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DEFINICIÓN
ETIOLOGÍA
FACTORES PREDISPONENTES
El retículo se encarga de elegir el contenido ruminal que debe ser rumiado para
que se reduzca de tamaño, esto se logra a través de sensores de tacto y presión,
además del tamaño de las partículas.
PATOGENIA
FORMAS DE PRESENTACIÓN
SIGNOS CLÍNICOS
DIAGNÓSTICO
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Fiebre de leche
Reticulopericarditis traumática
Desplazamiento del abomaso
Sondaje Nasoesofágico:
Trocarización:
Fístula ruminal:
PREVENCIÓN
BIBLIOGRAFÍA
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Autor (es): M.V Alfredo Delgado, M.V. Milena Montenegro y M.V. Rocío Sandoval
HISTORIA
Doctor, lo llamo porque mi vaca “paquita” que parió hace una semana, se encuentra francamente mal. No se mueve
con normalidad permanece parada mucho tiempo, su producción de leche estaba en 30 litros ayer y hoy sólo ha dado
4 litros, no come no rumia y le he tomado la temperatura y está en 41 ºC (a las 6 AM), tiene el lomo arqueado, ante
esto se ha aplicado dos litros de dextrosa al 50% y antibiótico de amplio espectro sin mejora al momento, esta vaca
vive en su corral en donde le administramo chala picada y el concentrado comprado en un molino de la zona. Cuando
la obligamos a moverse se queja como si le doliera algo.
Definición
Este proceso tiene lugar cuando un cuerpo extraño, metálico o no, de naturaleza puntiaguda se aloja en el interior del
retículo y, como consecuencia de los movimientos de éste, acaba perforando su pared. Este hecho conduce a la
inflamación e infección de la zona afectada. El proceso inflamatorio y el dolor que se generan provocan
hipomotilidad del rumen, interrupción parcial de flujo alimenticio y anorexia (9). Esta patología tiene varios
sinónimos: Vaca clavada, gastritis traumática, reticulitis traumática, hardware disease.
ETIOLOGÍA
Bajo condiciones normales la vaca ingiere objetos metálicos (mezclados con el Reticuloperitonitis a cuerpo extraño
Alfredo Delgado, M.V., MSc(*) Milena Montenegro, MV(**) Rocío Sandoval, MV(*) alimento), como clavos o
pedazos de alambre, que entran directamente en el rumen y luego pasan al retículo, y se ubican en la parte
craneoventral del retículo, por las contracciones ruminales (6). Algunas encuestas en mataderos han demostrado que
más del 50% del ganado contiene objetos extraños de metal, madera o piedra en el retículo (1).
Los cuerpos extraños metálicos encontrados, por orden decreciente, son: alambres y clavos de longitud y espesor
variable, agujas hipodérmicas, ganchitos, agujas de coser y bordar, alfileres, hojas de tijeras o tijeras enteras, hojas de
cuchillo, navajas pequeñas abiertas, etc. (10). A la conducta de ingestión del bovino además de la deglución
accidental de objetos metálicos, pueden asociarse enfermedades que producen pica, como déficit de fósforo (11).
EPIDEMIOLOGÍA
Incidencia
El ganado vacuno de leche adulto es el que se afecta con mayor frecuencia, pero también las crías y los animales
jóvenes, tanto de carne como lecheros, así como las ovejas y cabras pueden sufrir este proceso, pero la incidencia es
baja. En una serie de 1400 necropsias realizadas, el 93% de los casos eran reses mayores a 2 años, con un 87% en
ganado lechero (8). A pesar de ser una de las enfermedades más antiguas identificadas en las vacas todavía se
presenta con frecuencia relativamente alta en la explotación lechera moderna.
Factores de riesgo
Uno de los factores de riesgo en vacas es la falta de discriminación bucal de los objetos que pueda haber en el
alimento que no mastican completamente antes de deglutir (6). La enfermedad es común cuando se prepara ensilado
y heno procedente de campos que contienen cercas alambradas, alambre para fardos. Los insumos para el
concentrado también suelen contener cuerpos extraños debido al manejo e incorporación accidental de metales (6).
