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TEMA 3: El postimpresionismo.
La pintura postimpresionista se desarrolla en su mayoria en Francia a finales de s.XIX,
teniendo como lema el positivismo, que se basa en la experimentación. Por lo cual
podemos llegar a decir que él posimpresionismo estaba compuesto en su mayoría por
burgueses acomodados.
No hace falta decir que es un neoimpresionismo con tendencia también al puntillismo.
Georges Seurat: volverá al estudio y a las temáticas clásicas, se dice que quería captar la
diversidad cultural de la sociedad, la diferencia de clases.
La tarde de domingo en la isla de la Grande Jatte (1884-86); hace estudio de cada figura
por separado. En el parque se mezclan diversas clases sociales, no estaba limitada a una
audiencia diversa.
Paul Signac - sigue por la rama del divisionismo, el cual se trata de erradicar la
necesidad de representar la realidad a favor de la ilusión visual.
Puesto de la Marsella (1906)

Paul Cezanne
Cezanne pertenece a la generación de Monet y Renoir pero su obra de madurez no
puede considerarse impresionista. En París conoció a Pissarro y expuso en el famoso
salón de los rechazados.
Tras exponer con los impresionistas en 1874 y 1877 se recluyó cada vez más en Aix.
Fue Cezzane el primero en abordar el tema del retrato con su obra Autorretrato con
fondo rosa en 1875 en él se advierte la huella de Manet en la pincelada, la técnica de
pintar sobre capas todavía húmedas y el uso abundante del negro, el artista aparece
como retirándose de escena, y su aspecto harguñoso contrasta con el espléndido fondo
de color carne.
En un paisaje de la misma época domina la influencia de Pisarro, y su preocupación por
la construcción más que por la atmósfera, pero a diferencia de Pissarro, Cezane suele
pintar paisajes sin figuras. Desde comienzos de los años sesenta la pincelada tiende a ser
rectangular y regular, hacia 1877-78 esta pincelada se convierte en una factura
constructiva: pinceladas de forma y tamaño constante, ordenadas en la misma dirección.
De esta factura se salva el agua y a veces también el cielo. Estos detalles se pueden
apreciar en su obra
Tejados Rojos. L'Estanque de 1883.
En 1890 sus obras maestras son figuras humanas, la figura de Madame Cézanne
conserva una mínima corporal y le da un giro gracioso, con un leve descoyuntamiento,
la diagonal separa la cabeza del cuerpo. En el dibujo del rostro se advierte una
simplificación geométrica.
Aunque Cezanne dedicó al paisaje la mayor parte de su obra, la inmovilidad del
bodegón era el terreno más idóneo para su interés por la composición y su lento proceso
de trabajo. El dilema entre lo que Cezanne llamaba la plástica colorista y la plástica
escultórica, era entre lo visual y lo táctil, no estaba resuelto definitivamente. Ejemplo de
tal visión escultórica es su obra Tres calaveras de 1900 donde la paleta limitada anticipa
la reducción monocroma del cubismo analítico.
En sus grandes obras finales, como las Grandes bañistas, el modelado se vuelve más
interrumpido y los parches de color sugieren la visión a través de un vidrio esmerilado,
apenas existe el contraste entre los cuerpos opacos y el aire. Al mismo tiempo se
reafirma la preocupación por la composición y el dibujo simplificados geométricamente
y ajustados a la forma del marco. Fue interesándose cada vez más por el contorno que
sugiere un incesante punto de vista.

