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TEMA 3.

EL PRÓXIMO ORIENTE ASIÁTICO DURANTE EL I MILENIO

1. Los Pueblos del Mar (1.200 a.C)

Aunque aún se trate del II Milenio, el estudio de los Pueblos del Mar supone la entrada
al I Milenio.

En el s. XVIII, el egiptólogo John Baker Greene descifró unos textos en el Templo de


Ramsés III, en la ciudad de Medinet-Habu, situada frente a Tebas. En estos textos se
hablaba de unos pueblos derrotados procedentes de “las islas en medio del mar”. El
vizconde parisino Emmanuel de Rougé acuñó el término Pueblos del Mar para
referirse a ellos.

La situación hacia el s. XIII a.C. en el Mediterráneo era la siguiente: Micenas (los


aqueos) dominaba el Egeo tras su victoria sobre Troya. Los hititas gobiernan Anatolia
e incluso contactan con Egipto en Siria, pero tras la batalla de Qadesh su poder se ha
resentido. Lo mismo ocurre en Egipto. El Imperio Medio Asirio, libre del vasallaje a
Mitanni, está llegando a su máxima expansión. La Babilonia casita se mantiene como
puede y Elam sobrevive en la meseta iraní ajena a los conflictos de los grandes
imperios.

Y de pronto, hacia el año 1200 a.C., ocurre el gran apagón, en el que no hay registros
arqueológicos, no hay escritura, no hay nada. En Grecia se denominó Época Oscura.
Un poco más tarde, ya en el I Milenio a.C. aparece un mundo nuevo, culturas nuevas,
lenguas nuevas, escritura nueva. Micenas ha desaparecido, los hititas han desaparecido,
Egipto esta contraído en antiguo territorio del Nilo, Asiria se ha contraído y Babilonia
se ha contraído y han aparecido filisteos, hebreos, cananeos, arameos y dorios, ¿qué ha
pasado?.

Poco sabemos porque pocos registros existen, pero tenemos la certeza de que una serie
de pueblos, probablemente originarios de los Balcanes, comienzan un movimiento de
migración hacia el sur muy numeroso. No se trata de una expedición de saqueo y
conquista de guerreros sino un movimiento de familias, de pueblos enteros en busca de
un destino en el que asentarse. No marchan unidos aunque en ocasiones se convierten
en aliados frente a un mismo enemigo, tampoco se mueven sincrónicamente, avanzan en
sucesivas oleadas, las principales en 1225 y 1175 a.C.

También sabemos que el movimiento provoca una auténtica convulsión en Grecia y en


Próximo Oriente, que ya de por sí era una zona inestable. Ahora y especialmente en la
franja Sirio-Palestina la crisis es de grandes proporciones. Los Pueblos del Mar van a
provocar un período complejo que va a propiciar la entrada en el I Milenio con nuevos
y numerosos cambios.

La principal documentación procede de El-Amarna (textos de Amenofis III y IV) en el


siglo XIV a.C., de Ramsés II en el siglo XIII a.C. que los derrota y los utiliza de
mercenarios frente a los hititas, de registros de Ugarit y Chipre, y de Ramsés III en los
textos de su templo funerario. Los textos indican miedo. Ugarit y Chipre serán
destruidas y Ramsés III en la Batalla del Delta del Nilo los conseguirá rechazar, pero
a costa de perder todo su territorio en Siria-Palestina. Egipto nunca lo volverá a
recuperar.

El origen de esta amalgama de pueblos aunque discutible, parece existir acuerdo que es
en los Balcanes. Lo que es más discutible son las causas que originaron dichos
movimientos. Quizás la más aceptada sea la del efecto dominó, pues una gran grupo de
dóricos desde los Balcanes arrasó al mundo micénico del Peloponeso, confederación de
pueblos que acababa de salir victoriosa de la guerra de Troya pero evidentemente
debilitada y esto ocasionó movimientos de estos pueblos que fueron desplazando a otros
ocasionando un gran movimiento de pueblos. Miles de personas, mujeres y niños
incluidos, se desplazaron por toda la cuenca oriental del Mediterráneo en barcos,
carros de bueyes o andando provocando un auténtico maremoto en las costas de
Próximo Oriente. Otras teorías hablan de agotamiento de los recursos en el norte, de
cambios climáticos, de hambrunas, de presiones de un desconocido invasor del norte…
Ya sea por presiones naturales, por desastres atmosféricos o por presiones de otros
pueblos o por posiblemente de un cóctel de todos estos factores, las migraciones de los
Pueblos del Mar cambiaron el panorama en el Mediterráneo oriental.

En sus inicios, estas migraciones arrasan el Peloponeso y su mundo micénico, incluso


destruyen Creta y las acrópolis griegas. Curiosamente, Atenas saldrá indemne.
Posteriormente unos pueblos entran por Anatolia y van acabando con los hititas, otros
llegan a Siria una vez destruido Micenas y Hatti, Chipre y Ugarit, fijan su mirada en
Egipto.

Las fuentes que tenemos son egipcias porque son los únicos que pudieron derrotarlos,
que sepamos. Tres veces lo consiguieron: con Ramsés II, Merneptah y Ramsés III y
fue precisamente este último el que acabo con el problema en la famosa Batalla del
Delta del Nilo. Los textos de esta época reflejan una gran victoria de Ramsés III
aunque posiblemente la realidad dista mucho de esta propaganda política, porque lo
cierto es que Egipto, aunque mantuvo su reino, perdió gran parte de su territorio en
Siria-Palestina, que fue ocupado por los Pueblos del Mar

Hay toda una serie de nombres para los diferentes Pueblos del Mar que nos han llegado
por los textos egipcios. El problema es que los jeroglíficos no representan las vocales.
Por acuerdo, cuando es necesario se coloca la letra e. Posiblemente estos pueblos ya
eran conocidos siglos atrás por los egipcios, bien de intercambios comerciales, bien de
sufrir su piratería.

Teniendo en cuenta que las fuentes son poco precisas y basadas en interpretaciones y
especulaciones, los principales Pueblos del Mar eran:

- Sherden, sardos o sardanos, de origen impreciso y asentados en Cerdeña.

- Lukka, licios, procedente del sur de Anatolia, que se dedicaron a la piratería.


- Equesh, aqueos, procedentes del antiguo mundo micénico, desplazados por los dorios
(espartanos) del Peloponeso y Creta, no sabemos bien donde se asentaron.

- Teresh, asentados en la Toscana, ancestros de los tirrenos o etruscos, algunas teorías


dicen que provenían de Lidia, en Anatolia.

- Sheklesh, sículos, posiblemente asentados en Sicilia.

- Peleset, procedentes del Cáucaso o de Creta y que asentados en Canaán pudieron dar
origen a los filisteos.

- Tjekker, posiblemente una rama de los peleset quizás procedentes de Jonia.

- Denyen, danaos, posiblemente también aqueos micénicos, podrían ser una rama de los
equesh.

- Wesesh, quizás derivados de los troyanos (ciudad llamada Wilusa en hitita).


¿Por qué unos pueblos a priori tecnológica y culturalmente inferiores tuvieron éxito
frente a los grandes imperios del Próximo Oriente?

Las razones son varias: los grandes imperios son muy inestables, sin cohesión política,
con reinos vasallos y deslealtades, en guerra constante que ha provocado una crisis
económica y social. El territorio está despoblado por las levas y las guerras y los
pueblos están cansados de ser saqueados, de pagar tributos y tienen hambre. No es
difícil imaginar que cuando vienen unos invasores y el rey, que vive alejado de su
pueblo, intenta reclutar levas y llama a la unidad, la respuesta no sea la esperada.
Realmente a los autóctonos les daba igual quien viniese, había terreno de sobra y no les
importaba quien fuese el rey de turno. Los Hapiru, bandoleros fugados, son la
constante en este terreno, especialmente en Palestina, hay hambre, crisis y descontento.
Hay quien opina además que los Pueblos del Mar conocían el hierro con lo cual sus
armas eran mucho más poderosas que las primitivas de bronce.

Las consecuencias fueron principalmente la caída del mundo micénico y de Creta con
la aparición de nuevos pueblos en Grecia, principalmente los dorios (espartanos); la
destrucción de Ugarit, quizás el puerto más importante y del imperio Hitita; la
contracción de Egipto por la pérdida de Siria-Palestina; la desaparición de los palacios
y de las estructuras políticas en Anatolia, Siria y Palestina para dar paso a estructuras
tribales mucho más simples, con fuerzas militares mucho más pequeñas pero bien
cohesionadas; Asiria se contrae aunque queda a salvo. Babilonia también se salva.
Como novedad política, los territorios de Siria y Palestina quedan sin la presión de los
grandes imperios, que están contraídos o han desaparecido. Los filisteos se asientan en
Palestina y aparecen los hebreos.
Como grandes novedades: Aparece el hierro, que no es que no existiese, y no solo el
hierro meteórico, sino el extraído del mineral terrestre. Ahora se usa mucho más, no
solo para armas, también para aperos de labranza.

Gracias al empleo del hierro en arados y azadas y el cultivo en terrazas, bancales,


“qanats” (estructuras hidráulicas parecidas a pozos en pleno desierto), pequeños
embalses y acequias, comienza la explotación agrícola en Siria-Palestina, todo un gran
avance en el uso del agua y la tierra, porque estos nuevos pueblos no vienen a saquear,
vienen a vivir.

El alfabeto de las tres lenguas bíblicas (fenicio, arameo y hebreo), hasta la fecha solo
existían silabarios, mucho más complejos de aprender, el avance del alfabeto (cada
grafía un sonido) va a simplificar mucho la escritura y su comprensión. Aunque al
principio el alfabeto se sigue escribiendo en cuneiforme, pronto se hará en arameo y
fenicio y algo más tarde en hebreo y no solo para uso administrativo, también para
inscripciones funerarias, votivas, incluso aparecen en cerámica, puntas de flecha… La
alfabetización se amplía a mucha más gente.

