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PRINCIPIOS PARA UNA METODOLOGÍA DEL APRENDIZAJE


Dra. Graciela B. Hernández de Lamas

La preocupación mayor de todo docente es qué hacer para que el alumno


aprenda, y lo haga con “facilidad y economía de esfuerzos”.
Hay una serie de principios del aprendizaje, casi de sentido común, que ha
tenido vigencia tradicionalmente y que a pesar de estar fundados en teorías muy
distintas, en la práctica son universalmente admitidos. Pueden ser reguladores de una
concepción del aprendizaje orientadora de la práctica educativa. La utilidad de su
formulación radica en que pueden servir como "categorías de apreciación de una buena
enseñanza"(Stocker). Y se pueden formular reglas específicas a partir de ellos.

Estos principios se derivan lógicamente uno de otro, de manera que se


relacionan entre sí. Son: Realismo, experiencia, actividad y autoaprendizaje, adecuación
al sujeto o personalización, fijación de lo aprendido o consolidación de los aprendizajes,
de totalidad, de motivación o vivencia, principio social o cooperativo, de patria y formal.

REALISMO

En gnoseología se considera que es realista la postura que parte de que la idea, el


concepto, el conocimiento, el sujeto, deben adecuarse a la cosa o realidad. Para una
teoría del aprendizaje esto reclama en primer lugar, la objetividad. No se puede construir
sobre meras ideas, sino sobre realidades. ¿Y cuál sería aquí la cosa, o el aspecto de la
realidad que debe ser considerado como el fundamento objetivo de una ciencia o técnica
pedagógica, y/o consideración teórica o práctica acerca del aprendizaje?
a) Ante todo el hombre mismo, en cuanto sujeto de la educación, alumno,
educando o aprendiz. Se debe partir de la consideración del hombre en su ser integral,
con su componente físico y espiritual indisolublemente unidos, en una unidad substancial.
Esto significa que no debe aislarse un aspecto del otro. Por el contrario, todo acto de
aprendizaje humano ha de ser visto como unitario, tanto en su constitución cuanto en su
manifestación.
El error más común en las teorías actuales es la parcialización, es decir, el tomar
la parte por el todo, y así explicar el aprendizaje sólo por lo cognitivo o reducirlo al
aprendizaje conceptual, por ejemplo, dejando de lado lo emocional; o priorizar los
aspectos fisiológicos y motrices; o sólo el aspecto social, o exclusivamente las conductas
externas. En algunos casos se reduce todo a lo sensible, sin trascenderlo. Estos planteos
implican parcializar al sujeto de la educación, dejando de lado su integridad.
También es corriente la minusvaloración del poder del espíritu en lo que tiene de
propio.
b) El aprendizaje debe tener una base científica objetiva proporcionada por la
psicología y la pedagogía. Y por cada ciencia cuyo contenido se pretende transmitir.
Así ser realista implica una adecuación a la posibilidad concreta de aprender que
tiene el alumno. Este concepto lo da la Psicología y la experiencia reflexionada por ella.
Permite adecuarse a las capacidades en su desarrollo evolutivo, y a los tiempos del
aprender. No es sencillo averiguar todos estos aspectos pero es importante saber que
existen e intentar conocerlos.
c) El realismo significa también que la palabra remite a la cosa y la escuela1 a la
vida. Se opone a una escuela verbalista, repetidora de palabras que no significan. Se
opone a una escuela escolarizada, que enseña para la escuela solamente. Todo docente

1
El término escuela se lo utiliza en su acepción genérica de “institución educativa”. De la misma manera
Maestro, “el que es más” en un orden que enseña, en el sentido de docente, cualquiera sea el nivel en el que
enseña.
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que "motiva" pidiendo atención porque lo que va a explicar sirve para la evaluación, está
preparando sólo para la escuela. En el debate contemporáneo sobre el aprendizaje se ha
revalorizado mucho este aspecto del significado.
d) También debe ser considerado el realismo en los métodos de transmisión y
evaluación. Éstos deben atender a la primacía del objeto sobre el método, es decir que
todo método se ha de adecuar al objeto de la ciencia y al tipo de saber que se quiere
transmitir.
e) Existe un tipo de maestro con disposiciones naturales pero cuyas características
también se adquieren, y configuran lo que podríamos llamar el maestro realista.
Este principio realista está en la fundamentación de los restantes.

EXPERIENCIA.

