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Tema 2

Buscando modelos y datos:


documentación científica

Al leer las monografías de la especialidad que se desee cultivar, debe-


mos fijarnos sobre todo en dos cosas: en los métodos de investigación
de que el autor se ha servido en sus pesquisas, y en los problemas que
han quedado pendientes de solución.
Santiago Ramón y Cajal

En un viaje de turismo a un país desconocido es normal que nos preguntemos: ¿qué cosas intere-
santes puedo visitar? Y también ¿cómo se llega a tal lugar? Las recomendaciones de nuestro sabio y
conocido premio Nobel no son muy distintas, «mutatis mutandis», a las que podrían darse a las
preguntas anteriores. Nos sugieren focalizar la atención en aquello que todavía no se comprende y,
así mismo, en qué metodología y técnicas se han seguido para llegar a lo que sí se comprende. Y es
que para saber qué no se comprende todavía y por qué razones resulta necesario conocer lo que se
comprende en la actualidad. En términos más convencionales, es necesario conocer los modelos
teóricos existentes y las técnicas de investigación.
La primera etapa de toda investigación es la documentación. Esta primera etapa es, sin embargo, la
más frecuentemente olvidada por quien se inicia en el mundo de la investigación. Las consecuen-
cias son similares a las que se dan cuando alguien decide ir a visitar un nuevo lugar sin informarse
previamente. Es muy probable que olvide visitar monumentos o rincones de destacado interés o
simplemente que no consiga llegar a ciertos lugares por no saber qué medios de transporte llegan
hasta allí. Y si visita un país extranjero resultará muy conveniente conocer un mínimo vocabulario
del idioma. Quien piense que puede dedicarse directamente a investigar el problema que tiene en
mente, más adelante comprobará que ha realizado recorridos inapropiados para encontrar lo que
buscaba, por no conocer las palabras-clave de ese campo de estudio, sus principales autores o las
teorías más importantes propuestas para dar explicación de sus principales fenómenos.
A continuación vamos a ver qué tipos de documentos reúnen la información interesante para nues-
tro trabajo (fuentes primarias, secundarias y terciarias). Seguidamente veremos qué orden convie-
ne seguir en nuestra búsqueda (averiguar qué buscar y decidir su «amplitud temática»). Un tercer
punto -y muy práctico- estará dedicado a aprender las operaciones básicas para realizar búsquedas
informatizadas en una base de datos bibliográfica (uso de los operadores lógicos o booleanos). Con-
tinuaremos con algo que habitualmente no se explica: el número adecuado de fuentes a manejar
según el tipo de trabajo realizado (de curso, TFG, tesis, etc.). Finalmente ofreceré algunas pautas
acerca de cómo debería leerse una artículo de investigación.

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1. Fuentes de información y documentación
Con el fin de presentar la información de un modo ordenado, seguiremos la clásica distinción de las
fuentes de información según sea su contenido, esto es, en primarias, secundarias y terciarias.
1.2. Fuentes primarias (factuales). Se entiende por tales todas aquellas que presentan información
de primera mano, que no ha sido resumida ni traducida. En el mundo científico corresponde mayo-
ritariamente a las publicaciones científicas originales, es decir, a publicaciones que presentan nue-
vos hallazgos empíricos o el desarrollo de nuevos modelos teóricos. También pueden considerarse
fuentes primarias los libros y las tesis doctorales, siempre y cuando su contenido suponga una apor-
tación novedosa al campo de estudio. Así, por ejemplo, obras clásicas como Ciencia y conducta
humana de B. F. Skinner o Seis estudios de Psicología de Jean Piaget serían fuentes primarias.

Generales Psicología cognitiva Psicología social y Psicología evolutiva y Metodología


(todos los temas) personalidad de la educación y estadística
Annual Review of Psy. Behavioral and Brain J. of Personality and Child Development Methodology
Psychological Bulletin Sciences Social Psychology Journal o Experim. Psychological Methods
Journal of Experimental Cognition Journal of Experimental Child Psychology Behavior Research
Psychology: General JEP: Human Perception Social Psychology Advances in Child Methods, Instruments &
Psychological Science & Performance Advances in Social development Computers
British Journal of Psyc. JEP: Learning, Memory Psychology British Journal of Edu- British J. of Mathemati-
Applied Psychology & Cognition British Journal of Social cational Psychology cal Psychology
Psicothema Visual Cognition Psychology Psychometrika
Anales de Psicología
Escritos de Psicología
Fig. 1 Listado de revistas científicas destacadas en algunas de las áreas de la psicología.