El camello y el dromedario se utilizan para las rutas comerciales, no precisan tanta agua
como los équidos y de esta forma se pueden reactivar rutas casi abandonadas por el
desierto arábigo que llegarán hasta Ofir (actual Yemen). El caballo se utilizaba
exclusivamente en los carros de guerra, ahora se emplea en la caballería, con jinetes y
en las rutas caravaneras.

La vida se desarrolla en pequeñas poblaciones, muy numerosas. Es una nueva forma de


ordenación del poblamiento, ya no existen las grandes ciudades y los campos
despoblados, existe una organización tribal en pequeñas y numerosas aldeas, muchas
defendidas por muralla o fortificaciones. Son tribus nómadas o seminómadas que
reactivarán el comercio en nuevos circuitos alternativos a las grandes rutas de los
anteriores milenios. El comercio de mayoría privada, también lo ejercen los reyes.

En general, las rutas comerciales ancestrales con Babilonia y Asiria tienen menos
movimiento comercial, se comercia con oro, incienso y mirra que era lo más preciado
aunque en general se comerciaba con todo lo que fuese rentable.

Son gente nueva, que se establecen en zonas que siempre han estado bajo la presión de
las grandes potencias, pero que ahora van a quedar libres, se mezclarán con los pueblos
que existían en la zona, arameos, filisteos, cananeos, que van a resurgir y con muchas
novedades como ya hemos visto.

La franja sirio-palestina comienza a tomar gran protagonismo y en ella se gestan los


estados-naciones, poblaciones que creen descender de un antepasado común, mítico.
Son familias emparentadas con una religión común y con las mismas costumbres, la
circuncisión, alimentos prohibidos, etc... A nivel práctico se diferencian entre ellos
como “la tribu de…”, “los hijos de…” y tienen que convivir con los estados territoriales
de antaño como Asiria, Babilonia y Egipto.
Ya podemos hablar en el territorio de Próximo Oriente de dos zonas claramente
diferenciadas que van a permanecer hasta Alejandro Magno:

- Anatolia y Siria-Palestina: Anatolia con una serie de pueblos del mar asentados
definitivamente (Frigia, Lidia, Licia y Caria) y por otro lado con reinos neo-hititas que
intentan resurgir. Siria-Palestina con las ciudades fenicias y cananeas en la costa, el
Estado de Israel y los principados arameos que siempre se caracterizarán por su gran
fragmentación.
-
- Los grandes imperios: Asiria, Babilonia, Egipto, y pronto, Media y Persia.

Son dos zonas y dos sistemas políticos totalmente diferentes aunque los estados
nacionales poco a poco virarán hasta estructuras palaciales.

2. Los fenicios/cananeos

Ellos se consideraban cananeos y se identificaban con su ciudad de origen, porque no


eran un reino sino ciudades estado independientes.

Los fenicios/cananeos no son pueblos del mar, ya se encontraban en esta zona. No


hemos encontrado apenas restos de ellos porque estaban oprimidos, ahora florecen al
estar libres. Son semitas, hablan semita nororiental y los conocemos por su escritura. Se
han hallado unas 1000 inscripciones bien conservadas y se pueden leer.

El término fenicios viene de que los conocían por Phoinikes, que significa “de color
púrpura” y es que el tinte púrpura era muy apreciado y caro. Se extraía machacando
conchas de Murex, una especie de cañaílla que producía la Púrpura de Tiro o púrpura
real o púrpura imperial. 9000 conchas eran necesarias para obtener un gramo de tinte
y valía su peso en plata. Ya la explotaban los micénicos en Creta, pero al desaparecer el
mundo micénico los fenicios la hacen circular sin competencia en el mercado.

Los fenicios van a fundar ciudades independientes, nunca un reino unido. Tiro, Sidón y
Biblos las más importantes y casi todas tienen en la actualidad una ciudad moderna
encima por lo que son muy difíciles de excavar. Cada ciudad tiene su rey o reyezuelo y
gobiernan un territorio pequeño porque están limitadas por el mar al oeste y por los
montes del Líbano al este. De esta forma tendrán poco terreno cultivable y el comercio
será su principal fuente de ingresos. Los fenicios, en contraposición a Ugarit no van a
sufrir la destrucción de los Pueblos del Mar.

Las ciudades cananeo-fenicias no constituyeron una entidad política unitaria. Cada


ciudad albergaba un palacio (al principio tenían estructura tribal, pero ya dijimos que
cambiarían a estructura palacial), sede de la realeza local y núcleo en torno al que se
articulaba el Estado y que era el centro administrativo. El contorno urbano se
encontraba dominado por las grandes construcciones de los palacios y los templos, éstos
últimos de menor tamaño que en Mesopotamia, dada su menor importancia económica.
La acrópolis amurallada se alzaba sobre el paisaje de la ciudad protegida por un recinto
exterior. Las fortificaciones, en un principio de tierra apisonada, fueron sustituidas
luego por muros de piedra, levantados sobre cimientos ciclópeos. La ciudad formaba
una unidad política, económica y social con un territorio circundante que administraba.

La forma de gobierno era la monarquía. La realeza era hereditaria y estaba protegida por
los dioses. Estos reyes, que, al igual que otros soberanos orientales, desplegaron una
gran actividad en la construcción de templos y la erección y dedicación de estatuas, son
caracterizados por la propaganda palatina de "justos" y "virtuosos".

Especial importancia tenían las funciones sacerdotales que desempeñaban el rey y la


reina respecto de la más importante divinidad agrícola local, Baal y Baalat en Biblos y
Beirut; Astarté y Melkart en Tiro y Sidón, distintos nombres para mismos dioses

El rey estaba asesorado por un gobernador y un comandante militar, así como por una
asamblea de ancianos, habitualmente de sangre aristocrática, que con el progreso del
comercio se fueron sustituyendo sus miembros por ricos y poderosos comerciantes.

Van a tener relaciones con Egipto, aunque siempre tensas por la disputa por los cedros
del Líbano, codiciado por los egipcios para sus sarcófagos. También con Asiria y a
partir del año 1000, con Israel. Los hebreos necesitarán mercancías de prestigio y
llegarán a pactar con los fenicios. Israel cederá el puerto de Edom en el Mar Rojo y
los fenicios a cambio de usar esa base para el comercio atravesando el mar rojo, le
entregarán mercancías lujosas.

A partir del año 1000 los fenicios van a sufrir grandes presiones de Asiria, y de ser
independientes, pasarán a pagar tributo pero con autonomía y posteriormente, un
completo vasallaje. Finalmente las ciudades fenicias fueron anexionadas al imperio.
Tiro fue la última en caer. Esto será una convulsión en las colonias fenicias del
Mediterráneo occidental, pues sus colonos se habían quedado sin su metrópolis
fundadora, sin su hogar de origen, sin su tierra madre y empezaran su historia
independiente. Cartago se constituirá como un imperio marítimo.

La leyenda clásica sobre la fundación de Cartago cuenta que fue la princesa Dido quien
la fundó en el año 814 a.C. Todo comenzó en Tiro, la gran ciudad-estado fenicia en la
costa del actual Líbano. El rey de la ciudad, Mattan, tenía dos hijos: un varón,
Pigmalión, y una mujer, Dido. Tras la muerte del padre, los hermanos se disputaron la
sucesión al trono. Dido, quizá por intereses políticos y hereditarios, contrajo
matrimonio con su tío paterno, Acerbas, sacerdote de Melkart, quien reunía en su
entorno un enorme poder político y militar. Pero Pigmalión, por miedo a perder su
posición, asesinó brutalmente a Acerbas. Durante un tiempo Dido disimuló su horror,
pero sólo para preparar mejor su huida de la ciudad, llevándose consigo los inmensos
tesoros de su esposo, que su hermano codiciaba.

Cuando desembarcaron, Dido pactó con el reyezuelo local que le cediese unos terrenos,
solo le pidió el terreno que cupiese en una piel de buey. Una vez concedido, Dido cortó
la piel a tiras y estableció el perímetro de Cartago. El rey engañado pero enamorado les
dijo a los fenicios que si no se casaba la princesa Dido con él arrasaría la ciudad. Dido
se subió a una pira y se atravesó el pecho con un cuchillo.

Los fenicios son comerciantes desde siempre, comerciaban con todo tipo de productos.
Consiguieron mucha plata de la Península Ibérica, razón por la que fundaron
numerosas colonias en ella. Los asirios cada vez le demandaban más plata, por ello, los
fenicios cruzaron más allá del estrecho, del non plus ultra para establecerse en Gadir.
Por allí descubrieron los atunes, las salazones y las salsas de tripas de pescado (garum)
para enmascarar el sabor de los productos caducados. A cualquier cosa le encontraban
su rentabilidad.

Su flota eran naves mercantes siempre acompañadas de naves de guerra con espolones y
soldados. El rey era un comerciante más. Los fenicios establecieron importantes rutas
por el Mediterráneo y potenciaron las del Mar Rojo.

Cuando Asiria cayó en manos de Nabucodonosor II de Babilonia, los fenicios pasaron


de manos asirias a babilónicas. Habían perdido su autonomía.

3. Los arameos

Son semitas y nómadas. Han estado siempre ahí. Empiezan una serie de incursiones e
infiltraciones aprovechando la debilidad de sus objetivos. Una vez más, no buscaban
destruir sino asentarse y quedarse allí. Se van a extender por toda la zona de Siria,
Líbano y Palestina, aprovechando los vacíos demográficos y la crisis de los palacios
Se terminan sedentarizando. Se mezclan, sobre todo con los cananeos (con mucha
facilidad). También lo harán con los neohititas, los asirios y los babilonios, pero con
más dificultad. La asimilación con estos es mucho más complicada.

