
distinguir cual de ellas. Esta eventual contradicción es sólo aparente, ya que cuando el art.
58 de la ley 16.744 se refiere a incapacidades permanentes, lo hace en forma genética,
conforme a la definición que los arts. 34 y 39 de la citada ley, hacen de invalidez, de forma
tal que se debe, en consecuencia, considerar que los arts. 58 de la ley y del D.S. 109 se
refieren a la misma situación, sin que ninguna de las dos disposiciones haga distinción
alguna en cuanto a qué tipo de invalidez, parcial , total o gran invalidez, se refieren. En
todo caso, la declaración, evaluación, reevaluación y revisión de incapacidades
permanentes (invalideces) derivadas de accidentes del trabajo de afiliados a Mutualidades
de Empleadores, es de competencia de estos organismos, debiendo ajustarse a las mismas
normas legales y reglamentarias aplicables a otros organismos administradores del Seguro,
según lo dispone el inc. 2 del ya citado art. 58 de la ley 16.744.
Toda declaración de incapacidad permanente derivada de un accidente del trabajo se
hace en función de la incapacidad para procurar la víctima un medio de trabajo
proporcionado a sus actuales fuerzas, capacidad y formación, y una remuneración
equivalente al salario o renta que gana una persona en condiciones
291
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análogas y en la misma localidad (art. 59 ley 16.744). Sin embargo, conforme lo dispone
el art. 60 de la ley, corresponde al Reglamento de la ley la clasificación y graduación en
porcentaje de incapacidad oscilante entre un máximo y un mínimo. Los arts. 24 y 25 del
D.S. 109, que es precisamente el Reglamento para la
aplicación de la ley 16.744, realiza la clasificación y graduación de las
incapacidades, distinguiendo según se trate de una enfermedad profesional o de un
accidente del trabajo.
Conforme lo establece el art. 60 de la ley 16.744 y 31 del D.S. 109, el porcentaje que se
establezca por el médico especialista del Servicio de Salud respectivo o de las
Mutualidades, según el caso, debe considerar especialmente factores consistentes en la
edad, sexo y profesión habitual del afiliado. Estos factores inciden en forma diferente según
se trate de tramos oscilantes entre un máximo y un mínimo porcentual de incapacidad, o
bien, en un porcentaje único o fijo. En efecto según lo dispone el art. 32 del D.S. 109,
cuando se trate de una invalidez que provenga de un tramo oscilante entre un máximo y un
mínimo, el grado porcentual se incrementará en hasta un 10% si la edad del accidentado o
enfermo profesional influyere en sus posibilidades de trabajo. Si la incapacidad afecta al
accidentado o enfermo profesional para el ejercicio de su labor habitual de acuerdo a su
grado de capacitación y especialización, también se incrementará el grado porcentual en
hasta un 10% y, si tal porcentaje deja a la víctima una incapacidad residual de trabajo en
labores propias o habituales del otro sexo, se incrementará en hasta un 5%.
Por otra parte, para el caso que el grado de incapacidad física consistiere en un porcentaje
único, los factores de ponderación (edad, sexo y profesión habitual del afiliado) esta vez
sirven para aumentar o disminuir el porcentaje fijado de incapacidad física. Este aumento
o disminución es de hasta un 5% cuando se trata de la edad o profesión habitual de la
víctima y en hasta 2.5% tratándose del sexo.
Los factores antes citados no se excluyen entre sí y pueden habilitar, según el caso, para
que la prestación económica del accidentado o enfermo profesional se transforme de
indemnización en pensión de invalidez parcial o bien, de pensión de
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invalidez parcial en pensión de invalidez total. Sin embargo, estos factores en caso alguno
servirán para transformar la invalidez total en gran invalidez.
Las prestaciones económicas por accidentes del trabajo o enfermedades profesionales que
producen invalidez, conforme ya se expresó, depende en su forma y monto, del tipo de
invalidez que se le haya producido al afiliado. En efecto, las prestaciones son de diverso
tipo según se esté ante una invalidez parcial, una invalidez total o una gran invalidez.
b.1.- Que producen invalidez parcial
Conforme lo dispone el art. 34 de la ley 16.744, se considera inválido parcial a
quien haya sufrido una disminución de su capacidad de ganancia, presumiblemente
permanente, igual o superior a un 15% e inferior a un 70%.
Por otra parte, el art. 3 del D.S. 109 establece que se considera invalidez el estado
derivado de un accidente del trabajo o enfermedad profesional que produzca una
incapacidad presumiblemente de naturaleza irreversible, aún cuando deje el trabajador una
incapacidad residual de trabajo que le permita continuar en actividad.
Las prestaciones económicas que corresponden a un estado de invalidez parcial
varían en forma y monto de acuerdo al grado porcentual que entre un 15% o grado inferior
al 70% de disminución de capacidad de ganancia, sufra la víctima de un accidente del
trabajo o enfermo profesional. En efecto, si la disminución de la capacidad de ganancia es
igual o superior a un 15% e inferior a un 40%, la víctima del accidente del trabajo o
enfermedad profesional, tiene derecho a una indemnización global cuyo monto no puede
exceder de quince (15) veces el sueldo base, la cual es determinada sobre la base de tal
monto máximo y el valor asignado a la incapacidad respectiva (art. 35 ley 16.744). El art.
30 del D.S. 109 establece el monto de indemnización que corresponde a un estado
porcentual de incapacidad determinado, conforme a la siguiente tabla:
% de incapacidad de Monto de
ganancia Indemnización
15.0 1.5
17.5 3.0
293
294
20.0 4.5
22.5 6.0
25.0 7.5
27.5 9.0
30.0 10.5
32.5 12.0
35.0 13.5
37.5 15.0
De esta forma, este tramo de incapacidad parcial (entre un 15% y menos de un 40%)
no da derecho a una pensión sino, el pago de una indemnización que se paga de una vez o
en mensualidades iguales o vencidas, a opción del interesado. Esta misma indemnización
corresponde al asegurado que a consecuencia de un accidente del trabajo sufra una
mutilación importante o una deformación notoria, siempre que no le incapacite para el
trabajo, y, su monto es fijado por el Organismo Administrador de conformidad al grado
porcentual que el art. 25 del D.S. 109 establece. En caso que la mutilación o deformación
notoria sea en al cara, cabeza u órganos genitales, la víctima tiene derecho al máximo de la
indemnización. (art. 37 ley 16.744).
Por otra parte, si la pérdida de capacidad de ganancia es igual o superior a un 40% e
inferior a un 70%, el accidentado o enfermo tiene derecho a una pensión mensual cuyo
monto es equivalente al 35% del sueldo base.
De esta forma, este segundo tramo de invalidez parcial no origina el pago de una
indemnización sino que, da derecho al pago de una pensión mensual. Esta pensión es
susceptible de ser aumentada en un 5% por cada uno de los hijos que causen asignación
familiar, y que, en exceso sobre dos, tenga el inválido parcial. En todo caso, aplicado este
aumento, no puede significar la obtención de una pensión que exceda el 50% del sueldo
base. (art. 41 ley 16.744).
Concedida una pensión y, durante los primeros ocho (8) años, contados desde la fecha en
que fue otorgado, el inválido debe someterse a exámenes médicos cada dos años. (art. 64
ley 16.744).
294
295
Vencido el plazo de ocho años, el organismo administrador puede exigir nuevos exámenes
cuando se trate de accidentes del trabajo o enfermedades profesionales que por su
naturaleza sean susceptibles de experimentar cambios, ya sea por mejoría o agravación (art.
64 ley 16.744 y 13 D.S. 109). En todos estos casos en que se requiera nuevos
exámenes, los organismos administradores pueden suspender el pago respectivo de las
pensiones a quienes se nieguen a someterse a dichos exámenes, controles o prescripciones
que les sean ordenadas, o a quienes se rehusen, sin causa justificada, a someterse a los
procesos necesarios para su rehabilitación física y reeducación profesional, que les sean
indicados. El interesado puede reclamar de esta situación ante la Comisión Médica de
Reclamos de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales.
b.2.- Que producen invalidez total
Conforme lo establece el art. 39 de la ley 16.744, se considera inválido total a quien
haya sufrido una disminución de su capacidad de ganancia, presumiblemente permanente,
igual o superior al 70%. El art. 3 del D.S. 109, aplicable a todo tipo de invalidez, establece
que la invalidez es el estado derivado de un accidente del trabajo o enfermedad profesional
que produce una incapacidad presumiblemente de naturaleza irreversible, aún cuando deje
en el trabajador una incapacidad residual de trabajo que le permita continuar en actividad.
El inválido total tiene derecho a percibir una pensión mensual equivalente al 70% de su
sueldo base.
Al igual de lo que sucede con la invalidez parcial, el monto de la pensión de un inválido
total se aumenta en un cinco (5%) por cada uno de los hijos que le causen asignación
familiar en exceso sobre dos. Sin embargo, la pensión así aumentada no puede en caso
alguno ser superior al 100% del sueldo base. (art. 41 ley 16.744).
