Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Comunicaciones
Presentado por:
Christian Rodrigo Álvarez Mancilla
CLDODP3082249
Directora:
Arica - Chile
noviembre de 2023
ÁREA DE FORMACIÓN DEL PROFESORADO
Universidad matriculada:
UNEATLANTICO
UNINI-MEXICO
UNINI-PUERTO RICO
El presente trabajo de tesis para optar al título de Maestría en Educación con Especialidad
en Educación Superior está dedicado a mis dos hijos Mariela y Rodrigo, sin lugar a duda, ellos son
lo mejor y más puro que me ha pasado en la vida.
I
AGRADECIMIENTOS
A mi tutora de este trabajo Doctora Claudia Barros de Camargo por su capacidad para
orientarme colaborativamente.
II
COMPROMISO DE AUTOR
Christian Firmado
digitalmente por
Rodrigo Christian Rodrigo
Álvarez Álvarez Mancilla
Fecha: 2023.11.15
Mancilla 23:05:35 -03'00'
Firma:
III
Dirección Académica
Por este medio autorizo la publicación electrónica de la versión aprobada de
mi Proyecto Final bajo el título: Orientaciones para el Diseño de Instrumentos de
Evaluación en un Modelo de Enseñanza-Aprendizaje Basado en la Formación por
Competencias para la educación superior técnica profesional de Chile, en el campus
virtual y en otros espacios de divulgación electrónica de esta Institución.
Informo los datos para la descripción del trabajo:
Orientaciones para el Diseño de Instrumentos de Evaluación
en un Modelo de Enseñanza-Aprendizaje Basado en la
Título
Formación por Competencias para la educación superior
técnico profesional de Chile.
Autor
Christian Rodrigo Álvarez Mancilla
Contacto cram.aricachile@gmail.com
IV
Atentamente,
Christian Firmado
digitalmente por
Rodrigo Christian Rodrigo
Álvarez Álvarez Mancilla
Fecha: 2023.11.15
Mancilla 23:07:30 -03'00'
Firma:
V
Índice
1. INTRODUCCIÓN ................................................................................................................... 1
1.1. Planteamiento del problema… ............................................................................................... 5
1.2. Preguntas de investigación ..................................................................................................... 5
1.3. Objetivos ............................................................................................................................... 5
2. MARCO TEÓRICO.................................................................................................................. 7
2.1. Definiciones y principales tendencias teóricas en el aprendizaje .............................................. 7
Nivel de complejidad de la competencia a evaluar .........................................................................52
3. METODOLOGÍA ................................................................................................................... 54
3.1. Enfoque metodológico ..........................................................................................................54
3.2. Tipo de estudio .................................................................................................................... 55
3.3. Descripción del contexto, los participantes o población y el periodo en el que se realizó la
investigación ............................................................................................................................... 56
3.4. Descripción de los procedimientos metodológicos .................................................................59
3.5. Descripción de la recogida de datos .......................................................................................60
3.6. Descripción de las herramientas o procedimientos para el análisis de los datos ...................... 61
3.7. Descripción de la recogida de datos para el diagnóstico que fundamentó el diseño 62
4. RESULTADOS Y DISCUSIÓN ............................................................................................. 63
4.1. Objetivo Específico 1 ........................................................................................................... 63
4.2. Objetivo Específico 2 ........................................................................................................... 70
4.3. Objetivo Específico 3 ........................................................................................................... 87
4.4. Objetivo Específico 4......................................................................................................... 101
4.5. Elementos que deben estar presentes en el proceso evaluativo y en los instrumentos de
evaluación ................................................................................................................................. 103
4.6. Técnicas de instrumentos evaluativos ................................................................................. 129
4.7. Cruce de técnicas evaluativas, agente evaluativo y tipo de instrumento evaluativo…135
4.8. Instrumentos evaluativos de primer nivel ............................................................................ 140
4.9. Instrumentos evaluativos de segundo nivel ......................................................................... 146
4.10. Instrumentos evaluativos de tercer nivel ........................................................................... 152
5. CONCLUSIONES ................................................................................................................ 160
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ....................................................................................... 167
VI
Índice de tablas
Tabla 4 Formato tipo lista de cotejo para los instrumentos de evaluación ..................... 105
VII
Tabla 22 Asociación de competencias .......................................................................... 144
VIII
Índice de figuras
subdimensión ................................................................................................................... 46
IX
Resumen
X
Abstract
In this master's thesis, the results of a research project that seeks to contribute to the
construction of evaluation instruments in technical-professional education in Chile are presented, to
improve the quality of the teaching process. Regarding the main theoretical approaches considered,
the study analyzed the three main theoretical lines for the development of teaching-learning models,
highlighting behaviorism, cognitivism and constructivism. The methodology used involved the
adoption of a qualitative approach to realistically approach the data analyzed. Two intervention
instruments were used to correctly diagnose the methodological guidelines for the design of these
evaluation instruments. In addition, 47 evaluation instruments applied by teachers in HEIs in northern
Chile were analyzed, the majority being hetero-evaluative and summative instruments. The main
results of the research were that, in practice, evaluation instruments focused on level
1 and level 2 of Bloom's taxonomy continue to be applied, and in only some cases instruments of a
collaborative nature are implemented. As a result of this analysis, a methodological procedure was
designed for the construction of evaluation instruments with a competency approach, whose
contribution will be to adjust teaching with respect to learning in the training of technical-
professional higher education. The above was formalized in the delivery of methodological
guidelines, which allow the design of evaluation instruments based on a competency-based training
model to be better adjusted.
XI
1. INTRODUCCIÓN
Si bien es cierto las líneas teóricas en torno de los modelos de enseñanza – aprendizaje son
maduras y la bibliografía es profusa, a nivel de diseño de instrumentos de evaluación y
específicamente de instrumentos asociados al modelo de formación por competencias para los
Centros de Formación Técnica en Chile, realmente es escasa.
1
La relevancia para el desarrollo de la presente investigación tiene los siguientes fundamentos:
c) Colabora con la construcción incremental del perfil de egreso y sus competencias declaradas.
Por otro lado, solo un 15% de los instrumentos analizados reflejan en su diseño algún tipo
de secuenciación colaborativa, o alguna estrategia donde se puede evidenciar
2
el carácter co-evaluativo del instrumento o el desarrollo de talleres o laboratorios donde se puede
evidenciar de manera concreta el carácter competencial de los contenidos.
El primer capítulo aborda los tres principales desarrollos teóricos del aprendizaje:
conductismo, cognitivismo y constructivismo, llegando a la conclusión de que el refinamiento del
aprendizaje se ha dado en sucesivos incrementos, donde se puede realizar un análisis de corte
histórico, luego de una retrospectiva que nos permita establecer el antes y el después de estas teorías.
Lo cierto que estas tres líneas teóricas enfrentan:
d) Entender que el aprendizaje siempre será una recreación de una competencia en un contexto
determinado.
3
la sociedad y esa es la razón por la cual el conceto de competencia es de interés institucional.
El segundo capítulo aborda los aspectos metodológicos y las distintas herramientas a través de
los cuales se desarrollaron las investigaciones, el trabajo de gabinete, el análisis de instrumentos de
evaluación de distinta naturaleza y la aplicación de encuestas con la finalidad de poder analizar y
comparar la comprensión de los docentes del proceso evaluativo, respecto de la manera en que
finalmente se diseñan dichos instrumentos.
Además, se desarrolló una metodología de grupo focal con 5 docentes participantes que
opinaron respecto de distintas temáticas asociadas a la formación por competencias,
4
donde uno de los elementos más relevantes a nuestro entender estaría dada por la necesidad o al
menos la inquietud, de contar con instrumentos evaluativos estandarizados y generados
institucionalmente.
Junto con todo esto se analizaron 47 instrumentos evaluativos aplicados por docentes, en IES
técnico profesionales del norte de Chile, lo que nos permitió contrastar tanto las percepciones de los
docentes a través del desarrollo de encuestas, como del mismo enfoque teórico.
Finalmente, el capítulo 4 constituye un aporte metodológico para los docentes que requieren
incrementar la relación de la enseñanza con la evaluación longitudinal, para de esta manera lograr un
proceso de enseñanza – aprendizaje más integral y significativo.
¿Hay una metodología que sirva de orientaciones a los docentes para el diseño de
instrumentos de evaluación, en un modelo de enseñanza – aprendizaje basado en la formación por
competencias?
1.3. Objetivos
Proponer una metodología que sirva de orientaciones a los docentes para el diseño de
instrumentos de evaluación, en un modelo de enseñanza – aprendizaje basado en la formación por
competencias.
5
1.3.2. Objetivos específicos
6
2. MARCO TEÓRICO
El presente capitulo define las 3 líneas teóricas más relevantes en el proceso de enseñanza –
aprendizaje, resaltando las ineludibles relaciones incrementales que se han establecido linealmente
entre el conductismo, el cognitivismo y finalmente el constructivismo. Además, se identifica la
definición de aprendizaje desde la neurociencia y la psicología del aprendizaje, en un intento por
evidenciar que el aprendizaje no siempre responde a una conducta observada, cuestión esencial en el
conductismo y en la evolución de las líneas teóricas que han permitido finalmente arribar al modelo
de enseñanza – aprendizaje basado en competencias.
La evaluación del aprendizaje es uno de los momentos más relevantes del proceso de
enseñanza – aprendizaje. En general, la mayoría de las veces los profesores o docentes en las
Instituciones de Educación Superior (IES), tienden a separar el proceso de enseñanza de la gestión
evaluativa en sus distintas modalidades (diagnóstica, formativa y sumativa), lo que genera una
disociación no favorable para el proceso de aprendizaje holístico e incremental por parte de los
estudiantes.
7
siguiendo a Santiesteban y Enrique (2016), que este instrumento de evaluación concibe la respuesta
como una función psicomotora.
Las principales escuelas para el desarrollo de las teorías del aprendizaje serían el
conductismo, el cognitivismo y el constructivismo, sin que estas principales corrientes teóricas del
aprendizaje necesariamente se superen unas a otras o que exista una preeminencia
independientemente del contexto de aprendizaje en el cual se desarrolla la experiencia especifica,
Sunchk (2012). Con todo, los inicios y el perfeccionamiento de las principales líneas de análisis
científico estuvieron y están asociadas con el avance en paralelo de la psicología como ciencia de la
conducta humana, específicamente la psicología del aprendizaje, donde una de las ciencias más
modernas es la neurociencia que define el aprendizaje como “un cambio de comportamiento a través
de una experiencia, pero también tiene que haber un cambio en la elaboración de los mapas cognitivos
— estrategias de respuesta frente a un problema— y en las redes neurales. Hay tres aspectos
importantes que la neurociencia toma en cuenta para el concepto de aprendizaje: cambio en el
comportamiento, cambio en mapas cognitivos y cambio en las redes neurales” (Pease, Figallo y Isla,
2016, pág. 103).
Probablemente esta definición esté muy alejada de aquellas más tradicionales y pendiente de
las externalidades de los sujetos en un enfoque conductista, ya que en vez de buscar solo efectos
también aborda las causas. Identificar parte de la definición del aprendizaje a partir de un cambio en
las redes neuronales, implica una constatación científica que está mucho más allá de las ciencias
sociales, de la psicología inclusive, abordando lo neuronal como elemento central de apoyo respecto
de los otros dos factores que constituyen el aprendizaje: a) cambio en el comportamiento y b) cambio
en mapas cognitivos.
En otros casos, como el aprendizaje cooperativo, se observa el cambio como una definición
sistémica, donde el tránsito de la información como entrada, asimilada y procesada resulta en un
cambio en el sujeto como conducta de salida. “Se parte de la idea
8
de que el aprendizaje es considerado como el proceso en que una información es asimilada,
observándose un cambio en el comportamiento” (Sáez, 2018, citado por Medina, 2021, pag. 5).
En el caso de los estudios asociados al aprendizaje de ciertas áreas disciplinares, como podría
ser el caso de la Zoología u otros, no tan sólo se exige el cambio como una manera distinta de
aprehender el conocimiento a través de la constatación de un cambio conceptual, también es
necesario mover la frontera competencial hacia la integración del conocimiento, procedimientos y
actitudes, es decir, se visualiza el cambio como una comprobación de modificaciones del
comportamiento (Acosta, Fuenmayor y Sánchez, 2017).
Existen variados tipos de mapas cognitivos: Mapa cognitivo tipo panal, el que se caracteriza
por establecer relaciones entre celdas tipo panal diagonales ascendentes y descendentes con un punto
nodal central y 4 derivaciones latitudinales que están relacionadas directamente con la idea o
concepto del nodo central; Mapa cognitivo tipo nube, construcción más simple que la anterior y que
permite tener un primer acercamiento no desagregado entre un tema central y subtemas derivados del
primero. Este tipo de mapa cognitivo es especialmente enriquecedor en el nivel de instrucción de
segundo ciclo; Mapa cognitivo de secuencia lógica. Al igual que un flujograma, estos mapas buscan
establecer relaciones, más que de causalidad, de sucesión, donde el antes y el después pueden estar
determinados a partir de la configuración de un proceso, una correlación situacional o la
identificación de niveles o secuencias propiamente tal (Fau, 2023).
9
Finalmente, y sólo con la intención de demostrar los variados tipos de mapas existentes, está
el mapa cognitivo tipo telaraña que, al igual que el panal, busca que la representación visual por sí
misma sea un vector que permita al lector o al analista inferir el carácter tendencial y los contendidos
que tributan hacia el concepto central.
¿Qué es un mapa cognitivo, entonces?, ¿cómo se le podría definir? Un mapa cognitivo puede
ser definido como “grafos dirigidos para representar relaciones entre conceptos” (León, Valverde y
Toapanta, 2021), Definición estrictamente operacional y que revela el carácter básico de la
herramienta. Otra definición seria la desarrollada operacionalmente por Infante, Leyva, Forteza y
Gonzáles (2021): “En consecuencia, la secuencia estructurada desarrollada, propone valorar la
interdependencia entre los factores seleccionados y su nivel de impacto entre ellos utilizando los
Mapas Cognitivos Neutrosóficos (MCN)” (pag.3).
Estas definiciones están sujetas al desarrollo investigativo de las ciencias y también a la misma
comprobación empírica de cómo los sujetos operativizan este conocimiento. Desde el punto de vista
del conductismo, el aprendizaje se deriva específicamente de todas aquellas repeticiones de acciones
observables con las cuales el sujeto se relaciona en su ambiente directo (Mayorga, 2020), y, si bien
es cierto que la repetición de una conducta, acción o fenómeno sería el camino más fácil para el
aprendizaje, no es menos cierto que también podría ser entendido este mecanismo, en algunos casos
de aprendizaje natural, como una forma de adaptación al medio y, por lo tanto, la conducta se
transformaría en la principal evidencia de cómo el sujeto va realizando su aprendizaje. ¿Es, por lo
tanto, la conducta una reacción a un estímulo interno o externo? Donde lo relevante es que la conducta
sea observable, medible, contrastable, la respuesta sería claro que sí, y es la razón por la cual el
conductismo instala al sujeto en análisis, respecto del aprendizaje, como un intervalo entre los
estímulos de entrada, el procesamiento de estos estímulos y las salidas expresadas en conducta, como
una reacción adaptativa del organismo respecto del entorno (Fau, 2020).
10
El conductismo se establece, así como la primera escuela que trata de interpretar la manera
en cómo el ser humano se constituye en sujeto receptor del mundo y de sus fenómenos, entendiendo
además que el avance, principalmente en el área de la psicología, de una u otra manera ha ido
culturalmente aparejado con el avance de la tecnología. En consecuencia, el aprendizaje,
concordando con la postura de Ortega (2005), será la de aproximarse al fenómeno del aprendizaje a
través de un contexto que puede ser una palanca para este proceso o un ralentizador, entendiendo lo
cultural como el principal elemento en el cual los profesores y docentes se apoyan para consolidar la
acción educativa.
Es, este mismo autor (Ortega, 2005) quien asocia, además, el conductismo como una función
del condicionamiento, lo que ciertamente viene a complementar los elementos presentes en esta
corriente del pensamiento que involucran la conducta como evidencia de los fenómenos del
aprendizaje con el reduccionismo de la causalidad, lo que podría provocar el condicionamiento
cognitivo y volitivo como una manifestación de la actividad repetida y materializada en un efecto ya
conocido, cerrando de esta manera, el conductismo, la posibilidad que el aprendizaje pueda movilizar
la metacognición como elemento de transición estratégica en la didáctica desde el primer o segundo
nivel del aprendizaje, hacia la creación declarada en la taxonomía de Bloom revisada como el ultimo
nivel del aprendizaje en el pensamiento de orden superior.
Finalmente, podemos decir respecto del conductismo que los diferentes investigadores
relacionados con el aprendizaje y la psicología, principalmente, contribuyeron a que esta línea del
pensamiento pudiese complementar la noción reduccionista de causa y efecto basados en la conducta,
y su evidencia para demostrar los niveles de aprendizaje hacia formas más complejas y estructuradas
de la percepción y el logro de resultados y objetivos, donde el concepto de aprendizaje asociativo,
permitió avanzar hacia el asociacionismo cognitivo (Pozo, 2014).
11
conocer por parte del sujeto activo de la relación cognitiva con el observar (Shunck, 2012).
Indudablemente que, con esta apertura hacia la desmaterialización de la relación en el aprendizaje,
también se asumían otras formas cognitivas con los siguientes criterios conceptuales:
Con estos elementos el autor refuerza los enunciados teóricos que han tratado de definir el
cognitivismo desde la década de los 50 del siglo pasado en adelante.
Uno de los principales exponentes de la teoría cognitiva es el autor Jerome Bruner, quien en
su libro Desarrollo Cognitivo y Educación, parte indicando uno de los fundamentos de la teoría
cognitiva y que está dado principalmente por la necesidad del ser humano de superar el estado de la
percepción como única fuente de acceso a algún tipo de conocimiento (Bruner, 2018). En efecto, la
teoría cognitiva busca la superación del conductismo a partir, por ejemplo, del conocimiento obtenido
desde el silogismo o la inferencia como recurso natural del pensamiento, teniendo siempre en cuenta
que el procesamiento de la información, fenómenos, evidencias internas o externas al sujeto respecto
del objeto contemplado, es la manera en la cual el sujeto finalmente conoce (Pozo, 1997).
12
En definitiva, la teoría cognitiva puede ser definida como la capacidad del cerebro humano
por retener información y procesarla bajo caracterizaciones o “constructos cognitivos” (Andrade-
Loreto, 20212) que en la práctica permiten y facilitan por parte del sujeto que aprehende, bajo ciertas
caracterizaciones, vincular exitosamente la enseñanza con el aprendizaje, tal como se definió al
comienzo de este capítulo en la definición de aprendizaje desde la perspectiva de la neurociencia
(Pease, Figallo y Isla, 2016, pag. 103).
Desde otra mirada y con la finalidad de complementar la anterior definición, la teoría cognitiva
en el aprendizaje se constituye como la prolongación de la teoría del conocimiento en filosofía, donde
la capacidad deductiva del sujeto respecto del objeto permiten a éste aplicar alguna reglas de carácter
lógico-inferencial, disminuyendo en la relación cognitiva la efectividad del empirismo como
mecanismo de acceso a la realidad, por lo tanto, es el entendimiento el que conoce al objeto y sus
derivados (Cáceres y Munévar, 2022). También es evidente que la teoría cognitiva debe ser entendida
como la superación del conductismo y la antesala del constructivismo, donde varias corrientes
teóricas la han alimentado, pasando del aprendizaje de Piaget, hasta las teorías cognitivas
relacionadas con la personalidad (Cáceres y Munévar, 2022), cuestión que, finalmente, implica que
el ser humano viene con ciertas estructuras mentales anteriores al contacto de esta con la realidad y,
por lo tanto, los nuevos contactos se constituyen en nuevas interpretaciones que se constituyen en un
nuevo conocimiento finalmente.
Finalmente, entre otros exponentes del cognitivismo tenemos a Jeromer Bruner, quien nos
explica que una aproximación al conocimiento es cuando se constituyen “un conjunto de reglas
mediante las cuales se puede conservar aquello experimentado en diferentes acontecimientos”
(Camargo y Hederich, 2010, p.330), reforzando el carácter objetivo de la teoría cognitiva más el
agregado, al igual que Ausubel, el aprendizaje trasuntado en enseñanza implica representaciones
mentales por parte del estudiante y habilitantes para la apertura cognitiva: “1) correspondiente a las
acciones habituales del
13
alumno; 2) representa la imagen; 3) vinculado al simbolismo propio del lenguaje” (Cáceres y
Munévar, 2016, pág. 6).
El constructivismo es una de las teorías del aprendizaje más importante en estos momentos,
no tan sólo para desarrollar de la mejor manera el proceso de enseñanza – aprendizaje, que de por sí
considera los agentes presentes en los instrumentos de evaluación en sus dimensiones de
autoevaluación, coevaluación y heteroevaluación, tomando en cuenta, además, los tipos de
instrumentos evaluativos (Schunk, 2012).
De esta manera el constructivismo de acuerdo con Carretero (2021) contiene una serie de
secuencialidades que involucran las teorías cognitivas anteriores y su aplicación
14
directa sobre el proceso de enseñanza – aprendizaje. Por una parte, el autor comienza preguntándose
por la validez del proceso del aprendizaje en términos individuales, lo que indudablemente nos sitúa
en el corazón de la psicología cognitiva y la interrogante valida si es que el conocimiento autárquico
tiene las mismas cualidades que el conocimiento colaborativo, luego el autor se pregunta sobre el
efecto de la interacción del sujeto con el contexto social, en el conocimiento, como un intercambio
positivo pero siempre manteniendo la secuela irreductible de la causalidad y finalmente “el
aprendizaje como resultado del contexto social” (Carretero, 2021, Pag. 44), lo que implica una
transformación del protagonismo desde el aprendizaje a la enseñanza como un factor de mediación
para que el sujeto finalmente metacognitivice el aprendizaje.
15
2.1.1.1. 1° nivel – Conocimiento. Definida principalmente como la capacidad del
estudiante de recordar a partir de diversas maneras, la experiencia educativa a la que fue expuesto.
El conocimiento, además, implica la capacidad de reorganizar la información como una condición
necesaria de este primer objetivo educacional que, además, se constituye como uno de los objetivos
educacionales más usados (Bloom, 1971). El autor señala que en torno del conocimiento se deben
aperturar 4 preguntas esenciales para ajustar de manera correcta el currículo: ¿Qué cantidad de
conocimiento debe exigirse a los alumnos?,¿Con qué precisión deberán aprender el conocimiento
exigido?,¿Cuál es la mejor manera de organizar los conocimientos para su aprendizaje?,¿En qué
medida el conocimiento exigido será significativo para los estudiantes?” (Bloom, 1971, p. 28).
