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Acompañamiento de la Red Jesuita con Migrantes

en el caso de la masacre de Camargo

Tabla de contenido
1. PRIMERA SEMANA: el shock y las alianzas.................................................................................1
2. PRIMERA FASE: identificación y repatriación de víctimas..........................................................3
3. SEGUNDA FASE: acompañamiento legal, psicosocial y pastoral...............................................10
4. TERCERA FASE: prevención y desarrollo...................................................................................13

1. PRIMERA SEMANA: el shock y las alianzas

El sábado 23 de enero de 2021, cuando aún no había trascendido en los medios de comunicación
la masacre de Camargo, el P. René Sop, coordinador del equipo del Servicio Jesuita a Migrantes en
Frontera Comalapa, fue contactado por Marco Antulio Pablo, padre de una de las víctimas. La
relación se dio a través de una religiosa, familiar de Marco Antulio: sor Amalia Tomás Crisóstomo,
de la congregación Hijas del Sagrado Corazón de Jesús, en Tuxtla. Ese mismo día sábado el P. René
se comunicó con la Red Jesuita con Migrantes en Guatemala (RJM-GT).

MASACRE DE CAMARGO
La masacre ocurrió el viernes 22 de enero en el
poblado de Santa Anita, municipio de Camargo,
estado de Tamaulipas (México). Desde un primer
momento las familias de las víctimas mostraban
seguridad en que los 19 cuerpos calcinados eran sus
familiares migrantes. Dieron la voz de alarma porque
fueron avisados por los coyotes, e incluso una de las
víctimas, Santa Cristina, había enviado un audio
relatando que las estaban matando. Los cadáveres se
encontraron en el interior de un vehículo pick-up que
tenía 113 impactos de bala y fue quemado con los cuerpos. Doce policías estatales de un grupo
de operaciones especiales (GOPES), entrenados por Estados Unidos, fueron detenidos por su
responsabilidad en la masacre y declararon ante la jueza de Ciudad Victoria los días 3 y 8 de
febrero en la causa 23/2021 que investiga la masacre. También fueron apartados de sus cargos
ocho funcionarios del Instituto Nacional de Migración (INM), al comprobarse que una de las
camionetas quemadas estaba bajo resguardo del INM tras un operativo contra el tráfico de
personas realizado meses antes.
El presidente de Guatemala anunció días después que cinco personas sobrevivieron al ataque y se
encuentran en EU como testigos protegidos.
Un grupo de nueve diputados de la UNE realizaron un viaje a México y aunque no pudieron
viajar a Tamaulipas porque el gobierno federal no les podía asegurar protección, sí se reunieron
con autoridades en CDMX.
La primera información que los familiares manejaban es que debían de ir a cancillería de
Quetzaltenango el lunes, por lo que el domingo 24 comenzamos los contactos con la Universidad
Rafael Landívar (URL de Quetzaltenango) para poder acompañar a los familiares el lunes con
profesionales de psicología y derecho. La Lcda. Laura Orozco, investigadora de migraciones en la
URL-Quetzaltenango, referente de la RJM en occidente, coordinó con la Clínica Landivariana de
Psicología. Sin embargo, el domingo en la noche, la intervención de un diputado de San Marcos
logró la implicación del gobernador departamental que pagó un bus para que los familiares
viajaran durante la noche a la capital, pues se decidió ir directamente al Ministerio de Exteriores
(MINEX), a donde efectivamente llegaron a las 6 de la mañana del lunes.

A las 7 am ya estábamos con ellos ese lunes 25 frente al Ministerio de Exteriores, el P. José Luis y
el Lcdo. Ángel Escalante, del Bufete Popular de la URL. Lo primero que pidieron los familiares fue
una oración. Se hizo dentro del bus, estacionado en una calle aledaña al Ministerio. Para nosotros,
como RJM, que ésta haya sido la primera petición es significativo de la relación que establecemos
en nuestros acompañamientos a migrantes. No es anecdótica. Nuestro acompañamiento no
pretende solo ser jurídico o psicosocial sino también espiritual y fraterno, en un sentido más
horizontal que se expresa al orar juntos.

