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Principios Didácticos
Principios Didácticos
REALISMO
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El término escuela se lo utiliza en su acepción genérica de “institución educativa”. De la misma manera
Maestro, “el que es más” en un orden que enseña, en el sentido de docente, cualquiera sea el nivel en el que
enseña.
2
que "motiva" pidiendo atención porque lo que va a explicar sirve para la evaluación, está
preparando sólo para la escuela. En el debate contemporáneo sobre el aprendizaje se ha
revalorizado mucho este aspecto del significado.
d) También debe ser considerado el realismo en los métodos de transmisión y
evaluación. Éstos deben atender a la primacía del objeto sobre el método, es decir que
todo método se ha de adecuar al objeto de la ciencia y al tipo de saber que se quiere
transmitir.
e) Existe un tipo de maestro con disposiciones naturales pero cuyas características
también se adquieren, y configuran lo que podríamos llamar el maestro realista.
Este principio realista está en la fundamentación de los restantes.
EXPERIENCIA.
de su valor. Para formar el concepto de Dios Padre, ejemplifica con la imagen del Padre
que recibe al Hijo Pródigo o con el padre que da a su hijo más de lo que le pide. Para
enseñar la idea de mortificación, habla del grano de trigo que debe morir; de la fugacidad
de la esta vida terrenal, con la planta que hoy es y mañana no es. También usa un
lenguaje concreto, directo, con constantes comparaciones, uno de cuyos polos es algo
muy conocido siempre por experiencia directa. Así compara la idea del Reino de los cielos
con una perla, unas bodas, un banquete. Él mismo se presenta como pastor, camino,
esposo. Todas imágenes muy concretas y al alcance de la experiencia de cualquiera.
A su vez, el tomar la experiencia como tradición es lo que le asegura el enlace de
lo nuevo que propone, que llega a “escandalizar”, con lo que los oyentes ya conocen. Por
ello es constante su referencia, para ratificar o rectificar a lo que “han oído” y al Antiguo
Testamento. “Habéis oído que se dijo a los antiguos ... pero yo os digo ...” 2. También
hace referencia a este principio el uso de proverbios o metáforas muy conocidas y
gráficas que por ser repetidas por sus oyentes y transmitidas oralmente constituyen
lugares comunes que facilitan la formación de las imágenes correspondientes, que
posibilitan la experiencia.
ACTIVIDAD.
Este principio tiene como supuesto que el alumno es la causa eficiente principal de
la educación que en él se da. Es formulado así por Santo Tomás pero es vivido por los
grandes maestros desde la antigüedad. Significa que cada sujeto es el verdadero motor
de su propio aprendizaje y como tal no es pasivo sino activo. Los demás agentes,
exteriores, prestan auxilios diversos pero no son más que eso: ayudas para que el propio
sujeto pueda aprender. De hecho a igualdad de condiciones en cuanto a maestros o
padres la respuesta terminal difiere de acuerdo con cada sujeto. La presencia de este
principio es característica del método utilizado por Sócrates.
El alumno no recibe pasivamente la enseñanza, sino que tiene que estar él mismo
en actividad. Se aprende en la medida en que se participa activamente en su
aprendizaje. Se ha considerado la actividad como construcción. Dicha construcción no
implica, para nosotros, hacer "desde la nada", en el sentido en que a veces se utiliza,
como si el construir un conocimiento significara "inventar", crear un concepto, incluso por
consenso o convencionalidad. En realidad se da un proceso subjetivo de reconstrucción
de lo que cultural y realmente ya de alguna manera, es. No tiene por qué concederse
nada a un idealismo de tipo subjetivista. Ni tampoco significa que en la escuela el alumno
va a descubrirlo todo. La mayoría de las veces, hará un redescubrimiento de lo que la
cadena cultural le lega.
2
Cfr. especialmente San Mateo, cap. 5, vers. 27,28, 33, 34, 38. 43.
4
repetidas veces) se complace en proponer algún enigma, o de usar del diálogo: “¿Quién
dicen las gentes que soy Yo?”3 , “¿Es lícito pagar...?”, “¿Qué dice la Ley?” También usa de
la dialéctica proponiendo dilemas para hacerlos pensar: “Si hablé mal ... y si no ...” 4;
¿Qué es más fácil decir....? 5; “¿de quién lleva (el denario) la figura y la leyenda?” 6 “Yo
quiero a mi vez haceros una pregunta...” 7. Hace mirar, dudar, pensar, antes de dar Él
mismo una respuesta o enseñanza.
El fundamento antropológico de este principio está dado por el hecho de que cada
hombre tiene un alma singular, única e irrepetible, en perfecta coadaptación a un cuerpo
también especial y exclusivo. Esto implica que los distintos hombres pueden recibir los
mismos contenidos, pero cada uno los recibe “al modo del recipiente”, es decir de modo
diverso. El proceso de aprendizaje se da entonces de una manera distinta porque la
recepción no es pasiva, como hemos visto en el principio anterior, sino que el sujeto es
modelador de lo que está recibiendo. Cada hombre tiene entonces, por sus disposiciones
y experiencia acumulada de tipo social e individual, como un filtro y una actividad
especial, unos “tiempos” determinados y propios. Este principio se extiende también a los
grupos estudiantiles... Aquí corresponde el tratamiento de los estilos de aprendizaje.
Es de experiencia común que el conocer a cada alumno para potenciar las
capacidades y fortalecer las debilidades mejora el rendimiento y ahorra esfuerzos.
