Artículo de revisión

Efectos de las nueces y almendras en la función cognitiva de la salud cerebral.

Fatima A. Robledo Mora, Dariana M. Nava Robles, Michelle A. Bejarano Taylor.

Resumen:
Abstract:

PALLABRAS CLAVE: “Alzheimer” “Nueces y almendras” “Demencia”

“Neurodegeneracion”.
 1.
2. Introducción
La enfermedad de Alzheimer (EA) es un
padecimiento neurodegenerativo que
provoca la pérdida gradual de la memoria
y el deterioro de las funciones mentales a
lo largo de un periodo que puede
extenderse de 5 a 20 años. Aunque
existen varios tipos de demencia, el
Alzheimer es la forma más frecuente
entre los adultos mayores, siendo
responsable de más del 60% de los casos
de demencia. Se destaca la relevancia del
estrés oxidativo y la neuroinflamación en
el proceso de envejecimiento y trastornos
cerebrales, con especial énfasis en la
proteína beta amiloide (Aβ) como factor
crucial. La investigación sugiere que la
inclusión de nueces en la dieta, gracias a
sus propiedades antioxidantes y
antiinflamatorias, podría ser una
estrategia beneficiosa para mejorar la
cognición y reducir el riesgo o la
progresión del deterioro cognitivo leve y
la enfermedad de Alzheimer, según
estudios en animales y humanos.
(Chauhan, Abha, y Ved Chauhan.).
En las últimas tres décadas, se han
observado cambios mundiales que
indican un alarmante aumento del 144%
en la prevalencia mundial de la
enfermedad de Alzheimer y demencias,
con un aún más preocupante incremento
del 184% en las tasas de mortalidad
relacionadas. Estos cambios y resultados
nos muestran un desafío significativo en
el diagnóstico, con largos períodos de
espera y un elevado porcentaje del 75%
de personas con demencia sin
diagnosticar, totalizando 41 millones de
seres humanos a nivel global. Los
gobiernos deben prepararse para una
creciente demanda de servicios de salud
debido al envejecimiento de la población,
diagnósticos mejorados y tratamientos
emergentes. (Rodríguez JJ, Gutiérrez
Herrera R, Guerra Hernández MA). En
las próximas partes, vamos a analizar la
información que sugiere que empezar lo
más pronto a comer nueces y almendras
en nuestra dieta diaria regularmente
podría ayudar a disminuir el riesgo o
retrasar el inicio y la progresión del
deterioro mental y la demencia porque
estos frutos secos contienen ciertas
sustancias que ayudan a combatir con el
estrés oxidativo y la inflamación mismos
que están relacionados con el
envejecimiento y la demencia debido a
sus componentes saludables que actúan
como antioxidantes y antiinflamatorios.
(Chauhan, Abha, y Ved Chauhan.).
2-Metodologia
Para la elaboración de este artículo se
realizó una investigación de artículos
científicos en los servidores
recomendados como google scholar,
pubmed, redalyc, scielo y elsevier
utilizando palabras claves como
“Alzheimer” “Nueces y almendras”
“Demencia” “Neurodegeneracion”. En
esta recopilación de artículos únicamente
de incluyeron en la búsqueda los artículos
publicados del 2014 al 2024 ya que la
información requerida debía ser actual.
Después de investigar durante 3 semanas,
reunimos alrededor de 22 artículos
científicos. De ese conjunto, elegimos
únicamente 10 para utilizar en este
trabajo. Descartamos los demás porque
no cumplían con los criterios necesarios:
algunos no eran relevantes, trataban
temas demasiado específicos, hablaban
solo sobre factores de riesgo, o incluían
información que no era necesaria para
nuestra revisión, dándonos como
resultado un enfoque más claro con las
referencias más representativas que se
ponen en conjunto con los objetivos
específicos del artículo.
3-Desarrollo
3.1 Como se produce la demencia y sus
principales factores de riesgo.
3.2 Factores que contribuyen al
desarrollo y la progresión de la
enfermedad del Alzheimer.
3.3 Genética y neurodegeneracion
Con el paso de los años, es común
enfrentarse a ciertos desafíos relacionados
con la memoria y otras funciones
mentales. La pérdida de recuerdos puede
llegar a ser una preocupación para
muchas personas mayores y sus familias.
La demencia afecta mucho a los adultos
mayores y es una de las principales
razones por las que necesitan ayuda para
vivir sus vidas diarias. Esto puede incluir