El principio de la experiencia se deriva directamente del anterior. El fundamento


inmediato se lo puede buscar en el principio clásico que dice que el arte debe seguir a la
naturaleza. En nuestro caso, el proceso de enseñanza/ aprendizaje (arte) debe seguir al
modo de adquisición de hábitos (habilidades, conocimientos, conductas, técnicas) tal
como se daría en el hombre de manera natural y espontánea.
Toda conducta humana parte del conocimiento y éste de la experiencia. En efecto,
empezamos a conocer por los sentidos externos. Las sensaciones producidas son
organizadas por los sentidos internos, que tienen una función de desmaterialización y de
preparación del objeto que es presentado a la inteligencia para la abstracción.
La vigencia del principio experiencial se opone a la “escuela de palabras”, a la
escuela en la que el maestro, al lado de un árbol, le cuenta al alumno cómo es el árbol,
sin observarlo, sin hacer que los alumnos observen y tengan experiencia de él, o hace
leer en un libro su descripción.
La experiencia es una gran ausente de la escuela de hoy. El problema está
agravado por la cultura mediática en la que crecen nuestros jóvenes y adolescentes. Aún
la vida y las sensaciones primarias son percibidas a través de los medios. Por eso hoy se
torna más necesario que nunca reflexionar sobre la experiencia y tratar de recuperarla
como el primer momento del conocimiento, sin el cual éste no se da. Debe ser el primer
momento del acto de aprender. Se conoce lo real o no se conoce, simplemente. Y para
conocer lo real, hay que partir de la experiencia. Sin experiencia no puede haber
abstracción, y por lo tanto no se puede dar la ciencia. Tampoco se pueden formar
conceptos puramente espirituales. (Por ello es que dice Kentenich que el mundo
contemporáneo es ateo: porque falta la experiencia de padre).
Experiencia y tradición.
La experiencia acumulada en la memoria colectiva de un pueblo constituye la
tradición. Por una parte la tradición es lo que se transmite como valioso y por otro es el
marco de referencia donde se da la experiencia puntual. Constituye el entorno en el que
se da todo aprendizaje escolar y extraescolar, de niños y adultos. Por ello es vital para
toda metodología del aprendizaje analizar esta tradición y partir de ella para comprender
cómo se da la experiencia puntual y cuál es su contenido. Es importante (y sorprendente)
verificar qué evoca el alumno frente a las palabras del maestro. El conocer esto es la
garantía de la relación de los conocimientos nuevos con los viejos, que forman esa
especie de humus donde fructificarán los nuevos aprendizajes.
***
Jesucristo como Maestro apela permanentemente a la experiencia de sus oyentes,
tanto como percepción puntual cuanto habitual. Así para enseñar el concepto de
providencia, por ejemplo, hace percatarse, mirar, percibir, imaginar la perfección de una
flor: “mirad los lirios del campo...” A partir de esa experiencia muy concreta, enriquecida
con metáforas, “vestidos de Salomón”,...hace que el discípulo llegue a la idea –abstracta-
de providencia. Asimismo, cuando está en una región de agricultores, de vides, habla del
trabajo en las viñas, de mirar las señales del cielo, para inculcar algún concepto más
abstracto, como el de retribución, o de las “señales de los tiempos”. Cuando está en
región de pastores, los ejemplos los toma de las ovejas, del ganado, de sus cuidados y
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de su valor. Para formar el concepto de Dios Padre, ejemplifica con la imagen del Padre
que recibe al Hijo Pródigo o con el padre que da a su hijo más de lo que le pide. Para
enseñar la idea de mortificación, habla del grano de trigo que debe morir; de la fugacidad
de la esta vida terrenal, con la planta que hoy es y mañana no es. También usa un
lenguaje concreto, directo, con constantes comparaciones, uno de cuyos polos es algo
muy conocido siempre por experiencia directa. Así compara la idea del Reino de los cielos
con una perla, unas bodas, un banquete. Él mismo se presenta como pastor, camino,
esposo. Todas imágenes muy concretas y al alcance de la experiencia de cualquiera.
A su vez, el tomar la experiencia como tradición es lo que le asegura el enlace de
lo nuevo que propone, que llega a “escandalizar”, con lo que los oyentes ya conocen. Por
ello es constante su referencia, para ratificar o rectificar a lo que “han oído” y al Antiguo
Testamento. “Habéis oído que se dijo a los antiguos ... pero yo os digo ...” 2. También
hace referencia a este principio el uso de proverbios o metáforas muy conocidas y
gráficas que por ser repetidas por sus oyentes y transmitidas oralmente constituyen
lugares comunes que facilitan la formación de las imágenes correspondientes, que
posibilitan la experiencia.