Alrededor de las 9 am fueron recibidos los familiares por una delegación del MINEX y al mediodía
fueron a tomar muestras de sangre, necesarias para las pruebas de ADN que confirmarían en
México la identidad de los fallecidos. Pero de algunas de las víctimas estaba solo un familiar, y se
les informó que era necesaria la prueba de ADN a dos familiares por cada víctima, por lo que el
miércoles 27 tendrían que llegar desde Comitancillo otros familiares para completar las muestras.
Algunos de los presentes expresaron su deseo de esperar en la capital a los familiares que
vendrían el miércoles. La RJM ofreció para hospedaje unas instalaciones del Instituto
Guatemalteco de Escuelas Radiofónicas (IGER), miembro de la RJM. Son cuartos que suelen usar
para talleres y capacitaciones. Sin embargo, a última hora todos los familiares regresaron ese día a
Comitancillo.

En los siguientes días se conformó un equipo de apoyo psicosocial: las psicólogas Lesvia Rodríguez
y Gabriela Lemus, coordinadas por la Lcda. Fabiola Hurtado de la URL de Quetzaltenango, así como
la doctora Rocío Escobar, directora del Departamento de Psicología de la URL-campus central, con
apoyo del decano de Humanidades. Se incorporó al equipo la terapeuta Basilia Aguilón, de Fe y
Alegría, de habla mam, pues a lo largo del proceso se vio la necesidad de contar con traducción
para algunas familias. Todo este equipo sería coordinado por la Lcda. Laura Orozco, del equipo de
investigación social de la URL-Quetzaltenango.

A nivel eclesial se hicieron contactos con el párroco de Comitancillo, P. Mario Aguilón, así como
con el P. Odel Medina, párroco de Carthage (Mississippi), donde vivió durante 22 años una de las
víctimas, Edgar López, hasta que fue detenido en la redada masiva de Mississippi de agosto de
2019 y luego deportado en medio de la pandemia. Edgar López tenía su esposa y sus hijos en
Mississippi y regresaba para allá cuando fue víctima de la masacre. También contactamos con el
párroco de Granados (Baja Verapaz), P. Gregorio García, de donde eran dos hermanos que
también fueron víctimas de la masacre.

Por otro lado, se iniciaron reuniones virtuales con nuestras contrapartes en México: el Centro
Prodh y el Servicio Jesuita a Migrantes de México, ya que el proceso legal se realizaría en México.
La experiencia del Centro Pro de Derechos Humanos en acompañamiento a familiares de la
masacre de Ayotzinapa, y en otros procesos semejantes, ha sido de gran ayuda. Desde el Prodh se
ha hecho un monitoreo de noticias sobre la masacre que ha sido muy útil.

2. PRIMERA FASE: identificación y repatriación de


víctimas

El domingo 31 de enero un equipo salió para Comitancillo, haciendo noche en San Marcos, para
tener un primer taller psicosocial que se realizó en la mañana del 1 de febrero. Ese día se
comenzó con una Misa a puerta cerrada, para los familiares, en la iglesia de Comitancillo, junto
con el párroco. Había sido una petición de los familiares. De las 13 familias presentes ese día (11
de Comitancillo y 2 de los municipios vecinos de Catarina y Sipacapa), la mayoría son católicas, y
algunas de las víctimas tenían cargos en la iglesia (Anderson era acólito, Edgar López era ministro
de la eucaristía en Mississippi, otros cantaban en coros). Con ayuda de Basilia Aguilón se organizó
una liturgia con elementos de la cultura maya-mam, como candelas, flores, traducción, etc. Para
romper con el espacio que marca diferencias, se hizo una disposición de lugares más participativa,
colocándonos todos en círculo alrededor del altar. Uno de los presentes, evangélico, comenzó
diciendo respetuosamente que él “no creía en las candelas”, pero al ver el desarrollo de la
celebración, con la lectura de las Bienaventuranzas y las expresiones de dolor que se compartían,
él mismo fue a tomar una candela en su mano y agradeció mucho ese momento de celebración. Es
parte de lo que llamamos acompañamiento pastoral. Terminada la Misa se realizó en el mismo
templo parroquial el taller psicosocial, con metodología participativa, dinamizado por las
psicólogas Lesvia Rodríguez y Gabriela Lemus. También el abogado Ángel Escalante compartió
algunas informaciones de cómo podría ser el proceso legal. Se le dio a cada familia una pequeña
ayuda humanitaria de Q500 para los gastos de transporte que en esos días estaban haciendo
desde sus comunidades, pues desde el día de la masacre no habían dejado de viajar y realizar
trámites. En la tarde visitamos algunos de los hogares para conocerles en su propia aldea y hacer
oración ante los altares que desde el 23 de enero tenían en cada hogar. Visitamos en Chicajalaj a la
familia de Edgar López y de Osmar Miranda. En la noche fuimos hospedados por el párroco y las
hermanas guadalupanas que trabajan en la parroquia.

