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Este caso invita a reflexiones, como por ejemplo, las propiedades no ópticas de los objetos. Es
decir que habría propiedades perceptibles de los objetos que no son ópticas. Estas propiedades no ópticas
tendrán que ser propiedades representativas, no ya del objeto sino del sujeto. Green va a hablar de la
unión entre lo actual y lo inactual, y que depende de la percepción y la memoria (así, lo que le sucede al
zapatero es que se encontró con dos esposas, la de su memoria y la actual. No se produjo la transferencia
de las experiencias del tacto al nuevo campo perceptivo).
RM busca bloquear los caminos que conducen a la revuelta social y a la organización masiva, al
bandidismo social. La posición que toma se apoya en la idea de las masas de Le Bon, que sostiene que el
problema de la gobernabilidad de esta sociedad está ligado a las multitudes, y que en las masas el
individuo se aliena, se pierde y se carga de espontaneidad, de violencia, incluso de heroísmo, volviéndose
un ser primitivo. Para Le Bon el arte de poder influir en la imaginación de una masa es aquel arte que nos
va a permitir gobernarla, haciendo que piense lo que yo quiero que piense. Lo que RM toma de Le Bon es
el pensar a la masa como una fuerza fenomenal vaciada de inteligencia y raciocinio.
Agustín Álvarez: sostiene que la importancia radical está en la nación laica y moderna, igual que
RM, pero lo que hace este autor es proponer una posición más ligada a la moral. El E nación argentino
presenta ciertos lastres que no le permiten avanzar hacia la modernización, que dificultan el
establecimiento de una ciudadanía cabal. Estos lastres son el culto del coraje, la incapacidad autocrítica y
el engaño del otro. No se trata de gobernar el país, se trata de salvarlo de un precipitado final por un
sectarismo intolerante.
A diferencia de Le Bon, A sí cree en el sufragio universal, y en relación a la cuestión social de las
grandes oleadas de inmigrantes o a las ideologías que atentan contra la idea de patria, A dirá que la
supresión de la miseria es el primer paso para la libertad. En ese sentido, A alegará al socialismo, que
propone que el obrero sea una persona, conozca sus derechos, luche por una vida digna y una
emancipación.
RM propone la vía de la educación que AA no desentiende, pero el primero entiende que la
organización social ligada al socialismo, el anarquismo, el caudillismo son enfermedades de la sociedad.
AA en cambio apunta a suprimir la miseria, a tomar las ideas del socialismo en relación a los derechos de
los obreros, sumar a las mujeres de la oleada feminista, pero apuntando siempre a un desarrollo
económico ligado a la nacionalidad patriótica argentina y al cientificismo, apoyado en un moralismo de
época.
José Ingenieros: su discurso positivista se caracterizará por un expansionismo esencialmente
pacífico y difusor de la civilización, que en nuestro país sería un caso excepcional. Su discurso positivista
intervendrá en la polémica conocida como “querella por la nacionalidad” tratando de definir “que es ser
argentino”. Piensa que a partir de la mezcla que se está produciendo con el aporte extranjero en un futuro
indeterminado surgiría una nueva raza que definiría el tipo argentino.
1930 es el año que marca una gran ruptura en la historia argentina moderna. En escala nacional, se
trató de la caída de un modelo de desarrollo económico que había colocado a nuestro país en los primeros
puestos de la economía mundial. A la crisis económica se le superpuso la crisis política, con el golpe de
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Vezzetti toma a José Ingenieros, que sostiene que existen tres vertientes por las cuales la psi se
transforma en disciplina. Primero hay un periodo muy ideologicista de la enseñanza de la filosofía en Bs
As, la filosofía se introduce con una tradición cada vez más académica, y allí la psicología comienza a
aparecer queriendo desligarse de la filosofía para ser una ciencia natural, siempre en relación al
positivismo.
La segunda vertiente es que aparece un manual de psicología en Francia, escrito por Amadeo
Jacques, que tiene un enfoque espiritualista, pensado desde el positivismo como un retroceso, pero que
igualmente hará eco en Argentina.