Paul Gaugin (1848-1903)


Paul Gauguin admiraba a Cezanne, para ambos la pintura era un análisis visual.
Al principio era un aficionado: en 1876 expuso un paisaje en el Salón y desde 1879
participó en las exposiciones impresionistas. Hacia 1886 se alejó del impresionismo y
buscaba un estilo menos naturalista, más simplificado y abstracto.
Se inicia en la región de Bretaña, donde muchos artistas viajaban para conocer la cultura
ya que se trataba de una región muy pobre y pintoresca. A Gauguin no le interesaba
pintar "primitivos" sino pintar como primitivos. En Bretaña conocerá al joven pintor
Emile Bernard y a su hermana Madeleine, católicos que le atraerá a la religiosidad
bretona.
El cuadro de Bernard: Bretonas en la pradera, influyó decisivamente en la obra de
Gauguin, quisó representar el fervor religioso como en sus obra “Visión después del
sermón”, “Jacob luchando con el ángel”, había desarrollado el estilo "cloisonniste"
basado en amplias zonas de color plano entre contornos simplificados y marcados con
gruesos trazos negros o azules.
Como en su obra “El Cristo Amarillo de 1889”, el artista encontrará un motivo que
usará repetidamente, la adoración de la materialización escultórica de la aparición.
Representa a unas bretonas adorando un calvario, de nuevo se presenta la superstición
primitiva y la disposición en semicírculos de las figuras y la cofia en primer plano. La
relación entre las mujeres con la presencia sobrenatural será en adelante un tema
constante en Gauguin.
Sobre su obra “Visión después del sermón” aparece representada una escena donde las
mujeres bretonas asisten a una aparición en el prado: el combate bíblico entre Jacob y el
ángel. Las cabezas en primer plano y el espectáculo al fondo evocan las escenas de
teatro de Degas, el árbol divide el cuadro en dos zonas: espectadores y espectáculo, lo
natural y lo sobrenatural y para rematar a los lados surgen dos figuras orantes de perfil.
En 1887 Gauguin había viajado a Panamá y Martinica pero su deseo de evasión no
estaba saciado, y fue estimulado por la intensa propaganda colonial, las charlas de Van
Gogh y el arte étnico. En 1891 decidió instalarse en Tahití donde esperaba vivir sin
preocupaciones de dinero.
“Manao tupapau”, según Gauguin, esta obra puede verse como un juego de inversiones
sobre Olympia, tanto en la posición del desnudo como en los colores.
Dos temas dominan la obra de Gauguin: la sugerencia erótica y el ritual, con frecuencia
combinados. El simbolismo de la celebración religiosa domina en Mahana no atúa, la
composición simétrica triangular evoca a lngres. Al fondo, las mujeres en el ritual: las
vemos llevar ofrendas y danzar ante el ídolo Hiina, más cerca las tres figuras hieráticas
que simbolizan el nacer, el vivir y el morir. Los reflejos en el agua misteriosa escapan
ya a las convenciones de la representación figurativa y forman una composición
abstracta de colores planos.

~~ 1901 se traslada a Tahití a las islas Marquesas. El año 1902 pintó allí dos
composiciones de jinetes en la playa que evocan las escenas de caballos de Degas. Tres
jinetes nativos avanzan hacia el fondo, y entre ellos cruzan otros dos jinetes
transversales, que son figuras de perfil como sacadas de un bajorrelieve.
Son espíritus tupapaus, cuya presencia natural no perturba la calma idílica de las demás
figuras.

Vincent Van Gogh (1853-1890)


