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Pugliese, Juan Carlos (2014), 2.8. La reforma universitaria hoy. 3. Las políticas de
educación superior en la agencia de la sociedad del conocimiento
KROSTCH, Pedro (2000), Capítulo 3: Modelos Analíticos para la Comprensión de la
Educación Superior en “Sistemas Educativas y Reformas Comparadas”.
KROTSCH, Pedro (1993) “La universidad argentina en transición”, en Revista Sociedad
Nro. 1, Facultad de Ciencias Sociales, UBA, pp. 5-30.
Hola a todxs!
Ya hemos presentado a la Reforma Universitaria, tal como fue trabajada en la clase 4 a partir
del planteo de Juan Carlos Pugliese en el punto 2.8. de la Carpeta de Trabajo. También
intentamos rescatar y describir al particular fenómeno que ocurrió en la Argentina a
principios del siglo XX.
Hemos tomado a la Reforma del 18, como uno de los hechos históricos de mayor
significación en la historia de la universidad argentina. Su relevancia radica en que la
dinámica y los resultados de ese proceso marcaron los temas de la agenda universitaria en la
mayor parte del siglo XX. Aquí se responde en cierta forma el interregno que algunos de
ustedes consultaron entre la creación de las primeras universidades y la generación de los
50.
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En esta línea es que proponemos pensar a la Reforma contextualizada en una historia
general de la universidad argentina y describirlo como un proceso de larga duración que no
puede circunscribirse solamente a los hechos de la revuelta estudiantil. No podemos dejar de
mencionar que la reforma está relacionada con el contexto de democratización del sistema
político local durante la primera década del siglo. De esta forma, se combinaron la demanda
por mayor participación de los nuevos sectores medios, beneficiados por la urbanización y la
modernización y representados por la Unión Cívica Radical, y la decisión de una elite de
ideología reformista liberal que acepaba modificar el régimen político, en la medida que podía
asegurar una mayor integración y control de la sociedad y legitimar mejor su autoridad.
Según Chiroleau (2000) “La universidad era entonces una meta y un “oscuro objeto
de deseo” para los sectores medios, en ascenso”. Por eso la reforma fue parte de una
puja por mantener y ganar posiciones en el sistema social. El debate sobre la reforma se
asentó en una fuerte crítica a la universidad tradicional y en la necesidad de renovar la
enseñanza y de reorganizar el sistema universitario.
Coincidimos con Diego Pereyra cuando señala que “La Ley de Educación Superior intentó con
éxito muy parcial la articulación de estas dos tradiciones, incorporando en un marco
legislativo global a la autonomía universitaria como un derecho fundamental y como una
garantía para el funcionamiento del sistema y, al mismo tiempo, introduciendo una cultura de
la evaluación y control que reconoce la responsabilidad que tienen las universidades ante la
sociedad.”
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La Educación Superior debe ser tratada como una cuestión de Estado, construyendo
consensos a partir de las propias y lógicas diferencias de los actores involucrados en el
sistema. La Educación Superior argentina que, no escapa de la realidad del resto de los
países latinoamericanos, está conformada por un sistema diversificado y complejo, que
tiende a través de diversos mecanismos la articulación interna, a veces, desconectados y
autistas, y en la mayoría de los casos apostando a la calidad de la educación y adecuando a
las distintas demandas educativas de la sociedad.
La Educación Superior en Argentina ha sufrido importantes cambios, ya hemos visto que las
instituciones han realizando grandes esfuerzos para mejorar la calidad de los servicios que
ofrecen y lo siguen haciendo con una gama diversos de resultados. Adecuar su oferta a las
necesidades sociales; incrementar sus actividades de investigación, jerarquizar la tarea de
sus docentes; sostener el acceso, permanencia y egresos de los alumnos, gobernarse
democráticamente; administrar con eficiencia y eficacia sus recursos; y hacer extensión y
transferencias tecnológicas y de servicios a la sociedad, diversificando sus fuentes de ingreso
son todas las acciones políticas y técnicas en las que se encuentran desde las más antiguas
hasta las de reciente creación, estas son todas las exigencias que poseen las instituciones.
A través del Estado con sus diferentes gobiernos y políticas y respectivas gestiones, se han
hecho esfuerzos que se han dirigido a proveer un marco normativo global que regule el
desarrollo del sector y a generar instrumentos que actúen como incentivos para el
mejoramiento y la reforma del sistema.
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cuáles son las estrategias que debería aplicar el Estado para poder lograr una participación
más activa y comprometida de las instituciones involucradas.