También, de la forma como ocurre para el caso de la invalidez parcial, los
organismos administradores del seguro, de conformidad al art. 42 de la ley 16.744,
pueden suspender el pago de una pensión a quien se niegue a someterse
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a los exámenes, controles o prescripciones que les sean ordenadas; o que rehusen, sin causa
justificada, a someterse a los procesos necesarios para su rehabilitación física y reeducación
profesional que les sean indicados. El interesado puede reclamar de la citada suspensión
ante la Comisión Médica de Reclamos de Accidentes del Trabajo y Enfermedades
Profesionales.
b.3.- Que producen gran invalidez
Según lo establece el art. 40 de la ley 16.744, se considera gran inválido a quien
requiere del auxilio de otras personas para realizar los actos elementales de su vida.
La víctima de una gran invalidez tiene derecho a una pensión suplementaria, mientras
permanezca en tal estado, equivalente a un 30% de su sueldo base. De esta forma el gran
inválido percibe por concepto de pensión por invalidez aquella que le corresponde como
inválido total y, además percibe el suplemento ya citado.
También el gran inválido, de conformidad con lo expresado por el art. 41 de la ley, tiene
derecho a que su pensión se incremente en un 5% por cada uno de los hijos que le causen
asignación familiar, en exceso sobre dos. Sin embargo, en este último caso, el monto total
de la pensión no puede exceder el 140% del sueldo base. Este porcentaje del 5%, conforme
lo establece el Inc. final del art. 41 de la ley aumentará o disminuirá la pensión cada vez
que nazca o se extinga el derecho a los suplementos.
c.- Prestaciones económicas por accidentes del trabajo o enfermedades
profesionales que provocan la muerte
Al hablar de prestaciones económicas por accidentes del trabajo o
enfermedades profesionales que produzcan la muerte, nos estamos refiriendo
fundamentalmente a las pensiones de sobrevivencia. A ella tiene derecho una serie de
beneficiarios ya sea que a causa del accidente o enfermedad haya fallecido el
causante o bien que fallezca por cualquier causa quien haya estado a esa fecha inválido
pensionado. De esta forma los beneficiarios a pensiones de sobrevivencia acceden a ella, ya
sea que se produzca uno de estos dos hechos:
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de padre y madre, conforme lo dispone el art. 49 de la ley 16.744, tienen derecho a que su
pensión sea aumentada en un 50%. El art. 58 del D.S. 101 dispone que para los efectos del
citado aumento, se entiende faltar el padre y la madre, cuando, en caso de los hijos no
hubiere cónyuge sobreviviente y, en caso de los demás descendientes, cuando tal
circunstancia sea anterior al fallecimiento del asegurado. El mismo art. 49 en su inciso
segundo establece, por otra parte, que las pensiones de sobrevivencia de los demás
descendientes del causante que carecen de padre y madre pueden ser entregadas a las
personas o instituciones que los tengan a su cargo. El D.S. 101 en el art. 61 dispone que las
pensiones pueden ser entregadas a tales personas o instituciones siempre que se cumplan
con los siguientes requisitos:
-Que el descendiente sea menor de 18 años de edad o inválido de cualquier edad.
-Que la persona o institución a cuyo cargo esté el descendiente del causante compruebe
haberse atendido a su educación escolar o técnica o bien, que preste garantía suficiente de
que proveerá a ella.
-Que medie informe favorable de asistente social sobre las condiciones de vida
proporcionadas al descendiente.
Finalmente, en cuanto a todas las pensiones de sobrevivencia, al art. 50 de la ley 16.744
establece que las pensiones de sobrevivencia, en caso alguno pueden exceder, en conjunto,
del 100% de la pensión total que habría correspondido a la víctima si se hubiere invalidado
totalmente o de la pensión total que percibía al momento de su muerte, excluido el
suplemento por gran invalidez en caso que lo hubiere.
En razón de la disposición antes señalada, las pensiones se deben reducir en cada
beneficiario a prorrata de sus respectivas cuotas y, acrecerán, también, proporcionalmente,
dentro de sus respectivos límites, cuando algún beneficiario deje de tener derecho a pensión
o fallezca.
Siempre que se produzca el fallecimiento de un pensionado por invalidez, o afiliado
en servicio activo ( a causa o con ocasión de un accidente del trabajo o enfermedad
profesional), y se encontrare afiliado a una AFP, los fondos que
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tuviere en su cuenta individual de la AFP respectiva, pasan a integrar la masa de bienes del
difunto, es decir, generan herencia.
C) Evaluación, reevaluación y revisión de incapacidades
El art. 58 de la ley 16.744 prescribe que la declaración, evaluación, reevaluación
y revisión de las incapacidades es de exclusiva competencia de los Servicios de Salud.
Respecto de los afiliados a las Mutualidades, la declaración, evaluación, reevaluación y
revisión de las incapacidades permanente derivadas de un accidente permanente derivadas
de un accidente del trabajo corresponde a estas instituciones, las que en todo caso, según
lo preceptúa el inc. 2 del art. 58 de la ley 16.744, deben ajustarse, en lo pertinente, a las
mismas normas legales y reglamentarias aplicables a los otros organismos administradores.
El art. 4 del decreto 109, a su vez, dispone que la declaración, evaluación, reevaluación y
revisión de las invalideces es de competencia de las Comisiones de Medicina Preventiva
e invalidez de los Servicios de Salud, excepto si se trata de incapacidades permanentes
derivadas de accidentes del trabajo de afiliados a Mutualidades de empleadores, en cuyo
caso, la competencia corresponde a estas instituciones. Para ejecutar estas acciones, se debe
distinguir según se trate de acciones del trabajo o de enfermedades profesionales. En
efecto, si se trata de un accidente del trabajo, las mencionadas Comisiones deben citar
previamente al respectivo organismo administrador y/o a la empresa con Administración
Delegada, si correspondiere; si se trata de enfermedades profesionales, se debe citar a todos
los organismos administradores a los que haya estado afiliado el enfermo a contar del 1º de
mayo de 1968.
En todo caso, las Comisiones deben estar integradas por médicos especialistas. Conforme
lo prescribe el art. 59 de la ley 16.744, las declaraciones de incapacidad permanente
derivadas de accidentes del trabajo o enfermedades profesionales, deben hacerse en
función de la incapacidad para procurarse el accidentado o enfermo, una remuneración
equivalente al salario o renta que gana una persona sana en condiciones
análogas y en la misma localidad, tomándose en
consideración sus actuales fuerzas, capacidad y formación.
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De acuerdo con el art. 12 del Decreto 109, el interesado puede en los períodos intermedios
en que se debe hacer exámenes, pedir una sola vez la revisión de su invalidez.
De las resoluciones que dicten las Comisiones o las Mutualidades son apelables ante la
Comisión Médica de Reclamos de Accidentes del Trabajo y Enfermedades Profesionales.
(art. 10 Decreto 109).
3.3.- PREVENCION DE RIESGOS PROFESIONALES
El art. 65 de la ley 16.744 prescribe, en lo referente a la prevención de riesgos
profesionales, que corresponde a los Servicios de Salud la competencia general en materia
de supervigilancia y fiscalización de la prevención, higiene y seguridad de todos los sitios
de trabajo, cualesquiera que sean las actividades que en ello se realicen.
El Código del Trabajo, por su parte, contiene una serie de normas sobre prevención y
seguridad en las faenas. En efecto, el art. 184 prescribe que el empleador está obligado a
tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida y salud de sus
trabajadores. La misma disposición agrega en su inciso segundo que, también, el empleador
debe disponer de los elementos necesarios para prestar, en caso de accidentes de sus
trabajadores, oportuna y adecuada atención médica, farmacéutica y hospitalaria.
En todo caso, cabe destacar, que de conformidad con lo prevenido por el art. 185 del
mismo código, el Reglamento que se debe dictar para la aplicación de las normas del citado
cuerpo legal, Reglamento que aún no se ha dictado, deberá señalar las industrias o trabajos
peligrosos o insalubres y, además, fijar las normas necesarias para dar cumplimiento a lo
establecido por el ya mencionado art. 184.
Por otra parte, el art. 186, en lo referente a las industrias o trabajos peligrosos que
debe establecer el Reglamento, prescribe que para laborar en ellos se requerirá de un
certificado médico de aptitud.
En el mismo sentido, en cuanto a la regulación reglamentaria, el art. 189 del Código del
Trabajo establece que el Reglamento regirá los trabajos subterráneos que se efectúen en
terrenos compuestos de capas filtrantes, disgregantes y
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empresa y los trabajadores, ampliando el concepto que para estos Comités establecía el art.
66 de la ley 16.744, disposición esta última que sólo establecía la obligación de
constituirlos y sus funciones principales.
El inciso segundo del art. 1 del Decreto 54 agrega que si una empresa tuviere faenas,
sucursales, agencias distintas, en el mismo sitio o en diferentes lugares, en cada una de
ellas deberá organizarse un comité Paritario de Higiene y Seguridad, correspondiendo, en
todo caso, conforme lo estatuye el inciso tercero, a la Inspección del Trabajo decidir, en
caso de duda, si procede o no que se constituya un Comité Paritario.
