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5.1. DIFERENCIAS DE ESTILO


 [G-78] J.D. Salinger, (The Catcher in the Rye, 1945): El guardián entre el
centeno. Traducción de Carmen Criado. El Libro de Bolsillo, Alianza Editorial,
Madrid, Primera edición, 1978. Vigésima reimpresión, 1995.

 [G-07] J.D. Salinger, (The Catcher in the Rye, 1945): El guardián entre el
centeno. Traducción de Carmen Criado. El Libro de Bolsillo, Alianza Editorial,
Madrid, Segunda edición revisada, 2007. Tercera reimpresión, 2012.

5.1. Diferencias de Expresión

§ 1. Orden de palabras en la frase

§ 2. Insultos

§ 3. Conjunciones: subordinación / yuxtaposición

§ 1. Orden de palabras en la frase

Ya se dijo en otro momento que el español es una lengua SVO porque la colocación
de los elementos fundamentales de la frase (Sujeto, Verbo, Objeto) más frecuente,
más común y, por tanto, más natural en español es la del Sujeto gramatical en primer
lugar (de diferentes clases de argumento: Agente, Instrumento, Tema), luego el Verbo
y cerrando la frase el Objeto gramatical (de distintas clases de argumento: Tema,
Destinatario, Circunstancia).

Por eso es más destacable y significativo el elemento que ocupe una posición
distinta de la que habitualmente le es propia según su función en la frase.

Los ejemplos de (1-3) son una clara manifestación de esa función enfática
mediante la dislocación de un elemento respecto de su posición más natural.
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(1)a. Acaba de comprarse un «Jaguar», uno de (1)b. Acaba de comprarse un Jaguar. Uno de
esos cacharros ingleses que se ponen en las esos cacharros ingleses que se ponen como a
doscientas millas por hora como si nada. trescientos kilómetros por hora. Casi cuatro mil
Cerca de cuatro mil dólares le ha costado. dólares le ha costado.

(2)a. El primer bailarín no puede salir a (2)b. El primer bailarín no puede salir a escena.
escena. Tiene una curda monumental. ¿A Está como una cuba. ¿Así que a quién llaman
quién llaman para reemplazarle? A mí. Al hijo para reemplazarle? A mí, a mí es a quien
del gobernador. llaman. Al puñetero hijito del gobernador.

(3)a. Selma Thurmer, la hija del director, sí iba (3)b. Selma Thurmer —la hija del director— iba
con bastante frecuencia, pero, vamos, no era a los partidos con bastante frecuencia, pero no
exactamente el tipo de chica como para era exactamente el tipo de chica como para
volverle a uno loco de deseo. Aunque volverte loco de deseo. Aunque era bastante
simpática sí era. simpática.

En el ejemplo de (1) la anteposición del Tema, que deja el verbo en posición


final, manifiesta una consideración ‘enfática’ que se evidencia por contraste con el
orden lógico: ‘le ha costado cerca de cuatro mil dólares’, ‘le ha costado casi cuatro mil
dólares’.

El efecto enfático de (2b) se aprecia mejor por contraste con las siguientes
alternativas:

 ¿A quién llaman para reemplazarle? Me llaman a mí. [más común y natural]

 ¿A quién llaman para reemplazarle? A mí. [con el énfasis de la elipsis]

 ¿A quién llaman para reemplazarle? A mí, a mí es a quien llaman. [con el


énfasis de la dislocación y reiteración con verbo final]

En (3) contrasta el tono tajante del orden lógico de la versión (b) frente a la
propuesta enfática de (a) en ‘Aunque simpática sí era’ cuya fuerza se recoge en el
‘bastante’ de (b).

Los ejemplos de (4-6) son parecidos a los anteriores.


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(4)a. No me acuerdo muy bien de qué pasó (4)b. De lo que pasó después no me acuerdo
después. Lo único que recuerdo es que salté muy bien. Todo lo que sé es que me levanté de
de la cama como si tuviera que ir al baño o la cama como si tuviera que ir al baño o algo
algo así y que quise pegar con todas mis así y que luego quise atizarle con todas mis
fuerzas en el cepillo de dientes para fuerzas justo en el cepillo de dientes para
clavárselo en la garganta. clavárselo en la garganta.

(5)a. Esos tíos como Morrow que se pasan el (5)b. Esos tíos como Morrow que no hacen más
día atizándole a uno con la sana intención de que atizar a la gente en el culo con su toalla —
romperle el culo, resulta que no se limitan a con la intención de hacer daño a alguien— no
ser cabrones de niños. Luego lo siguen se limitan a ser unos cerdos de críos. Siguen
siendo toda su vida. siéndolo toda su vida.

(6)a. Era aún bastante temprano. No estoy (6)b. Aún era bastante temprano. No estoy
seguro de qué hora sería, pero desde luego seguro de qué hora sería, pero no era
no muy tarde. demasiado tarde.

En (4) se aprecia cómo en (a) se enfatiza el evento ‘No me acuerdo muy bien’,
que aparece antepuesto; mientras que en la versión de (b) es el argumento tema ‘De
lo que pasó después’ lo enfatizado porque es lo dispuesto en primer lugar de la frase.

En (5) la solución se invierte, con el pronombre antepuesto en (a), ‘lo siguen


siendo’; o bien pospuesto en (b): ‘siguen siéndolo’.

Como en (6), donde contrasta la elipsis del verbo atributivo en (a), ‘desde luego no
[era] muy tarde’ frente a la expresión explícita y lógica de (b): ‘no era demasiado
tarde’.

Los casos de (7-9) permiten hacer algunas observaciones nuevas.

(7)a. Cuando se fue me puse a mirar por la (7)b. Cuando se fue me puse a mirar un rato
ventana sin quitarme el abrigo ni nada. por la ventana con el abrigo puesto y todo.

(8)a. Pero, como les decía, escribí la (8)b. Bueno, pues sobre eso fue sobre lo que
redacción sobre el guante de béisbol de escribí la redacción de Stradlater. Sobre el
Allie. guante de béisbol de Alije.

