Las causas de una mala autoestima puede ser estancamiento en el
tipo de vida que llevamos, sufrir algún tipo de trastorno emocional
como depresión, ansiedad, algún tipo de fobia, problemas del sueño que alteren el ritmo de vida habitual.
¿Se puede prevenir?
Para mantener una buena autoestima debemos evitar sobre todo los pensamientos negativos y en el momento en que nos surgen reconvertirlos en positivos. Otra de las acciones es ser realista con nuestras virtudes y defectos, sin autoexigirnos ser al cien por cien perfectos, pero siendo autocríticos y aprender de aquello que no hacemos bien.
Ante una mala situación debemos afrontarla y aceptarla. Ponerse
metas realistas ayudará a nuestro bienestar y si fracasamos, debemos estar preparados, sin culparnos por los errores. No debemos compararnos con nadie, si envidiamos e idealizamos la vida del resto, provocará un sentimiento de fracaso.
¿En qué consiste el tratamiento?
Un tratamiento psicológico para aumentar la autoestima se basa en realizar una serie de ejercicios como los comentados anteriormente. Todo este entrenamiento lleva a las personas a sentirse positivas y reconocer su propio valor.
Mejorar la autoestima tiene repercusiones en nuestra vida personal, ya
sea con nosotros mismos, en las relaciones sociales o en la profesional. Por todo esto, el estudio de la autoestima y la creación de patrones de conducta para mejorarla es fundamental en psicología. Acciones como ir a un psicólogo, meditación o leer ciertos manuales o libros de autoayuda pueden facilitar ser más activos en la creación de ideas positivas.