Al día siguiente, 2 de febrero, queríamos seguir visitando hogares, pero los familiares estaban
convocados de nuevo en Comitancillo por CONAMIGUA (Consejo Nacional de Atención al
Migrante) y nos quedamos a la reunión. Llegaron de la Fundación de Antropología Forense de
Guatemala (FAFG), la PDH, y la Fundación para la Justicia y el Estado Democrático de Derecho
(FJEDD), organización con experiencia en estos procesos, como la masacre de migrantes de San
Fernando (Tamaulipas) en el año 2010, cuyo proceso legal aún sigue. La convocatoria había sido
por medio del alcalde municipal y los familiares no sabían el objetivo de la reunión. Hubo cierta
confusión de por qué la FAFG quería extraer nuevas pruebas de ADN, si ya la semana anterior las
habían realizado en la capital. En cuanto al proceso legal, los familiares expresaban que su
prioridad era que los cuerpos llegaran a Comitancillo para poder velarlos y enterrarlos. En los días
siguientes realizamos varias reuniones con la Lcda. Rossmery Yax y la Lcda. Lourdes, de la
Fundación para la Justicia, para unir esfuerzos en apoyo de este caso. La Fundación interpuso una
queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México, y también pidió que el caso
pasara a nivel federal. Aunque no pasó en exclusividad a nivel federal, sí se logró que fuera
conocido, además de por la Fiscalía de Tamaulipas, por la Fiscalía General de la República, lo que
facilita el acompañamiento legal de las organizaciones (FFEDD, SJM-Mex, RJM-Gt, y Centro Prodh).

En esa reunión tuvimos la alegría de que los familiares de las víctimas expresaban su cercanía y
confianza. Angela, madre de Marvin, una de las víctimas,
trasladó su silla para sentarse junto a nosotros y darnos las
gracias porque esa noche había sido la primera vez que había
podido dormir, desde la masacre: “gracias a la Misa y a lo que
las muchachas nos hablaron”, dijo, refiriéndose al taller
psicosocial. Otro nos presentaba ante otros familiares: “mira,
ellos estuvieron ayer en mi casa en una oración”. Esto nos hizo
confirmar la importancia de que nuestro acompañamiento no
sea solo profesional sino pastoral y fraterno, por lo que
decidimos que siempre que fuéramos a Comitancillo íbamos a
apartar un tiempo para ir visitando las aldeas y hogares de las
familias, además del taller grupal.

El 10 febrero se visitó a la familia de los dos hermanos que


eran del municipio de Granados (Baja Verapaz). La
coordinadora de atención de la RJM, Lucrecia Oliva, y el P. José Luis González se reunieron
también ese día con el párroco, P. Gregorio García. En la casa de las tías de los hermanos fallecidos
se hizo una oración y se acompañó con la escucha y el apoyo de Q500 para desplazamientos.

En los días siguientes las noticias iban confirmando los nombres de los fallecidos, a medida que la
Fiscalía de Tamaulipas iba logrando las identificaciones.

Aparte de dos víctimas mexicanas identificadas, y una tercera que es salvadoreña,


estos son los nombres de las 16 víctimas guatemaltecas:
1. Élfego Roliberto Miranda Díaz (caserío San Francisco, Tuichilupe)
2. Marvin Alberto Tomás López (Tomás) (caserío Las Flores)
3. Adán Coronado Marroquín (Comitancillo)
4. Édgar López y López (Chicajalaj)
5. Osmar Neftalí Miranda Baltazar (Chicajalaj)
6. Rivaldo Danilo Jiménez Ramírez (Tuilelén)
7. Anderson Marco Antulio Pablo Mauricio (Nueva Esperanza, Tuilelén)
8. Iván Gudiel Pablo Tomás (caserío Peña Flor, Tuilelén)
9. Santa Cristina García Pérez (caserío Peña Flor, Tuilelén)
10. Uber Feliciano Vásquez (aldea El Porvenir, Candelaria)
11. Rubelsy Elías Tomás Isidro (El Duraznal)
12. Dora Amelia López Rafael (la Estancia, Sipacapa)
13. Paola Damaris Zacarías Gabriel (Catarina)
14. Mádelyn Estefanie García Ramírez (Granados, Baja Verapaz)
15. Bramdon David García Ramírez (Granados, Baja Verapaz)
16. Leyda Siomara González Vázquez (Concepción Tutuapa)
Los familiares fueron citados en el MINEX el 24 de febrero, y se pidió a la FJEDD y a la RJM apoyo
psicosocial para ese día, pues se les iba a informar oficialmente del fallecimiento de sus familiares
en la masacre, aunque la Notificación legal iba a hacerla el gobierno de México posteriormente. Se
logró con la URL y la RJM conformar un equipo para realizar ese acompañamiento, y el 23 de
febrero se preparó la intervención en una reunión con las abogadas de la FJEDD, Lcda. Claudia
Interiano y Lcda. Rosmery Yax, y las psicólogas Lorena López (RJM), Erika Sánchez (URL) y Stephany
del Pando (Cruz Roja), estas últimas convocadas por la Dra. Ana Rocío Escobar (URL- Campus
Central). En estas reuniones preparatorias del acompañamiento psicosocial en el MINEX ha estado
siempre la Lcda. Lesvia Rodríguez (URL-Quetzaltenango), quien ha dirigido dos talleres en
Comitancillo de apoyo emocional, para que haya una continuidad entre el acompañamiento en la
capital y el que se da en Comitancillo. También ha estado siempre la Lcda. Laura Orozco, como
coordinadora del equipo de intervención en Comitancillo. La FJEDD compartió con el equipo el
Protocolo de Notificación de Identificación y Aspectos básicos en notificaciones. Se hizo un grupo
de whatsapp para estar en comunicación permanente todo este equipo.