(9)a. Me costó mucho dormirme porque ni (9)b. Me costó mucho dormirme, —ni siquiera
siquiera estaba cansado, pero al fin lo estaba cansado— pero al final me dormí.
conseguí. Lo único que de verdad tenía Aunque lo que de verdad tenía ganas de hacer
ganas de hacer era suicidarme. era suicidarme.
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(10)a. Brossard era un maniático del bridge y (10)b. Brossard era un adicto al bridge y
empezó a buscar a alguien con quien jugar empezó a buscar por todo el dormitorio a
por toda la residencia. alguien con quien jugar una partida.

En (7) las diferencias de disposición de los elementos se deben al uso de piezas


léxicas diferentes que focalizan el énfasis en un elemento distinto: el evento,
antepuesto en (a): ‘sin quitarme el abrigo ni nada’; o bien el tema, que es el elemento
antepuesto en (b): ‘con el abrigo puesto y todo’.

En (8) el contraste de énfasis es más violento en (b) porque se funda en dos


intervenciones: 1º, la famosa dislocación a la izquierda, no tan común en español,
‘sobre eso fue sobre lo que escribí la redacción de Stradlater’, con un pronombre de
referente posterior; y 2º, la reiteración o especificación del referente pronominal
anterior: ‘Sobre el guante de béisbol de Alije’. Lo mismo que en el ejemplo de (9): ‘Lo
único que de verdad tenía ganas de hacer era suicidarme’.

En la versión (a) de (10) es el destinatario, que sigue al verbo, lo enfatizado:


‘buscar a alguien con quien jugar por toda la residencia’; en contraste con (b), donde
es el lugar lo que se pone de relieve colocándolo adyacente al verbo: buscar por todo
el dormitorio a alguien con quien jugar una partida.

Los ejemplos de (11) manifiestan diferentes soluciones en la colocación del


adverbio complementador de un adjetivo o del adjetivo de un nombre.

(11)a. (11)b.

—¡Vamos, jefe! —dijo Maurice. Luego me dio —Vamos, jefe —dijo Maurice. Luego me dio
un empujón con toda la manaza. Tenía tanta un empujón con toda la manaza. Casi me
fuerza el muy hijoputa que por poco me caigo caigo sentado, era un hijo de puta enorme.
sentado.

Su hijo era sin lugar a dudas el hijoputa mayor Su hijo era sin lugar a dudas el mayor
que había pasado jamás por el colegio. hijoputa que había pasado por Pencey en
toda la asquerosa historia del colegio.

El muy cabrón daba hasta un poco de lástima. Era imposible no sentir un poco de lástima
por ese pobre hijo de puta.
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Independientemente de la versión, (a) o (b), se observa el contraste entre la


anteposición como en los casos siguientes: el muy hijoputa, El muy cabrón, el mayor
hijoputa, o ese pobre hijo de puta. O bien la posposición como en ‘un hijo de puta
enorme’.

Evidentemente, la lengua utilizada con tonos ponderativos, y a veces


grandilocuente y algo engolada hace que la anteposición, con énfasis, sea más
abundante porque hemos de tener presente que estamos ante alguien, Holden
Caulfield, que, según él mismo, aparenta ser mayor de lo que es, tanto en sus acciones
como en sus reflexiones y juicios sobre el entorno y las personas que le rodean.
Alguien que se atreve a pedir bebidas alcohólicas en el bar, según se desprende de
(12), como si tuviera veintiún años. Aunque los demás consideran que tiene cosas de
un ‘crío’ de trece o de doce años, según (13).

(12)b. La rubia era monilla, así que empecé a echarle miradas insinuantes, pero en ese
momento llegó el camarero a preguntarme qué quería tomar. Le dije que me trajera un
whisky con soda y que no lo mezclara, y lo dije a toda prisa porque como empieces a titubear
enseguida piensan que tienes menos de veintiún años y no te sirven bebidas alcohólicas. Pero
aun así tuve un problema.
—Lo siento, señor —dijo—, pero ¿tiene algún documento que acredite su edad? ¿El carné de
conducir, por ejemplo?
Le lancé una mirada gélida, como si me hubiera ofendido en lo más vivo, y le pregunté:
—¿Es que parezco menor de veintiún años?
—Lo siento, señor, pero tenemos nuestras...
—De acuerdo, de acuerdo —le dije. Decidí dejarlo correr—. Tráigame una coca-cola.
Ya se iba cuando le llamé:
—¿No puede ponerle un poquito de ron o algo así? —le pregunté. Se lo dije de muy buenos
modos y todo eso—. No puedo estar en un sitio tan hortera como éste completamente
sobrio. ¿No puede ponerle un poquito de ron o algo así?
—Lo siento, señor —dijo. Y se largó. Pero no le culpé por eso. Si les pillan sirviendo bebidas
alcohólicas a un menor, se quedan sin trabajo. Y yo soy un puñetero menor.

(13)b. Entonces tenía dieciséis años y ahora tengo diecisiete, pero a veces parece que tuviera
trece. La verdad es que es bastante paradójico, porque mido un metro ochenta y siete y tengo
canas. De verdad. Todo un lado de la cabeza —el derecho—, lo tengo lleno de millones de
canas. Las tengo desde que era un crío. Y sin embargo a veces me comporto como si tuviera
doce años.
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Por eso el énfasis de la dislocación en el orden de los elementos de la frase es


tan oportuno para destacar esas condiciones de ponderación, de grandilocuencia y
algo de engolamiento literario del idiolecto del personaje.

En (14-15) se confirma que la dislocación no depende de la versión ni de la


función del elemento.

(14)a. No hay sala de fiestas en el mundo (14)b. No hay una sala de fiestas en el mundo
entero que se pueda soportar mucho entero en que puedas estar mucho tiempo a
tiempo a no ser que pueda uno menos que puedas beber y emborracharte. O a
emborracharse o que vaya con una mujer menos que vayas con una chica que de verdad
que le vuelva loco de verdad. te vuelva loco.

(15)a. ¡Jo! A veces le ponía a uno nervioso. (15)b. Jo, qué nervioso te ponía a veces.

