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El hermetismo educativo y la crisis de la pedagogía.

Franklin Guerra Gallego

Asesor de Prácticas

Wilmar Arley Jiménez Taborda

Semestre Actual (10)

Universidad Católica Luis Amigó-Facultad de Psicología

Medellín

2021
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El hermetismo educativo y la crisis de la pedagogía.

“La escuela de hoy castra la creatividad, la anula y la elimina. La escuela que tenemos en
occidente murió, ya fracasó en su modelo educativo, ya no puede ir más”. Guillermo Carvajal
psicoanalista de niños y adolescentes.
Cuando se habla del sistema educativo, ¿realmente se sabe que es?, ¿Cuál es la situación
actual de la educación en Colombia?, ¿ha habido algún cambio con respecto a las formas de
enseñanza?, el presente ensayo pretende argumentar, cuestionar dichas interrogantes frente las
diferentes posturas teóricas que permiten hacer un análisis crítico y reflexivo en cuanto a la
necesidad de realizar cambios significativos en las estructuras e instituciones en base a los
métodos de enseñanza y las diferentes estrategias pedagógicas.

El ministerio de educación Nacional de Colombia, bajo la Ley 115 de febrero 8 de 1994,


define la educación como: “Un proceso de formación permanente, personal cultural y social que
se fundamenta en una concepción integral de la persona humana, de su dignidad, de sus derechos
y de sus deberes” (Mineducación, 1994, párr.1). A su vez, es un derecho que tienen las personas,
funciona como servicio público y además tiene una función social según la necesidad, el interés
que tengan, las personas, la familia y la sociedad. Dicho servicio expresa tiene el fin de velar,
“Por la mejor formación moral, intelectual y física de los educandos” (Mineducación, 2020,
párr.2).

Desde que se creó la Ley 115 de 1994, el país y el mundo en general han pasado por
cambios importantes que han transformado y modificado las forma de ser y hacer en la sociedad,
con el surgimiento de las nuevas tecnologías y la globalización, se supondría que, ese proceso de
formación permanente que es personal, cultural y social se adaptara a esa función social en base
a las nuevas y diferentes necesidades de toda la población colombiana. Y, ¿Realmente es esto
así?, ¿ha habido cambios significativos en estos 27 años contando a partir de la creación de la
Ley 115 en Colombia?, la respuesta a esta pregunta la dan el equipo de psicólogos, Castro et al.
(2004), al referirse a la crisis actual del sistema educativo.

Castro et al. (2004), mencionan que, es necesario un cambio y mejoramiento en la


educación, ya que expresan los autores, por varios años se ha planteado el problema de la
educación impartida en las instituciones, debido a que las prácticas que se dan dentro del sistema
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educativo se mantienen intactas hasta el día de hoy. Estas prácticas, Castro et al. (2004), tienen
que ver con el quehacer diario, sus relaciones, procesos y sus vivencias con respecto a las formas
y dinámicas relacionales, y es allí donde se presenta el mayor obstáculo para la búsqueda de
nuevas alternativas.

Entonces la educación se instaura según lo anterior, en base a las relaciones y sus


acciones diarias, por tal motivo, el mayor desajuste en cuanto a las funciones cotidianas se da,
Castro et al. (2004), donde se construye la pedagogía, en el cual el maestro ocupa la posición de
privilegiado, manteniendo y ayudando a la perpetuación de la posición subordinada dentro del
sistema educativo. Con ello sintetizan las autoras, se reduce el trabajo colectivo en la forma de
vivir y de abordar el trabajo interdisciplinario, quedando excluida la comunidad educativa.

De esta manera, Castro et al. (2004), la problemática educativa, tiene un trasfondo con
respecto a la organización y participación de los maestros en relación con lo pedagógico y a la
manera de vincular los diferentes contextos sociales en cuanto a las restricciones histórico-
socioculturales del aprendizaje reduciendo el paso de lo general a lo particular.

Pareciera ser, que dentro de las instituciones educativas se repitiera una y otra vez los
mismos temas y conceptos, las mismas formas, el mundo evoluciona y se transforma
aceleradamente, sin embargo los métodos de enseñanza institucional quedaron congelados,
estáticos, es cómo si el tiempo no transcurriese, una máquina del tiempo, es un viaje al pasado,
viviendo el presente, es la amarga sensación de que dentro de la aulas se perdiera la variedad, la
diversidad y solo quedaran robots listos para ser programados.