1.2. Fuentes secundarias. Se entiende por tales todas aquellas que presentan información que, de
algún modo, constituye una reelaboración o síntesis de la presentada con anterioridad en otras
publicaciones. En el mundo científico corresponde mayoritariamente a los manuales de texto de
disciplinas académicas y también a compilaciones. Así, por ejemplo, Comportamiento y aprendizaje
de Howard Rachlin o La Psicología evolutiva de de Jean Piaget, escrita por John Flavell son fuentes
secundarias, pues en ellas encontramos, respectivamente, una introducción a los principios del
aprendizaje instrumental y al pensamiento del científico ginebrino a partir de sus experimentos.

¿Qué diferencia hay entre un libro y una compilación?

Si observamos externamente ambas fuentes de documentación, las diferencias pasan fácilmente inadvertidas,
dado que físicamente pueden resultar casi idénticos. Lo que diferencia a un libro de una compilación (reading
en inglés) no es su aspecto o su tamaño. Un libro -como es bien sabido- es un escrito de, al menos unas 50
páginas, encuadernado y escrito por uno o varios autores (en este último caso, todos ellos lo son de la obra en
su totalidad). Una compilación -como su mismo nombre indica- es una agrupación de materiales, en forma de
capítulos, que abordan un tema afín. Sus contenidos pueden ser tanto publicaciones anteriores (por ejemplo,
cuando cada capítulo reproduce un destacado artículo científico), como publicaciones inéditas (por ejemplo,
cuando cada capítulo es resultado del encargo realizado a especialistas sobre el tema). Esta diferencia se
aprecia en que, en el caso de las compilaciones, al principio de cada capítulo figura el nombre de su autor (o
autores). A quienes se han encargado de realizar la compilación se les denomina coordinadores o compilado-
res (algo que aparece en la portada como Coords. o Comps. y, antiguamente, como Eds.) y, por lo general, son
también ellos quienes se encargan de redactar la introducción o un marco teórico general antes de cada una de
las secciones del libro.

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1.3. Fuentes terciarias (auxiliares o bibliográficas). Se entiende por tales aquellas que en lugar de
presentar información sobre contenidos de la materia (por ejemplo, sobre psicología evolutiva o
psicología social) se encuentran orientadas a presentar información sobre otras publicaciones. Se
incluyen aquí, por tanto, las revistas de resúmenes (Psychological Abstracts, Current Contents, etc.)
y boletines de sumarios propios de la mayoría de hemerotecas universitarias, los cuales contienen
índices con los artículos de las revistas recibidas periódicamente.
Además de las fuentes anteriores (libros, compilaciones y revistas), en el mundo científico existen
otras importantes fuentes de información que conviene conocer. En este sentido, destacan las tesis
doctorales, que son trabajos de investigación inéditos correspondientes al tercer ciclo de estudios
universitarios y que posibilitan, tras su pública defensa y correspondiente aprobación por un tribu-
nal de expertos, la obtención del máximo rango académico: el título de Doctor. En ellas puede en-
contrarse información muy valiosa, tanto de modelos teóricos como de metodología empleada. En
realidad, encontrar una tesis doctoral cuyo tema de investigación es muy próximo al que deseamos
abordar y de fecha reciente es un verdadero tesoro, pues dispondremos de una buena síntesis del
estado de la cuestión, detalles sobre la metodología de investigación empleada en ese ámbito y
abundante bibliografía actualizada.
Otra fuente de información importante son las actas de congresos (proceedings, en inglés). Se trata
de escritos que exponen las comunicaciones o pósters presentados en todo tipo de eventos cientí-
ficos (congresos, symposia, jornadas, workshops, etc.). Las actas no deben confundirse con los li-
bros de resúmenes de este mismo tipo de eventos, que normalmente son de una extensión muy
limitada (media página o menos) y que se entregan antes de la celebración de los mismos. Por el
contrario, las actas se publican normalmente varios meses después y suelen tener una extensión
menor que la de un artículo científico (suele oscilar entre dos y cinco páginas). Lo interesante de las
actas es que presentan información de trabajos muy recientes, alguno de ellos incluso todavía in-
completos, pero que ayudan a conocer lo que en la actualidad se está investigando y el modo en
que se hace en estos momentos.
Por último, también puede acudirse a los denominados informes técnicos (Technical Reports), que
son documentos internos de laboratorios de investigación en los que se resume lo realizado duran-
te un determinado periodo temporal (trimestral, semestral o anualmente). No se encuentran públi-
camente disponibles, pero se puede acceder a ellos por lo general si uno conoce a alguien vincula-
do a la institución. Su principal ventaja es que muestran la investigación más reciente y también
resultados que no suelen publicarse (experimentos fallidos, problemas encontrados, resultados no
significativos, etc.), por lo que puede evitar el perder el tiempo en caminos que se han mostrado
poco fructíferos.
2. ¿Por dónde comenzar?
2.1. Consultar a expertos. Por experto cabe entender una persona con un amplio conocimiento y
una dilatada experiencia en el campo de investigación en el que uno desea adentrarse. Por lo gene-
ral, se trata de profesores de Universidad (catedráticos, directores de proyectos de investigación,
etc.), pero también profesionales que llevan ejerciendo durante más de 10 años en su campo y con
un reconocido prestigio dentro del mismo. Si se trata de realizar un trabajo de cierta profundidad
(como es el caso de una tesis doctoral), no deberían escatimarse medios para conseguir una entre-
vista con ellos, dado que una conversación de algo más de media hora puede ayudar significativa-
mente a centrar el tema (“¡Ah, bien! Lo que tú desea en realidad es investigar… Eso es lo que se