necesitar que alguien los cuide todo el
tiempo, lo cual puede ser difícil y costoso
tanto para la persona que necesita
cuidados como para la persona que los
proporciona. Un informe de la OMS y la
Asociación Mundial de Alzheimer dice
que América Latina y el Caribe tienen
más casos de demencia que cualquier otra
parte del mundo. Además, se espera que
esta cifra siga aumentando en el futuro.
En 2020, se estimaba que había alrededor
de 6 millones de personas mayores de 65
años con demencia en América Latina.
Pero para el año 2050, se espera que esta
cifra se triplique, llegando a 16 millones
de personas.
Los factores que pueden aumentar el
riesgo de demencia son cosas que no
podemos cambiar, como nuestros genes,
nuestra edad, el sexo, la raza o los
antecedentes familiares. Por ejemplo, a
medida que envejecemos, el riesgo de
demencia aumenta, y este riesgo se
duplica aproximadamente cada cinco
años después de cumplir los 65. Para
cuando alguien llega a los 85 años, el
riesgo es mucho mayor, alcanzando entre
el 35 y el 40 por ciento. Además, la
mayoría de los casos de demencia se
diagnostican después de los 75 años.
Tener familiares que hayan tenido
demencia también puede aumentar el
riesgo. De hecho, se estima que los
factores genéticos explican alrededor del
40% del riesgo de desarrollar enfermedad
de Alzheimer, uno de los tipos más
comunes de demencia. Pero comprender
completamente cómo estos genes afectan
el riesgo de demencia es complicado. Se
cree que la interacción entre nuestros
genes y el medio ambiente juega un papel
importante. Además, ciertos genes, como
el alelo e4 del gen de la apolipoproteína
E, han sido asociados con un mayor
riesgo de desarrollar enfermedad de
Alzheimer.
La enfermedad de Alzheimer, que es el
tipo más común de demencia, es un
trastorno que progresa lentamente con el
tiempo. Comienza generalmente con
problemas de memoria y puede incluir
otros síntomas como dificultad para
comunicarse, realizar tareas cotidianas o
cambios en el comportamiento. Muchas
personas con demencia también
experimentan síntomas depresivos, como
pérdida de apetito, problemas para dormir
y ansiedad. Estos síntomas no solo
afectan a la persona que las experimenta,
sino también a quienes los cuidan. Es
importante abordar estos desafíos con
comprensión y apoyo para garantizar la
mejor calidad de vida posible para todos
los involucrados. (Llibre-Rodríguez JJ,
Gutiérrez Herrera R, Guerra Hernández
MA, 2022)
3.4 Papel de la nutrición en la
prevención de EA.
3.5 Componentes antioxidantes y
antiinflamatorios de las nueces y
almendras.
Las nueces son ricas en antioxidantes,
porque tienen un contenido alto de
flavonoides, ácido fenólico (como el
ácido elágico), melatonina, ácido fólico,
gamma tocoferol (vitamina E), selenio,
juglona y proantocianidinas. Además,
contienen una cantidad notablemente
buena de ácido n-3 α-linolénico (ALA),
un tipo de ácido graso omega-3 vegetal
que se conoce en la nutrición por sus
fuertes y excelentes propiedades
antiinflamatorias.
En comparación con 1113 alimentos que
se estuvieron comparando por su
contenido antioxidante, las nueces se
clasificaron en segundo lugar. Entre los
frutos secos, las nueces toman un
posicionamiento alto en eficacia
antioxidante, destacándose por su alto
contenido fenólico, superando a
almendras, anacardos y pasas. En
comparación con otros alimentos, se
encontró que 50 g de nueces tienen un
contenido fenólico significativamente
mayor que un vaso de 8 onzas de jugo de
manzana, un vaso de 5 onzas de vino tinto
o una barra de chocolate con leche.
A diferencia de la mayoría de los frutos
secos que tienen grasas monoinsaturadas,
las nueces se distinguen al tener
principalmente grasas poliinsaturadas,
siendo 2.5 g de este ácido α-linolénico
(ALA). El ALA es precursor de ácidos
grasos conocidos por sus efectos
antiinflamatorios, como el ácido
eicosapentaenoico (EPA) y el ácido
docosahexaenoico (DHA). Además, las
nueces aportan proteínas (4 g/oz), fibra (2
g/oz), fósforo (10% del valor diario) y
magnesio (11% del valor diario).
(Chauhan, Abha, y Ved Chauhan.)
Gracias a los avances tecnológicos y a
estudios que se han realizado con la
