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DEJANDO HUELLAS EN LAS SIGUIENTES GENERACIONES – QUE CONOZCA A DIOS.

2 TIMOTEO 2 Timoteo, mi querido hijo, sé fuerte por medio de la gracia que Dios te da en Cristo Jesús. 2 Me
has oído enseñar verdades, que han sido confirmadas por muchos testigos confiables. Ahora enseña estas
verdades a otras personas dignas de confianza que estén capacitadas para transmitirlas a otros.
Jueces 2:8 – 15

El Apóstol Pablo era muy consciente de esto y sabía que estaba siendo observado y escuchado por muchos.
La Palabra de Dios lo deja plasmado en cuanto a su trato y relación con su fiel discípulo Timoteo, a quien en
su segunda carta le escribe: “Lo que me has oído decir en presencia de muchos testigos, encomiéndalo a
creyentes dignos de confianza” 2.ª Tim. 2:2. Era evidente que Pablo entendía su responsabilidad con
Timoteo y con todos los que de cualquier forma se relacionaran con él. Sin duda, tenía claro que estaba
dejando huella.

En el Capítulo 2:10 del libro de Jueces dice la Palabra: “Después de ellos vino otra generación que no conocía
al Señor”. Esto resulta impactante y hasta preocupante si consideramos que esta fue una generación que
por su falta de conocimiento de Dios se entregó a la idolatría y a prácticas pecaminosas que llevaron a este
pueblo a experimentar la reprensión de Dios. “Y se encendió contra Israel el furor de Jehová, el cual los
entregó en manos de robadores que los despojaron, y los vendió en mano de sus enemigos de alrededor; y
no pudieron ya hacer frente a sus enemigos”, Jueces 2:14.

Cuando el Verso 10 dice que esa generación “no conocía al Señor” es bueno reflexionar que la palabra
“conocer” denota un acercamiento, una relación cercana, una experiencia personal. Lo que significa que
lamentablemente nada de esto se manifestaba en esa generación hacia el Señor su Dios.

Así que Jueces capítulo 2, en el versículo 10, allí realmente se nos da el trasfondo espiritual —y el cuadro
general— la imagen macro o total de la nación de Israel para ese tiempo que sigue al liderazgo de Josué, y
en Jueces capítulo 2, versículo 10, leemos Y murió también toda esa generación, —es una afirmación
bastante amplia y extensa, murió toda esa generación y se reunió con sus antepasados, después de ellos
vino otra generación que no conocía al Señor.

Como verán, cada generación comienza sin conocer al Señor y debe ser llevada al lugar donde conozca al
Señor a través del testimonio, la evangelización y la obra del evangelio, pero nadie entra a este mundo
conociendo a Dios, todos o entran a este mundo sin conocer a Dios, y debe llegar un momento y un lugar
en sus vidas en que entren en una relación salvadora por gracia con Dios, en la que ahora vienen a conocer
a Dios.

cuando esta generación entra en escena a pesar de la herencia espiritual, a pesar del trasfondo espiritual, a
pesar de tener a Josué y los demás hombres, a pesar de estar en la Tierra Prometida, a pesar de estar en el
mejor ambiente, a pesar de estar en el lugar donde Dios había guiado a la nación, aun así, no conocían a
Dios.

Es posible estar en la iglesia y no conocer a Dios, es posible estar en una familia cristiana y no conocer a
Dios, es posible estar en una escuela cristiana y no conocer a Dios, es por eso que cada corazón debe
llenarse del conocimiento y motivos para alabar a Dios.

Pero observen el siguiente versículo, Jueces 2, versículo 11, ¿cuál es entonces el resultado de no conocer a
Dios?, ¿cómo actúa uno?, ¿cómo vive alguien que no conoce a Dios? Versículo 11, los Israelitas entonces, los
Israelitas hicieron lo malo a los ojos del Señor y adoraron a los Baales, en cada alma que no conoce a Dios,
este es el fruto, este es el resultado, a esto es que conduce.

La incredulidad es la raíz y hacer el mal es el fruto, y por lo tanto si uno quiere convertir una nación no se
puede simplemente legislar que todos hagan lo correcto, se debe predicar el evangelio, y debe haber
personas traídas a un conocimiento salvador de Dios, pero aun eso requiere que los inescrutables
propósitos de Dios actúen en la vida de una persona.
Versículo 12, y ellos abandonaron al Señor, ¡por supuesto que abandonaron al Señor! No estaban
convertidos, su corazón no estaba circuncidado, no conocían a Dios, ¡por supuesto que abandonaron al
Señor!

Y en la mitad del versículo 12 Y siguieron a otros dioses, ¡por supuesto que lo hicieron!, nadie está
espiritualmente en medio de la tierra de nadie, es decir, o uno sigue a Dios o bien sigue a los otros dioses
con “d” minúscula, pero todo el mundo o sigue al Dios único y verdadero o bien siguen a los dioses de su
invención.

Versículo 13 se apartaron del Señor una vez más, ¡por supuesto que se apartaron del Señor para adorar a
Baal y Astarot!, y la ira del Señor ardió contra el pueblo de Israel y ¡por supuesto que se enojó!, Dios es un
Dios Santo y no se complace en el mal ni en la maldad, y la furia, la justa ira de Dios se encendió y ardió
contra Israel, y los entregó en manos de ladrones que los despojaron de todo.

Lo que Dios hizo fue simplemente darles un empujón en la dirección que ellos iban ¿quieren ir por ahí?
Esperen, yo les ayudo, entonces Dios los entregó en mano de hombres malvados y los vendió en manos de
sus enemigos, Dios no solo era su única esperanza, Dios era su mayor amenaza, y eso fue el justo juicio de
Dios, eso es Romanos 1 hecho realidad ante sus propios ojos.

