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LA ILUSTRACIÓN I B É R I C A 367

dos tiempos, llegó la hora en que Porfirio Díaz se habla de El scladuf 6 chaduf es u n aparato destinado á elevar las ralla de las minas de Salomón; pero Dios sabe
revelar como hombre de Estado; y bien lo ha hecho, adqui- aguas para destinarlas al riego. En cuanto á la ciudad de si podremos escalarla alguna vez.
riendo Méjico, bajo su acertadisimo gobierno, u n a situación Siwah, tiene la forma de u n a verdadera colmena, y lo es en
—Mi hermano debe hallarse allí,—repuso Sir
que más de cuatro naciones podrían envidiar. Ardiente realidad, siendo interiormente tan oscura que en pleno día
hay que andar con un farol por sus callejuelas. Le es difici-
Enrique con el tono de confianza que le era tan
patriota, incansable, dotado de tan vasto talento como fé-
rrea voluntad, la iniciativa del presidente de la República lísimo á todo fiel cristiano penetrar en ella.
característico;—y si está llegaré hasta él de
de Méjico se ha dejado sentir en todos los ramos, y el que una manera ú otra.
subió al poder llamado con entusiasmo, bajará de él, cuan- TOREE DE PEDRO EL GRANDE EN CEONSTADT —A.8Í lo espero,—contesté, volviéndome para
do llegue el día, dejando más que excesivamente realizadas
Cronstadt, plaza fuerte en la isla de Reuhari, es, por de-
regresar al campamento.
todas las esperanzas que en su sabia y h o n r a d a gestión se Entonces vi que no estábamos solos: detrás
cirlo así, el puerto de San Petersburgo, y además su ante-
cifraron desde el primer momento. ¡Suerte envidiable la de mí estaba Umbopa, contemplando con mira-
mural por la parte del Báltico. La bahía está defendida por
de las naciones que con tales hombres cuentan para presi-
u n a formidable fortaleza que domina además el camino á da grave y melancólica las lejanas montañas.
dir sus destinos!
San Petersburgo. En cuanto al golfo de Cronstadt, no es más, El zulú habló al ver que yo le observaba,
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en rigor, que la desembocadura del Neva. pero dirigiéndose á Sir Enrique, que le había
tomado particularmente á su servicio.
—¿Es aquel,—preguntó,—el punto á que os
ENTRADA AL PALACIO DE LAS EXPOSICIONES DIVERSAS. — PA- encamináis, Incubu? (Creo que este término in-
LACIO D E BELLAS A R T E S . — P A B E L L O N E S SUDAMERICANOS Y
T I P O S DE S O L D A D O S D E D I V 8 H S O S PAÍSES. LAS MINAS DEL REY SALOMÓN dígena significa elefante, y este era el nombre
que los kafirs daban á sir Enrique, á causa de
Nuestro corresponsal hablará á sn tiempo extensamente su elevada estatura.)
de los palacios de las Exposiciones Diversas y de Bellas Ar- H. R I D E HAGGARD Y al decir esto señaló con su azagaya el mis-
tes, por lo Cual nos limitaremos á decir que el Pabellón Do- mo punto que antes contemplábamos nosotros.
minicano es u n a construcción ligera y elegante, destinada
Preguntó á Umbopa con cierto enojo por qué
á hacer resaltar bien los productos expuestos (azúcares, (CONTINUACIÓN)
cafés, cacaos, tabaco, algodón, minerales y maderas); que
hablaba á su amo de una manera tan familiar,
el edificio de! Paraguay, compuesto de dos pabellones y una Muy bien recuerdo aquel sitio: á la dere- diciéndole que, si los indígenas tenían costum-
torrecilla cuadrada, reproduce en sus columnas, puertas y cha veíase una especie de factoría indígena, bre de ponerse un mote, no era nada respetuoso
techos algunos detalles tomados de monumentos del país, con varias cercas de piedra para guardar los que nos dirigiesen la palabra aplicándonos sus
del tiempo de la dominación española, siendo la torrecilla ganados, y algunas tierras cultivadas, donde apelativos.
la reproducción del Mirador que corona en el Paraguay to- aquellos salvajes recogían una escasa cantidad — ¿Cómo sabéis que yo no soy tanto como el
das las casas de campo; y que el pabellón de Guatemala, de
madera barnizada con aplicaciones de faenzas, es m u y visi-
tado por la degustación que allí se hace de sus celebrados
cafés y cacaos.

