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UNIVERSIDAD MARIANO GALVEZ DE GUATEMALA

CIENCIAS JURIDICAS Y SOCIALES


Oratoria forense
Lic. AMERICO RONALDO ROMPICH CUC

TEMA: SOFISMO

Denis Arnoldo Juarez Ortiz


Carnet No. 7551-21-20329

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Introducción
Sofismo

Cuando se trata de debate, hay muchas formas de dar valor o significado a lo que
queremos decir. Desde el tiempo remoto de la antigua Grecia, donde los humanos han
tratado de comprender el mundo que lo rodea. El argumento se realiza a través del
silogismo, y la forma en que la verdad se logra a través del razonamiento lógico es
completamente necesario. Pero, ¿qué son los sofismos? ¿Realmente funcionan como
argumentos válidos? Todo esto y más se conocerá a continuación.

El sofismo se conoce como un error de argumento o razonamiento incorrecto, formulado


con el objetivo de engañar a los enemigos. En cuanto a la etimología, el sofismo o el
sofismo, derivado de la palabra sofista, de Grecia de Sophía, que significa "sabiduría" y
sofos que revelaron "sabio". Sin embargo, el sofismo puede determinar todo el
razonamiento incorrecto, en la lógica, el sofismo se refiere específicamente al
razonamiento que parece correcto, pero no. Un ejemplo bastante común de sofismo es el
argumento: "Todas las mujeres se comportan mal".

El sofismo también se puede identificar con todos los sinónimos que están de acuerdo
con el fraude, como: apariencia, fraude, falsedad y más. Por lo tanto, es importante que
siempre se dé cuenta de lo que la otra persona usa sobre su argumento. Porque siempre
estará expuesto al sofismo. Y cuando alguien lo usa, es una buena oportunidad para
discutir.
Se conoce como sofisma al argumento o raciocinio falso, formulado con la finalidad de
inducir al adversario en error.

En cuanto a su etimología, sofisma proviene de la palabra sofista, de origen griego sophía


que significa “sabiduría” y sophos que expresa “sabios”.

Sofisma puede designar a todo razonamiento erróneo pero en lógica, un sofisma se


refiere específicamente a los razonamientos que aparentan ser correctos pero no lo son.

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Sofismo

Cuando se trata de argumentar, existen muchas formas de poder brindarle valor o sentido
a lo que queremos decir. Desde los tiempos remotos de la antigua Grecia, en los que el
hombre intentaba comprender el mundo que lo rodeaba. Los argumentos plasmados a
través de silogismos, y la manera cómo se llegaba a una verdad a través de un
razonamiento lógico eran completamente necesarios. Pero ¿qué son los sofismos?
¿Sirven realmente como un argumento válido? Todo esto y mucho más, se sabrá a
continuación.

¿Qué es un sofismo?
Al sofismo se le conoce como falacia de argumento o razonamiento falso, formulado con
el objetivo de engañar al adversario. En cuanto a su etimología, sofismo o sofisma deriva
de la palabra sofista, de origen griego sophía que significa «sabiduría» y sophos que
expresa «sabio». El sofismo puede designar todo razonamiento incorrecto, sin embargo,
en lógica, los sofismos se refieren específicamente al razonamiento que parece ser
correcto, pero no lo es. Un ejemplo bastante común de sofismo es el argumento: «Todas
las mujeres se portan mal».

Los sofismos también pueden identificarse con todos aquellos sinónimos


correspondientes al engaño, como pueden ser: apariencia, engaño, falsedad, y muchos
más. Por lo que, es importante que siempre se esté al tanto de lo que usa el interlocutor
para razonar sobre sus argumentos. Ya que siempre se estará expuesto a los sofismas. Y
cuando una persona hace empleo de ellos, es una buena oportunidad para contra
argumentar. Otro ejemplo claro de sofismo es cuando se parte de la siguiente premisa:
Los perros rottweiler son peligrosos / Un perro rottweiler es cariñoso / no es un rottweiler.

Tipos de sofismas
Al existir tantas formas de confundir a una persona según el contexto y demás variables,
es normal pensar que existen una gran variedad de sofismas. Uno de ellos, es el sofisma
de accidente. Este ocurre cuando una persona intenta confundir o apuntar acciones
accidentales con las esenciales, por ejemplo: “Si ayer me fue bien, hoy también”. También
existe el sofisma de ignorancia de la causa, que plantea que la verdadera causa de algo,
no es definida como tal, y se reemplaza por otra causa totalmente distinta, por ejemplo:
“Su accidente fue castigo divino”.

Sofisma de ignorancia de la cuestión, ocurre cuando una persona ignora una proposición
alegando otra que no tiene nada que ver con la primera: “No me prestas atención / Pero si
siempre estoy contigo”. El sofisma de petición de principio, es un tipo de argumento que
utiliza un hecho primario sin demostrar, para llegar a conclusiones. Por ejemplo: “Como
soy el que más vende, mi negocio es el más exitoso”. También existe el sofisma de

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círculo vicioso, y sucede cuando una proposición secundaria es probada con una
proposición inicial: “Si no tienes dinero, es porque no has vendido nuestros productos”.