Vamos entonces al final del libro de Jueces, capítulo 21, versículo 25, el último versículo del libro de Jueces,
hemos visto algo así como las dos tapas de este libro, miramos el comienzo y ahora vemos la conclusión, y
quiero decirles que todo lo que hay en medio es algo así como ver más de lo mismo, con casos aislados de
personas que Dios levanta para que le conozcan.

Pero cuando llegamos al final del libro de Jueces, aquí tienen ustedes la depravación total, en esos días no
había rey en Israel y cada uno hacía lo que le parecía bien antes sus ojos, ahí tienen la depravación total, ahí
tienen al hombre dejado a su propio arbitrio, siguiendo su propio camino, haciendo según le place,
siguiendo su propio pecado y cada uno es realmente un dios para sí mismo, cada quien establece su propia
moralidad, cada quien establece su propio estándar, cada quien sigue su propio camino, cada quien hace
su propia cama y se acuesta en ella, y cada quien hacía lo que le parecía, ¿le suena familiar?

Bien, vamos ahora —1SamuEL: 2:12, leemos los hijos de Elí eran hombres indignos, ¿a quién le gustaría tener
eso en su epitafio? Ahí tienen un versículo para poner en su refrigerador, los hijos de Elí eran indignos, y
literalmente aquí indigno significa hijos de Belial, que era un nombre para Satanás y en esencia, en
lenguaje codificado, ellos no eran una posesión de Dios sino del príncipe de este mundo, como todos los
incrédulos son.

Así que no conocían a Dios a pesar de haber crecido en una casa muy espiritual, a pesar de haber estado
expuestos a la verdad espiritual, a pesar de haber sido criados en un ambiente espiritual, no obstante,
seguían separados de Dios y no conocían al Señor, no había una relación personal con Dios.

Samuel 3:7 , Samuel aún no conocía al Señor, no había habido un momento en su vida en que se hubiera
convertido, —no había habido un momento en su vida—, sin duda él está circuncidado físicamente, él era
parte de la nación de Israel, pero no conocía a Dios —y una vez más, el infierno está lleno de personas que
han hecho todas las mímicas religiosas, los ornamentos y formas externas de religiosidad, pero no conocen
a Dios—.

Y dice, ni se la había revelado aún la Palabra del Señor, la Palabra del Señor debe estar en el interior revelada
a él, entonces, al seguir leyendo, vamos atrás algunos versículos, al versículo 4, el Señor llamó a Samuel y él
respondió heme aquí Señor, así que fue corriendo a donde estaba Elí y le dijo: aquí estoy ¿para qué me
llamaste? Pero Elí le respondió, yo no te he llamado vuelve a acostarte, y Samuel volvió y se acostó.

Y luego, en el versículo 6, pero el Señor volvió a llamar a Samuel, “Samuel”, así que el joven se levantó y fue a
ver a Elí y le dijo: heme aquí ¿para qué me has llamado? Y Elí volvió a decirle: yo no te he llamado hijo mío,
regresa y acuéstate, y luego en el siguiente versículo en donde leemos que él no conocía al Señor, pero el
versículo 8 tenemos el persistente llamado de Dios, cuando Dios llama no aceptará un no como respuesta,
puede que nos resistamos
Y así en el versículo 8 el Señor llamó por tercera vez a Samuel, —el llamado de Dios tan reiterado es un
proceso que puede ser solo un punto en el tiempo, piensen en Saulo de Tarso, el llamado y la conversión
llegaron en un milisegundo, pero con otras personas puede ocurrir en un extenso período de tiempo hasta
que finalmente el Señor capta nuestra atención y su llamamiento es irrevocable.

Y eso es lo que vemos aquí, y el Señor llamó por tercera vez a Samuel y él se levantó, y fue a ver a Elí y le dijo:
Aquí estoy ¿para qué me has llamado? Con esto Elí entendió que el Señor había llamado al joven, este
llamado era un grito, el llamado era una convocación, este llamado era una citación, este fue el inevitable
triunfo de la gracia soberana en la vida de Samuel, y fue un llamado que atrapó su corazón y lo cautivó, tal
como lo hizo con tu corazón y con mi vida.

Ahora bien, las circunstancias eran distintas, pero la realidad es la misma, es el potente llamado de Dios y
por favor fíjense qué dijo Samuel.

No fue el que quiera venir, esa es la predicación externa del evangelio, esa es la oferta externa y gratuita del
evangelio, debemos ir a los caminos y a las veredas, y debemos llamar a todos los hombres a que vengan a
la fe en el Señor Jesucristo, sin distinciones, pero nuestro llamado no salvará a nadie, eso es solo un llamado
externo.

Debe haber un llamado interno y cuando Dios llama, llama por nombre, Dios no llama aquel que quiera,
Lázaro ven fuera, Mateo ven y sígueme, Zaqueo baja de ese árbol debo cenar contigo esta noche, Juan
capítulo 10 dice que Él llama a todas sus ovejas por su nombre, así de personal es el llamado, de hecho
alguien ha dicho que cuando Jesús estaba frente a la tumba de Lázaro si solo hubiera dicho ven fuera, se
habría vaciado el cementerio completo, Lázaro ven fuera, y Él nos llama uno por uno, nos llama
individualmente, no es un grupo, es personal, es individual.

Es por eso que debe haber un tiempo personal, individual en tu vida cuando el Señor te llame por nombre,
te llame de la oscuridad de las tinieblas y te llame para salir de este mundo, y te llame a una relación
salvadora con Él, eso es lo que manifiesta aquí y es lo que sucede, más adelante en el libro de Samuel,
leemos nuevas declaraciones de demostraciones de la soberanía de Dios en la vida de las personas.