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conoce en términos técnicos como…”) pueden orientarte con una bibliografía seleccionada muy
pertinente a tus verdaderos intereses (“Mira, lo mejor es que comiences leyéndote el libro de…,
que además lo encontrarás en nuestra biblioteca”), indicarte paradigmas experimentales mediante
los que abordar el problema, ofrecerte una lista de autores destacados en el campo para seguir
buscando información, señalarte las tres o cuatro revistas punteras en ese tema, etc. En definitiva,
ahorrarte un montón de horas de trabajo respecto a la situación alternativa, en la que tuvieras que
descubrir por tu cuenta y riesgo toda esa información.

2.2. Utilizar el Thesaurus. Un Thesaurus es una publicación que contiene un listado de palabras o
términos empleados para representar conceptos, incluyendo la definición científica de los mismos,
así como sus correspondientes sinónimos. Tales términos se encuentran ordenados en forma alfa-
bética, temática y jerárquica. Su organización jerárquica posibilita ubicar un término dentro de ca-
tegorías más generales y asimismo encontrar términos más restringidos. Así, por ejemplo, si bus-
camos «Falsa memoria» (False Memory), aparecerá como una categoría subordinada dentro de
memoria pero junto a otros muchos términos en su mismo nivel (tales como Explicit Memory, Im-
plicit Memory, Iconic Memory, Long Term Memory, Memory and Learning Measures, Memory Con-
solidation, Memory Decay, Memory Disorders, Memory Trace, Memory Triaining, Semantic Me-
mory, Short Term Memory, Spatial Memory, Verbal Memory, Visual Memory, Visuospatial Memory,
etc.). Pero también podremos encontrar numerosos términos relacionados con False Memory (Am-
nesia, Confabulation, Early Memories, Emotional Trauma, False Confession, Repressed Memory,
Suggestibility, etc.). Normalmente, junto a cada término se incluye la fecha de aparición en la litera-
tura científica y su definición (p. ej., la memoria implícita se define como la memoria de eventos sin
consciencia específica de aprendizaje o experiencia con dicho evento). Por consiguiente, se trata de
un medio muy fácil para aprender los términos-clave (keywords) con los que posteriormente reali-
zar búsquedas bibliográficas.

2.3. Visitar la hemeroteca1. Toda biblioteca universitaria tiene una amplia zona dedicada a las revis-
tas científicas (hemeroteca) y, por lo general, el último número de cada una de ellas se encuentra
situado sobre algún tipo de expositor. Una consulta a los índices de las revistas que tratan sobre el
tema que nos interesa, nos ayudará a localizar información reciente e importante. Esta preselección
a través de los títulos debería conducirnos a una lectura de los resúmenes y, en caso de confirmar
su utilidad para nuestra investigación, fotocopiarlo (algo legalmente permitido en este tipo de pu-
blicaciones). Ciertamente este modo de búsqueda resulta mucho más cómodo desde internet, en-
trando en la página web de la revista y consultando desde ella los índices y resúmenes (un servicio
que casi siempre es gratuito, aunque no la descarga completa del artículo, a menos que la Universi-
dad pague por la suscripción electrónica). Sin embargo, el problema está en que, al principio, uno
no sabe ni en qué revistas tiene que buscar y por ello un paseo entre las estanterías de la hemero-
teca puede ser el camino más adecuado para conseguir material de calidad.

1
Conviene recordar que en España disponemos de importantes centros de documentación sobre temas directamente
vinculados al estudio del comportamiento humano: El Centro Nacional de Información y Documentación Científica del
Consejo Superior de Investigaciones Científicas, el Instituto de Información y Documentación de las Ciencias Sociales y
Humanidades del Consejo Superior de Ciencias de Investigaciones Científicas, así como el Servicio de Documentación del
Colegio Oficial de Psicólogos.

