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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE BAJA CALIFORNIA

FACULTAD DE MEDICINA Y PSICOLOGÍA

ENSAYO DEL LIBRO “SOBRE LA MUERTE Y LOS


MORIBUNDOS” DE ELISABETH KÜBLER ROSS

TANATOLOGIA

SALAS RIVERA KRYSTAL JACELY

GRUPO: 395
La vida es algo tan preciado, pero muchas veces las personas no se dan
cuenta, como dice el dicho “nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido”,
entonces cuando de repente te dicen que te queda poco tiempo de vida empiezas a
valorar cada segundo de ella. Es normal que exista miedo al hablar de morir, pero
es algo que debería dejar de ser un tabú, hablar con familiares y amigos sobre la
situación es algo muy importante, todos tenemos deseos que quisiéramos que se
cumplieran si estuvieramos en una situacion donde fueramos a morir pronto, asi que
el hablar de ello con la gente que más queremos sería como un tipo de liberación de
pensar que cumpliran tus expectativas siempre y cuando esté a su alcance, y que
respetaran tus decisiones.
Además del ámbito de amigos y familiares, quienes son el futuro de la atención
hospitalaria son los estudiantes, ya sean de medicina o enfermería. Ellos son
entrenados para cumplir con las tareas, despachar pacientes, y muchas veces dar
malas noticias, pero estas noticias son deliberadas sin tacto, sin emoción alguna por
la situación del paciente. Pero no es culpa de ellos, es la forma en la que el sistema
educativo les pide cumplir con las asignaturas, ya que al entrar a la carrera
empiezan como un proceso de desensibilización, jamás les enseñan a ponerse en el
lado de la persona que está consultando. Llevar talleres y asignaturas relacionadas
con este tema sería de gran ayuda para abrirles la mente a las posibilidades de
tener más empatía con los pacientes, y también de tomar decisiones que beneficien
la calidad de vida de estos.
Así es cómo podrían aprender porque los enfermos se comportan de distintas
maneras, ya que atraviesan un proceso en donde la primera fase es la negación.
Cuando se les da la noticia de la gravedad de su enfermedad y el tiempo que le
queda aproximadamente, muchos enfermos no saben cómo sobrellevar esta
información y su manera de protección es entrar en este estado, donde no creen
que sea verdad, que no es su realidad.
Y es que esto también puede suceder por la manera en que el personal de salud da
la noticia, en donde por tener prisa y solamente cumplir con la agenda de pacientes
suelen decir las cosas sin tacto y sin si quiera resolver las dudas con las que se
queda el paciente. Aunque no todos los médicos o enfermeras son personas sin
tacto, algunos que cuentan con la preparación adecuada pueden hacer un poco más
ligero el digerir la noticia, y aun así habrá algunos que entren en negación. Los
pacientes simplemente se resguardan en su mundo y bloquean los sentimientos
negativos, pretendiendo que todo está bien y que se encuentran saludables, cuando
la realidad es completamente distinta.
La segunda fase por la que atraviesan los enfermos es la ira, donde llegan a pensar
“¿porque me esta pasando a mi?”, y el sentimiento de enojo y de envidia los invade,
porque desean tener la salud de otra persona, o desean que la enfermedad atacara
a otra persona en lugar de a ellos. Esto pasa cuando se empiezan a dar cuenta que
si es verdad lo que les está pasando, y ya no pueden negarlo más y reemplazan la
negación por estos sentimientos. Usualmente esta molestia puede ser proyectada
hacia el personal de salud, a la familia y amigos que lo acompañan en este
proceso, que muchas veces no logran entender que se comporte de esta manera, y
al no saber cómo reaccionar para ayudarlo simplemente suelen alimentar más este
comportamiento hostil, dando más razones para seguir portándose así. Por eso es
tan importante la comunicación, el expresar en todo momento cómo se siente tanto
el enfermo como las personas que lo acompañan, para que no existan
malentendidos y se pueda mejorar el ambiente.
Al encontrarse en un estado vulnerable habitualmente los pacientes recurren a la