La jornada del 24 de febrero en el MINEX fue muy intensa, pero estuvo bien organizada por la
Directora General de Asuntos Consulares y Migratorios, Embajadora Arabella Woolfolk, y el Lcdo.
Rony Eduardo López, director de asuntos consulares. El equipo de acompañamiento de la RJM
estaba conformado por el Lcdo. Ángel Escalante, Basilia Aguilón como terapeuta y traductora, el P.
José Luis y las psicólogas Lorena Pérez, Erika Sánchez y Stephany del Pando. De la FJEDD estuvo
acompañando la Lcda. Rosmery Yax. Al terminar, a las 3 de la tarde, regresaban los familiares a
Comitancillo, de donde habían salido a las 2 am en cuatro busitos fletados por CONAMIGUA. Es
por ello que volvimos a sugerir que para próximas ocasiones llegaran un día antes, para no
cansarles tanto, y ofrecíamos las instalaciones de IGER, que de nuevo brindó su apoyo.

El 26 febrero se realizó un segundo taller psicosocial en Comitancillo y ese día inició su trabajo
Glendy Agustín Jiguan, joven líder de asociaciones culturales de Comitancillo que hemos
contratado como promotora local para que nuestro acompañamiento a este proceso cuente con
un referente local. En las semanas siguientes su trabajo mostró una gran eficacia. Junto con los
familiares se había visto la necesidad de recoger brevemente una biografía de cada una de las
víctimas con el objetivo de dignificarlas, sacarlas del anonimato de ser simples estadísticas, y
rescatar los sueños que tenían. Glendy visitó los hogares y aldeas para poder publicar esa breve
biografía el día en que se repatriarían los restos de las víctimas.

La jornada del 26 de febrero fue coordinada por la Lcda. Laura Orozco en un salón del colegio de
las Hermanas Guadalupanas. En la primera parte se había coordinado con el Centro Prodh una
videollamada con el subsecretario de Derechos Humanos de México, Alejandro Encinas, para que
los familiares pidieran aclaraciones a las muchas dudas que había hasta entonces. Aunque hubo
problemas con el internet y con la falta de puntualidad de los familiares, se realizó con éxito la
entrevista y el subsecretario se comprometió a seguir en contacto. Seguidamente el equipo de
psicólogas preparó un taller sobre duelo, coordinado desde Quetzaltenango por la Lcda. Lesvia.
El 6 marzo se anunció la Declaración conjunta de Guatemala y los Estados Unidos Mexicanos
anunciando la conclusión de la etapa de identificación de las víctimas y la repatriación de los
cuerpos para la semana siguiente mediante el Mecanismo de Acompañamiento Binacional
establecido para coadyuvar en la investigación del caso de Camargo. Se preparó el
acompañamiento a la Notificación que se anunciaba para dos días, lunes 8 y martes 9, aunque
después sería toda la semana.