Otro factor que permite la deglución de cuerpos extraños es la anatomía de la lengua que posee superficie rugosa
favorecida además por la dirección caudal de las papilas que hace que la expulsión de los cuerpos extraños de la boca
sea difícil (8). La anatomía del retículo permite la retención del cuerpo extraño ya que el orificio retículo-omasal se
eleva por encima del suelo de la víscera, lo que tiende a retener objetos pesados en este compartimento, donde
además la mucosa en forma de panal de abeja actúa como trampa para los objetos afilados (6). Además de la
anatomía del retículo las contracciones reticulares promueven la penetración de la pared por el objeto extraño. La
compresión ruminorreticular por acción del útero al final de la preñez y el esfuerzo durante el parto aumentan la
probabilidad de una penetración inicial del retículo y también pueden interrumpir adherencias causadas por una
penetración anterior (6).
La progresión del cuerpo extraño se ve favorecido por: el aumento de la presión intra abdominal; los movimientos
rítmicos del diafragma; las contracciones violentas de los músculos de las paredes abdominales que se dan en un mal
transporte de los animales, en el empadre al realizar los toros el acto del salto en vacas en celo (10).
IMPORTANCIA ECONÓMICA
La enfermedad es de gran importancia económica debido a la pérdida de la producción que causa y al alto índice de
mortalidad. Muchos casos no se reconocen, y muchos otros muestran recuperación espontánea. En los países
industrializados, probablemente existan cuerpos extraños metálicos en el retículo de incluso el 90 % de los bovinos
normales, y pueden existir lesiones traumáticas residuales incluso en el 70 % de las vacas lecheras. De los animales
que aparecen clínicamente enfermos, cerca del 25% sufre complicaciones incurables. Puede esperarse que el otro
75% se recupere por completo con tratamiento conservador o mediante alguna intervención quirúrgica convencional
(8).
PATOGENIA
Los hábitos de alimentación indiscriminada del ganado bovino conducen al consumo accidental de cuerpos extraños.
Los que tienen alta densidad específica se asientan inicialmente en la parte baja del rumen. Los posteriores ciclos de
contracción del estómago anterior mueven esos objetos desde el rumen al retículo, donde a causa del peso de los
objetos se hunden hasta llegar al piso del mismo (11). Los objetos extraños que se quedan en la región superior del
esófago pueden causar obstrucción, o en el surco esofágico y causar vómito, pero en la mayor parte de los casos
pasan al retículo, donde pueden permanecer sin consecuencias o fijarse a las paredes (8).
La penetración se produce como resultado de las contracciones ruminales y reticulares y es favorecido por la
estructura en celdillas de la mucosa reticular (8). Al entrar en la pared del retículo el alambre podrá continuar hasta
alcanzar el peritoneo (1). La mayor parte de las perforaciones se producen en la parte inferior de la pared craneal del
retículo, con la posible excepción de las que se producen lateralmente en dirección hacia el bazo y medialmente
hacia el hígado (8).
En casos de perforación se desarrolla inflamación en las capas perforadas del retículo, el animal manifiesta dolores
locales débiles y que a la palpación se reconocen como un engrosamiento local de las celdillas del retículo:
Reticulitis traumática simple. Si el cuerpo extraño regresa al lumen del retículo, la herida cicatriza en poco tiempo.
El cuerpo extraño puede quedar allí descomponiéndose paulatinamente, puede ser expulsado por el intestino o con la
rumia o puede lesionar nuevamente la pared (5).
En conclusión, el objeto extraño puede penetrar en la pared del retículo con sólo inflamación intramural; perforar la
pared del retículo, penetrar en la cavidad peritoneal y crear una peritonitis localizada, o por último migrar en las
cavidades peritoneales y torácicas. Si existiera un imán en la cavidad reticular el cuerpo extraño podría fijarse a él sin
causar enfermedad clínica (11).
La reacción inicial a la perforación es la de una peritonitis local aguda, y en casos provocados experimentalmente el
cuadro clínico comienza unas 24 horas después de la penetración. El escape de líquido ruminal con microorganismos
propios del rumen y sumado a esto los patógenos traídos por el cuerpo extraño generan un cuadro infeccioso-
inflamatorio. Si el cuerpo extraño se desprende y permanece en la cavidad reticular es posible la curación espontánea
(8).