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3. ¿Cómo realizar una búsqueda bibliográfica?
3.1. Bases de datos: PsycINFO. Aunque existen numerosas bases de datos de potencial interés para
la investigación psicológica2, la más importante es sin lugar a dudas PsycINFO®. Se trata de una cre-
ciente base de datos con más de 90 millones de registros dedicada a publicaciones científicas sobre
ciencias del comportamiento. Se actualiza semanalmente y se encuentra accesible desde casi todas
las bibliotecas universitarias, que pagan periódicamente para que sus usuarios puedan hacer uso de
la misma gratuitamente. Contiene información de unas 2000 revistas de calidad (peer-reviewed) y,
también, aunque en una cantidad inferior al 10%, de libros, capítulos y tesis doctorales. Aunque
toda la información se encuentra referenciada en inglés, incluye publicaciones de más de 5º países
en 29 idiomas distintos, incluyendo el español.
Realizar una búsqueda bibliográfica en PsycINFO es bastante fácil, pues se trata tan sólo de selec-
cionar registros indicando lo que se desea a través de menús de opciones desplegables. De todos
modos, dado que estos entornos de interacción con el usuario varían a lo largo del tiempo y según
el lugar de consulta, posiblemente lo más práctico sea conocer los operadores lógicos básicos (AND,
OR y NOT; véase recuadro) y teclear directamente éstos en una pantalla de sintaxis (suele aparecer
al pulsar la opción de Advanced Search u otra similar).
De la teoría de conjuntos a los conjuntos de teorías

La teoría matemática de conjuntos está en la base de todas las búsquedas bibliográficas. Un conjunto queda
perfectamente definido si se conocen con exactitud los elementos que pertenecen a él. Esto puede conseguirse
de dos modos: nombrando uno a uno sus elementos (definición extensiva) o mediante un enunciado o propie-
dad que identifique sus elementos (definición intensiva). Por ejemplo, podemos definir el conjunto de las pro-
vincias andaluzas nombrando cada uno de sus elementos (Almería, Cádiz, Córdoba, Granada, Huelva, Jaén,
Málaga y Sevilla) o bien mediante el enunciado “demarcaciones territoriales administrativas de Andalucía”.
La unión de dos conjuntos es un nuevo conjunto formado por los elementos que pertenecen a ambos conjuntos
(y se simboliza con el signo U). La intersección de conjuntos es un nuevo conjunto formado por los elementos
que son comunes a ellos (y se simboliza con el signo ∩). Sea A el conjunto de provincias andaluzas y C el
conjunto de provincias costeras, el conjunto A U C incluirá a cualquier provincia andaluza o con costa (por
ejemplo, Sevilla o Alicante, pero también Cádiz), mientras que el conjunto A ∩ C sólo incluirá provincias anda-
luzas y costeras (por ejemplo, a Málaga o Cádiz, pero no a Sevilla o Córdoba).
El complemento de un conjunto es un nuevo conjunto formado por todos los que no se encuentran en el prime-
ro (y se simboliza con una raya horizontal encima de la letra del conjunto o un signo menos delante). En un
contexto de geografía política, si I representa el conjunto de provincias de interior (Cáceres, Ávila, León…),
entonces su conjunto complementario, -I, sería el formado por todas las provincias españolas que no son de
interior (Barcelona, Tarragona, Valencia, Lugo, Oviedo, etc.). Pues bien, estas tres operaciones con conjuntos
(unión, intersección y negación o complementariedad) son aplicables a cualquier clase de elementos (incluidos
los registros de una base de datos bibliográfica) a través de los operadores lógicos AND, OR y NOT, respecti-
vamente. Gracias a ellos es posible seleccionar artículos que forman parte de un mismo conjunto (autores,
temas o teorías).
Ejercicio. Siguiendo con el ejemplo anterior de las provincias (donde A = andaluzas y C = costeras), ¿Qué
operaciones con conjuntos son necesarias para determinar?: (1) ¿Cuántos elementos tiene el conjunto A? ¿y el
conjunto C? (2). ¿Cuántos elementos pertenecen al conjunto de provincias andaluzas costeras? (3) ¿Cuántas
provincias son costeras o andaluzas? (4) ¿Cuántas provincias españolas son andaluzas pero no costeras? (5)
¿Cuántas provincias son costeras pero no andaluzas? Y, por último, (6) ¿cuántas provincias son sólo o coste-
ras o andaluzas? Soluciones: 1. A; C. 2. A ∩ C 3. A U C 4. A – C 5. C – A. 6. – (A ∩ C).