El domingo 7 marzo llegaron los familiares al hotel Guatemala Inn, frente al Ministerio de
Exteriores. La oferta de IGER para hospedar a los familiares fue aceptada por el gobierno de
Guatemala, pero el gobierno de México decidió mejor pagar un hotel junto al MINEX. Lo que sí nos
había vuelto a pedir Cancillería fue el acompañamiento psicosocial. Con apoyo de nuestra
psicóloga, Mgtr. Lorena Pérez, y de la carrera de psicología de la URL (Lcdas. Laura Vettorazzi,
Teresa Rodríguez y Sara Herrarte, coordinadas por la Dra. Rocío Escobar) logramos tener dos
psicólogas cada día durante toda la semana. Además, mantuvimos a la promotora de Comitancillo,
Glendy, como traductora de mam, pagando la RJM su estancia en el mismo hotel que los
familiares. También contamos con el apoyo de Basilia Aguilón, terapeuta y traductora de mam,
trabajadora de las escuelas de Fe y Alegría en occidente, que ya nos había apoyado en
Comitancillo. El equipo se completó con el abogado Ángel Escalante y el P. José Luis. De parte de la
FJEDD estaba la Lcda. Lourdes Méndez. También estuvo acompañando esos días Eduardo Woltke,
de la defensoría del migrante de la Procuraduría de Derechos Humanos, quien trabajó antes como
psicólogo en ECAP, organización de apoyo psicosocial en casos de migrantes desaparecidos.

Durante esa semana crucial nos reunimos con los familiares cada día, al inicio y al final de cada
jornada. Expresaron confusión y malestar hacia el plan de las autoridades, pues si los cuerpos de
las víctimas llegarían el viernes 12, no querían pasar toda la semana en la capital. ¿Quién va a
preparar en las casas el velorio, la comida y la acogida de las personas que lleguen a
acompañarnos?, preguntaban. Culturalmente es muy importante para ellos el recibir a todos los
familiares y amigos. En los días siguientes ayudamos a que la comunicación entre el MINEX y los
familiares fuera más fluida. El ritmo de notificaciones fue adecuado y era necesaria esa
calendarización.

Durante los días 8, 9 y 10 se realizaron las Notificaciones, trámite oficial bajo la responsabilidad
del gobierno de México, cuya delegación estaba formada por 15 personas de diferentes
organismos: Fiscalía de Tamaulipas, gobierno del estado de Tamaulipas, Comisión Ejecutiva de
Atención a Víctimas (CEAV) y otros representantes del gobierno federal. Cada día se citaba a seis
familias y eran atendidas en horarios de 10 a 12, 1 a 3, y 4 a 6.

Algunos de los familiares pedían ver fotos de cómo se encontraron a las víctimas. Aunque eran
momentos duros por las imágenes de los cuerpos calcinados, las familias solían insistir en su
derecho a ver esas fotos. Les hicieron firmar un documento en el que se establecen tres
compromisos: 1) El compromiso de estar presentes en la audiencia de forma virtual. 2) La
reparación como un tema esencial y derecho que ellos tienen como familiares víctimas. 3)
Autorizan como sus abogados a los que vienen en la delegación de México. Este último punto fue
objeto de confusión, por lo que los familiares hicieron constar que se reservaban el derecho a
nombrar como representantes legales a los abogados de la Red Jesuita con Migrantes y de la
Fundación para la Justicia. Este trámite se realizó posteriormente en uno de los talleres
mensuales en Comitancillo.

Las autoridades aprovecharon para hacer pasar a las familias por una entrevista de trabajo social,
tal vez para cuantificar el resarcimiento, y a cuatro familias las entrevistaron desde el Ministerio
Público de Guatemala. No hubo contratiempos, salvo
una bebé que se enfermó y Basilia las acompañó a
una clínica de la Cruz Roja como traductora. Pero
fueron jornadas intensas en donde parte del equipo
comía tarde o no había tiempo para las comidas,
debido a que las entrevistas se alargaban y coincidían
con las familias de la siguiente hora.

El 11 de marzo fue de descanso, pero tuvimos reunión


con los familiares al mediodía (con Lcda. Lourdes de la
FJEDD) y en la tarde (con el P. José Luis). Glendy
aprovechó para seguir entrevistando a los familiares
para la elaboración de una breve publicación que se
distribuyó al día siguiente, día del traslado de los
restos.

El viernes 12 fue el día de la repatriación de los


cuerpos. El avión de México aterrizó a las 7h45 am y
seguidamente fueron bajando los féretros para ser
colocados ante el lugar donde esperaban los familiares. La psicóloga Lorena Pérez, y la traductora
Glendy Agustín, estuvieron junto a los familiares ayudando en la contención emocional. El
presidente Giammattei llegó a decir unas palabras y saludar a las familias.

Un equipo de seis personas salimos para Comitancillo para acompañar en el funeral. El P. Mario,
párroco de Comitancillo, nos había pedido apoyo para la homilía, pues él conocía personalmente a
algunas de las víctimas: temía emocionarse y no poder hablar. Con nosotros viajó el P. Odel,
párroco en Mississippi, donde una de las víctimas, Edgar López, estaba comprometido como
ministro de la eucaristía.