La tercera cuestión es la de la medicina mental, que aparece como una disciplina que nos permitirá
conocer el padecimiento humano. La medicina mental aparece como una tecnología de intervención
porque sabremos secuencialmente cómo se inicia, cómo se continúa y cómo se trata una enfermedad
mental. Así, la psi aparece como una prolongación de la medicina.
Las primeras cátedras para estudiar psicología que aparecen, estaban ligadas a la psiquiatría. La
psicología aparece en Argentina mucho antes de poder estudiarse. La psi en tanto disciplina que se
estudia aparece en dos momentos que ubica el autor:
El primero, fundamental, es el primer congreso de psicología que se lleva a cabo en Tucumán en
1954. Es un congreso internacional que es pensado sobre todo por estudiantes. Se establece la necesidad
de que en Argentina haya formación de psicólogos. Se intenta crear la carrera en el seno de este congreso
pero eso no se logra, termina en represión. No se logra establecer la carrera de psicología pero sí se
instala el día del psicólogo a raíz de la fuerte represión sufrida, y se sientan las bases de la carrera.
El segundo momento que ubica el autor es este: la carrera profesional de psicología surge el 6
de abril de 1955 en Rosario. El corpus teórico que se constituye está fuertemente pensado por los
estudiantes, y surge en un marco muy convulsionado, ya que hacia el „55 el psicoanálisis ya estaba
establecido como una disciplina muy fuerte, y existía la IPA (Asociación Internacional de
Psicoanálisis), que daba las indicaciones de formación de psicoanalistas. En Argentina el organismo
representante de la IPA era la APA (Asociación Psicoanalítica Argentina), e indicaba la formación de
un psicoanalista y quién estaba autorizado para ejercer el psa. La institucionalización del psa en Argentina
genera un enquistamiento de ciertos sectores que detentaban el saber hacer en relación al psa.
Cuando estas asociaciones están al tanto de que se estaba formando una carrera de psicología en
Rosario, al inicio el psicólogo empieza siendo un auxiliar de psico-tecnia, que su base de labor esté en el
laboratorio, y ahí aparece el instituto de psicología, que busca orientar también el perfil profesional del
psicólogo a la práctica. En ese momento se define que el título de los egresados de la carrera de psi de la
ciudad de Rosario es Psicólogo/a (y no licenciados). No licenciados porque la orientación es hacia la
práctica y no hacia lo académico.
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El autor hace un recorrido entre autores del s. xix y xx, para dar cuenta de la relación precoz entre
la psicología, la psiquiatría y el psicoanálisis argentinos, con sus homólogos franceses: relación que
implicaba también zonas de cruce con la filosofía, la biología, la literatura, y las Cs. Soc.
En relación a los dos ejes del texto:
- Primer eje, la cuestión de la recepción: el hecho de privilegiar la relación entre Paris y Buenos
Aires para pensar “la invención” del psicólogo en Argentina implica que hubo ideas que se
transmitieron, que circularon entre esas dos capitales. Hubo textos que se leyeron, se
recepcionaron, y tuvieron sus efectos. La lectura de un texto, nunca es una copia fiel del original.
La operación de lectura no implica una reproducción pasiva, sino una apropiación activa, que
interpreta el modelo a partir de la situación particular en la que se halla el lector.
- Segundo eje, las relaciones entre Psicología, Psiquiatría, y Psicoanálisis. Sus lazos son tan
estrechos que resulta muy difícil establecer entre ellas límites precisos. Más aun en el periodo
estudiado, en el que el psicólogo y el psicoanalista recién comenzaban a existir como tales, y el
psiquiatra adquiría su credencial de especialista con cierto reconocimiento dentro de la medicina.
Periodización
En los años que tomamos se produjeron sucesos cruciales para la constitución de las “disciplinas
psi”. Pueden distinguirse dos subperiodos:
1942 a 1955: corresponde al ascenso y declinación del primer peronismo. Se da la fundación de la
APA, que marca el comienzo de la institucionalización del psicoanálisis en Arg. Las “disciplinas psi” se
organizan autónomamente: el psicoanálisis se consolida, siguiendo el modelo médico, como una práctica
clínica individual situada en un consultorio; la psicología se expande sobre todo en su faz aplicada a los
dominios de la educación y el trabajo; la psiquiatría se vincula a políticas de salud pública, y comienza a
ser atravesada por discursos de salud mental. Concluye en 1955 con el golpe de Estado que derroca a
Perón, poco después de la formación de la primera carrera de Psicología en Rosario.