Sus ciudades principales son Damasco y Palmira. Los veremos luchar contra Israel
por las rutas caravaneras, a las que le dan mucha importancia incluso cuando se han
sedentarizado. También lucharán entre ellos, pues son tribus sin un poder unificado.
Posteriormente, y al igual que toda la zona, serán presionados tanto por el Imperio
neoasirio como por el Imperio neobabilónico.

Esta gente eran reinos tribales, reinos pequeños con sus reyes. De carácter gentilicio.
Todos ellos creen que están emparentados (al igual que el pueblo de Israel). Eso, entre
otras cosas, lo afirmaban a través de su lengua y una religión común. Le interesan las
rutas comerciales y tendrá esa imagen de buen pastor. Un rey paternal sabio, que es juez
(imparte justicia).

Van a difundir su lengua y su escritura alfabética por toda la zona hasta el punto que el
arameo alcanzará la categoría de lengua bíblica. El arameo será símbolo de una lengua
culta. Es la lengua bíblica por excelencia.
4. Israel

Es un caso único en la historiografía antigua porque tienen un libro, la Biblia, en el que


han conservado toda su tradición historiográfica. Realmente aunque es una fuente
excelente, no deja de estar desvirtuada y llena de anacronismos. Y es que, al ser una
religión revelada, transmitida por una persona e indiscutiblemente La Verdad, no han
dudado en tergiversar los hechos para apoyar sus creencias. Se escribió en el s. VI a.C.,
unos siglos después de ocurrido el génesis del pueblo de Israel. Su objetivo concreto es
transmitir la Historia del pueblo de Israel y su derecho a la tierra de Canaán. A pesar
de estos inconvenientes, la fuente nos permite conocer lo ocurrido en mejores
condiciones de lo que tenemos de otros pueblos.

El Estado de Israel es de los que más excavaciones financian en su territorio con el


objetivo de tener legitimidad frente al Estado de Palestina. Busca hallazgos epigráficos
que lo demuestran aunque lo encontrado hasta la fecha es modesto.

Tienen tres libros principales. La Biblia (TaNaJ) de 24 libros, el Pentateuco o Torá,


los primeros cinco libros de la Biblia y el Talmud, las discusiones sobre leyes de los
rabinos eruditos. La historia de Israel, (mito o historia) se cuenta en el Pentateuco,
desde el origen del mundo (Génesis) hasta la llegada al desierto del Moab con un
Moisés ya viejo que tiene negada la entrada a la Tierra Prometida y que le cede el
mando a Josué. Él fue el encargado de conquistar Canaán y repartir a las doce tribus.

Hemos pasado desde el origen con Abraham en la ciudad de Ur, su hijo Isaac, sus dos
nietos, Esaú y Jacob y las doce tribus formadas de los doce hijos de Jacob. Ha
ocurrido el asentamiento en Egipto, la esclavitud, el Éxodo cruzando el Mar Rojo
abierto por Moisés. Se les han entregado las Tablas de la Ley y se les ha castigado a
vagar 40 años por el desierto en la península del Sinaí. Cumplido este período han
llegado al desierto del Moab, habitado por los moabitas a orillas del Mar Muerto.
Josué, según designio de Yahvé va a sustituir a Moisés y va a derrumbar las murallas
de Jericó a toque de trompeta. El pueblo de Israel entra en la Tierra Prometida y se va
asentando. No hay reyes, las doce tribus van a permanecer unidas gracias a unos
gobernantes llamados Jueces o reyes-jueces. Nos encontramos, asentados en Canaán y
gobernados sin reyes. Ha terminado la época de los patriarcas bíblicos, Abraham, Isaac
y Jacob (José no es incluido y a Moisés y a Josué la Biblia los considera más unos
mensajeros o profetas que unos patriarcas).Empieza la época de los Jueces.

4.1. Época premonárquica o de los jueces.

Se produce entre los siglos XII y XI a. C., justo cuando terminan las invasiones de los
Pueblos del Mar. En la zona de Siria-Palestina predominan los filisteos (peleset), que
han preferido la costa y los valles, pero dejan grandes vacíos demográficos hacia el
interior. Los anteriores pobladores de la costa se han escondido en el monte y viven de
la rapiña, son los Hapiru. Las zonas vacías son ocupadas por tribus que se llaman
israelitas, dicen descender de Abraham de Ur. Van a ir asentándose en Cisjordania y
Transjordania, esas zonas de interior a ambas orillas del Jordán sin apenas población.
Se les van a ir uniendo los Hapiru, que hay quien dice que es la auténtica génesis del
pueblo hebreo, bandidos de los montes (hebreos) unidos a tribus nómadas (israelitas)
para asentarse juntos en los alrededores del río Jordán y Mar Muerto. Ellos se llaman
Eretz-Israel, los hijos de Israel. Israel viene de Jacob, el que tuvo doce hijos, que se
cambió su nombre por el de Israel. Todos dicen ser hijos suyos, descendientes de sus
doce hijos.

Recordemos, Jacob y Esaú eran hijos de Isaac, nietos de Abraham. Esaú era el
mayor, pero Jacob le cambió la primogenitura por un plato de lentejas. Jacob tuvo
hijos con dos esposas y dos sirvientes, Lía, con la que tuvo los 6 primeros, y con
Raquel, con la que tuvo a los dos últimos, José y Benjamín. Con Bala, sierva de
Raquel tuvo a dos y con Zelfa, sierva de Lía tuvo a otros dos. También tuvo una niña
con Lía, Dina, su única hija.

Dina fue a visitar la cercana ciudad cananea de Siquén gobernada por un príncipe
llamado Jamor. Su hijo, llamado Siquén como la ciudad, violó a Dina, pero se
enamoró y pidió su mano. Los hermanos de Dina, como venganza dijeron que Jacob,
padre de Dina, ponía como condición que todos los varones fueran circuncidados
incluidos el príncipe y el novio. Así lo hicieron y poco después, Simeón y Levi mataron
a todos los varones circuncidados, Jamor y Siquén incluidos. La ciudad fue
anexionada.

Así pues, según la tradición, todos eran Eretz-Israel, hijos de Israel y todos eran
parientes. Se asentaron progresivamente en pequeñas aldeas, con sus rebaños, con
alianzas comerciales y pactos matrimoniales.

 Las 12 tribus de Israel. Los 14 Jueces mayores de Israel

Esta época se caracteriza por luchas por el territorio, con arameos, moabitas, filisteos,
cananeos, medianitas y amonitas. Las tribus están gobernadas y más o menos unidas por
los Jueces, unos personajes que hacen de gobernantes, también les unen sus
antepasados, su lengua, su escritura y su religión.

El principal problema de la Biblia como fuente de información es que fue escrita


durante el exilio en Babilonia por Nabucodonosor II. Éste conquistó la tierra de Israel
y deportó a las principales familias, a los jefes de los clanes, a los patriarcas. La práctica
era habitual en esta época, con el exilio se intentaba desarraigar al pueblo, aculturizarlo.
Pero muy lejos de que olvidasen sus raíces con la deportación, durante el exilio, en el
siglo VI a.C. los israelitas escribieron su Libro, la Biblia y van a crear un sentimiento
de identidad nacional como no se conocía, no se mezclan con nadie, permanecerán con
su cultura hasta que sean liberados por los persas.

Y al volver comienzan nuevos problemas, el gobierno está en manos de otra gente, de


otras familias, pero los que han regresado reclaman su sitio con el argumento de que no
es la primera vez que vuelven, que ya volvieron en tiempos de Moisés en el s. XII a.C.
Algunos historiadores ponen en duda la historia de la esclavitud y el éxodo del pueblo
de Israel desde Egipto, esgrimiendo que no existen escritos en Egipto sobre esta
supuesta esclavitud, ni sobre Moisés, ni nada que sugiera que ocurrió de verdad y que
esta historia bien podría deberse a un intento israelita de justificar su regreso y el
reclamo de la tierra tras el destierro en Babilonia.

Efectivamente, aunque la documentación rescatada de Egipto es muy abundante,


especialmente del Imperio Nuevo, solo constan escasas referencias a los Hapiru, nada
parecido a la historia del Antiguo Testamento ¿casualidad, mala suerte o simplemente
no existen? Es más, según la tradición, la entrada en la Tierra Prometida guiados por
Josué comienza derribando con trompetas celestiales las murallas de Jericó en el s.
XII a.C., pero según la arqueología, Jericó en esa época llevaba varios siglos
abandonada y además, los relatos parecen muy inspirados en historias de corte
mesopotámico (Gilgamesh, Sargón…).

Otro problema añadido es que, y siempre según la Biblia, tras la entrega de las tablas a
Moisés y el castigo por adorar el becerro de oro, el pueblo se hizo firme monoteísta.
Pero tener un solo dios en esta época es complicado y a la vez extrañísimo en el mundo
antiguo. Hay casos de un dios que predomina, pero no de un único dios. La arqueología
además ha confirmado el politeísmo de este pueblo en el s. XII a.C. y sabemos que con
el tiempo, en el siglo VIII a.C. se pasa al henoteísmo (un dios principal pero no el
único) y que por fin, en el s. VII a.C. el pueblo se hará monoteísta, con un dios cuyo
nombre es secreto (no nombrarás a dios en vano) y que suelen conocerlo como Yahvé
(soy el que soy), Elohim, Adonai, Jehová… Incluso conocemos el nombre de su
esposa, Asera, que tiene sus referencias en la Biblia aunque pronto dejará de
nombrarse. También aparecerá como única divinidad en un único templo con los otros
templos destruidos y los otros dioses rechazados y olvidados en tiempos de los reyes de
Judá, Ezequías y su nieto Josías.