2.1.1.3. 3° nivel – Aplicación. Nivel que implica superar el ámbito teórico en los objetivos
educacionales, para interrogar al estudiante respecto de la forma en que ese conocimiento ya
comprendido es llevado a la práctica, es demostrado y, en última instancia, puede ser compartido con
otros desde lo empírico y en escenarios contingencialmente distintos (Bloom, 1971, p. 79).
2.1.1.4. 4° nivel – Análisis. En este nivel, si bien es cierto se requiere algo más que el
recurso de la interpretación o la evocación como herramienta para la integración de los distintos
niveles educacionales en términos de objetivos, el análisis requiere que el estudiante relacione cómo
están constituidas las partes que forman parte del cuerpo cognitivo. En definitiva, el autor separa el
análisis de la comprensión, situando el análisis como la capacidad de entender forma y contenido del
objetivo educacional; para ello establece tres niveles de comprobación del manejo de este nivel: 1)
identificar y clasificar los elementos 2) determinar las conexiones e interacciones generadas en estos
elementos y 3) el ordenamiento y estructura presentes en el elemento del objetivo educacional.
(Bloom. 1971.pág, 95).
16
2.1.1.5. 5° nivel – Síntesis. El quinto nivel corresponde a un tipo de objetivo educacional
que le permite al estudiante apropiarse de la sinopsis del proceso cognitivo, toda vez que es capaz de
reunir los elementos, factores y secuencias dadas en los contenidos para revitalizar la organización
de estos contenidos y poder, finalmente, construir escenarios de respuesta por parte de los estudiantes
ante contingencias distintas a los dados en el proceso de enseñanza – aprendizaje. (Bloom, 1971, p.
104).
Los 6 niveles de Bloom asociados con los objetivos educacionales son claros y explícitos en
cómo la abstracción cognitiva supone niveles de eficiencia en la manera de enfrentar el objeto del
conocimiento para, de este modo, perfeccionar o, mejor dicho, dominar y administrar el dato, la
información, el conocimiento, las competencias y el saber actuar.
Los niveles quinto y sexto actualizados permiten condensar el nivel sexto como un objetivo
educacional reservado para la metacognición, lo que implica además un genuino esfuerzo por
trasladar el protagonismo en el estudiante, lo que desde ya a su vez debe entenderse como una
antesala del concepto del modelo basado en competencias, porque “El marco facilita la exploración
de planes de estudio desde cuatro perspectivas: qué se pretende enseñar, cómo se debe enseñar, cómo
se debe evaluar el aprendizaje y cómo se alinean los objetivos, la instrucción y las evaluaciones para
una educación efectiva” (Anderson, Krathwhol y Bloom, 2001, citado por Aretio, 2020, p.20).
17
Las 4 perspectivas, de esta manera, apuntan directamente al corazón de esta investigación,
en el sentido de darle coherencia al momento evaluativo en el proceso de enseñanza – aprendizaje,
constatando que no basta con la dimensión de la enseñanza, el aprendizaje y la didáctica, sino que
además la evaluación se transforma como una experiencia más del aprendizaje en sí misma, en un
contexto de formación por competencia permitiendo la formación continua (Aretio, 2020), cuestión
esencial para entender los itinerarios formativos en la formación técnica profesional con miras al
trabajo y la empleabilidad y los estudios posteriores en la universidad de querer continuarlos el
estudiante.
Nuestros planes originales se proponían elaborar una taxonomía completa en tres áreas: la
cognoscitiva, la afectiva y la psicomotora. El área cognoscitiva, de la cual se ocupa este manual,
incluye aquellos objetivos que se refieren a la memoria o evocación de los conocimientos y al
desarrollo de habilidades y capacidades técnicas de orden intelectual; una segunda parte de la
taxonomía es el área de lo afectivo e incluye aquellos objetivos
18
que describen cambios en los intereses, actitudes y valores, el desarrollo de apreciaciones y una
adaptación adecuada; un tercer dominio es el del área manipulativa o de habilidad motora. Aunque,
por supuesto, reconocemos su existencia, encontramos que se ha hecho tan poco al respecto en las
escuelas secundarias o medias que nos parece que el desarrollo de una clasificación de este tipo de
objetivos no serviría de mucho en el presente. (p.10-11)
Reconocer estas tres áreas, como el autor las identifica, es adentrarse en los prolegómenos
de las dimensiones competenciales basadas en lo cognitivo, lo actitudinal y lo valórico, pilares basales
para entender que la formación basada en competencias conecta, además del proceso formativo
mismo, con el carácter estratégico del currículo y las orientaciones institucionales que deben, en todo
caso, identificar con claridad el modelo educativo de la institución que está impartiendo el programa
académico (Tobon, 2014).
De esta manera, el currículo diseñado por competencias se diferencia del currículo diseñado
por objetivos en el hecho que la competencia se enfrenta siempre con un problema que es necesario
resolver y esta es la razón por la cual el diseño curricular debe ser entendido como un proyecto, el
que finalmente debe dejar “evidencias” de que la competencia efectivamente es realizada y es un
dominio gestionado por el estudiante (Tobon, 2014).
19
2.1.2. Definiciones de competencia a nivel institucional
20
2.1.2.5. Ministerio de Educación de Brasil. Capacidad de articular, movilizar y colocar
en acción, valores, conocimientos y habilidades necesarias para el desempeño eficiente y eficaz de
actividades requeridas por la naturaleza del trabajo. La Ley de directrices básicas de la educación
establece que una persona es competente cuando constituye, articula y moviliza valores,
conocimientos y habilidades para la solución de problemas, no solo rutinarios, sino también
inesperados, en su campo de actuación (Vargas, 2004, p.14).
Las definiciones analizadas apuntan al contexto laboral como único espacio para su
demostración: La mayoría de las definiciones conjugan los conceptos “contexto” y “laboral”, otras
definiciones ocupan uno u otro concepto. Lo relevante es que todas las
21
demás oportunidades de desarrollo de una competencia en particular son simulaciones, como lo
pueden ser las evaluadas en la educación superior.
La competencia laboral se contrasta contra un estándar, en la mayoría de los casos, para validar
al trabajador como competente respecto de una competencia específica, se debe acudir a un indicador
de medición conocidos como los estándares. De la misma manera, el estándar debe entenderse como
un proceso debidamente especificado, reglado y parametrizado que cuenta con criterios de éxito
respecto de una actividad a realizar en particular.
Finalmente, una competencia instalada en el ser humano debe ser capaz de ser aplicada en
diversas circunstancias: Efectivamente, una competencia no puede ser fijada respecto de una
experiencia única, muy por el contrario, debe responder y movilizar las capacidades del ser humano,
en contextos distintos donde la metacognición debe permitir la creación de respuestas distintas en
contextos distintos con requerimientos previamente establecidos a manera de estándar.
Las definiciones institucionales están soportadas por el trabajo y el desarrollo teórico de los
investigadores que han dedicado, desde sus perspectivas teóricas, aproximaciones al concepto de
competencia. En el caso específico del diseño de instrumentos de evaluación, tanto por tipo de
evaluación como por agente evaluativo, es más relevante, toda vez que la práctica docente debe
tributar al currículo con coherencia entre el decir y el hacer (Ortega, 2017). A continuación, se
exponen algunas definiciones teóricas recogidas de la publicación realizada por la Oficina
Internacional del Trabajo, primera edición del año 2004 a cargo del señor Fernando Vargas Zúñiga:
22
2.1.3.1. Le Boterf.“ Una construcción, a partir de una combinación de recursos
(conocimientos, saber hacer, cualidades o aptitudes, y recursos del ambiente (relaciones,
documentos, informaciones y otros) que son movilizados para lograr un desempeño” (Vargas, 2004.
p.10).
2.1.3.2. Kochanski. “Las competencias son las técnicas, las habilidades, los conocimientos
y las características que distinguen a un trabajador destacado por su rendimiento, sobre un trabajador
normal dentro de una misma función o categoría laboral” (Vargas, 2004, p.11).
2.1.3.5. Mertens. Aporta una interesante diferenciación entre los conceptos de calificación
y competencia. Mientras por calificación se entiende el conjunto de conocimientos y habilidades que
los individuos adquieren durante los procesos de socialización y formación, la competencia se refiere
únicamente a ciertos aspectos del acervo de conocimientos y habilidades: los necesarios para llegar
a ciertos resultados exigidos en una circunstancia determinada; la capacidad real para lograr un
objetivo o resultado en un contexto dado (Vargas, 2010, p.10).
Resulta interesante colegir que varios de los autores citados (Mertens, Bunk, Miranda,
Kochanski) muestran una tendencia a relevar los componentes del saber, saber hacer y saber ser, por
sobre el aspecto final que está dado por el contexto laboral. Por ejemplo, la definición de Le Boterf
desarrollada en el contexto del constructivismo y que sitúa la competencia como una cualidad de
apertura hacia nuevas situaciones, en entorno laborales distintos, con un enfoque muy contingencial.
23
En la mayoría de las definiciones los saberes se desagregan: Efectivamente, a diferencia de
las definiciones institucionales que están más centradas en el éxito de la competencia contrastada
contra el estándar, en el caso de las definiciones teóricas éstas están centradas en los saberes, lo que
nos podría llevar a concluir que las definiciones institucionales están centradas en los productos y
resultados y las definiciones teóricas están más centradas en el proceso y en el carácter integrador de
la competencia.
Las definiciones teóricas le dan valor a la integración de los saberes en función de los
objetivos que se deben cumplir más que a los aspectos propios del entorno laboral: La mayoría de las
definiciones se sitúan y parten desde el efecto sistémico que se da en la combinación de estos sabres
como un conjunto de herramientas que se combinan para un resultado competencial.
Los instrumentos de evaluación deben ser parte fundamental del proceso de enseñanza –
aprendizaje. Esto debiera ser así, dado que en la mayoría de los modelos educativos de las
instituciones de educación superior está refrendado de esa manera, pero en la práctica docente no
siempre los instrumentos son auténticos desde la perspectiva de los contenidos y tampoco desde el
nivel de la taxonomía de Bloom actualizada en función del nivel competencial que, por ejemplo, el
Ministerio de Educación de Chile, les instruye a las Instituciones de Educación Técnica Superior.
24
Un instrumento de evaluación debe ser auténtico, entendiendo por evaluación auténtica lo
que corroboran Villaroel y Bruna (2019), en el sentido de aquilatar el alcance de este tipo de
instrumento de evaluación, el cual debe contener y desarrollar el: Realismo, Desafío Cognitivo y
Juicio evaluativo.
25
intermediario entre el modelo educativo de la institución de educación superior que declara su
modelo competencial y el mundo del trabajo.
La evaluación auténtica debe estar relacionada con el mundo del trabajo, es decir, respecto
de los diseñadores del currículo y en consonancia con el modelo educativo, debe contar con los
criterios suficientes para el diseño del instrumento, el que, además, debe contar con la comparación
de la tecnología imperante en el momento (Keyser y Howell, 2008).
La evaluación auténtica además de medir las competencias presentes en los estudiantes debe
poder medir el proceso mismo de aprendizaje, donde la retroalimentación es fundamental para
perfeccionar incrementalmente los mismos instrumentos (Hassanpour et al, 2011).
Por otro lado, también es relevante asociar el concepto de evaluación auténtica con el proceso
completo de enseñanza – aprendizaje, donde las nuevas tendencias basadas en una epistemología del
constructivismo como condición emergente, no tan sólo valoran el concepto de evaluación auténtica
sino que, además, el de proceso de enseñanza – aprendizaje auténtico está lentamente formando parte
de las reflexiones que las instituciones de educación superior establecidos en los modelos educativos;
importante en este sentido es lo que señala Ahumada (2015, pag. 33).
Hoy en día, los investigadores suelen dar mayor relevancia a la evaluación de los procesos
de aprendizaje que a los resultados mismos, ya que consideran clave el
26
desarrollo de ciertas capacidades y habilidades de pensamiento, la comprensión profunda y global
de los contenidos curriculares y, sobre todo, su relación con la vida real.
El llamado de atención de Ahumada revela una dicotomía que se da en los distintos niveles de
la gestión educativa; en efecto, el mismo autor establece que existe un discurso
ascendente/descendente, entendiendo que en el nivel superior del trade off se encuentra el discurso
político y académico (diseño del modelo educativo) y en la parte inferior nos encontramos con los
profesores y estudiantes (aplicación del modelo educativo). Por una parte, el estamento
político/académico, define y establece la teoría, el pensamiento y la decisión política en torno de los
procesos de enseñanza, aprendizaje y evaluación. Por otro lado, en el caso de los
profesores/estudiantes, éstos realizan la práctica, desarrollan la acción y ejecutan el modelo educativo
para cada uno de los correlativos planteados (Ahumada, 2015).
Esta es una de las razones del porqué algunos de los investigadores en materia de instrumentos
de evaluación son tan críticos respecto de la realidad que se da en las instituciones de educación
superior; al respecto reflejamos un texto de Villarroel y Bruna (2019, pag. 493-494).
Por un lado, no hay coherencia entre las instituciones de educación superior en torno a lo que
involucra la evaluación de competencias (Ampuero y Casas, 2013) y, por otro, se carece de
instrumentos de evaluación coherentes y pertinentes para medir las habilidades declaradas en los
perfiles de egreso.
En el caso de la evaluación por tipo tenemos las siguientes opciones: diagnóstica, formativa,
y sumativa.
27
En el caso de los instrumentos de evaluación por agente se dan los siguientes instrumentos:
autoevaluación, coevaluación y heteroevaluación.
Cada una de las opciones debe responder necesariamente a distintos momentos del avance
académico, además de responder al tipo de estrategia didáctica utilizada por el docente y, no menos
relevante, siendo congruente con la declaración institucional del modelo educativo de la institución
de educación superior.
El esfuerzo teórico en torno de las definiciones para los tipos de instrumentos de evaluación
ha permitido fijar los siguientes conceptos.
La definición establecida por Vera (2020) nos permite identificar las siguientes
características en torno del concepto de evaluación diagnóstica:
28
de la institución, y cómo la información de la evaluación diagnóstica será incorporada en el
proceso de enseñanza – aprendizaje.
29
2.1.5.2. Evaluación formativa. La evaluación formativa es la segunda manera de
incorporar al proceso formativo (Asiu, 2021) mecanismos de verificación que los contendidos a
través de la docencia y de la didáctica están siendo correctamente impartidos y, por lo tanto,
asimilados.
Perez et al (2017, pag. 269), definen la evaluación formativa como aquella que: coadyuva al
desarrollo del estudiante en correspondencia con las regularidades esenciales del proceso de
formación del individuo y con las finalidades sociales que signan dicha formación en la sociedad.
Además, es capaz de detectar los progresos y dificultades en el proceso enseñanza aprendizaje,
determinar hasta dónde se ha llegado y hasta dónde se puede avanzar. Informa al estudiante de los
hallazgos encontrados, lo que le permite al docente adecuar el currículo y los objetivos iniciales, y le
otorgan la posibilidad de ajustar el proceso progresivamente.
Dicha definición nos ayuda a madurar el hecho de que la evaluación formativa debe ser parte
del proceso de enseñanza – aprendizaje porque, efectivamente, no puede existir avance académico
intermedio, es decir, sin llegar al final del contenido del módulo o asignatura, sin corroborar que
efectivamente esos objetivos o competencias se han ido logrando.
Ahumada (2015) logra identificar desde la evaluación auténtica elementos que son relevantes
para entender de mejor manera el rol de la evaluación formativa en el proceso del avance académico
por parte del aprendizaje del estudiante. En primer lugar, el autor establece que en la medida de lo
posible la evaluación debe ser diferenciada. Este concepto en el ámbito de la evaluación formativa
toma sentido porque la evaluación formativa justamente es una evidencia relevante del avance tanto
del curso como del grupo de estudiantes evaluados, esto con la finalidad de aplicar mecanismos
didácticos o rutas curriculares modificadas que permitan que la pertinencia académica se sume al
portafolio de buenas prácticas.
30
En segundo lugar, Ahumada (2015) establece que el concepto de la evaluación auténtica se
debe realizar en términos de verificar el dominio de procesos, y en el caso de la evaluación formativa
con mayor razón debería ser así, dado el carácter incremental del avance académico, la misma
naturaleza de la evaluación formativa y el componente competencial que es coherente con el
concepto de proyecto formativo integral (Tobón, 2014).
Se podría colegir, entonces, a partir de Hidalgo (2021) que el diseño de los instrumentos de
evaluación formativa debería fomentar el saber hacer y el ser como una importante manera de
contribuir al desarrollo de la adquisición de la competencia en cuestión.
Importante es, por lo tanto, la reflexión realizada por Joya (2020), respecto de que no toda
evaluación es calificable y que, necesariamente, la dimensión formativa en materia de instrumentos
de evaluación debe modificar la trayectoria que hasta el día de hoy se da como práctica docente,
reduciendo toda la experiencia formativa a una calificación terminal
31
y desprovista de todo proceso; en síntesis, la autora nos invita a descubrir el carácter
constructivista que debe existir en toda evaluación.
Por su carácter intermedio, la evaluación formativa debe responder a una lógica incremental
en cada una de sus aplicaciones.
32
Pérez et al (2017, p. 268) define la evaluación sumativa de la siguiente manera: tiene el
objetivo de dar información sobre el progreso del estudiante al finalizar una unidad de enseñanza en
correspondencia a una serie de criterios y los conocimientos adquiridos a lo largo del proceso
enseñanza aprendizaje; se realiza para formular un juicio acerca de los conocimientos al finalizar una
unidad de enseñanza. A esta función de la evaluación se le atribuyen los siguientes valores:
d) De control: la obligación legal del profesorado de calificar al alumnado hace que se les dote
de poder y de control.
Esta definición taxativa, acota el alcance de los instrumentos sumativos porque, en efecto, de
entre los valores establecidos por el autor, sin lugar a dudas el carácter certificador es el más
importante desde la perspectiva institucional, ya que en la lógica del diseño del modelo educativo,
dada por el discurso político y académico (Ahumada, 2015), el carácter certificador es una evidencia
concreta y objetiva, que demuestra un nivel de competitividad con vistas al proceso de admisión en
general.
Por otro lado, y con un sesgo que podría motivar algún grado de regresividad en el sistema
de educación, la selectividad también puede generar niveles de compartimentación, aun cuando el
mismo sentido de la calificación va a llevar a una comparativa que puede discriminar a los estudiantes
independientemente si cumplen o no con los niveles mínimos de calificación para acreditar; con todo,
tal como lo planteo Harvey y Green, 1993 (citado por Gonzales y Espinoza, 2008), la calidad
académica puede convertirse en un factor elitista, donde la exclusividad buscada por las instituciones,
no sea resultado más que del perfil de ingreso de sus estudiantes y no de la planificación curricular
, didáctica y docente explicitado en los modelos educativos. Nos preguntamos en este punto cuántos
de los resultados académicos son el producto de la última reflexión y no de la primera.
33
Del todo interesante resulta el análisis realizado por Coll y Onrubia (1999, citado por
Domínguez – Rodríguez (2022), donde los autores correlacionan algunos factores necesarios para
que los instrumentos sumativos, aun cuando tengan un carácter final y concluyente no se alejen del
todo del proceso de enseñanza – aprendizaje. En primer lugar, los autores definen que la evaluación
sumativa debe necesariamente servir de insumo para modificar o corregir el currículo, las estrategias
didácticas o la docencia misma, influyendo de esta manera en la enseñanza misma.
En tercer lugar, Coll y Onrubia (199), en coherencia con Ahumada (2015), definen que los
instrumentos de evaluación deben ser retroalimentados y cocreados en conjunto con los estudiantes,
para así rescatar la dimensión constructivista en el formato de la formación por competencias.
Finalmente, los autores examinan la posibilidad de que la función sumativa se aplique al final
de un ciclo amplio en materia curricular para que la certificación sea amplia, concreta y de cuenta del
carácter terminal de la calificación:
Hemos analizado los instrumentos de evaluación en función del momento del avance
académico en el cual se está realizando un tipo específico de medición. Por su parte, la evaluación
diagnóstica tiene por función medir el conocimiento o las competencias especificas adquiridas por los
estudiantes antes de empezar un módulo o asignatura. Tal evaluación es fundamental si además el
modelo educativo de la institución propende a la aplicación de evaluaciones diagnósticas con la
finalidad de intervenir en el avance académico a través de distintas herramientas.
En el caso de la evaluación formativa, pudimos analizar la relevancia que debería tener este
tipo de evaluación en el proceso de enseñanza – aprendizaje, transformándose en una bisagra entre el
proceso de la docencia expresado en estrategias didácticas y la capacidad del estudiante por
demostrar y certificar lo aprehendido. Sin lugar a duda, la
34
evaluación formativa en el contexto de la educación superior al menos está completamente subutilizada.
Román (2021) identifica que parte del éxito de la aplicación del instrumento de
autoevaluación, se debe a algunas características que el estudiante debe poseer. Por ejemplo, define
que los estudiantes para poder ser parte de un proceso autoevaluativo deben poseer madurez para
poder desarrollar correctamente la autorregulación, un nivel de percepción normal que le permita de
manera objetiva interiorizar las representaciones de las planillas con los resultados para la evaluación
y, además, desde el saber ser, tengan un nivel de responsabilidad que les permita proyectar el trabajo
de reconsideración de los errores y reprogramación de las respuestas en el caso que el instrumento así
lo considere.
Con todo, la autoevaluación, si bien es cierto no puede ser aplicada en todos los momentos
educativos o en cualquier circunstancia académica, puede y debe ser parte de un programa integral
junto con las otras formas de evaluación por avance y por tipo de agente que se podría denominar
enseñanza – aprendizaje iterativo en atención a que el
35
proceso académico comprenderá la evaluación como una etapa más del conocimiento, pero de
manera incremental.
Rodríguez, Ibarra y García (2013, citado por Ponce-Aguilar y Marcillo - García, 2020, P.
250) definen la coevaluación de la siguiente manera: “la coevaluación se define como el proceso
mediante el cual profesores y estudiantes realizan un análisis y valoración de forma colaborativa,
conjunta y consensuada sobre las actuaciones y/o producciones de los estudiantes”.
Gómez y Quezada (2017), establecen que una de las claves para que el proceso de
coevaluación sea significativo es que los estudiantes puedan participar del proceso de planificación,
ejecución y calificación, para transformar el rol del estudiante acercándolo a un protagonismo
metacognitivo, permitiendo además que en el contexto competencial de los proyectos
socioformativos, el estudiante se acerque a una metodología holística que
36
incorpore, entre otros elementos, identificar el problema del contexto, para que el traslado hacia el
instrumento sea auténtico, lograr que el instrumento exhiba un producto tangible para el logro,
adaptado con indicadores descriptores apropiados del nivel de desempeño (Dorantes y Tobón. 2017).