2
Entre las principales bases de datos nacionales se encuentran PSICOOC, ISOC, REBIUM y TESEO; entre las internaciona-
les PsyINDEX, PsyBOOKS, ERIC, SOCIAL SCISEARCH y DISSERTATION ABSTRACTS ONLINE (la última de cada lista contiene
tesis doctorales).

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Veamos ahora, algunas búsquedas simples. Supongamos que deseamos buscar publicaciones de
estudios sobre personalidad. Podríamos teclear simplemente PERSONALITY y pulsar sobre la tecla
«Enter», «Intro» o «Return». Tal vez, lo que nos interese sea algún trastorno en concreto, como por
ejemplo el trastorno bipolar. En tal caso teclearíamos BIPOLAR DISORDER. Cuando el programa en-
cuentra dos palabras seguidas interpreta que ambas deben estar presentes (por lo que no incluirá
los registros que sólo contengan una de ellas o una de las palabras junto con otras, como podría ser
EATING DISORDERS). Salvo que se trate de un término muy específico, por lo general la cantidad de
registros seleccionado suele ser desmesurado (fácilmente varios miles).

De la estructura a la función: organización de una base de datos

Una base de datos normalmente se encuentra organizada en dos tipos de unidades de información, conocidas
como registros y campos. De una forma simplificada, podríamos decir que en una tabla los registros corres-
ponden a las filas y los campos a las columnas. Así, por ejemplo, en una base de datos escolar cada registro
corresponde a un alumno y cada campo contiene una información específica de ese alumno (nombre, apelli-
dos, dirección, curso, grupo, calificaciones, etc.). En el caso de las bases de datos bibliográficas un registro
contiene información de una publicación (por ej., de una revista o de un libro), mientras que cada campo co-
rresponde a un dato concreto de esa publicación particular (título, autor, año de publicación, etc.).
Estos campos informativos dentro de un registro informático no sólo son importantes para ordenar de algún
modo los contenidos sino que, además, posibilitan la realización de búsquedas muy selectivas indicando algu-
nas de las condiciones que deben cumplir los documentos que se desean recuperar (p. ej., seleccionando
únicamente los de un determinado investigador o sólo las del último año).
Aunque una base de datos tan importante como PsycINFO contiene actualmente unos 40 campos, conviene
conocer al menos los más importantes y sus abreviaturas para su empleo en nuestras búsquedas bibliográfi-
cas. En la base de datos PsycINFO se trata de los siguientes (por orden alfabético):
· AB Abstract
· AG Age Group {Childhood, Adolescence, Young Adulhood, Middle Aged, Aged…}
· AU Author
· DOI Digital Object Identifier [identifica de forma única cualquier material electrónico]
· DTYPE Document Type {Book, Chapter, Dissertation, Conference Proceedings…}
· TI Title [del artículo, capítulo, libro, tesis, etc.]
· IF Identifiers [corresoponde a las palabras-clave o keywords]
· LA Language {Spanish, French, German, Italian, Russian…}
· ME Methodology {Empirical Study, Meta-Analysis, Experimental Replication, Mathematical Model,
Scientific Simulation, Literature Review, Clinical Case Study, etc.}
· POP Population {Human, Animal, Male, Female, Inpatient, Outpatient}
· YR Publication Year

Supongamos que estamos interesados en seleccionar artículos que traten sobre cognición musical, escritos
únicamente en inglés o español, que consistan en meta-análisis y sólo publicados con posterioridad a 2010. En
tal caso deberíamos teclear: “MUSIC COGNITION” AND LA(SPANISH OR ENGLISH) AND ME(META-
ANALYSIS) AND YR(>2010). Al hacerlo nos aparecen cuatro registros, cuyos títulos ya nos indican que justa-
mente coinciden con lo que buscábamos, tales como A meta-analysis of effectiveness of music interventions for
children and adolescents with attentio-deficit/hiperactivity disorder o Does music training enhance literacy skills?
A meta-analysis.