En (14) es un elemento de reafirmación, que aparece a la derecha en (a) o a la


izquierda en (b); y en (15) es una locución adverbial situada a la izquierda en (a) o bien
a la derecha en (b), donde el énfasis se manifiesta en la construcción exclamativa: ‘qué
nervioso te ponía’

El ejemplo de (16) es algo largo porque requiere disponer de texto suficiente


para una adecuada interpretación.

(16)a. Pero, como iba diciendo, antes de (15)b. Bueno, pues antes de llegar al hotel iba
volver al hotel pensé entrar en un bar que a entrar en un bar cochambroso, pero
encontré en el camino y que era bastante entonces salieron un par de tipos
cochambroso, pero en el momento en que completamente borrachos y me preguntaron
abría la puerta salieron un par de tíos si sabía dónde estaba el metro. Uno de ellos,
completamente curdas y me preguntaron si que tenía pinta de cubano, me echó un
sabía dónde estaba el metro. Uno de ellos aliento apestoso en la cara mientras le daba
que tenía pinta de cubano, me echó un las indicaciones. Decidí no entrar siquiera en
alientazo apestoso en la cara mientras les ese maldito bar. Sólo volví al hotel. (p. 126)
daba las indicaciones. Decidí no entrar en
aquel tugurio y me volví al hotel. (pp. 101-
102)

A pesar de lo que ocurre en otros muchos ejemplos estudiados hasta ahora, la


versión de (16b) no mejora en absoluto la de (16a).
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Primero porque el tiempo en pretérito de la frase prefiere el demostrativo


‘aquel’, de situación remota, como en (a): ‘Decidí no entrar en aquel tugurio’.

Y segundo, por la ambigüedad de ‘Sólo volví al hotel’. ¿En qué sentido?

 b. ‘Sólo [solamente] volví al hotel.’

 c. ‘Volví solo al hotel’ [¿sin compañía?, no parece coherente]

 d. ‘Y [sin más] volví al hotel’ [coherente con (a): y me volví al hotel]

Parece preferible la versión de (16a) o cualquiera de las dos variantes últimas (d)
propuestas para (16b): ‘■ Y [sin más] volví al hotel’ ■ y me volví al hotel.

§ 2. Insultos

En el léxico de los insultos con que se despacha Holden Caulfield, como un color
particular de su idiolecto, se puede distinguir entre expresiones groseras, una docena,
que alterna y se repite, y expresiones soeces, tres palabras, que se repiten a
discreción.

Antes de continuar, conviene hacer algunas precisiones o destacados al


respecto:

 El uso, más o menos abundante, y a veces sin sentido literal, como mera
expresión ponderativa de este tipo de léxico es un rasgo de la lengua juvenil o
adolescente.

 Cualquier joven de nuestro entorno y de la condición social de Holden Caulfield


o algo inferior hace un uso de un léxico de este género mucho más rico y
abundante.

 Holden Caulfield es un muchacho de los años cuarenta y de la sociedad ‘bien’,


real o imaginada, ‘un puñetero hijito del gobernador’:
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o “El primer bailarín no puede salir a escena. Está como una cuba. ¿Así
que a quién llaman para reemplazarle? A mí, a mí es a quien llaman. Al
puñetero hijito del gobernador”.

 Si este color, que se manifiesta en el uso de léxico del insulto, es demasiado


intenso o demasiado desvaído no toca dilucidarlo aquí, sino en la crítica
literaria según sus parámetros de evaluación al respecto.

Hechas estas precisiones vamos a hacer algunas observaciones sobre el léxico del
insulto usado en las versiones españolas (a), de 1978, y (b), de 2007, de El Guardián…

1. Expresiones groseras o malsonantes

En el ámbito de las expresiones que se pueden considerar como ‘groseras’ se


incluyen las siguientes: asqueroso, cochino, cretinada, cretino, gilipolleces, hortera,
jorobar, ¡no jorobes!, marrano, paleto, puñeta(s), puñetero/a, tarado, tontada, tonto,
tonterías.

Pero lo interesante no es la lista de estas palabras sino el uso que de ellas se


hace en las versiones (a) o (b) de El Guardián…en español, según se desprende ded las
cifras y destacados de la tabla (1) siguiente.

(1). Uso de los ‘insultos’ en las versiones (a) o (b) de El Guardián…en español

INSULTOS (a) 1978 (b) 2007

tont-X... 24 16

cretin-X… 17 22

puñeta 15 17

tarado 12 0

asquerosa 5 62

jorobar 5 0
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gilipolleces 4 2

hortera 4 18

marrano 4 1

cochino 3 1

paleto 2 0

puñet-X... 2 3

En el cuadro anterior hemos hecho algunos destacados:

 En la versión (b) aumenta el uso de las palabras asqueroso, cretinada, cretino,


cretinos, hortera.

 Disminuye el uso de palabras de la familia de tont-X.

 Y dejan de usarse en (b) palabras como paleto, tarado y jorobar.

A título de muestra se han coleccionado en (2) todas las apariciones de


‘jorobar’ en la versión (a) y su manifestación correspondiente, destacada, en la
versión (b).

(2)a. (2)b.

—¡No jorobes, Holden! —dijo Stradlater. No (2)b. —¡Estate quieto, Holden, por el amor
tenía ganas de bromas porque estaba de Dios! —dijo Stradlater. Él no tenía ganas
afeitándose—. de hacer el indio porque estaba
afeitándose y todo eso—.

Dejó la máquina de afeitar. De pronto Dejó la maquinilla de afeitar y de pronto


levantó los brazos y me obligó a soltarle. levantó los brazos y me obligó a soltarle.
Tenía muchísima fuerza y yo soy la mar de Era un tío muy fuerte. Yo soy muy débil.
débil.
—¡Ahora deja de fastidiar! —dijo.
—¡A ver si dejas ya de jorobar! —dijo.