Finalmente, la definición de coevaluación dada por Topping (1998, citado por Jiménez,
2003) en el sentido de parametrizar en variables cuantitativas la coevaluación, cantidad, valor o éxito,
productos o resultados de los estudiantes, conllevan una doble evaluación o evaluación indirecta, es
decir la evaluación que hago a mis compañeros internamente la estoy realizando respecto de mis
conocimientos o competencias adquiridas hasta el momento.
37
de acuerdo con el autor, es el docente quien debe retroalimentar los vacíos, por parte del estudiante,
encontrados en la aplicación del instrumento de evaluación.
El presente apartado aborda el marco normativo sobre la cual se deben desempeñar los
instrumentos didácticos, especialmente de cómo se establece la relación entre los Centros de
Formación Técnica, con la ley 21.091, con la ley 20.129 (sistema nacional de aseguramiento de la
calidad en la educación superior) en el contexto del Marco de Cualificaciones Técnico-Profesional
desarrollado por el Ministerio de Educación.
En Chile la educación superior está regulada por la ley 21.091, publicada el 29 de mayo del
año 2018 y reconoce que el sistema de educación superior chileno provee educación mixta, es decir,
a través de instituciones públicas y también instituciones
38
privadas. La ley, además, reconoce que la educación superior tiene dos subsistemas de educación a
nivel superior: el subsistema universitario y el subsistema técnico profesional.
En el caso del subsistema universitario, está compuesto por las siguientes instituciones:
En el caso del subsistema técnico profesional, está compuesto por las siguientes instituciones:
b) Institutos Profesionales
Los principales artículos de la ley son los siguientes: “Artículo 3°. - Los centros de formación
técnica creados por el artículo 1° serán instituciones de educación superior estatales, que tendrán por
finalidad la formación de técnicos de nivel superior, con énfasis en la calidad de la educación técnica
y en mejorar su empleabilidad para que participen en el mundo del trabajo con trayectorias laborales
de alta calificación…” (Ley 20.910).
39
contribuir a la diversificación de la matriz productiva de la región y del país, favoreciendo en éstas
la industrialización y agregación de valor…” (Ley 20.910)
La responsabilidad de estas IES es grande respecto del aporte que estas instituciones deben
realizar a las economías regionales, permitiendo, además, aumentar la competitividad y la agregación
de valor, cuestión muy en boga respecto de los componentes estratégicos relacionados con la agilidad
y otras formas de administración modernas, respecto de los territorios donde se insertan estas
instituciones de educación superior.
40
necesidades de los empleadores independientemente del área formativa del conocimiento humano.
Uno de los acápites más importantes relacionados con la formación por competencias a nivel
de IES Técnico profesionales, es el Marco de Cualificaciones Técnico Profesional (MCTP),
consonante con los distintos desarrollos de los países latinoamericanos en la búsqueda de
implementar y acercar el mundo de la educación técnico profesional al mundo laboral.
El principal objetivo del MCTP declarado por el Ministerio de Educación del Gobierno del
Chile es el siguiente: “Facilitar el desarrollo de trayectorias educativas y laborales de las personas,
asimismo, fortalecer la calidad y pertinencia entre la oferta formativa y las necesidades del mundo
laboral, aportando a la comprensión y legibilidad del sistema.” (Mineduc, 2021).
Acerca definitivamente las trayectorias educativas con las laborales, lo que permiten un
desarrollo profundo para el subsistema de educación superior, permitiendo el desarrollo de alianzas
estratégicas entre empresas de un determinado sector industrial o de servicios, y una IES técnico
profesional o un grupo de ellos con asiento territorial o con acuerdos de cooperación.
41
Por otro parte, existe un intento por parte del MINEDUC por homogeneizar las ofertas
formativas, ya que a través del MCTP, se busca que los perfiles de egreso de las carreras técnico-
profesionales, sean validados en conjunto con los empleadores de determinado sector industrial o de
servicios.
Por ultimo esta implícita en la definición del Ministerio de Educación, el hecho de que existe
una relación meritoria y esperada entre las orientaciones para el mundo laboral emanadas desde el
Ministerio de Educación, lo que los empleadores requieren en materia de competencias laborales
declaradas entre otros espacios formativos en el perfil de egreso, y los resultados de aprendizaje que
las instituciones de educación superior deben trasuntar en actuaciones integrales y holísticas de sus
estudiantes egresados.
Cuadra-Martínez, Castro y Julia (2018) reclaman con urgencia un cambio de paradigma para
reconfigurar la educación superior en Chile, a partir de las teorías subjetivas, científicas y
profesionales, en el intento de responder si es que efectivamente, el sistema de educación superior
ha formado los profesionales que el país necesita o requiere, dada que una de las principales
complicaciones viene dada por la incapacidad de adecuar desde los sistemas educacionales, otras
formas de aplicación didáctica y pedagógica distintas a la monoculturalidad educacional imperante
(Cuadra-Martínez, Castro y Julia. 2018).
Los autores plantean con claridad la situación actual en Chile: “Han pasado más de 20 años desde
que se ha estado escribiendo sobre la formación basada en competencias (Tobón, 2001). Sin embargo
y a pesar de su extendido uso en la formación universitaria de nuestros países, aún no se aprecia un
cambio evidente en el ejercicio de los profesionales que han recibido este tipo de formación. La
relación entre la formación universitaria y el ejercicio profesional es un problema de larga data que
la teoría de las profesiones no ha considerado con la suficiente preocupación” (Cuadra-Martínez,
Castro y Julia, 2018, p. 2018).
Los autores hacen alusión al hecho de que quizás aun cuando las instituciones declaran que
su modelo de enseñanza – aprendizaje está basado en la formación por competencias en la práctica
los profesionales que egresan de dichas casas de estudios no movilizan estas competencias en el
mundo laboral, y la razón de ello, puede radicar en que el modelo educativo no contiene las estrategias
para que se produzca una bajada descendente (tipo TOP-DOWN), que permita que el currículo, los
docentes, la didáctica y los instrumentos de evaluación sean auténticos en un marco de
formación por
42
competencias. En este mismo sentido Carrillo y Jurado (2017) enfatizan la relevancia por ejemplo de
la formación basada en competencias en el ámbito de la educación media técnico profesional y
establecen los lineamientos estrategicos para una correcta correlación de los tres saberes, aspectos
claves para la implementación competencial: las actitudes personales, el aprendizaje y el
conocimiento, relaciones con los demás, los derechos y deberes ciudadanos, disciplina de estudio y
trabajo personal, el trabajo en equipo, el diálogo y manejo de conflictos.
Estos temas fundamentales para un desempeño adecuado en el mundo laboral, urge que dejen
de ser meras declaraciones a nivel institucional en los modelos educativos para comenzar a
desarrollarlos en los currículos, más allá de la responsabilidad docente o la manera en que se enfatiza
el currículo oculto, como una modalidad cultural de la docencia de la institución, lo que genera una
descontextualización entre lo que recibe el estudiante y los saberes que finalmente deben integrar
holísticamente para su desempeño laboral (Arias-Ortega, Quintriqueo y Valdebenito, 2018).
c) Propuestas de marcos disciplinares sobre las competencias para cuatro sectores (salud,
ingeniería, ciencias naturales y exactas, ciencias sociales y humanidades), elaboradas a partir
de estas áreas temáticas antes mencionadas.
43
e) Modelo de innovación social universitaria que describa las dimensiones y competencias que
lo configuran y los posibles indicadores para su evaluación.
El aspecto competencial fue una parte importante de la agenda Tuning en las universidades,
experiencia al menos en el plano teórico que permitió la reconfiguración de los perfiles de egresos,
una mayor cercanía con los empleadores de la producción y de los servicios y que finalmente permitió
instalar desde el Ministerio de Educación las orientaciones necesarias a la educación superior técnico
profesional o educación TP, quedando plasmados los principales aspectos en el MCTP y que a
continuación describiremos sucintamente.
En primer lugar, debemos aclarar lo que el Ministerio de Educación entiende por marco de
cualificaciones lo siguiente: Un Marco de Cualificaciones es una herramienta que permite clasificar y
estructurar las habilidades, competencias y conocimientos a través de niveles acordados por los
diferentes actores involucrados en la Formación Técnico Profesional del país.
44
Diseccionar el termino de competencia desagregándolo en sus componentes para dar a cada
uno la relevancia que tienen (habilidades, competencias y conocimientos).
Asocia las trayectorias formativas, con los niveles de instrucción formal o informal junto con
la complejidad de la competencia que en este caso es definida como cualificación.
Una manera de evidenciar el logro de una cualificación es a través de una credencial, la cual
es una forma de acreditación materializada en certificados, títulos, licencias u otros documentos
extendidos por una tercera parte, validada para tal efecto, y que permite a las personas contar con
una evidencia, la que se traduce en un nivel de cualificación o una cualificación específica adquirida”
(Mineduc, 2021).
Varios son los elementos que rescatamos de esta definición y que nos ayudan a comprender
de mejor manera porque es tan relevante contar con una metodología
45
específica para el desarrollo de instrumentos de evaluación auténticos cuando se trata de modelos
de enseñanza-aprendizaje basado en competencias.
Figura 1
subdimensión
46
De los tres saberes, el conocimiento es el que menos subdimensiones tiene, quedando
establecida la subdimensión como conocimiento al igual que la dimensión conocimiento, en la
búsqueda de los resultados del aprendizaje.
Dicha acción siempre será llevada previo análisis de la resolución de problemas, entendido
este concepto como una pregunta técnica o desafío que el contexto laboral impone al trabajador.
Esto implica que respecto del nivel de exigencia establecido el trabajador debe contar con las
capacidades mínimas para gestionar correctamente el uso de la información en caso de necesitarla.
En el caso de la dimensión aplicación de contexto, esta versión del saber ser reúne aspectos
que complementan el actuar pertinente, situando el contexto donde se deben explicitar las
subdimensiones de esta dimensión, es decir el trabajo con otros, la autonomía, la ética y la
responsabilidad.
47
La estrategia para la formación técnica por parte del Ministerio, como planteamos
anteriormente es la explicitación de los 5 niveles instruccionales que a su vez establecen el nivel de
complejidad, requerido para cada nivel.
A continuación, se detalla el 4 nivel que corresponde al nivel instruccional de las IES técnico-
profesionales, y que debieran ser el principal documento para el rediseño curricular, el diseño y
aplicación de instrumentos de evaluación en estas instituciones.
48
2.1.8. Dimensión habilidades -Subdimensiones
Evalúa el proceso y los resultados del quehacer propio y el de otros, de acuerdo a parámetros
establecidos para retroalimentar las prácticas. Moviliza recursos para la
49
actualización de sus conocimientos y habilidades para su desarrollo profesional. (Marco de Cualificaciones
Técnico Profesional, Ministerio de Educación, p.27).
2.1.9.3. Ética y responsabilidad. Actúa de acuerdo con las normas y protocolos que guían
su desempeño y reconoce el impacto que la calidad de su trabajo tiene sobre el proceso y la
organización. Responde por el cumplimiento de los procedimientos y resultados de sus acciones y
de otros, de acuerdo con sus funciones.
Comprende y valora las implicancias de sus acciones sobre la salud y la vida, la organización,
la sociedad y el medio ambiente. Actúa y guía a otros de acuerdo con sus conocimientos, experticia
y alcance de las funciones. (Marco de Cualificaciones Técnico Profesional, Ministerio de Educación,
p.27).
50
abiertas, 3. Examen de preguntas cortas, 4. Examen de preguntas cerradas, 5. Exámenes orales y 6.
En último lugar los portafolios.
De la misma manera a nivel universitario Gallardo, López y Carter (2017) concluyen que la
aplicación de instrumentos de evaluación formativos y autoevaluativos o coevalutivos es casi nula
desde la percepción de los mismos estudiantes, lo que refuerza el concepto que no puede existir un
currículo autentico, si este currículo no está al menos evaluado tomando en cuenta a los estudiantes.
Ortega (2017) establece a partir de la taxonomía de Bloom original cómo se deberían evaluar
las competencias estableciendo el siguiente paralelismo:
51
Tabla 1
Pugh y Lozano-Rodríguez (2019), diagnostican que en Chile efectivamente. Las IES técnico-
profesionales están rediseñando sus carreras basándose en las competencias, lo que implica, además,
revisar los sistemas de evaluación.
53
3. METODOLOGÍA
Las características del enfoque metodológico cualitativo son los siguientes, en acuerdo con
Hernández, Fernández y Baptista (2014):
a) En el caso de la investigación cualitativa no es tan taxativo el desarrollo y planteamiento de
la investigación desde el comienzo, ya que el investigador en la medida que va
comprendiendo la realidad de los fenómenos investigados pueden ir modificando el curso de
acción de la investigación.
54
comprender el fenómeno de los instrumentos de evaluación, a partir de la lectura de
instrumentos de evaluación actualmente aplicados y la aplicación de un cuestionario a
docentes del norte de Chile.
El tipo de estudio que se utiliza en este trabajo de investigación es del tipo descriptivo para
de esta manera buscar, describir, explicar y en última instancia sintetizar y categorizar de ser posible,
la realidad de los instrumentos de evaluación aplicados por lo docentes en la educación técnico-
profesional.
d) Los elementos desarrollados bajo el análisis de estudio pueden servir de base para otros
estudios de carácter cuantitativo.
55
3.3. Descripción del contexto, los participantes o población y el periodo en el que
se realizó la investigación
b) Docentes que desarrollan sus clases basadas en la formación por competencias sin aplicar
estrategias constructivistas para la comprensión de los resultados del aprendizaje por parte
de los estudiantes.
Esto es de suma relevancia toda vez que los instrumentos de evaluación deberían ser
auténticos, y efectivamente recoger las principales demandas por parte de los empleadores generando
de esta manera una triada que permita cerrar el proceso educativo en las instituciones de educación
superior, donde el currículo este orientado y diseñado por el MCTP y los instrumentos de evaluación
recojan este currículo y a la vez cumplan con los requerimientos del cuarto nivel del MCTP en
función de la taxonomía de Bloom.
Este contexto se logró gracias a mi participación como director académico en un CFT del
norte de Chile, entre los años 2020 hasta inicios del año 2023, esta experiencia me permitió tener un
contacto directo y constante con estudiantes, docentes, jefes de carrera, profesionales de soporte y
apoyo a la educación como lo son los curriculistas o los asesores técnicos pedagógicos.
56
a) Proponer la oferta formativa de la institución con sus áreas formativas para la consolidación
de todas las carreras.
b) Rediseñar y actualizar las carreras de la institución orientando los currículos a partir del
MCTP.
Tabla 2
Caracterización docente CFT estatal
Características de los Cantidad Porcentaje
docentes
Docentes mujeres 60 60%
Docentes hombres 40 40%
Docentes pedagogos 20 20%
57
Docentes sin postgrado 52 52%
b) Se les informa a los docentes que deben enviar con un mínimo de 2 semanas de anticipación
a las fechas de aplicación de las evaluaciones establecidas en el calendario académico, sus
instrumentos de evaluación.
d) Los instrumentos quedan en el repositorio para el análisis y gestión posterior del área
académica.
Por lo tanto, son esos instrumentos de evaluación que forman parte del repositorio los que
serán analizados y servirán de base para el desarrollo de las orientaciones metodológicas en el diseño
de instrumentos de evaluación para los docentes.
En Chile, las instituciones de educación superior están autorizadas para contratar docentes a
honorarios, se entiende que un docente a jornada completa o su equivalencia es de 44 horas
pedagógicas a la semana. Esto significa que muchos docentes realizan en promedio de 6 a 8 horas
semanales, ya que la mayoría son profesionales que se desempeñan en sus respectivas industrias y
por lo tanto el ejercicio de la docencia, es por decirlo así un segundo ingreso residual.
Por lo tanto, el ejercicio de la docencia se realiza por profesionales que trabajan a tiempo
parcial y que requieren apoyo pedagógico y también apoyo en el diseño de instrumentos de
evaluación basado en la formación por competencias.
58
3.4. Descripción de los procedimientos metodológicos
3.4.1. Fase 1
3.4.2. Fase 2
3.4.3. Fase 3
3.4.4. Fase 4
59
3.4.5. Fase 5
60
c) respecto de su experiencia en el ejercicio de la docencia.
1 sección: Relación de los reactivos con los contenidos del programa académico del módulo
de la carrera.
El análisis de estos datos, por lo tanto, organizará estos datos no estructurados para
explorarlos tomando en cuenta el carácter sistemático de los instrumentos de evaluación en función
de unidades y categorías, producto del análisis y comprensión de los datos que van llegando a nuestro
poder.
61
Finalmente, con todos estos elementos se propondrá una metodología para el diseño de
instrumentos de evaluación que les permita a los docentes contar con un apoyo metodológico que les
permita obtener instrumentos de evaluación auténticos y basados en la formación por competencias.
instrumentos
La recogida de datos estuvo dada por los instrumentos de evaluación utilizados por los
docentes, cuestión fundamental en términos exploratorios para poder formarse una primera impresión
directa del estado de los instrumentos de evaluación aplicados en la práctica.
En términos generales no existieron mayores limitaciones tanto para el acceso a los datos,
como para el contacto y desarrollo de los cuestionarios que fueron aplicados a los docentes.
62
4. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
En el presente capitulo se expondrán los resultados asociados con los objetivos específicos,
y, por lo tanto, los aportes de estos objetivos al logro del objetivo general propuesto para el desarrollo
de la presente tesis. Metodológicamente se irán exponiendo y mostrando los principales resultados en
función de la evidencia sistematizada.
Es de interés resaltar, tal como se adelantó en el marco teórico, que experiencias en Chile,
específicamente a nivel de la educación superior Técnico Profesional, prácticamente no existen
respecto a cómo ajustar los instrumentos evaluativos con la práctica docente y lograr que, justamente,
los docentes puedan contar con una metodología que permita que estos instrumentos, en cada una de
sus modalidades, desarrollen el máximo potencial de los estudiantes para una correcta aplicación del
proceso de enseñanza – aprendizajes a través de lo que denominamos diseño longitudinal de los
instrumentos de evaluación en un modelo basado en competencias.
Por lo tanto, se irán desglosando cada uno de los objetivos específicos propuestos al inicio de
la investigación, tomando en cuenta que algunos de estos objetivos específicos tendrán más
profundidad en su respuesta que otros dada la realidad del desarrollo académico que, en el caso de
Chile, ha sido más intenso a nivel de la educación Técnico Superior en el poblamiento de las
competencias laborales, lo que redunda finalmente en los itinerarios de ciertas competencias
asociadas a industrias y servicios, como es el caso de la construcción y el desarrollo informático.
63
Figura 2
Niveles de la taxonomía de Bloom con sus verbos relacionados
De la misma forma, la autora integra los niveles de la taxonomía de Bloom respecto de los tres
saberes que constituyen la competencia, pero bajo una mirada más integral, entendiendo por el saber,
el aspecto cognoscitivo; por el saber hacer, el psicomotor, y por el saber ser, la dimensión afectiva.
En este mismo orden de cosas, la autora nos revela cuáles son los principios básicos a la hora
de desarrollar la evaluación por competencias.
64
Principios Básicos de la Evaluación por Competencias (Ortega, 2017, p. 57-59)
1.- La evaluación se lleva a cabo para tomar decisiones que mejoren y aumenten el grado de
aptitudes.
Estos principios, además, se deben acompañar en la práctica con los tipos de instrumentos
de evaluación más adecuados para este modelo de enseñanza – aprendizaje (Ortega, 2017), entre los
que resaltan los siguientes:
7.- Preguntas de opción múltiple cuando la competencia evaluada requiere de toma de decisiones en la
vida real.
65
Los instrumentos evaluativos basados en la formación por competencias requieren, por lo
tanto, una fundamentación y un desarrollo teórico capaces de recoger la intención del currículo
basado en competencias, en armonía con el contexto laboral que es hacia donde apunta este tipo de
formación.
Con todo, las ventajas de desarrollar este enfoque evaluativo de acuerdo con Ortega (2017),
está dado por el hecho que estos instrumentos:
2. Los estudiantes saben de antemano cuál es el estándar bajo el cual se medirá la competencia
a evaluar.
b) En efecto, desde el punto de vista teórico y práctico, contar con instrumentos evaluativos
estandarizados es un importante avance en materia de la calidad regulada en Chile por la
Comisión Nacional de Acreditación (CNA), institución que,
66
a través de los criterios y estándares de calidad para la acreditación institucional del subsistema
técnico profesional del año 2022, ha establecido en la dimensión docencia y resultados del
proceso de formación para su criterio 2 correspondiente al nivel 3, lo siguiente:
Los resultados obtenidos por las y los estudiantes permiten verificar el cumplimiento del perfil
de egreso, y se emplean para retroalimentar y ajustar el proceso de enseñanza – aprendizaje.
Desde el punto de vista teórico, Polo (2015) establece que la autonomía docente no puede
ser un obstáculo para implementar planes de mejora de la evaluación, y que éstos, a su vez, deben ser
concordantes con la planificación didáctica para de esta manera tributar a los estándares de
aprendizajes evaluables. Con todo, un instrumento de evaluación competencial puede ser definido
como: Todos aquellos documentos o registros utilizados por el profesorado para la observación
sistemática y el seguimiento del proceso de aprendizaje del alumno y que permiten justificar la
calificación del alumnado. (orden del 28 de agosto de 1995) por la que se regula el procedimiento
para garantizar el derecho de los alumnos a que su rendimiento escolar sea evaluado conforme a
criterios objetivos (Polo, 2015, p.7).
El sesgo docente está referido en esta parte del análisis al hecho de que muchas veces los
docentes orientan el proceso pedagógico, en la parte que corresponde a los instrumentos de
evaluación, a ciertos instrumentos denominados como clásicos cuando el modelo de enseñanza –
aprendizaje llevado adelante es, por ejemplo, el conductista, privilegiándose el examen escrito
muchas veces con preguntas de opción múltiple.
Siguiendo a Zapatero – Ayuso, González – Rivera y Campos – Izquierda (2013) se hace
evidente, aun cuando se esté en un momento sumativo del proceso evaluativo, el carácter formativo
de la evaluación por competencias en lo relativo a que siempre en el
67
diseño del instrumento deberá el docente, de manera consciente, buscar este doble beneficio que
implica, por una parte, establecer una calificación a manera de evidencia objetiva del avance del
estudiante en su proceso de aprendizaje y, a la vez, continuar con la enseñanza como un método
continuo que no se detiene en la prueba sino que, además, incorpora este momento como una opción
más de aprendizaje.
Está claro que para muchos de los docentes de los centros de educación superior en Chile, es
una problemática poder escapar de la somera y ya obsoleta evaluación tradicional, dado el modelo de
negocios imperante en torno de la educación superior, donde el docente trabaja por horas, y
generalmente, no destina tiempo para la planificación docente o al desarrollo de recursos pedagógicos
o estrategias activo – participativas, reduciéndose por lo tanto su interacción con la casa de estudios,
o con los mismos estudiantes, al momento de dictar las clases y nada más.
c) Permite medir con mayor pertinencia los tres saberes de la competencia a evaluar.