Esta intensa respuesta inflamatoria aguda incluye degranulación de células cebadas peritoneales con liberación de
sustancias vasoactivas. Así se crea un flujo neto de líquido rico en complemento y opsoninas séricas que pueden
unirse a las bacterias. El epiplón contribuye al mecanismo de defensa mediante adhesión a un área infectada o
dañada para separar el sitio del problema. Finalmente, el rápido movimiento de neutrófilos, y más tarde, de
macrófagos, es también un mecanismo importante de control de la infección (11).
Según la gravedad de la peritonitis, la parte ventral del retículo presenta distintos grados de adherencia al suelo
abdominal y al diafragma. La peritonitis local persistente, con o sin absceso, da lugar a una disminución de la
motilidad del complejo reticulorruminal, inapetencia o anorexia, apetito caprichoso, timpanismo ruminal crónico,
febrícula persistente, dolor abdominal en la palpación profunda y alteraciones en las heces y hemograma. La
inmovilización del retículo altera su función de eliminación, con defecación de heces muy fragmentadas
caracterizadas por un aumento en la proporción de partículas de gran tamaño (8). La ecografía en estos casos revela
que las contracciones bifásicas del retículo son más lentas de lo normal, o ineficaces y que su número esta
disminuido (8).
La diseminación de la inflamación con aparición de peritonitis generalizada puede tener lugar en las vacas que paren
en el momento de la perforación, así como en el ganado obligado a realizar ejercicio. La peritonitis generalizada da
lugar a toxemia, estasis en el sistema digestivo, deshidratación y shock (8). En la peritonitis séptica difusa aguda se
observan comúnmente hipovolemia, hipoproteinemia, bacteriemia o septicemia y toxemia.
COMPLICACIONES
Entre las complicaciones más frecuentes que se tienen: pericarditis traumática, indigestión vagal, hernia
diafragmática y los abscesos traumáticos del bazo y del hígado (8). El objeto puede penetrar el diafragma y entrar en
la cavidad torácica (causando pleuritis y algunas veces neumonitis) y en el saco pericárdico (causando pericarditis,
algunas veces seguida de miocarditis, endocarditis y septicemia). En ocasiones, el hígado o el bazo pueden ser
perforados y se infectan, lo que resulta en formación de abscesos o incluso puede desarrollarse septicemia (6).
SIGNOS CLÍNICOS
Una vez que un cuerpo extraño metálico perfora la pared del retículo, se manifiestan los signos clínicos. Estos signos
son sumamente variables y están influidos por la región anatómica y por la profundidad de la perforación; por la
lesión asociada de vísceras abdominales o torácicas; por las características físicas del objeto punzante; y por el estado
de gestación o de lactación de la vaca afectada (4).
De manera característica, el comienzo es brusco, con anorexia completa y notable descenso de la producción láctea,
generalmente hasta sólo un tercio o menos de la producción normal. Estas alteraciones tienen lugar en un periodo de
12 horas y es típico su inicio súbito. En la mayor parte de los casos se reconoce dolor abdominal subagudo (8).
El ganado bovino afectado puede estar erguido con el lomo arqueado o resistirse a la flexión ventral del lomo con
presión ventral en la cruz. Algunas reses mugen espontáneamente cuando se les fuerza a moverse o al defecar u
orinar. Puede observarse taquicardia, rechazo a moverse o a tumbarse, estreñimiento o codos abiertos (en abducción).
También fiebre (39.4 a 40.5 °C), expresión angustiada, rumen con motilidad disminuida acompañada, o no, de
timpanismo ligero, heces de consistencia casi normales, y dolor abdominal localizado en el abdomen craneal ventral,
cerca del apéndice xifoides (4). La frecuencia respiratoria generalmente es superficial y rápida (6). Estos signos
típicos remiten a menudo en 1 o 2 días, lo que dificulta el diagnóstico (11).
Las vacas afectadas con peritonitis crónica localizada tienen pérdida de peso, pelo enfermizo, anorexia intermitente,
producción de leche disminuida, modificación de la consistencia de las heces, y disfunción del rumen con o sin
timpanismo ligero. Estas vacas pueden adoptar postura arqueada y manifestar dolor abdominal detectable (4).