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Cristo como Maestro selecciona sus contenidos diarios diferenciando sus distintos
públicos. Así tiene enseñanzas para "todos", para los setenta y dos, para los doce, para
los íntimos. A veces dice algo para que “oyendo no oigan”. Está haciendo referencia a
estas diferencias madurativas, si podemos llamarlas así, aunque aquí la maduración tiene
indudablemente otro tipo de componentes. También el utilizar un lenguaje sugerente,
como lo hace, ayuda a la personalización, es decir, que deja siempre un margen para que
cada cual interprete hasta donde pueda. Este principio es un contenido en la parábola del
sembrador, al mostrar que quien siembra lo hace con la misma semilla, pero que en cada
terreno fructifica a su tiempo y manera. El recurso lingüístico-didáctico preferido por
Cristo es la parábola. Ésta es suficientemente flexible como para permitir una apropiación
diversa, adecuada a las distintas subjetividades, según quien lo escuche. La parábola
tiene un aspecto positivo, por el que enuncia una verdad, y un aspecto negativo que
tiene por fin velar u ocultar el misterio. Siempre hay una alusión simbólica al Misterio en
ellas8. Y éste es captado según la “medida” de cada uno.
“uso” del hábito (de cualquier tipo) es lo que da esa garantía de permanencia. Este
concepto de uso implica la aplicación de un principio de tipo universal al caso particular.
Significa re-conocer en el singular lo común con el concepto universal, lo que participa
este ente particular, esta situación concreta, del universal. Es el reconocer una vaca
concreta como representante del concepto de vaca estudiado, pudiendo discriminar sus
características y diferencias respecto de otros entes. De la misma manera, distinguir en
una situación concreta narrada por un periódico, una situación social, cuyo concepto, en
abstracto, ha sido estudiado, como el de guerra civil.
Este principio se opone a la escuela, a veces muy creativa, en donde por un buen
proceso se llega a resultados esperados, pero cada día se aprende algo nuevo, y se sigue
adelante. Se explica, fija, evalúa, y se pasa a buscar otro objetivo.
La institución educativa no tiene por qué asumir una responsabilidad única, ya que
son muchos los factores extraescolares que condicionan la falta de consolidación, que
tiene que ver con la memoria, y por lo tanto con la atención y concentración. Pero
debe buscar –a pesar de un período de desprestigio de la memoria-, revertir este
proceso. Uno de los méritos de la psicología cognitiva ha sido el retorno a focalizar los
procesos cognitivos básicos como la atención y la memoria, para tornarlas más
eficaces.
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Jesucristo como Maestro trata de fijar en la memoria de sus oyentes ciertos
temas. Elige algunos centrales y los reitera usando distintos puntos de vista y de
distintos modos, pero siempre en relación a los intereses y necesidades primordiales de
sus oyentes. Por otra parte, el recurso que usa es el lenguaje bello y poético, concreto y
metafórico, lo que facilita la atención y la fijación. En estas formas poéticas acude
frecuentemente al paralelismo sinonímico y antitético: “Pedid y se os dará, buscad y
encontraréis, golpead y se os abrirá”9; o “Todo árbol bueno....todo árbol malo ...” 10.Como
los Evangelios fueron de tradición oral en principio las reglas memotécnicas que se
registran en ellos son numerosas. En realidad, en toda la literatura hebrea y en general
en toda “literatura didáctica” o con “fines didácticos”, es habitual encontrar abundantes
paralelismos y recursos para fijar las palabras que encierran el mensaje 11.
PRINCIPIO DE TOTALIDAD
debe hacer de manera tal que la división o sectorización necesarias, respondan a criterios
científicos y no a parcializaciones arbitrarias. Hay que hacer constantemente
integraciones en la presentación de todas las asignaturas o contenidos, respetando el
principio de realismo, y considerando lo más posible la relación entre las disciplinas. En la
vida real, por otra parte, nos encontramos con objetos, hechos, problemas, no
segmentados de cualquier modo ni artificialmente. No se trata por tanto de relacionar
arbitrariamente las disciplinas.
Este principio tiene que ver con los motivos vivos y concretos para aprender.
Para que haya aprendizaje efectivo es necesario que se dé un compromiso afectivo en él.
La motivación surge espontáneamente en una escuela que aprovecha la vida y prepara
para la vida real. Esto da a los contenidos una mayor significatividad para los alumnos.
Por ello hay que establecer relaciones con los conocimientos anteriores y con áreas que
se sabe que motivan por su particular relación con la vida de quien está aprendiendo.
Hay que partir desde el mismo alumno y sus experiencias, sus intereses, inquietudes,
curiosidades. Y tratar de elevarlos. Se aprende mejor cuando se está dispuesto, se quiere
aprender. Y esto sucede ordinariamente cuando se sabe qué se está estudiando y para
qué.
Este principio toma particularmente en cuenta el aspecto emocional del alumno,
ya que lo está preparando para la vida, en todos sus aspectos. Incluye por ello todas sus
dimensiones relacionales: con el sí mismo; con los otros, con la vida familiar, con sus
vínculos laborales, deportivos, sociales en general; con el mundo, con la naturaleza; con
Dios. Respecto a sí mismo, tiene que ver con la ayuda para la formación del
autoconcepto y de la autoestima, y el poder conocer y dominar sus propias emociones.
PRINCIPIO DE PATRIA
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FORMAL.
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