Si es cierto que la filosofía va a ir cambiando, la salvación o el castigo ya no depende de


un rey o líder que ha sido abandonado por los dioses o no tiene su favor, depende de
todos, y tras la destrucción del templo de Jerusalén por Nabucodonosor II ya se
aprecia un auténtico Yahvismo como monoteísmo.

La Biblia fue escrita durante el exilio, en el VI a.C. mezcla de tradiciones,


anacronismos y conveniencia, aunque los arqueólogos se afanan por establecer
concordancias entre los hallazgos y los escritos sagrados, en muchas ocasiones hay
discordancias importantes.

También se han puesto en entredicho a los Jueces o reyes-jueces, muchos


investigadores opinan que eran tribus con una organización tribal y sin un líder único,
unidas por los lazos de parentesco, lengua y religión.

Dejando a un lado la Biblia, lo que parece claro es que grupos humanos nómadas y
seminómadas junto a refugiados en los montes, con una lengua y religión común y con
lazos de parentescos míticos, se van asentando en las orillas del Jordán en una
penetración pacífica y lenta, gradual, no en una oleada compacta y belicosa como
cuenta la tradición y ocuparán territorios vacíos evitando la costa y los valles ocupados
por los filisteos.

El estado es bastante desorganizado, con lazos comerciales y de parentesco, sin claros


líderes y con conflictos con los pueblos vecinos y con el tiempo van a aparecer líderes
que unirán el territorio, comenzará la monarquía.

4.2. La época monárquica o de los reyes.

Samuel, último de los jueces, a finales del s. XI a.C. elige a Saúl como primer rey de
Israel. El rey es ahora un auténtico caudillo militar, designado por dios, incluso profeta
y a la vez juez, todo ello muy típico de las sociedades patriarcales. Saúl comienza un
movimiento unificador de las tribus.

Saúl fue derrotado por los filisteos y se suicidó. A continuación su reino se dividió en
dos, el norte se llamó Israel y fue gobernado por su hijo Isbaal y el sur Judá que fue
gobernado por su yerno David.

La división del reino contó con la aprobación de los filisteos, que vieron en ello una
forma de debilitar a su enemigo, pero Isbaal muere pronto y David es proclamado único
rey, con continuidad territorial y con la ayuda de dios.

En combate singular frente a Goliath, David derrota a los filisteos, posteriormente a los
arameos, también se va a anexionar Edom y hará tributarios a los moabitas y a los
arameos. Va a obtener un territorio inmenso y como colofón va a conquistarle
Jerusalén a los jebuseos, tribu cananea que habitaba la zona. La capital va a ser
instaurada en Jerusalén y se construye un palacio con una capilla adosada que será el
templo de Jerusalén.

La organización ha cambiado, de estado nacional se está pasando a un inicio de estado


territorial. De organización tribal se está pasando a obtener enormes rentas de las zonas
caravaneras y se están recaudando muchos tributos de los reinos vasallos. Se crea un
ejército estable, se organiza una burocracia, una administración, se contratan
mercenarios y hace falta dinero, aparecen impuestos y corveas y el pueblo tributa y
pierde parte de su libertad anterior. La periferia alimenta al centro (¿nos suena de antes
verdad?).

Aparecen conflictos, Jerusalén está en el antiguo reino de Judá, hay tensiones pero no
se llega a más por el enorme prestigio que ha alcanzado David y su casa. David logrará
mantener la paz y será el modelo de rey a seguir según la Biblia. El anhelo posterior
será conseguir el reino de David, una extensión mayor que la Tierra Prometida.

Salomón (960-920 a.C.), hijo de David y Betsabé, es el tercer y último rey del estado
de Israel unido. Con él llega el apogeo y el esplendor, se alcanza la madurez del estado.
Heredó un vasto territorio y se dedicó a afianzarlo. Interrumpió las conquistas y guerras
y comenzó las relaciones diplomáticas con Egipto, Tiro y Arabia, más o menos lo
mismo que habían hecho los gobernadores de los imperios anteriores y también
establece relaciones comerciales, especialmente con Tiro, al que le cede el uso del
puerto de Edom a cambio de productos de prestigio. Las relaciones comerciales se
extienden hasta la India o hasta Ofir, en el mítico reino de Saba.

Balkis (Nikaule o Makeda) fue la legendaria reina de Saba, que visitó a Salomón para
conocer su sabiduría. Prendado de su belleza, tuvo un hijo con ella, Menelik, a quien
regaló el Arca de la Alianza. La tradición dice que Menelik fue rey de Saba (Etiopía)
y allí se conserva el arca.

Salomón conseguirá grandes riquezas y tributos que repercutirán en inmensas obras


públicas, entre ellas el primer templo oficial, el Templo de Salomón, conectado por
una rampa al gran palacio en Jerusalén (ya estamos en un estado palacial claramente).
Va a dividir el reino en 12 distritos fiscales según los territorios de las 12 tribus.

También la tradición nos dice que en este período se introducen dioses paganos en el
panteón, (sabemos por la arqueología que realmente aún no eran monoteístas, aunque la
Biblia lo niega). Sea por el paganismo, atribuido a malas influencias de la reina de
Saba, sea por los impuestos, o sea por la preeminencia de Jerusalén en el centro de
Judá frente al antiguo reino de Israel, el caso es que las tribus se rebelan y se desunen.

Revueltas y división del reino (900-750 a.C.): A la muerte de Salomón, el reino se


encuentra de nuevo dividido en Israel, reinado por Jeroboam, el hijo de un funcionario,
y Judá, reinado por Roboam, hijo de Salomón. Israel no volvería a unificarse en
mucho tiempo.

Pero la división no es solo política, hay grandes contrastes: Israel es rica, tiene
múltiples salidas al mar y está muy vinculada a las rutas caravaneras arameas, por lo
que tiene una importante actividad comercial. No tiene capital y mantiene una estructura
tribal, mientras que Judá está aislada, en el interior y es pobre porque ya no tributa
ningún reino vecino. Solo vive del prestigio de la Casa de David. Filisteos, edomitas y
moabitas se independizan. Con el tiempo Israel, el norte, tras una fase de caos político
evolucionará hacia un estado palacial con capital en Samaria, con sus palacios y su
burocracia.

5. Palestina

Merece la pena ver la situación conjunta en Palestina y conocer qué ocurrió en los s.s.
VIII-VI, antes de que los neobabilonios acaben con todo o casi todo.

 Palestina en los s.s. VIII y VII a.C.

Palestina se ha convertido en un auténtico mosaico de culturas diferentes aunque


curiosamente con una cultura material muy similar. Si bien la cerámica o las
construcciones son similares, la lengua y la religión están bien diferenciadas.
Es la época de los profetas. Todo se explica de forma teológica y todo se pone en clave
divina. Los castigos o los premios suceden por las acciones de todo el pueblo, no por las
de sus dirigentes. En el pueblo israelita los profetas se clasifican en mayores y menores.

Los asirios, al ver un reino dividido y un norte rico, conquistan Israel y su capital
Samaria y el territorio queda convertido en provincia asiria. La conquista es un
auténtico desastre (muerte, destrucción, deportaciones, tributos y ocupación militar).
Los reyes de Israel cayeron arrodillados a los pies del rey asirio. A las tribus deportadas
se les llamará “las tribus perdidas” y Samaria fue repoblada por habitantes de
Mesopotamia que adoptaron la religión israelita y serán conocidos como samaritanos.

El sur, Judá, logró mantener su independencia a pesar del asedio del rey asirio
Senaquerib. Según la Biblia, un ángel exterminador mató miles de enemigos y se
levantó el asedio. Según los epígrafes, Judá y Jerusalén rindieron tributo a Senaquerib
pero mantuvieron su independencia.

 Palestina en el s. VI a.C.

Aunque Judá se sometió a los asirios, con la llegada posterior de los caldeos
(babilonios), los judíos se negaron a someterse, Nabucodonosor II destruyó la ciudad
de Jerusalén en el 586 a.C. y el reino de Judá y deportó a sus habitantes en el famoso
destierro o exilio a Babilonia.

El vacío demográfico del reino de Judá será rellenado con árabes, arameos, edomitas,
israelitas (del norte) y judíos (del sur, pero los pobres, los no deportados).

Los exiliados van a practicar el yahvismo en Babilonia, van a escribir La Biblia y van a
mantener su cultura pura, sin mezclas. 50 años después, cuando son liberados por el rey
persa Ciro II van a volver a Judá, pero la tierra ya no es igual hay otros gobernantes
que no quieren ceder su puesto. Los que han regresado reclamarán sus derechos, pero
eso es otra historia

6. Imperio Neoasirio (X-VII a.C.)

Repasemos: los asirios no son nuevos, eran tribus nómadas semitas de Siria que se
fueron estableciendo en las orillas del Tigris y alrededores. En honor a su dios Ashur
fundaron la ciudad de Ashur (Assur). Hacia el año 1800 se constituyeron en estado.
Unos 300 años después van a surgir los Hurritas y su imperio o estado de Mitanni, que
tomará mucho territorio de Asiria y además los convertirá en vasallos, pero seguirán
ahí, con sus reyes, con su núcleo central. Tuvieron suerte o no eran tan débiles como
para ser anexionados. O los Mitanni tenían otros intereses

Se libraron del vasallaje hacia el 1400, cuando los hititas destruyen el estado de
Mitanni. De nuevo tienen suerte, los hititas tienen mucho interés por el sur, hacia Siria-
Palestina y poco por el este, por Asiria. Es así como resurge asiria como Imperio
Medio Asirio, pero vienen los pueblos del mar en el 1200 y no se lo van a creer,
vuelven a tener suerte y les respetan, no es que mantengan todo su territorio, se
contraen, pero siguen manteniendo su núcleo central y su dinastía de reyes.