Muchas veces los docentes declaran que, efectivamente, dictan sus clases basándose en el modelo
por competencias, y que, además, evalúan esos aprendizajes bajo el mismo enfoque.
Concordando con Polo (2015) la evaluación necesita del empleo de herramientas que tengan
en cuenta situaciones y contextos concretos reconocibles para el alumnado, que permitan a los sujetos
demostrar su dominio y aplicación, y cuya administración resulte viable en tiempo y forma. Es preciso
recordar que los criterios de evaluación nos darán la clave de cómo debo preguntar u observar en un
instrumento, y serán los estándares los que nos ayudarán a observar de una manera concreta
determinados aspectos de uno o varios criterios de evaluación.
68
En el caso del enfoque de procesos la norma incorpora el ciclo Planificar-Hacer- Verificar-
Actuar (PHVA), modelo adecuado para el concepto de mejora continua y que va en armonía con la
lógica de los instrumentos de evaluación sumativos que deben proporcionar la información necesaria
para mejorar con las evidencias:
Evaluar una competencia debe ser uno de los cambios más radicales en materia de aplicación
de modelos de enseñanza – aprendizaje. Trasladar el paradigma de la docencia tradicional basada en
el cognitivismo, donde el primer recurso está centrado en el comprender y memorizar, dista mucho
de la cultura del aprender haciendo, cuestión que requiere unas capacidades a nivel institucional pero
también radicadas en el docente, y es por esta razón que Vidal et al (2016), plantean que esta mutación
ciertamente es también un salto innovativo, relevante donde el espacio educativo es rebasado por el
estudiante a través de sus cualificaciones personales, el espacio laboral que implica la noción del
trabajo en equipo con las consiguientes exigencias de la cooperación y la colaboración y el académico
que refiere a los títulos y certificaciones obtenidas.
Lograr, por lo tanto, una educación auténtica a través de la aplicación de metodologías que
orienten el diseño de instrumentos de evaluación aparece como un imperativo de primer orden en
esta sociedad del conocimiento donde las exigencias formales y objetivos de egresados preparados y
competentes son cada vez más necesarias.
69
4.2. Objetivo Específico 2: Determinar el proceso metodológico de construcción de
El mencionado objetivo específico producto del análisis, lectura y trabajo de campo práctico,
ha sido redefinido en términos del alcance, situando este a nivel de los docentes que diseñan sus
instrumentos en la educación técnico profesional en el norte de Chile, tomando en cuenta las
características de este trabajo de tesis mixto y que nos permite el acceso a la información y poder
realizar una interpretación respecto de la realidad docente analizada.
Se diseñó una encuesta aplicada a docentes que han realizado docencia en los últimos 2 años
a nivel de la educación técnico profesional. En un principio se planteó la meta de encuestar a 30
docentes finalmente, 19 docentes respondieron el cuestionario que se presenta en anexo 1.
A continuación, se presenta una tabla con las respuestas agregadas a los reactivos planteados
en la encuesta.
Objetivo general: Analizar cómo los docentes diseñan sus instrumentos de evaluación en el
contexto del modelo de formación por competencias, en la educación superior técnica profesional en
Chile.
Objetivo específico 2: Identificar las herramientas didácticas que los docentes ocupan en
clases.
70
Figura 3
Reactivo 1
71
Figura 4
Reactivo 2
La distribución para el intervalo de los 31 a los 40 años y de los 41 años a los 54 años acumulo
un 84,2% del total de los docentes que dictaron clases en IES técnico profesional. Dicha situación se
explica por la presencia de estos profesionales en el mercado laboral de manera activa, lo que permite
al menos en el ámbito disciplinario desarrollar clases con un alto nivel de pertinencia en el “saber”
cómo expresión disciplinar de unos de los tres elementos que constituyen una competencia.
72
Figura 5
Reactivo 3
Nota. *Distribución de la cantidad de módulos impartidos por los docentes en una IES del norte de
Chile, en la aplicación de la encuesta denominada: Cuestionario descriptivo a docentes para el diseño
de instrumentos evaluativos basado en competencias.
Llamó la atención que cerca del 70% de los docentes encuestados supera los 6 módulos
realizados en el último semestre, lo que estaría demostrando una estrategia de captación y retención
por parte de la institución de educación superior para disminuir la rotación docente entre un semestre
y otro, bajo el supuesto de que docentes con una carga académica alta, puede implicar una continuidad
en el tiempo y junto con ello un aumento en las capacidades y mayor experiencia para ejercer la
docencia con calidad.
73
Figura 6
Reactivo 4
Nota. *Distribución del enfoque basado en competencias en una IES del norte de Chile, en la
aplicación de la encuesta denominada: Cuestionario descriptivo a docentes para el diseño de
instrumentos evaluativos basado en competencias.
74
Figura 7
Reactivo 5
Nota. *Programas con enfoque basado en competencias en una IES del norte de Chile, en la
aplicación de la encuesta denominada: Cuestionario descriptivo a docentes para el diseño de
instrumentos evaluativos basado en competencias.
Las respuestas de los docentes en este caso arrojan un importante nivel de diferencias
conceptuales que pueden ser tratadas de manera bastante objetiva. El 63,2% responde que sí, que los
programas académicos que la institución les ha proveído para el desarrollo de sus módulos sí están
diseñados bajo el modelo por competencias, mientras que un 36,8% de los docentes encuestados dice
que los programas académicos a través de los cuales ellos se apoyan para el desarrollo de sus módulos
no están concebidos bajo el modelo por competencias.
¿Cuál puede ser la razón, entonces, para que un grupo importante de docentes asevere que sí
y el otro grupo asevere que no?, la primera y natural respuesta para el grupo que está equivocado es el
desconocimiento teórico de cómo se formulan los programas académicos basado en competencias;
en efecto, los programas de estudios generalmente se dividen en dos grandes estructuras:
75
Los programas modulares a su vez se pueden dividir en: competencias, producto de
aprendizaje, procedimientos evaluativos, unidades de aprendizaje y contenidos, entre otros.
Por lo tanto, el formato y la orientación de los programas de estudio corresponde a uno basado
en competencias, lo que revela que, por razones no contempladas en el presente estudio, estos
docentes no comprenden algunos elementos propios de la formación por competencias.
Figura 8
Reactivo 6
Nota. *Utilización de herramientas didácticas en una IES del norte de Chile, en la aplicación de la
encuesta denominada: Cuestionario descriptivo a docentes para el diseño de instrumentos evaluativos
basado en competencias.
La respuesta de los docentes fue de un 100% positivo para el uso de herramientas didácticas,
lo que implica un aspecto cualitativo relevante a la hora de avanzar en una
76
buena práctica docente y de calidad, que permita efectivamente avanzar en mayores estrategias
didácticas para un aprendizaje significativo. Esto permite hacer más coherente el modelo formativo
basado en competencias.
Figura 9
Reactivo 7
Nota: *Tipo de herramientas didácticas utilizadas en una IES del norte de Chile, en la aplicación de
la encuesta denominada: Cuestionario descriptivo a docentes para el diseño de instrumentos
evaluativos basado en competencias.
b) El docente maneja una batería de herramientas didácticas y ha nombrado la que más se acomoda
a la disciplina o carrera, al módulo y a la propia característica del docente.
Con todo, la herramienta más nombrada por parte de los docentes son las herramientas
digitales con un 36,8% de las preferencias, entendiendo por herramientas digitales aquellas que van
desde las expositivas como YouTube hasta aquellas más interactivas como lo puede ser Kahoot.
Luego vienen las dinámicas de trabajo en equipo o colaborativo, lo que puede ir desde esquemas
complejos y constructivistas hasta el
77
desarrollo de rutinas más bien conductistas que tienen por finalidad el desarrollo del primer y segundo
nivel de la taxonomía de Bloom.
En segundo lugar, las herramientas didácticas más preferidas por los docentes son los
cuestionarios, rúbricas y listas de cotejos, que más que realizar un proceso transformador en torno de
la experiencia pedagógica en el espacio educativo, implican una continuidad cognitiva, que tiene por
finalidad reforzar el saber más que el saber hacer.
En tercer lugar, nos encontramos con 2 opciones usadas por los docentes: por una parte, está
el desarrollo del aprendizaje basado en problemas o por proyectos lo que implica una postura del
docente en el proceso de enseñanza – aprendizaje de tutoría y coaching permitiendo el protagonismo
del estudiante y, por otra parte, el uso de mapas conceptuales y otras herramientas de visibilización
de procesos y contenidos asociadas con los mapas.
Figura 10
Reactivo 8
Nota. *Diseño de los instrumentos evaluativos en una IES del norte de Chile, en la aplicación de la
encuesta denominada: Cuestionario descriptivo a docentes para el diseño de instrumentos evaluativos
basado en competencias.
78
Figura 11
Reactivo 9
Nota. *Instrumentos evaluativos basados en la formación por competencias en una IES del norte de
Chile, en la aplicación de la encuesta denominada: Cuestionario descriptivo a docentes para el diseño
de instrumentos evaluativos basado en competencias.
18 docentes encuestados declaran que los instrumentos diseñados por ellos mismo están
orientados en la formación por competencias, lo que implica una serie de supuestos respecto de una
estructura básica y genérica que debería responder a ese tipo de instrumentos considerados.
La información recopilada de las encuestas deberá ser contrastada con el análisis de los 50
instrumentos de evaluación que se analizaron en el objetivo específico que busca sistematizar los
instrumentos de evaluación utilizados por los docentes. Con todo, existe por parte de los docentes
una convicción y una certeza respecto del formato utilizado en las evaluaciones, cuestión que será
contrastada como se ha mencionado anteriormente.
79
Figura 12
Reactivo 10
Nota. * Instrumentos evaluativos basados en la taxonomía de Bloom en una IES del norte de Chile,
en la aplicación de la encuesta denominada: Cuestionario descriptivo a docentes para el diseño de
instrumentos evaluativos basado en competencias.
El 63,2% de los docentes encuestados declaró que para el diseño de sus instrumentos de
evaluación utiliza la taxonomía de Bloom actualizada, respuesta agregada que parece interesante ya
que desde el punto de vista de la formación por competencias, para el caso de aquellos docentes que
respondieron que no diseñaban sus instrumentos tomando en cuenta a Bloom (un 36,8% respondió
de esta manera), podría haber una contradicción en el sentido que no se tomarían las orientaciones
más básicas respecto de los niveles establecidos por este marco teórico:
a) 1 nivel: Conocer
b) 2 nivel: Comprender
c) 3 nivel: Aplicar
d) 4 nivel: Analizar
e) 5 nivel: Evaluar
f) 6 nivel: Crear
80
La reflexión natural entonces seria la siguiente: ¿desde qué nivel en delante de la taxonomía
de Bloom actualizada, se debería utilizar para el diseño de instrumentos de evaluación basado en
competencias? La primera respuesta seria que al menos desde el tercer nivel, es decir, instrumentos
que partan desde el “aplicar”. A continuación, se detalla el concepto de aplicación:
3° nivel – Aplicación. Nivel que implica superar el ámbito teórico en los objetivos
educacionales, para interrogar al estudiante respecto de la forma en que ese conocimiento ya
comprendido es llevado a la práctica, es demostrado y, en última instancia, puede ser compartido con
otros desde lo empírico y en escenarios contingencialmente distintos (Bloom, 1971, p. 79).
Esta definición de Bloom es del todo relevante cuando se trata de entender el proceso
evaluativo basado en competencias, donde el esfuerzo por parte del docente aparece como un
promedio entre los criterios de evaluación y las competencias tanto genéricas como disciplinares
declaradas en el programa de estudios y que constituyen los elementos que deben ser registrados en
la evaluación, como evidencia relevante en la versión diagnóstica, formativa y sumativa, de dichos
instrumentos.
Figura 13
Reactivo 11
Nota. *Instrumentos evaluativos basados en el marco de cualificaciones en una IES del norte de
Chile, en la aplicación de la encuesta denominada: Cuestionario descriptivo a docentes para el diseño
de instrumentos evaluativos basado en competencias.
81
La respuesta a esta pregunta requiere, al menos, que los docentes hayan leído y comprendido
los documentos que el Ministerio de Educación de Chile en su momento estableció como guías
orientadoras para el mundo técnico - profesional en la educación superior.
En este caso, el 52,6% dijo que sus instrumentos los trabajaba tomando en cuenta el marco
de cualificaciones y el 47,4% dijo que no lo tomaba en cuenta.
a) El marco de cualificaciones tiene 5 niveles, siendo el cuarto nivel el que corresponde a las
exigencias correspondientes a un programa de estudios técnico – profesional de enseñanza
superior.
b) El cuarto nivel específicamente plantea lo siguiente como definición: Las personas que poseen
cualificaciones de nivel 4 del MCTP previenen y diagnostican problemas complejos de
acuerdo con parámetros, generan y aplican soluciones, planifican y administran los recursos,
se desempeñan con autonomía en actividades y funciones especializadas y supervisan a otros.
(Marco de Cualificaciones TP 2017, Ministerio de Educación, p. 36).
c) La definición del IV nivel, se debe entender como una definición competencial, lo que implica
la integralidad de los tres saberes estructurados en torno de una competencia.
d) Por lo tanto, al menos en el caso de los docentes que declararon tomar en cuenta el marco de
cualificaciones TP, deben integrar de manera armoniosa el tercer nivel de la taxonomía de
Bloom (aplicar), con las exigencias declarativas del cuarto nivel del Marco de
Cualificaciones.
82
Figura 14
Reactivo 12
Nota: * Instrumentos evaluativos basados en los tres saberes en una IES del norte de Chile, en la
aplicación de la encuesta denominada: Cuestionario descriptivo a docentes para el diseño de
instrumentos evaluativos basado en competencias.
Esta pregunta es conductora y catalizadora de las dos preguntas anteriores, en efecto el 94,7%
declaró que efectivamente incorporan los 3 saberes en el diseño de sus instrumentos (saber, saber
hacer y saber ser), cuestión que implica una comprobación explícita de las siguientes variables:
a) Declarar que los instrumentos de evaluación diseñados incorporan el saber hacer impacta
directamente en evaluaciones que recreen las competencias laborales e integren el
conocimiento con el procedimiento, cuestión que evidentemente supera la mera prueba
cognitiva presentes en el conocer y comprender de la taxonomía de Bloom.
83
Figura 15
Reactivo 13
Nota. *Docentes con postgrado en educación en una IES del norte de Chile, en la aplicación de la
encuesta denominada: Cuestionario descriptivo a docentes para el diseño de instrumentos evaluativos
basado en competencias.
84
b) Ha permitido comprobar que la autopercepción de los docentes respecto del conocimiento y
administración del marco de cualificaciones es alta, lo que implicaría instrumentos de
evaluación auténticos, de alta calidad y coherentes entre el programa de estudios y la manera
de evaluar el avance académico.
Tabla 3
Cualificaciones sectoriales nivel IV Marco de Cualificaciones del MINEDUC
Sector Subsector IV nivel tp Carreras
Minería Minería del cobre IV nivel -mantenedor instrumentista
especialista
-mantenedor eléctrico
especialista planta
-mantenedor eléctrico
especialista equipos
móviles
Transporte y logística Logística IV nivel -supervisión de
operaciones
-supervisión de
operaciones logísticas
-coordinación de flotas
Tecnologías de la Tecnologías de la IV nivel -especialista de seguridad
-arquitecto de bases de
información y información
datos
comunicaciones -líder control de calidad
software
-administrador de
configuración
-coordinador de
aplicaciones
-coordinador de redes e
infraestructura
-coordinador de mesa de
servicio
-Community manager
85
Sector Subsector IV nivel tp Carreras
Mantenimiento Mantenimiento Iv nivel -gestión de mantenimiento
y control de procesos
industriales
turismo Gastronomía Iv nivel -administrador de
establecimientos
gastronómicos
-chef ejecutivo
Energía Electricidad Iv nivel -gestor energético de
instalaciones de bajo
consumo eléctrico
-supervisor de eficiencia
energética
Agrícola y ganadero Agrícola Iv nivel -supervisor de
aseguramiento de calidad
Con esta información institucional, entonces, los docentes encuestados deberían ser capaces
de diseñar instrumentos de evaluación más acotados, complementando la taxonomía de Bloom; esto,
en la medida que los contenidos del aprendizaje del módulo en cuestión estén considerados en la ruta
formativa del cuarto nivel del poblamiento del sector y subsector analizado.
En efecto, el 42,1% declara que tiene un postgrado en educación y un 57,9% que no lo tiene,
contra un 94,7% que declaró que toma en cuenta los tres saberes para el diseño de sus instrumentos, un
52,6% que declaró tomar en cuenta el Marco de Cualificaciones y un 63,2% que declaró tomar en
cuenta la taxonomía de Bloom. Con esta información parece ser que, para el grupo de referencia, el
contar con un postgrado en educación es relevante pero no definitorio, siendo un insumo más para el
diseño de instrumentos de evaluación.
86
1) El docente por iniciativa propia estudia e investiga temas asociados con la formación basada
en competencias.
a) Ha permitido establecer respecto de la muestra aplicada a los docentes que no existe una
clara tendencia para identificar los programas de estudios como programas basados en la
formación por competencias.
Llama la atención que un 36,8% de los docentes encuestados no reconoce que los programas
de estudios con los cuales imparten la docencia en sus correspondientes módulos, no estaría basado
en la formación por competencias. A su vez, en el reactivo 4 el 94,7% declara que conoce el modelo
basado en la formación por competencias, lo que implica una disonancia entre su percepción del
modelo y el modelo objetivamente hablando. Por lo tanto, se coloca en duda la capacidad de un
porcentaje no menor de docentes, respecto de su conocimiento relativo del formato de los planes de
estudios diseñados bajo esta modalidad.
Este objetivo específico, en particular, busca poder madurar cualitativamente los objetivos
específicos relacionados con los resultados de la encuesta aplicada a los docentes, como el análisis
de los instrumentos evaluativos a través de un trabajo de gabinete destinado a levantar información
de la percepción teórica y práctica por parte de los docentes que permita la investigación para el
análisis y diseño de materiales didácticos, comprendiendo de mejor manera las características actuales
y deseadas de los instrumentos de evaluación y su relación técnica con el diseño curricular.
Específicamente, en esta fase se indagaron los tipos de evaluación y los agentes de evaluación,
conectándolo directamente con los tipos de diseño curricular y variantes teóricas.
Desarrollo de grupo focal con 5 docentes para desarrollar el diseño de un sondeo respecto de
los instrumentos de evaluación y sus características aplicados a nivel técnico superior.
En esta primera etapa se invitó a 5 docentes - jefes de carrera - que realizan la docencia en
IES, para el desarrollo de una actividad cualitativa tipo grupo focal, actividad
87
que consiste en “un grupo de individuos seleccionados y reunidos por el investigador con el propósito
de discutir y comentar, desde su experiencia, sobre un tema que es el objeto de estudio de la
investigación” (Powell, Single, y Lloyd, 1996, pág. 499, citado por Rodas y Pacheco, 2020).
Objetivo del grupo focal: Actividad que tiene por finalidad poder obtener información técnico-
pedagógica, para la redacción del cuestionario que será aplicado a docentes que dictan clases a novel
técnico profesional.
a) Permitir una comprensión plena del objetivo del grupo focal y la finalidad de su
realización.
c) Permitir una colaboración positiva y proactiva de los participantes para un mejor diseño
del cuestionario a aplicar.
88
metodológicas que permitan a los docentes poder diseñar sus instrumentos de evaluación basados en
el modelo de formación por competencias, con la finalidad de poder integrar los instrumentos
evaluativos en el proceso de enseñanza – aprendizaje.
Finalmente, se explicitará el objetivo general que es: Proponer una metodología que sirva de
orientaciones a los docentes para el diseño de instrumentos de evaluación, en un modelo de enseñanza
– aprendizaje basado en la formación por competencias.
2. Pueden, por favor, conversarnos respecto de cómo implementan la docencia en clases cuando
lo hacen basados en el modelo por competencias.
3. ¿Qué piensan del modelo basado en competencias para enseñar?, ¿es práctico?,
¿es eficiente?, ¿es necesario desde el punto de vista pedagógico?
89
6. ¿Cómo diseñan sus instrumentos de evaluación en la actualidad? ¿Reciben alguna orientación
por parte de la casa de estudios en la cual realizan la docencia?
7. Respecto de los instrumentos de evaluación diseñados por ustedes, ¿en qué porcentaje
ajustan el currículo y el avance académico para el desarrollo para la constatación de los
objetivos o resultados de aprendizaje establecidos?
10. ¿Considera que los instrumentos evaluativos deben formar parte del aprendizaje integral?,
¿cómo lo concebiría?, ¿qué valor le otorgan a las evaluaciones colaborativas y grupales?
En general los docentes invitados a participar del grupo focal tuvieron una excelente actitud y
colaboración con el proceso investigativo, mostrando en el transcurso de la actividad disposición,
proactividad y certeza en sus respuestas y reflexiones en general.
Duración de la entrevista: La entrevista grupo focal se proyectó para ser realizada en 1 hora
y 30 minutos; esa determinación se tomó basada en los siguientes criterios:
a) Dada la cantidad de participantes, se consideró una cantidad de tiempo prudente para cada
uno de los asistentes.
b) Como las preguntas de reflexión y apertura al grupo focal están relativamente acotadas y
diseñadas respecto de situaciones específicas al momento del diseño de instrumentos
evaluativos, se consideró adecuada una hora y media de duración.
90
Número de participantes: El número de participantes de acuerdo con Rodas y Pacheco (2020)
debería estar situado idealmente entre los 6 y los 20 participantes; sin embargo, aun cuando se
elevaron 10 invitaciones para participar, finalmente 5 docentes accedieron.
Características del moderador: La moderación del grupo focal fue desarrollada por mi propia
persona, y para ello seleccioné distintas orientaciones de cómo llevar adelante una sesión de estas
características. Entre las más importantes, se tomaron en cuenta las siguientes:
c) Lograr la participación de los docentes, específicamente para que puedan realizar aportes
respecto de la mejor manera de diseñar instrumentos de evaluación.