Van Gogh ha pasado a la historia y a la leyenda como el arquetipo de artista aislado e
incomprendido. Pero la obra fulgurante de sus últimos años arranca del contacto con
otros pintores en París desde 1886, allí aprendió técnicas impresionistas y entabló
amistad con Émile Bernard. Cuando se trasladó a vivir a Arles, en 1888, había
asimilado estas influencias, integrándolas en un estilo personal.
El gran modelo de Van Gogh fue la pintura campesina de J.F. Millet, que para él
encarnaba un proyecto del arte moderno opuesto al de Manet: el interés serio por el
trabajo humano y el sufrimiento. De Millet toma Van Gogh el motivo simbólico del
sembrador.
En su obra El sembrador de 1888 la pincelada fragmentada produce una intensa
vibración óptica en toda la superficie de la pintura, el tamaño de estas pinceladas sirve
para apuntar la profundidad perspectiva. En otoño de 1888 pinta dos cuadros de formato
semejante: El café de noche y El dormitorio. Ambos interiores están dominados por
una perspectiva exagerada, indicada por el suelo y por un mobiliario voluminoso. En las
dos imágenes aparecen sillas vacías y al fondo, justo enfrente de donde se sitúa el
pintor, un espejo vacío: ambos elementos coinciden al señalar una ausencia, la del
artista. La diferencia expresiva de ambos cuadros debía plasmarse por el poder
simbólico del color.
En El café de noche el pintor ha intentado sugerir terribles pasiones con el contraste de
rojos y verdes: ha pretendido mostrar que el café es un lugar donde uno puede
arruinarse. Los halos de las lámparas que proceden de los neoimpresionistas
contribuyen a definir una atmósfera irreal.
Por otra parte, en El dormitorio, que representa el cuarto de la casa amarilla donde
vivió, Van Gogh ha buscado equilibrar cada color con su complementario, las tintas
cálidas con las frías, para sugerir reposo o sueño. Ahora bien, la perspectiva acelerada y
absorbente comunica más bien ansiedad, la única tranquilidad que se puede encontrar en
la imagen es la de la desolación.
Por razones económicas Gauguin tuvo que trasladarse a vivir con Van Gogh a la casa
amarilla, ambos retrataron a Madame Ginoux, patrona del Café de la Gare. Van Gogh
pintó dos versiones: un estudio del natural y un cuadro más elaborado de colores más
intensos y simples. Es un retrato simbólico, donde la señora Ginoux encarna el tipo de
la mujer moderna de sensibilidad nerviosa. Las novelas sobre la mesa presentan el
consuelo del arte. El tratamiento del color en áreas planas y la silueta de caprichosos
contornos delatan la influencia de las estampas japonesas.

Continuando con la serie de retratos simbólicos, pinta cinco versiones de La Berceuse,


la mujer que mece, la figura consiste en sus manos la cuerda de mecer la cuna,
personifica el arquetipo de madre. El cuadro se inspira en un pasaje de la novela de
Pierre Loti Pescador de islandia donde los marineros, en el vientre de su barca, son
mecidos por las olas y arrullados por el sonido regular de la nave. Van Gogh pretendía
cantar una nana con los colores.

En su obra Autorretrato de 1889 no se retrata con la bata de pintor, sino con chaleco y
chaqueta, con un aspecto más correcto que de costumbre, para mostrar mejoría. Van
Gogh usa tanto variación sobre un tono dominante como la oposición de
complementarios: el rojo de la barba contrasta violentamente con los tonos verdoso del
rostro y los azules del fondo. La chaqueta y el chaleco eran al aparecer de color lila
brillante, pero se han degradado. El fondo de ondas y remolinos, peinado por el trazo
como una cabellera, es una transposición del cielo de La noche estrellada.
Van Gogh se resistía a pintar composiciones de temas cristianos pero no renunciaba a
copiar cuadros religiosos ni a introducir un simbolismo místico latente en sus retratos y
paisajes.
El tema de la noche estrellada 1889 le sirvió en este sentido, podría expresar la
superación del tiempo y el anhelo de la eternidad. Van Gogh creía que la muerte podía
ser sólo el umbral de otra vida, el comienzo de un viaje a las estrellas, donde se
continuaría la existencia. Este paisaje es una imagen de la muerte, pero no un memento
maro pavoroso,
Van Gogh no quería pintar la noche en blanco y negro, sino con colores más intensos y
exaltados que el día, pretendía conjurar el terror y ofrecer una imagen embellecida de la
muerte como promesa de paz y vida eterna.
Recluido en el asilo de Saint-Rémy, Van Gogh pintaba una y otra vez el único paisaje
que veía: la vista desde la ventana. En varios cuadros de este campo aparece la figura de
un campesino, como el sembrador, un símbolo de inspiración bíblica, el segador que
lleva arroz y la guadaña es una imagen de la muerte. De nuevo pretende crear, como en
la noche estrellada, un exorcismo del terror a la muerte.