Oriente Próximo cae en una época oscura, no hay registros, y hacia el año 1000 a.C.
los asirios ven como están rodeados de reinos bastante débiles, están libres, sus
fronteras no están amenazadas por enemigos poderosos y comienza la restauración del
reino, poco a poco, del centro hacia la periferia.

Lo que viene a continuación serán los grandes imperios, las grandes conquistas, los
grandes reyes, los ejércitos muy poderosos, muchos datos, grandes palacios cuyos restos
podemos apreciar en los museos más famosos. Van a tener grandes recursos
económicos. Si siempre la periferia alimentó al centro, ahora los hace de forma mucho
más acusada. Comienza el esplendor de Próximo Oriente. Pero por otro lado es una
época de violencia, de terror, de crueldad, de grandes deportaciones y de hambre.

En la época oscura, del 1200 al 1000 a.C. los asirios, al haber sido razonablemente
respetados por los Pueblos del Mar, tienen un cierto afán expansionista, pero aún son
débiles, acaban de ser liberados de un poderoso vecino, las hititas, por lo cual están aún
contraídos y a la expectativa, reforzándose despacio, creciendo muy lentamente.

En el siglo X comienza realmente la expansión. El objetivo es recuperar y unificar el


territorio que tuvo Tukulti-Ninurta I, al final del Imperio Medio Asirio, la que había
sido su máxima expansión territorial. Esta expansión se va a ir produciendo por los
cuatro puntos cardinales, pues en todos tienen enemigos.

Por el norte, Urartu, un reino de tribus montañesas emparentadas con los hurritas, que
ya vimos, entre el Mar Negro y el Caspio, que apareció cuando cayó Mitanni y que va
a desaparecer bajo el poder asirio.

Por el sur, los restos de los arameos, que aún conservan territorio, y fenicios e israelitas
en Siria-Palestina, que eran apoyados indirectamente por Egipto.

Por el este, los babilonios caldeos, sus eternos enemigos, y los elamitas, y además, los
medos a los que tienen que mantener a raya.

Por el oeste, la entrada a Anatolia, una amalgama de tribus restos de las invasiones de
los Pueblos del Mar y del antiguo Imperio Hitita.

Y comienza otra estrategia militar, más perfeccionada, el empleo masivo de arqueros,


hierro en las armas, potente caballería en lugar de carros y asedios, la poliorcética en su
faceta más refinada.

Desde el año 900 ya se tienen recuperado un considerable territorio y ya podemos


considerar a los monarcas como grandes reyes. Destacan Assurnasirpal II y
Salmanasar III.

Las batallas entre Asiria y Babilonia son famosas y solían quedar en tablas, pero poco a
poco Asiria logró un buen pedazo de tierra babilonia. Las campañas de estos dos reyes
estuvieron dirigidas tanto al norte y al sur como al este y al oeste. El primero se granjeó
fama de cruel y despiadado y combatió sobre todo al norte y al oeste. Su hijo
Salmanasar III sobre todo al este y al sur aunque realmente por todos lados.

La llegada del siglo VIII a.C. marca una expansión mayor y más rápida. Se llega al mar
Negro, al Cáucaso y se acercan al mar Caspio. Territorialmente se conquista Elam,
algo de Irán, una parte de Anatolia, una parte de Persia, las ciudades fenicias aunque
todavía tributarán y serán independientes, Israel y Judá, que también quedará por ahora
independiente. La frontera norte se establece en los montes Zagros.

Sargón va a tomar el nombre del famoso rey acadio, va a fundar la ciudad de Dur-
Sarrukin (“la fortaleza de Sargón”). A su muerte la ciudad fue abandonada e inacabada
para proseguir embelleciendo a Nínive. Muestra del esplendor cultural han quedado
preciosos relieves en el palacio de Nínive de la época de Assurbanipal.

El gran apogeo va a llegar en el s. VII con el gran rey Assurbanipal, el último gran rey
de Asiria. Un rey culto, de los pocos reyes que sabía leer y escribir (sumerio,
astronomía, etc…). La cultura asiria alcanza su esplendor. Siempre solía acompañar a su
ejército y con él se destruyó Babilonia, se conquistó Egipto y se entró en Anatolia
tomando la mitad de su territorio.

Ha logrado comunicar el mar Negro con el mar Caspio, la Ruta del Ámbar con la
Ruta de la Seda y ha acaparado el comercio con Chipre, con el mar Rojo y con el
Golfo Pérsico. Los recursos y los ingresos son extraordinarios y a su muerte, tras tres
reyes débiles, el imperio se derrumba al final del siglo VII a.C. y se entra en una época
oscura, de nuevo no hay registros arqueológicos.

No sabemos a ciencia cierta por qué sobrevino de manera repentina la gran crisis pero
podemos especular:

Conforme el imperio se va expandiendo más y más, va alcanzando nuevas fronteras y


encontrando nuevos enemigos: frigios en el oeste de Anatolia, árabes en el desierto
arábigo y caldeos en el sur de Babilonia, todos se rebelarán y todos lucharán.
Babilonia se asociará a los medos, que también se rebelarán. Medos y persas, pero
especialmente medos, derrotaran en dos batallas sucesivas a los asirios y el imperio se
derrumbará. Los persas no verán esto con buenos ojos, sus vecinos los medos van a
crecer demasiado

A la muerte de Assurbanipal, además de reyes débiles con muchos enemigos nuevos en


las fronteras, hay problemas internos. Con Tiglat-Pilaser III hacia el 750 a.C.
desaparecen los reinos vasallos y los reyes son destronados y sustituidos por
gobernadores (Shakum) y el territorio convertido en provincia asiria. Se construirán
palacios a la manera asiria y templos para el culto asirio y se dejará un poderoso
destacamento militar para mantener el orden. Los gobernadores empiezan a tener más y
más poder y cuando Assurbanipal muere, comienzan los problemas internos. Es
conocido el caso de Nergal Eresh, un gobernador de una provincia asiria que se
construyó un gran palacio. Sisaba impuestos al imperio y vivía como un rey,
administraba justicia como quería y fue depuesto y destruidas sus posesiones cuando se
intentó rebelar.

Mientras que en el centro del imperio, pequeñas ciudades o aldeas en el núcleo central
de asiria gozaban de cierta autonomía y de exenciones fiscales y militares, con su
consejo de ancianos (Hazam) y jefes locales, la periferia tenía una carga fiscal enorme
en forma de trigo, caballos, madera, metal o piedra y además habían sido sometidas a
una gran devastación porque los asirios eran muy destructores. Si a eso le sumamos la
política de devastaciones asiria, las provincias más alejadas se caracterizaban por un
gran declive económico, la escasez y el hambre eran la guerra y además gobernadas por
Shakum déspotas. Por lo tanto, no tenían en mucha estima a los asirios y solían tener
como vecinos a nuevos enemigos de los asirios, frigios, árabes, caldeos. Buen caldo de
cultivo para una rebelión y malos soldados para defender el imperio en caso de peligro.

Todas estas circunstancias, consecuencia de una expansión rápida y acelerada que no


permitió asentar las conquistas pudieron ser la causa de su destrucción.

La política de deportaciones fue la constante durante el imperio neoasirio, ya lo era


antes, pero ahora se acentuará. Se intenta repoblar territorios con baja demografía y
aculturizar a la manera asiria a los deportados, pero ni los que llegaban al territorio ni
los que los recibían lo hacían de buen grado con lo que constituirán un nuevo problema
y otro potencial enemigo. Las deportaciones más importantes fueron más de 105
operaciones, que movieron a más de un millón de personas. Solo Senaquerib, el que
asedió Judá, deportó a casi medio millón. Son cifras enormes y no fueron en absoluto
una solución a los problemas, más bien al contrario, crearon problemas nuevos.

Los pilares del estado asirio son el rey, el ejército y el dios.

El rey es el gestor del dios Ashur, que es el responsable último de las victorias. Si hay
una derrota es que el rey ha perdido el favor de Ashur. Las victorias se proclaman en
crónicas. Los relieves muestran a los reyes como a un guerrero más. Ha acumulado
todos los títulos, “rey de Sumer y Acad", " rey del universo " y " rey de las cuatro
partes del mundo ". Assurbanipal curiosamente no suele acompañar a su ejército, suele
estar en su palacio, leyendo, escribiendo, estudiando complicados acertijos matemáticos
o astronomía. Es de los pocos reyes cultos.

Los reyes van a crear ciudades, grandes palacios, Assur, Nínive (Mosul), Kalhu
(Nimrud), Dur-Sharrukin (Khorsabad), en las que en grandes relieves se narra la
grandeza de las hazañas del rey, sus gestas, no faltan elementos propagandísticos, toros
alados, leones, el rey es el orden frente a las bestias que son el caos. La propaganda se
ha refinado y ha evolucionado.

El ejército es el otro gran pilar del estado, se encarga de las conquistas. Es un ejército
moderno, con una oficialidad profesional, practica levas entre la población pero tienen
cuerpos especializados profesionales, arqueros, caballería, infantería y sobre todo sus
ingenieros, que construyen ingeniosos artefactos para el asedio. Se desarrolla la
poliorcética, el arte de asediar las fortalezas. La crueldad también era un elemento
propagandístico y el terror infundado ayudaba a conseguir rendiciones.

Los ejércitos se componen en esta época de numerosos soldados: las crónicas hablan de
10-20.000 e incluso alguna habla de 50.000 para luchar en Siria. Posiblemente fuesen
menos porque la intendencia de tanta soldadesca sería compleja, pero las grandes zonas
despobladas tras las guerras indican un gran número de víctimas, por lo que las batallas
debían de ser campales.