^- ESCULTURAS INGLESAS

Hamo Tornycroff, enamorado del arte helénico, revela


en su Medea que es u n digno émulo de los escultores ate-
nienses. Más moderno, y dedicado por entero á i m i t a r l a s
obras del renacimiento, aparece A. Gilbert como u n artista
más en consonancia con el gusto del día, habiendo satisfe-
cho mucho su estatua en bronce de la BHna Victoria, erigi-
da en Winchester. Finalmente, como celebrada obra de
cristiana inspiración, puede verse! a iícsitrrecciiín, deMr.Nel-
son M'Lean, que figura en una tumba de familia del cemen-
terio de Wiesliaden. ^

MADRID: E X P O S I C I Ó N D E L CÍRCULO DE BELLAS ARTES

Dibujo de P.y Valor


Con gran lucimiento se está celebrando en la capital de
España la Exposición que el Círculo de Bellas Artes ha or-
ganizado en el Palacio de Crista!, no omitiendo p a r a ello
gastos ni sacrificios.
Nótase, á juicio de los Inteligentes, en esta exposición,la
revelación de gran número de talentos hasta ahora poco
renombrados al paso que las eminencias figuran con obras
que sorprenden, p o r lo inferiores, á lo que podía esperarse
de sus firmantes.

LOS PRLWEROS CRISTIANOS

Trátase de u n a de aquellas tiernas historias de que tan


abundantes ejemplos nos ofrecen los primeros tiempos del
cristianismo. Son nuestros héroes Cleto y Cleonia, ardiente
catecúmeno el primero y secretario de Plinio el Joven, go-
bernador de Bitinia, con residencia en í¡feso, y que, llevado
de su vehemente celo, convierte á la bella joven. La escena 3.—LA DELACIÓN
en que Plinio recibe en su proconsulado al gran Comelio
Tácito es muy curiosa y está muy bien trazada, así como la
delación que recibe el gobernador respecto al lugar y hora de cereales; más allá crecían altas yerbas; y Inkasi á quien sirvo?—replicó Umbopa.—No
en que se reúnen los cristianos. Sucedía esto bajo el Impe-
por la izquierda prolongábase el vasto desierto. dudo que sea de casa real, á juzgar por su esta-
rio de Trajano, tan insigne emperador como honrado pro-
cónsul era Plinio. Aquel sitio parecía una avanzada del país fér- tura y sus ojos; pero también puedo serlo yo, y
til, y hubiera sido difícil explicar á qué causa por lo menos le igualo en corpulencia. Servid-
natural se debía tan bru.sco cambio en las con- me de intérprete ¡oh, Macumazahnl y decid
T R I S T E Z A . — L A F A M I L I A DEL P I N T O R
diciones del suelo; pero asi era. Al pie de nues- mis palabras al Inkoos Incubu, pues quisiera
Tristeza es un grupo que realmente expresa eso. Nada tro campamento deslizábase un arroyuelo, de hablaros á los dos.
más terrible que sentirse enferma u n a madre pensando que cuya orilla más lejana partía una pendiente pe- Yo estaba irritado, porque los kafirs no mo
se muere dejando hijos. La escena, aunque u n tanto alegrada
dregosa, la misma en que veinte años antes vi hablaban á mí de semejante manera; pero hn
con fiores y plantas, es conmovedora y poco divertida. En
cambio, ¡qué algazara en el taller de ese excelente pintor
al desgraciado Silvestre arrastrarse después palabras de Umbopa produjéronme cierta im-
de marinas! ¡Qué manera de hacer música y qué feliz es esa de su inútil tentativa para llegar á las minas presión, despertando en mí la curiosidad, y tra-
digna compañera del artista al tener u n m a r i d o de tanto ta- de Salomón; y más allá de esta pendiente pro- duje las frases del zulú, manifestando á la vez
lento, unos niños tan guapos y una salud tan lozana! longábase el desierto sin agua. Era ya de noche á mi compañero que nuestro auxiliar era un in-
cuando acampamos, pero á lo lejos veíase aún solente.
EL OASIS D E S I W A H Ó DE AMMON ( E G I P T O ) el inmenso globo del sol lanzando sus postre- — Sí, Umbopa,—contestó el Sr. Curtís sin
Hállase este oasis á 24 leguas al SO. de Alejandría y á 120 ros fulgores sobre la vasta extensión arenosa hacer aprecio de mi observación;—quisiera lle-
al O. del Cairo, y tiene 55 leguas de largo por 2 ó S líilóme- que pronto debíamos recorrer. Dejando al ca- gar hasta allí.
