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Carballeda. El Positivismo Argentino...
Carballeda. El Positivismo Argentino...
La Argentina de los ochenta, estaba dominada por una clase, abierta a quienes
compartieran la convición de ser todo el país..”Se llegaba cuando se tenía el
talento de no rozar intereses ni prejuicios, y abreviaban la subida o sostenían
en los inevitables tropezones las fraternidaes ocultas o semi ocultas- cofradías
religiosas de creyentes o logias masónicas de descreídos... Cumplíase el ideal
de Caseros. Una Argentina donde una clase racional fuera todo el país. No
quedaron masas populares, ni incómodos caudillos. El gaucho y el orillero, no
fueron una realidad política , sino un problema de policía y de la cárcel. Alberdi
había pedido en sus “Bases” que la Constitución, cambiara a “nuestras gentes
incapaces de libertad”.(Rosa, J.M. 162)
Por otra parte es conocida la relación de Comte con los Ideólogos franceses, a
los cuales accede a través de Condorcet, siendo secretario de Saint Simon.
Por otra parte, la Argentina de los ochenta, tiene su mirada puesta en Europa,
este continente y en parte los EEUU, son un modelo a imitar. Esta cuestión
puede ser interesante desde la perspectiva en que se apoya el discurso de la
Generación del Ochenta en cuanto a la desvalorización de lo propio y la
resaltación de lo ajeno. Es decir, todo lo que connote alguna referencia al
pasado hispano o aborigen, para el pensamiento Positivista va a significar;
atraso, degeneración, obstáculo o imposibilidad. Estas cuestiones ratifican la
orientación de esta corriente de pensamiento en nuestro país.
Pero, también esa construcción del Estado Moderno implicó una visión
altamente centralizada de la política. Esa construcción del Estado Moderno en
el caso Argentino implicó una formación de la sociedad, donde el discurso
positivista mostrará, la aparición de nuevas lógicas y se relacionará
significativamente con el origen y el desarrollo de la cuestión social en el Río
de la Plata.
El Positivismo y la Salud
«Que para toda casa contaminada serán designados dos guardianes, uno para
el día, y otro para la noche; y estos guardianes tienen la especial misión de
impedir a toda persona entrar o salir de tales casas contaminadas, de las que
ellos tienen la custodia, y toda infracción será castigada con severas penas...
(Ordenanza concerniente a la epidemia de peste, redactadas y promulgadas
por el Lord Alcalde de la Ciudad de Londres, 166 5)
La Anatomía, como antecedente más remoto había dado las pautas sobre las
normas y las clasificaciones. La Fisiología aportará el criterio de funcionalidad y
equilibrio. En el discurso médico dejaron de prevalecer las descripciones
estáticas. Desde el Renacimiento, lo inerme comenzaba a tener movimiento y
se había dejado la idea Aristotélica de que todo lo que cambia de estado “se
corrompe”. De esta forma y en un contexto marcado por uno de los momentos
de mayor expansión de la civilización europea, aparecerán los primeros
criterios higiénico-sanitarios, conformándose desde concepciones dinámicas,
los cuales pondrán un especial énfasis en el cuerpo y su cuidado.
Se indicarán las horas de sueño, las dietas, el manejo de la sexualidad, la
forma de pararse, sentarse y descansar. La higiene Pública, también dirá cómo
deberán construirse las viviendas, los edificios públicos, las escuelas, los
cementerios. Es frecuente encontrarse con la mención de una «vivienda
higiénica» dentro de una ciudad sana. Todos esos conceptos se articularán y
conformarán muchas veces desde una rama del saber biológico: “la
bacteriología”, fundamentándose en la prevención de una enfermedad que en
nuestro país adquirirá cualidades casi míticas: la Tuberculosis.
Las luchas obreras generaban temor, pero, por otro lado, la profundización en
el conocimiento de la trasmisión de las enfermedades infecciosas, depositaba
un gran recelo, explícitamente vinculado con el contagio que teóricamente
podía surgir de un sector a otro de la población: ...”De aquellas fétidas
pocilgas, cuyo aire jamás se renueva y en cuyo ambiente se cultivan los
gérmenes de las más terribles enfermedades, salen esas emanaciones, se
incorporan a la atmósfera circunvecina y son conducidas por ellas tal vez a los
lujosos palacios de los ricos...” (Wilde; O Citado por Recalde H. ) . Pero, la
Tuberculosis reafirmará la idea de vigilancia sobre los sectores mas
desposeídos de la población. La vigilancia se suma a las medidas educativas,
mas relacionadas si se quiere con el control y el disciplinamiento...” Aquí
tendrán mucho que vigilar los médicos inspectores encargados de verificar el
cumplimiento de las ordenanzas, pues, en todos los conventillos y aun fuera de
ellos, se siguen las mismas prácticas.
Es cuestión de educación, de infiltrar conocimientos y nociones al parecer
sencillas, precisamente por que las dicta el buen sentido, pero que
desgraciadamente caen en cerebros refractarios a esas mismas nociones....en
definitiva el daño que ellas(se refiere a las madres)no han sabido o no han
querido evitar”...(Penna, José, Citado por Recalde Héctor P:150)
Ese discurso del control se apoyará en una primera etapa sobre tres grandes
fenómenos de principios de siglo: la Tuberculosis, el alcoholismo y las
enfermedades venéreas.
Repitiendo, una vez más el modelo educativo, se insistirá con las ceremonias
de la virtud. ...”9° establecer concursos de niños como en los Estados Unidos
de América, a fin de poder acordar estímulos y recompensas a las madres y
nodrizas que presenten los niños más sanos, robustos y bien atendidos”...
(Plan de Trabajo op.cit....)
Dentro de todo este proceso se da una fuerte disputa, entre los médicos
higienistas y la Sociedad de Beneficencia. Esta última, intentaba mantener bajo
su órbita a la "acción social",a través de la administración de insituciones para-
estatales. La Sociedad de Beneficencia, fundada por B. Rivadavia ,
hegemonizaba las acciones de "filantropía", en su historia había organizado la
"caridad" durante casi 80 años, a excepción del gobierno de Rosas, cuando fué
desmantelada. Administraba hospitales, asilos y escuelas, recibiendo
importante apoyo financiero del estado (sin este no podía funcionar).
Mas allá de esto, podemos encontrarnos también con que desde el gobierno se
tomaban mas medidas, o se invertían mas recursos en el cuidado del ganado,
que de las personas. La producción ganadera, símbolo de la Argentina de la
edad de oro, era fuente principal de preocupación de las clases
dirigentes..."Pero, si muy poco se ha preocupado de la tuberculosis humana,
ha invertido cuantiosas sumas en la bovina, sin duda, porque a su juicio, la
última afecta mas directamente la potencia económica del país" (Coni, Emilio
P:37)
La razón médica servirá para darle sentido a todos estos procesos, para
fundamentar las desigualdades sociales a través de la biología , y prometerá
un futuro promisorio para quienes se sumen a ella.
La vida cotidiana.
La medicina dirá como deben construirse las casas, que tipo de mobiliario es
conveniente, se hablará de ropas higiénicas, se pautarán las formas de
relacionarse y como llevar adelante la vida cotidiana, el cuidado de los niños, la
forma de trabajar, la enseñanza, el uso del tiempo libre, la sexualidad.
Paz, Carlos. Ideología del Progreso y Mundo Social en la élite Argentina del 80.
Art. Revista margen Año III. N° 5. Bs. As. 1994.
Terán, Oscar. Positivismo y Nación. Edit. Punto Sur. Bs. As. 1987.