ACTIVIDAD.

Este principio tiene como supuesto que el alumno es la causa eficiente principal de
la educación que en él se da. Es formulado así por Santo Tomás pero es vivido por los
grandes maestros desde la antigüedad. Significa que cada sujeto es el verdadero motor
de su propio aprendizaje y como tal no es pasivo sino activo. Los demás agentes,
exteriores, prestan auxilios diversos pero no son más que eso: ayudas para que el propio
sujeto pueda aprender. De hecho a igualdad de condiciones en cuanto a maestros o
padres la respuesta terminal difiere de acuerdo con cada sujeto. La presencia de este
principio es característica del método utilizado por Sócrates.
El alumno no recibe pasivamente la enseñanza, sino que tiene que estar él mismo
en actividad. Se aprende en la medida en que se participa activamente en su
aprendizaje. Se ha considerado la actividad como construcción. Dicha construcción no
implica, para nosotros, hacer "desde la nada", en el sentido en que a veces se utiliza,
como si el construir un conocimiento significara "inventar", crear un concepto, incluso por
consenso o convencionalidad. En realidad se da un proceso subjetivo de reconstrucción
de lo que cultural y realmente ya de alguna manera, es. No tiene por qué concederse
nada a un idealismo de tipo subjetivista. Ni tampoco significa que en la escuela el alumno
va a descubrirlo todo. La mayoría de las veces, hará un redescubrimiento de lo que la
cadena cultural le lega.

Conceptos afines al de actividad en el aula son: autoactividad, autonomía,


espontaneidad y creatividad. De hecho los alumnos más eficientes regulan su actividad
de aprendizaje controlando y evaluando su propia gestión. En una clase de cualquier
nivel se distinguen fácilmente aquellos alumnos que acuden a la clase sabiendo qué
buscan, qué tienen que anotar, preguntan en el momento adecuado acerca de la
bibliografía, del material que necesitan, de los recursos varios.
El elaborar por sí mismo los propios conocimientos hace que éstos se tornen
significativos para el alumno. Es la única manera de que éste comprenda los pasos para
su formulación y su sentido. Por todo lo dicho es importante que en la actividad
mediadora del docente éste comparta la intencionalidad educativa, que en principio es
quien la conoce. Esto significa hacer participar al alumno de los objetivos que se
propone. En esto consistiría fundamentalmente la autonomía del educando.
***
Volviendo a la experiencia de Jesucristo como Maestro vemos que enseña
habitualmente a través de métodos activos. Así en vez de largos discursos (que los tiene,
y bellos, pero para ocasiones especiales, y algunos de ellos son enlace de frases dichas

2
Cfr. especialmente San Mateo, cap. 5, vers. 27,28, 33, 34, 38. 43.
4

repetidas veces) se complace en proponer algún enigma, o de usar del diálogo: “¿Quién
dicen las gentes que soy Yo?”3 , “¿Es lícito pagar...?”, “¿Qué dice la Ley?” También usa de
la dialéctica proponiendo dilemas para hacerlos pensar: “Si hablé mal ... y si no ...” 4;
¿Qué es más fácil decir....? 5; “¿de quién lleva (el denario) la figura y la leyenda?” 6 “Yo
quiero a mi vez haceros una pregunta...” 7. Hace mirar, dudar, pensar, antes de dar Él
mismo una respuesta o enseñanza.

PERSONALIZACIÓN O PRINCIPIO DE ADECUACIÓN AL SUJETO.