La ingestión de alimentos y las heces están reducidas y presentan un aumento de la cantidad de partículas no
digeridas, y la producción láctea permanece baja. Los signos de dolor abdominal craneal se hacen menos evidentes y
la temperatura rectal habitualmente vuelve a la normalidad a medida que la inflamación aguda se abate y la
contaminación peritoneal es encapsulada. Algunos animales padecen una indigestión vagal crónica, posiblemente
debida a adherencias que se forman después de la perforación por el cuerpo extraño, particularmente las localizadas
en el retículo ventromedial (6).
El desarrollo de una peritonitis difusa aguda se manifiesta por la aparición de toxemia profunda después de 24-48
horas de haberse producido la peritonitis local. Los movimientos digestivos cesan por completo, la depresión es
acentuada y la temperatura puede ser un poco superior a la normal o incluso puede ser menor de lo normal en los
casos graves, especialmente los que se presentan poco después del parto. La frecuencia del pulso se eleva a 100-120
pulsaciones/minuto, y es posible provocar un quejido de dolor mediante la palpación de cualquier punto de la pared
abdominal. Por lo común, esta fase va seguida de otra de colapso rápido e insuficiencia circulatoria periférica en la
que, por contraste, todas las respuestas dolorosas han desparecido. La fase terminal se caracteriza por postración en
decúbito y depresión del animal. (8)
DIAGNÓSTICO
Es importante el diagnóstico diferencial de otras enfermedades caracterizadas por estasis del tracto gastrointestinal,
ya que sus síntomas son similares (6).
El quejido característico se puede provocar de distintas maneras, especialmente mediante las pruebas de dolor para el
cuerpo extraño. Se obtienen mejores resultados auscultando simultáneamente con el estetoscopio la laringe o
palpando con la palma de la mano vibraciones laríngeas (5).
Puede basarse en la historia, si se dispone de ella, y los hallazgos clínicos, si el animal se examina en las fases
iniciales. Si no se cuenta con una historia fidedigna y si la afección ha estado presente durante varios días o más, el
diagnóstico es más difícil (6).
Prueba del pellizco
Normalmente, al pellizco de la cruz de los bovinos arquean el dorso hacia abajo, esto produce una desituación de los
órganos del abdomen pero sin causar molestias en el animal. Un bovino con reticuloperitonitis traumática al ser
pellizcado siente dolor porque el retículo y el peritoneo están dañados, en ese momento emite un quejido que se
escucha como una espiración entrecortada, la presencia de este sonido indica que la prueba es positiva. Para realizar
esta prueba es bueno colocar la mano a la altura de la cruz, de manera que nuestra maniobra no resulte sorpresiva
para el paciente. Si es necesario repetir la prueba, debemos esperar que el paciente recobre la posición original. Casi
siempre se requiere hacer la prueba varias veces para evaluar detenidamente un caso de reticuloperitonitis
traumática. (Foto 1)
Consiste en colocar un palo de 2 a 3 m, a uno o dos palmos detrás del apéndice xifoides, en posición perpendicular y
debajo del bovino, de manera que el centro del palo quede caudal a la apófisis xifoidea del esternón para explorar la
zona de proyección del retículo; el palo deber ser mantenido en contacto con el paciente por dos ayudantes y
teniendo cuidado de no tocar huesos costales. Ubicado el palo, el clínico se coloca delante del animal, pegándose a
las fosas nasales del paciente y da la orden de levantar el palo, los ayudantes deben elevar y bajar el palo en un
movimiento, el clínico determina si hay quejido o no, si lo hay, la prueba es positiva.