En 1era de Samuel 16, versículos 14 al 16 leemos —cómo el Espíritu del Señor ya se había apartado de Saúl,
un espíritu maligno de parte del Señor lo atormentaba constantemente, Satanás no envió al espíritu
maligno, el Señor está sobre Satanás, envió ese espíritu maligno, y como dijo Martín Lutero, el diablo es el
diablo de Dios, el diablo es un instrumento en la mano del Dios todopoderoso, es un peón en la mano del
Dios todopoderoso, que Él usa según sus propósitos eternos, y fue el Señor quien envió ese espíritu maligno
a Saúl para perturbarlo y para atormentarlo.

Más adelante en 1era de Samuel 18, versículo 10 leemos al día siguiente el espíritu maligno de parte de Dios
se apoderó de Saúl, Dios es soberano, no solo sobre el reino de la luz sino sobre el reino de las tinieblas, Dios
es soberano no solo sobre la simiente de la mujer sino también sobre la simiente de la serpiente.

En 1ero de Samuel 19, versículo 9 leemos nuevamente, pero otra vez el espíritu maligno de parte del Señor
volvió atacar a Saúl y este era para endurecer el corazón de Saúl, así que vemos las doctrinas de la gracia y
una parte de las doctrinas de la gracia es la doctrina de la reprobación, de aquellos que son pasados por
alto, Dios los deja en sus pecados y a veces está muy involucrado en el endurecimiento de sus corazones.

Llegamos a 2 de Samuel a medida que continúa la trama interrumpida desde 1 de Samuel a 2 de Samuel
hasta un tiempo cuando David asumiría el trono, —solo algunos versículos— 2do de Samuel 11 y 12, pero así
dice el Señor Yo haré que el mal sobrevenga sobre tu propia casa, ante tus propios ojos entregaré tus
mujeres a tu prójimo y a pleno sol se acostarán con ellas —etcétera. Y Dios dice Yo lo haré —Dios no es el
autor del mal y Dios no es el autor del pecado, pero Dios es el autor de un plan que permite para que el
hombre entienda.

Pero incluso el mismísimo Judas tuvo un rol qué desempeñar en el eterno propósito de Dios, y Jesús dijo
que habría sido mejor para Judas que nunca hubiera nacido siguiera —considerando su destino eterno—,
no obstante, dentro del tiempo fue un actor secundario en el escenario de la historia que Dios decidió usar
de un modo particular, y lo mismo puede decirse de Herodes, de Pilatos y de los demás líderes que fueron
parte de la crucifixión del Señor Jesucristo.

En cierto sentido fue el día más horrible de la historia humana, pues ocurrió el asesinato premeditado del
Hijo de Dios en la Cruz por parte de hombres impíos, y, no obstante, al mismo tiempo sucedió conforme al
plan predeterminado y la presciencia de Dios, fue el día más glorioso de la historia humana— qué extraño
que ambas declaraciones pudieran converger en un día específico, fue el mejor de los tiempos, fue el peor
de los tiempos.

Una generación que conoce a su Dios

“Y el pueblo había servido a Jehová todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo de los ancianos que
sobrevivieron a Josué. Hablaremos sobre el tema: «Una generación que conoce a su Dios»

Los cuales habían visto todas las grandes obras de Jehová, que él había hecho por Israel, pero murió Josué
hijo de Nun, siervo de Jehová, siendo de ciento diez años.

Y lo sepultaron en su heredad en Timnat-sera, en el monte de Efraín, al norte del monte de Gaas.

Y toda aquella generación también fue reunida a sus padres. Se levantó después de ellos otra generación
que no conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho por Israel”. Jueces 2:7-10.

En el texto citado se puede analizar que existe un antes y un después de la historia del pueblo de Israel,
luego de la muerte de Josué.

Esto nos sirve como ejemplo para entender, que con el paso de los años el hombre ha dejado de lado los
preceptos de Dios.

Es por esto y muchas cosas más, que Dios quiere una generación diferente, una generación que le sirva de
verdad.

La Biblia declara, que Josué estaba con el pueblo, murió Josué y posteriormente fue muriendo la
generación que estaba con él.

La generación que conocía a Dios, pero luego de esto se levantó una generación que no conocía a Dios.

Ni las maravillas que Dios había hecho con Israel, eso significa que o a los ancianos se les olvidó enseñarle a
los jóvenes que venían, quién era su Dios.

Lo que él hacía o que esta nueva generación se levantó de una forma desprevenida en la que no se
preocupó por conocer quién era el Dios de Israel.

Y hay que tener en cuenta que una de las que Dios le encomendó a los líderes de la antigüedad.

Fue que preservaran los testimonios de sus obras, portentos que él hacía en medio de ellos.

Mucha gente no sabe cómo fue que nació esta iglesia, ni que sucedió, ni que ha hecho Dios para que hoy
día estemos aquí.

Pero los que estamos aquí, recibimos de los primeros el testimonio, porque esto en la iglesia es como una
carrera de relevos.

El que viene corriendo tras nuestro, trae el testimonio en su mano, y se lo entrega al que sigue.

Y este no se puede dejar caer, porque el día que este se caiga se acaba de inmediato la carrera.

Así que los que empezaron, saben exactamente lo que ha hecho Dios con esta iglesia.

Es por esto, que Dios quiere una generación diferente, una generación que entienda los propósitos que él
tiene con cada uno de nosotros.
Podemos traer a memoria a esos hombres del inicio de esta iglesia, y las grandes cosas que Dios empezó
haciendo con ellos.

Como Dios los libraba a ellos y la manera en que él levantó muchas congregaciones en medio de
turbulencias y grandes problemas.

Así que Moisés que pasó el mar, que vio como Dios liberó a su pueblo, destruyendo a los primogénitos,
doblegando a faraón con el poder de Dios.

Moisés tenía que contarle a las generaciones que venían después de él, por eso, existe el pentateuco, que
son los cinco libros de la ley.

Cuando Dios sacó al pueblo y lo llevó por el desierto, sucedieron milagros, cuando el pueblo tuvo hambre,
Dios les envió pan del cielo.