La conversación con los docentes – jefes de carrera derivó al concepto de libertad de cátedra
y las exigencias que la Comisión Nacional de Acreditación (CNA) impone a las IES técnico
profesional en la dimensión Docencia y Resultado del Proceso de Formación, entendiendo que esta
exigencia se encuentra a su vez dividida en 3 niveles, donde el tercer nivel apunta a establecer
procedimientos para homogeneizar los resultados por jornada, sede y carrera. Tal situación, en
términos de calidad, llevó a establecer las siguientes interacciones y reflexiones de los participantes:
91
“Estoy convencido que los docentes, en general, agradecerían que una institución de
educación superior diseñe los instrumentos evaluativos para los módulos a dictar. Generalmente,
en mi condición de jefe de carrera, cuando realizo los comités de carrera, los docentes siempre
me preguntan respecto de las orientaciones para la aplicación de sus pruebas y cuáles son los
énfasis que deberían priorizar. En lo personal, con la experiencia de administrar por más de 4 años
la carrera de Técnico de Nivel Superior en Trabajo Social, estoy en condiciones de tener claridad
sobre cuáles son las competencias más apetecidas por los empleadores, ya que con ellos
semestralmente realizamos los consejos asesores de carrera. En los consejos asesores de carrera,
nos juntamos con los empleadores y ellos nos retroalimentan con la experiencia de los estudiantes
que realizan sus prácticas laborales y cuáles son las brechas en el cumplimiento de las
competencias, competencias que deberían estar presentes en las evaluaciones”.
1) Como instrumento de salida la evaluación debe recoger con precisión las competencias
requeridas por el perfil de egreso de una carrera determinada.
3) Al estar reguladas en Chile las carreras técnico – profesionales a través del marco de
cualificaciones (mecanismo que identifica las competencias requeridas por el mundo
laboral), es de especial importancia que los instrumentos de evaluación para aquellas carreras
técnico-profesionales que tienen rutas formativas identificadas en el Marco de
Cualificaciones, sean referencialmente similares para distintas cohortes, jornadas e inclusive
sedes en el caso que así sea.
92
4) Instrumentos de evaluación homogeneizados permiten en el contexto del rediseño curricular
establecer las modificaciones de contenido, del perfil de egreso u otro elemento perteneciente
al programa de estudios de manera simultánea, lo que implica altos niveles de oportunidad
en la aplicación de los cambios.
“En mi caso, me he dado cuenta de que muchas veces cuando debo tener un mismo módulo con
docentes distintos, inclusive en la misma jornada, a raíz de la apertura de más de un grupo en la
admisión de la cohorte correspondiente, me encuentro con capacidades y competencias distintas por
parte de los estudiantes. Estoy convencida que la calidad, más allá de la diversidad de los estudiantes,
cuando se realiza el diagnóstico del perfil de ingreso, radica en el hecho de mantener una promesa, y
esa promesa radica que los estudiantes saldrán con un grupo de competencias mínimas, de un saber
hacer independientemente de quien realice el o los módulos respectivos”.
Uno de los aspectos operacionales más relevantes para una enseñanza de calidad, es el hecho
de poder constatar que efectivamente el docente imparte el plan de estudios en su totalidad, sin
opacidades o recortes académicos por parte del docente, justificándose en su propia opinión respecto
de la relevancia de ciertos contenidos sobre otros, o en la falta de rigor del programa mismo por la
falta de ciertos contenidos que el docente, en su “altruismo” pedagógico, incorporaría en beneficio
del estudiante.
Este punto no está presente en casi ninguna investigación académica, porque la mayoría de
las veces se sigue pensando que la libertad de cátedra implicaría cierta libertad para relativizar el
programa de estudios y la promesa competencial al estudiante, en una especie de modelo docente
tipo Humboldt, bajo los siguientes argumentos:
a) El docente tendría mayor claridad de qué contenidos necesita el estudiante respecto de otros
contenidos, en función de la capacidad de aprendizaje de los estudiantes.
93
c) En su condición de docente titular del módulo, el profesional estaría en condiciones de
identificar de mejor manera las necesidades de nivelación de los estudiantes,
independientemente de si existen o no programas de nivelación o de otra naturaleza en la
institución, cuestión que comprometería el desarrollo mismo de la totalidad de los contenidos
a enseñar.
a) Verificar el avance académico de los estudiantes con los docentes y evaluar la posibilidad de
implementar medidas de nivelación o de otra naturaleza.
94
c) Vincular la carrera con los centros de prácticas laborales y, a través de ellos, con los tutores de
las prácticas, que se constituyen en la contraparte de la empresa para el seguimiento del perfil
de egreso del estudiante en la empresa.
Los docentes – jefes de carrera concuerdan que los instrumentos de evaluación aplicados ya
sea en su dimensión diagnóstica, formativa o sumativa, deben contar con los tres saberes incorporados
en la evaluación para que de esta manera la evaluación sea auténtica.
95
como el estándar para el concepto de aprobado o rechazado. De esta manera, el diseño del
criterio debe ser de calidad, reuniendo por una parte el desempeño exigido para el momento
académico de los aprendizajes expresados en las unidades del módulo. El criterio, por lo
tanto, debe ser el indicador que en su explicitación debe intencionar los requisitos de la
competencia a evaluar, su intensidad (nivel de experticia), las condiciones de contexto y los
resultados esperados de esa acción. El saber hacer integrado con el saber y saber ser será el
que dejará huellas del aprendizaje, el resultado es el formato calificativo y cuantitativo que
sirve en el contexto sumativo y en el conocer o comprender de Bloom.
b) Preocupada por los procesos: El proceso es el alma en la formación por competencias y por lo
tanto también sus instrumentos evaluativos. Las nuevas técnicas de trabajo en el mundo
productivo y de servicios están guiadas por Kaizen y Lean, que son dos herramientas
poderosas para un mejor trabajo, teniendo las dos el componente de diseño y desarrollo de
procesos como una cuestión esencial.
d) De carácter colaborativo: Una evaluación autentica simula lo que ocurre en el mundo laboral, y
con contadas excepciones las personas no trabajan solas, algún grado por mínimo que tengan
desarrollaran con otros trabajadores lo que implica relaciones desde lo informal hasta lo
formal, el carácter colaborativo más que una buena práctica es una condición en el modelo
de formación por competencias.
96
y efectivo que efectivamente permita el upgrade estudiantil respecto de un proceso reflexivo
y de mejora por parte de este.
“El error clásico del docente que realiza la docencia basada en competencias, es que el saber
ser muchas veces no se refleja en las evaluaciones y si se refleja es de manera más bien simbólica o
débil, sin buscar los aspectos relevantes que contiene el saber ser, entonces tenemos docentes que
para módulos muy teóricos solo activan el saber en las evaluaciones y en módulos más prácticos o
procedimentales lo hacen muy concentrados en el procedimiento, sin evaluar los efectos del
procedimiento, que desde ya implican el saber ser. Es por esta razón que debemos avanzar al diseño
de instrumentos colaborativos, yo me pregunto ¿existe otra manera de entender el desempeño laboral
en la rama disciplinar que sea, yo hablaría por decirlo así, de desempeños colaborativos directos,
indirectos, colaterales e informales.”
Fernández (2011) establece al respecto cuatro criterios que debe cumplir un instrumento
evaluativo para ser auténtico y, por lo tanto, a través del saber, el saber hacer y el saber ser, acercar
al estudiante al contexto laboral:
c) El contexto social en el que se desarrolla la evaluación se parece al contexto social del lugar
de trabajo.
97
d) Los criterios de valoración en la actividad de evaluación son similares a los criterios que
utilizan los expertos para valorar una tarea.
“En lo personal hace más de 20 años que trabajo en finanzas tanto en bancos como en
instituciones de crédito y de cobranza, y en los módulos propios de la disciplina financiera
generalmente los docentes aplicamos y desarrollamos contenidos que, lamentablemente debo decirlo,
no son parte del trabajo diario, del trabajo real, ¿cuánto contenido teórico requiere un estudiante para
realizar bien su trabajo?, al parecer en materia de rediseño curricular tenemos una sobrecarga en el
saber y despreciamos el saber hacer, no como una iniciativa docente, sino que como un imperativo
del programa de estudio. Y esta es la razón por la cual se sigue aplicando el mito que ya se ha hecho
costumbre en la frase tan popular, “los estudios te enseñan el 10% o el 20%, lo demás lo aprendes en
la vida, en el trabajo”, la frase en si misma tan normalizada, sólo es el reflejo, estimado colegas, de
que en general las carreras no están enseñando íntegramente lo que pasa en la realidad”.
Esta reflexión por parte de los docentes – jefes de carrera fue especialmente discutida debido
al poco apoyo metodológico por parte de las instituciones, respecto de la dosificación competencial
que debe ir desarrollando el programa de estudios, como los instrumentos de evaluación. Por lo tanto,
debiéramos preguntarnos si los programas de estudios reflejan incremental e iterativamente la
acumulación y avance de los contenidos expresados en competencias, entendiendo, por ejemplo,
la incrementalidad como una
98
acumulación de saberes que podría seguir la siguiente secuencia: datos, información, conocimiento,
competencia y saber actuar.
Los datos, en un contexto de desglose, es la unidad más pequeña del saber, comprendiendo
que un dato, desde la definición de la Real Academia de la Lengua Española, es: “Información sobre
algo concreto que permite su conocimiento exacto o sirve para deducir las consecuencias derivadas
de un hecho”.
Esta definición implica la noción concreta del nivel de desagregación desde la cual
comenzamos el trabajo docente y también la aplicación de instrumentos de evaluación. Interesante
es, por lo tanto, el análisis de Jiménez, Hernández y Hernández (2020, pág. 3):
El objetivo que pretende este trabajo es desarrollar un modelo iterativo e incremental para la
evaluación por competencias de los aprendizajes que permita la metaevaluación del desempeño de
los docentes, coadyuvando a desarrollar la conciencia y reflexividad sobre su nivel de desarrollo en
la competencia evaluativa; la identificación de puntos fuertes que se deben potenciar y puntos débiles
que se deben corregir para enfrentarse cada vez con más éxito a situaciones de enseñanza-aprendizaje
futuras.
“La verdad, la mayoría de las veces cuando revisamos los instrumentos de evaluación de
nuestros docentes no siempre los revisamos con la rigurosidad requerida y tomando en cuenta la
taxonomía de Bloom, menos aún el marco de cualificaciones; lo que sí creo, y estoy absolutamente
segura, es en la necesidad de contar con el apoyo de la unidad curricular para poder compatibilizar
de mejor manera el diseño de instrumentos de evaluación u obtener alguna líneas, orientaciones o
marcos generales, para compatibilizar, por ejemplo, el programa de estudios, su avance académico y
el logro de las competencias comprometidas, en la unidad, en el módulo y en el perfil de egreso de
manera incremental.
99
Pero, además, tomando en cuenta que la retroalimentación dada por el docente después de la
aplicación del instrumento de evaluación debe permitir que el estudiante se encuentre en una vuelta
con sus errores y falencias y sea capaz de superar esas brechas. Al fin y al cabo, en el mundo laboral
los trabajadores, en el momento de desarrollar sus actividades laborales, no son medidos con notas,
eso ocurre después en el proceso de evaluación laboral, si es que la empresa u organización lo aplica,
en la práctica lo que evalúa en el día a día el jefe respecto del subalterno, es si sabe o no sabe realizar
las actividades encomendadas y con qué grado de pericia, oportunidad, tiempo, eficacia o cualquier
otra variable relevante para esa actividad especifica que también implique el saber hacer.”
1.- Los docentes, definen como relevante el institucionalizar los instrumentos de evaluación que
aplican los docentes, con la finalidad de homogeneizar esta etapa del proceso de enseñanza
– aprendizaje para mejorar la calidad de pregrado.
2.- Los docentes, analizan la necesidad de poder asegurar que el programa de estudios se imparta
en su totalidad, permitiendo con esto impartir la docencia de manera integral y auténtica.
3.- Los docentes concuerdan que los instrumentos de evaluación aplicados, ya sea en su dimensión
diagnóstica, formativa o sumativa, deben contar con los tres saberes incorporados en la
evaluación para que, de esta manera, la evaluación sea auténtica.
4.- Los docentes, reflexionan respecto de la relevancia en un contexto educativo de formación por
competencias que los instrumentos de evaluación sean colaborativos para reflejar su carácter
auténtico.
100
4.4. Objetivo Específico 4: Describir el procedimiento metodológico para el diseño
A continuación, presentamos una plantilla de criterios con los que evaluamos cada uno de los
instrumentos de evaluación que son más relevantes desde la perspectiva teórica y de los aspectos
normativos establecidos por el Ministerio de Educación chileno.
La plantilla considera una serie de indicaciones que tuvieron por finalidad obtener una
aproximación objetiva de cuánto se acercan los instrumentos analizados con el carácter competencial
de estos. Además, se analizaron las características que deberían tener las rúbricas diseñadas en la
formación por competencias y, específicamente, en el contexto de la educación superior técnico
profesional en Chile.
Objetivo general: Analizar las rúbricas que diseñan los docentes en el contexto de la
educación técnico profesional del norte de Chile, con la finalidad de comprobar si están orientadas
por la formación basada en competencias, por tipo y por agente.
101
El antes es el momento en el cual el estudiante se apresta a recibir el currículo por parte del
docente, y, por lo tanto, siempre será relevante medir el nivel de competencias y aprendizajes que el
discente tiene por dominios. ¿Cuál es la relevancia de medir a través de un diagnóstico, las
competencias o aprendizajes de entrada?, desde nuestro punto de vista son tres las razones:
a) Establecer una línea de base del curso en términos del dominio competencial con la finalidad
de poder estibar el currículo y afinar de mejor manera las estrategias didácticas.
b) Generar información estadística, con la finalidad de enfrentar a través del diseño curricular, el
perfil de ingreso generado en el proceso de admisión.
c) De ser necesario, particularizar en subgrupos más homogéneos de trabajo, a los estudiantes del
curso con la finalidad de desarrollar mejores estrategias colaborativas en el especio
formativo.
El durante, por lo tanto, es el desarrollo del proceso de enseñanza, restando los eventos
calificadores que se dan al término de cada unidad de un módulo determinado y, en el caso de los
exámenes finales, cuando son agregaciones procedimentales-cognitivo- actitudinales.
En muchos casos, esto se puede reflejar en los portafolios o en los proyectos educativos, y
lo relevante es que un proceso formativo bien aplicado debería tener las siguientes características:
a) En el proceso formativo se deben identificar las competencias claves del módulo, porque
estas competencias claves, además, son las que permiten aglutinar los elementos analíticos que
están incorporados en el módulo.
102
El después, debe ser siempre una reflexión de retrospectiva para el desarrollo de la mejora
continua, tanto para el momento del diagnóstico como del mismo proceso formativo, este proceso
debería tener al menos 3 consecuencias:
2. Que la evaluación del perfil de egreso por parte de los empleadores sea cada vez más
satisfactoria y, por lo tanto, se constituya en una evidencia de las mejoras didácticas,
curriculares o de la docencia, respecto del perfil de egreso.
Los instrumentos de evaluación deben responder a una serie de dimensiones que deben estar
presentes tanto en el instrumento de evaluación como en las causas de su diseño. Tejada (1991)
identificó 6 dimensiones que deben estar presentes como condición para un proceso evaluativo y que
se identifican en el cuadro presentado a continuación:
Figura 16
Los momentos de la evaluación
103
De estas 6 dimensiones que tenemos a mano para evaluar los instrumentos evaluativos,
contamos con: el Cuándo, el Instrumento, el Evaluador, la Finalidad, el Cómo, pero no el Qué, que en
este caso sería el programa académico desde el cual el docente extrae los resultados de aprendizaje
que está evaluando y nos permitiría evaluar si el instrumento responde a los principales objetivos,
resultados de aprendizajes y competencias enseñadas.
Por lo tanto, esta parte estará dada por una lista de cotejo, la cual se chequeará para ver en
qué condiciones se encuentra el instrumento analizado.
La verdad, no existe una fórmula para poder estibar con exactitud cómo debe estar compuesta
una competencia en términos del aporte o porcentaje de cómo se distribuyen estos saberes. La razón
es muy simple, la competencia opera en un contexto especifico, en una dimensión contingencial que
varía en el tiempo, en el lugar de trabajo, y de muchas dimensiones que están presionando de distinta
manera para el logro del desempeño y del cumplimiento de la tarea encomendada.
1. En toda competencia siempre estarán presentes los tres saberes con distintas estibas
dependiendo del contexto en el cual se realiza.
3. No puede haber procedimiento o saber hacer sin el saber (elemento cognitivo), y aunque por
muy básica que resulte la actividad desarrollada, siempre habrá un elemento teórico
subyacente en la forma de un conocimiento determinado.
4. La dimensión actitudinal o el saber ser, es mucho más integral que el mero elemento ético;
existen a nivel laboral infinidad de desafíos en este ámbito que la competencia y el instrumento
de evaluación deben necesariamente recoger, aun cuando ese factor actitudinal esté por fuera
del instrumento. Como ejemplo, se podría establecer
104
que el factor actitudinal está dado por la puntualidad a la presentación de la prueba, examen,
etc.
5. Por lo tanto, una competencia evaluada es como un iceberg donde la parte visible es el saber
hacer, bajo la línea de flotación está el sustento teórico (saber) y el océano que le rodea es el
saber ser.
Figura 17
El iceberg Competencial
SABER HACER
SABER
SABER SER
Tabla 4
Formato tipo lista de cotejo para los instrumentos de evaluación
Declara algún tipo de Si frecuencia: No frecuencia:
competencias/resultados de
%: %
aprendizaje/objetivos
Nota. *Información general con fines estadísticos que busca indagar respecto de aquellos docentes
que no identificaron competencias en la rúbrica.
105
Figura 19
Tabla 5
Por tipo de instrumento
Por tipo de instrumento Frecuencia Porcentaje
Diagnostica
Formativa
Sumativa
106
Tabla 6
Por tipo de agente
Por tipo de agente Frecuencia Porcentaje
Autoevaluativa
Coevaluativa
Heteroevalutiva
Tabla 7
Saberes presentes en el instrumento de evaluación
Ponderación Saber hacer Saber Saber ser
frecuencia % frecuencia % frecuencia %
Alto
Medio
Bajo
107
Tabla 8
Niveles de la taxonomía de Bloom utilizados
Niveles/verbos taxonomía de Bloom Verbos/niveles utilizados en la rubrica
frec %
Crear
Evaluar
Analizar
Aplicar
Comprender
Recordar
Una vez que la competencia requerida está presente en el instrumento de evaluación, ahora
es necesario clasificar su diseño en función de los niveles de la taxonomía de Bloom. Es importante
señalar que esta evaluación se aplica desde la directa comparación cualitativa de los distintos verbos
aplicados por nivel que la taxonomía exhibe, en el caso de verbos similares para niveles distintos, se
analizaron los requerimientos del instrumento de evaluación y por lo tanto el grado de saber hacer
comprometido.
Tabla 9
Presencia de la evaluación de los resultados del aprendizaje en función del marco de
cualificaciones técnico profesional
Dimensiones Explicitación Presencia
analiza críticamente y genera información de si
habilidades acuerdo con criterios y parámetros establecidos
subdimensiones para responder a las necesidades propias de sus
información funciones. evalúa la calidad de la información y
elabora argumentos para la toma de decisiones
en
el ámbito de sus funciones.
resolución de problemas previene y diagnostica problemas complejos
de acuerdo con parámetros establecidos en
diversos contextos propios de un área de
108
Dimensiones Explicitación Presencia
especialización. genera, adapta y aplica
soluciones a problemas complejos, propios de un
área especializada en diversos contextos, de
acuerdo con parámetros
establecidos.
uso de recursos selecciona y utiliza recursos materiales y técnicas
específicas para responder a una necesidad
propia de una actividad o función especializada
en diversos contextos. planifica y administra
recursos y la aplicación de procedimientos y
técnicas. aplica y evalúa operaciones,
procedimientos y técnicas específicas de una
función a parámetros establecidos e innovando
para
su optimización.
comunicación comunica y recibe información relacionada a su
actividad o función, a través de medios y soportes
adecuados en contextos conocidos.
109
Dimensiones Explicitación Presencia
evalúa el proceso y los resultados del quehacer
propio y el de otros parámetros establecidos para
retroalimentar las prácticas. moviliza recursos
para la actualización de sus conocimientos
y
habilidades para su desarrollo profesional.
ética y responsabilidad actúa de acuerdo con normas y protocolos que
guían su desempeño y reconoce el impacto que la
calidad de su trabajo tiene sobre el proceso y la
organización. responde por el cumplimiento de
los procedimientos y resultados de sus acciones
y de otros. Comprende y valora las implicancias
de sus acciones sobre la salud y la vida, la
organización, la sociedad y el medio ambiente.
actúa y guía a otros respecto de sus
conocimientos, experticia y alcance de las
funciones
110
Tabla 10
Resumen plantilla de evaluación de instrumentos
Declara algún tipo de Si No
competencias/resultados de frecuencia: 47 %: frecuencia: %
aprendizaje/objetivos
Tabla 11
Numero de competencias declaradas (disciplinares, transversales o genéricas)
Número de competencias Frecuencia Porcentaje
declaradas/resultados de
aprendizaje/objetivos
0–1 32
2 11
3 1
4 2
5
6
7
8 1
9 o mas
Tabla 12
Por tipo de instrumento
Por tipo de instrumento Frecuencia Porcentaje
Diagnostica
Formativa
Sumativa 47 100%
111
Tabla 13
Por tipo de agente
Por tipo de agente Frecuencia Porcentaje
Autoevaluativa
Coevaluativa
Heteroevalutiva 47 100%
Tabla 14
Saberes presentes en el instrumento de evaluación
Ponderación Saber hacer Saber Saber ser
frecuencia % frecuencia % frecuencia %
Alto 2 7
Medio 11 10 4
Bajo 15 30 4
Figura 30
Niveles de la taxonomía de Bloom utilizados.
Verbos taxonomía de Bloom Verbos/niveles utilizados en la rubrica
frec %
Crear 4
Evaluar 1
Analizar 6
Aplicar 16
Comprender 5
Recordar 23
112
f %
Habilidades
Subdimensiones
Información 3
Resolución de problemas 5
Uso de recursos 19
Comunicación 5
Aplicación en contexto 3
Subdimensiones
Trabaja con otros 7
Autonomía
Ética y responsabilidad
Conocimientos
Subdimensiones
Conocimientos 47
Los docentes que practican su actividad en IES técnico profesional en Chile, necesitan contar
con unas orientaciones metodológicas para el diseño de los instrumentos de evaluación que se
apliquen sistemáticamente con la finalidad de constatar, en unos casos, las competencias de entrada
o dominios de los estudiantes respecto de un módulo o asignatura que recién comienzan a cursar,
tomando, por lo tanto, ese instrumento el rol diagnóstico y línea de base del grupo de estudiantes,
para que, en caso de ser necesario, el docente pueda personalizar en grupos y subgrupos con
herramientas didácticas y estrategias docentes disímiles, los procesos de avances académicos acordes
y pertinentes. En otros casos, el rol que asumirá será con carácter formativo en el contexto del avance
académico y la participación colaborativa docente – estudiante, donde las evaluaciones ayudan, más
que a medir lo avanzado, a construir competencialmente los resultados del aprendizaje establecidos
en el programa de estudio.
