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Nivel de originalidad del método de valoración de la prueba pericial de cotejo

dactiloscópico: Importancia para el juzgador

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Nivel de originalidad del método de valoración de la prueba pericial de cotejo
dactiloscópico: Importancia para el juzgador

Este ensayo surge de la tesis doctoral titulada Método de valoración de la prueba

pericial de cotejo dactiloscópico, que incluye el nivel de originalidad, basado en las reglas

de la ciencia como parte integral de la sana crítica, presentada ante la Universidad de

Medellín en la Facultad de Derecho por Ordóñez (2018), teniendo en cuenta que la

dactiloscopia es un procedimiento mediante el cual se posibilita la identificación de los

individuos a partir de la impresión digital, técnica que a lo largo del tiempo y de las

innovaciones tecnológicas ha sufrido cambios y propiciado la búsqueda de métodos para

mejorar su utilidad.

Por tanto, se sustenta aquí como tesis, la importancia que tiene para el juez tener el

mayor grado de seguridad de la originalidad en la valoración de la prueba pericial de cotejo,

haciéndose necesario la inclusión del tercer nivel de identificación pericial, como lo

propone Ordóñez (2018) en su trabajo de investigación. De allí que, se considera valido el

propósito que tuvo el autor por querer destacar lo importante que es la prueba pericial

dactiloscópica, debiendo ser valorada desde el nivel III de originalidad

Puesto que, en este nivel III, el estudio dactiloscópico se lleva a cabo a manera de

análisis descriptivo y comparativo, para la demostración objetiva de similitud de los

sistemas de crestas, núcleo, delta, cuenta de crestas y/o forma, dirección y disposición

topográfica de los puntos particulares señalizados de manera conveniente, al cotejar dos o

más dibujos dactilares, que permiten gozar de certeza de que los dactilogramas cotejados

pertenecen al mismo dedo de una persona. Abordando así el tema de la originalidad y

autenticidad (Sierra, 2015).


Así mismo, es relevante la calidad del estudio, por lo cual es necesario llevar a cabo

cada uno de los pasos que lo componen como es análisis, comparación, evaluación y

verificación, de manera que sea posible con la evaluación conocer si es suficiente para una

conclusión o por el contrario debe repetirse la prueba, en cuanto a la verificación debe

realizarse por un experto de igual o mayor experiencia que el primero, todo con el fin de

aportar confiabilidad en los resultados (Solana, 2021)

Por otro lado, se considera acertado el uso de las cadenas de razonamiento como

apoyo a la valoración probatoria, dado que la única manera en que un juez puede valorar las

pruebas científicas es a través de la investigación empírica y científica en medio de la

interrelación con el área de conocimiento fuera del Derecho, puesto que, si el juez cuenta

con herramientas que le posibiliten declarar una prueba como técnica o científica de manera

confiable, es la mejor manera de garantizar un óptimo papel probatorio para el proceso

(García, 2020).

En palabras de Ordóñez (2018), a través de las reglas de la ciencia, es la mejor

manera de restringir las presunciones subjetivas de valoración de la prueba, que hace parte

de los sistemas de valoración probatoria e integral de las tres reglas del sistema de la sana

crítica. Así mismo, “la cientificidad de las pruebas en sí misma, no cierra su valoración

probatoria. Cuando la prueba se apoya en técnicas y conocimientos científicos

generalmente admitidos, su valoración vincula indiscutiblemente al juzgador” (Taruffo,

2013, citado por Ordóñez, 2018).

Es de anotar, que la sana crítica es el modelo de valoración establecido a partir de

normatividad jurídica de cumplimiento absoluto según el Código en un Estado de derecho,

bajo la autoridad del juzgador o funcionario competente para valorar la prueba en procesos
penales o civiles, cuya lógica, la máxima experiencia y la ciencia constituyen los parámetro

de una valoración de acuerdo con la reglamentación de la sana crítica, a fin de poder

brindar seguridad jurídica (Lluch, 2015, citado por Ordóñez, 2018).

De manera que, lo que trata la sana crítica es dejar a la facultad potestativa del

juzgador la determinación de valoración de los medios que brindan convicción, quedando

libre de proceder no desde la versión incierta ofrecida por testigos, si no desde un solo

testigo en causa con afirmación convincente, teniendo en cuenta aspectos particulares de la

prueba. Por ello Sentis (1979), expresaba que este concepto de sana crítica es propio de

países latinoamericanos por su procedencia hispánica, no encontrándose tal expresión en

sistemas judiciales diferentes a los latinos.