Hoy por hoy la LES se ha quedado en el tiempo, necesitaríamos una normativa más moderna
que contemple los desafíos y obligaciones que le competen a la educación superior hoy y
contemple también las problemáticas comunes de los sujetos que componen la educación
superior. Probablemente este sea el nuevo camino a construir, en un marco de un sistema
complejo con muchas instituciones y con una diversidad y heterogeneidad que ha sucedido
en el tiempo. Las articulaciones de la universidad y las instituciones formadoras y técnicas es
un trabajo que queda por hacer, y que apuntaría a la integración en todas sus dimensiones
(docentes, alumnos, investigación, proyectos comunes, etc.). En esto últimos años la SPU ha
perfilado a unos renovados CPRES. Y algún esfuerzo se está haciendo desde el Instituto
Nacional de Formación Docente con respecto a las propuestas de formación y de
acompañamiento a la docencia. Seguramente a partir de este año, pandemia de por medio,
estos espacios podrán volver a recobrar el dinamismo de otrora.
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Estado con el objetivo de generar criterios de equidad para la programación y distribución de
los recursos.
Sin ánimo de ser reiterativa me interesa que les quede claro como es el sistema de
coordinación y planeamiento de la educación superior para el nivel universitario. De aquí
emanan los controles del Estado y la regulación del sistema en el marco de lo propuesto por
la Ley de Educación Superior y las normativas que apoyan a la misma.
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En el nivel de los sistemas multiuniversitarios, existen dos instancias de coordinación del
sistema pero con un grado de autoridad reducido. Estos son: el Consejo
Interuniversitario Nacional (CIN) (http://www.cin.edu.ar/), integrado por los
rectores de las universidades nacionales y que integran a su vez el Consejo de
Universidades, y los Consejos Regionales de Planificación de la Educación Superior
(CPRES). El Consejo de Universidades, dentro del cual se encuentra el CIN, tiene a su cargo
la coordinación la coordinación de políticas y estrategias de desarrollo universitario y es el
ámbito de concertación de las políticas formuladas por el gobierno. Los CPRES tienen por fin
tratar de alcanzar consensos para coordinar la planificación de la oferta de carreras a nivel
regional. Los CPRES son creados por la Ley Nº 24.521 como uno de los órganos de
coordinación y consulta del sistema universitario (Art. Nº 71), sobre la base de la experiencia
de los Consejos de Planificación Universitaria Regional (CPUR), creados por el Ministerio de
Cultura y Educación en 1993. Hasta la creación de estos últimos, no existían instancias
regionales en la que confluyeran las universidades estatales y privadas con los gobiernos
provinciales correspondientes.
Entre las instancias de acreditación y evaluación del sistema que define la Ley de Educación
Superior, la más importante es la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación
Universitaria (CONEAU http://www.coneau.gov.ar/) que es un organismo descentralizado,
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bajo la jurisdicción del Ministerio de Cultura y Educación de la Nación y que ya lo hemos
trabajado en profundidad en la clase anterior.
Es decir, en el marco de los CPRES, las discusiones y planteos pasan generalmente por
cuestiones que el Ministerio de Cultura y Educación necesita que se traten. Un ejemplo de
ello, es pensar que está pasando actualmente con el Programa Seguimos Educando (educ.ar)
y lo que proponen la mayoría de las jurisdicciones, esto es una eterna tensión entre la
administración central y las jurisdicciones.
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las instituciones y de las regiones a las que ellas pertenecen. "La planeación normativa
ha operado como mera formalidad que no esté articula con los problemas
concretos de la acción."
Estos últimos dos años se ha estado dando un nuevo impulso a los CPRES, pero su gran
obstáculo en el funcionamiento pasa porque las decisiones que se toman no son vinculantes,
y ello le quita la presencia que necesitan en las regiones.
No podemos dejar de mencionar que desde el 2003 a la fecha han sido muchas las acciones
que el Ministerio de Educación de la Nación ha bajado como parte de la línea política hacia el
sistema universitario. Ello ha producido impactos muy significativos e interesantes tanto en el
espacio académico así como en aquellas acciones en donde se intenta articular a las
instituciones con la región o con lo local. De ahí que su surjan programas específicos con un
alto grado de participación. El Estado ha destinado un importante financiamiento para el
desarrollo de estos programas y acciones hasta el 2015.
Nos queda pendiente el planeamiento de los institutos de educación superior que es otro
escenario, porque no está centralizado y depende de cada jurisdicción pero a la vez existe el
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Instituto Nacional de Formación Docente que promueves políticas para todas las
jurisdicciones. Pero no está articulado con las políticas de educación superior en las
universidades, lo cual se hace difícil a la hora de pensar un planeamiento del sistema esa
escisión que se produce y promueve la propia Ley de Educación Superior.
Cierre de clase:
Alejandra
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