La ceremonia se realizó en el estadio de Comitancillo para doce de las víctimas (11 de Comitancillo
y una de Sipacapa). Las otras fueron directamente a sus municipios. Durante el viaje se terminó de
elaborar el documento de las biografías y se imprimió en San Marcos. Se repartió al final de la
ceremonia entre familiares y autoridades presentes. Hubo miles de personas que esperaban a los
12 autos fúnebres desde el límite del municipio, y el estadio se llenó.

Al día siguiente, 13 de marzo, fuimos a una de las aldeas, Tuilelén, a acompañar la vela de
Anderson, uno de los menores asesinados en la masacre.

Terminada esta primera etapa de acompañamiento en la llegada de los cuerpos de las víctimas,
nos preparamos para una segunda etapa, en la que el proceso legal es importante pero también el
apoyo psicosocial, especialmente para mantener al grupo unido.
3. SEGUNDA FASE: acompañamiento legal, psicosocial y
pastoral

3.1 ACOMPAÑAMIENTO LEGAL

El proceso legal se desarrolla en México, en el lugar de los hechos, y es conducido por la Fiscalía
del Estado de Tamaulipas y por la Fiscalía General de la República (hasta hace dos años llamada
Procuraduría General de la República). Es un proceso lento, aunque no tanto como en masacres
anteriores como la de San Fernando (Tamaulipas) en el año 2010. En México, los abogados y
abogadas de la FJEDD y de la RJM (Centro Prodh y SJM) han formado un equipo de seguimiento
junto con los abogados en Guatemala de la RJM y de la FJEDD.

Esta colaboración ha permitido descubrir que en el mes de agosto las autoridades de México
informaron allá que los familiares de las víctimas en Guatemala habían desistido del proceso legal.
Al realizar mensualmente talleres con los familiares pudimos desvelar que no era cierto y así se
hizo saber a la Fiscalía por cauces oficiales. De todos modos, aunque los familiares desistan, el
proceso seguiría de oficio.

Varios talleres se han dedicado a conectar directamente (en pantalla virtual) a los familiares con
autoridades de México, concretamente con don Alejandro Encinas (Subsecretario de Derechos
Humanos, Población y Migración) y con el Ministerio Público.

Sin embargo, la militarización que México ha presentado como respuesta contra la migración ha
provocado más muertes en este año. Se han venido repitiendo hechos semejantes en Tamaulipas,
como lo ocurrido el 19 de junio (masacre de 15 civiles en Reynosa) o el jueves 2 de septiembre,
cuando fuerzas de seguridad dispararon en Reynosa contra un bus donde iban migrantes
guatemaltecos, algunos de ellos de Comitancillo 1. Las masacres son frecuentes en esa zona, desde
el año 20102. Pero también en el sur de México ha habido hechos como el asesinato de un
guatemalteco en un retén militar3 en Mazapa de Madero, el 29 de marzo, y en esos mismos días
una refugiada salvadoreña murió en Tulum (Quintana Roo)4 a manos de una policía municipal.

La particularidad de esta masacre es que los acusados no son del crimen organizado, como en
otras masacres, sino 12 policías estatales que pertenecían a un cuerpo de élite, los GOPES. El juez
los vinculó al proceso en el mes de febrero porque hay pruebas por delitos de homicidio calificado,
abuso de autoridad, desempeño de funciones administrativas y falsedad en informes. Cada uno
puede alcanzar penas de hasta 50 años por cada víctima. La Fiscalía de Tamaulipas cuenta con
informes de geolocalización, análisis de llamadas telefónicas y dictámenes en cámaras de
vigilancia. En el mes de junio quedaron también vinculados a proceso nueve funcionarios -dos del
INM y siete policías municipales- en relación a la camioneta donde aparecieron los cuerpos

1
https://www.tn23.tv/2021/09/03/atentan-contra-migrantes-guatemaltecos/
2
https://www.elsoldemexico.com.mx/republica/sociedad/masacres-en-tamaulipas-de-san-fernando-a-la-
bartolina-7081506.html
3
https://www.tn23.tv/2021/03/29/soldados-mexicanos-matan-a-guatemalteco-en-reten-militar/
4
https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-56541345
quemados de los guatemaltecos, camioneta que estaba consignada por el INM desde un mes
antes.5

Sin embargo, no hay claridad sobre los hechos ni sobre los motivos para realizar la masacre. Ante
la probabilidad de un proceso largo, nuestro acompañamiento prioriza la unidad del grupo de
familiares y poder llegar a la verdad de los hechos para que se imparta justicia y resarcimiento. Es
por ello que el proceso psicosocial es importante no solo para manejar el duelo sino para
descubrir en las relaciones sociales y de grupo las energías para resistir a esta tragedia y salir
adelante.