De esta manera pudieron comer durante cuarenta años, pero hay algo que llama mucho la atención en
esta historia.

Y es que los hebreos, el pueblo de Israel, con el mismo vestido que salieron de Egipto anduvieron durante
esos cuarenta años en el desierto.

Este vestido jamás envejeció, y nunca tuvieron la necesidad de cambiarlo, porque crecía junto con ellos, y
nunca se desgastaron.

Todas estas cosas las guardó moisés en el arca como memoria de todo lo que Dios había hecho con ellos.

Como testimonio de las grandes maravillas que Jehová había hecho en medio del desierto, y que las
generaciones siguientes tenían que saber.

Dios quiere una generación diferente, Dios necesita una generación que no ande distraída en otras cosas y
que no se olvide de las grandes cosas que él hace con nosotros.

Una generación que conoce a su Dios.

Una generación que conoce a su Dios, él quiere una generación que sepa quién es él, él necesita un pueblo
que sepa quién es su Dios.

Que los que se levanten y no hayan conocido aun sus grandes obras, sepan que el Dios de esta iglesia es
más que grande, es inmenso y hacedor de maravillas.

Así mismo sucedió con Moisés, que con la intención de enseñarle a las nuevas generaciones, guardó las
tablas del pacto que Dios le dio.

De esta misma manera hizo Josué cuando Dios, hizo pasar en seco el Jordán a todo el pueblo de Israel, y le
ordenó que hiciese un altar, para que el pueblo tuviese memoria de esa gran obra que él hizo.

Luego que pasaron el río, Dios le dice a Josué que escogiese a doce líderes, uno por cada una de las tribus
del pueblo para que con las piedras escogidas del río hiciesen el altar.

Y todo esto con la intensión de que cuando se levantare la siguiente generación y preguntase el significado
de ese altar.

Entendiera que ese altar estaba puesto como señal de que Dios había partido el Jordán en dos y que el
pueblo de Israel había pasado por él en seco.

De esta misma manera, debemos hacer nosotros, no podemos dejar caer la palabra de Dios en tierra, Dios
quiere una generación diferente.

Pero mucho tenemos que ver nosotros para que esa generación diferente que Dios quiere, pueda ser
levantada.
Tenemos que dejarnos usar por la mano poderosa de Dios para que esto pueda ser una realidad con las
generaciones que se levantan tras nosotros.

Para que de esta manera esta generación pueda conocer cada día más a Dios, ¿Pero que es el
conocimiento?

El conocimiento es el conjunto de información almacenada mediante la experiencia o el aprendizaje de una


actividad o ciencia.

Dios quiere una generación que lo conozca, él quiere una generación que tenga experiencias en él, que
sepa qué es vivir en Cristo, Dios quiere una generación diferente.

De esta manera, esta generación sabrá lo grande que es su Dios, lo grande que hay en él, y las grandes
maravillas que hace con cada uno de nosotros.

Porque hay momentos en los que parece que nuestra iglesia no supiera lo que tiene, o que no supiera
quien es el que la dirige.

Pero es eso, precisamente lo que debe cambiar, que nuestra generación y las venideras sepan que hay Dios
en esta iglesia.

Que hay un Dios que reina por los siglos y que pronto viene por un pueblo que ya está preparado para irse
con él, esta es la generación que Dios quiere.

Debemos entender que el Antiguo Testamento no está escrito solo para llenar el espacio en la Biblia, pero
está escrita para instruirnos e informarnos sobre qué hacer y qué no hacer. Romanos 15:4 “Porque las cosas
que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron.”

Hoy quiero tratar el tema “Las marcas de una generación que no conoce a Dios”. Es fácil mirar a nuestro
alrededor en la televisión, en el trabajo, en la escuela, en todas partes y ver a la gente actuando de una
manera que no conoce a Dios, pero hoy echemos un vistazo más de cerca y veamos otro aspecto.

FUNDAMENTO: – A “ generación” es un período de tiempo, o edad que identifica a las personas de


cualquier período en particular. Denota el carácter de una clase o clase en particular, como una generación
malvada o una generación justa. Una generación tiene dos características fundamentales. Primero,
generalmente cubre un lapso de tiempo de aproximadamente 20 a 30 años, este es el período en el que la
mayoría de las personas se casan y tienen hijos, lo que da comienzo a la próxima generación. En segundo
lugar, los miembros de una generación experimentan eventos significativos aproximadamente al mismo
tiempo.

Jueces 2:8-15 nos recuerda que la apostasía en la iglesia está a solo una generación de distancia. El futuro de
la iglesia pondrá a prueba qué tan bien lo estamos haciendo para mantener la estabilidad espiritual de
nuestros jóvenes hoy. La pregunta es, ¿cómo pudo suceder tan rápido en Israel que una nueva generación
“no conoció al Señor”?

Dios construyó protecciones en el hogar para evitar que esto sucediera Deuteronomio 6:4-9 dice “Escucha,
oh Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es:. Dios les advirtió que no se olvidaran de él. Y amarás a Jehová
tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando
hoy, estarán en tu corazón: Y las enseñarás diligentemente a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes
en tu casa, y cuando andes por el camino, y cuando te acuestas y cuando te levantas. Y las atarás como una
señal en tu mano, y estarán como frontales entre tus ojos. Y las escribirás en los postes de tu casa y en tus
puertas”.