—¿Te ha dicho que jugábamos a las damas —¿Te ha dicho que jugábamos a las damas
todo el tiempo? todo el tiempo o algo de eso?
—Yo qué sé. ¡Y no jorobes más, por Dios! —No lo sé. Por el amor de Dios, sólo acabo
Sólo acabo de conocerla. de conocerla —dijo Stradlater.
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—¡Deja ya de hacer el indio! —le dije—. —Estate quieto —le dije—. ¿Adónde has
¿Adónde la has llevado? ido con ella si no habéis ido a Nueva York?
—A ninguna parte. No bajamos del coche. —A ninguna parte. Sólo hemos estado en
el puñetero coche.
Volvió a darme otro puñetazo en el hombro.
Volvió a darme jugando otro estúpido
—¡Venga, no jorobes! —le dije—. ¿Del coche
puñetazo en el hombro.
de quién?
—Estate quieto —le dije—. ¿En el coche de
—De Ed Banky.
quién?
—De Ed Banky.

Oye, y tú ¿cuántos años tienes? No sé por Oye, ¿cuántos años tienes? No sé por qué
qué pero aquella pregunta me molestó pero aquella pregunta me molestó
muchísimo. muchísimo.
— ¡Venga, mujer! ¡No jorobes! Tengo doce — ¡Cielo santo! No lo estropees. Tengo
años, pero ya sé que represento un poco doce años, por Dios vivo. Pero soy muy alto
más. para mi edad.
—Oye. Ya te lo he dicho antes. No me gusta —Oye. Ya te lo he dicho. No me gusta esa
esa forma de hablar. Si sigues diciendo forma de hablar —dijo—. Si vas a seguir
palabrotas, voy a sentarme con mis amigas y hablando así, iré a sentarme con mis
asunto concluido. Me disculpé a toda prisa amigas. Conque ya lo sabes. Me disculpé
porque la orquesta empezaba a tocar una como un loco porque la orquesta
pieza rápida. empezaba a tocar una pieza rápida.

Los datos se reúnen para poder apreciar mejor el uso y la función de esta clase
de palabras, de insultos con expresiones groseras, en las dos versiones, que se
usaron en (a), y que se sustituyen por otras expresiones no marcadas como
‘groseras’.

Las diferencias entre las versiones (a) y (b) son cualitativas, tal como se
evidencia en el cuadro siguiente, con los datos reducidos a su mínima expresión.

(2)a. (2)b. (2)c.

—¡No jorobes, Holden! (2)b. —¡Estate quieto, —¡No jodas, Holden!


Holden, por el amor de Dios!

—¡A ver si dejas ya de —¡Ahora deja de fastidiar! —¡A ver si dejas ya de joder!
jorobar! —dijo. —dijo. —dijo.

—Yo qué sé. ¡Y no jorobes —No lo sé. Por el amor de —Yo qué sé. ¡Y no jodas más,
más, por Dios! Dios, por Dios!
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—¡Venga, no jorobes! —le —Estate quieto —le dije—. —¡Venga, no jodas! —le
dije—. dije—.

— ¡Venga, mujer! ¡No — ¡Cielo santo! No lo — ¡Venga, mujer! ¡No jodas!


jorobes! estropees.
Si sigues diciendo palabrotas,
Si sigues diciendo Si vas a seguir hablando así, voy a sentarme con mis
palabrotas, voy a sentarme iré a sentarme con mis amigas y asunto concluido.
con mis amigas y asunto amigas.
concluido.

Hay tanta diferencia entre (2b) y (2a) que resulta difícil aceptar la coherencia en
(2b) de la apostilla ‘Si vas a seguir hablando así, iré a sentarme con mis amigas’ de un
personaje, porque al cambiar ‘¡No jorobes!’ por ‘No lo estropees.’ la expresión deja de
ser malsonante. Las alternativas hipotéticas de (2c), más actuales que las de (2a),
mantienen la calificación gramatical de registro, son de uso extendido, y respetarían la
coherencia de la apostilla citada.

En (3) se reúnen algunos ejemplos de otras palabras usadas como insulto, en


las dos versiones la misma palabra; o bien palabras diferentes en cada versión, sin más
especialización aparente que la que manifiestan las cifras de la tabla (1) anterior.

(3)a. (3)a.

Me quité la chaqueta y la corbata, me Me quité la chaqueta y la corbata, me


desabroché el cuello de la camisa y me puse desabroché el cuello de la camisa y luego me
una gorra que me había comprado en Nueva puse una gorra que me había comprado en
York aquella misma mañana. … Así que me la Nueva York esa misma mañana. … La llevaba
puse y le di la vuelta para que la visera quedara con la visera vuelta hacia atrás —muy
por la parte de atrás. Una horterada, lo hortera, lo reconozco, pero me gustaba así—
reconozco, pero me gustaba así. La verdad es .
que me sentaba la mar de bien.

Algún imbécil había ido tirando cáscaras de Algún imbécil había tirado cáscaras de
cacahuetes por todas las escaleras y no me cacahuetes por todas las escaleras y no me
rompí una pierna de milagro. rompí la crisma de milagro.

Lo que hizo después fue pegarme bien fuerte Lo que hizo después fue golpearme muy
en el pijama. No les diré dónde me dio, pero fuerte en el pijama. No les diré dónde me
me dolió muchísimo. Le dije que era un cerdo y dio, pero me dolió como un demonio. Le dije
un tarado. que era un cretino y un cerdo asqueroso—.
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No recuerdo exactamente lo que le dije Ni siquiera me acuerdo de todo lo que le


después, pero fue algo así como que creía que dije. Le dije que se creía que podía tirarse a
podía tirarse a todas las tías que le diera la quien le diera la gana. Le dije que no le
gana y que no le importaba que una chica importaba siquiera que una chica dejara
dejara todas las damas en la última fila ni nada, todas las damas en la última fila ni nada, y
porque era un tarado. Le ponía negro que le que no le importaba porque era un cretino
llamara «tarado». No sé por qué, pero a todos asqueroso. Le reventaba que le llamaras
los tarados les revienta que se lo digan. cretino. A todos los cretinos les revienta que
les llames cretinos.

En casos como estos de (3) se mantiene el léxico del mismo género y grado de
intensidad funcional. Se repiten en las dos versiones o usan formas sinónimas, salvo en
el caso de ‘tarado’, que desaparece en (b), tal como hemos destacado.