Cuando accidentalmente tocamos las costillas durante esta maniobra, el animal siente mucho dolor y emite un
gemido lo que da una lectura falsa a la prueba e induce a error en el diagnóstico. Otro error común es el realizar la
prueba con el palo en posición más caudal, de manera que no se está explorando el retículo sino otro órgano.(Foto 2)
Percusión dolorosa o prueba del puño
Consiste en realizar una palpación profunda con el puño, para esto el clínico se coloca al lado izquierdo del bovino y
coloca el codo sobre la rodilla flexionada con el pie en el suelo, de manera que el puño queda en la zona de
proyección del retículo, la que está en el ángulo formado por la línea media ventral y el arco costal izquierdo. En esta
posición se eleva el talón de manera que lleve el puño a dorsal, presionando el retículo, si el paciente tiene
reticuloperitonitis por cuerpo extraño emitirá un quejido lo que significa que la prueba es positiva. (Foto 3)
Hemograma
El recuento leucocitario y la fórmula proporcionan datos útiles para establecer el diagnóstico y el pronóstico de este
proceso. La fórmula leucocitaria suele ser más indicativa en la peritonitis aguda que el recuento total. En la
peritonitis local aguda hay generalmente neutrofilia (más de 400 neutrófilos maduros/uL) y desviación a la izquierda,
esto permanece hasta el tercer día y se normaliza en casos no complicados. En los casos crónicos, las cifras no se
normalizan por completo durante varios días o periodos mayores y suele encontrarse leucocitosis moderada,
neutrofilia y monocitosis (8). En los casos de peritonitis difusa aguda suele haber leucopenia (cifra total de leucocitos
menos de 4000/uL), con un mayor número absoluto de neutrófilos inmaduros que de formas maduras (desviación
hacia la izquierda), lo que hace pensar en un pronóstico desfavorable si el caso es grave. El grado de linfopenia (cifra
de linfocitos menos de 2500-3000/uL) indica reacción frente a la inflamación (8).
Ecografía
Al contrario de la radiografía, la ecografía proporciona una información más precisa del contorno del retículo y de la
motilidad retículo. En los animales con alteración de la motilidad reticular, las contracciones bifásicas son más lentas
o indistinguibles, y también está disminuido su número. El material fibrinoso aparece como depósitos ecogénicos y
en ocasiones se acompaña de líquido hipoecogénico. Los abscesos reticulares presentan una cápsula ecogénica con
un centro hipoecogénico (8).
Radiografía
Las radiografías del retículo se limitan a centros de referencia. Se realizan con los animales de pie y permiten la
detección de un cuerpo extraño metálico y la determinación de su colocación dentro o fuera del retículo. Incluyen
presencia o ausencia de un cuerpo extraño, posición de este, presencia de sombras de gases focales o interfases de
gas-líquido cerca del retículo y la forma, tamaño y posición del retículo. De estos parámetros la colocación del
cuerpo extraño es el indicador más fiable para el diagnóstico de reticuloperitonitis traumática (11).
Laparotomía exploratoria
La laparotomía exploratoria en el bovino es una técnica quirúrgica sencilla, económica, rápida y segura para llegar a
un diagnóstico y/o tratamiento más aún teniendo en cuenta el valor económico de los bovinos y los lugares en que se
crían, muchas veces no es fácil realizar el diagnóstico con aparatos de Rayos X o ecógrafos (7).
La exploración citológica del líquido peritoneal es útil para realizar el diagnóstico definitivo de peritonitis. El lado
derecho, justo craneal a la ubre es el sitio preferido pues evita el estómago y el epiplón (11). El análisis de
laboratorio del líquido peritoneal consiste en la determinación del número de leucocitos total y su fórmula, la
valoración de las proteínas totales y el cultivo de patógenos. La interpretación puede no ser satisfactoria. Un recuento
de células nucleadas mayor de 6000/uL y un contenido proteico de más de 3 g/ dL se obtiene en el 80% de los casos.
En la valoración de la fórmula, recuentos relativos de neutrófilos mayores del 40% y de eosinófilos menores del 10%
se asocian a menudo al diagnóstico de peritonitis (8).
Detección de metales
Los detectores electrónicos de metales pueden identificar el objeto en el retículo, pero no distinguen entre los cuerpo
extraños perforantes y los que no lo son (11). Los cuerpo extraños de material ferroso se pueden detectar mediante
estos dispositivos, pero su utilidad es limitada debido a que la mayor parte del ganado vacuno de leche normal
presenta positividad para metal sobre la zona reticular (8).
