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LAS 5 FASES DEL DUELO PERINATAL
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Vamos a ver en qué consiste cada una de estas etapas y su especial implicación
en los duelos perinatales
1. Negación
La negación comienza con un shock, que puede durar minutos hasta horas.
Durante este estado de shock los padres os encontraréis en una situación de
bloqueo, donde sois incapaces de tomar vuestras propias decisiones. Los
profesionales que acompañan a las parejas durante esta fase, han de ser
conscientes de ello, para darles tiempo a tomar sus propias decisiones, sin
coaccionaros hacia un camino y sin meter prisa. En los casos en los que se
presiona para que se tomen decisiones rápidas, nos encontramos con parejas
que además de atravesar el duelo por su bebé que no está, os tocará luchar
contra la culpabilidad por no tomar la decisión que a vosotros os hubiera
gustado.
Esta fase deja en vosotros un cansancio inmenso. A medida que los niveles de
cortisol van volviendo a la normalidad, aparece una sensación de irrealidad, de
“esto no me puede estar pasando a mí”
En el caso de las pérdidas perinatales esta fase puede verse acrecentada por
parte de la sociedad que niegan la existencia del bebé y del dolor de la pérdida,
con frases como “ya tendrás otro”, “eres muy joven”, “mejor pronto que
tarde”… Y con las prisas en el proceso del aborto, en muchas ocasiones se da
que una madre acude a una consulta rutinaria, donde descubren que no hay
latido y proponen un legrado para el día siguiente, pasando la madre de estar
embarazada a no estarlo en menos de 24h y con anestesia general de por
medio, no dando tiempo a ser consientes de esa pérdida.
2. Ira
La ira, como cualquier otra emoción, es adaptativa, está bien sentir ira. La ira
nos dice que tenemos que defendernos y la ira nos lleva a no asumir toda la
responsabilidad de lo ocurrido, sino a repartirla a quien le corresponde.

Juana María Amor

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respuestas, pero habrá algunas que nunca podrás encontrar y no conviene
quedarte atascado en ello.
Durante esta fase estarás más sensible, saltarás a la mínima, todo parecerá
molestarte.
También puedes sentir ira hacia la persona que se fue, puedes enfadarte con tu
bebé por irse demasiado pronto, está bien, no te lo quedes, verbalízalo, sácalo
afuera.
La ira va hacia afuera, pero también puede ir hacia dentro, puedes tratar de
autocastigarte, puedes empezar conductas de abuso de alcohol, problemas con
la comida, conducción temeraria…
En las pérdidas perinatales a esta ira se le une en muchas ocasiones la rabia por
aquellas personas que no supieron actuar como necesitabas, por aquellos que
de alguna forma negaron el dolor de esa pérdida.
3. Negociación
En esta fase es cuando tratas de no aceptar lo inevitable. Luchas porque no se
haga realidad lo que va a pasar. En el caso de enfermos terminales, aparece
negociaciones con Dios, con el cosmos… donde se les ruega que no se le lleven.
En las pérdidas prenatales esta fase del duelo suele aparecer previo a la pérdida,
cuando el diagnóstico ya es claro; o en momentos posteriores, cuando se da
lugar un nuevo embarazo.
4. Tristeza y desesperanza
Aquí ya eres consciente de la pérdida, es normal que aparezca el llanto, está
bien llorar, las lágrimas liberan cortisol, las lágrimas calman, las lágrimas ayudan
a curar las heridas.
Hay muchas cosas por las que llorar, por la persona que se fue, por esa parte de
uno que se ha ido y que ya no volverá, por el dolor que todo esto genera.
En duelos perinatales la tristeza también es una tristeza por el futuro, por todo
aquello que planeabas que fuera y nunca llegará a ser, por ese deseo de ser
madre/padre, que se ha visto roto.
Juana María Amor

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5.reproducción,
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Cuando alcanzamos esta fase, significa que ya has atravesado la puerta del dolor
y has transitado su camino. Esta fase no es de olvido, es de calmada aceptación.
Cuando llegas aquí has hecho un trabajo enorme de sanción, has sido capaz de
soltar el peso y puedes caminar más liviana.
Serás capaz de aceptar el ciclo de la naturaleza y de aceptar que la muerte es
parte de la vida.
Como ya hemos dicho no es un camino lineal, es un camino lleno de idas y
venidas, donde puede que te saltes etapas o puede que las recorras en orden
diferente.
Hay que tener en cuenta que el padre y la madre no llevarán el duelo de la
misma manera. Entender esto nos hará comprender que, aunque la otra parte
lo viva de forma diferente, no significa que su dolor sea menor. Generalmente
será la madre la que comience antes su duelo por la pérdida del hijo. Los
padres, en un primer momento, están más preocupados por la vida de la madre
y por el proceso físico por el que esta pasa. En muchas ocasiones, cuando el
padre comienza con su malestar, la madre ya he recorrido parte del camino y
puede ayudarle a él a recorrerlo. Cuando ambos recorren su camino a su ritmo,
sin ser juzgados por el otro, la pareja llega a salir fortalecida.

Pero el dolor no acaba con la aceptación, es muy probable que vuelva en


momentos señalados: la fecha probable de parto, el aniversario… sólo que cada
vez vendrá con menos intensidad.

Juana María Amor

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