Mientras Josué vivió, la idolatría se mantuvo bajo control. El peso de su influencia fue un amortiguador para
Israel durante muchos años. Esa influencia continuó entre los contemporáneos de Josué. Pero a Israel le
faltó la fuerza independiente para ser fiel a Dios después de la generación de Josué. Ahora debemos
preguntarnos ¿Tenemos la fuerza independiente para permanecer fieles a Dios sin la influencia viva de
estos individuos?
La deriva generacional hacia la apostasía fue tal que consistió en abandonar a Dios por los ídolos e involucró
la adoración de otros dioses, la inmoralidad sexual y la total falta de conocimiento de quién es Dios.
Debemos detenernos y examinarnos hoy preguntándonos ¿somos la generación que no conoce al Señor?
¿Somos la generación que sabe acerca del Señor pero no considera las obras poderosas de Jesús como
centrales y preciosas en nuestras vidas? ¿Fueron las generaciones pasadas las que conocieron al Señor y
permanecieron en la fe pero ahora no hacemos lo mismo? Debemos preocuparnos por nosotros mismos,
evaluando honestamente si conocemos al Señor o si solo conocemos del Señor.

Conocer al Señor y saber del Señor no son lo mismo. Conocerlo es amarlo y amarlo es obedecerlo 1 Juan.
2:4-6 dice: “El que dice: Yo lo conozco, y no guarda sus mandamientos, es mentiroso, y la verdad no está en
él. Pero el que guarda su palabra, en él verdaderamente se perfecciona el amor de Dios: en esto sabemos
que estamos en él. El que dice que permanece en él, debe también andar, como él anduvo”.

Conocerle es estar en una relación con él Gálatas 4:6-7 dice: “Y porque sois hijos, Dios ha enviado a vuestros
corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: Abba, Padre. Por tanto, ya no eres un siervo, sino un hijo; y si hijo,
también heredero de Dios por medio de Cristo”. ¿Nuestro conocimiento del Señor asegurará lo mismo para
la próxima generación? No podemos saberlo con certeza. Cada individuo de cada generación tiene la
opción de hacer Josué 24:15 dice “Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los
dioses a los cuales sirvieron vuestros padres cuando estaban al otro lado del río, o a los dioses de los
amorreos, en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová”.

Examinemos esto un poco. ¿Qué significa que la próxima generación “no conoció al Señor”? Sabemos que
no significa que desconocieran por completo a Dios, no que no tuvieran ningún conocimiento del Señor en
absoluto. Ellos sabían quién era Dios. Sin embargo; los actos salvíficos del Señor no fueron centrales ni
preciosos para esta generación. Los hechos poderosos de Dios y sus verdades fueron preciosos para esa
generación anterior, pero esta generación nueva y actual no apreció lo que Dios había hecho. Seguro que
pudieron haber hecho los movimientos, seguro que pudieron cantar en el equipo de alabanza, seguro que
pudieron gritar y hablar en algo que pensaron que era en lenguas, pero que no estaba realmente en el
interior. Tienen una apariencia de piedad, pero no tienen el poder de mantener dentro de ellos.

Según el versículo 7 “que había visto todas las grandes obras que el Señor había hecho por Israel”. Toda la
generación que presenció y experimentó las grandes obras del Señor había muerto. Pero esas cosas no
eran preciosas ni centrales para esta próxima generación. No honraron ni se regocijaron en lo que Dios
había hecho antes y perdieron el sentido y la importancia de lo que Dios había hecho. ¡Esto es lo que está
pasando ahora! Recuerde que comencé con los jóvenes que preguntaron si la calcomanía en mi camión era
el dios. Sé lo que representó para mí, entiendo cómo Jesús sufrió y murió y resucitó para que yo pudiera
tener vida eterna, pero esta generación no puede apreciarlo porque no conocen al Señor.

El versículo 11 revela lo que sucede cuando la gente no conoce al Señor. El pueblo de Israel hizo lo malo ante
los ojos del Señor. Cuando no pones al Señor en el centro de tu vida, vas a hacer el mal. El Señor es el único
gobernador que nos guarda de entregarnos a la maldad. A menos que conozcamos al Señor
personalmente y desarrollemos nuestra propia relación con Él, pasaremos a una vida de maldad.

Comprenda que, si las personas no adoran a Dios, entonces adorarán a otra cosa. POR QUÉ porque fuimos
creados para adorar. Muchas veces nosotros, como miembros de la iglesia, hemos dicho que la predicación
de la palabra es la parte más importante de un servicio en la iglesia. Yo desafiaría esa mentalidad y diría que
no, no lo es, pero la adoración sí lo es. Predicamos a causa del pecado, pero antes de que el hombre pecara,
fue creado para adorar. Si el hombre nunca hubiera pecado, no hubiera habido necesidad de predicar, pero
la necesidad de adorar siempre estuvo ahí. Entonces, si no adoramos a Dios, adoraremos otra cosa que es
idolatría.

ENTIENDA: – La idolatría hoy no es tanto inclinarse ante las estatuas, sino dioses funcionales que brindan
nuestra identidad y seguridad. Cuando permitimos que los ídolos entren en nuestros corazones, nuestros
corazones son capturados por esos ídolos y nuestro deseo por el Señor se apaga lentamente. ¿Alguna vez
has conocido a alguien o tal vez esto te ha pasado? Alguien solía tener un gran celo por el Señor, solía estar
ardiendo por Dios, pero ahora vienen a adorar y sus ojos muestran que ya no les importa, simplemente
siguen los movimientos. Lamentablemente, los ídolos han capturado sus corazones y, como resultado, el
amor por Dios está siendo ahogado. Jesús contó una parábola sobre suelos donde la tierra espinosa se
traga la semilla y ahoga la planta. La idolatría ahoga nuestro amor.

Cuando nuestros corazones abandonan a Dios y se vuelven a la idolatría nos pone en un camino de miseria
y angustia versículos 14-15. Dios permitió que Israel sufriera las consecuencias de sus pecados. Cuando nos
sumergimos en la idolatría, nos entregamos a nuestros deseos, lo que trae consecuencias devastadoras
eternamente y aquí en esta tierra. El pecado no hace una vida mejor sino que sólo causa problemas y más
sufrimiento. Esto es lo que está sucediendo hoy en día, esta generación a menudo rechaza los caminos de
la generación anterior. No escucharán lo que tienen que decir y no seguirán los caminos de andar en los
caminos del Señor. Las formas de la generación anterior se consideran aburridas y pasadas de moda.
Porque solo están pasando por el movimiento si se olvidan o llegan al final de ni siquiera conocer al Señor.

