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TEMA 5.

PRÁCTICA BASADA EN LA EVIDENCIA


CONTEXTUALIZACIÓN
La práctica basada en la evidencia nace ante la necesidad de integrar la experiencia clínica, la evidencia externa y la
perspectiva del paciente con la finalidad de aplicar a cada paciente el tratamiento que mejor le vaya a funcionar basado en
la evidencia empírica disponible.

Este movimiento aboga por el uso consciente, explícito y juicioso de la mejor evidencia en la toma de decisiones sobre la
intervención. Nace en el área de la medicina, pero se ha extendido a otras áreas sanitarias y sociales.

COMPONENTES DE LA PRÁCTICA BASADA EN LA EVIDENCIA

Este movimiento basa la toma de decisiones en la recopilación de información procedente de tres fuentes:

1. La evidencia empírica disponible: La evidencia empírica puede obtenerse de diferentes recursos entre los que
destacan: Estudios empíricos de calidad y estudios de revisión o metaanálisis de las guías de tratamiento.
2. La experiencia del profesional sanitario: Los profesionales sanitarios deben utilizar tanto su experiencia como
la evidencia empírica disponible. Sin la práctica clínica, la práctica corre el riesgo de ser tiranizada por la
evidencia, ya que incluso la evidencia avalada empíricamente puede ser inaplicable o inapropiada para un paciente
concreto.
3. La perspectiva o preferencias del paciente: Debemos adecuar la
evidencia empírica a las características personales de cada
paciente. Además debemos tener en cuenta las perspectivas del
paciente, ya que un tratamiento puede estar respaldado por
evidencia externa y experiencia clínica pero no ajustarse a las
preferencias del paciente.

La evidencia empírica sobre la eficacia y efectividad de un tratamiento se obtiene de estudios de revisión y de las Guías de
Práctica Clínica. El objetivo de estas es que el profesional sanitario tenga toda la información sobre el funcionamiento de
un tratamiento; características, forma de aplicación, población destinada, eficacia, efectividad…

PRÁCTICA BASADA EN LA EVIDENCIA EN PSICOLOGÍA


En los 80 nace en Canadá el movimiento de la Medicina Basada en la Evidencia. Un par de años más tarde, la División 12
(Psicología clínica) de la APA publica el informe Task Force on Promotion and Dissemination of Psychological
Procedures cuya finalidad era promover los tratamientos basados en la evidencia en el ámbito de la psicología. En 2005,
la APA publica el informe realizado por la Task Force on Evidence-Based Practice, enfatizando la importancia de la
práctica basada en la evidencia.

Los profesionales de la psicología deben tener el conocimiento necesario para determinar qué tratamiento con base empírica
se debe aplicar, a qué sujetos y en qué condiciones. El trabajo del profesional de la psicología debe regirse por los principios
éticos aprobados por los colegios profesionales. El Colegio Oficial de Psicólogos y la APA tienen como objetivo velar por
el buen desarrollo de la profesión y guiar a los profesionales en su devenir profesional. Ambas asociaciones han divulgado
los principios éticos y deontológicos que debe seguir el profesional de la psicología.

Entre sus recomendaciones se encuentran

- Hacer un esfuerzo continuado de actualización en su competencia profesional (artículo 17 del código


deontológico).
- No utilizar procedimientos que no estén suficientemente contrastados (artículo 18 del código deontológico)
- Abogar por el respeto, los derechos humanos y la honestidad; así como prudencia en la aplicación de instrumentos
y solidez científica en sus intervenciones (artículo 6)
- Contribuir al ejercicio de la ciencia (artículo 33)
- Mantener la competencia (artículo 2.03)
- Bases para los juicios científicos y profesionales (2.04)

UN PASO MÁS ALLÁ. EVIDENCIA BASADA EN LA PRÁCTICA


La evidencia basada en la práctica consiste en el uso concienzudo, explícito y juicioso de la evidencia actual extraída de
los entornos clínicos para tomar las mejores decisiones en la atención a los pacientes. Significa integrar la pericia clínica y
las características contextuales del servicio asistencial con la más rigurosa investigación disponible realizada en entornos
clínicos naturales y de práctica cotidiana.

Este movimiento complementa el conocimiento generado por la Práctica Basada en la Evidencia, fomentando además su
implementación. Por otro lado, cubre la necesidad de realizar investigación fundamentada desde los contextos clínicos, es
decir, subraya la importancia de fomentar la creación y fortalecimiento de las redes de trabajo entre investigadores y
clínicos, ya que es imprescindible que se establezca entre ellos una comunicación bidireccional, con la finalidad de que se
lleven a cabo proyectos de investigación aplicables al día a día de los psicólogos clínicos.

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