Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Bad Monsters (LS)
Bad Monsters (LS)
by louistinyboots
1.
Louis solía temer de la hora de ir a dormir, ¿y cómo no hacerlo? Era solo un
niño.
Habló con su mamá, su papá y su hermana al respecto, sin conseguir sin éxito
una respuesta distinta a Louis, los monstruos no existen. No te preocupes.
¿Qué no se preocupe?
¿No existen?
Estaba harto de que nadie le creyera, que se rieran de él, que nadie le tomara
en serio. O al menos, así se sentía hasta que lo conoció a él.
- No, no la llames, ella también se reirá de mí, no quiero que nadie más lo haga
-aclaró con un nuevo tono de cólera en su voz, limpiando sus lágrimas con el
dorso de su mano.
- Ella no se reirá de ti, no puede -refutó- Pero si quieres, me puedes contar a
mí, prometo no reírme.
- ¿Me lo prometes? ¿De verdad? -levantó ambas cejas sorprendido, con ilusión
ante la posibilidad de contarle sus miedos a alguien sin ser juzgado o
convertirse en un blanco de bromas.
- Hay algo en las noches... Que me asusta -comenzó- Hay un monstruo debajo
de mi cama, y no me deja dormir. Cuando le cuento a alguien me dice que "los
monstruos no existen" -hizo comillas con sus pequeños dedos- Pero yo sé que
sí, lo sé porque se burla cuando me escondo y escucho como tira mis cosas ahí
abajo.
Finalizó, cerrando sus ojos esperando que su compañerito se riera como todos.
¿Por qué no lo haría? Louis solo era un pequeño niño cobarde.
Pero cuando los abrió, se sorprendió al saber que no fue así, Harry no tenía ni
el más mínimo rastro de burla en sus facciones de menor.
El niño dueño de los hermosos luceros verdes, por su parte, sintió como su
músculo cardíaco se aceleraba, empezado a sentir una inconmensurable
ternura en él, poco efímera, inefable.
- Oh Louis -le habló cuando los brazos del ojiazul lo rodearon- Yo te creo.
- ¿En-en serio? -cerró sus ojos, intensificando la fuerza con la que se unían.
- ¡Por supuesto que sí! -aclaró su voz cuando se separaron, observando como
Louis acomodaba su celeste uniforme escolar con muy mala disimulación lo
rojas que estaban sus mejillas- Yo también tenía un monstruo bajo mi cama.
- ¿De verdad? -lo observó con ojos muy abiertos, recibiendo un asentamiento
de cabeza como respuesta- ¿Y qué hiciste para ahuyentarlo? -se aseguró de
que nadie más estuviera en el mismo perímetro que ellos, que nadie los
pudiera escuchar.
- ¿Nuevos métodos?
- Sí.
- ¿Y te sientes seguro?
- No.
- Bien, yo te puedo dar otro, pero tenemos que hacer algo hoy. ¿Sí? Cuando te
vayas a dormir quiero que pienses en que no estás solo, así ese monstruo malo
sabrá que no te puede hacer daño, porque mientras yo esté aquí, él no te hará
nada. ¿Entendido?
Al siguiente día, Louis se acercó a la mesa donde Harry estaba coloreando sus
dibujos con sus amigos. A quienes de inmediato dejó de prestar atención para
centrarse un 100% en Louis.
- ¿Y? ¿Te molestó? -bajó su tono de voz, para que nadie más los escuchara, ya
que para ambos era un tema muy secreto.
- Sí, él me dijo que nuestros intentos por ahuyentarlo eran ridículos. ¡Y se rió de
nosotros!
- Bien, sígueme -tomó la mano del otro, guiándolo por la sala hasta su bolso, de
dónde sacó un peluche. Era un osito, blanco, muy lindo- Es mi amigo desde
hace 3 años y me ha ayudado mucho, pero creo que es hora ayude a alguien
más -se lo tendió a Louis, quien lo tomó con algo de confusión- Cuídalo mucho,
y cuando sientas miedo, abrázalo tan fuerte como puedas. ¿Entendido?
- Entendido.
Esa segunda noche, Louis se fue a dormir, no lloró, pero sí pudo escuchar las
provocaciones del monstruo. Pero no se dejó, y abrazo al oso pensando en
cuan menos solo estaba.
- Tal vez...
- Bien, es hora de hacer frente a él, así que cada vez que te asuste, di en voz
alta "no tengo miedo, nadie ni nada me hará daño, porque soy fuerte y no
puedo ser vencido", ¿okay?
- Claro pero.... ¿De verdad debo decirlo? ¿Funcionará? No creo ser valiente.
- Lo eres Louis, y verás que el que es valiente, es libre -lo tomó del brazo- y si
eso no funciona...-no terminó de decirlo, porque sus palabras se vieron
interrumpidas por sus acciones. Lo dió un piquito en los labios, corto, pero fue
suficiente para hacerlos reír y ponerse rojos.
Risitas atontadas, miradas cargadas con timidez, manos entrelazadas y
sonrisas de alegría. Ese fue el recuerdo que les dejó el día.
Louis durmió como no lo hacía desde que aquel tormento apareció. La frase "no
tengo miedo, nadie ni nada me hará daño, porque soy fuerte y no puedo ser
vencido" y aquella pequeña presión que le dió Harry en sus labios en su mente.
Esta vez, ninguna luz y ningún soporte de felpa fueron necesarios. Ni esa
noche, ni el resto.
Reían y se daban pequeños besos, era una noche muy tranquila donde la paz
reinaba. O eso pensaron hasta que entró su hija a la cocina, ojos llorosos y un
oso colgando en su brazo. Se apresuró a hablar antes que sus padres, quienes
se preocuparon al ver el fantasma del llanto en su hija.
- ¿Qué?
Y eso fue lo que bastó para que se vieran con una sonrisa y una mirada
cómplice, una de las muchas que habían compartido en todos los años que
llevaban juntos; y todos los que aún les faltaban por estar.