MIRA ESTO:- El pecado es una espiral descendente que lo lleva a uno más y más profundo al abismo hasta
que finalmente los corazones se vuelven más corruptos. Esta es la parte más aterradora del descenso al
pecado y la maldad. Llega un punto en que la misericordia y la gracia de Dios ya no conmueven el corazón y
la gente se corrompe con la idolatría.

¡Déjame establecer lo que es la idolatría! Estrictamente hablando, un ídolo es cualquier cosa que usurpa el
lugar que le corresponde a Dios en el corazón del hombre. Cualquier cosa que ocupe el lugar en tu corazón
que pertenece a Dios es un ídolo. Dinero, carro, mujer, hombre, comida, etc.

La frase “no sabían” simplemente significa que dejaron de reconocer; dejaron de observar; dejaron de
preocuparse por el Señor. El Señor ya no ocupaba el primer lugar en sus vidas. Ya no ocupó un puesto de
prominencia, y una vez que eso sucede, la cizaña de la idolatría comienza a echar raíces y se encuentran sin
conocer al Señor ya no en una relación con Él.

Esto nos lleva a mirar en ¡Las Marcas de una Generación que no Conoce a Dios!

MIRA ESTO: – Había Falta de Líderes – Vs. 7 Josué está muerto. Josué, ese gran líder del pueblo de Dios, que
confrontó al pueblo de Dios, dibujó la línea en la arena y dijo ¡Elige hoy a quién servirás! ¡Josué, conocía la
victoria! Sabía confiar. ¡Él había visto la poderosa mano de Dios! ¡Experimentó de primera mano el
asombroso poder de Dios! Salió de Egipto, caminó a través de la división del Mar Rojo, vagó por el desierto;
sabía cómo Dios proveía Maná cada mañana, cruzaba el Jordán; ¡Tuve la experiencia triunfal de Jericó y vi
que victoria tras victoria se había ido! ¡Y no solo Josué sino todos aquellos que vieron las obras de Dios de
primera mano se habían ido! Y esta nueva generación trató de seguir viviendo del poder de los ancestros
muertos y descubrió que no duraba, y dejaron de reconocer; dejó de observar; dejó de obedecer, dejó de
confiar; y dejó de depender de Dios.

Lamentablemente hoy debemos echar parte de la culpa de esta generación a la puerta de la iglesia porque
hay una falta de liderazgo que esté dispuesto a ponerse de pie como Josué y decir ELEGIRSE ¡ESTE DÍA A
QUIÉN SERVIRÁS!

Tenemos un liderazgo que está más interesado en la forma de hacer que la iglesia crezca haciéndola más
cómoda o aceptable para los incrédulos que parados en la palabra de Dios sin adulterar llamando mal mal y
bien bien. Sin embargo, tal mentalidad funciona en el sentido de que puede llenar estadios masivos con
fanáticos que lo adoran; lo que se pierde bajo este tipo de liderazgo posmoderno es la doctrina básica y la
enseñanza bíblica porque a menudo se las considera ofensivas para los no salvos. Algunos líderes están más
dispuestos a descartar cualquier cosa que no atraiga a los incrédulos y aquellos que buscan una iglesia sin
convicción que produzca un cambio que predicar la justicia y permanecer firmes en el hecho de que la
santidad sin que nadie vea al Señor y sea santo por Él. es Santo. Existe la falta de liderazgo que no está
dispuesto a decir salid de entre ellos y apartaos dice el Señor y no toquéis lo inmundo y Dios os recibirá
consigo mismo. Por lo tanto, la iglesia deja de ser el pilar de la verdad que Dios la llamó para ser el
catalizador del cambio para el mundo. Entonces, cuando digo las marcas de una generación que no conoce
a Dios, seguro que esa generación puede no conocerlo, pero es así debido a la falta de liderazgo que no se
parará y dirá Elija. Líderes a los que podemos amar a la gente del mundo y todavía llamarlos pecado –
pecado.
La siguiente marca es: una falta de aprendizaje – Vs10 ¡La próxima generación dio por sentado lo que la
anterior sabía! Debido a que el aprendizaje no era un factor importante en su vida, entonces no había
apoyo. ¡No había fe ni confianza en Dios! Se volvieron infieles.

¡Para que los muros de Jericó cayeran, Josué tuvo que confiar en el Señor! Cada batalla y cada lucha que los
israelitas de la generación anterior tuvieron que confiar en el Señor. Pero ahora esta generación está
cosechando las bendiciones sembradas en generaciones anteriores. Ahora es una práctica común en la
mayoría de las iglesias ofrecer a los jóvenes un máximo de entretenimiento y un mínimo de instrucción
seria. Las iglesias se llenan más allá de su capacidad el domingo, pero en la clase bíblica se puede; la
mayoría de las veces, todos deben sentarse en la primera fila. Ellos han poseído la tierra. No más batallas. No
más luchas. Tienen megaiglesias con increíbles sistemas de sonido, luces, pantallas gigantes que muestran
las palabras para que todos las vean, un gran espectáculo de luz láser, un sermón cubierto de jarabe
cubierto de azúcar que enfatiza que Dios sea feliz y rico y dicen como Apocalipsis 3:17 “Soy rico”. , y
enriquecidos, y de nada tienen necesidad” Desarrollan un espíritu de complacencia y mediocridad tratando
de vivir de las experiencias de generaciones anteriores en lugar de apoyarse y depender de Jesús para ellos
mismos. Debemos ser como dice la canción: “He aprendido a apoyarme y depender de Jesús. He aprendido
a apoyarme, a confiar en el Señor. Porque si en él confío, él proveerá”

Debido a la falta de aprendizaje que conduce al camino de la idolatría

Los versículos 11-13 dice “Y los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos de Jehová, y sirvieron a los baales.
Y dejaron a Jehová, el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y siguieron dioses
ajenos, de los dioses de los pueblos que estaban alrededor de ellos, y se inclinaron ellos mismos, y
provocaron a ira a Jehová. Y dejaron a Jehová, y sirvieron a Baal y Astarot”.