1955 a 1966: situado entre dos golpes de Estado. Tiene lugar una asombrosa renovación social y
cultural, las universidades se democratizan, y se modernizan sus planes de estudio. Se crean carreras de
psicología en cinco universidades nacionales. Comienza en nuestro país la historia de los psicólogos,
que viene a sumarse a la historia de la Psicología, de más larga data. El psicoanálisis deja de ser
patrimonio exclusivo de médicos vinculados a las élites porteñas y se inserta en ámbitos diversos, desde
hospitales públicos hasta carreras de Psicología. A su vez, la psico se nutre de ciertas formas del
psicoanálisis, trayéndolo a la escena pública.
Debates actuales
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Muchas cosas han cambiado dentro de este campo durante la última década: la formación del
psicólogo se ha diversificado. El psa sigue siendo la principal teoría de referencia y la clínica, la
orientación privilegiada, pero muchas otras áreas han empezado a desarrollarse (educacional, forense,
social, neuropsicología, etc.), que responden a nuevos ámbitos de desempeño profesional.
En este contexto, en el que la psicología local busca ponerse a tono con el panorama internacional
de la disciplina, finalmente, el psicólogo argentino parece haber tomado conciencia de su propia
excepcionalidad, en el mismo momento en el que corre el riesgo de empezar a perderla. Su relación
privilegiada con el psicoanálisis ya no parece ser del orden de lo “natural”, y comienza a ser interrogada
desde diversos ángulos (como la reflexión histórica).
Se introdujo una nueva lectura de Marx. Oscar Massota, Carlos Correa y Juan José Sebreli,
siguieron las perspectivas políticas e intelectuales de la revista de Sartre Les Temps Modernes, aunque
luego tomarían caminos diferentes.
Después de “Contorno” podemos señalar dos revistas: “El grillo de papel” y “Escarabajo de oro”,
ambas dirigidas por Abelardo Castillo; en ellas encontramos tanto al marxismo sartreano como la
fascinación que había producido en Latinoamérica la Revolución Cubana.
En el interior del Partido Comunista se produjeron polémicas que terminaron en rupturas: este es
un periodo de viraje del peronismo hacia la izquierda; en toda la sociedad y el mundo había un viraje
hacia ella. La fractura fue en 1967, coincidente con la muerte del Che Guevara.
Se organizó un grupo bastante fuerte durante un tiempo pero que, como los comunistas estaban
habituados a funcionar siempre con una referencia internacional, luego se definieron adhiriendo al
maoísmo.
Por otro lado, un grupo de jóvenes se agruparon alrededor de la revista “Pasado y Presente”, desde
donde convocaron a otros intelectuales. Esta revista iba a convertirse en un paradigma de la nueva
izquierda. En estos optimistas años 60 la idea de la revolución era inevitable, constituía el imaginario de
la época. No se discutía si era o no posible, sino la forma en que se iba a realizar.
Luego de los sucesivos golpes militares que llevaban una política represiva a todos los ámbitos de
la sociedad, la democracia era inexistente como forma de gobierno, y se instaló la violencia como un
elemento normal de la lucha política. Se incitaba a la violencia para que el Estado ejerciera represión
contra cualquier movilización y protesta popular; la tortura fue usada sistemáticamente por parte del
Estado contra los presos comunes y políticos.
La revolución era imaginada por la nueva izquierda como un proceso de incontenible ascenso de
masas y con un desemboque violento ante la resistencia de las clases dominantes donde el recurso de la
crítica de las armas se diluía en el espectáculo de la violencia popular.
