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SENTIR Y GUSTAR LAS COSAS INTERNAMENTE.

Estamos concluyendo este nuevo ciclo lleno de propósitos, de planes, de agendas


repletas de compromisos, algunos necesarios, otros creados. Un ciclo lleno de prisas, de
encuentros, de gente, de libros,... ¿Cómo vivo las prisas del día a día, el trabajo, la
universidad, la familia, a Dios entre tanto ajetreo?

San Ignacio, en su Ejercicios Espirituales nos enseña a descubrir algo importante sobre la
vida: “No el mucho saber harta y satisface el alma, sino el sentir y gustar de las cosas
internamente”. Nos recuerda un principio esencial: no es la acumulación de conocimientos
intelectuales lo que alimenta el alma, sino el asimilar y gustar íntimamente los misterios de
nuestra vida. Lo que importa no es tener muchas ideas, sino penetrar a fondo las
verdades esenciales… ya que la vida es un dialogo intimo con mi interior y esas pocas
verdades, cambiarán nuestra vida.

Sentir y gustar de mi vida.


Me veo atrapado en un montón de encuentros, de reuniones, de gente, de obligaciones.
No el mucho hacer nos ayuda más a acercarnos a Dios. Puede llegar a agobiar el pasar
por muchas actividades, sin plantearme qué estoy haciendo, para qué, cómo me siento.
No nos ayuda el tener mucho, en algunas ocasiones el estar rodeado de cosas, nos
impide acercarnos a lo Importante. Debemos reflexionar sobre nuestro hacer y tener, y
dejar descansos en ello para poder analizar cómo vivo.

¿Me dejo llevar por el consumo? ¿Es mi día a día una sucesión de actividades? ¿Por
quién lo hago? ¿Por qué lo hago?

Sentir y gustar el entorno


Hay que disfrutar del entorno físico y de las personas que nos rodean. Para que nuestro
servicio sea más fértil, debemos aprender a estar en armonía, a sentir y gustar con
nuestro alrededor. Esto nos ayudará a poder transmitir a los demás esa misma
experiencia de comunión que nosotros vivimos.

¿Tengo tiempo para disfrutar de lo que me rodea? Si no lo hago ¿Qué me impide?

Sentir y gustar mis estudios


A veces me siento agobiado por el trajín de mis clases, me doy poco tiempo para disfrutar
de los que estudio, de mis relaciones con mis compañeros. A veces siento que las
responsabilidades académicas me desborda. En algunas ocasiones me siento

Sentir y gustar de Dios


Es imposible transmitir el mensaje de Cristo si internamente no lo hemos “sentido y
gustado”. Sentir y gustar de Dios es tener la experiencia de conocerlo y amarlo de tal
manera que podamos expresar junto a las Sagradas Escrituras “no podemos callar lo que
hemos visto y oído ”; y es que ese encuentro con Dios no nos puede dejar inmóviles,
indiferentes, y eso nos lleva a anunciar a todos lo que nosotros hemos vivido. Todo lo que
hagamos, vivamos, sintamos quedará impregnado por Él.

Agradezco a Dios que se me haya revelado. ¿Transmito toda la alegría que me viene de
Él a otros? ¿Tengo deseos de heredar la vida eterna?
No hay nada más práctico que encontrar a Dios.

Es decir, enamorarse rotundamente y sin mirar atrás.


Aquello de lo que te enamores, lo que arrebate tu imaginación,
afectará a todo.
Determinará lo que te haga levantar por la mañana,
lo que harás con tus atardeceres, cómo pases tus fines de semana,
lo que leas, a quien conozcas, lo que te rompa el corazón y lo que te
llene de asombro con alegría y agradecimiento.
Enamórate, permanece enamorado, y esto lo decidirá todo.
Pedro Arrupe sj

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