Por otra parte, si en cumplimiento de la obligación antes mencionada de constituir un
Comité Paritario en cada faena, sucursal o agencias que tenga una empresa, así se hiciere,
ello no es obstáculo para que, además, se constituyan un comité Paritario de Higiene y
Seguridad permanente de toda la empresa. (art. 2 decreto 54). Este Comité Paritario, de
conformidad con lo prescrito por el art. 26 del mismo decreto 54, tiene la supervigilancia
del funcionamiento de los comités Paritarios que se organicen en las faenas, sucursales o
agencias y, subsidiariamente desempeñarán las funciones que para todo Comité Paritario
establece el art. 24 del Decreto 54.
En cuanto a la composición de los comités Paritarios de Higiene y Seguridad, ésta es de
tres representantes patronales y tres representantes de los trabajadores y, por cada uno de
los miembros debe haber un suplente. (art. 3 decreto 54).
Los miembros suplentes, de conformidad con lo prescrito por el art. 22 del decreto 54
reemplazan a los propietarios en caso de impedimento de éstos, por cualquier causa, o por
vacancia del cargo. Si corresponde a los miembros representantes de la empresa, son
llamados a integrar el Comité de acuerdo con el orden de precedencia con que la empresa
los hubiere designado y, si corresponde a los miembros representantes de los trabajadores,
son llamados de acuerdo a orden de mayoría con que fueron elegidos. En todo caso, los
miembros suplentes sólo pueden concurrir a las sesiones cuando les corresponda
reemplazar a los titulares.
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calidad de titulares aquellas personas que obtengan las tres más altas mayorías y, en calidad
de suplentes, las tres que sigan en orden decreciente. En caso de producirse un empate, se
dirime por sorteo. (art. 7º Decreto 54 ).
Si la elección no se efectúa, por cualquier causa, en la fecha en que corresponde, el
Inspector del Trabajo respectivo debe convocar a os trabajadores de la empresa, faena,
sucursal o agencia, para que ella se realice en la nueva fecha que indique, debiendo, para
estos efectos, hacer la convocatoria con no menos quince días de anticipación a la fecha de
la elección, mediante avisos colocados en lugares visibles de la respectiva industria o faena.
(art. 8 decreto 54).
De la elección debe levantarse un acta en triplicado en la que debe dejarse constancia
de las siguientes circunstancias:
-Total de votantes.
-Total de representantes por elegir.
-Los nombres en orden decreciente.
-Las personas que obtuvieron votos.
-Nómina de los elegidos.
El acta debe ser firmada por quien haya presidido la elección y por los elegidos, si
desean hacerlo.
Una copia de ella se debe enviar a la Inspección del Trabajo respectiva; otra a la
empresa y una tercera se archiva en el Comité Paritario de Higiene y Seguridad. (art. 11
Decreto 54).
Para ser reelegido representante de los trabajadores, el art. 10 del Decreto 54 establece que
se requieren cumplir con los siguientes requisitos.
- Tener más de 18 años de edad.
-Saber leer y escribir.
-Encontrarse actualmente trabajando en la respectiva entidad empleadora,
empresa, faena, sucursal o agencia.
-Haber pertenecido a la entidad empleadora año como mínimo. Este requisito no se exige
en aquellas empresas, faenas, sucursales o agencias en las cuales más de un 50% de los
trabajadores tengan menos de un año de antigüedad.
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5.- Indicar la adopción de todas las medidas de higiene y seguridad que sirvan para la
prevención de los riesgos profesionales, y
6.- Cumplir las demás funciones o misiones que les encomiende el organismo
administrador respectivo.
7.- Promover la realización de cursos de adiestramiento destinados a la capacitación
profesional de los trabajadores en organismos públicos o privados autorizados para cumplir
esta finalidad o en la misma empresa, industria o faena bajo el control y dirección de esos
organismos.
El control del cumplimiento de las normas sobre constitución y funcionamientos de los
Comités Paritarios de Higiene y Seguridad en las empresas, faenas, sucursales o agencias
corresponde, de conformidad al art. 28 del Decreto 545, a la Dirección del Trabajo, sin
perjuicio de las atribuciones que competen a la Superintendencia de Seguridad Social
y a los Organismos del sector salud.
Conforme lo dispone el art. 66 inc. 5 de la ley 16.744, las empresas están obligadas a
adoptar las medidas de prevención que les indique el o los Comités Paritarios, pudiendo
apelar de ellas ante el respectivo organismo administrador, dentro el plazo de 30 días,
contados desde la fecha en que les sea notificada la resolución del respectivo Comité.
El incumplimiento de las medidas acordadas por el o los Comités Paritarios de Higiene y
Seguridad, cuando hayan sido ratificadas por el respectivo organismo administrador, es
sancionado por los organismos de salud, de acuerdo al procedimiento de multas y
sanciones previstas en el Código Sanitario, sin perjuicio de que el organismo administrador
respectivo aplique, además, un recargo en la cotización adicional.
Otra forma o medida constante de protección que establece la ley 16.744 es la que se
refiere a los Departamentos de Prevención de Riesgos Profesionales. En efecto, el art. 66 de
la ley prescribe que en las empresas mineras, industriales o comerciales que ocupen a más
de cien trabajadores, es obligatoria la existencia de un Departamento de Prevención de
Riesgos Profesionales, el cual debe ser dirigido por un experto en prevención, el cual forma
parte, por derecho propio, de los Comités Paritarios de Higiene y Seguridad.
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el respectivo organismo administrador, dentro del plazo de 30 días desde que se les sea
notificada la resolución del citado departamento.
El incumplimiento de las medidas acordadas por el Departamento de Prevención de
Riesgos Profesionales, cuando hayan sido ratificadas por el respectivo organismo
administrador, es sancionado por los organismos de salud de acuerdo con el procedimiento
de multas y sanciones previsto en el Código Sanitario, sin perjuicio de que el organismo
administrador aplique, además, un recargo en la cotización adicional.
D) Reglamento Interno
Otra medida de protección permanente que las empresas deben adoptar es aquella
que se refiere a los Reglamentos Internos. A este efecto, el Código del Trabajo en el art.
153 dispone que las empresas industriales o comerciales que ocupen normalmente a 25 o
más trabajadores permanentes, contados todos los que prestan servicios en las distintas
fábricas o secciones, aunque estén situadas en localidades diferentes, están obligadas a
confeccionar un reglamento interno de orden, higiene y seguridad que contenga las
obligaciones y prohibiciones a que deben sujetarse los trabajadores, en relación con sus
labores, permanencia y vida en las dependencias de la respectiva empresa o
establecimiento.
Por su parte, el art. 67 de la ley 16.744 establece que las empresas o entidades están
obligadas a mantener al día los reglamentos internos de higiene y seguridad en el trabajo y
los trabajadores a cumplir con las exigencias que dichos reglamentos les impongan. Los
reglamentos deben consultar la aplicación de multas a los trabajadores que no usen los
elementos de protección personal que se les haya proporcionado o que no cumplan con las
obligaciones que les impongan las normas, reglamentaciones o instrucciones sobre higiene
y seguridad del trabajo.
A su vez, el art. 14 del Decreto 40 dispone que toda empresa está obligada a mantener
al día un reglamento de seguridad e higiene en el trabajo, cuyo cumplimiento es obligatorio
para los trabajadores. La empresa o entidad debe entregar gratuitamente un ejemplar del
reglamento a cada trabajador. En igual sentido, el art. 156 del C.T. estatuye que el
empleador debe entregar
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gratuitamente a los trabajadores un ejemplar impreso que contenga el texto del reglamento
interno de la empresa.
En todo caso, conforme lo estatuye el inc. 2 del art. 153 del Código del Trabajo, una copia
del reglamento debe remitirse al Ministerio de Salud y otra a la Dirección del Trabajo
dentro de los cinco días siguientes a la vigencia del mismo.
En el capítulo sobre sanciones a los trabajadores que no respeten el reglamento se
deben incluir las multas correspondientes, las que serán proporcionales a la gravedad de la
infracción, pero no pueden ser superiores a la cuarta parte del salario diario.
Sin perjuicio de las sanciones antes mencionadas, cuando se compruebe que un accidente o
enfermedad profesional se deba a negligencia inexcusable del trabajador, los organismos de
salud pueden aplicar una multa conforme a los procedimientos de multas que establece el
Código Sanitario. La circunstancia de deberse el accidente o la enfermedad profesional a
negligencia inexcusable debe ser establecida por el Comité Paritario de Higiene y
Seguridad, siempre que en la empresa exista este organismo.
El Código del Trabajo, en cuanto a las sanciones en casos de infracciones de los
Reglamentos Internos, en el art. 157 establece que cuando ellas se sancionen con multas,
ellas no pueden exceder de la cuarta parte de la remuneración diaria del infractor, y de su
aplicación puede reclamarse ante la Inspección del Trabajo, respectiva, siendo ésta, la
disposición actualmente vigente en esta materia.