2) En Rosario de inicia la formación de una nueva profesión: el psicólogo
Comienza desde principios de los años „50 un movimiento en la psiquiatría para sacarla del
ámbito exclusivamente médico. Se difundían un conjunto de conceptos médicos, sociológicos y
psicológicos que tomaban como eje la prevención de la Salud Mental, lo que permitía el reconocimiento
de especialistas no médicos: maestros especializados, psicopedagogos y visitadores sociales.
Debemos destacar la importancia del movimiento psicoterapéutico y el enfoque psicosomático que
integran el saber del psicoanálisis con el médico. Este movimiento difundía el psicoanálisis permitiendo
una divulgación diferente al saber hegemónico.
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ejercicio de la Medicina y por una reglamentación de la profesión de psicólogo, como carrera mayor,
incluyendo el derecho a la psicoterapia.
En sus inicios la APBA era netamente una instancia gremial. Su objetivo central era luchar por el
reconocimiento profesional. La lucha gremial fue dura, porque muchos apoyos, como los de algunos
psicoanalistas de la APA, fueron ambiguos, como Bleger, dejando en claro que los psicoanalistas solo
podían ser médicos.
Esta Universidad y esta primera etapa de la Asociación y de los primeros psicólogos terminó con
el golpe de Onganía y “la noche de los bastones largos”. En julio se cerró la Universidad. Esto intensificó
la capacitación por fuera, proliferando aún más los grupos de estudio. En 1967 se reabrió, pero vaciada
por las renuncias generalizadas de los docentes. El nuevo interventor de la carrera era Omar Ipar, un viejo
conocido de los psicólogos, quien dirigiría la formación. Al reabrirse la carrera, la APBA tuvo reuniones
con él para expresarle la preocupación por la situación; ofreció a la APBA cubrir las cátedras, lo cual
provocó un debate interno en la Asociación porque no había acuerdos políticos. En ella se jugaban
diferentes líneas y estrategias políticas en relación con la dictadura: Por un lado, se ganaban espacios si se
cubrían las cátedras con psicólogos de la APBA, siendo un reconocimiento y además, la carrera no
quedaba en manos ajenas. Por otro, se establecía en una relación ambigua con el gobierno de facto que
provocó conflictos internos.
La dictadura de Onganía aprobó la Ley 17.132 de Ejercicio de la Medicina en 1967. Los
psicólogos, habían quedado en la categoría de auxiliares de psiquiatría. Legalmente podían hacer tests,
investigación, rehabilitación, pero bajo la supervisión de un médico. Se les prohibió el ejercicio de la
psicoterapia y el psicoanálisis. La APBA fue un referente en la década del „60. No solo en la reapertura
de la carrera, sino también al convertirse en un centro de formación.
3. Nuevas instituciones creadas en la década del „60
Se fundaron diferentes Asociaciones de profesionales de Salud Mental por un persistente
crecimiento de la demanda de formación. El campo de la Salud Mental se estaba expandiendo en varios
sentidos. Aumentaba la matrícula en la Carrera de Psicología, pero también los médicos que querían
dedicarse a la psiquiatría, muchos de ellos específicamente al psicoanálisis. Se incrementaba la demanda
de tratamientos psicológicos. Las instituciones formativas y asistenciales no daban abasto.
Por otro lado, el psa se convirtió en la teoría y la práctica más difundida y prestigiosa de la época.
Pero con una paradoja central: los psicoanalistas propagaban el psicoanálisis, planteaban su importancia,
pero afirmaban que para ser psicoanalistas el único camino posible era la carrera dentro de la APA. Y la
APA tenía el acceso restringido solo a médicos. La gran demanda de tratamientos llevo a que fines de
1960 la APA creara la clínica psicoanalítica Enrique Racker dentro de su ámbito. En sus objetivos
intentaban hacer accesible el tratamiento psicoanalítico a personas económicamente limitadas, dando
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preferencia a aquellas que por su tarea inciden sobre sectores más amplios de la población. En 1964 pasó
a llamarse Centro de Orientación e Investigación Enrique Racker, con nuevos estatutos y una orientación
dirigida a la investigación, dejando de lado a fines de los „60 la función clínica.
