¡HOLA!

Permíteme presentarme, soy Ángela de la

Fuente, psicóloga y psicoterapeuta en Madrid
y Online.

En estos últimos años he podido ayudar a decenas de parejas a

poder construir o recuperar la relación en la que sí querían vivir. Al
mismo tiempo, han pasado por mi personas que, sin tener pareja,
han podido revisar porqué siempre generaban relaciones tóxicas.

¿Porqué he podido hacer esto?

Evidentemente, por un lado, gracias a unos conocimientos y una

experiencia profesional de años dentro del mundo de la
psicología y la psicoterapia.

Sin embargo, algo que sin duda ha sido imprescindible para que
hoy te pueda hablar de esto es mi propia experiencia personal de
desarrollo. A través de los años he aprendido a ver personal y
profesionalmente todas aquellas cosas que hacen que las
relaciones no funcionen.

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 ¿QUÉ VOY A ENCONTRAR
AQUÍ?
En esta guía vas a encontrar algunas claves para poder
construir relaciones de pareja sanas y satisfactorias.

Nadie nos ha enseñado a estar en pareja. Normalmente hemos

aprendido de forma inconsciente:

En los patrones de apego que hemos desarrollado con nuestros

padres o cuidadores.
En las relaciones que hemos visto a nuestro alrededor,
especialmente la de nuestros padres o cuidadores.

De forma que hemos llegado a desarrollar patrones inconscientes

de vincularnos que guían nuestras relaciones de pareja.

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Además, estas relaciones primarias con nuestros padres, el entorno
en el que nos hemos criado, las cosas que hemos vivido y los
mensajes que hemos ido recibiendo, generan en nosotros una
serie de creencias que tampoco suelen ser conscientes a través de
las que actuamos.

Estas creencias pueden ser del estilo: "nadie me va a querer", "mi

pareja tiene que satisfacerme en todo", "todo el mundo me va a
traicionar"...

Puedes imaginarte el gran papel que tienen estas creencias a lo

largo de nuestras relaciones.

El problema es que muchas de ellas son visiones EQUIVOCADAS

del mundo, por lo que, vivir creyendo que son acertadas nos puede
generar mucha distorsión.

En esta guía exploraremos algunas de las claves que tienen que ver
con:

MI FORMA DE VINCULARME

CREENCIAS INCONSCIENTES ERRÓNEAS

PATRONES QUE REPITO EN PAREJA

Para que puedas entender un poco mejor qué es lo que está

sucediendo en tus relaciones de pareja y cómo poder sanearlas.

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 CLAVES PARA CONSTRUIR
UNA RELACIÓN DE PAREJA
SANA

AUTOCONOCIMIENTO

Si estamos hablando de pareja, ¿qué tiene que ver lo que me

conozco yo?, te preguntarás. Y es que es muy difícil tener una
relación sana de pareja si no se quién soy, qué me duele, qué
heridas tengo, cómo suelo comportarme...

Tener una relación sana implica conocerme y entenderme para

luego poder conocer y entender al otro. Si, por ejemplo, cuando
me siento atacada grito y no entiendo porqué va a ser muy
complicado poder cambiar esa situación y reconducirla hacia una
comunicación saludable y una resolución de ese conflicto.

Además, si yo misma no me entiendo, ¡qué complicado va a ser

que entienda a la otra persona!

Para que puedas comunicarte mejor, entender lo que te ocurre, ser

honesta en la comunicación, poder ser asertiva, pedir, dar, recibir...
es necesario que sepas quién eres.

Y especialmente que conozcas tus heridas.

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 PACTO DE NO
AGRESIÓN

Parece evidente, ¿no? Una pareja sana llega a un pacto implícito o

explícito de no agredirse. Pero lo que parece evidente en muchas
ocasiones no lo es tanto.

Agredirse no es solo pegarse o gritarse. También es retirar la

palabra, castigar al otro, hacer chantaje emocional, manipular,
desatender emocionalmente, culpar...

Si quieres tener una relación sana empieza por comprometerte

CONTIGO MISMA a no utilizar todos estos jugos psicológicos contra
tu pareja y ser honesta en la comunicación.

En consulta, muchas personas me dicen que no creen que sea

posible no discutir en pareja. Yo siempre respondo:

Discutir no es lo mismo que agredirse.

Discutir es intercambiar opiniones, agredirse
es dañarse en ese intercambio.
No es posible estar en pareja sin discutir, pero
sí es posible estar en pareja sin agredirse.