El fundamento antropológico de este principio está dado por el hecho de que cada
hombre tiene un alma singular, única e irrepetible, en perfecta coadaptación a un cuerpo
también especial y exclusivo. Esto implica que los distintos hombres pueden recibir los
mismos contenidos, pero cada uno los recibe “al modo del recipiente”, es decir de modo
diverso. El proceso de aprendizaje se da entonces de una manera distinta porque la
recepción no es pasiva, como hemos visto en el principio anterior, sino que el sujeto es
modelador de lo que está recibiendo. Cada hombre tiene entonces, por sus disposiciones
y experiencia acumulada de tipo social e individual, como un filtro y una actividad
especial, unos “tiempos” determinados y propios. Este principio se extiende también a los
grupos estudiantiles... Aquí corresponde el tratamiento de los estilos de aprendizaje.
Es de experiencia común que el conocer a cada alumno para potenciar las
capacidades y fortalecer las debilidades mejora el rendimiento y ahorra esfuerzos.
***
Cristo como Maestro selecciona sus contenidos diarios diferenciando sus distintos
públicos. Así tiene enseñanzas para "todos", para los setenta y dos, para los doce, para
los íntimos. A veces dice algo para que “oyendo no oigan”. Está haciendo referencia a
estas diferencias madurativas, si podemos llamarlas así, aunque aquí la maduración tiene
indudablemente otro tipo de componentes. También el utilizar un lenguaje sugerente,
como lo hace, ayuda a la personalización, es decir, que deja siempre un margen para que
cada cual interprete hasta donde pueda. Este principio es un contenido en la parábola del
sembrador, al mostrar que quien siembra lo hace con la misma semilla, pero que en cada
terreno fructifica a su tiempo y manera. El recurso lingüístico-didáctico preferido por
Cristo es la parábola. Ésta es suficientemente flexible como para permitir una apropiación
diversa, adecuada a las distintas subjetividades, según quien lo escuche. La parábola
tiene un aspecto positivo, por el que enuncia una verdad, y un aspecto negativo que
tiene por fin velar u ocultar el misterio. Siempre hay una alusión simbólica al Misterio en
ellas8. Y éste es captado según la “medida” de cada uno.

FIJACIÓN O PRINCIPIO DE CONSOLIDACIÓN DE LO APRENDIDO.

Una vez cumplido el proceso de adquisición de un nuevo contenido éste se debe


fijar, es decir, debe lograr una cierta estabilidad y garantía de permanencia, de manera
tal que pueda ser usado en otras ocasiones.
Este proceso de fijación no implica necesariamente repetición de actos,
especialmente en el ámbito intelectual. Pero el proceso ordinario de aprender implica por
lo menos un tiempo, una repetición de actos sobre las disposiciones necesarias, que se
tornan educativas gracias a una intencionalidad adecuada. Ésta hace que la repetición no
sea un mero mecanismo, un automatismo. Se consolida un nuevo contenido cuando ese
conocimiento, habilidad o actitud se usa con naturalidad, con cierta espontaneidad. El
3
Lucas, 9, 18.
4
Juan, 18, 23.
5
Marcos 2, 9.
6
Lucas, 20,24.
7
Lucas, 20, 3.
8
Para los aspectos pedagógicos de Jesucristo, cfr. Galino, María Ángeles: Historia de la Educación. I. Madrid,
Gredos, 1968, págs. 343 a 363.
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“uso” del hábito (de cualquier tipo) es lo que da esa garantía de permanencia. Este
concepto de uso implica la aplicación de un principio de tipo universal al caso particular.
Significa re-conocer en el singular lo común con el concepto universal, lo que participa
este ente particular, esta situación concreta, del universal. Es el reconocer una vaca
concreta como representante del concepto de vaca estudiado, pudiendo discriminar sus
características y diferencias respecto de otros entes. De la misma manera, distinguir en
una situación concreta narrada por un periódico, una situación social, cuyo concepto, en
abstracto, ha sido estudiado, como el de guerra civil.
Este principio se opone a la escuela, a veces muy creativa, en donde por un buen
proceso se llega a resultados esperados, pero cada día se aprende algo nuevo, y se sigue
adelante. Se explica, fija, evalúa, y se pasa a buscar otro objetivo.

 La institución educativa no tiene por qué asumir una responsabilidad única, ya que
son muchos los factores extraescolares que condicionan la falta de consolidación, que
tiene que ver con la memoria, y por lo tanto con la atención y concentración. Pero
debe buscar –a pesar de un período de desprestigio de la memoria-, revertir este
proceso. Uno de los méritos de la psicología cognitiva ha sido el retorno a focalizar los
procesos cognitivos básicos como la atención y la memoria, para tornarlas más
eficaces.
***
Jesucristo como Maestro trata de fijar en la memoria de sus oyentes ciertos
temas. Elige algunos centrales y los reitera usando distintos puntos de vista y de
distintos modos, pero siempre en relación a los intereses y necesidades primordiales de
sus oyentes. Por otra parte, el recurso que usa es el lenguaje bello y poético, concreto y
metafórico, lo que facilita la atención y la fijación. En estas formas poéticas acude
frecuentemente al paralelismo sinonímico y antitético: “Pedid y se os dará, buscad y
encontraréis, golpead y se os abrirá”9; o “Todo árbol bueno....todo árbol malo ...” 10.Como
los Evangelios fueron de tradición oral en principio las reglas memotécnicas que se
registran en ellos son numerosas. En realidad, en toda la literatura hebrea y en general
en toda “literatura didáctica” o con “fines didácticos”, es habitual encontrar abundantes
paralelismos y recursos para fijar las palabras que encierran el mensaje 11.

