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TEMA 10.

SÍNDROME DOLOROSO
REGIONAL COMPLEJO (SDRC)
INTRODUCCIÓN

Los síndromes de dolor regional complejo se caracterizan por la presencia de síntomas sensoriales,
autónomos y motores precedidos habitualmente de una lesión o inmovilización con un curso clínico
desproporcionado con respecto a la lesión inicial.

 Síndrome de dolor regional complejo tipo I  Distrofia simpático refleja.


 Síndrome de dolor regional complejo tipo II  Causalgia

La distribución de los hallazgos anómalos es regional, predominantemente en la parte distal de las


extremidades

Los síntomas y signos:

 Dolor espontaneo o provocado (alodinia, hiperalgesia)


 Asociado a momento clínico de edema
 Cambios en el flujo sanguíneo cutáneo
 Actividad sudomotora anómala

Todo esto provoca una incapacidad en las AVDs.

Ante un paciente con diagnóstico de SDRC es importante tener en cuenta:

 Diagnóstico médico: Llevar a cabo una búsqueda exhaustiva de una posible lesión de nervio con
estudios que valoran perfectamente el estado de las fibras altamente mielinizadas que puedan
pasar por alto una lesión de fibras nociceptivas que quedaría sin diagnosticar. Antes de
diagnosticar el SRDC tipo I tenemos que descartar que haya cualquier otra causa, porque si
existiese sería de tipo II
 Evitar procedimientos intervencionistas que no han demostrado evidencia estadísticamente
significativa de ser útiles para el tratamiento: bloqueos simpáticos y la simpatectomía.
 No descuidar un posible origen psicológico o psiquiátrico del cuadro clínico ≠ fingir o
autoprovocarse los síntomas.

FACTORES ETIOLÓGICOS Y FISIOPATOLÓGICOS

Es una complicación imprevisible que puede producirse seguido de un traumatismo banal o de una
intervención quirúrgica que son percibidos por ciertos pacientes como agresión. La diabetes, las
patologías inflamatorias y el estrés son factores predisponentes, pero el 30% de los casos es imposible
relacionar la aparición de un SDRC a cualquier etiología.
Numerosos estudios muestran que la afectación de las fibras “A” nociceptivas es marcado y que la
liberación de neuropéptidos contribuye a instalar el síndrome inflamatorio.
DIAGNÓSTICO

Es esencialmente clínico. La atención debe estar puesta ante todo en el dolor espontáneo, contante de
tipo quemante, desproporcionado con relación al traumatismo o que aparece después de la
intervención quirúrgica. Exámenes complementarios:

 Radiografía con examen comparativo con la extremidad sana.


 La centellografía es un examen de referencia para establecer diagnóstico precoz. Pone en
evidencia una hiperfijación isotópica de los huesos de la mano y el carpo.
 El laboratorio es normal, es notable la rapidez de sedimentación.

SDRC TIPO I

Es el más frecuente y afecta a 26 personas cada 100.000 habitantes. En el campo de la cirugía de la


mano, esta complicación es frecuente. Todo rehabilitador que reeduque la mano de un paciente debe
estar atento para detectar los signos clínicos precoces que hagan sospechar de un SDRC tipo 1 que
omitido puede dejar secuelas funcionales irreversibles

Deben cumplirse los criterios 2 y 4 para poder diagnosticar el cuadro:

1. Existencia de acontecimiento inicial nocivo o una causa de inmovilización.


2. Dolor continuo, alodinia o hiperalgesia desproporcionados con respecto a la lesión inicial.
3. Evidencia de algún momento del curso clínico de edema, cambios de flujo sanguíneo cutáneo o
actividad sudomotora anómala en el área del dolor.
4. El diagnóstico queda excluido ante la presencia de alguna afección que pudiera ser la causa de
la intensidad del dolor y la disfunción