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 ACEPTACIÓN DEL
OTRO

No nos aceptamos entre nosotros, es una realidad. Si no

conseguimos muchas veces ni aceptarnos a nosotros mismos,
¿cómo vamos a aceptar al otro? Estamos entrenados en la crítica y
en la demanda en lugar del agradecimiento y la aceptación del
otro por quien es.

¿No te has visto alguna vez deseando que algo cambie de tu

pareja? ¿Quejándote de cosas que es/hace/dice? ¿Deseando las
"virtudes" de otras parejas?... Y con todo ello ignorando o
minimizando las virtudes de la tuya.

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 Aceptar a la otra persona implica:

Ver sus virtudes y sus defectos en igual medida y no

exagerando unos u otros.
Entender que es una persona distinta a mi que tiene diferentes
prioridades, valores, intereses o ritmos. Poder verlos con
claridad y respetarlos.
Entender que el otro es quien es y no quien yo quiero que sea.
Entender que el otro decide sobre si mismo y yo no puedo
decidir por él.

¿Crees que cumples estos requisitos con tu/tus parejas? ¿Qué crees
que te ha permitido cumplirlos? o ¿Qué crees que te impide
cumplirlos?

Si la respuesta es "el otro es quien me lo impide porque es

un/una..." permíteme decirte que poner el foco fuera es seguir
peleada con la realidad, es decir, no aceptando al otro.

Pon el foco dentro, en lo que tú eres/sientes.

Eso es lo que puedes cambiar.

Echarle la culpa al otro de lo que ocurre en tu relación puede aliviar

por segundos, pero mantiene el problema tal y como está. Quizás por
un segundo puedes mirar hacia dentro y pensar...

¿Qué me pasa a mí con esto?

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 NEGOCIACIÓN

Si no estás dispuesta a negociar (y

a veces perder), no esperes estar
en una relación saludable.
Negociar es parte de relacionarnos
y, tanto si eres el que siempre se
sale con la suya como si eres el
que siempre cede, vas a perder.

La relación pierde si uno impone y

el otro se somete. O si estamos en
constantes luchas de poder.

Si alguno de esos casos es el tuyo,

quizás merezca la pena pensar...

¿Dónde he aprendido yo a ceder

siempre? o ¿Dónde he aprendido
a querer siempre que todo sea
como yo quiero? o ¿Dónde he
aprendido a luchar por el poder
de esta manera?

En ocasiones, en
pareja, dejamos de
ser adultos para
convertirnos en niños
que guerrean por la
razón o el poder.

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 AJUSTAR NUESTRAS
EXPECTATIVAS

A muchos de mis pacientes les digo en terapia:

"Dime qué esperas de tu(s) pareja(s) y te diré lo que

nunca vas a tener".

No es que yo tenga una especial mala leche y quiera fastidiar, es

que suele funcionar de esa manera. Proyectamos en nuestra pareja
aquello que necesitamos (que, por cierto, suelen ser necesidades
infantiles no resueltas) y no paramos de pedir y pedir, de buscar y
buscar...

Es totalmente cierto que una pareja tiene su función emocional de

cuidado, cariño y protección. El problema es que en ocasiones
dejamos de pedir por nuestras necesidades adultas y pedimos por
nuestras necesidades infantiles.

Es muy importante a la hora de pedir y de esperar del otro, mirar

primero hacia dentro. Y así poder saber y entender si lo que pido
viene de una adulta que se sostiene a si misma pero puede
necesitar vínculos y ayuda o de una niña pequeña que no puede
sostenerse.

Por ejemplo, pedir que el otro siempre esté conmigo, que me

responda los mensajes en un minuto, que esté SIEMPRE... son
cosas que evolutivamente necesitaría un niño, no un adulto.

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 ABRIR CAMINOS DE
COMUNICACIÓN

He visto cada vez más parejas que

hablan mucho, pero se comunican
más bien poco. ¿Cuál es la diferencia?
Hablar es soltar palabras por la boca,
comunicarse implica un plan, una
intención y una estrategia.

Por ejemplo, voy a pedir a mi pareja

que me ayude con cierta tarea
explicándole porqué es importante
para mi que lo haga de forma clara .

Cuando me quiero comunicar, tengo

que tener en cuenta, una vez más,
hacerlo desde un adulto claro y
conciso y no desde un/a niño/a
enfadado/asustado/vengativo...