El 5 de septiembre de 1963 se fundó la Escuela Argentina de Psicoterapia para Graduados, cuyo
nombre fue una forma de compromiso, ya que no podía decirse que se enseñaba psicoanálisis a no
médicos. Fue la forma de institucionalizar el entrenamiento psicoanalítico fuera de la APA, aunque no
fuera explícito.
El Centro de Investigaciones y Asesoramiento en Psicología surgió a partir de un grupo de los
primeros psicólogos recibidos en la UBA en 1967. Fue la primera institución formada íntegramente por
psicólogos y además importante por sus especiales desarrollos en algunos campos. Fue tal vez una
institución revolucionaria por incorporar técnicas totalmente nuevas para ese momento: las terapias
planificadas y los primeros laboratorios grupales de técnicas y movilización, que unidas al discurrir de la
palabra tuvieron vigencia a fines de los „60 y comienzos de los „70. Esto revolucionó todo lo que tuvo que
ver con el psicoanálisis de grupo en la Argentina.
4. Las escuelas de Pichón Riviere. Del psicoanálisis a la Psicología Social.
Uno de los miembros fundadores de la APA, creador de varias Escuelas, realizó innovaciones en
la práctica psiquiatrita, creador de los grupos operativos, de tratamientos psicoanalíticos de grupos, de
pareja y familia, de la intervención institucional, de la psicología social basada en el psicoanálisis.
Fundó en 1953 el IADES (Instituto Argentino de Estudios Sociales). Contaba con un equipo
multidisciplinario de economistas, filósofos, sociólogos, psiquiatras, etc. Comienza a separarse del
psicoanálisis y la psiquiatría, tomándolos como componentes complementarios de una nueva idea: la
psicología social. Cada etapa no concluía, se transformaba en una nueva vuelta en la espiral dialéctica de
su vida y sus ideas.
El IADES mostraba el interés de Pichón hacia lo social. Sus discípulos de ese momento eran
psiquiatras y psicoanalistas que fueron impulsados a salir del consultorio y comenzar a hacer encuestas
políticas, sanitarias o sobre la viabilidad de algún producto comercial. El IADES fue la institución que
organizo la Experiencia Rosario.
Pichón comenzó a estar más lejos de la APA, dejando de tener participación en la institución que
él mismo había fundado.
En 1958 el IADES se transformó en la primera escuela privada de psiquiatría dinámica, que venía
a llenar un vacío en la formación muy pobre de los psiquiatras. La escuela permitía una propuesta de
formación que incluía contenidos como psiquiatría, psicoanálisis, sociología, psicología social, etc.
mediante una original metodología de aprendizaje: los grupos operativos. En estos se trabajaba sobre las
ansiedades que se encuentran en las dificultades de aprendizaje, permitiendo aprender a pensar. De este
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modo se enriquecía grupalmente la tarea, que es el aprendizaje para poder “operar” en la realidad. Esta
forma de enseñanza y aprendizaje marcó profundamente a las nuevas generaciones de “psiquiatras
dinámicos”, expresión que implicaba la incorporación de nociones del psicoanálisis a la psiquiatría.
Empezamos a conocer no solamente el psicoanálisis de la APA sino un psicoanálisis que estaba
más ligado con las vicisitudes de la atención pública.
A mediados de la década del „60 Pichón dio un giro importante a sus ideas con un nuevo proyecto
de Escuela, a la cual redefinió como Escuela de Psicología Social. Una institución abierta, con un trabajo
en salud de tipo interdisciplinario, con la idea de una formación para trabajar en el campo de la
promoción de la salud, aunque sin excluir la tarea asistencial. Lo característico era la formación de un
operador social diferente, destinado a la promoción de la salud.