Asimismo, el célebre filósofo y pedagogo Colombiano Estanislao Zuleta, declara que,


Zuleta, (2010), la educación actual solo se encarga de transmitir datos, conocimientos y
resultados de estudios que realizaron otras personas, pero no se enseña a pensar y se reprime el
pensamiento del estudiante, no se le respeta y no se le considera un pensador. Con ello, la
educación procede simplemente de la intimidación del maestro al estudiante.

Mientras el alumno y el profesor estén convencidos de que hay uno que sabe y
otro que no sabe, y que el que sabe va a informar e ilustrar al que no sabe, sin que
el otro, el alumno, tenga un espacio para su propio juego, su propio pensamiento y
sus propias inquietudes, la educación es un asunto perdido. (Zuleta E. 2010, pág. 12).
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Finalmente, Zuleta, (2010), puntualiza que, la educación en la actualidad es, que el


estudiante rinda cuentas sobre sus resultados, es tomada la enseñanza cómo una producción y
mercancía según las demandas y necesidades del mercado, por lo que, la educación, se ocupa de
preparar a los estudiantes para el trabajo con respecto a las necesidades de los diferentes sectores
de la economía.

Es claro pues, que la pedagogía, se ha convertido en un instrumento de adoctrinamiento y


formación de herramientas de producción para el mercado, pero, ¿Donde queda el pensar, la
construcción del conocimiento, las investigaciones, la reflexión crítica y los diálogos de
saberes?, hablan de la educación con calidad pero, ¿cómo se mide la calidad?, en base a unos
estándares, unas puntuaciones, unos resultados frente a unas estadísticas generales, el aprendizaje
en datos cuantificados.

Esto se puede evidenciar en la actualidad en las instituciones educativas, cuando se mide


el aprendizaje según los resultados de la memorización y repetición de la información y cuando
el estudiante no obtiene el resultado esperado, que fue obtenido de manera cuantificada, “tiene
un problema”, no está aprendiendo, tiene dificultades académicas y es etiquetado como, “mal
estudiante”, cuando esto sucede es direccionado al “docente orientador”, un profesional en
psicología para que lo corrija, encuentre cuál es su problema y lo resuelva. Paralelamente,
también se califica al docente de mal educador y al psicólogo, de productivos o no, y son buenos
profesionales, solo si logran, “salvar”, orientar nuevamente al estudiante con dificultades en el
aprendizaje y que el estudiante repita cómo loro la información impartida y saque un buen
ranking en las puntuaciones de “calidad”, evaluadas cuantificadamente.

En otras palabras, el doctor Alvaro Ramirez, psicólogo con maestría en educación y


doctorado en humanidades, relata que, Ramirez, (2020), ese deber ser del psicólogo educativo
incluye los nombrados discursos hegemónicos, marcando el rol del psicólogo dentro de las
instituciones cómo algo que se debe cumplir de manera obligatoria, además, prosigue el autor,
existen unas condiciones históricas frente a la interacción de algunos agentes, que generan
conflictos y coartan la autonomía debido a las estructuras, organización, legitimación y
consagración de algunos productos y formas.
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Agregando a lo anterior, Ramirez, (2020), se refiere a las instituciones académicas en


términos de una empresa y supone, que existe una continua secuencia de poderes en una
interacción entre agentes, disciplinas, ciencias y saberes que generan una estructura reguladora
que funciona cómo fibras imperceptibles, imponiendo así, algunos discursos a los que se les
atribuye el dominio y la contención de algunos discursos institucionalizados que no son
necesariamente de la profesión psicológica, evidenciando con esto, características hegemónicas.

Este asunto está ligado al fenómeno de la profesionalización: la inserción laboral de los


psicólogos en unos cargos y en unas funciones que están en directa relación con los
discursos dominantes, que a su vez requieren recursos técnicos para la contención
social de lo disfuncional (Rossi et al., 2009). Citado en, (Ramirez, 2020, pág. 18).

Nuevamente se vuelve a relacionar el mercado y el consumo con las interacciones y


relaciones sociales, está el producto y el supervisor de calidad que valida cual es apto y cuál no,
según unos estándares generales, una copia perfecta de otra, una réplica, una línea recta hacia el
moldeamiento y modelamiento, hay un solo propósito institucional homogeneizar a los
estudiantes y prepararlos para ser producto de una sociedad no crítica y consumista, un
condicionamiento perfecto, con un falso panorama de libertad, el resultado una masa hermética
no pensante.