TRATAMIENTO
La elección del tratamiento depende del valor económico del animal y de la gravedad del proceso o grado de
afección. La práctica más recomendada es aplicar un tratamiento conservativo y en caso de no lograr mejoría en 3
días considerar el tratamiento quirúrgico (3). Cualquiera de los dos enfoques mejora las posibilidades de
recuperación, que aumentan de entre 60% en los casos no tratados, al 80-90% (6).
Tratamiento conservador
El tratamiento conservador incluye la inmovilización del animal en plano inclinado, la administración de antibióticos
para luchar contra la infección y posiblemente la administración oral de un imán para inmovilizar el cuerpo extraño
metálico. La vaca puesta en un corral pequeño o atada no se debe mover en varios días, esta inmovilización facilita la
formación de adherencias (8).
La administración de antibióticos se realiza para controlar la peritonitis y la aplicación de un imán para evitar la
recidiva. Debido a la variada flora bacteriana entérica presente en la lesión, se deben usar antibióticos de amplio
espectro, como oxitetraciclina. El uso de penicilina está muy extendido y es eficaz en muchos casos a pesar de su
espectro limitado (6). El efecto general parece ser bueno y se obtienen elevadas tasas de recuperación mediante la
administración parenteral de antimicrobianos en combinación con inmovilización, siempre que el tratamiento se
inicie durante las fases iniciales de la enfermedad (8).
La administración oral de un imán puede retirar el cuerpo extraño si está introducido de forma débil pero es poco
probable que lo extraiga si está firmemente introducido, aunque puede impedir su avance (3). Colocar a la vaca en un
plano inclinado es mucho mejor y debe hacerse durante 15 días, asegurando una cobertura con antibióticos durante
mínimo 7 días. En el plano inclinado los miembros anteriores de la vaca deben estar unos 20 cm más altos que los
posteriores. Es importante mantener el piso del plano inclinado seco y con buena cama, a fin de evitar casos de
mastitis que, de otro modo, suelen ocurrir.
Tratamiento quirúrgico
La cirugía consiste en efectuar una rumenotomía y extraer manualmente el objeto u objetos. Si un absceso se
encuentra adherido al retículo, debe aspirarse una muestra de su contenido para confirmar que es un absceso y luego
drenarlo hacia el retículo (6).
Como se menciona anteriormente los resultados favorables se obtienen en el 80 a 90% de los animales, en
comparación con el 60% de los animales que no han sido sometidos a ningún tratamiento. La falta de mejoría suele
deberse a la afección de otros órganos, a la presentación de una peritonitis difusa, a la perforación persistente del
cuerpo extraño con abscesos reticulares, o, de manera infrecuente, a la peritonitis generalizada (8).
Los casos de reticuloperitonitis traumática crónica se tratan mejor con rumenotomía, debido a la probabilidad de que
el cuerpo extraño esté encapsulado en la pared. La peritonitis difusa aguda es de gran mortalidad pero el tratamiento
enérgico con antibióticos de amplio espectro puede lograr la recuperación en gran proporción de casos (8).
PREVENCIÓN
Evitar la presencia de cuerpos metálicos en los alimentos para el ganado. Esto se consigue utilizando cuerdas de
plástico (polipropileno) para empacar el heno y la paja y mediante la colocación de imanes en un punto en el que
tengan que pasar todos los alimentos procesados (3).
BIBLIOGRAFÍA
3. Fidalgo L, Rejas J, Ramos J. 2003. Patología Médica Veterinaria. Editorial KADMOS. Zaragoza-España. 266 p.
[Internet].
7. Perusia O. 2001. Laparotomía y alteraciones abdominales del bovino. Vol. 12. Lima-Perú. [Internet].
8. Radostits O, Gay C, Blood D, Hinchcliff K. 2002. Medicina Veterinaria: Tratado de las enfermedades del ganado
bovino, ovino, porcino, caprino y equino.9ª ed. Madrid-España. Editorial Mc Graw Hill. 358 p.
9. Rodriguez M, Jiménez F, Tesouro M. 1993. Patología y clínica de los preestómagos en el ganado vacuno. Rev. 8,
9 Y 10. Madrid-España. [Internet].