2. ACOMPAÑAMIENTO PSICOSOCIAL

Lo psicosocial no es exactamente lo psicológico sino la relación de nuestras emociones con


nuestro entorno social, no solo porque el contexto social externo (masacre) es origen de estados
de ánimo interno (duelo), sino porque también la mejora de nuestras relaciones sociales
(familiares, vecinales, grupales) abren vías de manejo de nuestras emociones y traumas. A lo largo
de este año los talleres mensuales con adultos y con niños, niñas y adolescentes, familiares de las
víctimas de la masacre, han consolidado al grupo. Algunos decían que con el traslado de los
cuerpos (12 de marzo) ya no hacía falta reunirse más, y sin embargo fueron descubriendo la
importancia de los talleres para salir más animados. Hasta junio, el esfuerzo de este
acompañamiento fue realizado con fondos propios de la RJM y con metodología psicosocial que ya
habíamos realizado en otro proyecto de apoyo a familiares de migrantes en cinco zonas del país. A
partir de junio recibimos el apoyo de UNICEF y comenzamos a realizar también talleres con niños,
niñas y adolescentes (NNA). En principio se trabajó con NNA familiares de las víctimas de la
masacre, pero ya se han iniciado grupos con hijos e hijas de migrantes, no necesariamente de la
masacre. Es una línea de trabajo para desarrollar el próximo año. Al primer grupo se le encuadra
dentro del concepto “manejo de duelo” y al segundo dentro del concepto “manejo de ausencia”.
Se han elaborado, bajo la asesoría de la psicóloga Nieves Gómez Dupuis, unas guías pedagógicas
para trabajar a partir del próximo año.

Conscientes de que hay otras organizaciones que trabajan con migrantes y familiares desde el
enfoque psicosocial, se ha realizado, en colaboración con la Facultad de Psicología de la
Universidad Rafael Landívar, un “Encuentro de buenas prácticas en acompañamiento psicosocial
a migrantes” a finales de octubre, con muy buena participación y aprendizajes compartidos.

Tres enfoques han guiado este acompañamiento. Por un lado, el enfoque cultural maya nos ha
llevado a contratar personal local que pudiera hablar la lengua mam, como en el caso de la
promotora Glendy Agustín y después la promotora Carlily Marroquín, ambas de Comitancillo.
También el psicólogo, Lcdo. Francisco Mauricio Salvador, es de Comitancillo. La publicación que se
hará para el primer aniversario contiene biografías de las víctimas y se realizará una traducción en
mam. Por otro lado, un enfoque de derechos humanos hace que el acompañamiento no se quede
solo en lo psicológico sino que se enmarque en la defensa de derechos que se han inculcado no
solo a los fallecidos (derecho a migrar) sino a todos los que han tenido que salir por falta de
5
https://www.proceso.com.mx/nacional/estados/2021/7/1/vinculan-proceso-los-nueve-que-liberaron-la-
camioneta-involucrada-en-caso-camargo-266987.html
desarrollo en ese municipio (derecho a no migrar). Este enfoque de derechos humanos une a
Comitancillo con el trabajo de la RJM con familiares de migrantes en otros municipios (Zacualpa,
Santa María Chiquimula, Palencia, y parroquia de Las Victorias en la capital), donde se trabaja
también con el tercer enfoque, el enfoque de género que visibiliza las dificultades de las mujeres
familiares de migrantes.

Podríamos señalar un cuarto enfoque, pero que ya no es psicosocial sino más amplio. Se trata de
una visión pastoral que la RJM tiene de su acompañamiento y que podríamos llamar enfoque de
fraternidad. Desde los inicios del trabajo jesuítico con migrantes y refugiados se utiliza el concepto
de “acompañar” con un significado de “compañeros de Jesús” que están en un mismo plano de
fraternidad con las personas migrantes y refugiadas. Se trata de promover relaciones horizontales
de amistad, aprendiendo de su resistencia y de sus valores, compartiendo también momentos de
dolor e impotencia con las personas acompañadas, y priorizando más el “estar” con ellas que el
“hacer” por ellas. Vamos a desarrollar más ese acompañamiento pastoral.