Logra sintetizar, hacia 1966 aprox, una concepción, un esquema conceptual referencial y
operativo (ECRO), que se plantea no solo como el marco referencial de cada operador, sino como un
marco conceptual que tiene las características de una teoría, con ciertas autonomías, pero al mismo
tiempo interrelacionada con otras. La idea pichoniana es de que cuanto mayor es la heterogeneidad más
se enriquecería el trabajo grupal. Un modelo no académico, más cercano al nuevo círculo que lo rodeaba,
y más cercano a la “Experiencia Rosario”.
impresentable para el campo científico e intelectual. Todos fueron perseguidos por la oficialidad
psicoanalítica. El término “freudomarxista” fue el nombre que el poder utilizó para desautorizar a los
psicoanalistas que también eran marxistas. Este poder, en el campo del psa, tuvo un nombre: la IPA, que
siempre intentó desacreditar todas las desviaciones a los reglamentos de la institución que sostenía el
poder del establishment psicoanalítico.
2. Los fundadores de la izquierda freudiana
Desde el psa el propio Freud no se oponía al marxismo, si bien cuestionaba la ilusión de creer que
con la revolución socialista se instalaría una nueva sociedad en que no habría conflictos.
4. Marxismo y psicoanálisis en la Argentina. El intento de hacer una Psicología Concreta
Los nudos de articulación del psa y marxismo en la Argentina a mediados de la década del „60
incluían la cientificidad y el compromiso político, debido a que las adhesiones ideológicas del sector
crítico de la cultura argentina implicaban una lectura del marxismo realizada desde perspectivas
existencialistas y hegelianas, que provocaban discusiones teóricas acerca de la posición de cada uno
asignaba a la teoría sartreana del compromiso, actualizada por la importancia que había adquirido en
América Latina la revolución cubana. No había acuerdo con los caminos del compromiso en Psicología.
Dos mesas redondas fueron realizadas en 1965 con el título “Ideología y Psicología Concreta”. En
la primera participaron Pichón Riviere, Bleger, Caparrós y León Rozirchner. Pichón afirmó que para él no
había otra psicología que la concreta, planteando sus desarrollos acerca del ECRO, del grupo interno y del
vínculo. En cuanto al tema específico para el que fueron convocados señaló que para él el problema era
no incluir en el esquema referencial de cada psicólogo el reconocimiento de las bases inconscientes de la
ideología.
Bleger realizó una extensa exposición, planteó una división entre ideología y campo científico.
Caparrós confrontó con Bleger. Para él el compromiso del psicólogo implicaba no separar su rol
profesional de su participación política. No basta con ser psicólogo, hace falta ser hombre, asumir su
momento, su tiempo, su etapa histórica y militar según determinados objetivos. Y como psicólogo hay
que ser un militante que hace psicología. Proponía un compromiso del psicólogo opuesto al proyecto
blegeriano de separar militancia y ciencia. La forma más alta de vivir es participar en la transformación
de nuestra sociedad, es decir, militar.
Los aportes de León Rozitchener fueron como filósofo.
Meses después se realizó la segunda mesa redonda, pero significativamente no asistieron ni
Pichón ni Bleger. En su lugar se convocó a Armando Bauleo. Mientras que el eje de la primera había sido
la Psicología Concreta, aquí se deslizó a los puntos centrales de la relación entre Freud y Marx.
Se abordaron también diferentes temáticas como la explicitación de los marcos ideológicos para la
tarea psicológica; la inclusión de una perspectiva ideológica marxista y los aportes del psa para pensar los
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criterios de salud y enfermedad; y la función social del psicólogo. Esas eran las preguntas del puente entre
Freud y Marx en ese entonces, tanto en la teoría como en la práctica; y debatir si la salida era reformista o
revolucionaria.
León Rozitchner planteó que hay que combatir la separación entre ideología y ciencia, integrando
el análisis de la ideología en la ciencia.
Mientras Rozitchner fue crítico, Caparrós fue más allá al plantear que la misma tarea terapéutica
en una sociedad injusta era adecuar a los pacientes a ese sistema, cuestionando a quienes se decían
supuestamente “comprometidos” como Bleger. Es decir, su propuesta era del psicólogo como “agente de
cambio” que se adaptaba para mantener al paciente en el sistema. Por eso decía que: “no se puede curar a
nadie si no se pueden cambiar las estructuras sociales que moldean a las personas”. La opción de
Caparrós era clara y revolucionaria: Se debía pensar en la sociedad, no adaptar a los pacientes al sistema,
sino intentar la transformación social.