El Código del Trabajo, en esta parte, dispone actualmente que las multas deben ser
destinadas a incrementar los fondos de bienestar que la empresa respectiva tenga para
los trabajadores, o de los servicios de bienestar social de las organizaciones sindicales
cuyos afiliados laboren en la empresa, a prorrata de la afiliación y en el orden señalado. A
falta de estos fondos o entidades, el producto de las multas pasa al Servicio Nacional de
Capacitación y Empleo y deben ser entregadas tan pronto como hayan sido aplicadas.
El art. 154 del Código del Trabajo, en cuanto a las menciones que debe contener todo
reglamento interno, establece que deben tener, a lo menos las siguientes disposiciones:
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-Las horas en que empieza y termina el trabajo y las de cada turno, si aquél se efectúa por
equipos.
-Los descansos.
-Los diversos tipos de remuneraciones.
-El lugar, día y hora de pago.
-Las obligaciones y prohibiciones a que están sujetos los trabajadores.
-La designación de los cargos ejecutivos o dependientes del establecimiento ante quienes
los trabajadores deban plantear sus peticiones, reclamos, consultas o sugerencias.
-Las normas especiales pertinentes a las diversas clases de faenas, de acuerdo con la edad y
sexo de los trabajadores.
-La forma de comprobación del cumplimiento de las leyes de previsión, de servicio
militar obligatorio, de cédula de identidad y en el caso de menores, de haberse cumplido
con la obligación escolar.
-Las normas e instrucciones de prevención, higiene y seguridad que deben observarse en la
empresa o establecimiento.
-Las sanciones que podrán aplicarse por infracción a las obligaciones que señale el
reglamento, las que sólo pueden consistir en amonestación verbal o escrita y multa de hasta
el veinticinco por ciento de la remuneración diaria.
-El procedimiento a que se debe someter la aplicación de las sanciones ya referidas.
D) Administración delegada
El art. 72 de la ley 16.744 dispone que las empresas que cumplan con las condiciones
que más adelante tienen derecho a que se les confiera la calidad de Administradoras
Delegadas del Seguro, respecto de sus propios trabajadores, en cuyo caso, tomarán el
otorgamiento de las prestaciones, con excepción de las pensiones.
Estas empresas deben ocupar habitualmente a 2000 o más trabajadores y deben tener
un capital y reservas superior a 7.000 sueldos vitales anuales, escala A, del Departamento
de Santiago (conforme lo dispone el art. 8 de la ley 18.018,
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las sumas expresadas en sueldos vitales deben convertirse en ingresos mínimos, según tabla
de conversión que el Decreto 51 de 13 de febrero de 1982 establece).
Además y conforme lo establecen los arts. 73 de la ley 16.744 y art. 23 del Decreto
101, estas empresas deben cumplir con los siguientes requisitos:
-Poseer servicios adecuados, con personal especializados en rehabilitación.
-Realizar actividades permanentes y efectivas de prevención de accidentes del trabajo
y enfermedades profesionales.
El art. 23 del decreto 101 agrega que los organismos de salud deben fiscalizar e informar la
subsistencia de las condiciones citadas a las instituciones que hubiesen delegado su
administración y a la Superintendencia de Seguridad Social.
-Constituir garantías suficientes del fiel cumplimiento de las obligaciones que asumen,
ante los organismos previsionales que hubiesen delegado su administración .
-Contar con él o los Comités Paritarios de Higiene y Seguridad que correspondan. Además
de los requisitos antes mencionados, el art, 23 del Decreto 101 agrega otros requisitos que
deben cumplir las empresas con Administración Delegada, a saber:
-Deben otorgar beneficios iguales o superiores a los que concede el delegante.
-No podrán otorgar ni pagar pensiones.
-Deben constituir para asegurar el fiel cumplimiento de las obligaciones que asumen una
garantía, que debe consistir en un depósito al contado y en dinero efectivo, hecho en el
organismo delegante, equivalente a dos meses de las cotizaciones que les hubiere
correspondido enterar de conformidad a la ley.
Esta garantía debe constituirse dentro de los 30 días siguientes a la fecha en que la
Superintendencia otorgue la autorización, bajo sanción de caducidad de la misma.
El administrador delegado tiene derecho a la restitución de la garantía y sus reajustes, en el
evento de que por propia voluntad resolviere poner término a la delegación y estuviere al
día en el cumplimiento de todos los requisitos y obligaciones. La voluntad de poner
término unilateralmente a la delegación debe
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Por otra parte, si por cualquier causa dejare de subsistir alguna de las condiciones
exigidas para la autorización de un organismo intermedio o de base o bien, si éste deja de
cumplir oportuna e íntegramente alguna de las prestaciones convenidas, se debe poner
término inmediato al convenio celebrado con los organismos administradores. La decisión
debe ser adoptada por el Consejo Directivo o Directorio del organismo administrador. (art.
34 Decreto 101).
Si el término del convenio se hubiere debido a incumplimiento de las prestaciones
convenidas, la garantía constituida cederá en beneficio del organismo administrador.
Si el término del convenio se debe a otra causa que no sea la propia voluntad del organismo
intermedio, la garantía cederá en beneficio de los organismos de salud. En todo caso, los
organismos intermedios tiene derecho a la restitución de la garantía y sus reajustes en el
evento de que por propia voluntad resolvieren poner término al convenio. La voluntad de
poner término al convenio unilateralmente debe ser comunicada, a lo menos, con seis
meses de anticipación. Esta restitución no comprende los intereses devengados o
percibidos, los que acrecerán, el fondo del seguro del organismo delegante.
E) Procedimientos y Recursos
El art. 76 de la ley 16.744 dispone la obligación de la entidad empleadora de
denunciar al organismo administrador respectivo, inmediatamente de producido, todo
accidente o enfermedad que pueda ocasionar incapacidad para el trabajo o muerte de la
víctima. En el caso que la entidad empleadora no hubiere realizado la denuncia, esta
obligación corresponde al accidentado o enfermo, o a sus derecho-habientes, o al médico
que trató o diagnosticó la lesión o enfermedad, como igualmente al Comité Paritario de
Higiene y Seguridad.
El art. 71 del Decreto 101 agrega que aparte de las personas y entidades obligadas a
denunciar los accidentes del trabajo y las enfermedades profesionales, la denuncia puede
ser hecha por cualquier persona que haya tenido conocimiento de los hechos y ante el
organismo administrador que deba pagar el subsidio.
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administradores pueden reclamarse dentro del plazo de noventa días hábiles, directamente
ante la Superintendencia de Seguridad Social.
En todo caso, cualquier personal o entidad podrá reclamar directamente ante la
Superintendencia de Seguridad Social del rechazo de una licencia o reposo médico por los
Servicios de Salud, Mutualidades e Instituciones de Salud Previsional, basado en que la
afección invocada tiene o no origen profesional. La Superintendencia de Seguridad Social
debe resolver con competencia exclusiva y sin ulterior recurso. (art. 77 bis inc. 2º ley
16.744).
Los reclamos y apelaciones que debe conocer la Comisión Médica de Accidentes del
Trabajo y Enfermedades Profesionales deben hacerse ante la comisión Médica misma o
ante la Inspección del Trabajo respectiva. En este último caso, el Inspector del Trabajo
debe enviar de inmediato el reclamo o la apelación y demás antecedentes a la Comisión
Médica.
Conforme lo dispone el art. 81 del Decreto 101, el término de 90 días hábiles establecido
para interponer reclamo o deducir el recurso, se cuenta desde la fecha en que se hubiere
notificado la decisión o acuerdo en contra de los cuales se presenta. En el caso que la
notificación se hubiere hecho por carta certificada, el término se cuenta desde la recepción
de dicha carta.
El art. 77 inc. final de la ley 16.744 establece, al efecto, que los plazos fijados para las
reclamaciones, se cuentan desde la notificación de la resolución, la que se efectuará
mediante carta certificada ó por los medios que establezcan los respectivos reglamentos. Si
se hubiere notificado por carta certificada, el plazo se cuenta desde el tercer día de recibida
la misma en el Servicio de Correos.
La Comisión Médica de Reclamos de Accidentes del Trabajo y Enfermedades
Profesionales, conforme lo dispone el art. 78 de la ley 16.744, está compuesta por las
siguientes personas:
-Dos médicos en representación de los Servicios de Salud, uno de los cuales lo presidirá.
-Un médico en representación de las organizaciones más representativas de los
trabajadores.
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los plazos de prescripción, si se les practicó tal notificación dentro del término previsto
para la notificación al demandado principal.
7º. Que como se ha dicho, los afectados no pueden interponer su demanda en contra del
subsidiariamente obligado junto con la demanda principal; lo cual podrá hacer, solamente,
cuando se haya previamente perseguido la deuda en los bienes del deudor principal.
Y, justamente, para no tornar dichos derechos ilusorios, es que el artículo 64 del Código del
Trabajo faculta al trabajador para solicitar que la demanda sea también notificada a los
eventuales deudores subsidiarios,, lo cual producirá como efecto, la interrupción de la
prescripción de las respectivas acciones.