Observe que sirvieron a Baal y Astarot. Entonces, obispo, ¿cómo se aplica eso a la gente de hoy?

Me alegra que haya preguntado 1 Juan 2:16 dice: “Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la
carne y los deseos de los ojos , y la vanagloria de la vida, no es del Padre, sino del mundo”.

La palabra Baal significa dueño o poseedor. El Dios de la Posesión “Baal”. Baal era el espíritu maligno
reinante en esa área y para poseer cosas en esa área, este dios necesitaría ser adorado o suplicado. Hoy en
día la gente está más interesada en tratar de obtener posesión que en conocer a Dios. El evangelio de la
prosperidad es una perversión del evangelio de Jesús que afirma que Dios recompensa los aumentos en la
fe con aumentos de riqueza y posesiones materiales. Afirma que la salud y la riqueza son el derecho divino
automático de todos los cristianos que creen en la Biblia y pueden obtenerse por fe como parte del paquete
de salvación, ya que la expiación de Cristo incluye no solo la eliminación del pecado, sino también la
eliminación de la enfermedad y pobreza.

Mateo 19:21-22 dice “Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y
tendrás tesoro en el cielo: y ven y sígueme. Pero cuando el joven oyó estas palabras, se fue triste, porque
tenía muchas posesiones”. Las posesiones y el deseo de tener posesiones nos aíslan de las personas y nos
separan de Dios. En Éxodo 20:5, Dios nos dice “porque yo, el SEÑOR tu Dios, soy un Dios celoso”. Dios no
quiere competir con nuestras posesiones por nuestra atención y afecto.

No importa cómo tratemos de endulzar la adquisición de posesiones como algo normal o inofensivo, o de
considerarlas meramente los frutos de nuestra trabajo, nuestro Padre Celestial sabe la verdad. En Mateo 6:21
Jesús dijo: “Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”. Las posesiones revelan
nuestro apego al mundo.

El Dios del Placer “Astaroth”: Este era el dios que fue invocado para satisfacer la lujuria por el placer sensual.
Astaroth era un dios femenino de los fenicios. Siempre se la relaciona con la fertilidad y los deseos sexuales
lujuriosos. En esa era agrícola, las familias tenían que ser numerosas para ser prósperas. Entonces, la
fertilidad era importante. Además, los hombres querían calmar su conciencia y legitimar la maldad bajo el
nombre de religión.

El Dios de Posición “Molech”: Es el dios del Fuego del pueblo de Amón. El nombre lleva consigo la
característica de la realeza, de la realeza, de la posición por encima de los que le rodean. Si un hombre
hubiera tenido todas las posesiones que pudiera desear y todos los placeres que la inmoralidad sexual,
entonces lo que queda. Molech es el más terrible para mí. Nos cuenta la historia hebrea, gran estatua de
bronce. Brazos extendidos. Un fuego se encendió dentro de la imagen. Para que un hombre obtenga el
estatus y la clasificación más altos de quienes lo rodean, se acercaría a la imagen resplandeciente,
sosteniendo a su propio hijo. Y a pesar de su afecto natural, tomaría al infante y lo arrojaría a los brazos de
esa imagen ardiente. ¡Y de allí al fuego!

Hoy en día la gente está adorando a estos mismos ídolos luchando por la posesión, el placer y la posición.
Las marcas de una generación que no conoce a Dios.

En este pasaje de la escritura podemos ver el momento en el cual la generación de Josué llego a su final,
una generación que vio las maravillas de Dios, una generación que vio caer los muros de Jericó por el poder
de Dios, ellos pelearon grandes batallas contra ejércitos más numerosos y más fuertes que ellos solamente
confiando en Dios y él les dio la victoria.

Pero en el vs 10 se nos menciona algo muy triste que nos debe hacer reflexionar a cada uno de nosotros: Y
se levantó después de ellos otra generación que no conocía a Jehová, ni la obra que él había hecho por
Israel”

Después que murió la generación de Josué se levantó una generación que no conocía a Dios, ¿había fallado
esta nueva generación de Israelitas? No, quienes fallaron primeramente fueron sus padres.

Hoy vamos a reflexionar sobre una generación en peligro, ¿Cuál generación en peligro? La generación que
esta formada por nuestros hijos e hijas, por nuestros nietos y nietas, una generación de niños y jóvenes que
puede estar en peligro de no conocer a Dios, así como la generación después de Josué.

¿Porque es una generación en peligro? Veamos lo que nos enseña la palabra de Dios sobre cuales son los
peligros de no conocer a Dios:

Una persona que no conoce a Dios no puede hacer lo bueno, sino solamente lo malo

Jeremías 4:22 “Porque mi pueblo es necio, no me conocieron; son hijos ignorantes y no son entendidos;
sabios para hacer el mal, pero hacer el bien no supieron.”

Una persona que no conoce a Dios esta expuesta al castigo eterno

2 Tesalonicenses 1:7-9 “7 y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste
el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, 8 en llama de fuego, para dar retribución a los que
no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; 9 los cuales sufrirán pena de
eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder,”

La palabra de Dios nos muestra que grandes hombres de Dios tuvieron hijos que no conocieron a Dios o se
apartaron de sus caminos

Los hijos de Aaron

Levítico 10:1-2 “1 Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego,
sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó. 2 Y
salió fuego de delante de Jehová y los quemó, y murieron delante de Jehová.”