Pintura simbólica
Hacia 1885 volvió una cultura basada en el interés por los románticos, el pensamiento
idealista, el misticismo y el ocultismo. La nueva estética reemplaza la fe en el
conocimiento objetivo de la naturaleza física por la intuición de ideas inmateriales.
El movimiento literario simbolista y el cambio de sensibilidad provocaron la
resurrección de ciertos artistas olvidados o relegados como Pierre Puvis y su obra El
sueño de 1883, es una versión del mitológico Juicio de Paris, las figuras fantasmales
que encarnan el amor, la gloria y la riqueza representan a un joven durmiente. Puvis
traduce el mito clásico en clave subjetiva: como ensoñación y aparición.
Los dioses antiguos son también protagonistas de la obra de Gustave Moreau Júpiter y
Sémede de 1895, en ella Sémede pidió a Zeus que se le apareciera en toda su forma
divina, Zeus accedió y sus rayos aniquilaron a la imprudente mortal: En el cuadro el
dios se manifiesta en todo su esplendor, Sémedee cae fulminada y con ella muere el
genio del amor sensual y terrestre, pero Sémede se purifica y regenera, lo divino se
derrama sobre todo y se produce una metamorfosis total.
El suizo Arnold Bocklin cultivó lo mitológico, su obra más popular es la isla de los
muertos, de la que hizo cinco versiones, debe su título al marchante Gurlitt. Del agua
surge un islote sus rocas llenas de nichos sugieren confusión primordial de arquitectura
y naturaleza.
Lo esencial es la atmósfera sentimental: solemne y fúnebre, helada y tenebrosa.

Dos excéntricos
Odilón Redan alcanzó su gran prestigio entre los simbolistas por sus grabados
ambiguos y misteriosos. Una de sus imágenes más conocidas es Ojos cerrados de 1890,
este motivo nació ante la estatua del esclavo de Miguel Angel en el Louvre. Redan
destaca el aislamiento hermético de la vida interior. Representa el mundo de los sueños
y de lo onírico.
Otras obras que podemos destacar son “la aparición” y “araña llorando”
Los cuadros de Henri Rosseau, llamado El Aduanero se dividen en dos grupos: por un
lado, los que representan la ciudad , el río, los parques y monumentos y la vida
cotidiana de los pequeños burgueses. Por otra parte, las escenas de un mundo exóticos:
la selva y las fieras . En la gitana dormida, la mirada fija del animal contrasta con los
ojos cerrados de la mujer.

Art Nouveau
El pintor austriaco Gustav Klimt es conocido como autor de grandes decoraciones
alegóricas. Su Palas Atenea de 1898 señala el comienzo de la madurez del pintor. La
diosa de ojos glaucos lleva la égida y el rostro de Medusa, en un mano la lanza y en la
otra, la nuda verita con el espejo en la mano. Palas aparece aquí en una vista frontal y
con ojos hipnóticos, con aire más oriental que griego clásico.
También destaca en su producción artística su obra El beso, pintada entre 1907 y 1908,
en ella la capa masculina presenta cuadros mientras que la femenina círculos. El hombre
tiene un color de piel más oscuro que la mujer, se dice que las representaciones son el
propio Klimt y Emilie Floge.

Aunque la obra de Toulouse Lautrec procede de la tradición impresionista y aparece


lejos de la pintura de Klimt, coincide con ella en el predominio de la superficie plana y
decorativa y en particular de las líneas envolventes del estilo art nouveau. Lautrec fue
pintor del mundo nocturno y bohemio de París, en su obra ensayo con las nuevas de
1890 se representa el adiestramiento de las bailarinas del Moulin Rouge. La iluminación
eléctrica y de gas baña la escena en una atmósfera sórdida e irreal. No hay entusiasmo
ni alegría. En el fondo junto al punto de fuga hay un espectador extraño: un esqueleto
con bombín y cuello duro.

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