3.2. ¿Qué hacer si existe demasiada información? La forma más simple de disminuir la cantidad de
registros (publicaciones) es imponiendo restricciones a la búsqueda anterior (cada búsqueda apare-
ce numerada como #1, #2, etc.). Recordemos que esto corresponde a la intersección de conjuntos
(pues necesitamos que el elemento [registro] esté en el conjunto A y, además, en el conjunto B),

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por lo que el operador lógico necesario para ello es AND. Por ejemplo, tras la tercera búsqueda se
podría pedir al programa que únicamente nos seleccionase aquellas publicaciones posteriores al
año 2010 [#3 AND PY > 2010] o que están escritas tan sólo en español [#3 AND LA = SPANISH] o con datos
procedentes de una determinada población (por ejemplo, con humanos, pero no con animales) [#3
AND PO = HUMAN]. Por supuesto, pueden imponerse diferentes restricciones simultáneamente. Así,
tras teclear MEMORY AND AU = BADDELEY AND JO = “MEMORY AND COGNITION”, obtendríamos registros so-
bre investigaciones de la memoria humana realizadas por Alan Baddeley y publicadas únicamente
en la revista citada.
3.3. ¿Qué hacer si existe muy escasa información? La forma más simple de aumentar la cantidad de
registros (publicaciones) es relajando las restricciones o condiciones de la búsqueda anterior. Re-
cordemos que esto corresponde a la unión de conjuntos (pues resulta suficiente con que el elemen-
to [registro] esté en alguno de los conjuntos), por lo que el operador lógico necesario para ello es
OR. Por ejemplo, si estuviésemos interesados en artículos de percepción o atención escribiríamos
PERCEPTION OR ATTENTION; si nos interesase aumentar el número de artículos según el idioma, po-
dríamos añadir #3 AND (LA = SPANISH OR LA = FRENCH OR LA = ENGLISH).
3.3. ¿Cómo crear mi base de datos bibliográfica? Para cualquier trabajo de investigación de una
cierta extensión (Trabajo de Fin de Grado, Trabajo de Fin de Máster, Tesis doctoral, etc.) es muy
conveniente elaborar una base de datos propia. Para ello existen algunas con multitud de opciones,
fáciles de manejar y gratuitas. Entre ellas, una interesante es JabRef, que incluso nos permite esta-
blecer un enlace directamente a los documentos en pdf o a páginas de internet. Aunque inicialmen-
te puede parecer una pérdida de tiempo, posteriormente demuestra ser todo lo contrario, ya que
permite disponer de todo el material recogido de una forma unificada y localizar información con
suma rapidez (búsqueda de artículos por autores, por revistas, por palabras-clave, etc.). Durante los
últimos años han aparecido numerosas herramientas de gestión de referencias bibliográficas, pero
que por no podemos examinar aquí porque excedería los propósitos de este apartado. Algunas de
las más destacadas son Zotero, EasyBib, Mendeley, RefWorks y EndNote. Merece la pena dedicar
una tarde a examinar su funcionamiento y sus enormes posibilidades (por ej., algunos programas
pueden generar automáticamente el listado de referencias de un trabajo académico a medida que
se citan los autores en el texto).
4. Pero resumiendo ¿cuántas fuentes documentales debo consultar/referenciar?
Esta pregunta se la plantea, en algún momento, toda persona que debe realizar un trabajo acadé-
mico. Desde luego, no es igual tener que seleccionar 30 referencias que 300. Las circunstancias que
condicionan lo que se considera un número adecuado son tan variables (en función del tipo de es-
tudios, Universidad, etc.) que prácticamente nadie se atreve a dar cifras concretas. Es algo que sue-
le solventarse preguntando directamente al profesor, tutor o director del trabajo en realización. No
obstante, ofrecer algunas cifras específicas puede ayudar desde un primer momento. En mi opi-
nión, la cantidad no debería ser motivo de seria preocupación, pero sí la pertinencia de las mismas
(es preferible un trabajo con 30 referencias muy oportunas y actuales que otro con 50 referencias
poco ajustadas al tema y anticuadas). En todo caso, lo que aquí se diga será con carácter general,
teniéndose que aplicar las recomendaciones o normas, en su caso, que se hayan dado en cada Uni-
versidad.
Trabajo de curso. Por tal cabe entender aquí un trabajado elaborado en el contexto de una asigna-
tura universitaria como medio para adquirir o consolidar ciertos conocimientos de la misma. Diver-