Los hijos de el sacerdote Eli

1 Samuel 2:12 “ Los hijos de Elí eran hombres impíos, y no tenían conocimiento de Jehová.”

Los hijos del profeta Samuel

1 Samuel 8:1-3 “1 Aconteció que habiendo Samuel envejecido, puso a sus hijos por jueces sobre Israel. 2 Y el
nombre de su hijo primogénito fue Joel, y el nombre del segundo, Abías; y eran jueces en Beerseba. 3 Pero
no anduvieron los hijos por los caminos de su padre, antes se volvieron tras la avaricia, dejándose sobornar y
pervirtiendo el derecho.”
Salomón el hijo del rey David

1 Reyes 11:6 “ E hizo Salomón lo malo ante los ojos de Jehová, y no siguió cumplidamente a Jehová como
David su padre.”

Manases el hijo del Rey Ezequías

2 Reyes 21:1-3 “1 De doce años era Manasés cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén cincuenta y cinco
años; el nombre de su madre fue Hepsiba. 2 E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, según las
abominaciones de las naciones que Jehová había echado de delante de los hijos de Israel. 3 Porque volvió a
edificar los lugares altos que Ezequías su padre había derribado, y levantó altares a Baal, e hizo una imagen
de Asera, como había hecho Acab rey de Israel; y adoró a todo el ejército de los cielos, y rindió culto a
aquellas cosas.”

Al darnos cuenta de que grandes hombres de la Biblia tuvieron hijos que hicieron lo malo podemos tomar
dos lecciones muy importantes para nosotros:

Nuestro ejemplo es importante pero no es suficiente para impactar la vida de nuestros hijos

Si esto paso en las familias de grandes hombres de Dios, ¿Cómo podemos pensar que no puede pasar en
nuestra familia?

¿Qué necesitamos hacer como padres para que nuestra próxima generación no sea una generación en
peligro de no conocer a Dios?

1. NO OLVIDAR QUE EL PRIMER LUGAR DONDE DEBEMOS PREDICAR EL EVANGELIO ES EN NUESTRO


HOGAR

DEUTERONOMIO 6:4-9 “4 Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. 5 Y amarás a Jehová tu Dios de
todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. 6 Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán
sobre tu corazón; 7 y las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas estando en tu casa, y andando por el
camino, y al acostarte, y cuando te levantes. 8 Y las atarás como una señal en tu mano, y estarán como
frontales entre tus ojos; 9 y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas.”

Nosotros como padres debemos predicar y confirmar la fe de nuestros hijos, no podemos confiarnos que
son salvos si nunca los hemos confrontado con la palabra de Dios.

No caigamos en el error de pensar que, porque nuestros hijos se congregan, porque han crecido en la
escuela Bíblica, porque estudian en una institución cristiana ellos ya son cristianos, tenemos que confirmar
la fe de nuestros hijos e hijas.

No cometamos el lamentable error de predicarle a otros el evangelio, de ganar almas en todos lados menos
en nuestra propia casa.

2. NO DEBEMOS COMETER EL ERROR DE PENSAR QUE ES NORMAL QUE LOS JOVENES CRISTIANOS SE
APARTEN DE LOS CAMINOS DE DIOS Y SE VAYAN AL MUNDO

SANTIAGO 4:4 “ ¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios?
Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.”

Es un error pensar que es normal que los jóvenes se vayan al mundo y dejen los caminos de Dios, para
nosotros no debería ser algo sin importancia que nuestros hijos se vuelvan enemigos de Dios.

Alguien que verdaderamente ha gustado, que ha saboreado la vida en Cristo puede decir lo mismo que el
apóstol Pedro: Señor a quien iremos, tu tienes palabras de vida eterna.
3. TENEMOS QUE HABLARLES A NUESTROS HIJOS DE LAS MARAVILLAS QUE DIOS HA HECHO CON
NUESTRA FAMILIA

1 SAMUEL 12:24 “Solamente temed a Jehová y servidle de verdad con todo vuestro corazón, pues considerad
cuán grandes cosas ha hecho por vosotros.”

Nuestra próxima generación tiene que ser una generación de hombres y mujeres que siguen y adoran al
Señor no por obligación, no porque sus padres los obligaron, sino por agradecimiento por sus maravillas.

Nuestros hijos e hijas tienen que conocer cuan bueno y misericordioso ha sido Dios con nuestra familia y
con ellos mismos, ellos tienen que saber sobre las sanidades, la provisión, la protección, etc

Marcos 5:18-19 “ Al entrar él en la barca, el que había estado endemoniado le rogaba que le dejase estar con
él. 19 Mas Jesús no se lo permitió, sino que le dijo: Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas
el Señor ha hecho contigo, y cómo ha tenido misericordia de ti.”

4. SI NUESTROS HIJOS SE HAN APARTADO, SI NO HAN CONOCIDO A CRISTO COMO SU SEÑOR Y


SALVADOR ¿QUE DEBEMOS HACER?

Tenemos que reconocer que asi como la alegría mas grande de todo padre y madre cristiana tiene que ser
que sus hijos anden en la verdad

3 Juan 1:4 “No tengo yo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad.”

Igualmente, el dolor más grande para nosotros como padres cristianos debería de ser que nuestros hijos
anden lejos del camino de Dios, que nuestros hijos no quieran nada con el Señor.

Tenemos que reclamar las promesas del Señor para nosotros y nuestra familia

Hechos 16:31 “Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa.”

Tenemos que predicarles, no debemos cansarnos nunca de hablarles de Cristo Jesús

2 Timoteo 4:1-2 “ Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos
en su manifestación y en su reino, 2 que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo;
redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.”

Debemos orar para que nuestro Dios los traiga con lazos de amor a los caminos de Dios

Oseas 11:4 “ Con cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor; y fui para ellos como los que alzan el
yugo de sobre su cerviz, y puse delante de ellos la comida.”

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