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San Francisco de Campeche, Campeche a 27 de Enero del 2018

INSTITUTO BIBLICO LOGOS

CONCILIO DE ASAMBLEAS DE DIOS A.C.

BIOGRAFIA DE PABLO

SAULO DE TARSO

MATERIA: EPISTOLAS I

PROFESOR: DALAYLA AVILEZ

ALUMNO.-HUBER ROMAN ARREDONDO LÓPEZ

TAREA SEMANAL

SALON: “A” #1
BIOGRAFÍA DE PABLO
SAULO DE TARSO

Pablo, que originalmente llevaba el nombre hebreo de Saulo, pertenecía a la tribu


de Benjamín. Él nació en Tarso, capital de Cilicia (Asia Menor), que se destacaba,
en aquel tiempo, por su academia griega y la cultura de sus habitantes. Siendo
nativo de esta ciudad y descendiente de judíos liberados de la esclavitud romana,
Pablo tenía los derechos del ciudadano romano. En Tarso, recibió su primera
educación y allí mismo conoció la cultura pagana, ya que en sus prédicas y
epístolas se hayan en claro el signo de haber conocido a los escritores paganos
(Hch. 17:28; 1 Cor. 15:33; Tit. 1:12).

Su instrucción final la recibió en Jerusalén, en la famosa academia rabínica del


renombrado maestro Gamaliel (Hch. 22:3) que era considerado un gran conocedor
de la Ley a pesar de pertenecer a la fracción farisea. Era un librepensador (Hch.
5:34) y admirador de la sabiduría griega.

Aparentemente, el joven Saulo se preparaba para ser rabino, ya que


inmediatamente después de terminar su educación, se mostró celoso de las
tradiciones fariseas y perseguidor de la fe cristiana. Posiblemente por la
designación del Sanedrín, él fue testigo de la muerte del primer mártir Esteban
(Hch. 7:57 -8:1) y luego recibió el poder oficial para perseguir a los cristianos hasta
fuera de los límites de la Palestina y Damasco (Hch. 9:1-2).

El Señor, en el camino a Damasco, y de una manera milagrosa, lo llamó al servicio


apostólico. Durante ese viaje una luz intensa iluminó a Saulo y él cayó ciego a la
tierra.

De la luz se escuchó una voz: “¿Saulo, Saulo, porque me persigues?” A la cual


Saulo pregunta: “¿Quién eres?” El Señor respondió: “Yo soy Jesús, a quién tu
persigues.”

El Señor le indicó ir a Damasco, dónde se le indicaría que hacer. Los


acompañantes de Saulo escucharon la voz de Cristo, pero no vieron la luz.
Llevándole de la mano a Damasco, el ciego Saulo fue instruido en la fe y al tercer
día bautizado por Ananías. En el momento de sumergirse en el agua, Saulo volvió
a ver. Desde ese tiempo él se hizo un esforzado predicador de la enseñanza, que
anteriormente perseguía. Durante un tiempo fue a Arabia y luego volvió a
Damasco para predicar acerca de Cristo.

El furor de los judíos indignados por su conversión a Cristo lo obligó a huir a


Jerusalén (Hch. 9:23) en el año 38 d.C., donde se unió a la sociedad de los
creyentes y conoció a los apóstoles. Por el atentado a su vida por los griegos, se
fue a su ciudad natal, Tarso. De allí, cerca del año 43 d.C., él fue llamado por
Bernabé para la prédica en Antioquía, y luego viajaron juntos a Jerusalén,
trayendo ayuda a los indigentes (Hch. 11:30).

Poco después de su vuelta a Jerusalén, por mandato del Espíritu Santo, Saulo
junto con Bernabé, comenzó su primer viaje apostólico, que duró desde el año 45
al 51 d.C., atravesando toda la Isla de Chipre. Al mismo tiempo convierte a la fe al
procónsul Sergio Pablo y, desde ese tiempo, comienza a llamarse Pablo.

Durante el viaje misionero de Pablo y Bernabé fueron fundadas las comunidades


cristianas en las ciudades de Asia menor: Pisidia; Antioquía; Iconio; Listra y Derbe.
En el año 51 d.C., Pablo participó del Concilio Apostólico en Jerusalén, donde se
había revelado fogosamente contra la obligatoriedad de los cristianos convertidos
de los paganos de conservar las costumbres mosaicas.

Al volver a Antioquía, Pablo, junto con Silas, hizo el segundo viaje apostólico.
Primero visitó las iglesias de Asia Menor, previamente fundadas por él, luego pasó
a Macedonia, donde fundó las comunidades de Filipos, Tesalónica y Berea. En
Listra, san Pablo encontró a su discípulo predilecto Timoteo, y desde Troas
continuó su viaje junto a él, el apóstol Lucas.