SIGNOS CLÍNICOS Y EVOLUCIÓN

En el SDRC tipo I, los síntomas suelen aparecer durante el primer mes tras el acontecimiento nocivo
inicial. Los síntomas y signos pueden extenderse en sentido proximal o involucrar otras extremidades,
en ocasiones etiquetadas como “neurológicamente imposibles”. El hecho de que sólo sean necesarios
los criterios 2 y 4 nos plantea la paradoja de que cualquier dolor mantenido sin causa evidente podría
ser un SDRC tipo I.
SDRC TIPO II

Deben cumplirse los tres criterios para poder diagnosticar el cuadro:

1. Presencia de dolor continuo, alodinia o hiperalgesia tras una lesión de nervio, no


necesariamente limitados al territorio de distribución del nervio lesionado.
2. Evidencia en algún momento del curso clínico de edema, cambios en el flujo sanguíneo cutáneo
o actividad sudomotora anómala en área de dolor.
3. El diagnostico queda excluido ante la presencia de alguna afectación que pudiera ser la causa
de la intensidad del dolor y la disfunción.

Los síntomas suelen aparecer inmediatamente tras la lesión del nervio, aunque puede hacerlo también
con posterioridad. Puede extenderse en sentido proximal, aunque es muy infrecuente que lleguen a
involucrar otras extremidades. De hecho, cualquier lesión del nervio periférico con dolor, hiperalgesia o
alodinia y cambios tróficos podría ser un SDRC tipo II.

TRATAMIENTOS MÉDICOS

Los tratamientos (tto) para el SDRC tipo I respaldados por evidencia científica de eficacia y poca
probabilidad de efectos adversos son:

 Crema con dimetilsulfóxido (DMSO) tópica


 Bifosfonatos intravenosos
 Tandas limitadas de corticoides orales

Debido a los modestos beneficios y a su agresividad, algunos tratamientos solo deberían ofrecerse tras
un cuidadoso asesoramiento:

 Inyección epidural de clonidina


 Bloqueo simpático regional intravenoso con bretilio
 Estimulación de la médula espinal

INTERVENCIÓN DESDE TO

TRATAMIENTO PRECOZ O PREVENTIVO

 Contra el dolor. Contención: se debe inmovilizar correctamente la región traumatizada u


operada con objeto de disminuir estímulos nerviosos y dolorosos que alimentan el arco reflejo
del dolor.
 Contra el edema: es una reacción normal los 8 primeros días. Es el elemento más constante y el
más nocivo para el devenir funcional. Colocar extremidad sobreelevada en almohadón y
cabestrillo en bipedestación. Movilizar activamente o activo-asistido todas las articulaciones
libres son olvidar el hombro.
 Contra la inmovilización prolongada: las movilizaciones pasivas deberán ser infradolorosas y a
ritmo lento, aunque siempre se prefiere lo activo frente lo pasivo. Debemos estimular al
paciente a utilizar su mano en las AVD sin poner el riesgo la reparación quirúrgica.
TRATAMIENTO DEL SDRC

FASE 1 (FASE CALIENTE)


Tto médico contra el dolor: esencialmente sintomático. Cuando el síndrome inflamatorio es marcado, se
prescribe corticoterapia.

Tto de reeducación:

 Relacional
 Kinesiterapia
 Ortesis
 TO
 Fisioterapia
 Psicología

TRATAMIENTO DE REEDUCACIÓN RELACIONAL


El rehabilitador debe destinar un tiempo considerable a este tipo de pacientes. Se debe escuchar para
establecer un clima de confianza entre el terapeuta y el paciente para motivarlo. Hay que recalcar el
plano profesional ya que los pacientes pueden ser muy demandantes e invasivos.

KINESITERAPIA
El tto manual comprende de masajes y movilizaciones prudentes. Las sesiones se realizarán, de forma
general, 3 veces por semana.

 El masaje cumple doble función: descontracturante y drenaje circulatorio (preparativo para la


movilización articular).
 La movilización es prioritariamente articular y tendinosa. Activa y activa-asistida, lenta y
progresiva. Va de lo analítico a lo global y debe ser siempre infradolorosa.