8º. Que en consecuencia, no ha podido ser acogida la demanda subsidiaria de fojas 1 en
contra de J. Walter Thomson S.A. por cuanto su interposición ha sido totalmente
inoportuna.
9º. Que si bien la parte de J. Walter Thomson dedujo una excepción de incompetencia, en
atención a lo anterior razonado, se estima innecesario emitir un pronunciamiento respecto
de ella.
10º. Que además de los elementos de prueba analizados en el fallo que se revisa, como
testigo de la demandada Interma S.A. declaró a fs. 93 (antigua fs. 94) el Sr. Ignacio del
Carmen Gajardo Gallardo, quien se desempeñaba como supervisor del trabajador fallecido
y señala que a su parecer la empresa no tuvo ninguna responsabilidad en el accidente en
que falleció Silva, puesto que le consta que tenía implementos de seguridad, como ser
overol, guantes, bototos máscara de seguridad. Le consta que las entregaron aunque no sabe
si al momento del accidente las tenía puestas. También señala que concurrió al lugar de los
hechos, incluso a un tercer piso en construcción y allí se dio cuenta que el ducto de
chimenea estaba tapado, lo que inevitablemente produce la devolución de los gases por la
caldera. Anteriormente se habían hecho mantenciones en ese edificio y no había pasado
nada. El trabajador Silva era uno calificado que ya llevaba trabajando 4 años con el
declarante. Reconoce las fotografías acompañadas en el Nº 12 del segundo otrosí de fs. 35
como correspondientes al lugar de los hechos y dice que las calderas en cuestión
tenían un sistema de
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seguridad consistente en una fotocélula que protege el quemador, Cuando este funciona
mal, corta el paso del combustible y agrega que frente a una mala combustión, producto de
que el ducto está obstruido, la fotocélula debe funcionar. Dice que la de la caldera de
Walter Thomson estaba en buen estado.
11º.- Que también declara como testigo de Interma S.A. Gerardo Alejandro Henríquez
Salinas, quien a la época del accidente se desempeñaba como jefe técnico del departamento
de servicios, quien a fs. 102 señala que al día siguiente fue al lugar del accidente y allí se
enteró que en el local de Walter Thomson se estaba efectuando la construcción de un tercer
piso, lo que ellos no sabían. Allí se percató que la chimenea, a la altura del tercer piso
estaba cortada y habían colocado una plancha. Al correrla se dio cuenta que todo estaba
tapado con escombros. En lo que respecta al conocimiento que Silva tenía de su trabajo
dice que efectivamente era experto en él. En cuanto a los elementos de seguridad señala
que se le entregaba bototos, guantes, mascarilla de dos vías, overol y casco, y le consta que
el Sr. Gajardo le entregó esas medidas de seguridad a Silva. Describe en iguales términos el
testigo Gallardo que la caldera tenía una fotocélula de seguridad y que estaba en buen
estado.
12º.- Que toda relación laboral genera para la empleadora, respecto del trabajador aparte de
las obligaciones específicas que nacen del contrato que le da origen, una “obligación de
seguridad” cuyo contenido es la necesaria adopción de todas aquellas medidas tendientes a
evitar que el lugar de trabajo se produzca algún accidente que pueda afectar la vida, la
integridad física o la salud del trabajador, obligación de seguridad de la que no se encuentra
exonerada por la sola circunstancia de existir a favor del trabajador un seguro contra
riesgos de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales. Confirman estas
afirmaciones las disposiciones contenidas en los artículos 184 del Código del Trabajo y 69
de la ley Nº 16.744.
13º.- Que atendidos los valores que tiende a preservar tal “obligación de seguridad”, que no
son otros, como ya se ha dicho, que la vida, la integridad física y la salud del trabajador, y
dada la circunstancia que el artículo 69 de la citada ley Nº 16.744 no determina el grado
de culpa del cual debe responder el empleador
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A ello cabe señalar que de acuerdo a lo declarado por los propios testigos de la demandada
Interma S.A. la revisión que debía efectuar Silva incluía verificar el estado de
funcionamiento de una fotocélula de seguridad de la combustión, y han señalado que en
caso que los gases producto de ésta se devolvieran y dificultaran la combustión, esta
fotocélula acciona el dispositivo que corta el paso del combustible. Agregan que el de la
caldera en cuestión estaba en buen estado.
Si tal revisión debía efectuar el trabajador Silva , era absolutamente necesario que él
contara con algún elemento de seguridad especial que le advirtiera la presencia de
monóxido de carbono en exceso, para así poder saber que la fotocélula estaba funcionando
bien o no. Nadie declara sobre la existencia ni menos del uso de tal instrumento, como ello
se infiere de algún otro antecedente.
15º. Que en cuanto a la alegación que en la mantención no estaba incluida la revisión de los
shaft de evacuación de los gases convulsionados, acrecienta esta postura la responsabilidad
del empleador, al mandar a uno de sus empleadores a revisar el funcionamiento de una
caldera, sin que en los procedimientos se incluya la revisión de la evacuación de los gases
que cualquier persona sabe son tóxicos si se concentran en lugares cerrados, tal como lo era
el subterráneo donde estaba instalada la caldera.
16º. Que de lo anterior, cabe tener por acreditado que la empleadora de Adiel Silva Ávila,
esto es Interma S.A., no cumplió con su deber de seguridad a que estaba obligada.
17º. Que en cuanto al monto de las indemnizaciones solicitadas, cabe tener presente que el
trabajador fallecido era un hombre joven y sano, casado, con dos hijos, que ganaba un
sueldo a la época del siniestro de $215.856. Era el sostén económico de su familia sin que
aparezca de los antecedentes que tuviera otras entradas que no fueran su sueldo lo que les
permitía a todos vivir modestamente de acuerdo a estos ingresos.
Y si bien es cierto que la viuda e hijos tiene una pensión que paga la Mutual de Seguridad,
ésta no es de por vida, por lo que cabe considerarlo para los efectos de la regulación de
que se trata.
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El que la familia deje de percibir los ingresos del jefe de familia, lógicamente les produce
un daño emergente, el que conforme a lo anteriormente expuesto y los antecedentes
reunidos en autos, esto es, la declaración de Rossana Bianca Torrianni Pacheco, a fojas 90,
que depone sobre el deterioro económico de la familia del occiso, después de su muerte, se
regula en la suma de cinco millones de pesos ($5.000.000).
18º. Que no cabe duda alguna que la muerte del jefe de familia, marido y padre de los
demandantes, ha causado un inmenso dolor a los afectados demandantes, y éste, de acuerdo
al mérito de los antecedentes reunidos en autos, en especial a lo declarado por los testigos
de fs. 90, se regula prudencialmente en la suma de veinte millones de pesos ($20.000.000).
Por estas condiciones , y en conformidad con lo que disponen los artículos 455, 458, 463,
472, 473 del Código del Trabajo, se declara:
a) Se revoca la sentencia apelada de tres de diciembre de mil novecientos noventa y ocho,
escrita a fs. 159, en cuanto acoge la demanda subsidiariamente interpuesta en contra de la
empresa J. Walter Thomson S.A., y se declara que no ha lugar en este procedimiento a
dicha acción, y en consecuencia se omite pronunciamiento respecto de la excepción de
incompetencia planteada;
b) Se confirma la aludida sentencia en lo demás apelado con declaración de que Ingeniería
Industrial Térmica S.A. Interma S.A., queda condenada a pagar a los demandantes de fs. 1,
la suma de cinco millones de pesos ($5.000.000) por concepto de daño emergente y la
suma de veinte millones de pesos ($20.000.000) por daño moral;
c) Que las sumas señaladas precedentemente serán reajustadas de acuerdo a lo que señala
el artículo 63 del Código del Trabajo;
d) No se condena en costas a los apelantes, por haber tenido motivo plausible para alzarse.
Acordada con el voto en contra de la ministra Raquel Camposano, quien estuvo por casar
de oficio la sentencia en alzada, en virtud de la causal del Nº 1 del art. 768 del Código de
Procedimiento Civil, y en consecuencia dejarla sin efecto, por las siguientes razones:
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1º.- La competencia de los Juzgados del Trabajo conforme al art. 420 letra a) es para
conocer cuestiones suscitadas, exclusivamente, entre trabajadores y empleadores, por
aplicación de las normas laborales derivadas de la interpretación y aplicación de los
contratos individuales o colectivos del trabajo o de las convenciones y fallos arbitrales en
materia laboral.
En el caso de que se trata, los actores son la cónyuge y el hijo legítimo del trabajador
fallecido, quienes demandan la indemnización de los perjuicios o daños sufridos por ellos a
raíz del fallecimiento del trabajador. O sea, no puede entenderse este caso comprendido en
la referida letra a).
2º.- Que la letra c) del ya mencionado art. 420 se refiere a las cuestiones y
reclamaciones derivadas de la aplicación o interpretación de las normas sobre
previsión o seguridad social, cualquiera que fuere su naturaleza, época u origen, y que
fueren planteadas por los trabajadores o empleadores referidos en la letra a). La sola lectura
de la disposición transcrita deja en evidencia que se trata también de cuestiones entre
empleadores y trabajadores por lo que no puede entenderse que da competencia para
conocer de demandas deducidas por otras personas que no sean ellas.