De Macedonia Pablo pasó a Grecia donde predicó en Atenas y Corinto,


permaneciendo en la última, un año y medio. Desde allí envió dos epístolas a los
Tesalonicenses. El segundo viaje duró del año 51 al 54 d.C.

En el año 55 d.C., Pablo fue a Jerusalén, visitando en el camino a Efeso y


Cesarea, y desde Jerusalén llegó a Antioquía (Hch. cap. 17 y 18).

Después de una breve estadía en Antioquía Pablo comenzó su tercer viaje


apostólico (56-58 d.C.), visitando primero como era su costumbre, a las iglesias
fundadas previamente, luego se quedó en Efeso, donde durante dos años predicó
cada día en la escuela de Tyranno.

De allí escribió su epístola a los Gálatas (a causa de la exacerbación de la fracción


judaica) y su primera epístola a los Corintios (a causa de los desórdenes surgidos
allí y en respuesta a la carta de los Corintios a él). Una insurrección popular contra
el apóstol Pablo, dirigida por el orfebre Demetrio, obligó al apóstol a dejar Efeso e
irse a Macedonia (Hch. 19). En el camino él recibió la carta de Tito sobre el estado
de la iglesia de Corinto y la influencia benéfica de su epístola. Por esta razón
mandó a los Corintios la segunda epístola desde Macedonia por intermedio de
Tito. En poco tiempo, él llegó personalmente a Corinto y escribió desde allí su
epístola a los Romanos, haciendo planes de ir a Jerusalén, pasando por Roma.

Después de despedirse en Melita de los presbíteros de Efeso, Pablo llegó a


Jerusalén, donde, a causa de un levantamiento popular contra él, fue arrestado
por los romanos y puesto en prisión, primero por el procónsul Félix y luego por su
sucesor Festo. Esto aconteció en el año 59 d.C.

En el año 61 d.C., Pablo, como ciudadano romano y por su pedido, fue enviado a
Roma para que lo juzgue el César. Tuvo un naufragio cerca de la Isla de Malta y
llegó a Roma recién en el verano del 62 d.C. Los gobernantes romanos le tenían
una gran consideración y pudo predicar libremente. Con esto termina el relato de
su vida en el libro de los Hechos de los Apóstoles (Hch. Cap. 27 y 28). Desde
Roma san Pablo escribió sus epístolas a los Filipenses (con el agradecimiento por
la ayuda monetaria enviada a él por Epafrodito), a los Colosenses, a los Efesios y
a Filemón, habitante de Colosas (a causa de un esclavo fugitivo Onésimo). Estas
cuatro epístolas fueron escritas en el año 63 d.C. y enviadas con Tichíco. También
desde Roma en el año 64 ha sido escrita la epístola a los hebreos de Palestina.

Los destinos subsiguientes del apóstol Pablo no se conocen con exactitud.


Algunos consideran que permaneció en Roma, y que por orden de Nerón, fue
muerto como mártir en el año 64 d.C. Pero hay bases para pensar que luego de
los dos años en prisión, le fue otorgada la libertad e hizo su cuarto viaje apostólico.

Esto indica las epístolas pastorales a Timoteo y Tito. Después de su defensa ante
el Senado y el Emperador, Pablo fue liberado y viajó al Oriente. Quedando largo
tiempo en la isla de Creta, dejó allí a su discípulo Tito, para la consagración de los
presbíteros en todas las ciudades (Tit. 1:5), lo que testifica asimismo, que él
consagró a Tito como obispo de la iglesia de Creta.

Más tarde, en su epístola a Tito, el apóstol Pablo le instruye cómo cumplir las
obligaciones de obispo. De esta epístola, se ve también, que él pensaba pasar el
invierno del 64 d.C. en Nicópolis, cerca de Tarso (Tit. 3:12).

Durante la primavera del 65 d.C., visitó a las restantes iglesias de Asia Menor y en
Mileto dejó a Trófimo enfermo. A causa de éste, se produjo el levantamiento de
Jerusalén contra el apóstol, seguido de su primer arresto (2 Tim. 4:20). No se sabe
si pasó por Efeso, ya que dijo que los presbíteros de Efeso no verán más su cara
(Hch. 20:25). Pero aparentemente en este tiempo, consagró a Timoteo como
obispo para Efeso.

Luego el apóstol pasó por Troas, donde en casa de Carpo, dejó su vestimenta
sacerdotal y los libros religiosos (2 Tim. 4:13). Seguidamente, fue a Macedonia,
allí se enteró de la intensificación de las herejías en Efeso y escribió su primera
epístola a Timoteo. Permaneció algún tiempo en Corinto (2 Tim. 4:20) y
encontrando por el camino a Pedro, juntos prosiguieron el camino por Dalmacia
(Tim. 4:10) e Italia llegando hasta Roma, donde dejó a Pedro, continuando, ya en
el 66 d C., más hacia Occidente y llegando posiblemente a España.

