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Paul Gauguin: “Ta Ma Tete. Mujeres tahitianas en el mercado”.

Basilea,
Kunstmuseum. 1892. Óleo sobre lienzo, 73 x 92 cms.

En 1890 Guaguin se instala en Tahití, su propósito era encontrar gentes no


contaminadas por el progreso en la búsqueda de paraísos naturales. Sobre él pesaba la
necesidad de pintar como los primitivos, un primitivismo que Gauguin y Emile Bernard
habían ya experimentado en su estancia en la Bretaña. La obra es una de tantas que el
artista realizó en Tahití y que pretenden reflejar la vida de los nativos.
La escena presenta a una serie de mujeres sentadas en primer plano, mientras
que al fondo se ve a dos hombres realizando diversas tareas. Como puede apreciarse la
escena carece de perspectiva y de profundidad. Gauguin ha empleado colores planos y
la pintura no posee relieve, en nada se asemeja a los cuadros de los impresionistas en
donde las pinceladas perfectamente definidas se traslucen en la superficie del cuadro.
En su lugar, líneas obscuras limitan los contornos como si de un esmalte tabicado se
tratara, el llamado cloisonnisme que había desarrollado con Émile Bernard en Bretaña.
Colores saturados, sin mezclar con blanco rellenan las “celdillas” y cubren la superficie
de la pintura, sin pretensiones de profundidad, ésta sólo se consigue con los diferentes
tamaños de las figuras y la sucesión de planos. Los colores brillantes y las convenciones
en la representación, la carnación de las figuras, nos reflejan un ingenuismo que el
pintor emplea para asemejarse a los primitivos.
Pero el primitivismo que Gauguin interpreta, no es sólo un concepto asimilado a
los pueblos primitivos del momento, sino que recoge el arte de griegos y egipcios
antiguos o de culturas no occidentales como las de México o Asia, que habían
entusiasmado a los artistas en la exposición universal de París de 1889 o en el recién
creado museo antropológico del Trocadero. En el caso de la pintura que nos ocupa, son
claras las deudas con la pintura egipcia de las que se imitan las perspectivas y las
actitudes, la formulación del arte egipcio sirve perfectamente para dar a conocer la vida
natural y primitiva de los nativos de Tahití.

Bibliografía
-J. REWALD: El posimpresionismo. De Van Gogh a Gauguin. Alianza, Madrid, 1982,
pág. 411.
-Ingo F. WALTHER: Paul Gauguin. 1848-1903. The Primitive Sophisticate. Taschen,
Colonia, 1988, pág. 48.
-Arhurt ELLRIDGE: Gauguin. Lisma Ed. Lisboa, 2001, pág. 34.

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