religión y a su fe, prometiendo cosas a Dios a cambio de que les prolongue un poco
más el tiempo, casi como niños cuando quieren obtener algo, como diciéndole que
todavía no es momento de morir porque aún no han visto algún acontecimiento
importante, pero esas promesas jamás se cumplen, ya que siguen pidiendo y
pidiendo hasta que llega el momento de su muerte.
Una de las fases que suele tener gran peso es la depresión, muchas veces los
pacientes pueden tener otros problemas que acontecían mucho antes de descubrir
su enfermedad, lo cual solo va provocando una acumulación de experiencias que
llevan a que sufra depresión, y es entonces cómo sienten que el mundo no tiene
sentido, y no les importa morir. Ahí es cuando se debe motivar a los pacientes a
expresar siempre como se sienten, y no solo distraerlos haciéndolos pensar solo en
momentos felices, sino también darles la oportunidad de sentirse tristes, ya que su
tiempo de vida es limitado, es normal que se sientan así, no se trata de tapar el sol
con un dedo, sino de validar sus sentimientos.
Al momento en que entran en un estado donde pueden expresar sus sentimientos, y
no se encuentran en estado de depresión ni de enojo, es la llamada fase de
aceptación. Pero esta no se debe confundir con una fase de felicidad, sino como
una fase donde no existe ningún sentimiento ya sea bueno o malo, sino más bien
como un descanso, como la zona de confort donde sienten que si mueren se irán
satisfechos. Es aquí donde en los mejores casos el enfermo lo toma con el mejor
pensamiento de aprovechar el tiempo que le queda. En esta etapa la familia y
amigos juegan un papel fundamental al estar apoyando al paciente, haciéndole
saber que la decisiones que él tome siempre van a ser respaldadas y que aunque
no quieren dejarlo ir, saben que será lo mejor para él y que siempre lo querrán.
Durante todo este proceso lo que siempre está presente es la esperanza, esa
pequeña luz en el caminito que da la oportunidad de pensar que puede pasar hasta
un milagro, que de repente pueden curarse, o simplemente la esperanza de vivir
más tiempo. Dentro de lo malo de tener tanta esperanza es cuando la familia no
acepta el hecho de que la enfermedad es real y se aferra a que su familiar no se
puede morir, queriendo hacer todo lo posible para evitarlo, actuando de una manera
egoísta ya que no ponen en cuenta el sufrimiento del paciente. Por otra parte hay
ocasiones en las que los pacientes se quedan sin esperanza alguna, ya que los
médicos simplemente los desahucian y no les brindan soluciones que mínimo
disminuyan sus síntomas, sólo los diagnostican sin llevarlos de la mano mínimo
dándoles alternativas iluminando un poquito su esperanza.
Asimismo como los pacientes tienen su proceso y sus etapas, los familiares también
sufren por ello, por eso una parte crucial e importantísima es la comunicación,
siempre ser honestos, y mostrarse realmente, expresar los sentimientos, todos los
sentimientos son válidos, y forman parte del transcurso de la enfermedad, animarlos
a decir lo que quieren sin quedarse con nada guardado. Si se puede atender a los
familiares tanto adultos como niños, desde el aspecto psicológico, sería como
sostener uno de los pilares que ayudan al paciente a hacer más llevadero su
proceso.
Los moribundos tienen necesidades, que muchas veces no son difíciles de cumplir,
se debe de contar con el apoyo de todos a su alrededor para hacer que sienta que
su tiempo valió la pena. El leer que la muerte es como ver una estrella fugaz que
pasa en el cielo y simplemente se apaga y desaparece, me parece una idea
maravillosa de ver como somos algo tan fugaz, que se puede ir tan rápido, y que
cada momento cuenta, y que sin importar la situación en la que nos encontremos
debemos disfrutar, añorar las experiencias que vivimos, y valorar lo que tenemos
porque la vida es tan efímera y tan bella que cuando llegue el momento de irnos
podremos decir que aprovechamos cada momento.

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