finalidad observar y ver cómo la dieta y el
consumo de nueces afectan la función
cognitiva han observado resultados
favorables para este tipo de padecimiento.
Existe investigaciones hechas en el
pasado que sugieren que una dieta rica en
ácidos grasos omega-3 y antioxidantes
podría estar relacionada con un menor
riesgo de enfermedad de Alzheimer (EA).
Las nueces y almendras, al contener
ambos componentes, han sido objeto de
atención en este contexto.
Un estudio realizado por O´Brien explica
que adultos mayores incorporaron un
15% de sus calorías diarias a través de
nueces durante 2 años mostró mejoras
significativas en las pruebas cognitivas en
comparación con aquellos que no
consumieron nueces. Otro estudio de 16
semanas con adultos mayores con
sobrepeso u obesidad reveló que el
consumo diario de 30 g de nueces mejoró
la función cognitiva en comparación con
un grupo que no consumió nueces.
Es importante destacar que el consumo
regular de nueces ya ha demostrado
beneficios para la salud del corazón,
reduciendo el riesgo de enfermedades
cardíacas y mejorando los factores de
riesgo cardiovascular. Dado que la salud
del corazón y la salud cerebral están
conectadas, los beneficios de las nueces
para el corazón también podrían tener un
impacto positivo en la protección contra
el deterioro cognitivo. (Pandareesh,
Mirazkar D., Ved Chauhan, y Abha
Chauhan. 2018)
3.6 Estudios en animales
Los ratones transgénicos APP (AD-tg),
con una modificación genética vinculada
a la enfermedad de Alzheimer (EA), son
un modelo valioso para la investigación
de esta enfermedad en animales debido a
sus deficiencias en la memoria y la
acumulación de ciertas proteínas
cerebrales. Al recibir una dieta estándar
sin nueces, estos ratones AD-tg
exhibieron deterioro cognitivo, ansiedad y
dificultades motoras, así como problemas
para aprender tareas espaciales en
comparación con sus contrapartes
normales. Sin embargo, cuando se les
proporcionó una dieta enriquecida con
nueces (aproximadamente 6% o 9% de su
ingesta total de alimentos), se observaron
mejoras significativas en la memoria, el
aprendizaje, la movilidad y la ansiedad de
los ratones AD-tg. En otro estudio con
ratas de edad avanzada (alrededor de 19
meses), se encontró que una dieta con un
6% de nueces mejoraba sus habilidades
cognitivas y motoras. Se ha identificado
Pandareesh, Mirazkar D., Ved Chauhan, y
Abha Chauhan. «Walnut
Supplementation in the Diet
Reduces Oxidative Damage and
Improves Antioxidant Status in
Transgenic Mouse Model of
Alzheimer’s Disease». Journal of
Alzheimer’s Disease 64, n.o 4 (24
de julio de 2018): 1295-1305.
https://doi.org/10.3233/JAD-
180361.
Chauhan, Abha, y Ved Chauhan.
que la Aβ, asociada con la EA, puede
causar daño celular al aumentar los
niveles de ROS. Sin embargo, el extracto
de nuez parece proteger las células del
daño causado por la Aβ e incluso prevenir
la muerte celular en algunos casos. En un
experimento con células PC12, se
observó cómo el extracto de nuez
afectaba al daño celular inducido por la
Aβ, la producción de ROS y la apoptosis.
Además, investigaciones en ratones con
una condición similar a la EA sugieren
que una dieta con nueces puede atenuar el
daño por estrés oxidativo y mejorar la
capacidad antioxidante. Los ratones que
recibieron una dieta con nueces mostraron
niveles más bajos de ROS y menos daño
celular, con una mejora en la actividad de
sus enzimas antioxidantes.
Sorprendentemente, una dieta a largo
plazo con nueces demostró ser más
beneficiosa que una exposición más
breve. En resumen, las nueces parecen
ejercer un efecto protector contra el estrés
oxidativo y el daño asociado con la EA,
promoviendo la salud cerebral a largo
plazo. (Chauhan, Abha, y Ved
Chauhan.2020)
«Beneficial Effects of Walnuts on
Cognition and Brain Health».
Nutrients 12, n.º 2 (20 de febrero
de 2020): 550.
https://doi.org/10.3390/nu120205
50.
Llibre-Rodríguez JJ, Gutiérrez Herrera R,
Guerra Hernández MA.
Enfermedad de Alzheimer:
actualización en su prevención,
diagnóstico y tratamiento.
Rev haban cienc méd [Internet]. 2022
[citado ]; 21(3):e4702. Disponible
en:
http://www.revhabanera.sld.cu/ind
ex.php/rhab/article/view/4702