Veamos ahora el uso de las que hemos llamado expresiones ‘soeces’.

2. Expresiones soeces

Las cifras de uso de los tres insultos soeces que aparecen en El Guardián…en
español se reúnen en la tabla de (4) para que se puedan apreciar mejor las diferencias.

 (4). Uso de los ‘insultos soeces’ en las versiones (a) o (b) de El Guardián…

INSULTOS ‘SOECES’ (a) 1978 (b) 2007

cabrón 25 0

hijo de puta 2 17

hijoputa 11 9

La primera observación que se puede hacer con los datos de (4) es que el
insulto ‘cabrón’, usado con abundancia en (a), desaparece en la versión de (b).
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(5)a (5)b

Tardé un poco en contestarle. A ese tipo de Tardé un poco en contestarle. A algunos


cabrones les conviene un poco de suspense. desgraciados como Stradlater les viene bien un
poco de suspense.

Le dije que iba con Mal Brossard. Le dije que iba Mal Brossard. Dijo:
—Ese cabrón... Bueno. Espera un segundo. —Ese desgraciado... Bueno. Espera un
segundo.
Cualquiera diría que le estaba haciendo a
uno un favor. Cualquiera diría que te estaba haciendo un
gran favor.

—¡Claro que hay que ser católico! ¡Cabrón! —Pues claro que hay que ser católico. Eres un
¿Y me despiertas para preguntarme esa desgraciado, ¿me despiertas para preguntarme
estupidez? esa estu...?

Cuando me iba, ya con maletas y todo, me Cuando me iba, ya con mis maletas y todo, me
paré un momento junto a las escaleras y paré un momento junto a las escaleras y miré
miré hacia el pasillo. Estaba a punto de por última vez aquel maldito pasillo. Estaba
llorar. No sabía por qué. Me calé la gorra de casi llorando. No sé por qué. Me puse la gorra
caza roja con la visera echada hacia atrás, y de caza roja con la visera echada hacia atrás,
grité a pleno pulmón: «¡Que durmáis bien, como a mí me gustaba, y grité a todo gritar:
tarados!» Apuesto a que desperté hasta al «¡Que durmáis bien, cretinos!». Apuesto a que
último cabrón del piso. Luego me fui. desperté hasta al último hijoputa del piso.
Luego me largué de allí.

(6)a (6)b

El muy cabrón daba hasta un poco de Era imposible no sentir un poco de lástima por
lástima. ese pobre hijo de puta.

A lo mejor hasta sabía qué clase de cabrón Parecía como si tuviera una idea bastante
tenía por hijo. aproximada del hijo de puta que tenía por hijo.

—Te digo que es un cabrón. Un cabrón y un —Te digo que es un hijo de puta. Un hijo de
creído. puta y un creído.

— ¡Jo! No aguanto a ese cabrón. Es que no le Jo, no aguanto a ese hijo de puta. De verdad.
trago. Es que no lo soporto a ese hijo de puta.

De los ejemplos de (5-6) se deduce que el uso de ‘cabrón’ en la versión (a) se


sustituye por diferentes términos en (b) según el grado del insulto, con menos fuerza o
intensidad insultadora, ‘desgraciado’, con más intensidad, ‘hijoputa’ o con intensidad
máxima, ‘hijo de puta’.
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En los ejemplos de (6) se aprecia con claridad la acentuación de la ‘mala


intención’ y el desprecio, con reiteración (—Te digo que es un hijo de puta. Un hijo de
puta y un creído.), o por expresión literal de la aversión que siente por el otro (Jo, no
aguanto a ese hijo de puta. De verdad. Es que no lo soporto a ese hijo de puta.).

Sobre el sentido y la función insultadora de ‘hijo de puta’ y su variante


‘hijoputa’ no hay que añadir mucho a la abundante información localizable en la red.
Facilitamos aquí algunos párrafos muy claros al respecto y recomendamos todo el
artículo de Wikipedia, de libre disposición, aunque no por ello menos riguroso:

 Hijo de puta es una expresión soez y un disfemismo que se utiliza habitualmente como
insulto, aunque tiene también otras connotaciones en función del contexto en que se
pronuncie.

 La evolución del término, y su integración en el lenguaje habitual, ha llevado a un uso


menos peyorativo del mismo, que incluso, y según varias sentencias judiciales, no es
considerado un insulto a efectos legales, al menos en España. La locución nominal
"hijo de puta" está considerada uno de los tacos o insultos más utilizados en lengua
castellana.

 En los últimos tiempos, se han producido algunas variaciones de la expresión, como el


vulgarismo hijo puta y sus contracciones apocopadas hijoputa y joputa, utilizadas con
cierta asiduidad incluso en prensa escrita. En Hispanoamérica (particularmente en la
zona del Caribe y América Central), ha proliferado el uso de jue'puta, como
consecuencia también de una vulgarización de la original.

(de ttp://es.wikipedia.org/wiki/Hijo_de_puta)

En este sitio de la red se precisa que en algunos usos y variantes del español, la
expresión puede tener sentido ponderativo o de admiración, y se aduce que “Según el
lingüista José Antonio Millán, la ambivalencia de "hijo de puta" como ofensa y como
encomiástico data ya de la literatura del Siglo de Oro, basándose en la definición de
Gonzalo Correas, quien en su Vocabulario de refranes y frases proverbiales definía Hi
de puta como una expresión que se empleaba «encareciendo o alabando en bien o en
mal».
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Una magnífica definición, la de Gonzalo Correas, no mejorada en la lexicografía


moderna, de los dos sentidos con que se usa el término en muchas variantes del
español actual. En general, las posibilidades dependen de la tradición cultural de cada
variedad de lengua.

En El Guardián…las dos variantes se usan solo con su sentido recto de insultos y en


ninguna de las dos versiones que estudiamos se usan con función encomiástica o
ponderativa.

Solo como referente basta recordar la sanción de uso en el CREA y en el CORPES:

o hijo de puta, en CREA 582 casos en 266 documentos.


o hijoputa, en CREA 93 casos en 38 documentos.