113
Ciertamente que, en función del carácter constructivista del modelo basado en competencias,
las evaluaciones formativas debiesen ser recurrentes, continuas, y desglosar los contenidos en
unidades más pequeñas para que la evaluación formativa se transforme en un apoyo respecto del
proceso formativo, asumiendo un doble rol:
114
1. Valores
a) Integralidad evaluativa: Con este principio intentamos regular la estrecha relación que se
esconde en la secuencialidad curricular – didáctica – evaluativa. Al respecto, y para
ejemplificar de mejor manera el concepto, traeremos a colación la definición de competencia
laboral brindada por el Ministerio de Educación de Chile (Vargas, 2004 p.13).
b) Simulación laboral: Aun cuando no siempre es posible este tipo de recreaciones a nivel de
perfección, la institución debe esforzarse por intentar acercarse lo más posible a la realidad
donde el titulado se desenvolverá, mientras más infraestructura, recursos, tecnología y
espacios de simulación movilice y brinde la institución mayor será la posibilidad de una
evaluación autentica y significativa.
c) Incrementalismo evaluativo: El docente deber ser capaz de aplicar una estructura de desglose
competencial (EDC), emulando este concepto respecto de la estructura de desglose de trabajo
(EDT), vocabulario aplicado en la gestión de los proyectos. Si se logran fragmentar
sistemáticamente los aprendizajes esperados a través de
115
sucesivas evaluaciones formativas, permitiremos al estudiante enfrentarse repetidamente al
estándar, ponerse a prueba, requerir a su intelecto, habilidades y fuerza física de ser necesario,
para pasar de la teoría a la práctica, práctica continua que mejorará el desempeño del
estudiante gracias a la naturaleza iterativa del incrementalismo.
116
contextos de las industrias productivas y de servicios hacia las que apunta el perfil de egreso
de la carrera. El estudiante debe experimentar el “trabajo con otros”, como los grupos de
trabajo tradicionales designados para el desarrollo de una actividad generalmente descriptiva,
donde, además, no se sabe quién hizo qué parte del trabajo.
i) Respeto por la voz del estudiante: El centro del proceso académico es el estudiante, la razón de
ser y la ontología institucional, directa e indirectamente, debe estar centrada en el avance
académico y en su aprendizaje significativo. Es por esta razón que el proceso evaluativo juega
un rol fundamental para que ese aprendizaje significativo esté justificado en el estándar de
comprobación aplicado en la evaluación. El rol que juega el estudiante en esta etapa es
fundamental, no tan sólo como receptor de la evaluación, al responder y activar el nivel de la
taxonomía de Bloom procedimental, sino que además, porque los instrumentos evaluativos
deben ser refinados a partir de la opinión de los estudiantes y titulados, esta es una función
obligatoria del docente.
2. Principios
a) Los estudiantes tienen el derecho de recibir contenidos de valor en sus evaluaciones que
tributen a las competencias del perfil de egreso.
d) Evaluar las capacidades de trabajar con otros es un imperativo que el docente debe lograr a
toda costa.
117
e) El docente es responsable de que ningún estudiante quede “rezagado” en el camino por razones
propias de la comprensión competencial; la retroalimentación es una obligación, pero también
es una oportunidad.
h) Debemos entender, de una vez por todas, que programas de estudios, práctica docente y
evaluaciones formativas y sumativas, no están desconectados, son parte de lo mismo.
i) El docente que utiliza el incrementalismo evaluativo, logra instalar un ascensor en la mente del
estudiante: desde el dato hasta el saber actuar.
j) La mejor práctica y evaluación docente, es aquella que crea puentes y elimina los acantilados
que pueden generarse entre las unidades formativas y la evaluación competencial.
4.5.2. Morfología del diseño curricular para los programas de estudio basados en la
formación por competencias
Nos alejamos del formato y orientaciones clásicas del programa de estudio tradicional para
adentrarnos en la formación por competencias. Esta parte de las orientaciones es necesaria ya que
estamos definiendo que los instrumentos evaluativos basados en este modelo son parte de la
constatación del aprendizaje, pero, a la vez, son un recurso valioso de la enseñanza que el estudiante
recibe y, por lo tanto, debemos comprender secuencialmente cómo se desagrega el plan de estudios
en sus componentes más específicos, expresados en un programa académico.
Lo primero que debemos declarar es la constitución del perfil de egreso como propósito y
carácter misional de una carrera determinada. ¿Qué es, por lo tanto, el perfil de egreso? Debemos
entender el perfil de egreso como la síntesis del conjunto de competencias declaradas a lo largo de
los semestres de instrucción que habilitan a un
118
titulado para el desarrollo de desempeños en contextos definidos por los descriptores de cargo, acorde
a las exigencias laborales de un sector productivo o de servicios determinado. El perfil de egreso no
es una mera acumulación de competencias o un inventario de estas; si esta fuera la manera de
entenderlo y operacionalizarlo, caeríamos en la noción del aprendizaje por repetición de Ausubel
(1980).
119
Los instrumentos de evaluación, al menos en el modelo de formación por competencias,
están referenciados desde el aprendizaje y para el aprendizaje. Si la enseñanza es la orientación
unidireccional desde la intención y potencia del currículo hasta la aplicación de la docencia a través
de estrategias didácticas, el aprendizaje, entonces, sería el receptor que, dependiendo de la línea
teórica de este, puede ser activo o pasivo; en el caso del modelo competencial, este se constituye
como un aprendizaje activo, colaborativo y constructivista; es activo por que el estudiante es el centro
del aprendizaje y debe incrementalmente ir adicionando y aplicando las unidades competenciales o
contenidos que permiten la recreación paulatina de la competencia; es colaborativo porque el docente,
más allá de su propia comodidad, está éticamente y profesionalmente obligado a recrear el currículo,
el avance académico y el cierre de los contenidos, a través de la evaluación formativa en un contexto
colaborativo, es decir, en conjunto con otros estudiantes, y el docente aun cuando pudiese estimar
que los contenidos asociados a la unidad formativa no tienen impacto colaborativo, deben tomar
siempre en cuenta que la colaboración, como antesala del elemento actitudinal, puede ser directa,
indirecta, esencial, circunstancial, de proceso completo o de proceso parcial; finalmente, es
constructivista porque la secuencialidad del aprendizaje implica una antropología específica del
aprender del estudiante a través de estrategias didácticas pero con una clara orientación modular
respecto del diseño curricular, el avance del estudiante es autónomo y metacognitivo.
Por lo tanto, a nivel del contexto y los requerimientos laborales, el estándar o condición de
éxito o de logro que el sector requiere para que el desempeño sea considerado adecuado a la
instrucción laboral, debe tomar en cuenta que el estándar es una métrica o también puede ser
entendido como un indicador, es decir, la consideración cuantitativa que se debe cumplir en términos
de producto mas no de proceso. En términos metodológicos puede ser perfectamente comparado con
un objetivo Smart, que propone las siguientes condiciones:
a) Específico
b) Mesurable
c) Alcanzable
d) Realista
e) En un tiempo definido
120
Luego, complementamos las competencias con las variables o criterios de desempeño. Una
variable o criterio de desempeño es la combinación con distintos énfasis de los tres saberes en un
contexto de simulación laboral determinado, por lo tanto, las variables o criterios de desempeño
deben tener las siguientes características:
1) Carácter general – especifico, respecto de los saberes combinados o por separado respecto de
los contenidos de aprendizajes desarrollados. El carácter general está dado por la orientación
de la descripción de un saber o conjunto de saberes determinados, que para todos los efectos
son contenidos de aprendizajes, y el carácter específico está dado por la intensidad o
profundidad del contenido desarrollado.
2) Descripción de la competencia clave hacia la cual está orientado el contenido del aprendizaje,
este elemento es fundamental en el desarrollo de los criterios de desempeño. Para el
desarrollo de un proceso de enseñanza – aprendizaje (evaluación auténtica), es absolutamente
necesario, que la desagregación del contenido del aprendizaje tenga paternidad competencial
desde el primer momento, de esta manera, tanto el estudiante como el mismo docente, tendrán
la claridad de la ruta que ese contenido está tributando desde el constructivismo del
aprendizaje y el incrementalismo evaluativo.
3) Los criterios de desempeño deben indicar el comportamiento requerido aun cuando no sea una
relación directa con la competencia clave a la cual tributa; de esta manera vamos, desde los
inicios de la relación instruccional, definiendo el carácter y personalidad de la carrera.
Muchas veces, los estudiantes recién vienen a entender la actitud requerida por el mercado
laboral para ese puesto específico cuando ya lo está ocupando, y esa situación puede generar
problemas de estabilidad laboral.
4) El contenido de aprendizaje a través del criterio de desempeño debe indicar los resultados y
logros con carácter terminal y de producto para que, de esta forma, la exigencia
preestablecida quede escriturada sin lugar a opacidades que puedan afectar o subjetivar los
elementos presentes a nivel instruccional y a nivel evaluativo. Mientras más concretos y
claros sean los resultados y los logros establecidos como condición, los criterios de
desempeño serán más eficaces y eficientes.
121
5) Los criterios de desempeño deben también apuntar, aun cuando sea someramente, al perfil de
egreso en el contexto del desarrollo técnico profesional en el cual se desenvolverá el futuro
titulado. No debería existir un diseño curricular que, desde el comienzo del avance académico,
no favorezca la orientación vocacional como un descubrimiento paulatino del rol integral de
esa carrera técnico profesional, sus alcances, la carrera laboral y su proyección, como una
expresión sistemática, la naturaleza de la carrera que se está cursando.
6) Por último, las características específicas para la correcta recreación o desarrollo del
contenido de aprendizaje requieren que las técnicas, conocimientos y habilidades estén
debidamente explicitadas, para poder, de ser necesario, avanzar desde el nivel 1 y 2 de Bloom,
al tercero en adelante.
Las evidencias de producto son los elementos cuantificables que resultan de la aplicación de
los criterios de desempeño para el correcto logro del estándar, el que, finalmente, se tiene que
observar, palpar, en definitiva, evidenciar.
Es, en este esquema donde la evaluación, como herramienta del aprendizaje y certificación
de la enseñanza unidireccional, es necesaria de ser incorporada en el flujo iterativo del avance
curricular de una determinada carrera.
122
3) Establecer y cuantificar los recursos que son necesarios para instalar las
competencias, a través de los conocimientos, procedimientos y actitudes.
Figura 18
Fases metodológicas para la elaboración de programas de estudio
123
Comparando estas dos secuencias, la secuencia definida en estas orientaciones
metodológicas es la siguiente:
Tabla 16
2 Definición de las Una vez que se ha realizado el inventario con la mayor cantidad
competencias que de competencias asociadas a un perfil laboral determinado, se
tributan al perfil de debe realizar una síntesis de las competencias que reflejen
egreso requerido. holística y agregadamente (independientemente de la empresa,
tamaño y características propias), las que son más genéricas
disciplinariamente.
3 Identificación de los Procede en esta etapa del diseño, la elección de los módulos que
módulos que constituirán la ruta formativa, realizando el poblamiento del
formaran parte del plan de estudios desde una lógica secuencial incremental y con
plan de estudios de un carácter simultaneo e integrador. En esta parte del diseño es
la carrera. necesario reconocer y plasmar los módulos y definir con
claridad e integridad la debida estiba, entre el saber, saber hacer
y
saber ser.
124
Número Etapa Observación
4 Poblamiento de los A partir de los módulos seleccionados, se realizara el trabajo
módulos curricular entre los especialistas disciplinares y los especialistas
seleccionados. curriculares, los que entre otras acciones procederán a:
desarrollar el marco teórico correspondiente, identificar las
metodologías, técnicas y procedimientos requeridos para el
desarrollo docente del módulo, establecer la mayor cantidad del
“saber ser” requerido desde una perspectiva laboral y ética
humana y laboral, juntos con aquellos elementos laborales
genéricos (calidad, medio ambiente, seguridad,
responsabilidad, disciplina, etc.).
125
Número Etapa Observación
8 Diseño y Se deben diseñar los instrumentos de evaluación para un
planificación de los contexto especifico de enseñanza – aprendizaje basado en
instrumentos de competencias, donde se tomen en cuenta los instrumentos por
evaluación. tipo y por agente, los que deben ser correctamente dosificados
en la planificación, permitiendo una sincronización positiva
entre el desarrollo de los saberes y la oportunidad de la didáctica
docente. Es importante además tomar en cuenta que los
instrumentos evaluativos formativos son esencialmente parte
del aprendizaje y no de la enseñanza, y, por lo tanto, no pueden
ser una mera constatación del avance cuantitativo del
estudiante. En la raíz del diseño de estos instrumentos debe
estar considerado el aprendizaje
incremental.
Tabla 17
Matriz de doble entrada
Tipo/agente Diagnóstica Formativa Sumativa
Autoevaluativa
126
Coevaluativa
Heteroevaluativa
Esta es una matriz de doble entrada que permite la combinación de nueve entradas con nueve
opciones, las que se usarán en función de la realidad del modelo educativo de la institución, de la
carrera y su implicación con el contexto laboral, y las estrategias didácticas utilizadas desde la
dirección académica para el ejercicio docente.
En estricto rigor, todas las combinaciones podrían ser factibles de utilizar, pero es claro que
hay algunas combinaciones que son más pertinentes que otras desde el carácter longitudinal y también
por el tipo de agente previsto.
Tabla 18
Mejores combinaciones en el proceso evaluativo
Tipo/agente Diagnóstica Formativa Sumativa
Autoevaluativa A B B
Coevaluativa M A M
Heteroevaluativa B M A
Justificaremos aquellos cruces que desde el análisis propio son considerados como altos, y por
lo tanto como combinaciones prioritarias, preferibles y coherentes con el momento académico vivido
por el estudiante (A = Alto, M= Medio, B=Bajo).
127
de una capacidad de autocrítica que madura el saber ser de mejor manera, permitiéndole el
autodescubrimiento del error como un componente significativo.
El carácter coevaluativo es fundamental, toda vez que son los mismos estudiantes los que
deben desarrollar la capacidad de evaluar a sus pares, buscando pares que se retroalimenten a raíz de
la etapa diagnostica, contrapesando fortalezas versus debilidades, con los que a su vez desarrollaron
y simularon las competencias con estrategias colaborativas y de trabajo en equipo. La otra razón por
la cual es fundamental la coevaluación formativa está relacionada con la metacognición y el “saber
actuar”, en distintos escenarios al que pueda estar sujeto el estudiante, futuro trabajador.
b) El docente, por lo tanto, en estos instrumentos de evaluación está obligado a instalar desde
el 3 nivel en delante de la taxonomía de Bloom, entendiendo que los niveles anteriores están
desarrollados en las evaluaciones formativas.
128
4.6. Técnicas de instrumentos evaluativos
b) Pruebas escritas
c) Trabajos monográficos
d) Investigaciones acotadas
e) Exposiciones
f) Informes
g) Simulaciones especificas
Entendemos por las técnicas evaluativas del primer nivel aquellas que están relacionadas
directamente con la taxonomía de Bloom ajustada a los niveles 1 y 2, es decir, el conocer, el recordar
y el comprender están generalmente asociadas a actividades competenciales básicas como las de
recordar, entender, reconocer, interpretar, etc.
Podemos, por lo tanto, asociar los instrumentos evaluativos propuestos como representantes
genuinos de estos niveles de exigencias académicas.
Es necesario entender que estos niveles no significan una mirada peyorativa sobre estos
estándares de evaluación, perfectamente estos instrumentos pueden formar parte del itinerario
formativo, especialmente cuando la carga abstracta de los aprendizajes esperados obliga al docente
a repasar y constatar el nivel de comprensión teórica del estudiante antes de pasar a otros
instrumentos que requieren un saber hacer y un saber actuar como elementos incorporados en las
competencias.
129
a) Por el carácter desagregado de estas técnicas de primer nivel, no es viable que sean aplicadas
en evaluaciones con carácter sumativo.
b) Estas técnicas evaluativas, aun cuando responden a los niveles del recordar y el comprender,
en ningún caso significan reducir el papel del estudiante a un rol pasivo generando las clásicas
pruebas con alternativas, de completar la oración, verdadero o falso o de otra naturaleza que
impliquen un reduccionismo intelectual. Estas pruebas deben ser de desarrollo y abiertas,
permitiendo que el estudiante tenga un rol más activo dando valor agregado, minimizando el
carácter automático de la respuesta y exigiendo al estudiante la capacidad de análisis crítico
para la correcta explicación y, por lo tanto, incentivando la capacidad cultural del estudiante
de organizar en su mundo interno la secuencia lógica y de contenidos expresados en una
respuesta.
d) Finalmente, es siempre importante recalcar que el saber forma parte del avance académico
del saber actuar, lo que incluye los tres saberes en contextos disímiles para el mundo laboral;
esto significa que ese saber evaluado debe tener sentido competencial permitiendo que ese
contenido sea finalmente integrado en la etapa sumativa, evitando que quede aislado o no
volviendo nunca más a ser utilizado en el módulo ni menos aún en el trabajo.
b) Listas de cotejos
c) Debates
d) Ensayos
130
e) Juego de roles
f) Trabajos de investigación
Las técnicas evaluativas de segundo nivel se asocian con los niveles tercero y cuarto de la
taxonomía de Bloom (Aplicar, Analizar), lo que implica que necesariamente se pasa desde el análisis
fragmentado del mero saber, hacia una integración más compleja que debe incorporar el saber hacer
y el saber ser, pero bajo la lógica del incrementalismo evaluativo, con niveles coordinados en la
temporalidad del avance formativo en un desglose de competencias más pequeñas que le permita al
docente intervenir en el proceso de enseñanza – aprendizaje con instrumentos evaluativos formativos,
coevaluados, heteroevaluados y colaborativos.
Al respecto se establecen las siguientes orientaciones para este momento del proceso de
enseñanza-aprendizaje:
a) Las técnicas evaluativas de segundo nivel deben ser parte importante del inventario de técnicas
evaluativas para el desarrollo de las evaluaciones formativas, como un componente
estratégico del aprendizaje.
b) La planificación de las unidades o de los aprendizajes esperados deben ser coordinados con
cada una de las evaluaciones formativas con la finalidad de permitir la mayor eficacia
respecto del incrementalismo evaluativo. Sólo de esta manera el ciclo de evaluaciones
formativas podrá ser parte del aprendizaje.
c) Las técnicas evaluativas de segundo nivel deben ser utilizadas como recurso formativo para
reforzar la competencia desagregada en la formación, pudiendo ser combinada tanto a nivel
coevaluativo como heteroevaluativo, dando preeminencia a la primera. El carácter
colaborativo de las técnicas evaluativas debe ser promocionado y proyectado como la
capacidad de la didáctica evaluativa de ir acercando a los estudiantes respecto de la futura
realidad laboral que les tocará desarrollar.
d) Finalmente, es evidente que el saber más evaluado en este tipo de instrumentos es el saber
hacer, dado aun el carácter experimental en la relación enseñanza – aprendizaje, respecto del
requerimiento laboral transformado en competencia a través de la verificación de un
estándar.
131
4.6.3. Técnicas evaluativas de tercer nivel (significativo)
a) Portafolio
c) Simulaciones
d) Análisis de casos
Finalmente, nos encontramos con las técnicas evaluativas del tercer nivel, las que tienen
características agregadas en el sentido que son capaces de llevar al estudiante a una forma de
recreación de la realidad laboral a través de un continuum constante e incremental, que permite la
consolidación del saber actuar, como una síntesis del total de competencias que tributan al perfil de
egreso. Estos instrumentos evaluativos tienen la característica que son longitudinales al espacio -
tiempo del desarrollo del módulo y, por lo tanto, se pueden complementar con instrumentos
sumativos de una naturaleza más colaborativa, como lo hemos planteado anteriormente. Es importante
establecer el carácter incremental de estos instrumentos los que deben responder tanto a las
competencias abstractas como de aquellas que implican una manipulación directa de la realidad a
través de recursos físicos, materiales u otros elementos.
132
a) Identificar el soporte bajo el cual se desarrollará la longitudinalidad de la experiencia del
estudiante respecto del área competencial a dominar. Independientemente si esta
competencia es abstracta o de recurrencia material, es necesario establecer cuál será el soporte
o la combinación de soportes a través de los cuales se recogerá la evidencia del avance
académico. Dicha evidencia puede estar recogida en un soporte digital, en fotografías,
videos, cuadernos, soporte digital o cualquiera otra que se acuerde entre el estudiante y el
docente.
b) Vincular el instrumento evaluativo con los propósitos del módulo, comprometiendo el proceso
y la dinámica de este, lo que ayudará a configurar de mejor manera el volumen de contenidos
y sub - competencias establecidos en el módulo correspondiente. Ese análisis, realizado en
conjunto con el estudiante o un grupo de ellos para su posterior avance colaborativo, será
fundamental para permitir la “georreferenciación” del estudiante respecto del total de los
módulos que ya ha superado y respecto de los que le toca superar; en síntesis, podrá conectar
su utilidad con la totalidad de la carrera.
c) Realizar una propuesta de carta Gantt para poder viabilizar las actividades a realizar junto con
los hitos de coevaluación y heteroevaluación que deberán ser analizados y comparados, con
la finalidad de proceder al cierre de brechas a manera de retroalimentación. La carta Gantt
ya es de por sí un ejercicio práctico que ayuda a aquilatar de mejor manera unas dimensiones
del saber hacer, que son necesarias en cualquier tipo de trabajo que requiera a un técnico
profesional, como lo pueden ser: a) capacidad de planificar, b) capacidad de priorizar a través
de hitos las fases de esa planificación, c) responsabilidad laboral, d) capacidad para resolver
problemas y e) desarrollar la habilidad del trabajo colaborativo.
d) Recolección y selección de las evidencias que se han desarrollado por parte del estudiante en
el contexto del avance académico. Es importante en esta etapa tener en cuenta que el
monitoreo por parte del docente es crucial porque las actividades que se desarrollan, y que
pueden ser parte del inventario de evidencias, deben mantenerse en la esfera gravitacional de
las competencias que tributan al módulo. Por lo tanto, las evidencias serán compartidas y
reforzadas por el estudiante en conjunto con el compañero con el cual está desarrollando el
instrumento.
133
e) Reflexiones y maduración de los hitos como perfeccionamiento del incremento del
aprendizaje, para de esta manera lograr la efectividad de la enseñanza, y que esta tenga efecto
e impacto en los procesos de aprendizajes que el estudiante desarrolla en contacto con la
didáctica docente y la planificación curricular que día a día se convierte en avance hacia la
consolidación de las competencias, debiendo, por lo tanto, la técnica de tercer nivel
consolidar este proceso con la adición colaborativa entre compañeros.
f) Informe final y presentación del trabajo ante audiencia seleccionada, es de suma relevancia en
el modelo basado en la formación por competencias, que los estudiantes presenten un
informe final, y, a la vez para cerrar las habilidades genéricas, puedan en conjunto con el
estudiante que acompaña el desarrollo del instrumento, realizar una presentación ya sea tipo
ponencia, o práctica, donde lo esencial sea la capacidad de recrear la competencia ante la
audiencia seleccionada que inclusive podría ser ante empleadores, consejo de profesores,
estudiantes o una combinación de ellos.