Otro aspecto importante, lo aporta Freire, (2005), trayendo el concepto de, “educación
bancaria”, considerada cómo un instrumento de opresión, en ella, compara la educación al acto
de transferir, depositar una información, en la que los educandos, “estudiantes” se convierten en
vasijas, en meros recipientes para que el educador pueda llenarlos, “cuanto más vaya llenando
los recipientes con sus “depósitos”, tanto mejor educador será. Cuanto más se dejen “llenar”
dócilmente, tanto mejor educandos serán”, ( Freire, 2005, pág. 78).

Esto nos lleva, a realizar una reflexión y un pare en cuanto al papel que juegan los
maestros y los estudiantes en las dinámicas y praxis educativas en relación a la pedagogía.

Ya que es desde allí, donde se pueden generar las transformaciones hacia una nueva
forma de aprendizaje, una educación construida genuinamente por el interés en la investigación,
pensamiento crítico y la creatividad, sin relaciones de poder ni adoctrinamientos.
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Tal cómo, lo propone, Freire, (2005), generar una educación liberadora, y esta, debe
empezar en la conciliación de saberes, en la superación de la discrepancia educador-educando,
esto, “debe fundarse en la conciliación de sus polos, de tal manera que ambos se hagan
simultáneamente, educadores y educandos”, ( Freire, 2005, pág. 79).

En conclusión, es necesario deconstruir y descolonizar la educación, inicialmente de los


discursos dominantes y de poder, que en vez de generar una praxis transformadora por medio de
la pedagogía, lo que generan es un sistema de opresión y de adoctrinamiento consumista y
capitalista que mantienen y perpetúan el “status quo”. Para poder llevar a cabo este cometido, se
requiere además de la conciliación educador-educando, Ausubel, (1980), modificar el tipo de
enseñanza de memorización y repetición a uno más crítico y significativo donde el estudiante
encuentre sentido y relación desde lo fenomenológico y la experiencia con el contenido
impartido. Anexando, que el contenido realmente permita fomentar la creatividad, el
pensamiento crítico y reflexivo de los estudiantes frente a los contextos actuales.

Seguidamente, es importante comprender que la pedagogía, no solo se forma dentro de


las aulas y en las instituciones cómo medios de formación formal, sino que también se
desenvuelve en un campo social- comunitario donde participan otros tipos de saberes. de ahí que,
Ramirez, (2020), construir comunidades educativas donde se puedan integrar y participar en la
formación pedagógica diferentes disciplinas que permitan distintas miradas y posibilite
incorporar el potencial cultural, incluyendo padres, estudiantes, maestros, entre otros.

Por último, el psicólogo Kenneth Gergen, plantea que, Gergen, (2006), el


construccionismo relata que, el saber, la razón, la moral reside en las relaciones humanas, en ella
se da un intercambio discursivo por medio del lenguaje que permite, no solo el reconocimiento
de las prácticas tradicionales sino también, la creación y el enriquecimiento de nuevas formas de
comunicación que transforman y producen la constitución de nuevas realidades.

Referencias

Ausubel D., (1980), Psicología Educativa. Un punto de vista cognoscitivo. Editorial Trillas.
México.

Castro M., Domínguez M., Sánchez Y., (2004). Psicología, Educación y Comunidad. Almuneda
Editores
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Freire P., (2005), Pedagogía del oprimido, [Traducido de Jorge Mellado]. Segunda edición, Siglo
XXI editores S.A. de C.V, México.

Gergen Kenneth J, (2006). Construir la realidad, el futuro de la psicoterapia, [Traducción de


Ferran Meler-Ortí]. De todas las ediciones en castellano, Espasa Libro, S. L. U, Barcelona,
Paidós.

(Ministerio de Educación Nacional de Colombia, 2021)


https://www.mineducacion.gov.co › articles-8590.

Ramirez A. (2020). El campo de la psicología educativa en Colombia: génesis y estructura.


Editorial EAFIT.
https://editorial.eafit.edu.co/index.php/editorial/catalog/download/79/90/269?inline=1

Revista Semana. (2019). El problema de la educación actual. [Archivo de Video].


https://youtu.be/uxPswHrfn-s

Zuleta E. Educación Y Democracia: Un campo de combate, (2010). Biblioteca libre, virtual.


https://omegalfa.es › downloadfile › educacion-y-

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