Hijo de puta, 979 casos

Hijoputa , 87 casos.
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Por lo que se ve en estas aplicaciones del CORPES, la forma sintagmática se usa


en todos los territorios de habla hispana, aunque hay que señalar que con diferente
sentido y fuerza interpretativa. Pero la forma contracta, menos usada, casi se puede
decir que solo es propia de la variedad peninsular.

En El Guardián…las dos variantes se usan con diferente fuerza, según se aprecia


en los datos de (7):

(7)a (7)b

De todas formas acabo de decidir que no De todas formas no pienso ir a ningún


quiero ir a ningún monasterio. Con la suerte monasterio. Con la suerte que tengo,
que tengo iría a dar con los monjes más probablemente iría a uno con los monjes
hijoputas de todo el país. peores. Todos unos desgraciados y unos
estúpidos. O sólo unos desgraciados.

—Ese hijoputa de Hartzell te considera un —Ese hijoputa de Hartzell cree que eres un
genio en composición y sabe que somos genio en Lengua y sabe que eres mi compañero
compañeros de cuarto. de habitación.

No me hizo caso. Siguió sujetándome las Pero no quiso hacerlo. Siguió sujetándome las
muñecas mientras yo le gritaba hijoputa muñecas y yo seguí llamándole hijo de puta y
como cinco mil veces seguidas. todo como diez horas.

Su hijo era sin lugar a dudas el hijoputa Su hijo era sin lugar a dudas el mayor hijoputa
mayor que había pasado jamás por el que había pasado por Pencey en toda la
colegio. asquerosa historia del colegio.

—¡Eres un cochino, un tarado y un hijoputa! —Eres un cerdo asqueroso y un cretino y un


—le dije. hijo de puta —le dije.

—¡Vamos, jefe! —dijo Maurice. Luego me —Vamos, jefe —dijo Maurice. Luego me dio un
dio un empujón con toda la manaza. Tenía empujón con toda la manaza. Casi me caigo
tanta fuerza el muy hijoputa que por poco sentado, era un hijo de puta enorme.
me caigo sentado.

Porque, según los datos de (7), el ‘hijoputa’ de (a) se reinterpreta en (b) según
el grado del insulto, con menos fuerza o intensidad insultadora, ‘desgraciado’, con más
intensidad, ‘hijoputa’, o con intensidad máxima, ‘hijo de puta’, lo mismo que se hacía
con ‘cabrón’, desaparecido de (b).
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En algunos casos muy raros, como los de (8), el insulto se manifiesta por la
ironía o el sarcasmo.

(8)a (8)a

—Tranquilo. No tengas miedo que no voy a dormir —Tranquilo. No voy a dormir aquí. No
aquí. No quiero abusar de tu exquisita quiero abusar de tu maldita hospitalidad.
hospitalidad.

—¡Imbécil! Un día te vas a encontrar con… —Te crees muy listo. Pues un día alguien
te va a romper la…

Este procedimiento tampoco depende de la versión, irónica o sarcástica en


‘exquisita’ de (a) o en ‘te crees muy listo’ de (b), en contraposición de las formas
insultadoras estrictas correspondientes de la versión alternativa: ‘maldita’ e ‘¡Imbécil!’.

§ 3. Conjunciones: subordinación / yuxtaposición

Para terminar los apuntes de esta lección, me voy a referir a algunos aspectos
significativos del uso de las conjunciones y de los conectores y, por tanto, de la sintaxis
de la lengua y sus formas de expresión en subordinación o bien en yuxtaposición,
según la terminología clásica.

El asunto de la sintaxis, de la subordinación y de la recursividad de las lenguas


está al rojo vivo por la tesis de Daniel Everett sobre si una lengua natural como el
pirahan o pirahã dispone del procedimiento de la ‘recursividad’ y, por tanto, de la

subordinación.

Este es un asunto para el que la existencia de los materiales de dos versiones


alternativas de una obra, como ocurre en este caso con El Guardián…, constituye un
ámbito inapreciable de investigación y de argumentación.

o Las dos versiones significan o quieren significar lo mismo: el sentido del


texto fuente original.
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o Por tanto, para un mismo enunciado, pretenden significar lo mismo:

 Dos conjunciones distintas de subordinación en (a) y en (b).

 Una conjunción y una locución conjuntiva alternativa, en


relación de subordinación.

 Una conjunción, una locución conjuntiva o un conector más o


menos perifrástico, en relación de subordinación; y una elipsis,
en relación de yuxtaposición.

o Así, la existencia de las dos versiones (a) y (b) de un texto constituye una
fuente de datos inapreciable e incuestionable en la argumentación
empírica fáctica (no introspectiva) sobre estos aspectos esenciales de la
lengua:

 El sentido y la función de las conjunciones, de las locuciones


conjuntivas y de los conectores entre los enunciados del texto.

 Las relaciones entre conjunciones o conectores y elipsis o


conexión elíptica por yuxtaposición de enunciados.

 Las relaciones entre subordinación y yuxtaposición entre las


proposiciones de los enunciados de la lengua.

Veamos algunos ejemplos de estos aspectos en las dos versiones de El


Guardián…, que constituyen el objeto de estudio de estas lecciones.

El sentido de la locución de (1a), perifrástica, por mucho que, se sustituye por la


conjunción aunque, escueta y tajante en (1b).