PRINCIPIO DE TOTALIDAD

El fundamento antropológico de este principio hay que buscarlo en la teoría de la


percepción, en tanto se afirma que el hombre percibe todos unificados, estructurados y
cualificados12. Este principio es en parte rescatado, revalorizado y reformulado por la
Gestalt. Precisamente el término Gestalt significa forma, estructura, configuración. Se
puede sintetizar esta teoría en la afirmación de que “el todo es más que la suma de las
partes”, que las unidades portan un significado no divisible en elementos simples. Este
principio se opone a lo sustentado por las posturas asociacionistas del tipo del empirismo
y conductismo.
Es preferible el término todos más que estructuras o formas, pues estas últimas
palabras admiten ser utilizadas vaciadas de contenido, como exigencias perceptivas casi
estéticas, en el caso de la teoría de la Gestalt, o como meras estructuras formales
lógicas, en el caso de otras posturas holísticas, sin que haya un fundamento en la unidad
ontológica y psicológica.
Este principio tiene por lo menos dos aplicaciones prácticas en el tema del
aprendizaje: una en cuanto al planteamiento curricular, la otra en cuanto al método.

a) En el primer caso exige presentar los contenidos didácticos en forma global,


con sentido unitario, y no en compartimentos estancos. Y la transposición didáctica se
9
Lucas, 11, 9.
10
Mateo, 7, 17.
11
Cfr. Lewis, C.S.: Reflections on the salms. New York, Harcourt Brace & Company, 1986.
12
Esta denominación es de Fabro.
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debe hacer de manera tal que la división o sectorización necesarias, respondan a criterios
científicos y no a parcializaciones arbitrarias. Hay que hacer constantemente
integraciones en la presentación de todas las asignaturas o contenidos, respetando el
principio de realismo, y considerando lo más posible la relación entre las disciplinas. En la
vida real, por otra parte, nos encontramos con objetos, hechos, problemas, no
segmentados de cualquier modo ni artificialmente. No se trata por tanto de relacionar
arbitrariamente las disciplinas.

b) En cuanto a lo metodológico, se trata de presentar -dentro de la asignatura


misma el material o el contenido en unidades significativas. Esto en lo que hace al
contenido del ciclo, del curso, del mes, de la semana, del día y de la hora de clase. Nunca
dar conocimientos aislados.
En otras palabras, se debe presentar siempre el conocimiento integrado en
unidades lo más reales posibles. Así, al planificar una asignatura se debe buscar cuál es
el eje vertebrador de la misma. Y con ocasión de cada conocimiento nuevo que se
presenta, ver qué relación tiene con dicho eje. Las unidades deben ser pocas, posibles de
retener en cuanto al número, los títulos, los contenidos y la estructura. Dentro de cada
una, visualizar los grandes núcleos temáticos. Y al dar cada tema es necesario buscar
todas las relaciones posibles. La realidad misma está integrada y relacionada. Los mapas
conceptuales o de otros tipos que muestran la ubicación –hasta de modo espacial- de las
relaciones significativas de los conceptos, los cuadros sinópticos, las revisiones y
evaluaciones integradoras ayudan a poner en práctica este principio.