Las grandes ciudades y las grandes áreas palaciales se convierten en otro elemento de
propaganda, se convierten en ciudades ceremoniales. Estaban muy pobladas por lo que
el abastecimiento tenía que ser difícil, más aún teniendo en cuenta que la ciudad no era
especialmente productiva. Allí vivían funcionarios, soldados y artesanos ocupados en
embellecerla, por ello la periferia tenía que encargarse de proveerla de todo lo
necesario, desde los alimentos básicos hasta los objetos de prestigio (madera de cedro,
cobre, lapislázuli, piedra, etc…). El rey intenta demostrar la superioridad del centro
sobre el resto del mundo, la supremacía de la ideología asiria y de su dios Ashur frente
a sus ciudadanos, frente a los embajadores y frente a los sometidos. A imagen de estas
ciudades se construirá la octava maravilla del mundo: Babilonia.

En el campo la situación es terrible, son supervivientes de las invasiones o deportados,


casi todos en régimen de semiesclavitud. Otras zonas con auténticos asirios libres que
han repoblado la zona pero con carestías y trabajo duro. Independientemente del clima,
de la cosecha o de la hambruna, tienen que alimentar al centro, hay que enviar grano,
ganado y todo lo necesario para alimentar al rey y a su palacio. La tierra pertenece al rey
y una legión de funcionarios la explota sin misericordia. El campesinado vive en unas
condiciones penosas.

El rey está asesorado por un consejo de cinco hombres, quizás familiares, y junto al
consejo toda una pléyade de altos funcionarios, gobernadores de provincias, príncipes,
aristócratas y eunucos (que fueron ganando poder al no tener descendencia y no
representar una amenaza dinástica) todos estaban sujetos a un juramento de fidelidad al
rey aunque luego existían traiciones, conspiraciones, deslealtades y venganzas que
solían acabar con un baño de sangre.

Hasta el 750 a.C. los reinos vecinos se sometían a vasallaje y tributo, suele marcarse
como punto de inflexión este año durante el reinado de Tiglat-Pilaser III para que el
estado estuviese totalmente centralizado, con unos reyes vasallos depuestos y unos
reinos con división en su territorio convertidos en varias provincias asirias. En estas
nuevas provincias, habitualmente en la periferia, se instalaba un gobernador y una
potente guarnición. No faltarán tampoco las deslealtades.

La astronomía y como consecuencia, la astrología están en auge. Se consultan augurios


y auspicios en los astros, se consultan las vísceras de los animales sacrificados y hay
todo un ritual alrededor de la interpretación de sueños y presagios. Llegó a convertirse
en una obsesión de los reyes, cuanto más débiles, más dependían de los augurios y por
lo tanto, todavía peor les iba.

El siguiente cuadro es complejo pero muy interesante, observamos todos los pueblos de
Próximo Oriente con sus fechas y se aprecia perfectamente la relación de los asirios en
sus tres épocas, antiguo, medio y neoasirio con el resto de los imperios, Egipto incluido.
También se ve el vasallaje a Mitanni y la época (725-625) en que gobernaron
Babilonia así como con dos flechas, el poco tiempo que tuvieron Egipto.

7. El Imperio Neobabilónico (625-550 a-C)

De improvisto, sin nadie esperarlo, se produce la caída del Imperio Neoasirio por una
conjunción de factores que se sumaron y que ya hemos visto (problemas internos, reyes
débiles, gobernadores ambiciosos, territorio enorme no asentado, hambruna, crisis,
enemigos por doquier y pueblos sometidos que van haciendo una resistencia pasiva y no
tan pasiva…). La puntilla a todo esto se da con la alianza entre babilonios y medos, que
en dos batallas encabezadas por los segundos, destruyen Assur, Nimrud y Nínive. Sus
principales ciudades quedaron arrasadas y destruidas.

Babilonia, sin quererlo ni esperarlo, se encuentra con un imperio que se reparte con los
victoriosos medos: Armenia y Anatolia pasan al Imperio Medo. Egipto está al acecho
y entra en Palestina para anexionarse el sur. Los persas no están nada conformes con
este reparto, pero aún no tienen potencia militar suficiente y esperan agazapados en sus
asentamientos en la meseta irania que corresponde a una parte de Elam y Farsa.

El reparto de tierras queda de este modo: Media toma Anatolia, Armenia (Urartu) y
gran parte de la meseta iraní y conserva acceso a los mares Negro y Caspio. Babilonia
toda Siria-Palestina, Mesopotamia y parte de la Península Arábiga. Tiene acceso al
Mediterráneo, mar Rojo y Golfo Pérsico. Persia contraída y Egipto ya ha sido
rechazado de su incursión en Palestina y permanece en su territorio original.
El rey de la nueva dinastía de Babilonia no es casita, es caldeo. Los caldeos son un
pueblo semita de origen desconocido emparentado con arameos y acadios, que se
estableció en el sur de Mesopotamia y que lleva allí varios siglos bajo el yugo de los
casitas. Son ganaderos y han aprovechado el vacío de poder tras la destrucción de la
Babilonia casita por Senaquerib para llegar al trono.

Nabu es un dios amorreo de la sabiduría y la escritura. Fue adoptado por asirios y luego
por babilónicos y algunos reyes caldeos-babilónicos lo incorporan a su nombre.
Nabopolasar es el fundador de la dinastía que va a reinar en el Imperio
Neobabilónico. Sus descendientes van a reinar solo 75 años hasta que caigan a manos
de Ciro II el Grande, el gran rey de Persia.

Nabucodonosor será su rey más importante, tristemente famoso por la destrucción del
templo de Salomón y la posterior deportación del pueblo de Jerusalén a tierras de la
Babilonia caldea. Va a ser otro imperio gigantesco, que incluso va a derrotar la
incursión egipcia en el sur de Palestina, aunque no entrará en Egipto.

Muchas de las características de este imperio son heredadas y similares a las del asirio.
Desde el punto de vista administrativo mantienen la estructura de provincias,
especialmente en Siria y Palestina. Mantienen los archivos de la misma forma y el
mismo aparato propagandístico. Los neobabilonios o los babilonios caldeos utilizan los
mismos métodos asirios pero más duros si cabe, más muerte, más deportaciones y con
los mismos objetivos (la repoblación, el desarraigo y la aculturación...).

Necesitan gran cantidad de mano de obra para reconstruir la ciudad de Babilonia,


capital de su imperio. Las grandes cuadrillas de obreros dejan aun más despoblado el
campo, pero reedifican una Babilonia espectacular, con jardines colgantes, un zigurat
enorme y una puerta de Ishtar asombrosa. En el zoo y en sus jardines se podían
contemplar especies de todos los rincones del imperio. Era el escaparate del Imperio
Neobabilónico al mundo. Construcciones fastuosas, recuperación de los campos
salinizados por las crecidas del Golfo Pérsico en la Baja Mesopotamia. Va a
producirse un gran auge cultural y Babilonia va a quedar convertida en el centro del
mundo, una ciudad muy cosmopolita y muy bella, habitada por caldeos, arameos,
acadios y todas las etnias deportadas.

Muchos de los restos arqueológicos de Babilonia están en el Museo de Berlín. No por


casualidad, franceses e ingleses excavaban en otras zonas de Mesopotamia y un
ingeniero alemán por encargo de Prusia construyó un sistema espectacular de
movimiento de tierras, raíles, vagones y muchos obreros y la búsqueda fue fructífera

Pero no les dio tiempo a solucionar los grandes vacíos demográficos ni, como a tantos
estados e imperios, a afianzar el territorio. Simplemente explotaron a la periferia para
mantener a la capital, al centro. Por ello, solo duró 75 años, Nabónido fue su último
rey. Un monarca no al uso, era historiador y arqueólogo.
No van a lograr ni siquiera acaparar el comercio, que queda en manos de fenicios,
árabes y filisteos. Incluso de judíos deportados que han logrado llegar a hacer algo de
fortuna y convertirse en prestamistas. Hay dos rutas principales para el comercio, de
norte a sur (desde Palestina-Siria-Arabia-Yemen), que complementa a la ruta
marítima, y otra de este a oeste (Egeo-Anatolia-Irán-India) que posteriormente se
convertirá en la ruta de la seda. Los babilonios cobrarán algunos impuestos y recibirán
objetos de prestigio. Babilonia es el punto de destino, pero no se enriquecerá
especialmente con esta actividad.

La tierra está concentrada en manos del rey y de los templos, hay pocos altos
funcionarios con propiedad privada. Los campesinos viven duramente, muchos
endeudados y hay oblatos, trabajadores que dependen del templo. Los artesanos son
independientes y trabajan para templos o señores, principalmente en la capital.

La lengua más empleada va a ser el arameo con su alfabeto, que gracias a los judíos
deportados se va a convertir en lengua Bíblica. Los reyes van a intentar imponer el
cuneiforme y el acadio para legitimar su imperio como heredero de Acad. Ponen a
Sargón I como modelo a seguir, pero la dificultad que entraña la escritura hace que no
cuaje del todo entre la población. Las dos lenguas tendrán una feroz disputa en el
territorio.

La magia, la astrología, los presagios y los auspicios gozan de numerosos seguidores y


tienen un gran desarrollo. Algunos historiadores sitúan a los Reyes Magos como
caldeos en Babilonia.

Y como no podría ser de otra forma, en 75 años aparecen problemas internos, traiciones,
usurpaciones, deslealtades y falta de conexión y los persas, observadores, despiertan y
aprovechando la debilidad conquistan el Imperio. Será Ciro II el grande. Pero no lo
destruirá y convertirá a Babilonia en otra ciudad más. Los persas van a tener un modelo
organizativo muy diferente. Posiblemente duró dos siglos porque apareció la figura
irrepetible de Alejandro Magno.