Se debe privilegiar las amplitudes contrarias a las posiciones de las retracciones cápsulo-ligamentarias:
en los dedos largos, se trabajará las MCF en flexión y las IF en extensión, sin olvidar la apertura de la
primera comisura del pulgar.

Se trabajarán igualmente las pinzas y las diferentes prensiones. La musculatura se solicita sin resistencia,
es estático y en isométrico en el final del recorrido. Además, se llevará a cabo un tto de desensibilización
utilizando diferentes materiales: algodón, lana, arena, lentejas, arroz, pelotas blandas, etc. La
reeducación en espejo está demostrado que en la fase caliente contribuye a disminuir el dolor y el
edema.

ORTESIS
En este momento, son útiles las ortesis que tienen un objetivo antálgico. Estáticas de reposo, de uso
nocturno, antebraquidigital en prevención de actitudes viciosas.  Verónica Tapia

TERAPIA OCUPACIONAL
El paciente debe utilizar la mano con el objetivo de instaurar rigideces y la impotencia funcional 
protocolo de Watson. Preconiza el ejercicio sobre la mano en razón de activar tracciones y presiones a
través de dos tipos de actividades realizadas en el domicilio:
 La primera consiste en tener en la mano un cepillo y ejecutar ejercicios de cepillado sobre la
mesa durante un tiempo que irá aumentando progresivamente  movilidad de todo el MS
hasta el hombro.
 La segunda actividad es el sostén de una carga, cuyo peso irá aumentando muy
progresivamente.

La aplicación de agentes físicos es una parte importante de la intervención en la clínica:

 Baños de contraste: Inmersión de la mano en agua de forma alterna en agua caliente (35ºC-
40ºC) y, luego en agua fría (5ºC6ºC). Sumergir durante 4 minutos en agua caliente, luego 1
minuto en agua fría repitiendo 4 veces seguidas terminando en el agua fría.
 La presoterapia se aplica para los efectos vasomotrices y posturales en extensión de las IFP.

FASE II (FASE FRÍA)


Los problemas inflamatorios van disminuyendo y dejan lugar a los problemas tróficos, de retracciones
cápsulo-ligamentarias y de adherencias tendinosas que llevan a la rigidez.

KINESITERAPIA
 Masajes “de ablande” y desfibrosantes.
 Las movilizaciones pasivas se realizan con el objetivo de ganar amplitudes articulares, siempre
realizadas por debajo del umbral del dolor.
 Las movilizaciones activas con resistencia y sin esta mejorarán el deslizamiento tendinoso 
recuperación funcional

ORTESIS
Ortesis dinámicas globales para la flexión o extensión.

TERAPIA OCUPACIONAL
Estimulación de la destreza en las actividades que necesitan disociación de dedos. Trabajo de fuerza y
resistencia con actividades en las que intervengan “choques” y vibraciones. Agentes físicos: se prioriza el
agua caliente sobre las zonas retraídas y los cuerpos musculares del antebrazo.

FASE III (FASE SECUELAR)


El protocolo de tto continúa realizando intervenciones de resistencia para que la recuperación funcional
sea lo más normal posible. Las ortesis dinámicas serán más analíticas que globales. Esta larga
recuperación demanda de mucha perseverancia por parte del paciente. Por ello es saludable hacer
“ventanas terapéuticas” de dos o tres semanas manteniendo la ortesis y pautas cotidianas.

INDICACIÓN QUIRÚRGICA
Ante un déficit severo funcional, se valora la intervención del cirujano. Se deben reunir varias
condiciones:

 El fenómeno de SDRC está totalmente remitido.


 No intervenir jamás ante un periodo de 12 a 198 meses luego de la instalación de un SDRC.
 Asegurarse que el paciente asume el riesgo operatorio y el rigor de la reeducación posterior.
 El paciente debe estar motivado y colaborador

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