1) Los instrumentos del tercer nivel deben, en consideración de su complejidad, ser siempre con
carácter colaborativos, es decir, apostar por la realización de estas actividades de carácter
incremental y longitudinal entre 2 estudiantes, no se recomiendan más estudiantes que esa
cantidad porque de lo contrario se corre el riesgo de caer en un tipo de sesgo cognitivo que
dañará, indudablemente, el aprendizaje y la evaluación significativa y auténtica en esta etapa
terminal del proceso académico.
2) Los instrumentos de evaluación de tercer nivel comienzan, inclusive de existir una profunda
planificación, desde el momento de la evaluación diagnóstica, y concluyen en el momento de
las evaluaciones sumativas al término del módulo. Esto, dado el carácter expuesto
anteriormente, y, si bien es cierto, debería pasar por sucesivas etapas (desde la diagnóstica,
formativa y sumativa) debe ser certificada mediante nota formal.
3) La manera de realizar esta evaluación es con una simulación (abstracta o material) de la o las
competencias comprometidas. Si el docente no es capaz de terminar este proceso con una
simulación que integre los saberes, los contextos y los
134
requerimientos laborales, esta técnica no cumplirá con esta expectativa y no se podrá dar
por finalizado el módulo de manera satisfactoria.
En el caso de las técnicas evaluativas, es necesario aterrizar su mejor uso en términos de los
niveles de la taxonomía de Bloom, como una forma de entender que los momentos de la evaluación
(por tipo), junto con quien evalúa (por agente), debe ir acompañado de la técnica evaluativa como una
manera de ajustar la eficiencia del proceso evaluativo, dejando siempre en claro que las demás
combinaciones pueden ser factibles de ocupar, sólo que, en el caso de este manual, son consideradas
como eficaces las consideradas en las combinaciones propuestas.
Tabla 19
Combinaciones por tipo, agente y técnicas evaluativas
Tipo/agente Diagnostica Formativa Sumativa
Autoevaluación 1er nivel
Coevaluación 3er nivel 2do nivel/ 3er nivel 3er nivel
Heteroevaluación 1er nivel 3er nivel
135
4.7.1.1. Análisis de las combinaciones en el desarrollo formativo. Autoevaluación y
coevaluación – diagnóstica – 1er nivel y 3er nivel: El desarrollo de esta primera etapa del ciclo
formativo en un modelo educativo basado en competencias, nos permite orientar la etapa diagnóstica
dividiéndola en la aplicación de dos instrumentos evaluativos:
El primer instrumento será a través del agente autoevaluativo, con instrumentos de primer
nivel (pruebas orales, escritas, informes, etc.). La razón por la cual priorizamos al agente
autoevaluativo radica en la posibilidad de generar un proceso incipiente de metacognición que le
permita al estudiante administrar una “línea de base”, con vistas al desarrollo del ciclo formativo que
está por empezar. Las principales ventajas son las siguientes:
a) Etapa en la cual el estudiante debe comenzar sus estudios modulares siendo el momento de
traer al nivel de la conciencia sus conocimientos previos.
El segundo instrumento de aplicación será a través del agente coevaluativo con instrumentos
del tercer nivel, esta aplicación es de máxima relevancia porque se comienza una etapa paralela y
complementaria que hemos denominado longitudinalidad evaluativa, que pasa por la etapa formativa
y concluye en la etapa sumativa. Las principales características y ventajas son las siguientes:
136
longitudinalidad evaluativa con los instrumentos de tercer nivel, a partir de un contrapeso que
permita la retroalimentación y aprendizaje mutuo.
c) La dupla de estudiantes debe entregar una carta gannt que tome en cuenta la etapa
formativa y sumativa.
137
Figura 19
Sistémica evaluativa en un modelo basado en competencias
138
En este caso se aplicarán técnicas evaluativas de segundo nivel, con el objetivo específico de
ejercitar el saber hacer, observarlo, retroalimentarlo, vinculándolo introductoriamente con el saber
ser. Las técnicas utilizadas deben por lo tanto permitir el desarrollo integro de la técnica, metodología
o procedimientos comprometidos. estas necesariamente deben ser con un carácter colaborativo; no
podría entenderse que en un modelo basado en competencias no se enfrentara la experiencia de
simulación laboral sin otros estudiantes que formen parte de un “equipo de trabajo”. Para estos
efectos la evaluación colaborativa debería ser desarrollada por dos estudiantes.
El saber actuar se podría definir como la capacidad del estudiante (día de mañana trabajador)
de movilizar los recursos competenciales de diversa naturaleza con los que
139
cuenta, ante situaciones rutinarias o novedosas, para el desarrollo de una actividad determinada sujeta a
un estándar de medición.
Por lo tanto, el saber actuar es la capacidad de romper con la simple suma de las competencias
establecidas en el perfil de egreso, siempre debe ser algo más. La evaluación sumativa, o el momento
sumativo, es el compendio de una consideración individual para la comprobación específica de las
competencias requeridas, pero, además se debe culminar con las técnicas evaluativas de 3er nivel que
tuvieron su comienzo en la etapa diagnóstica.
a) Esta etapa es el momento de la certificación a través de una nota que permite al estudiante
obtener una dimensión cuantitativa de lo avanzado.
b) La etapa sumativa debe ser desarrollada, por una parte, con instrumentos de 3er nivel con el
agente heteroevaluativo, es decir, con un instrumento colaborativo desarrollado por dos
estudiantes, pero evaluado por el docente y, a su vez, con la exposición final del trabajo a
través de una coevaluación, en este caso se recomiendan, por ejemplo: la simulación y el
análisis de casos.
c) En el caso de las técnicas de tercer nivel longitudinal se debe concluir este proceso con la
entrega o presentación de los objetivos generales y específicos planteados en la etapa
diagnostica.
Los instrumentos evaluativos de primer nivel están asociados, como lo planteamos más
arriba, con el nivel 1 y 2 de la taxonomía de Bloom ajustada (recordar, comprender) y es por esta
razón que para este tipo de instrumentos es necesario una adecuación especial en el ámbito de la
evaluación por competencias, aun cuando la finalidad sea corroborar el conocimiento más que una
competencia en particular.
La taxonomía de Bloom actualizada establece los siguientes verbos a modo de ejemplo y que
son importantes de traer a colación para que el formador del instrumento de evaluación los tenga a la
vista:
140
Tabla 20
Verbos relacionados con los niveles 1 y 2 de la taxonomía de Bloom actualizada
Nivel 1 Nivel 2
Recordar Comprender
Verbos asociados: Verbos asociados:
mostrar-afirmar-definir-nombrar-citar- clasificar-comparar-contrastar-explicar-
memorizar resumir-demostrar
Es en torno de estos verbos, y otros más que pueden ser eficaces para el logro de la estrategia
evaluativa, de acuerdo con las combinaciones establecidas como más relevantes entre los tipos,
agentes y técnicas evaluativas, que debe comenzar el proceso del diseño instrumental.
b) Se debe entender así que independientemente del instrumento escogido por el docente o la
organización, el método para la generación del instrumento debe ser el mismo, y la razón de
esto radica en la necesidad de limitar el intervalo de variabilidad entre un tipo de instrumento
y otro desde la perspectiva de la gestión de la calidad, y los objetivos buscados.
d) Será necesario al comenzar el análisis para el diseño del instrumento nivel 1 o 2 realizar una
asociación TOP – DOWN, es decir, partir del perfil de egreso, para luego encontrar la
competencia a la que tributa, después la sub - competencia
141
asociada y las actividades y contenidos que están presentes y desagregados en el plan de
estudios.
Tabla 21
Plantilla tipo para instrumentos de primer nivel
Carrera: Semestre:
Módulo:
Unidad evaluada:
Tipo de evaluación: Diagnóstica, formativa.
Criterios de evaluación (verbos deben ser Estándar para la evaluación de los criterios
coincidentes con los niveles 1 y 2 de la
taxonomía de Bloom) 1
1 2
2 3
3 4
4 5
5
142
Carrera: Semestre:
Evidencias para la evaluación (directas
respecto de los criterios)
1
2
3
4
5
Porcentaje del “saber” respecto de las
competencias identificadas
1 %
2 %
a) Carrera: Identifica la carrera de nivel Técnico Profesional sobre la cual se está desarrollando
el análisis evaluativo.
e) Tipo de evaluación: Se debe dejar establecido que los instrumentos de primer nivel sólo serán
aplicados en la etapa diagnóstica y en la etapa formativa. Es recomendable que en el caso de
la evaluación diagnóstica se utilice el primer nivel de Bloom, es decir, recordar, entendiendo
que uno de los principales objetivos de esta etapa, tiene por finalidad establecer la brecha
inicial del estudiante respecto del módulo a ser impartido. En el caso de la etapa formativa
será recomendable utilizar el segundo nivel de Bloom, es decir, comprender, porque en este
caso lo que se está buscando es el desarrollo formativo a partir de una expansión del
conocimiento, con ejercicios integrales y orientados a complementar desde el saber,
143
el saber actuar a través de la activación de verbos tales como clasificar, comparar, contrastar,
explicar, resumir, demostrar.
g) Técnica evaluativa utilizada: En el caso del primer nivel los instrumentos deben ser similares
a las pruebas orales, pruebas escritas, trabajos monográficos, investigaciones acotadas,
exposiciones, informes y simulaciones específicas, los que se presentan a modo de ejemplos.
No hay que olvidar que lo que buscan estos instrumentos es reflejar de la mejor manera el
recordar y el comprender, dimensiones de Bloom actualizadas que buscan caracterizar el
saber cómo una condición de éxito a nivel de criterios de evaluación de procesos, con la
finalidad de complementar, integrar y perfeccionar las competencias identificadas.
Una forma de asociar las competencias disciplinares seria a través del siguiente esquema.
Tabla 22
Asociación de competencias
144
i) Competencias transversales asociadas a la unidad: En términos generales, y en el caso del
tipo formativo del instrumento de evaluación, puede que no sea muy fácil encontrar una
relación tan directa entre los contenidos y las competencias transversales, sin embargo, el
docente igual debe realizar el ejercicio.
1. Verbo del primer o segundo nivel de Bloom actualizado + explicitación del contenido,
conocimiento, concepto, etc. = criterio de evaluación
a) Estándar para la evaluación: El estándar para la evaluación de los desempeños del estudiante,
es un indicador. Estos indicadores, a diferencia del criterio de evaluación, deben ser
cuantitativos y permitir a estudiantes y docentes tener la claridad suficiente de qué y cómo
se está evaluando. Es importante establecer el qué, el cómo, el cuándo (y cuánto,
dependiendo del contenido a evaluar), para un correcto desempeño y una guía operacional
para el actuar y también para el evaluar.
Aun cuando pueda parecer tedioso es absolutamente necesario que por cada criterio de
evaluación exista un estándar asociado, para que, de esta manera, la planificación de la evaluación
y los resultados de esta sean auténticos.
2. Qué recuerda, conoce, define, etc. + cómo recuerda (la condición exigida para el éxito de la
actividad; tiempo, cantidad, u otra variable) = estándar para la evaluación
145
b) Porcentaje del saber presente en la o las competencias asociadas: Si bien es cierto no existe un
mecanismo específico para ponderar esta variable, es altamente significativo que el docente
con su experiencia y desarrollo de la docencia pueda calibrar con un porcentaje, el impacto
y la relevancia del saber evaluado, esto con la finalidad de poder, en las demás etapas
formativas, tener una aproximación de la estiba de cada uno de los saberes.
Los instrumentos evaluativos de segundo nivel están asociados, como lo planteamos más
arriba con el nivel 3 y 4 de la taxonomía de Bloom ajustada (aplicar, analizar) y es desde este nivel
(especialmente el aplicar) que deben estar integrados en los instrumentos de evaluación estos tres
saberes (saber, saber hacer y saber ser), lo que, finalmente, debería agregar un saber actuar a nivel de
la consolidación del perfil de egreso.
La taxonomía de Bloom actualizada establece los siguientes verbos a modo de ejemplo y que
son importantes de traer a colación para que el formador del instrumento de evaluación los tenga a la
vista:
Tabla 23
Verbos relacionados con los niveles 3 y 4 de la taxonomía de Bloom actualizada
Nivel 3 Nivel 4
Aplicar Analizar
Verbos asociados: Verbos asociados:
usar-simular-emplear-desarrollar- Examinar-descomponer-priorizar-
construir-practicar inspeccionar-agrupar-categorizar
A partir de este nivel nos alejamos de los instrumentos que evalúan los aspectos teóricos y
que están, por lo tanto, desagregados respecto de los dos saberes restantes (saber hacer, saber ser),
muy por el contrario, en estos casos ya estamos en condiciones de evaluar la aplicación de las
competencias disciplinares y transversales tratando de simular lo que luego ocurrirá en el mundo real
del trabajo.
Relevante es considerar que esta etapa evaluativa es, sin lugar a duda, la más relevante no
pudiendo separarse del proceso de aprendizaje, muy por el contrario, debe
146
complementarlo y convertirse en una experiencia, en una actividad más, casi a nivel didáctico.
En el caso de los instrumentos del segundo nivel, estos están presentes en la etapa formativa y
además deberán medir didácticamente el avance del estudiante respecto de la consolidación de las
competencias claves, para el madurar del saber actuar.
a) La etapa formativa a nivel evaluativo debe consolidar los aprendizajes sin dejar ningún saber
sin evaluar, para que de esta manera sea efectivamente una evaluación auténtica.
c) Los instrumentos formativos deben ser eminentemente de simulación, más allá del mayor o
menor nivel de abstracción que estos puedan exhibir. Pensar que otros tipos de técnicas
evaluativas puede cumplir ese rol, con la excepción de los del nivel 1 cuando son
conocimientos, sería un error, despojando de todo valor el diseño curricular por
competencias, las estrategias didácticas colaborativas y el esfuerzo docente en activar el
modelo educativo.
e) Aunque es una mirada cualitativa, es importante que en este espacio del diseño evaluativo
los tres saberes pueden ser aquilatados en términos de porcentajes, sólo de esta manera,
además, aportaremos con la transparencia del proceso educativo; no en todos los instrumentos
la estiba de los “saberes” será similar, en algunos casos el saber ser será relevante y
estratégico para el aprendizaje, en otros será el saber hacer; generalmente, el saber tendrá un
componente secundario respecto de los demás.
147
Tabla 24
Plantilla tipo para instrumentos de segundo nivel
Carrera: Semestre:
Módulo:
Unidad evaluada:
Tipo de evaluación: Formativa
Criterios de evaluación (verbos deben ser Estándar para la evaluación de los criterios
coincidentes con los niveles 3 y 4 de la
taxonomía de Bloom) 1
1 2
2 3
3 4
4 5
5
Evidencias para la evaluación (directas
respecto de los criterios)
148
Carrera: Semestre:
1
2
3
4
5
Distribución de los saberes en términos de
porcentaje del “saber hacer”, “saber ser” y
“saber” respecto de las competencias
identificadas saber hacer saber ser
1 competencia saber saber hacer saber ser
2 competencia saber saber hacer saber ser
3 competencia saber saber hacer saber ser
Descripción de los contextos laborales objeto de simulación:
a) Carrera: Identifica la carrera de nivel Técnico Profesional sobre la cual se está desarrollando
el análisis evaluativo.
e) Tipo de evaluación: Es importante dejar establecido que los instrumentos de segundo nivel
de acuerdo con estas orientaciones solo serán aplicados en la etapa formativa. El carácter
formativo implica el concepto de sistémica evaluativa, donde el instrumento evaluativo debe
desarrollar las entradas, el proceso y las salidas de
149
los criterios de evaluación, evaluados con un estándar a partir de la evidencia entregada por
el estudiante. En la etapa formativa deben quedar consolidadas las competencias declaradas
en el módulo, como en la unidad misma si así lo ha definido el diseño curricular
f) Tipo de agente: Los instrumentos de primer nivel utilizados en la etapa formativa, será el
coevaluativo y heteroevaluativo, en el primer caso planteándose esta alternativa con la
finalidad de emular de la mejor manera la realidad colaborativa en el mundo laboral. Así es,
en el mundo laboral, salvo honradísimas excepciones, las personas no trabajan solas, todo lo
contrario, interactúan con otros, planifican y operan con otros, por lo tanto, el instrumento
deberá contener y proyectar a nivel formativo las interacciones que se generan en distintas
instancias laborales. La coevaluación es una excelente alternativa para el aprendizaje mutuo
entre dos compañeros encargados de desarrollar el instrumento formativo y luego
coevaluarlo. En el segundo caso el carácter heteroevaluativo, ya que, en esta etapa, como lo
hemos dicho anteriormente, se deberá evaluar de ser necesario “el saber”, cuando contenidos
sean la antesala del “saber hacer”.
g) Técnica evaluativa utilizada: En el caso del segundo nivel los instrumentos deben tratar en
lo posible de recrear el saber hacer en primer lugar y el saber ser en segundo lugar, dado el
carácter incremental de esta etapa y que consolidará el saber ser en las técnicas evaluativas
de tercer nivel.
150
con los saberes desarrollados en los instrumentos de evaluación. Una forma de asociar las
competencias disciplinares seria a través del siguiente esquema.
Tabla 25
Asociación de competencias
Competencias identificadas Saberes asociados a la Explicitación de la relación
competencia presentes en la competencia/saber ser
evaluación
a) Estándar para la evaluación: El estándar para la evaluación de los desempeños del estudiante,
es un indicador. Estos indicadores, a diferencia del criterio de evaluación, deben ser
cuantitativos y permitir a estudiantes y docentes tener la claridad suficiente de qué y cómo
se está evaluando. Es importante establecer el
151
qué, el cómo, el cuándo (y cuánto, dependiendo de la actividad a evaluar), para un correcto
desempeño y una guía operacional para el actuar y también para el evaluar.
Aun cuando pueda parecer tedioso es absolutamente necesario que por cada criterio de
evaluación existe un estándar asociado, para que de esta manera la planificación de la evaluación y los
resultados de esta sean auténticos.
Los instrumentos evaluativos de tercer nivel están asociados como lo planteamos más arriba
con el nivel 5 y 6 de la taxonomía de Bloom ajustada (evaluar, crear) y es desde este nivel
(especialmente el crear) que se debe cerrar el ciclo evaluativo asociado al
152
proceso de enseñanza – aprendizaje, y que ha estado presente desde la etapa diagnóstica, pasando por
la formativa y finalmente anclando en la etapa sumativa, como una longitudinalidad que permite:
establecer la línea de base de los saberes y competencias presentes en el estudiante, evaluar formando,
certificar cuantitativamente y lograr la metacognición a partir de la autocreación y la autoevaluación.
La taxonomía de Bloom actualizada establece los siguientes verbos a modo de ejemplo y que
son importantes de traer a colación para que el formador del instrumento de evaluación los tenga a la
vista:
Tabla 26
Verbos relacionados con los niveles 5 y 6 de la taxonomía de Bloom actualizada
Nivel 5 Nivel 6
Evaluar Crear
Verbos asociados: Verbos asociados:
medir-decidir-valorar- Innovar-mejorar-transformar-elaborar-
explicar-recomendar-evaluar planear-añadir
Es importante tener en cuenta que los instrumentos de tercer nivel están presentes tanto en la
etapa diagnóstica, formativa, como en la etapa sumativa y además en su versión coevaluativa y
heteroevaluativa. El carácter coevaluativo se da en los tres niveles, entendiendo que es un itinerario,
que parte desde el momento diagnóstico y concluye en la etapa sumativa; este itinerario busca instalar
en el estudiante la metacognición y especialmente desde la taxonomía de Bloom, la capacidad de
crear, y que en el caso del proceso académico está asociado con la capacidad del “saber actuar”,
cuestión esencial a la hora de honrar el perfil de egreso, actuando el futuro trabajador en contextos
distintos de la realidad laboral, debiendo tener ese estudiante la capacidad de responder a esos
contextos disimiles.
Los instrumentos más eficaces para el logro de los objetivos evaluativos de tercer nivel en
las tres etapas serían los portafolios, los aprendizajes basados en proyectos y los aprendizajes basados
en la resolución de problemas.
Las razones para identificar estos tres instrumentos en la evaluación longitudinal de tercer
nivel (diagnóstico, formativo y sumativo), son las siguientes:
153
a) Son instrumentos evaluativos que buscan la reflexión del estudiante y la metacognición.
Tabla 27
Plantilla tipo para instrumentos de tercer nivel
Carrera: Semestre:
Módulo:
Unidad evaluada:
Tipo de evaluación: diagnóstica, formativa, sumativa.
154
Carrera: Semestre:
Técnicas evaluativas utilizadas: Portafolio, aprendizaje basado en proyectos,
simulaciones, análisis de casos, aprendizaje basado en resolución de problemas.
Competencias disciplinarias asociadas a la unidad
1
2
3
4
5
Competencias transversales asociadas a la unidad
1
2
3
4
5
Criterios de evaluación (verbos deben Estándar para la evaluación de los criterios
ser coincidentes con los niveles 5 y 6
de la taxonomía de Bloom) 1
1 2
2 3
3 4
4 5
5
Evidencias para la evaluación (directas
respecto de los criterios)
1
2
3
4
5
Descripción del saber actuar asociado al perfil de egreso (desarrollo general y agregado):
1)
2)
3)
155
Nota. * Plantilla para la planificación de instrumentos de evaluación de quinto y sexto nivel en la
taxonomía de Bloom actualizada
a) Carrera: Identifica la carrera de nivel Técnico Profesional sobre la cual se está desarrollando
el análisis evaluativo.
d) Tipo de evaluación: Es importante dejar establecido que los instrumentos de tercer nivel de
acuerdo con estas orientaciones serán aplicados en la etapa diagnostica, formativa y
sumativa. En cada una de las etapas los instrumentos complejos y colaborativos de tercer
nivel, deberán desarrollar, los objetivos específicos asociados a cada etapa:
Objetivo específico etapa diagnóstica: Identificar la línea de base de los estudiantes respecto
del módulo, y presentar la carta Gantt de desarrollo del instrumento evaluativo a lo largo del módulo,
con sus principales actividades e hitos.
Objetivo específico etapa formativa: Asimilar y aplicar por parte de los estudiantes los
saberes más relevantes, asociados a los requerimientos laborales establecidos en el módulo, con la
finalidad de recrear de manera pertinente las competencias comprometidas.
Objetivo específico etapa sumativa: Consolidar el saber actuar, para el desarrollo de distintos
desafíos laborales en contextos disimiles, permitiendo al estudiante aplicar constructivamente
soluciones y procedimientos pertinente e integrales.