8. Persia y su Imperio (550-330 a.C)

Los persas formaron el imperio más grande del mundo antiguo, que abarcaba desde el
Indo por oriente hasta Tracia por occidente. Dos siglos después de su formación, su
conquista por Alejandro Magno supuso la llegada a occidente de multitud de
influencias administrativas, religiosas o culturales.

Los medos tras el derrumbe del Imperio Asirio van a formar un imperio que abarca
desde Anatolia hasta Bactrana con capital en Ecbatana y controlando incluso el
corazón de los persas, Fars, puesto que éstos se hallaban agazapados en Elam, en un
territorio llamado Anshan, habiendo dejado Fars. Los medos tenían una estructura muy
tribal, sin una estructura fuerte, dirigidos por un rey, pero organizados en comunidades
independientes sin gran cohesión
Tras la muerte de Asurbanipal, los persas, asentados en Elam, en un territorio llamado
Anshan y dirigidos por Ciro II el Grande comienzan su expansión desde Susa para,
tras vencer a Astiages, el último rey medo, hacerse con toda Babilonia, Media, buena
parte de Anatolia (incluida Lidia y su capital Sardes) y Siria-Palestina.

En la costa egea de Anatolia había toda una serie de colonias habitadas por griegos
desde la época oscura que van a ser sometidas al dominio persa. Eólida, Caria, Jonia,
Licia o Tróade son territorios griegos con ciudades tan importantes como Mileto,
Éfeso, Halicarnaso o Micala.

Ciro II es un aqueménida. Los aqueménidas descienden de un antepasado llamado


Aquémenes, quizás legendario. Era el jefe de uno los clanes persas más poderosos, los
pasagardas. Su figura va a ser objeto de mitificación, se dice que era hijo de un dios, que
mató un dragón, que al ser abandonado en el bosque para que los dioses decidieran su
destino lo amamantó una perra, etc. Se va a crear en su figura un punto de referencia
clave.

Ciro II consiguió su imperio sin realizar un gran esfuerzo militar, supo equilibrar bien
la fuerza y los castigos con la magnanimidad y el perdón. Moderado en unas ocasiones,
radical en otras, consiguió atraerse a los pueblos conquistados. Como ejemplo,
Babilonia no fue destruida como era la norma tras las conquistas y fue incorporada al
imperio. Construyó obras civiles y religiosas y no solo en la meseta irania sino en los
confines de su territorio. Respetó las religiones de cada pueblo conquistado y se declaró
seguidor de Marduk, el dios babilonio.

Ciro II es expansionista pero unificador y en esto se diferencia de los anteriores


imperios. Se declara “rey de reyes”, “rey de Persia”, “Sha”, “rey de las cuatro partes del
mundo”, “rey de Accad y Summer” y de cuantos títulos poseían los terrenos
conquistados. Con Ciro II se abre el horizonte de Próximo Oriente hacia el este, hacia
el valle del Indo.

La figura de Ciro II está caracterizada por el mantenimiento de las ciudades


conquistadas, de sus sistemas políticos (les deja cierta autonomía) y por mantener a los
funcionarios. Su máxima es “si algo funciona no lo toques”. No gusta de las
deportaciones, libera al pueblo de Israel de la esclavitud babilonia y les permite
reconstruir en Jerusalén su templo de Yahvé. Va a fundar Pasagarda, una de las
capitales del imperio.

Cambises I es su hijo y sucesor, va a conquistar Chipre y Egipto y poco después va a


llegar Darío I, el otro gran rey persa junto a Ciro II.

Darío I es un usurpador, se ha inventado un supuesto pasado aqueménida como


descendiente del padre de Ciro I para legitimar su ascenso al poder y va a conseguir la
máxima expansión del Imperio Persa, más de 2 millones de kilómetros cuadrados.

Va a realizar el gran salto: por el oeste cruzará el Helesponto (Dardanelos) para


hacerse con Tracia y las islas del Egeo y por el sur conquistará Libia y Nubia y
mantendrá a raya a las belicosas tribus africanas. Por el este llegará al Indo. Pactará con
macedonios y atenienses y no entrará en Grecia. Pero tras un levantamiento en la costa
de Anatolia, concretamente en Jonia, los atenienses se ven obligados a ayudar a sus
hermanos y la Persia de Darío entrará en conflicto con el mundo griego, van a
comenzar las Guerras Médicas.

Los persas realizaron una gran expansión con la vieja idea del dominio universal.
Posiblemente estaban más interesados en crecer por oriente que por occidente y quizás
el conflicto con Grecia fue desencadenado por una serie de sucesos que ellos ni querían
ni propiciaron.

Con Darío I Persia dejó de ser la periferia del mundo conocido para convertirse en el
centro. Hasta ella irán todos los tributos, todos los objetos de prestigio, todas las rutas
comerciales y como siempre la periferia alimentará al centro, pero ahora el centro es
Persia.

Una característica de Darío es su centralismo pero con cierta autonomía de la periferia,


es decir, el equilibrio. Va a establecer provincias llamadas satrapías, gobernadas por un
sátrapa. Va a construir Persépolis, una de las cuatro capitales del imperio persa
(Pasagarda, Persépolis, Susa y Ecbatana, algunos consideran como quinta a
Babilonia).

Ciro II el Grande construirá su gran tumba en Pasagarda y se convirtió en lugar de


peregrinación. Darío I construirá su tumba en Naqsh e Rostam (“el retrato de
Rostam”, un héroe mitológico), un enorme acantilado cerca de Persépolis, donde se
seguirán enterrando el resto de los reyes aqueménidas.

Las cuatro capitales persas van a estar cortadas por el mismo patrón, ciudades
palaciales, con grandes palacios, templos y jardines colgantes (pairi-daeza) de allí
vendrá la noción de Paraíso del Edén.

Los palacios sirven de propaganda del reino, dirigida a los pueblos conquistados, a los
embajadores y a todo el que la visite. El elemento de crueldad y terror asirio o babilonio
está ausente, en los relieves se aprecian pueblos pagando tributos, escenas reales y
escenas militares, pero no en batalla sangrienta sino en desfiles. Darío I es el gran
constructor del Imperio que luego heredará su hijo Jerjes I.

Y otro aspecto además del constructor es el unificador. Hay una multitud de pueblos,
razas, religiones, lenguas y culturas en tan vasto imperio. Se establece el arameo como
lengua franca. Ya existía y ya la hablaban muchos, sobre todo por su facilidad de
escritura al tener un alfabeto. Tuvo algunas horas bajas por el intento de imposición
babilonio del acadio, pero nunca desapareció. Ahora los persas no la imponen, pero se
va adoptando poco a poco, sin obligación, sin crueldad, simplemente es práctico hablar
arameo. Algo parecido ocurre con el sistema de pesos, medidas y moneda. Todo se
acepta, pero por criterios comerciales y prácticos se acaba imponiendo la moneda
oficial, el darico, una moneda con anverso de Darío y con reverso sin labrar, 8 gramos
de oro, una enorme cantidad, por lo cual solo se usaba para pagar grandes sumas. El
comercio habitual se solía hacer con su fracción en plata, el siclo, con anverso del rey y
reverso poco definido. La tradición del uso de la moneda viene de Sardes, capital de
Lidia y tiene una bonita leyenda:

En Lidia, el río Pactolo arrastraba gran cantidad de pepitas de electro (piedra natural
que tiene 1/5 de oro y el resto de plata), la razón era que Midas, rey de la vecina
Frigia, codicioso, le había pedido al dios Dionisio que todo lo que tocase se convirtiese
en oro y así pasó; la comida, la bebida e incluso su hija se convirtieron en oro.
Arrepentido, tuvo que lavarse para purificarse en el nacimiento del río Pactolo en su
reino de Frigia, cayendo todo su oro al rio y arrastrando miles de pepitas de electro
hasta la región de Lidia; por ello se cuenta que allí nació la moneda

Además de constituir las satrapías, Darío va a crear un excelente aparato burocrático


manteniendo a los funcionarios de los diversos reinos pero colocando a nobles persas al
frente. Constituye también un sistema de postas y vías de correos: una administración
muy bien engrasada.

Su sucesor va a ser su hijo Jerjes I, que siempre tendrá la mancha de su tropiezo en


Grecia. En el afán expansionista persa, la frontera del Indo marcó el límite por oriente.
Pero allí existían pueblos muy numerosos y hábiles guerreros, hasta Alejandro Magno
tuvo que parar allí. El único destino posible era la expansión por occidente, el casus
belli, fue el levantamiento de Jonia y la ayuda ateniense y en Grecia se frenarán las
ambiciones persas, así pues con Jerjes I terminó la expansión de imperio

Darío III, el último de los aqueménidas también tiene la mancha de haber perdido su
imperio, pero ni era mal estratega ni tenía un imperio decadente. Sencillamente su
ejército era un conjunto poco homogéneo de satrapías, de pueblos muy diversos y se
tuvo que enfrentar al genio militar de Alejandro y a un ejército muy bien cohesionado.

La figura del rey persa encarna el bien, la justicia y la verdad frente a la mentira y la
injusticia. Se encuentra en la cúspide de la pirámide del poder persa. Es el Sha, el
protegido de Ahuramazda. Al rey se le debe obediencia, todo tipo de veneración y toda
clase de tributos. El rey es un gobernante justo, reparte privilegios y castiga, es un rey
absoluto pero no arbitrario, la religión no se lo permite, no puede hacer lo que le viene
en gana.

Es característico de los persas asimilar y tolerar todas las religiones y las ideologías de
los pueblos sometidos y por ello, el Sha va acumulando títulos, los títulos de los reyes
de los pueblos conquistados.

