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LA POLITICA
Chile está ad portas de la segunda vuelta de sus elecciones presidenciales. Y
nuestros compatriotas, de distintos sectores políticos, están haciendo análisis de los
resultados de la primera y cómo afectarán a nuestro país.
Los cristianos, inmersos también en esta sociedad, por lo cual es lícito que nos
preguntemos ¿Cómo debemos los cristianos mirar la vida política? Muchos creyentes
manifiestan públicamente sus preferencias en las redes sociales y gastan mucho de su
tiempo en promover y difundir sus ideas particulares. Por contrapartida, otros creyentes
hacen hincapié en lo mundano de la actividad política y prefieren aislarse de todo ello.
Pero cualquiera que sea la visión que tengamos de esta área humana, debemos
tratar de reflexionar acerca de ella, no desde nuestra sociedad ni de nuestra visión política,
sino primariamente desde la Biblia. Ella es nuestra carta de navegación y nuestro punto de
partida para abordar cualquier área humana. Por este motivo, creo que puede ser de ayuda
algunos comentarios que se encuentran en el libro “Política de acuerdo a la Biblia” del
teólogo Wayne Grudem1, y del resumen del mismo autor llamado “¿Por qué los cristianos
debiésemos influir al gobierno para el bien?”2.
Debido a que este material sólo se encuentra en inglés, aquí presento una
adaptación personal y comentarios de lo dicho por este auto respecto a cinco actitudes
incorrectas del cristiano frente a la política. No es una traducción de su material, pero si una
meditación de lo que presenta.
1
https://www.amazon.com/Politics-According-Comprehensive-Understanding-Political/dp/0310330297
2
http://www.waynegrudem.com/wp-content/uploads/2014/05/Why-Christians-should-influence-
government-booklet.pdf
2.- Exclusión absoluta de la religión: Debemos callar la fe.
Esto no es algo que los cristianos creamos, sin embargo, es algo que los incrédulos
quieren que hagamos. Nos dicen: “Si quieres opinar de política, no metas a Dios ni tu fe”.
Pero esto es algo que no podemos ni debemos hacer.
Daniel tuvo la oportunidad de estar delante del gran rey Nabucodonosor y le explicó
acerca de la injusticia social: “Por lo tanto, yo le ruego a Su Majestad aceptar el consejo
que le voy a dar: Renuncie usted a sus pecados y actúe con justicia; renuncie a su maldad
y sea bondadoso con los oprimidos. Tal vez entonces su prosperidad vuelva a ser la de
antes”. (Daniel 4:27 NVI).
Wayne Grudem muestra como esta afirmación de Daniel está en contraposición con
lo que el mundo actual quiere que hagamos como cristianos. Observemos lo que Daniel no
dijo:
3
Grudem, Wayne A. Politics - According to the Bible: A Comprehensive Resource for Understanding Modern
Political Issues in Light of Scripture (p. 58). Zondervan. Edición de Kindle.
espirituales de maldad, sin embargo, ¿significa que el enemigo tiene un poder ilimitado y
sin ninguna clase de restricción en nuestro mundo actual? Dicho de otra forma ¿acaso Dios
cedió su derecho de dominio del mundo y todo lo que aquí sucede al diablo?
En el libro de Daniel se nos señala que es importante que los gobernantes deben
recordar siempre el control que tiene Dios.
“Conozcan los vivientes que el Altísimo gobierna el reino de los hombres, y que a
quien él quiere lo da, y constituye sobre él al más bajo de los hombres.” (Daniel 4:17b)
El mundo actual está bajo el maligno (1 Jn 5:19) y él es el príncipe de la potestad
del aire (Efesios 2:2). Pero ¿esto significa que su poder es incontrarrestable? ¡No! Una cosa
es que el diablo haya afirmado en la tentación del Señor que los reinos del mundo le
pertenecen, y otra muy distinta es que esto sea verdad, porque él es mentiroso y padre de
toda mentita (Juan 8:44).
Dios sigue siendo soberano, y nada en este mundo pasa sin que Él mantenga su
dominio eterno, por lo cual, podemos y debemos influir con la Palabra de Dios en nuestro
mundo caído.
De manera que no podemos argumentar una separación completa de lo asuntos del
gobierno terreno argumentando en base al gobernando de este tiempo.
La frase “todas las cosas” implica que todas las lecciones que hizo el Señor, deben
ser enseñadas. Por lo cual, si nada debe ni puede quedar fuera, esto incluye nuestra vida
en el país en el cual vivimos, como nos desenvolvemos de lunes a viernes en el trabajo. La
vida pública debe ser transformada por la Palabra de Dios.
4
Grudem, Wayne A. Op Cit.
5.- Hagamos política y no evangelismo: Debemos ayudar a cambiar la sociedad.
Para concluir, una idea que ha sido absorbida por sectores católicos y evangélicos
liberales, es creer que la única forma de influir en nuestro mundo es a través de la política.
Debido a la secularización de nuestra sociedad, se piensa que ya no tiene mucho
sentido hablar de “salvación”, perdón de pecados”, “vida eterna” y otros conceptos bíblicos.
Al respecto, Grudem comenta:
El énfasis principal del movimiento del Evangelio Social a fines del siglo XIX y
principios del siglo XX, fuero sus campañas para lograr que la iglesia trabaje
agresivamente para superar la pobreza, los barrios marginales, el crimen, la
discriminación racial y otros males sociales. Estas fueron buenas causas en sí
mismas, pero este movimiento puso poco énfasis en la necesidad de que las
personas depositen su confianza personal en Cristo como Salvador o la
necesidad de proclamar toda la Biblia como la Palabra de Dios y digna de
nuestra creencia5.
El cristiano es ciudadano del cielo, sin embargo, vivimos aún en la tierra y podemos
y debemos proclamar todo el bien que Cristo puede traer a nuestro mundo. No caigamos
en visiones simplistas de nuestra relación con la política.
5
Grudem, Wayne A. Op Cit.