(1)a. Lo malo de ese tipo de cosas es que, por (1)b. Lo malo era que ese tipo de porquerías,
mucho que uno no quiera, resultan aunque uno no quiera, resultan fascinantes
fascinantes. Por ejemplo, la chica que tenía la de mirar. Por ejemplo, la chica que tenía la
cara chorreando, era la mar de guapa. cara chorreando era muy guapa.
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El diccionario sanciona esta equivalencia con precisión.

o aunque 1 conj. Su significado oscila entre el *concesivo y el


*adversativo. Unas veces expresa que lo significado por la frase a
que afecta no impide, en el caso de que se trata, que se realice lo
que expresa la otra oración (significado concesivo): ‘Iremos aunque
llueva. Te lo diré aunque no te guste’. Y otras, una oposición entre
ambas oraciones: ‘Aunque es español, no le gustan los toros.
Aunque está tan delgado, está muy fuerte’. 1 Bien que.  Apénd. II,
expresiones concesivas.  Aunque se antepone muy frecuentemente
a expresiones *correctivas: ‘Aunque si bien se mira, aunque en
medio de todo, aunque la verdad es que’.  Si bien, cuando, a
despecho de que, sin embargo de que, maguer, por más [o mucho]
que, a pesar de que, bien es verdad que. [María Moliner, 3ª ed.
digital]

En los ejemplos de (2) y de (3) se puede observar cómo en las versiones de (b)
se acentúa la ‘precisión’ de la circunstancia temporal respecto de las versiones (a)
correspondientes.

(2)a. Murió de leucemia el 18 de julio de 1946 (2)b. Ahora está muerto. Tenía leucemia y
mientras pasábamos el verano en Maine. murió cuando estábamos en Maine, el 18 de
julio de 1946.

(3)a. Cuando Maurice abriera las puertas me (3)b. En cuanto Maurice abriera las puertas
encontraría esperándole, con el revólver en la me vería con la automática en la mano y
mano. Comenzaría a suplicarme con voz empezaría a gritarme con una voz muy aguda,
temblorosa, de cobarde, para que le de cobarde, para que le dejara en paz. Pero
perdonara. Pero yo dispararía sin piedad. yo le dispararía igual.

En efecto, no hay más que recordar las consideraciones respectivas del


diccionario para apreciar las diferencias entre las soluciones expresivas de (a) y de (b).

o mientras. 2. conj. t. Durante el tiempo en que. Mientras tú te


diviertes, Juan estudia.
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o cuando. 1. conj. t. En el tiempo, en el punto, en la ocasión en que.


Me compadecerás cuando sepas mis desventuras. Ven a buscarme
cuando sean las diez.

o en cuanto. 1. loc. adv. Mientras. En cuanto los pastores cantaban,


estaba la pastora Diana con el hermoso rostro sobre la mano. 2. loc.
adv. Al punto que, tan pronto como. En cuanto anochezca iré a
buscarte.

Así, en (2a), ‘murió mientras…’ se ha de interpretar como ‘murió durante el


tiempo en que…’ en un momento sin delimitación, ‘durante’. Mientras que en (2b),
‘murió cuando…’ se ha de interpretar como ‘murió en el tiempo, en el punto, en la
ocasión en que…’ en un momento aparentemente más delimitado, ‘en el punto, en la
ocasión en que’.

Y en (3a), ‘Cuando Maurice abriera las puertas me encontraría…’, con el sentido


de ‘momento’, más o menos preciso, se contrapone a la versión de (b) ‘En cuanto
Maurice abriera las puertas me vería…’, con un sentido de ‘al punto que, tan pronto
como…’ mucho más preciso y puntual.

Los contrastes son significativos y evidentes.

El motivo o las causas del cambio en (b) puede estar en el sentido de evento
‘puntual’ bien delimitado de los eventos de ‘morir’ y ‘abrir’ en proposiciones
dominantes: ‘¡murió cuando…’ y ‘En cuanto Maurice abriera …’

En el ejemplo de (4), las diferencias entre (a) y (b) tienen un sentido contrario al
de los ejemplos anteriores. Si en el ejemplo (b) de (2-3) se acentúa la precisión de la
versión (a); en el ejemplo (b) de (4) se desvirtúa y se pierde un cierto sentido adicional
de la versión (a) correspondiente.

(4)a. No importa que la sensación sea triste o (4)b. No me importa que sea una despedida
hasta desagradable, pero cuando me voy de triste o que sea una despedida desagradable,
un sitio me gusta darme cuenta de que me pero cuando me voy de un sitio me gusta saber
marcho. que me voy.
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En efecto, no hay más que ir al diccionario:

o hasta 2 adv. Incluso: ‘Hasta los niños lo comprenden. Allí hace frío
hasta en verano. Estoy dispuesto hasta a empeñarme por hacer el
viaje’.  Énfasis.  Se emplea como expresión culminativa para dar
sentido ponderativo a la inclusión de cierto caso en la afirmación o
negación contenida en la frase: ‘Hasta yo iría a verlo’ (de tanto
interés sería). [María Moliner, 3ª ed. digital]

Mientras en (4a), en ‘triste o hasta desagradable’, la ‘o’, típicamente hispana


con este sentido de adición ‘y (también)’, no disyuntivo, en este caso, manifiesta
explícito ese sentido aditivo de ‘incluso’ con ‘énfasis’, según subrayamos en el
artículo del diccionario; en (4b), en la versión de ‘triste o que sea una despedida
desagradable’, solo recoge el sentido de adición, a secas, sin la consideración
enfática de (4a).

En esta observación se establecen y apuntan los hechos, no los motivos de las


posibles diferencias entre las versiones (a) y (b), que, evidentemente han de estar
en el texto fuente original y en los 30 años de distancia entre ambas versiones.

Ya hemos apuntado en otras ocasiones que, en estos casos, por las preferencias
objetivas de algunas soluciones de (b) respecto de las de (a) y por esos 30 años de
distancia hay que preferir las versiones de (b).

Veamos ahora las diferencias de aprovechamiento de los procedimientos de


subordinación y de yuxtaposición, con conjunciones expresas o sentidos elípticos
en un par de segmentos (5-6), a continuación, más complejos.
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Veamos primero el caso de (5).

(5)a (5)b

Me costó mucho dormirme porque ni Me costó mucho dormirme —ni siquiera estaba
siquiera estaba cansado, pero al fin lo cansado—, pero al final me dormí. Aunque lo
conseguí. Lo único que de verdad tenía que de verdad tenía ganas de hacer era
ganas de hacer era suicidarme. Me hubiera suicidarme. Tenía ganas de tirarme por la
gustado tirarme por la ventana, y creo que ventana. Y creo que lo habría hecho si hubiera
lo habría hecho de haber estado seguro de estado seguro de que alguien taparía mi
que iban a cubrir mi cadáver en seguida. Me cadáver tan pronto como aterrizara. No quería
habría reventado que un montón de que un montón de estúpidos mirones me
imbéciles se pararan allí a mirarme mientras miraran mientras estaba todo ensangrentado.
yo estaba hecho un Cristo.