3º.- Que en relación a lo dispuesto en la letra f) que da competencia a los juzgados
laborales para conocer de los juicios en que se pretenda hacer efectiva la responsabilidad
del empleador derivada de accidentes del trabajo o enfermedades profesionales, señala que
ello es con excepción de la responsabilidad extracontractual a la cual le será aplicable lo
dispuesto en el art. 69 de la ley Nº 16.744. Ahora bien, este artículo prescribe que si el
accidente del trabajo se debe a culpa o dolo del empleador o de un tercero, la víctima y las
demás personas a quienes el accidente o enfermedad cause daño, podrán reclamar también
las otras indemnizaciones a que tengan derecho conforme a las normas legales.
De lo expuesto se deriva que la responsabilidad extracontractual no es materia de
competencia de los tribunales del trabajo ya que está exceptuada expresamente, y debe
aplicársele precisamente el art. 69 antes mencionado; de ello se sigue que las materias del
aludido Art. 69 están fuera de la competencia laboral. Como la
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En el caso de los menores de 18 años de edad, su exclusión se extiende hasta que cumplan
esa edad, o sea, al cumplir los 18 años de edad, se incorporan al Seguro de Cesantía y, por
consiguiente, nace la obligación de cotizar.
Recordemos que en el Nuevo Sistema de Pensiones regulado por el Decreto Ley Nº 3.500,
de 1980, la invalidez total se otorga a afiliados con una pérdida de la capacidad de trabajo
de, a lo menos, dos tercios y que la invalidez parcial tiene lugar en los casos que la pérdida
de la capacidad de trabajo es igual o superior al 50% e inferior a los dos tercios.
Asimismo, en el Nuevo Sistema de Pensiones la pensión por vejez puede ser por vejez
normal, anticipada o por trabajos pesados,
Por su parte, en la Ley Nº 16.744, que establece el Seguro Social contra Accidentes del
Trabajo y Enfermedades Profesionales, es inválido parcial quien presenta una disminución
de su capacidad de trabajo, presumiblemente permanente, igual o superior al 15% e inferior
al 70%. Estas personas quedan afectas el Seguro.
A su vez, es considerado inválido total quien haya sufrido una disminución de su capacidad
de ganancia, presumiblemente permanente, igual o superior al 70%. De acuerdo a la
norma que nos ocupa, estas personas quedan excluidas del Seguro.
Se entiende que los pensionados afectos al Seguro y, por lo tanto, obligados a cotizar, son
aquellos que no obstante encontrarse pensionados por invalidez parcial, continúan
laborando como dependientes y regidos por el Código del Trabajo.
Finalmente, como la norma que se refiere a los pensionados es amplia, sin distinguir el
régimen en que la persona se haya pensionado, quedan comprendidos todos los
pensionados, debiendo recurrirse al régimen o sistema que le otorgó la pensión, para
determinar si la pensión obedece a una invalidez parcial o total.
Dos consideraciones respecto de esta norma y la del artículo 19:
El espíritu y sentido de esta ley dice relación con ofrecer cobertura a todos los
trabajadores enfrentados a la contingencia “ perdida del empleo”, es decir, lo
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Por cada día de atraso, la deuda reajustada devengará un interés penal equivalente a la tasa
de interés corriente para operaciones reajustables en moneda nacional a que se refiere el
artículo 6º de la Ley Nº 18.010, aumentado en un 20%. Con todo , a contar de los noventa
días de atraso, la tasa antes referida se aumentará en un 50%.
Si en un mes determinado el reajuste e interés penal aumentado en la forma señalada en los
párrafos anteriores, resultare de un monto inferior al interés que para operaciones no
reajustables determine la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras, o a la
rentabilidad nominal promedio de los últimos doce meses del Fondo de Cesantía
integrado por las cuentas individuales, calculada por la Superintendencia de
Administradoras de Fondos de Pensiones conforme al procedimiento establecido en el
artículo 36 del Decreto Ley Nº 3.500, de 1980, en ambos casos reajustados en un 20%, o en
un 50% si han transcurrido los noventa días de atraso a que se refiere el inciso precedente
se aplicará la mayor de estas dos últimas tasas, caso en el cual no corresponderá la
aplicación de reajustes. La rentabilidad mencionada corresponderá a la del mes
anteprecedente a aquél en que se devenguen los intereses y será considerada tasa para
efectos de determinar los intereses que procedan.
En todo caso, para determinar el interés penal, se aplicará la tasa vigente al día
primero del mes anterior a aquél en que se devengue.
La Sociedad Administradora estará obligada a seguir las acciones tendientes al cobro de las
cotizaciones que se encuentren adeudadas, más sus reajustes e intereses. Serán de su
beneficio las costas de tal cobranza.
G) Aplicación Ley Nº 17.322
Será aplicable, en lo pertinente, a los deudores de cotizaciones, lo dispuesto en los
artículos 3º, 4º, 5º, 6º, 7º, 8º, 9º, 11, 12, 14 y 18 de la Ley Nº 17.322 para el cobro de las
cotizaciones, reajustes e intereses adeudados a la Sociedad Administradora.
Es importante señalar que el artículo 3º de la Ley Nº 17.322, que establece normas para la
cobranza judicial de imposiciones, aportes y multas de las Instituciones de Previsión,
dispone que se presumirá de derecho que se han
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efectuado los descuentos de las cotizaciones previsionales, por el solo hecho de haberse
pagado total o parcialmente las respectivas remuneraciones a los trabajadores. Agrega, este
precepto legal que si se hubiesen omitido practicar dichos descuentos, será de cargo del
empleador el pago de las sumas que por tal concepto se adeuden.
Por su parte, el artículo 12 de la referida ley, prescribe que el empleador que no
consignare las sumas descontadas o que debió descontar de la remuneración de sus
trabajadores y sus reajustes e intereses penales, dentro del término de quince días, contado
desde la fecha del requerimiento de pago si no opuso excepciones , o desde la fecha de la
notificación de la sentencia de primera instancia que niegue lugar a ellas, será apremiado
con arresto, hasta por quince días. Este apremio podrá repetirse hasta obtener el pago de
las sumas retenidas o que han debido retenerse y de sus reajustes e intereses penales.
Dichos créditos gozarán del privilegio establecido en el Nº 5º del artículo
2.472 del Código Civil.
A los empleadores que no enteren las cotizaciones que hubieren retenido o debido retener a
sus trabajadores, les serán aplicables las sanciones penales que establezca la Ley Nº
17.322.
La prescripción que extingue las acciones para el cobro de estas cotizaciones,
reajustes e intereses, será de cinco años y se contará desde el término de los respectivos
servicios.
H) Ley Nº 19.631. (Ley Bustos)
Las sanciones establecidas en la Ley Nº 19.728, son sin perjuicio de las contenidas en
la Ley Nº 19.631. Esta última ley, prescribe que la terminación del contrato de trabajo, en
circunstancias que el empleador adeude cotizaciones previsionales, no producirá efectos y
el empleador deberá para las remuneraciones devengadas desde la terminación del contrato
y hasta el día en que pague las cotizaciones adeudadas.
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forma diferente a lo establecido para los demás causales de terminación del contrato de
trabajo, señalada en los párrafos precedentes.
La cantidad de giros que el trabajador que ha quedado cesante, puede efectuar de su cuenta
se determina en relación a los años y fracción superior a 6 meses en que haya cotizado en el
Seguro.
En efecto, el artículo 15 de la Ley Nº 19.728 prescribe que los trabajadores tendrán
derecho a realizar tantos giros mensuales de su Cuenta Individual por Cesantía como años
de cotizaciones y fracción superior a seis meses, registren desde su afiliación al Seguro o
desde el último giro por cesantía.
Expresamente, el legislador ha establecido un límite a la cantidad de giros que puede
realizar el trabajador, señalando que éstos no podrán exceder de cinco.
En consecuencia, de conformidad a lo indicado en los párrafos anteriores, el monto
de la prestación que recibirá el afiliado al Sistema, se encontrará condicionada por un lado
a la cantidad de fondos acumulados en la cuenta, y por el otro, al número de giros que
podrá realizar.
Para estos efectos, deberá distinguirse entre los trabajadores que tengan derecho a
un giro y aquellos que puedan efectuar más de un giro, con el límite, como ya se indicó, de
cinco giros. Así, el monto de los giros será el siguiente:
b.1.- Trabajadores con derecho a un giro
En el caso de los trabajadores que, de conformidad a los años cotizados en el
Sistema, tengan derecho a un solo giro, el monto de éste corresponderá al total acumulado
en la cuenta Individual por Cesantía.
En este mismo caso se encuentran los trabajadores que se pensionan y aquellos
contratados a plazo o para una obra, trabajo o servicio determinado, artículos 19 y 22.
b.2.- Trabajadores con derecho a dos o más giros
Para estos trabajadores, el monto del primer giro se determinará dividiendo el saldo
acumulado en la Cuenta Individual por Cesantía por el factor consignado en la tabla que
contiene el artículo 15 de la ley.