VIVENCIA O PRINCIPIO DE MOTIVACIÓN

Este principio tiene que ver con los motivos vivos y concretos para aprender.
Para que haya aprendizaje efectivo es necesario que se dé un compromiso afectivo en él.
La motivación surge espontáneamente en una escuela que aprovecha la vida y prepara
para la vida real. Esto da a los contenidos una mayor significatividad para los alumnos.
Por ello hay que establecer relaciones con los conocimientos anteriores y con áreas que
se sabe que motivan por su particular relación con la vida de quien está aprendiendo.
Hay que partir desde el mismo alumno y sus experiencias, sus intereses, inquietudes,
curiosidades. Y tratar de elevarlos. Se aprende mejor cuando se está dispuesto, se quiere
aprender. Y esto sucede ordinariamente cuando se sabe qué se está estudiando y para
qué.
Este principio toma particularmente en cuenta el aspecto emocional del alumno,
ya que lo está preparando para la vida, en todos sus aspectos. Incluye por ello todas sus
dimensiones relacionales: con el sí mismo; con los otros, con la vida familiar, con sus
vínculos laborales, deportivos, sociales en general; con el mundo, con la naturaleza; con
Dios. Respecto a sí mismo, tiene que ver con la ayuda para la formación del
autoconcepto y de la autoestima, y el poder conocer y dominar sus propias emociones.

SOCIAL O PRINCIPIO DE APRENDIZAJE COOPERATIVO

Su fundamento es que el hombre es un ser social, propiedad derivada


inmediatamente de su esencia. El educando se inicia en el buen vivir y en la ciencia con
otros. Con modelos diversos en un aprendizaje comunitario. El aprendizaje familiar es la
matriz de todos los posteriores, hasta el punto de condicionar los estilos. Sin embargo,
parece que en la escuela –a pesar de estar con otros- el alumno está aislado. Incluso a
veces el trabajo en equipo significa sólo compartir un espacio.

PRINCIPIO DE PATRIA
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El aprendizaje social se da en un marco único: el de una Tradición, el de una


Nación, una ciudad, una sociedad, un barrio, un colegio. En este principio se hace
referencia a una mayor concreción de la tradición en cuanto ésta es marco y contenido
de la misma educación, como vimos en el principio de la experiencia. Su realización se
opone a la escuela “desarraigada”, abstracta. Tiene que ver con el marco que identifica al
grupo escolar: una cierta trascendencia histórica y de cara al futuro, el valor mismo de la
patria y la virtud de la piedad.
En este principio se puede distinguir un aspecto metodológico y uno pedagógico
más amplio. El primero, en cuanto a la selección de contenidos, a los ejemplos, al tipo de
estrategias a usar. El segundo se dirige más bien a la finalidad. Los fines y objetivos
educativos tienen que ser encuadrados y desgranados, concretizados para tal cultura,
país, ciudad, barrio, colegio, familia.

FORMAL.

Este principio se refiere a la “formación de fuerzas, capacidades y habilidades, la


ejercitación y ejercicio de las funciones espirituales y psíquicas (ejercitación de los
sentidos, de la capacidad de observación, de la facultad de razonar, de las habilidades
del lenguaje,… pero también de las energías emocionales y volitivas, etc.) (Stocker).
Se opone a la escuela que hace hincapié sólo en los contenidos (en el sentido
material de los mismos), sin atender a la formación que esos contenidos generan.
Educación formal, dice Stocker, es adquirir lo formal “en” los contenidos. Se trata
de formar las habilidades para que el alumno pueda más tarde, por sí mismo, adquirir,
buscar, seleccionar los contenidos a aprender. Es una forma del aprender a aprender,
aprender a emocionarse, aprender a pensar. Hoy hablamos de ciertos contenidos que son
formales en el sentido que habilitan para la adquisición de otros, como muchos de los
contenidos llamados procedimentales. Se puede considerar “contenido” todo aquello que
es enseñable. Se los suele clasificar en conceptuales, procedimentales y actitudinales.
Hay que llegar a un equilibrio, en este caso entre el aprendizaje material y el
formal. Simplificando las cosas, las corrientes conductistas insisten en los contenidos –
como resultados- mientras que las cognitivistas y constructivistas en los procesos,
habilidades y procedimientos.
Este principio hace también referencia al concepto de "uso" del hábito, es decir
que lo más importante es que el hábito pueda ser puesto en práctica, ser utilizado.
Todos aquellos aprendizajes básicos que deben ser considerados de modo especial
por ser necesarios para la concreción de otros aprendizajes, ponen en práctica este
llamado principio formal. Ellos son el aprender a leer, a estudiar, a pensar, y todo lo que
podría llamarse el aprendizaje emocional (no mero desarrollo emocional), que comprende
básicamente la formación del autoconcepto, la autoestima y en general, el control
emocional. En términos más clásicos hablaríamos de formación de virtudes y de recto
imperio, no despótico sino político de la razón sobre los sentimientos.

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