Para facilitar la identificación y las referencias numeramos los segmentos en los


puntos de interés e interpretamos los diferentes procedimientos sintácticos en una
tabla.

(5)a (5)b

Me costó mucho dormirme (1)porque ni Me costó mucho dormirme (1)—ni siquiera


siquiera estaba cansado, pero al fin lo estaba cansado—, pero al final me dormí.
conseguí. (2)Lo único que de verdad tenía (2)Aunque lo que de verdad tenía ganas de
ganas de hacer era suicidarme. Me hubiera hacer era suicidarme. Tenía ganas de tirarme
gustado tirarme por la ventana, (3)y creo que por la ventana. (3)Y creo que lo habría hecho
lo habría hecho (4)de haber estado seguro de (4)si hubiera estado seguro de que alguien
que iban a cubrir mi cadáver en seguida. taparía mi cadáver tan pronto como
(5)Me habría reventado que un montón de aterrizara. (5)No quería que un montón de
imbéciles se pararan allí a mirarme mientras estúpidos mirones me miraran mientras
yo estaba hecho un Cristo. estaba todo ensangrentado.

En la tabla siguiente se apunta el sentido y el procedimiento sintáctico de cada


segmento en las dos versiones de (5).

(5)a (5)b

1.subord, Me costó mucho 1. yuxta, Me costó mucho dormirme —ni


causal dormirme porque ni inciso, causal siquiera estaba cansado…
siquiera estaba cansado
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2. yuxta, al fin lo conseguí. Lo único 2. subordin al final me dormí. Aunque lo que


adversativa que de verdad tenía ganas adversativa de verdad tenía ganas de hacer

3. coord tirarme por la ventana, y 3. yuxtap Tenía ganas de tirarme por la


creo que lo habría hecho coord ventana. Y creo que lo habría
hecho

4. sub, lo habría hecho de haber 4. subord creo que lo habría hecho si


condic estado seguro de condic hubiera estado seguro de…

5. yuxt. cubrir mi cadáver en 5. yuxt. que alguien taparía mi cadáver


causal seguida. Me habría causal tan pronto como aterrizara. No
reventado que un montón quería que un montón de
de imbéciles se pararan estúpidos mirones me miraran

Después del análisis de esta tabla se puede constatar que los procedimientos
expresivos, mediante subordinación o coordinación, de expresión explícita mediante la
conjunción o el conector correspondiente, o bien de forma elíptica, por yuxtaposición,
no depende del texto o de la versión.

Cada versión (a) o (b) elige el procedimiento expresivo correspondiente a cada


segmento según condiciones de alternancia y del entorno a fin de lograr la fuerza
expresiva más conveniente a cada enunciado.

En unos casos será más conveniente la presencia de los exponentes literales de


función y de relación entre las proposiciones. En otros casos será preferible la fuerza
de la elipsis y de la secuencia en agregación.

Solo hay una condición general que se ha de respetar en la libertad de elección


del procedimiento expresivo de las relaciones entre las proposiciones de los
enunciados, en subordinación o yuxtaposición: la condición de IDENTIDAD de sentido
entre ambas versiones (a) y (b) en casos como este que nos ocupa.
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Veamos ahora el caso de (6).

(6)a. Seis tiros directos al estómago gordo y (6)b. Seis tiros directos a su estómago gordo y
peludo. Luego arrojaría el arma al hueco del peludo. Luego tiraría la automática por el
ascensor —una vez limpias las huellas— y hueco del ascensor, después de haber limpiado
volvería arrastrándome hasta mi habitación. las huellas y todo eso. Luego volvería
Llamaría a Jane para que viniera a vendarme arrastrándome a mi habitación y llamaría a
las heridas. Jane para que viniera a vendarme.

Para facilitar la identificación y las referencias numeramos los segmentos en los


puntos de interés e interpretamos los diferentes procedimientos sintácticos en una
tabla.

(6)a. Seis tiros directos al estómago gordo y (6)b. Seis tiros directos a su estómago gordo y
peludo. Luego arrojaría el arma al hueco del peludo. Luego tiraría la automática por el
ascensor (1)—una vez limpias las huellas— hueco del ascensor, (1)después de haber
(2)y volvería arrastrándome hasta mi limpiado las huellas y todo eso. (2)Luego
habitación. (3)Llamaría a Jane para que volvería arrastrándome a mi habitación (3)y
viniera a vendarme las heridas. llamaría a Jane para que viniera a vendarme.

En tabla siguiente se apunta el sentido y el procedimiento sintáctico de cada


segmento en las dos versiones de (6).

(6)a (6)b

1.yuxta, arrojaría el arma al hueco del 1. tiraría la automática por el


inciso, ascensor —una vez limpias las subord, hueco del ascensor, después
tempor huellas— tempor de haber limpiado las huellas

2. coord arrojaría el arma al hueco del 2. yuxtap y todo eso. Luego volvería
ascensor —una vez limpias las arrastrándome
coordin
huellas— y volvería arrastrándome
hasta mi habitación

3. yuxta volvería arrastrándome hasta mi 3. coord volvería arrastrándome a mi


coord habitación. Llamaría a Jane para que habitación y llamaría a Jane
viniera para que viniera

También en este caso, respetando la identidad de significado, se usa un


procedimiento expresivo en subordinación o en yuxtaposición, sin que, en principio, se
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puedan apuntar motivos formales dependientes de la versión, o de la función


expresada, o de otra condición.

Solo el análisis sistemático y exhaustivo de los datos de las dos versiones permitiría
apuntar algún patrón de preferencia en el uso de los diferentes procedimientos de
expresión de las relaciones entre los segmentos del texto.
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REFERENCIAS / BIBLIOGRAFÍA MÍNIMA DE CONSULTA

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