Sin embargo, enjuiciar a los individuos por infringir la ley civil o penal, es un acto

de ciencia conformado por la explicación del conjunto de normas que regulan los diversos

momentos del proceso, en los cuáles se decide la situación jurídica de las personas y los

bienes, apoyado en el análisis de la prueba, lo cual implica que, juzgar basado en la sana

crítica, constituye un arte, teniendo presente que el individuo encargado de juzgar, deberá

hacer uso de todos los principios, regla, preceptos dispuestos para juzgar correctamente,

pues siendo una tarea humana debe contener un fin ético enfocado en las virtudes que

conllevan a hacer el bien, sumado a la aplicación de la ciencia propia del proceso se

entiende también como arte, comprendiendo así que un buen juzgamiento se compone de

atención a la bondad, la verdad de los hechos y carente de vicios o errores (Arazi, 1991).

Por otro lado, para Tuffo (2013, citado por Ordóñez, 2018), los ámbitos de la

ciencia y el proceso judicial son diferentes, dado que la ciencia busca descubrir teorías

generales o leyes, y el proceso judicial, busca la verdad en torno a un hecho específico. A lo


cual Lluch (2015, citado por Ordóñez, 2018), considera que, si bien la ciencia no es

indispensable para el proceso, una vez inicie su aplicación al conocimiento en el proceso,

no puede ser ignorada, pero tampoco sobrevalorada.

Si bien la ciencia entra a jugar un rol importante para las partes que intervienen en el

proceso, esta es recibida por el juzgador a través de diversas visiones, entre ellas, la del

abogado, el perito, etc., finalmente es el juez quien a partir de los informes recibidos y

aplicando la sana crítica debe decidir la solución, desde su falta de experticia en ciencia

(Lluch, 2015, citado por Ordóñez, 2018).

No obstante, se discute como de los diversos conocimientos y sus variados grados

de fiabilidad, es desde la ciencia que se recibe mayor fiabilidad. De manera que, se refleja

aquí la importancia y relevancia de “proporcional al juez conocimientos epistemológicos y

de arbitrios valorativos de la prueba científica, doctrinales pacíficos o de aceptación

general” para hacer posible la ponderación del conocimiento científico, ante todo frente a la

metodología del informe pericial, a fin de alcanzar una decisión instaurada y controlada aun

llegando a instancias superiores (Lluch, 2015, citado por Ordóñez, 2018).

En conclusión, se reafirma la tesis propuesta sobre la importancia que tiene para el

juez tener el mayor grado de seguridad de la originalidad en la valoración de la prueba

pericial de cotejo, haciéndose necesario la inclusión del tercer nivel de identificación

pericial, como lo propone Ordóñez (2018) destacando de esta manera, la validez del

propósito que tuvo el autor por querer destacar lo importante que es la prueba pericial

dactiloscópica, debiendo ser valorada desde el nivel III de originalidad, como medio

científico que le brinde confiabilidad de las pruebas científicamente validadas.


Referencias

Arazi, R. (1991) La Prueba en el Derecho Civil. Buenos Aires (Argentina): Ediciones La


Rocca, pp. 89 y s

García Castillo, Z.; López, C.; López, F.; Villavicencio, A.; Loyzance, Ch.; Castillo, A. y

Lluch, X. A. (2015, citado por Ordóñez, 2018). Las reglas de la sana crítica. Madrid: La
Ley.

Ordóñez Ramírez, H. (2018) Método de valoración de la prueba pericial de cotejo


dactiloscópico, que incluye el nivel de originalidad, basado en las reglas de la ciencia
como parte integral de la sana crítica. Tesis doctoral. Universidad de Medellín.
Facultad de Derecho.

Sentis Melendo, S. (1979) La Prueba. Buenos Aires (Argentina): Editorial EJEA, p. 261.

Sierra Torres, G. (2015). Enciclopedia CCI, Bogotá: Grupo Editorial Sigma

Solana Aguilar, E. 82021) Cotejo por superposición de huellas dactilares usando el


programa Adobe PhotShop. Archivos de Criminología, Seguridad Privada y
Criminalística Año 8, vol. 16 enero-julio.

Suzurí, L. (2020) Elementos técnicos y racionales para la valoración de la confiabilidad de


la prueba científica. Referencia a tres áreas de la Ciencia Forense. Isonomía, No. 53.
https://www.scielo.org.mx/pdf/is/n53/1405-0218-is-53-31.pdf

Taruffo, M. (2013, citado por Ordóñez, 2018). Estándares de prueba y prueba científica.
Madrid: Marcial Pons. Taruffo, M. (2013). La aplicación de estándares científicos a
las ciencias sociales y forenses. En C. Vásquez, Estándares de prueba y prueba
científica. Ensayos de epistemología jurídica. Madrid, Barcelona, Buenos Aires:
Marcial Pons.

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