3. ACOMPAÑAMIENTO PASTORAL

En 1980, cuando el P. Arrupe, superior general de los jesuitas en ese año, crea el Servicio Jesuita a
Refugiados, no olvida que el servicio no es solo material sino también “humano, educativo y
espiritual” (Carta del 14 de noviembre de 1980). Para la RJM compartir la fe no es anecdótico. En
el caso de este proceso en Comitancillo, recordamos que lo primero que nos pidieron los
familiares fue una oración junto al Ministerio de Exteriores, dentro de un bus. Una semana
después nos pidieron una Misa en la parroquia de Comitancillo. El 12 de marzo colaboramos en la
eucaristía en el estadio al recibir los cuerpos de las víctimas y hemos participado de algunos de los
velorios. En cada taller comenzamos con una oración amplia y participativa alrededor de un Cristo
de Esquipulas que cada mes va llevándose una de las familias a su casa. Salvo dos o tres familias
del grupo de familiares de la masacre, la mayoría son católicas. Pero tampoco imponemos un
modo y las familias evangélicas nos han pedido oración en sus casas. Sentimos que se ha logrado
una relación de confianza a través de las visitas a todas las casas, no solo las de Comitancillo, pues
se ha visitado también Concepción Tutuapa y Granados (Baja Verapaz).

Tal vez el hecho que muestra este acompañamiento pastoral ha sido la jornada del 2 de
noviembre en el cerro Serchil. Un taller de elaboración de barriletes terminó con una Misa y con el
vuelo de esos barriletes que se escondían entre la niebla y algunos se alejaron más de dos
kilómetros dentro de las nubes. Cada barrilete llevaba la foto y el nombre de una de las víctimas
de la masacre. Aunque el barrilete desapareciera entre las nubes, el hilo mantenía la certeza de
que seguimos unidos a él. Uno de los familiares lo expresó así en una reunión: “si la sangre unió a
nuestros hijos y hermanos, ahora nosotros debemos de permanecer unidos a ellos y entre
nosotros”.

4. TERCERA FASE: prevención y desarrollo


Para el año 2022 nuestro plan es aplicar las guías pedagógicas elaboradas este año y difundirlas
en otros espacios, pero también ampliar el acompañamiento a familiares de migrantes en general,
pues es un fenómeno muy amplio en ese municipio. Se trata de mejorar el conocimiento de las
consecuencias de la migración en la persona, en la familia y en el municipio, así como de las causas
que la provocan, dentro de un enfoque de derechos. Es una línea de trabajo que llamamos de
“prevención” para capacitar a las personas ante un hecho que les afecta enormemente.
Consideramos importante poder llegar a escuelas y colegios con esas guías.

La segunda línea de trabajo busca apoyar en el “desarrollo”. En primer lugar, dando seguimiento a
un capital semilla que se logró este año para las familias de las víctimas de la masacre (ganado,
gallinas ponedoras, tiendas), pero también ampliando a otros familiares de migrantes y
promoviendo la implicación de la URL, a través del área de “Responsabilidad Social Universitaria”
que ya ha llegado a Comitancillo. Tratamos de llegar a un nivel municipal para colaborar en
alternativas y propuestas de desarrollo. Para ello se tendrán en cuenta tres estudios realizados en
este año 2021: un diagnóstico sobre la realidad migratoria de Comitancillo que se realizó como
parte del proyecto con UNICEF, un estudio que está en marcha por parte del equipo de
investigación de la URL-Quetzaltenango, y una investigación realizada en varios municipios del
departamento de San Marcos por parte del IDGT de la URL. (tal vez Lizbeth puedes explicar
mejor…)

ALGUNAS CONCLUSIONES

1. Ha sido importante iniciar con un acompañamiento pastoral (oración, Misas, escucha, visitas
a las casas) pues se genera confianza y empatía, y se comparte dolor e impotencia ante un
hecho que nos desborda por el exceso de maldad.
2. El tiempo dedicado a coordinar con instituciones de la RJM ha dado fruto al conformarse un
equipo fuerte tanto en la capital (para cuando los familiares llegaban a citas en el MINEX)
como en occidente.
3. Las alianzas con otras organizaciones son complementarias y no competitivas.
4. La experiencia del Centro Prodh y del SJM-Mex da seguridad y firmeza en los procesos.
5. El respeto a la cultura indígena (símbolos, celebraciones, traducciones), el apoyo de Basilia (Fe
y Alegría) en la traducción al mam, así como la contratación de personas de Comitancillo ha
ayudado a una mejor comprensión de la realidad de Comitancillo.

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