tros de ancho. Forma u n valle orientado de SE. á NO., for- pitán encargado de cuidar de nuestros efectos, —El desierto es muy vasto y no hay agua,—
mado por dilatadas mesetas arenosas, y en el cual se encuen- dirigíme con Sir Enrique á la cima de la pen- replicó el zulú;—las montañas son muy altas y
t r a n nueve ó diez lagos salados. Abunda en platos hortenses, diente, y ambos fijamos nuestras miradas en el están cvibiertas de nieve, y el hombre no sabo
sandías y trigos, y crecen en él las palmeras que dan los imponente desierto. El aire era muy apacible, el
mejores dátiles. El aspecto del terreno es singularísimo por
qué hay detrás del punto donde el sol se p>ii^-
su blancura (debida al sesquicarbonato de sosa ó natrón),
tiempo estaba sereno, y allá en lontananza dis- ¿Cómo llegaréis hasta allí, y qué vais á bus-
salpicada de burbujas calcáreas. La vegetación es de u n ver- tinguí los vagos contornos azulados de la gran car?
de brillantísimo, en el cual se reflejan con deslumbrador montaña de Solimán. Traduje las palabras.
centelleo los rayos del ardiente sol. —Allí está,—dije á mi compañero,—la mu- —Decidle,—contestó el Sr. Curtís,—que voy
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porque creo que un hombre de mi color, mi zulú (yo le llamaba siempre así, aunque en reali- v a r d H a u s s m a n n , una de las curiosidades de
hermano, ha ido antes que yo, en cuyo caeo dad no lo era);—grandes palabras, padre mío, te- París.
quiero salvarle. néis razón. ¡Escuchad! Yo os diré lo que es la No olvidarse de ver la sala de las máquinas,
vida: es una pluma; es la semilla que el viento instalación única en el mundo.
—Eso es verdad, Incubu,—repuso Umbopa;
un hombre que encontré en el camino díjome arrastra, conduciéndola acá ó allá, y que unas ve-
que un blanco había ido al desierto dos años
antes, en dirección á las montañas, con un cria-
ces se multiplica y otras muere en el acto,cuan-
do no se eleva hasta el cielo. Pero si la simien-
COQUETERÍA É HIGIENE
Nuestras elegantes, para mostrar siempre
do cazador. No volvieron. te es buena, tal vez recorra un inmenso espacio. con la sonrisa de sus carmíneos labios una hi-
—¿Cómo sabéis que era mi hermano?—pre- Es forzoso seguir nuestro camino, luchando lera de perlas, tienen cuidado de no servirse
guntó Sir Enrique. contra el hombre y los elementos. La muerte ha mas que del dentífrico á la moda, cuj'a efica-
—Yo no lo sé; mas al preguntar al hombre de sorprendernos algún dia, y todo se reduce á cia está confirmada todos los días con un nue-
cuáles eran las señas particulares de aquel que sea un poco antes ó después. Os acompaña- vo ejemplo. Pero todo el mundo tiene la im-
blanco, dijome que tenia ojos como los vuestros ré á través del desierto, y llegaré á las monta- prescindible necesidad de cuidarse la boca con
el fin de asegurar la regularidad do sus fun-
ciones digestivas, y es una verdad reconocida
por todos que, ])ara obtener tal resultado, se
necesita poder operar una completa mastica-
ción, que la carencia de los dientes haría im-
u-osible. Asi, pues, señoras, cuidad vuestros
dientes con este dentífrico afamado, el único
que puede conservároslos siempre sólidos y
frescos. Tendremos precisión de nombrar el
maravilloso producto, E l i x i r D e n t í f r i c o d e
l o s R. R. P. P. B e n e d i c t i n o s d e l a A b a -
d í a d e S o u l a c , cuya fama está asegurada
por más de cinco siglos de éxito?
Agente general: A. SEG-UIIT, Bordeauz
iS'e halla en las priiici/niU's Perfumerías, Far-
macias y Droyueiúus dt todo el mundo.

nwnam
DiSALU&DELDrFRANCK
Constipación {estreñimiento).
Jaqueca,
Malestar, Pesadez gÉbtrica,
* ' / ' í ' R í M V ^ c ' YL Congestiones,
¿I 0£*Jiu\3^ \ » curados ó prevenidos.
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j ^ V (lU (loCÍCHlP / f PARÍS : F a r m a c i a LEROY,
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^
Maison De YERTOS SiBurs
CORSETS BREVETES
PARÍS 12, Rué Auber
TORRE DE PEDRO EL GRANDE EN CRONSTAD (RUSIA)