6. Un joven autodidacta llamado Oscar Massota y la entrada de Lacan en Argentina
Fue Oscar Massota, un lector de Sartre y Marx, quien encontró en Lacan algunas respuestas que
posibilitaron otro encuentro entre el psa y el marxismo a partir de los obstáculos que aparecían en la
fenomenológica y el existencialismo sartriano.
Massota accede a la teoría lacaniana y este acceso merece plenamente el nombre de encuentro.
Llega a Lacan, no lo recibe por moda; su propio proceso intelectual recorre una etapa muy importante el
proceso ideológico contemporáneo. En 1959 Massota se había encontrado con una referencia a Lacan. Sin
embargo, fue Pichón quien promovió ese encuentro regalándole un seminario de Lacan.
Las pasiones que despertó este joven intelectual autodidacta, marginal al campo académico y del
psicoanálisis, introductor del pensamiento de Lacan y luego fundador de la primera escuela Lacaniana de
la Argentina, producía estas posiciones extremas. Este hecho tendrá en la década de los „70 importantes
consecuencias dentro del grupo lacaniano que se formó a partir de sus enseñanzas.
Fue la necesidad de encontrar “la autonomía del sujeto” lo que decidió su iniciación en la
fenomenológica, que luego continúa con el existencialismo sartriano hasta que se encontró con el
psicoanálisis. Así se fue produciendo un corrimiento del “compromiso sartriano” con la política a una
posición de difusor del pensamiento contemporáneo. De esta manera colocaba a Lacan en el mismo lugar
que antes ocupaba Sartre.
Planteaba que la conciencia debía ser liberada por el psicoanalista de la fascinación sobre el Yo,
que le hacía ver a este, fuente de sus actos. Pero la conciencia no podía dejar de darse un Yo cuya
“oscuridad” permitía que la “realidad” existiera para el sujeto. En todo este periodo pasó de Sartre a
Lacan, de la fenomenológica al estructuralismo.
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En marzo de 1964 habló por primera vez en público sobre psicoanálisis en la Escuela de
psiquiatría Social de Pichón. Debemos destacar dos hechos. El primero es que esta conferencia fue
dictada en la escuela de quien poco tiempo después era marginado de la APA al retirarle su presidente,
Emilio Rodrigué, su función didáctica. Años después Massotta se desquitó en una fuerte polémica con
Rodrigué desautorizándolo como psicoanalista.
Si Lacan entró por fuera del psicoanálisis oficial a través de Massotta, no podía encontrar otro
lugar para iniciarse que la Institución de Pichón. El segundo hecho fue que dicha conferencia se publicó
en 1965 en la revista “Pasado y Presente” de Córdoba, no fue publicada por una revista de psicoanálisis
sino por una de izquierda.
Massotta creía necesario introducir el pensamiento de Lacan recurriendo a la Psicología concreta
de Georges Politzer, que le permitía, por un lado, establecer una relación entre psicoanálisis y marxismo,
y por otro, retomar la crítica lacaniana a todo idealismo de la conciencia o del yo, así como a las terapias
que planteaban sus principios en el fortalecimiento del Yo.
De la psicología concreta se volvía al psicoanálisis. En esta vía las conceptualizaciones teóricas de
Lacan eran el referente. Paradójicamente su resultado posterior fue terminar con la posibilidad del
encuentro entre Freud y Marx, ya que concluían en que eran dos lugares epistemológicos diferentes, y de
allí su desencuentro final.
La obra lacaniana ocupó un lugar importante del desarrollo estructuralista. En Argentina algunos
psicoanalistas de izquierda consideraban el psa kleiniano conservador e ideológicamente reaccionario. A
través de Althusser encontraron en Lacan la vuelta a Freud que permitía cuestionar las ideas klenianas.
Fue por ello que Massotta inició la polémica con Emilio Rodrigué diciendo “es Althusser –quien
lee a Marx no sin haber leído a Lacan– el que nos sugiere la tarea: leer a Freud”. Si Massotta fue el
introductor de Lacan, no solo en Argentina sino en castellano, su difusión se extendió debido al auge del
estructuralismo Althusseriano.