También, existe el sofisma por falsa generalización, y ocurre cuando generalizamos a un


grupo por características propias de un individuo.

Diferencias entre sofismo y falacia


Aunque si bien es cierto que ambos términos suelen usarse como sinónimos, es
importante tener muy en claro sus diferencias. Por un lado, los sofismos son un tipo de
argumentación que aparenta ser cierta, pero que parte de razonamientos lógicos erróneos
y son empleados para confundir al interlocutor. Este tipo de razonamientos suelen
confundirse con aparentes silogismos. Sin embargo, realmente lo que se intenta es
defender una idea errónea a partir de hechos o premisas que, aunque puedan ser
verdaderas o falsas, la conclusión es errónea.

Por otro lado, las falacias son una declaración o afirmación sobre un razonamiento
erróneo, pero que se expone como una verdad absoluta. Esto suele presentarse en mayor
o menor medida, a través del radicalismo de creencias de cualquier tipo, en la cual, todo
lo que no pertenezca a un sistema de creencias personal, significa que están errados o
equivocados. Estas suelen enmascarar engaños o estafas, pero las mismas son
propuestas como una verdad absoluta, por lo que se debe tener cuidado y saber
identificarlas.

¿Qué significa ser sofista?


La acepción de “sofista” ha cambiado a lo largo de la historia. La misma tiene comienzo
en la Antigua Grecia, con los pensadores griegos que eran expertos en la retórica, el uso
de las palabras, su significado y los efectos que pueden tener dentro de una sociedad. En
principio, un sofista era considerado una persona de instrucción, que podía cumplir
funciones como orientador o guía en el uso de las palabras y la retórica. Y así formar e
instruir a las personas. No obstante, a raíz de la filosofía de Sócrates y Platón, el término
de sofista se fue acuñando hacia cosas negativas.

¿Por qué? Porque acusaban a los sofistas de utilizar la retórica a su conveniencia,


presentando argumentos o ideas que eran falsas. Pero que, a través de premisas
plausibles, se engañaba y convencían al interlocutor de ser verdad. Es decir, los
acusaban de manipular a las personas a su antojo. Es por ello que los sofistas pasaron de
ser guías y maestros, a ser considerados como promulgadores de mentiras y argumentos
falsos presentados como una verdad absoluta. Y es lo que significa, hoy en día, este
término.

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Principales sofistas en la historia
Los sofistas nacen en la Antigua Grecia, en la Atenas democrática en el siglo V a.C.
Fueron muchos los que, en su momento, se consideraban sofistas. Sin embargo, sólo
mencionaremos algunos que fueron muy populares en su momento. El primero de ellos es
Protágoras de Abderas, que fue de los principales sofistas del siglo V a.C. Fue un de
ambulante y viajero que se paseaba por Grecia enseñando a las personas sobre el arte y
las proezas de la retórica, y por este servicio cobraba altas tarifas.

Es de mencionar que, junto con Gorgias, fueron los únicos sofistas que Platón y
Aristóteles llegaron a respetar. Y hablando de Gorgias de Leontino, diremos que fue un
discípulo de Empédocles, y también conoció el pensamiento de Parménides. Por lo que,
con el tiempo, fue conocido como otro de los maestros de la retórica, reconocido como un
sofista respetado incluso como filósofo de la época por sus detractores. Otro sofista de
renombre, fue Pródico de Ceos, amante de la gramática y la retórica propiamente, aunque
sus obras no sobrevivieron con el tiempo.

Ejemplos de sofismos
Para tener clara la idea de lo que son sofismos, no hay mejor manera de representarlos a
través de ejemplos sencillos. Por ejemplo, uno muy popular es el siguiente: “A los perros
les gusta pasear, a mí también me gusta pasear, por lo tanto, soy un perro”. Aunque
parezca un ejemplo demasiado obvio o tonto, la realidad es que muchas personas suelen
relacionarse con cosas que no tienen ninguna lógica, como, por ejemplo, los signos
zodiacales. “A los Capricornio les encanta ser sociables, como yo soy sociable, entonces
soy capricornio”.

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Conclusión

El sofismo puede considerarse como silogismo distorsionado, es decir, una


exposición de requisitos previos falsos o verdaderos, cuya conclusión no es
adecuada, que tiene como objetivo proteger y confundir al interlocutor. Por
ejemplo: todos los hombres son mortales / gato son mortales / hombres

El sofismo puede ser visto como un silogismo viciado, por medio de la


exposición de las premisas falsas o verdaderas y conclusiones que no adecuan
en si mismas con la finalidad de poder defender algo y poder confundir lo
contrario

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