De conformidad al referido artículo 15, el factor que deberá aplicarse en cada
caso, es el que se indica en la tabla que se expone a continuación:
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El monto del segundo giro corresponderá al 90% del monto del primer giro, determinado
en la forma expuesta precedentemente.
El tercer giro será equivalente al 80% del monto del primer giro y el del cuarto giro, será
una suma equivalente al 70% del monto correspondiente a primer giro.
Finalmente, el monto del quinto giro corresponderá al saldo pendiente de la Cuenta
Individual por Cesantía
En el caso de los trabajadores que tuviesen derecho a menos de cinco giros, por registrar
menos de 4 años y seis meses de cotizaciones al Seguro, el último giro al cual tengan
derecho corresponderá al saldo pendiente de la Cuenta Individual por Cesantía.
Tratándose de trabajadores que, cumpliendo con los respectivos requisitos, hayan optado
por recibir beneficios con cargo al Fondo de Cesantía Solidario, el monto de las
prestaciones a las cuales tengan derecho se regirá por lo establecido en el artículo 25 de la
ley.
C) Pago de las prestaciones del seguro
Las prestaciones se pagarán por mensualidades vencidas y se devengarán a partir del
día siguiente al del término del contrato.
Para acceder al pago de las prestaciones, el trabajador deberá acreditar, ante la Sociedad
Administradora, la terminación del contrato de trabajo, por alguno de los siguientes
medios:
- Finiquito
- Comunicación o carta de aviso de término de contrato
- Certificación de la Inspección del Trabajo.
D) Cesación del pago de las prestaciones
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355
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2) Este derecho del trabajador es irrenunciable para todos los efectos y no se opondrá al
ejercicio de las demás acciones que correspondan.
3) La sentencia que establezca el pago de las prestaciones ordenará, además a título de
sanción, el pago de las cotizaciones que adeude el empleador con los reajustes e intereses
que correspondan, para que éstas sean enteradas en la Sociedad Administradora.
4) Lo anterior, es sin perjuicio del deber de la Sociedad Administradora de ejercer las
acciones tendientes al cobro de las cotizaciones adeudadas.
El tenor del inciso final del artículo 17 de la ley, deja en evidencia que el trabajador
afectado por el no pago de las cotizaciones por parte de su empleador, deberá recurrir a los
Tribunales de Justicia, reclamando por una parte, el pago de las prestaciones que le hubiese
correspondido percibir y, por la otra, el pago de las cotizaciones adeudas, las que deberán
ser enteradas en su integridad por el empleador. En consecuencia, el órgano competente
para conocer de esta reclamación es el juez del trabajo respectivo.
F) Fallecimiento del trabajador
En el caso de fallecimiento del trabajador, el artículo 18 de la ley, ha establecido una
excepción a la forma en que deben retirarse los fondos acumulados en la Cuenta Individual
por Cesantía. En efecto, tales fondos se entregan en un solo pago a las personas que se
indicarán enseguida, a las cuales no se les establece la modalidad de efectuar giros, en los
términos expuestos en los números precedentes.
Las personas a quienes deben pagarse los fondos de la Cuenta Individual por Cesantía en
este caso son:
1) En primer término, a la persona o personas que el trabajador haya designado ante la
Sociedad Administradora.
Esta designación podrá ser efectuada por el trabajador en cualquier momento, para lo cual,
bastará que en forma explícita manifieste su voluntad ante la Sociedad Administradora.
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2) A falta de expresión de voluntad del trabajador, dicho pago se hará a las personas
designadas en el inciso segundo del artículo 60 del Código del Trabajo, esto es, el o la
cónyuge, los hijos o los padres.
Estos pagos se efectuarán bastando acreditar, por los beneficiarios, su identidad o el estado
civil respectivo.
Si al momento de fallecer el trabajador, no existe ninguna de las personas mencionadas, los
fondos acumulados en la Cuenta Individual por Cesantía, constituirán herencia, rigiéndose
por las normas pertinentes.
G) Prestaciones de Salud
En forma complementaria a la prestación que recibe el trabajador con cargo a los
fondos de cuenta individual por cesantía, los afiliados al Seguro, durante el período en que
se devenguen las mensualidades respectivas, o sea mientras se encuentren percibiendo los
giros determinados en la forma ya indicada, mantendrá la calidad de afiliados al régimen de
la Ley Nº 18.469. (Ley FONASA
Debe tenerse presente, que en materia de Régimen de Prestaciones de Salud privado, es
decir, aquel administrado por las ISAPRE, el trabajador se encuentra vinculado a la
Institución de Salud Previsional en virtud de un contrato de salud, cuya terminación no se
produce automáticamente, cuando el trabajador adquiere la calidad de cesante, por lo cual
es necesario que solicite la desafiliación, invocando precisamente esa circunstancia de la
cesantía que lo afecta.
H) Asignaciones Familiares
Aquellos trabajadores que tengan derecho a las prestaciones del Fondo de Cesantía
Solidario, que al momento de quedar cesantes percibían asignaciones familiares en calidad
de beneficiarios, según el ingreso mensual y valores correspondientes, tendrán derecho a
continuar impetrando este beneficio por los mismos montos que estaban a la fecha del
despido, mientras perciban giros mensuales conforme a la ley.
I) Naturaleza de las prestaciones
Las prestaciones que reciba el trabajador con cargo a su cuenta individual por
cesantía han sido calificadas por el legislador en los siguientes términos:
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1) Las prestaciones establecidas en esta ley de cargo de los empleadores a favor de los
trabajadores afiliados al Seguro, tendrán la calidad jurídica de indemnizaciones por años de
servicio, para todos los efectos legales, en caso de despido por el artículo 161 del Código
del Trabajo.
2) Las prestaciones no se encuentran afectas a cotización previsional.
3) Los fondos y los giros no constituyen renta para efectos tributarios.
4) Los incrementos que experimenten las cotizaciones aportadas al Fondo de Cesantía no
constituirán renta para los efectos de la Ley de la Renta.
J) Embargabilidad de los fondos
Los fondos de la Cuenta Individual por Cesantía sólo serán embargables una vez
terminado el respectivo contrato de trabajo, en los casos y porcentajes previstos en el inciso
segundo del artículo 57 del Código del Trabajo, esto es, en los casos de pensiones
alimenticias debidas por ley y decretadas judicialmente; de defraudación, hurto o robo
cometidos por el trabajador en contra del empleador en ejercicio de su cargo y de
remuneraciones adeudadas por el trabajador a las personas que hayan estado a su servicio
en calidad de trabajadores.
K) Prestaciones con cargo al fondo de cesantía solidario
a.- Composición del fondo solidario
El artículo 23 de la Ley Nº 19.728 crea un Fondo Solidario de Cesantía el que se
constituirá con los siguientes aportes:
1) Una parte de la cotización de cargo del empleador, equivalente al 0,8% de la
remuneración imponible.
2) El aporte que efectuará el Estado que ascenderá anualmente a un total de 225.792
unidades tributarias mensuales, las que se enterarán en 12 cuotas mensuales de 18.816
unidades tributarias mensuales.
El aporte del Estado durante el primer año de operación del Seguro ascenderá a
32.256 unidades tributarias mensuales. Esta cifra se ajustará anualmente en función de la
cobertura de los cotizantes al Seguro que se registre en el año anterior.
Para estos efectos, la cobertura se define como el porcentaje que represente el total de
cotizantes en el seguro de Cesantía, reportado por la Sociedad
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este artículo en forma proporcional a la jornada promedio mensual de los últimos doce
meses.
6) La responsabilidad del Fondo de Cesantía Solidario operará una vez agotados los
recursos de la Cuenta Individual por Cesantía.
7) El valor total de los beneficios a pagar con cargo al Fondo de Cesantía Solidario en un
mes determinado, no podrá exceder el 20% del valor acumulado en el Fondo al último
día del mes anterior.
8) Si el valor total de los beneficios a pagar en el mes, con cargo al Fondo de Cesantía
Solidario, calculados según la regla de beneficios máximos porcentuales y numéricos
contenida en el cuadro expuesto en el Nº 3), excediere el 20% del valor acumulado en el
Fondo al último día del mes anterior.
9) El beneficio a pagar a cada afiliado se disminuirá proporcionalmente conforme al valor
total de beneficios que pueda financiar el Fondo de Cesantía Solidario.
e.- Pago de las prestaciones
Las prestaciones se devengarán y pagarán por mensualidades vencidas y no estarán
afecta a cotización previsional alguna, ni a impuestos.
Los afiliados al Seguro, al momento de acreditar las condiciones que autorizan el
pago de prestaciones con cargo al Fondo de Cesantía Solidario, deberán manifestarle a la
Sociedad Administradora su opción de recibir beneficios con cargo a dicho fondo o bien
hacer uso exclusivo de los fondos acumulados en su Cuenta Individual por Cesantía.
La opción ejercida será aplicable para cada uno de los giros a los cuales tuviere
derecho el afiliado conforme a la ley.