156
e) Tipo de agente: Los instrumentos de tercer nivel utilizados en las 3 etapas, será el
coevaluativo, entendiendo con esto el inicio, desarrollo y consolidación de un proceso
complejo y longitudinal y en el caso de la etapa sumativa, además habrá una evaluación de
tercer nivel heteroevaluativa, como certificación y constatación de los 3 saberes
competenciales y del saber actuar a nivel individual.
f) Técnica evaluativa utilizada: En el caso del tercer nivel, los instrumentos utilizados son
colaborativos y constructivos, dada la naturaleza del nivel evaluativo que va en paralelo con
el avance académico, son los siguientes: portafolio, aprendizaje basado en proyectos,
simulaciones, análisis de casos, aprendizaje basado en resolución de problemas.
Tabla 28
Asociación de competencias
Competencias identificadas Saberes asociados a la Explicitación de la relación
competencia presentes en competencia/saber ser
la evaluación
Descripción del saber actuar asociado al perfil de egreso (desarrollo general y agregado): 1)
2)
3)
157
permiten el desarrollo exitoso del estudiante en las simulaciones de contexto a las cuales se
les someta evaluativamente, ver Tabla 28.
a) Estándar para la evaluación: El estándar para la evaluación de los desempeños del estudiante,
es un indicador. Estos indicadores, a diferencia del criterio de evaluación, deben ser
cuantitativos y permitir a estudiantes y docentes tener la claridad suficiente de qué y cómo
se está evaluando. Es importante establecer el qué, el cómo, el cuándo (y cuánto, dependiendo
de la actividad a evaluar), para un correcto desempeño y una guía operacional para el actuar
y también para el evaluar.
Aun cuando pueda parecer tedioso es absolutamente necesario que por cada criterio de
evaluación existe un estándar asociado, para que de esta manera la planificación de la evaluación y los
resultados de esta sean auténticos.
158
a) Evidencias para la evaluación: Cada criterio de evaluación, evaluado a través de un estándar,
debe contar con una evidencia. La evidencia por lo tanto es la respuesta del estudiante
respecto de la exigencia planteada en la evaluación.
b) Descripción del saber actuar asociado al perfil de egreso: Finalmente, y como conclusión de
la plantilla de instrumento de evaluación de tercer nivel, el docente debe tener la capacidad
de identificar el saber actuar asociado al módulo. Esta capacidad debe ser entendida como el
desarrollo práctico de la competencia en distintos escenarios, es decir, el saber actuar
explicado no modifica las competencias, debiendo explicarse los escenarios en los cuales ese
perfil de egreso será puesto a prueba.
159
5. CONCLUSIONES
El constructivismo hoy en día explica en gran parte como deberían ser las cosas en materia de
enseñanza, definiendo un ideal del “ser educacional”, aunque sin embargo en la practica la rigidez
paradigmática del modelo por objetivos sigue siendo predominante en los currículos, en las practicas
docentes y en los instrumentos evaluativos. Existe por lo tanto una urgencia y una deuda, por parte
al menos del subsistema técnico profesional de la educación superior en Chile, por lograr que el
modelo basado en competencias más que un discurso sea una realidad.
Por otra parte, la presente investigación también nos ha permitido comprender y formarnos
una idea bastante inicial eso sí, de la capacidad institucional del sistema por lograr que los egresados
de la formación técnico profesional al menos en el norte del país (y la verdad realizando una
extrapolación mínima no tendría por qué ser muy distinto en otros territorios del país) cuenten con
elementos competenciales reales para competir en el mundo del trabajo, para bien o para mal no basta
con la mera enunciación del perfil de egreso, el titulado siempre deberá demostrar sus competencias
para poder mantener su empleabilidad.
160
docentes para el diseño de instrumentos de evaluación, en un modelo de enseñanza
– aprendizaje basado en la formación por competencias?.
Es, en este contexto que el objetivo específico numero 1 abordo la posibilidad de definir
teóricamente el proceso metodológico para el diseño de instrumentos con enfoque competencial,
producto del análisis teórico comenzado en el marco teórico y abordando específicamente el objetivo,
se ha podido configurar un diagnóstico en el cual por una parte dado el carácter incremental del modelo
basado en competencias, es posible profundizar aún más los avances en materia de diseño
metodológico, lo que nos ha permitido dimensionar la relevancia de tres cualidades para los
instrumentos evaluativos:
c) Técnicas evaluativas.
Estas tres cualidades, respecto de las investigaciones realizadas, no han podido ser
relacionadas directamente, a lo más unos que otros papers donde se nombran estas características,
pero no se asocian metodológicamente con el proceso de diseño de instrumentos.
Instrumentos evaluativos de 2do nivel de complejidad: aplicar (3er nivel Bloom), analizar
(4to nivel de Bloom).
Instrumentos evaluativos de 3er nivel de complejidad: evaluar (5to nivel de Bloom), crear
(sexto nivel de Bloom).
Tales niveles a su vez fueron esquematizados y combinados con los agentes y por tipo de
evaluación, lo que finalmente permitió diseñar un modelo longitudinal evaluativo, expuesto en la
tabla 7 “Combinaciones por tipo, agente y técnicas evaluativas”.
161
En el caso del objetivo específico 2, se realizó un sondeo cualitativo que busco dimensionar
o acotar en mejor medida la manera en que los docentes perciben el modelo basado en competencias,
los tres saberes competenciales y el marco de cualificaciones del Ministerio de Educación como
marco referencial por ejemplo para el diseño de instrumentos de evaluación. El objetivo específico 2
es el siguiente: Determinar el proceso metodológico de construcción de instrumentos de evaluación
basado en la formación por competencias.
En efecto los principales resultados de la encuesta aplicada a 19 docentes arrojo datos que
nos hablan en términos muy generales de un conocimiento y un manejo en el diseño de instrumentos
evaluativos competenciales. Por ejemplo, un 94,7% de los docentes encuestados declara conocer o
haber aplicado el modelo basado por competencias. Nuevamente el 94,7% de los docentes declara
que los instrumentos de evaluación diseñados por ellos mismos, los diseñan basados en el modelo
por competencias y entre otras preguntas también el 94,7% ahonda en el modelo basado por
competencias que en sus instrumentos diseñados específicamente toman en cuenta y desarrollan los
tres saberes para estos instrumentos evaluativos. Las aseveraciones desarrolladas por los docentes
implican un autodiagnóstico muy positivo y una relación virtuosa entre ejecución docentes y
competencias.
El objetivo específico numero 3 fue el siguiente: Examinar la viabilidad del procedimiento
metodológico a través de la opinión brindada por docentes.
Se realizó un trabajo de campo cualitativo, el que tenía por finalidad sondear la opinión de
docentes y en algunos casos además jefes de carrera de IES técnico profesional, lo que permitió
identificar el parecer y las formas de entender como los docentes enfrentan los procesos evaluativos,
cuestión de valor porque permitió además contextualizar la variable calidad exigida por la Comisión
Nacional de Educación (CNA).
El desarrollo del grupo focal permitió, además abrir el debate en varios temas relevantes
para el diseño de instrumentos evaluativos que a continuación se exponen:
1.- Los docentes, definen como relevante el institucionalizar los instrumentos de evaluación que
aplican los docentes, con la finalidad de homogeneizar esta etapa del proceso de enseñanza
– aprendizaje para mejorar la calidad de pregrado.
162
2.- Los docentes, analizan la necesidad de poder asegurar que el programa de estudios se imparta
en su totalidad, permitiendo con esto impartir la docencia de manera integral y auténtica.
3.- Los docentes concuerdan que los instrumentos de evaluación aplicados, ya sea en su dimensión
diagnóstica, formativa o sumativa, deben contar con los tres saberes incorporados en la
evaluación para que, de esta manera, la evaluación sea auténtica.
4.- Los docentes, reflexionan respecto de la relevancia en un contexto educativo de formación por
competencias que los instrumentos de evaluación sean colaborativos para reflejar su carácter
auténtico.
Lo más relevante de este análisis fue el poder desarrollar una plantilla para evaluar estos
instrumentos, tomando en consideración si estos contenían o desarrollaban los aspectos relacionados
con la formación con competencias, el énfasis de los tres saberes en el diseño de instrumentos
evaluativos y el marco de cualificación técnico profesional definido por el Ministerio de Educación
en Chile, las principales conclusiones que se pueden deducir del análisis de los instrumentos:
163
una consideración institucional para incrementar las capacidades estudiantiles, y la
posibilidad de exponer positivamente al estudiante con la autoevaluación y la coevaluación
como experiencias estratégicas de reflexión y metacognición.
4) Verbos utilizados mayoritariamente en torno del 1er nivel y 3er nivel de Bloom: Una primera
inspección a los instrumentos evaluativos nos permite detectar 23 instrumentos que utilizan
el primer nivel de Bloom (recordar), y 16 instrumentos que
164
utilizan el 3er nivel de Bloom, es decir, aplicar, sin embargo en el caso del aplicar cuando se
analizan más en profundidad los reactivos asociados generalmente al verbo aplicar, este se
ocupa de manera sustitutiva por el mero recordar o comprender, también en este caso el
aplicar bien desarrollado se realiza en carreras de corte eminentemente técnico.
La respuesta es inquietante porque el ser de la docencia, creo yo está muy alejado del deber
ser de la docencia cuando se trata de educar por competencias en la práctica. Si el factor relevante y
esencial es la simulación educativa con sus énfasis contextuales para una debida apropiación
competencial en el mundo laboral, y eso significa la instalación de estándares objetivos y verificables,
evidentemente ya estamos insertos en su totalidad en el mundo de la calidad y la calidad en la
educación superior reclama al menos dos conceptos que son pilares intransables (otra cosa es llevarlo
a la práctica): el proceso formativo debe ser a) homogéneo y b) sistemático.
165
Frente a un marco de cualificaciones del Ministerio de Educación en Chile, con una
taxonomía de Bloom que establece los límites de la integralidad educativa por nivel de instrucción y
respecto de unos saberes que muchas veces al traducirlos en el desarrollo de resultados de
aprendizajes, se nos aparecen como complejos de evidenciarlos, el carácter homogéneo y sistemático
ya se nos convierte en algo casi mítico. El derecho de recibir una instrucción de calidad por parte del
estudiante ya no se discute, ¿pero cuanto se acercan o se parecen en lo aprehendido, el estudiante de
la jornada diurna, respecto del de la jornada nocturna de una misma IES técnico profesional?, ¿Qué
similitudes competenciales tiene el estudiante egresado este año respecto del estudiante de 3 cohortes
anteriores?,
¿Cuánto de esa calidad, depende del docente que le toco?, preguntas que en materia evaluativa y
respecto de la competencia en el mundo real laboral, me permitirán ahondar tales reflexiones en una
línea investiga con carácter Doctoral que permita avanzar en los marcos teóricos del modelo de la
formación por competencias en un contexto de aseguramiento de la calidad. Finalmente, he de añadir
que los principales aportes de la presente investigación son: a) Presentar una propuesta de gestión de
los instrumentos evaluativos, en un modelo de formación por competencias denominado:
incrementalismo evaluativo, b) presentar un modelo de longitudinalidad evaluativa, para el proceso
formativo dado, en un modulo diseñado curricularmente en formación por competencias, c) relevar
con fundamentos teóricos, la evaluación autentica en formación por competencias, como parte
esencial del proceso de aprendizaje, d) asignar en función del momento evaluativo el tipo de
evaluación (diagnostico, formativo, sumativo) a aplicar tomando en cuenta, los tipos de agente mas
eficaces, e) entregar un manual orientador para el diseño de instrumentos evaluativos, en un modelo
de formación por competencias.
166
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Acosta, S., Fuenmayor, A. y Sánchez, A. (2017). El trabajo de campo como estrategia didáctica para
el aprendizaje de la zoología. Omnia, 23(1), 59-78.
Ahumada, P. (2005). Hacia una Evaluación Autentica del Aprendizaje. Editorial PAIDOS. México.
Arias Arias, César Gabriel, & Lombillo Rivero, Ideleichy. (2019). Reflexiones en torno al enfoque
de formación basado en competencias en el contexto chileno. Revista Cubana de Educación
Superior, 38(3), e19. Epub 01 de diciembre de 2019. *
Asiú Corrales, Libia Elizabeth, Asiú Corrales, Angélica María, & Barboza Díaz, Óscar Agustín.
(2021). Evaluación formativa en la práctica pedagógica: una revisión bibliográfica. Conrado,
17(78), 134-139. Epub 02 de Febrero de 2021. Recuperado en 17 de
abril de 2023, de
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S199086442021000100134&l
ng=es&tlng=es.
167
Ausubel, David (1980). Psicologia Educativa: Un Punto de Vista Cognoscitivo. Editorial Trillas,
Segunda Edición.
Bizarro, W., Sucari, W., & Quispe-Coaquira, A. (2019). Evaluación formativa en el marco del
enfoque por competencias. Revista Innova Educación, 1(3), 374–390.
https://doi.org/10.35622/j.rie.2019.03.r001
Bruner, J. (2000). Actos de Significado, Mas allá de la Revolución Cognitiva. Alianza Editorial.
Jara Arias, D. M., Aldas Arcos, H. G., & Avila Mediavilla, C. M. Bravo Navarro, W. H., (2020).
Autoevaluación y heteroevaluación del proceso didáctico de la clase de educación física.
Polo del Conocimiento. doi: 10.23857/pc.v5i11.1927. *
Cáceres, S., Munevar, O. (2022). Evolución de las Teorías Cognitivas y sus Aportes a la Educación.
Revista Actividad Física y Desarrollo Humano volumen 2016.
Camargo Uribe, Ángela y Hederich Martínez, C. (2010). Elementos para la formulación de una dimensión
comunicativa del estilo de enseñanza. Nodos y Nudos, 3(29).
https://doi.org/10.17227/01224328.904
Carretero, Mario (2021). Constructivismo y Educación. Tilde Editora, Ciudad de Buenos Aires, Argentina.
Primera Edición.
168
Carrillo, Olga, & Jurado, Pedro. (2017). La educación técnico profesional y las competencias para la
ciudadanía. el caso de las comunas de la Provincia de Concepción, Chile. Calidad en la
educación, (46), 133-164. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-45652017000100133
Castañeda, L. (2021). Una experiencia de diseño de una tarea de evaluación sumativa en formato
transmedia para formación inicial de profesorado. RIED. Revista Iberoamericana de
Educación a Distancia, vol. 24, núm. 2, 2021 Asociación Iberoamericana de Educación
Superior a Distancia, España.
Cuadra-Martínez, David J., Castro, Pablo J., & Juliá, María T.. (2018). Tres Saberes en la Formación
Profesional por Competencias: Integración de Teorías Subjetivas, Profesionales y
Científicas. Formación universitaria, 11(5), 19-30. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-
50062018000500019
Coll, C., & Martín, E. M. (1999). T, Miras, M. Onrubia, J., Solé, I, Zabala, A. El constructivismo
en el aula. Ed Graó.
Del Río Cortina, Jorge; Santisteban Roja, Diego Fernando. (2011). Perspectivas del Aprendizaje
Organizacional como Catalizador de Escenarios Competitivos. Revista Ciencias Estratégicas,
vol. 19, núm. 26, julio-diciembre, 2011, pp. 247-266. Universidad Pontificia Bolivariana,
Medellín, Colombia.
169
universitaria en Chile. Revista iberoamericana de educación superior, 10(27), 72-
91. https://doi.org/10.22201/iisue.20072872e.2019.27.341
Dorantes Nova, Judith, Tobon Tobon, Sergio (2017). Instrumentos de Evaluación: Rubricas
Socioformativas. Praxis Investigativa REDIE. Volumen 9 numero 17, julio – diciembre.
Fau, Mauricio (2014). Como Armar Mapas Conceptuales. Editorial La Bisagra – Buenos Aires,
Argentina.
García Aretio, L. (2020). Unas taxonomías de Bloom más actualizadas. Contextos universitarios
mediados. (ISSN: 2340-552X), https://aretio.hypotheses.org/4027
Gómez Ruíz, M. Ángel, & Quesada Serra, V. (2017). Coevaluación o Evaluación Compartida en el
Contexto Universitario: La Percepción del Alumnado de Primer Curso. Revista
Iberoamericana De Evaluación Educativa, 10(2). https://doi.org/10.15366/riee2017.10.2.001
170
Hernández Sampieri, Roberto, Fernández Collado, Carlos & Baptista Lucio, María del Pilar (2014).
Metodología de la Investigación. Mc Graw Hill, Educatión, México. Sexta Edición.
Infante Estrabao, F., Leyva Vázquez, M., Forteza Rojas, S. A. ., & González Ortega, R. . (2021).
Mapas cognitivos neutrosóficos para el análisis de la vulnerabilidad socioeconómica. Revista
Asociación Latinoamericana De Ciencias Neutrosóficas. ISSN 2574-1101, 15, 11-16.
Recuperado a partir de http://fs.unm.edu/NCML2/index.php/112/article/view/124
Jiménez, Yazmin, Hernández, Josefina, Hernández, Euler (2014). Propuesta de un modelo iterativo e
incremental para la evaluación por competencias de los aprendizajes. Revista Iberoamericana
de Producción Académica y Gestión Educativa. Volumen 1 numero 2, julio – diciembre.
Keyser, S., & Howell, S. L. (2008). The State of Authentic Assessment. Online Submission.
León, I. Valverde, Y. y Loapanta, L. (2021). Análisis del Abandono de Causas y sus Efectos Jurídicos,
desde la Perspectiva del Derecho Comparado, con el Uso de Mapas Cognitivos Difusos.
Revista Universidad y Sociedad, 13(S1), 114-124.
171
Mayorga, M. (2020). Conocimiento, aplicación e integración de las TIC –TAC y TEP
por los docentes universitarios de la ciudad de Ambato. Revista
ecnológica-Educativa Docentes 2.0, 9(1), 5-11.
https://doi.org/10.37843/rted.v9i1.101M.Mayorga, “Conocimiento, aplicación e
integración de las TIC –TAC y TEP por los docentes universitarios de la ciudad de
Ambato”,RTED, vol. 9, n.º 1, pp. 5-11, abr.2020.https://doi.org/10.37843/rted.v9i1.101
Morales López, Sara, Hershberger del Arenal, Rebeca, & Acosta Arreguín, Eduardo. (2020).
Evaluación por competencias: ¿cómo se hace? Revista de la Facultad de Medicina
(México), 63(3), 46-56.
https://doi.org/10.22201/fm.24484865e.2019.63.3.08
Ortega Esteban, José (2005). Pedagogía Social y Pedagogía Escolar: La Educación Social en la
Escuela. Revista de Educación número 336. Pp 111-127.
Ortiz, Derliz (2018). Guía para la elaboración de los programas de estudio en un curriculum por
competencias. Universidad Nacional de Caaguazu – Paraguay.
Pease, María Angelica, Figallo, Flavio y Liz, Ysla. (2015). Cognición, Neurociencia y Aprendizaje:
El Adolescente en la Educación Superior. Fondo Editorial de la Universidad Católica del
Perú. Primera edición.
Pérez Pino, Michel, Enrique Clavero, José Osvaldo, Carbó Ayala, José Eugenio, & González Falcón,
Marisol. (2017). La evaluación formativa en el proceso enseñanza
172
aprendizaje. EDUMECENTRO, 9(3), 263-283.
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2077
Pozo, J. (1989) Teorías Cognitivas del Aprendizaje. Editorial Morata S.A. quinta edición.
Ríos Muñoz, D., & Herrera Araya, D. (2017). Los desafíos de la evaluación por competencias en el
ámbito educativo. Educação e Pesquisa, 43 (4), 1-16. https://doi.org/10.1590/S1678-
4634201706164230
Rivadeneira Barreiro, M. P., Hernández Velásquez, B. I., Rivadeneira, L., Rivadeneira Barreiro, J.,
Mendoza Bravo, K. L., & Chávez Loor, M. D. (2020). Breve aproximación teórica al modelo
de aula invertida y su posible contribución al desarrollo de habilidades investigativas en
estudiantes universitarios. Revista Boletín Redipe, 9(11), 63–69.
https://doi.org/10.36260/rbr.v9i11.1107
Rodas Pacheco, F. D., & Pacheco Salazar, V. G. (2020). Grupos Focales: Marco de Referencia para su
Implementación. INNOVA Research Journal, 5(3), 182–195.
https://doi.org/10.33890/innova.v5.n3.2020.1401
Romo Sabugal, Claudia, Juárez Hernández, Luis Gibran, & Tobón, Sergio. (2021). Validez de
constructo de un instrumento para evaluar la promoción de la metacognición en el aula.
Estudios pedagógicos (Valdivia), 47(3), 191-205.
https://dx.doi.org/10.4067/S0718-07052021000300191
173
Profesional, Centro de Formación Técnica. Recuperado de http://www. ciea.
ch/documents/s07_chile_ref_ruiz. pdf.
Sánchez Alvarado, A. F., & Orozco Alvarado, J. C. (2020). Las competencias y la evaluación. Hacia
un modelo de evaluación auténtica de los aprendizajes. Revista Científica De FAREM-
Estelí, (32), 3–14. https://doi.org/10.5377/farem.v0i32.9225
Schettini, Patricia y Cortazzo, Inez (2015). Análisis de Datos Cualitativos en la Investigación Social.
Editorial de la Universidad de la Plata, Facultad de Trabajo Social, Universidad Nacional de
la Plata.
Schunk, D. (2012). Teorías del Aprendizaje, una Perspectiva Educativa. Editorial Pearson.
Taques, H., Rengifo, D. y Mejia, D. (2017). Diseño de un instrumento para evaluar el nivel de uso y
apropiación de las TIC en una institución de educación superior.
Tobon, Sergio (2014). Proyectos Formativos: Teoría y metodología. Pearson Educación, Mexico.
Primera Edición.
174
http://www.revistasbolivianas.ciencia.bo/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2306-
05222016000100016&lng=pt&nrm=iso
Vallés Rapp, Cristina, Martínez Mínguez, Lurdes, & Romero Martín, María del Rosario. (2018).
Instrumentos de Evaluación: Uso y Competencia del Profesorado Universitario en su
Aplicación. Estudios pedagógicos (Valdivia), 44(2), 149-169.
https://dx.doi.org/10.4067/S0718-07052018000200149
Vidal, LM, Rivera, MN, Nolla, CN, Morales, SIR, Vialart, VMN (2016). Aula Invertida, Nueva
Estrategia Didáctica. Revista Cubana de Educación Medica Superior. Numero 3.
Villarroel, Verónica, & Bruna, Daniela. (2019). ¿Evaluamos lo que realmente importa? El desafío de
la evaluación auténtica en educación superior. Calidad en la educación, (50), 492-509.
https://dx.doi.org/10.31619/caledu.n50.729
Zapatero Ayuso, J. A., González Rivera, M. D., & Campos Izquierdo, A. (2013). La evaluación por
competencias en Educación Física: Modelos e instrumentos de evaluación utilizados por el
profesorado.
175