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sos factores pueden condicionar su número: extensión del trabajo, tipo de actividad y peso dentro
de la nota final. Atendiendo a la extensión, no será lo mismo un trabajo de dos hojas que otro de
veinte, lo cual exigirá cierta proporcionalidad respecto a la documentación consultada y/o referen-
ciada. En cuanto al tipo de actividad, podemos distinguir dos clases de trabajos: los empíricos y los
teóricos (de revisión, crítica, integración, etc.); obviamente, se espera un mayor número de fuentes
consultadas para los segundos. Por último, no va a ser lo mismo un trabajo que suponga el 80% de
la asignatura que el 20%; también aquí se aplicará la regla de la proporcionalidad. Ya, ¿pero cuántas
referencias?, se preguntará el lector. Pues yo diría desde un mínimo de unas 7 - 8 a un máximo de
25.
Trabajo de fin de grado o de máster. Los trabajos conocidos de forma abreviada como TFGs o TFMs
poseen una extensión significativamente menor a otros trabajos del pasado (como las tesis de li-
cenciatura, comúnmente conocidas también como tesinas). Dado que los reglamentos son varia-
bles entre universidades, habrá que seguir las prescripciones de las mismas. No obstante, un núme-
ro bastante adecuado podría ser entre 25 y 50.
Tesis doctoral. Un trabajo de investigación riguroso y extenso en el tiempo como es el que se expo-
ne en una tesis, de forma natural va a conllevar la consulta de numerosas fuentes de información.
Desde mi punto de vista, no parecería adecuado un número inferior a unas 50 y un límite superior
en torno a 300.
¿Qué orden seguir para su lectura?
Hemos visto ya cómo seleccionar el material adecuado para nuestra investigación. Posiblemente no
sólo lo hayamos identificado sino que también lo hayamos conseguido (pues una cosa es saber que
existe un libro concreto muy interesante sobre el tema y otra que dispongamos de él). Si la bús-
queda bibliográfica se ha realizado desde una biblioteca de acceso restringido a la comunidad uni-
versitaria, entonces muy probablemente tengamos también acceso a los documentos directamente
en formato pdf. Como sabemos, su disponibilidad está a la distancia de un click de ratón. Por lo
general, estos documentos (artículos, libros electrónicos, etc.) no son de acceso gratuito sino que
tienen un coste elevado (un solo artículo puede costar unos 30 euros, como media), pero las Uni-
versidades pagan anualmente suscripciones a las revistas científicas para poder tener acceso a to-
dos sus contenidos. Es una lástima que todavía muchos alumnos restrinjan sus búsquedas a lo que
aparece en Google Academics o en revistas «Open Source». No es que no sea buen material lo que
puedan encontrar ahí, pero es como si acudiendo a un buffet libre de un hotel de cinco estrellas los
comensales se autolimitasen a comer sólo de aquellas viandas que se encuentran en la mesa más
cercana, olvidándose de la gran variedad y calidad de apetitosos platos que tienen a su alcance.
En cualquier trabajo de investigación, el –digámoslo así- «orden natural» debería ser proceder de lo
general hacia lo particular. Esto facilita mucho la comprensión. A nadie se le ocurriría comenzar por
adentrarse en la lectura de los procesos bioquímicos implicados en la generación de los ácidos en el
páncreas para comprender el funcionamiento del sistema digestivo; antes será necesario conocer
los principales órganos del mismo, la función general de cada uno de ellos y sólo después tendrá
sentido entrar en aspectos más detallados de su funcionamiento. Sin embargo, en ocasiones hay
quienes eligen un artículo empírico de un tema de su interés para poco tiempo después de iniciar
su lectura desanimarse al ser conscientes de que no comprenden casi nada. De ahí, pues, que el
orden de nuestra lectura de los materiales sea tan importante.