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Considerando, como se indicó en el número anterior, que los beneficios con cargo al Fondo
de Cesantía Solidario, son incompatibles con toda actividad remunerada, deberá entenderse
que el nuevo empleo, que genera la cesación de las prestaciones, comprenderá cualquier
actividad que importe para el cesante ingresos, sin consideración del origen o naturaleza de
los mismos.
g.- Causales de extinción de los beneficios
El trabajador no podrá acceder a las prestaciones del Fondo de Cesantía Solidario o se
producirá la extinción de las ya concedidos, en los casos que se señalan a continuación:
1) Si el cesante rechazare, sin causa justificada, la ocupación que le ofrezca la respectiva
Oficina Municipal de Intermediación Laboral, y siempre y cuando ella le hubiere permitido
ganar una remuneración igual o superior al 50% de la última devengada en el empleo
anterior.
2) Si el beneficiario rechazare una beca de capacitación ofrecida y financiada por el
Servicio Nacional de Capacitación y Empleo.
De conformidad al artículo 46 de la ley, la Sociedad Administradora deberá enviar los
antecedentes necesarios del beneficiario del Seguro, a la oficina de información laboral de
la Municipalidad que corresponda o se encuentre más próxima a su domicilio.
g.- Sanciones
Las personas que incurran en alguna de las siguientes acciones, serán sancionadas con
reclusión menor en sus grados mínimo a medio:
1) Las que obtuvieren mediante simulación o engaño prestaciones con cargo al Fondo
de Cesantía Solidario.
2) Las que obtengan con simulación o engaño un beneficio mayor al que les
corresponda
3) Los que faciliten los medios para la comisión de los delitos mencionados en los
números precedentes
Las personas mencionadas, además, deberán restituir al Fondo de Cesantía Solidario las
sumas indebidamente percibidas.
L) Indemnizaciones por años de servicio
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En ningún caso se podrá tomar en cuenta el monto constituido por los aportes del
trabajador, para los efectos de la imputación que nos ocupa.
Durante la discusión parlamentaria, se planteó la idea que para que el empleador pudiera
efectuar la imputación mencionada, debía pagar la indemnización por años de servicio en
un plazo determinado o en ciertas condiciones.
Ocurre que el artículo 13 de la Ley Nº 19.728, al regular este derecho a imputación del
empleador no ha consignado ninguna de las exigencias mencionadas en el párrafo anterior,
por lo tanto, el empleador podrá realizar la referida imputación, cualquiera sea el momento
en que pague la indemnización por años de servicio.
A contrario sensu, este derecho a imputación no es factible de ser utilizado en
aquellos casos en que el trabajador es despedido por alguna causal de termino de su
contrato que no da derecho a pago de indemnización, y presentada demanda judicial al
respecto se declara que el despido fue indebido improcedente o injustificado, ordenándose
el pago de las indemnizaciones que correspondan.
b.- Indemnizaciones pactadas en instrumentos colectivos
Esta situación es regulada por el artículo 48 de la ley, estableciendo que el empleador
podrá rebajar de las indemnizaciones pactadas en instrumentos colectivos lo aportado al
Seguro.
Esta norma establece las siguientes reglas:
1) Se requiere que trabajadores afiliados al Seguro, o sea, los obligados a cotizar, ingresen
a una empresa en que exista convenio colectivo, contrato colectivo o fallo arbitral.
2) Que en esos instrumentos colectivos se haya establecido un sistema de indemnización
por término de la relación laboral.
3) Que el trabajador con el empleador pacten o acuerden incorporarse al sistema
indemnizatorio contemplado en el instrumento colectivo.
4) Producida la incorporación al instrumento colectivo los trabajadores tendrán derecho a
los beneficios adicionales al Seguro que les otorgue dicho instrumento.
5) Esa incorporación mantendrá vigente la obligación del empleador y del trabajador de
cotizar sus respectivos aportes.
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BIBLIOGRAFÍA
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-GACETA JURÍDICA.-
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373
INDICE GENERAL.-
INTRODUCCIÓN.................................................................................................001
CAPITULO PRIMERO
HISTORIA DE LA SEGURIDAD SOCIAL
CAPITULO SEGUNDO
FUNDAMENTOS Y
CONCEPTOS
373
374
CAPITULO TERCERO
INSTITUCIONES DE LA SEGURIDAD
SOCIAL
CAPITULO CUARTO
SISTEMAS TRADICIONALES DE REPARACIÓN DE LAS CONTINGENCIAS
1.- EL AHORRO.........................................................................................................022
2.- LA FAMILIA........................................................................................................023
3.- EL GREMIO..........................................................................................................023
4.- LA MUTUALIDAD..............................................................................................024
5.- LA ASISTENCIA PRIVADA..............................................................................025
6.- LA ASISTENCIA PUBLICA O BENEFICENCIA.............................................026
CAPITULO QUINTO
PRINCIPIOS DE LA SEGURIDAD
SOCIAL
1.- UNIVERSALIDAD...............................................................................................028
374
375
CAPITULO SEXTO
SISTEMAS FINANCIEROS DE LA SEGURIDAD SOCIAL
CAPITULO SÉPTIMO
EL DERECHO DE LA SEGURIDAD SOCIAL
1.- CONCEPTO..........................................................................................................037
2.- RELACIONES CON EL DERECHO DEL TRABAJO.......................................038
3.- FUENTES..............................................................................................................039
4.- LA RELACION JURÍDICO COLECTIVA..........................................................041
5.- LA ADMINISTRACIÓN DE LA SEGURIDAD SOCIAL..................................042
A.- Estatal....................................................................................................................042
B.- Privada...................................................................................................................043
6.- EL ESTADO Y EL CONTROL DE LA SEGURIDAD SOCIAL......................044
7.- REGIMEN JURÍDICO DE LAS FORMULAS DE
ASEGURAMIENTO SOCIAL............................................................................045
7.1.- LA AFILIACIÓN.................................................................................................046
a.- Formalidades..........................................................................................................046
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376
CAPITULO OCTAVO
LOS REGÍMENES Y PRESTACIONES DE LA SEGURIDAD SOCIAL EN
CHILE
b.- Universalidad........................................................................................................080
c.- Sistema basado en la libertad.................................................................................081
d.- Administración privada........................................................................................082
1.2.- REGIMEN LEGAL DE LAS ADMINISTRADORAS DE FONDOS DE
PENSIONES........................................................................................................083
1.2.1.- LAS ADMINISTRADORAS DE FONDOS DE PENSIONES.............................083
1.2.2.- LA AFILIACIÓN..................................................................................................085
A.- Características......................................................................................................085
a.- Es única................................................................................................................085
b.- Es permanente......................................................................................................086
c.- Es excluyente........................................................................................................086
d.- Es obligatoria o voluntaria...................................................................................086
e.- Es no discriminatoria...........................................................................................087
f.- Es de libre elección...............................................................................................087
B.- La desafiliación.....................................................................................................088
1.2.3.- LA COTIZACIÓN.................................................................................................090
A.- Concepto...............................................................................................................090
B.- Personas Obligadas a cotizar................................................................................091
C.- Personas facultadas a cotizar................................................................................092
1.3.- FONDOS DE PENSIONES..................................................................................095
A.- Composición de los Fondos de Pensiones............................................................096
B.- Rentabilidad de los Fondos de Pensiones.............................................................097
C.- Fondo de Fluctuación de Rentabilidad..................................................................098
D.- Encaje...................................................................................................................098
1.3.1.- MULTIFONDOS DE PENSIONES.......................................................................099
A.- Tipos de Fondos....................................................................................................102
B.- Asignación de fondos por falta de opción............................................................102
a.- Afiliados que se incorporan al sistema.................................................................102
J.- Plazos...................................................................................................................210
K.- Falta de pronunciamiento......................................................................................211
L.- Pronunciamiento....................................................................................................212
LL.- Reclamación..........................................................................................................212
a.- Por duración de la licencia.....................................................................................212
b.- Por monto del subsidio..........................................................................................212
N.- Fiscalización..........................................................................................................215
M.- Obligaciones del profesional que otorga la licencia..............................................215
Ñ.- Obligaciones del empleador..................................................................................216
O.- Causales de rechazo de las licencias medicas......................................................216
P.- Licencias medicas y termino de contrato.............................................................217
a.- Causales de termino de contrato............................................................................217
b.- Contratos a plazo fijo............................................................................................219
c.- Contratos por obra o faena o servicio determinado...............................................220
d.- Necesidades de la empresa y desahucio...............................................................220
2.4.- PROCEDIMIENTOS DE RECLAMOS ANTE LA SUPERINTENDENCIA DE
ISAPRES.............................................................................................................220
2.5.- PROYECTO NUEVA FORMA DE FINANCIAMIENTO DE PRESTACIONES
DE SALUD.........................................................................................................225
3.4.- JURISPRUDENCIA..............................................................................................326
a.- Funciones..............................................................................................................368
b.- Facultades..............................................................................................................368
BIBLIOGRAFÍA..................................................................................................370
385