Después de volver a Roma, fue encarcelado por segunda vez y allí quedó hasta
su muerte. Hay una leyenda que dice, que en Roma, él predicó hasta en la corte
de Nerón y convirtió a la fe de Cristo, a la concubina preferida del Emperador. Por
eso fue juzgado. Por la Gracia de Dios, como dice él mismo, se salvó de las
mandíbulas de los leones, o sea, de ser devorado por las fieras en el circo, pero
fue encarcelado (1 Tim. 4:16-17).

Durante su segundo encarcelamiento él escribió de Efeso la segunda epístola a


Timoteo, invitándolo a Roma, para despedirse, ya que presentía su muerte
cercana. La leyenda no dice, si tuvo tiempo Timoteo de ver a su maestro con vida,
pero relata que el apóstol no esperó mucho tiempo su corona de mártir. Después
de nueve meses de encarcelamiento, él fue muerto cerca de Roma por la espada
— como ciudadano romano. Esto aconteció en el año 67 d.C. y en el duodécimo
año del reinado de Nerón.
Observando la vida del apóstol Pablo en general, se ve que se divide
abruptamente en dos partes. Una antes de su conversión a Cristo, siendo Pablo
en ese momento Saulo, un riguroso fariseo, cumplidor de la Ley de Moisés y de
las tradiciones paternas. Pensaba justificarse por las obras de la ley y el celo hacia
la fe de sus padres, la cual llegaba hasta el fanatismo. Después de su conversión,
segundo momento, se hizo apóstol de Cristo, dedicado enteramente a la obra de
la prédica evangélica. Feliz de su llamado, pero consiente de su debilidad para el
cumplimiento de tan alto servicio y atribuyéndole todas sus obras y méritos a la
bendición Divina.

Su vida antes de la conversión, sostenía el apóstol con profunda convicción, era


un error y vivía en el pecado, lo cual no lo llevaba a la justificación, sino a la
condenación y sólo la Gracia Divina lo sacó de esa profunda perdición.

Desde ese tiempo, el apóstol Pablo trata sólo de ser digno de la Gracia Divina y no
faltar a su llamado. Por eso no hay y no puede haber discusión acerca de algunos
méritos, todo es obra de Dios.

Siendo un fiel reflejo de su vida, toda la enseñanza de Pablo, revelada en sus


epístolas, sigue una idea básica: el hombre se justifica por la fe,
independientemente de las obras de la ley (Rom. 3:28). Pero, no se debe sacar la
conclusión como si el apóstol negara la importancia de las obras de bien (ver por
ej. Gal. 6:4; Ef. 2:10; 1 Tim. 2:10 y otros).

Por las “obras de la Ley,” en sus epístolas, no se entienden las obras de bien en
general, sino los actos ceremoniales de la Ley de Moisés. Hay que recordar que el
apóstol Pablo tuvo que luchar mucho, durante su prédica, con los judíos y los
cristianos judaizantes. Muchos de lo judíos, hasta después de su conversión al
cristianismo, mantenían la idea, que para los cristianos es imprescindible un
cuidadoso cumplimiento de las prescripciones ceremoniales de la Ley de Moisés.
Ellos se seducían a sí mismos con la idea de que Cristo vino a la tierra para salvar
sólo a los judíos. Por eso, los paganos que deseaban salvarse, debían aceptar la
circuncisión y cumplir con todas las ceremonias judías.

Este error impedía tan fuertemente la difusión del cristianismo entre los paganos
(gentiles), que los apóstoles tuvieron que llamar en el año 51 d.C. al Concilio de
Jerusalén, que anuló la obligatoriedad ceremonial de los dictados de la Ley de
Moisés para los cristianos. Pero hasta después del Concilio, muchos cristianos
judaizantes, tercamente mantenían sus puntos de vista y luego, hasta se
separaron de la Iglesia, formando una sociedad herética propia. Estos herejes
actuaban contra el apóstol Pablo e introducían discordias en la vida de la Iglesia,
aprovechando la ausencia del apóstol en tal o cual iglesia. Por eso, Pablo tenía
que subrayar continuamente, que Cristo es el Salvador de toda la humanidad —
tanto judíos como gentiles, y que el hombre se salva no por el cumplimiento de las
ceremonias de la ley, sino sólo con la fe en Cristo.
http://www.caminando-con-jesus.org/SANPABLO/LavidaylasobrasdelApostolPablo.htm

https://tse4.mm.bing.net/th?id=OIP.znwu_Hzow_HvKzeT2_2YwwHaEu&pid=15.1&P=0&w=279
&h=179

http://classic.scriptures.lds.org/es/biblemaps/map13.jpg

http://meditarensupabra.com/wp-content/uploads/2016/01/APOSTOL-PABLO-AGUIJON.png

https://tse4.mm.bing.net/th?id=OIP.KCwfDbHy_PvMvYhkzn_LwHaFH&pid=15.1&P=0&w=217&
h=150

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