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Por donde debería comenzarse es por un documento que nos ofrezca una visión general, de con-
junto, del tema que vamos a abordar. El modo óptimo es dar con un artículo de revisión general.
Afortunadamente existen revistas en Psicología (y en casi todas las disciplinas científicas) especiali-
zadas en ello. En nuestro caso la más destacada es el Annual Review of Psychology. Esta revista
publica periódicamente artículos que constituyen una verdadera síntesis del tema abordado. Ahí
podemos encontrar el origen del problema, los principales modelos teóricos propuestos, la meto-
dología empleada, los avances más recientes y las cuestiones que aun quedan por resolver. Ade-
más, de un modo indirecto, nos habla de los investigadores más destacados, de algunos de los es-
tudios más relevantes, de los resultados más sorprendentes y otras muchas cosas más.
Desde luego, el Annual Review of Psychology no es la única revista. Existen otras importantes, como
Psychological Review, Psychonomic Bulletin & Review, Perspectives on Psychological Science, etc. Y
también podemos encontrar algunas otras revistas de revisión pero especializadas en determinadas
áreas: Clinical Psychology Review, Educational Psychology Review, European Review of Social
Psychology, Personality and Psychology Review. Conseguir esta visión general no sólo es posible con
un artículo de estas revistas sino también, en ocasiones, a través de un libro (monografía). Pero en
este último caso, hay que estar muy seguro de que el libro ofrece esa visión integrada, para no en-
contrarnos más bien con un ensayo científico o simplemente con una amalgama de estudios sobre
el tema.
Los meta-análisis constituyen una muy buena forma de obtener también esa visión global acerca de
un problema. Un meta-análisis puede caracterizarse como un estudio en el que se lleva a cabo un
riguroso análisis de los análisis estadísticos de investigaciones anteriores sobre un mismo tema (y
de ahí precisamente su nombre). En cierto modo, puede considerarse como un «estudio empírico»
pero donde los datos de la investigación son precisamente los resultados que provienen de otras
investigaciones. El análisis consiste en estimar un efecto (por ej., efectividad de la terapia A respec-
to a la terapia B) a partir de la combinación ponderada del efecto de otras (numerosas) investiga-
ciones. Su utilidad es muy grande, pues sirven para clarificar cuestiones controvertidas o confusas.
De ahí que su difusión haya conocido un espectacular crecimiento durante las últimas décadas,
tanto en Psicología como en Medicina, donde con frecuencia existen artículos con resultados en
distintas direcciones.
Los libros y compilaciones («readings») también pueden ofrecer una valiosa información para dis-
poner de un marco general con las teorías y modelos del fenómeno a estudiar. No obstante, con-
viene tener presente que la variabilidad entre los libros puede ser muy grande. Los hay que cierta-
mente ofrecen esa visión de conjunto, pero también otros donde junto a los conocimientos conso-
lidados se unen reflexiones particulares del autor (asemejándose más bien a un ensayo científico); e
incluso algunos que incluyen directamente estudios específicos (asemejándose más al formato de
un artículo científico). Personalmente me parecen preferibles los libros a las compilaciones por una
sencilla razón: al estar escritos todos los capítulos por un mismo autor/es, por lo general la estruc-
tura y coherencia interna de la obra es mucho mayor. Existen, por supuesto, compilaciones exce-
lentes, pero el hecho de reunir capítulos de distintos autores introduce no pocas veces diferencias
(de terminología, planteamiento, preferencias teóricas, etc.) que pueden dificultar su comprensión
para quien se está iniciando en el tema.

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Por último, tenemos los artículos empíricos (tanto experimentales como no experimentales). En
ellos disponemos de información directa sobre investigaciones recientes que exploran alguna par-
cela (por lo general, muy específica) del tema. Adentrarse directamente en la lectura de un artículo
empírico sin tener alguna idea de conjunto puede resultar en no pocas ocasiones frustrante, pues
buena parte de lo expuesto parecerá críptico al lector. Por ejemplo, supongamos que alguien está
interesado en estudiar los factores que influyen en el desarrollo de la cooperación y se encuentra
con un artículo como el de Ale, Brown y Sullivan (2013): Evolution of Cooperation: Combining Kin
Selection and Reciprocal Altruism into Matrix Games with Social Dilemmas. Comprender sólo el
título requiere tener información precisa de lo que significan algunos términos técnicos como Kin
selection, Matrix Games y Social Dilemmas. Si uno no conoce que la selección por parentesco es
uno de los cinco mecanismos esenciales propuestos por Nowak para explicar la cooperación (expre-
sado mediante una inecuación matemática), que Matrix Games alude a condiciones hipotéticas
caracterizadas formalmente desde la teoría matemática de juegos y que los dilemas sociales son
aquí situaciones estandarizadas para poder comparar estudios, entonces será muy difícil compren-
der realmente las aportaciones del estudio. Sin embargo, un artículo de revisión general de los que
hemos mencionado anteriormente nos habrá ofrecido las categorías conceptuales y la terminología
apropiada para poder ubicar el artículo dentro de un contexto teórico.
En cuanto a la cantidad de fuentes, lo normal es disponer de tan sólo unos pocos de revisión gene-
ral (a veces uno es suficiente), varios libros o capítulos y numerosos artículos empíricos de investi-
gación. Estos últimos nos permitirán aprender de una forma implícita un montón de detalles sobre
cómo se realiza la investigación (diseños de investigación, paradigmas experimentales, técnicas de
análisis, etc.).
5. ¿Cómo se lee un artículo de investigación?

//Lo que escribí para el libro del Ministerio//

A modo de conclusión
La documentación científica es una etapa fundamental antes de plantear cualquier problema de
investigación o, al menos, cuando éste no está formulado aún de una manera precisa. Para ello es
necesario realizar revisiones bibliográficas, las cuales se basan principalmente en artículos, libros y
compilaciones y, en menor medida, en tesis doctorales, actas de congresos e informes técnicos. Por
otra parte, la realización de búsquedas bibliográficas informatizadas es muy práctica y fácil, pero es
preciso conocer las keywords pertinentes y el funcionamiento de los operadores lógicos. La infor-
mación recogida deberá organizarse empleando algún programa informático especializado, lo cual
será de gran ayuda a medida que aumente la cantidad de material bibliográfico empleado.

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