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1. Quiniiu, el profesor IVewe j 2.

—Esta sepultado en un
Daniel acababan de descubrir tin va-
lago — 5. No
habia dieho el egiptologo. Y con aquel era extrano que los marines 6. No tardo en atracar una lancha
lioso pergamino encerrado en un co- le senalaran, extasiados. —Mkntras en la cual desembarcaron los
pasaje-
dato, los aventureros se lanzaban en
fre, dentro de la tu'mba del sumo Sa- su busca. Guiado por el joven piloto, ustedes se proveen de lo neeesario pa- ros llevando consigo el precioso cofre.
cerdote Athop, de la. ciudad de Ra. Se el hermoso avion volaba sobre las al- ra bucear el
lago, yo ire a consultar a Sin perder un instante, el profesor fue
trataba en el documento de un tesoro, deas que bordean el Nilo. mi amigo Gumming, un notable egip- donde su colega y Quintin en busca
tologo — declare el sabto Prewe. de trajes para los excursionistas.

3. —Vamos a Port Said, a 4. Los nativos


proveer- podian menos que
no
de 7, Apenas provisto de lo neeesario 8. —En primer lugar — dijo ei
nos trajes de buzo — habia pro- admirar aquella inrnensa ave que se
fue a caza del sabio Gumming. Incli- egiptologo — mi colega Prewe est aba
puesto Quintin y algxmas boras des- mecia sobre las olas, sin rozar siquie-
en lo cierto al declarar
nados ante el que el tesoro
pues, amaraba, graciosamente, el hi- ra, con sus alas a las barcas vecinas, pergamino, seguian los esta en un lago situado en el sur del
droavion en medio de las embarcacio- El hidroavion era de cuatro motores
trazados, tomando nota del mas mi- Sudan. Por aqui debe encontrarse el
nimo signo. ;Y bien, que han descu-
nes que llenaban el gran puerto. y de dimensiones extraordinarias. tesoro de Athop — dijo, senalandp el
bierto ? — mana f f AmiiiiinnrA \

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