Hablar desde el
niño/a no es
comunicarse, sino
iniciar juegos
psicológicos dañinos.

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Pero además, también podemos elegir comunicarnos desde un
padre crítico. Por ejemplo: "¿Ya estoy harta de que no me ayudes
nunca!" o "¡¿Qué haces otra vez tirado en el sofá sin hacer nada?!".

Suenan a frases que te podría decir tu padre, ¿verdad?

Si queremos construir relaciones sanas e igualitarias, ¿tiene sentido

colocarme como tu madre/padre? Eso te deja a ti como mi hijo... Y
tú eres mi pareja, no mi hijo... No parece tener mucho sentido.

En las relaciones de pareja adultas, lo deseable

es comunicarnos de adulto-adulto y no desde
un padre crítico o desde un niño (caprichoso,
burlón, vengativo, enfadado...).

Desde aquí te invito a que en tu día a día pruebes a observar desde

dónde te estás comunicando. He visto muchas mujeres ser
"madres" de sus parejas. Pero también colocarse como "niñas"
víctimas de ellas y de sus circunstancias. También he visto
hombres colocarse como "niños" indefensos que no saben criar a
sus hijos para que "mamá" se haga cargo. (Solo algunos ejemplos).

Intenta transformar aquellos mensajes de la parte infantil o padre

a un mensaje adulto. Por ejemplo:

En lugar de: "¡Ya me tienes harta de esto!"

Transmite: "Esto que haces me duele mucho, ¿podríamos hablar de
ello?".

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 CONOCER Y CUIDAR
NUESTRAS PROPIAS
HERIDAS

Forma parte también del autoconocimiento que hablábamos antes.

Y es imprescindible si quiero ser adulta a la hora de relacionarme
con mi pareja (y otras personas).

¿Sabes lo que son las heridas emocionales?

Todos, absolutamente todos nosotros las tenemos y son aquellos

puntos de nosotros que si nos los tocan nos duele. Pero nos duele
mucho, quizás más de lo normal.

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Estas heridas tienen que ver con nuestra historia de vida y tienen
un sentido en ella. Se han conformado alrededor de los eventos
que hemos ido viviendo, los mensajes sobre nosotros que hemos
ido recibiendo, cómo nos han tratado...

Te pongo un ejemplo: el otro día alguien me contaba que de joven

le hicieron bulling con su cuerpo y hoy en día pasa 3 horas al día
en el gimnasio y sigue dietas estrictas para poder tener un cuerpo
perfecto que nadie pueda criticar. ¿Te imaginas lo que le tiene que
doler a esta persona que hagan comentarios sobre su físico?

A estas heridas las podríamos llamarlas coloquialmente:

Inseguridades

¿Y porqué es importante conocerlas?

1. En primer lugar, porque así podré entender ciertos momentos

de desregulación emocional o alguna ocasión donde nuestra
reacción emocional sea más grande de lo que la situación lo
requería. Entonces puedo entender que se trata de una herida
MÍA y no algo que haya hecho el otro.
2. En segundo lugar, de la herida de cada uno es responsable uno
mismo y no los demás. Por supuesto podemos pedir ayuda con
ella, pero no podemos pedir al otro que se haga cargo ni que la
cure.

Diferenciar cuando sale tu niño/a interior herido y cuando el mío

es trabajo de cada uno y regularlos para que no estallen contra el
otro, también.

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En conclusión...
Por lo general solemos pensar que somos seres con emociones
sensibles y que actuamos de manera práctica y racional. Sin
embargo, y especialmente en pareja, muchas veces nos domina lo
"irracional".

Esta parte más emocional proviene de creencias inconscientes y

patrones que hemos aprendido que, si no observamos,
entendemos y regulamos en nosotros, nos van a traer muchos
problemas de pareja.

Hay una imagen que a mi me gusta mucho para representar estas

partes emocionales o "niños" en acción:

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Conectar con nuestras heridas y creencias inconscientes es
conectar con nuestros niños. Y relacionarnos desde los niños
heridos es garantía de relación tormentosa.

Los niños heridos demandan de más.

Los niños heridos no entienden de límites ni saben ponerlos.
Los niños heridos explotan contra el otro.
Los niños heridos exigen del otro lo que hubieran necesitado.
Los niños heridos quieren ganar...
...o se dejan siempre perder.
Los niños heridos no saben expresar claramente sus emociones.

Busca ser adulto en tus relaciones.

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