Es una monarquía dinástica, ya lo era, pero ahora con Darío I se va a insistir más,
posiblemente porque Darío I era un usurpador. Es privilegio del rey decidir cuál de sus
hijos será el heredero, no tiene que ser el primogénito y además, el rey suele tener varias
esposas. Todo esto significa problemas. El rey porta corona y el heredero lleva tiara.
El rey está alejado de la gente, es un rey absoluto. Esto no quiere decir que esté alejado
de la justicia, él la imparte, pero está alejado visualmente, no se le puede ver, no se
puede acceder a él, no se le puede tocar, tiene todo un ritual muy elaborado, no toca el
suelo porque contamina. Bajo el suelo están los difuntos y sus espíritus y pueden
contaminar. Se sienta en un trono, a mayor altura visual que el resto, apoya sus pies en
un escabel. Parte de este ceremonial ha sido heredado por el resto del mundo. El
emperador de Japón o la reina de Inglaterra son intocables

La prokynesis (“besando hacia”) es el acto ritual de saludar al soberano persa. Se ponían


de rodillas, este acto lo tomó Alejandro para su corte pero no fue bien admitido por los
nobles y generales griegos que manifestaban que solo había que humillarse ante los
dioses.

El Sha se movía entre sus capitales y visitaba sus dominios, se organizaba una auténtica
procesión, con enorme pompa y arrastrando a toda la corte, el gasto de estos
movimientos era importante y las ciudades que visitaba se endeudaban para la visita del
rey. Roma hereda esta costumbre (el adventus, el adviento), la llegada de los imperator
para celebrar un triunfo en la ciudad.

Los ropajes también tenían mucha ceremonia, el rey llevaba ropa púrpura con ribetes
blancos, la estatua de Júpiter era púrpura y la capa del imperator también, Roma tiene
muchas reminiscencias persas. Nadie salvo el Sha tenía derecho a los ribetes blancos.
Sus adornos tenían una suntuosidad extraordinaria.

Con la muerte del rey también hay grandes ceremoniales, se guardaba luto oficial y el
fuego era elemento central en los ritos. Se quemaba incienso, mirra…son costumbres
muy indoeuropeas que en Roma también se observan, el fuego de Vesta y en Grecia el
altar de Hestia. Es la sacralización del fuego, elemento indoiranio. Los reyes eran
enterrados en lugares diferentes al resto, en las necrópolis reales que ya hemos visto

Además del rey, el Imperio Persa tenía otros dos pilares, la administración y el
ejército.

El territorio estaba dividido en satrapías, 13 en época de Darío I, 20 en el siglo v a.C.


Eran todas muy diferentes entre sí, pero tenían una característica común, una fiscalidad
muy rígida y muy bien articulada. Había un sátrapa al frente de la provincia que era un
noble persa, habitualmente un familiar del Sha. Éste estaba rodeado por una legión de
funcionarios, nativos de la región que habían desempeñado cargos en el reino anterior.
Junto a ellos, inspectores, que revisaban las cuentas, que trabajaban con el sátrapa, pero
que dependían directamente del Sha, “los ojos y los oídos del rey”. Persia no contaba,
no era una de las 20, no pagaba tributos, solo recibía. Algunas satrapías, especialmente
en Anatolia habían sido reinos con dinastías muy potentes. En esos casos el sátrapa era
el anterior rey y se le dejaba cierta autonomía. Hablaban griego y tenían muchas
relaciones con los griegos, esos sátrapas eran auténticos tiranos locales.
La función del sátrapa era vigilar la fiscalidad, recaudar impuestos y pagar
puntualmente a Persia. El secretario real tomaba nota de todo, era un inspector de alto
rango que informaba al rey de forma independiente y que dependía directamente de él.
A pesar de todos estos mecanismos de control para evitar corruptelas y acumulaciones
de poder, hubo ciertos problemas locales, mucho menores que en Neoasiria o
Neobabilonia, pero con todo y con eso, ciertas provincias lograron más autonomía de la
deseada.

Los tributos eran enormes, hay listas con la cantidad de talentos en oro, plata, caballos o
personas que debían pagar cada año. Esos tributos son los que se pueden observar en los
famosos relieves en las escaleras del palacio de Persépolis.

En las satrapías había respeto a la identidad cultural, a las costumbres y por supuesto a
cada religión.

También era fundamental el sistema de vías y postas entre las que destacaba el Camino
Real, 2700 kms de calzada entre Sardes y Susa y también toda una red de carreteras
secundarias que eran calzadas militares, propiedad del estado y utilizadas por los
mensajeros con un eficaz sistema de postas que permitía el descanso de los mensajeros
y el cambio de caballos por otros frescos. Eran unas complejas obras de ingeniería con
cortes de montañas de roca, puentes y vados que pasarán luego al mundo helenístico y a
Roma.

Algunos incluso atravesaban el desierto arábigo. La navegación podía ser más rápida,
pero en época de monzones no se podía viajar por mar por lo que la red de caminos
permitía el tráfico todo el año.

El otro pilar del estado era el ejército, en cada satrapía había un comandante militar a
cargo de la guarnición y que dependía directamente del rey, de esta forma se separaban
el poder gubernativo y el militar.

Era un ejército especializado, con cuerpo de arqueros, caballería ligera y pesada


(catafractari) de gran fama, guardia real y los inmortales, un cuerpo de 10 000 soldados
que eran recambiados cuando uno moría. Se denominaban también “melóforos” (“los
que llevan la manzana”) por una especie de manzana en el pie de la lanza para
equilibrarla. Su escudo también era característico.

Persia era un imperio con importante tradición ganadera, en especial ovejas y cabras
pero en tan vasto imperio la agricultura era también muy importante. La tierra era del
rey y éste hacía concesiones para su explotación a funcionarios y campesinos libres,
también había siervos que la trabajaban. El campesinado estaba apegado a la tierra que
trabajaba y aunque eran teóricamente libres, en la práctica eran cuasiesclavos. Existía la
figura del arrendamiento.

La agricultura se desarrolló sobre todo en las tierras más fértiles, Babilonia,


Capadocia… donde se construían canales de riego y para la navegación de pequeñas
barcazas. El sistema de explotación agraria no varió sustancialmente conforme al
existente, pero el reparto de tierras se rehízo con beneficios para la nobleza próxima al
rey. Las tierras cercanas a los canales de riego se destinaban al cultivo de cereales, las
más alejadas eran explotadas en arrendamiento por campesinos libres o siervos adscritos
a la tierra. Las grandes extensiones, propiedad de señores, eran también explotadas por
campesinos libres o siervos. El cultivo más importante era la palmera datilera. El pago
por la utilización del agua de los canales era un cuarto de la producción de dátiles.

Las minas eran propiedad del rey, hoy día las minas siguen siendo propiedad de los
estados, esto no ha cambiado. La extracción de metales mejoró ostensiblemente su
técnica y esto abarató el precio de la plata. La moneda servía para pagar tributos y a los
mercenarios, frecuentes en los ejércitos persas. El comercio ordinario utilizaba una
moneda más pequeña que las de oro.

El tesoro de Babilonia incautado por Alejandro fue enorme, 468 talentos de oro y
18000 talentos de plata, señal de la riqueza de ese reino.

El rey persa amasaba grandes fortunas fruto de las ganancias de los bienes del enorme
imperio que poseía y las empleaba en mantener un enorme ejército, una administración
muy numerosa, grandes construcciones tanto palaciales como de obras públicas, en
mantener un aparato propagandístico inmenso y una corte con una pompa y una
ceremonia sin límite

La gran característica del Imperio Persa es la tolerancia, la asimilación de culturas, el


respeto a las costumbres, a las tradiciones y a la religión. Ciro II el Grande fue el
impulsor de este tipo de política y los aqueménidas posteriores sus continuadores.

Se asimilaron todas las lenguas, el elamita, babilonio y persa, escritas en cuneiforme,


pero sobre todo el arameo y su alfabeto avanzaron con rapidez por todas las satrapías
por su sencillez.

La religión persa tiene un dios principal, es Ahuramazda, represando por un disco solar
alado aunque con el tiempo y quizás por influencia de los dioses antropomórficos
egipcios, adquirió una forma también antropomórfica. El disco solar alado es
representado en varias culturas y suele asociarse con una divinidad próxima a la realeza
y al poder. La evolución no se sabe a ciencia cierta cómo fue, si por influencia egipcia o
por el zoroastrismo, pero acabó dando una figura antromórfica denominada “faravahar”,
una especie de ángel de la guarda. Hay quien piensa que como se transformó en época
de Darío I, la figura humana podría ser el propio rey

El Mazdeísmo o zoroastrismo es una religión basada en las enseñanzas del profeta


iraní Zoroastro (600 a.C.) que reconocía a Ahuramazda como único creador de todo.
Era una filosofía religiosa compleja, dualista, maniqueísta, del bien y el mal, blanco y
negro, sin grises ni intermedios, con Ahuramazda encarnando el bien y Ahriman el
mal. Era muy intelectual y muy abstracta y además, sus textos sagrados, el Avesta,
estaban escritos en sánscrito.
Ciro II era un gran seguidor y Darío I la estableció como principal pero no llegaba a
calar en el pueblo, que prefería dioses más cercanos a los que poder suplicarle, como

Mithra o Anahita, que van a tener mucho más éxito y que arraigarán especialmente en
Anatolia y serán llevadas a Roma por las legiones. Mithra era dios solar, de la verdad,
de los contratos y los juramentos. Anahita de las aguas, del amor, de la fertilidad, de la
salud y de la sabiduría. Ahuramazda era un dios muy relacionado con la realeza y el
poder.

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