y barba negra, añadiendo que el cazador que


iba con él se llamaba Jim.
—No hay la menor duda,—dije yo;—pues yo
ñas, si algún accidente no me priva de la exis-
tencia en el camino.
Umbopa hizo una pausa, y después continuó
El Vigor del Cabello
conocía muy bien á Jim. su peroración, haciendo gala de esa elocuencia D E L DR AYER.
—Estaba seguro de ello,—añadió Sir Enri- retórica natural en algunos zulús, }' que, si bien
que moviendo la cabeza;—pues cuando Jorge adolece de muchas repeticiones, demuestra que MEDALLA
se empeñaba en una cosa nada" le detenia, y la raza no carece de genio poético ni de inteli- DE ORO en
siempre fué asi desde la niñez. Si tenia inten- gencia.
ción de cruzar la montaña de Solimán, lo liabrá la Exposi-
—¿Qué es la vida, hombres blancos, vosotros
hecho así, á menos de ocurrirle un accidente, y que tan sabios sois, que conocéis los secretos ción Univer-
por eso deliemos buscarle en el otro lado. del mundo y estudiáis Jas estrellas que engala- sal de Bar-
Umbopa compi-endíh, el inglés, aunque rara lanaii Ja iuiuensa bóveda del cielo; vosotros que
vez le hablaba. habláis desde lejos sin que se oiga vuestra voz? celona.
—Es un largo viaje, Incubu,—repuso el in- Decidme, ¡oh hombres blancos! decidme cuál
dígena. es el secreto de nuestra vida; decidme á dónde tfO T I K N E M V A I . , para Impedir la calvicie
—Ya lo 80,—contestó Sir Enrique; —pero en vamos y de dónde venimos. Y c.iUla (iel cabello. Es el único que lo liace
(•rccrr viirorosaineiite. Evita positivamente las
esta tierra no hay viaje que el hombre no pue- canas y doviielve al ealiello cano su primitivo
Traducción de color, (lando á .su raíz el viuor de la Juventud.
da llevar á cabo si se empeña en ello; no hay Cura ¡ufalililiiuente la casjia, tifia, y todos los
nada que no pueda hacer, Umbopa; no hay ENRIQUE DE V E R N E U I L
Hiunnires de la cal)cza. De venta en todas las
montañas que no pueda escalar, ni desiertos (Se continuará} iarinacias y perfunierias.
pnKrAKAOO POIÍ EL
que no le sea dado recori-er, si el amor le con-
duce y está dispuesto á conservar ó perder la OR. J. C. AYER y GA., LoweII, Mass., U. S. A.
No recomendaremos lo bastante á nuestros
vida i-'egún los decretos de la Providencia. i ; ^ Agentes Generales pai-a España,
lectores el qno visiten los Grandes Almacenes
V l t A T í O V A H l i K M A N O S y CA., B a r c e l e n s .
—Grandes palabras son esas,—contestó el de Novedades, AU PRINTEJMFS, 6 4 , Boule-

LA PATE EPILATOIRE DüSSER


r i IvllesLada en 1836: destruye Imsti las raices el vello del rostro de las damas (Barta, Bigote, etc.) sin ningún peligro paia eL cutis, aun el mas delicado. 5 0 a ñ o s d e é x i t o , de alt.is recompensas en
las lixposlclonos, los títulos de abasto.-cdor do varias fandiias roinuntea y los miles de testimonios, de los cuales varios emanan do altos personaRea <lel cuerpo medical, garantizan la eticada y la escelente
calliliul do esta prepuuokm. Se venile en cajas, para la barba y liis meilllas, y en 1 / a c a j a s para el bigote ligero. — U E P I L . I V O R E destruyo el vello l(.(pnlli. de los brazos, volviéndolos c<m
I" MÍ¡rfl'i:i.«?i?;'';.'lí;>*'.!'*'"™ ">'"'' fl m : i r m o l . - T > T T S S E T ? , Inventor, l R T J 3 E 3 J E A I S r - J A . C Q T J E : S - i e O X T S S E A T J , I » , A . K I S . ( f i i " América, en todas las I'erfiimena^).
e,n " a o r m . MliM.HORC.AUClA, depositarlo, y en laa Perfumería» PASCUAL, FRER A, INGLESA, ÜRQUIOLA, etc Kn Barcelona: VICENTE FEKUEIt, depoBltario, y en las Perfumerías LAFONT, etc.
jlWllSISTRÁt'lOS: Cortes, 365-,
á-oil. líaiuúii .ílolinus, editor.-ilescrTados los derechos de propiedad artística y iiteraria.-La8 reclamaciones en Madrid, al representante de esta casa 1).Manuel Fia j Valor, Apodaca, 10,2°.
gH< I N S É R T E S E Ó NO, NO SE D E V U E L V E N I N G Ú N O R I Q I N A L )Hé—
EsTABLKciMiENTo TiEOLiTOQRApico DB L a I l u s t r a c i ó n I b é r i c a : CALLB DK LA8 COETKB, KÚM." 36B í 371.—BARCELONA

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