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ULCERAS GASTRICAS EN EL POTRO

Las ulceras gástricas son uno de los padecimientos más comunes en el estómago del
equino, con una prevalencia que varía desde el 10% en caballos en pastoreo, hasta el 70-
95% en caballos de carrera. Debido a esta alta prevalencia, es importante que los
propietarios de caballos entiendan la enfermedad y los factores que esta abarca, para poder
prevenirla, y en caso de ser necesario, diagnosticarla y tratarla con precisión.

El estómago del equino tiene forma de “U”, y está formado por cuatro partes importantes,
el cardias (entrada del esófago), fundus (saco ciego donde cae la comida desde el esófago),
cuerpo y píloro (salida hacia el duodeno). Histológicamente, la superficie interna del
estómago se divide en dos; la porción escamosa y la porción glandular.

La zona donde ambas se encuentran es conocida como “margo plicatus”, y es uno de los
sitios donde más comúnmente se encuentran ulceras gástricas.

PARASITOSIS DEL ESTOMAGO

Cuando la población de parásitos en un caballo es elevada y su ubicación compromete las


funciones de los órganos que ocupa y transita, este equilibrio se rompe y se decanta a favor
del parásito, aparecen en escena las enfermedades parasitarias y los efectos colaterales más
nocivos. Además, estos efectos pueden verse aumentados por una malnutrición,
enfermedad coexistente u otros factores concomitantes.

Todos los caballos mantienen un determinado nivel de parásitos continuamente y conviven


de modo amigable con ellos. Estos pequeños seres vivos se localizan silenciosamente en
diferentes órganos y tejidos de nuestros caballos como pueden ser la piel, diferentes
segmentos de intestino, pulmones, etc, incluso parasitando células sanguíneas; y este es
uno de los motivos por lo que la práctica de la desparasitación debe convertirse en una
medida rigurosa e inexcusable a seguir por parte de los propietarios y cuidadores de
caballos, porque de este modo mantendremos la carga parasitaria en unos niveles
aceptables y evitaremos la aparición de las enfermedades parasitarias y efectos colaterales
nocivos provocados por los parásitos.

ESTRONGILOSIS

Los agentes causantes se agrupan en unas 50 especies, siendo las más importantes
Strongylus vulgaris, Strongylus edentatus y Strongylus equinus. Las formas adultas de este
parásito viven en el intestino grueso de los equinos. Las hembras ponen huevos que se
liberan al exterior con las heces y se convierten en larvas que son ingeridas por los caballos
durante el pastoreo. Estas larvas, una vez en el interior del hospedador realizan migraciones
a través de los diferentes órganos y son responsables de patologías muy serias, pues
penetran la pared intestinal y alcanzan pequeñas arterias por las que migran a vasos
sanguíneos de mayor calibre.
Esta migración larvaria provoca la formación de un trombo émbolo que supone la falta de
aporte sanguíneo a zonas del intestino, causando la necrosis (muerte) de las mismas. Esta
alteración se conoce como cólico tromboembólico. Si el trombo generado por las larvas
ocluye las arterias ilíacas se producen cojeras de los miembros posteriores.

Tras varios meses, regresan a la pared intestinal donde forman nódulos que se romperán
para liberar los individuos adultos.

a presencia de estos parásitos en nuestros caballos puede producir otros síntomas, como
anorexia, diarrea, pérdida de peso, cólicos intermitentes y retraso del crecimiento, entre
otros.

PARASCARIDIOSIS

Provocada por Parascaris equorum. Es el nematodo más largo de los caballos. Los parásitos
adultos son encontrados en los intestinos delgados de los potros y estos adquieren la
infección por la ingestión de huevos larvados diseminados en el entorno. Una vez ingeridos
y eclosionados, las larvas comienzan un viaje que les llevará a visitar el hígado, los
pulmones, tráquea y finalmente faringe, para ser tragados y volver al intestino delgado
donde, ya como adultos, comenzarán a reproducirse. Por lo general, los caballos desarrollan
una excelente inmunidad adquirida a Parascaris equorum, así es que la infección está
limitada a potros mamones, destetados y potros jóvenes, no siendo frecuente encontrarlos
en caballos mayores de dos años y medio. La infección por esta especie parásita causa
multitud de signos clínicos como abdomen hinchado, anemia, pérdida de peso, tos y
descarga nasal, entre otros, pero el cólico por obstrucción quizás sea el más relevante de
todos. Son gusanos muy largos que pueden alcanzar 25 cm de longitud y 4mm de anchura y
producen “embotellamientos” en el tránsito fecal. La muerte de un gran número de estos
individuos da como resultado un manojo de gusanos muertos que puede ser suficiente para
provocar una obstrucción mecánica del intestino delgado.

COLICOS DE ORIGEN INTESTINAL

Menos del 10 % de todos los casos de cólico son lo suficientemente grave como para
requerir cirugía o causar la muerte del caballo. Sin embargo, todos los casos de cólico se
deben de tomar en serio porque, en las primeras etapas de cólico, puede ser difícil
diferenciar a los casos más leves de los que son potencialmente graves.

El cólico no es una enfermedad; es simplemente un síntoma de enfermedad.


Específicamente, cólico indica un problema doloroso en el abdomen (vientre) del caballo.
Hay docenas de condiciones diferentes que pueden provocar que un caballo muestre signos
de dolor abdominal. La mayoría (pero no todas) implican el sistema digestivo, con más
frecuencia el estómago o los intestinos.
Los caballos muestran signos de dolor abdominal en una amplia variedad de formas.
Algunos signos, como rizar el labio superior, son sutiles y fácilmente se pasan por alto,
mientras que otros signos, tales como rodar en el suelo o revolcarse violentamente, son
difíciles de ignorar.

PERITONITIS

La peritonitis es la inflamación del peritoneo, acompañada de dolor, fiebre, toxemia y


reducción o aumento de la producción de heces. Hay diversas formas de clasificarlas:

 Peritonitis primaria – Peritonitis secundaria (las secundarias son las más frecuentes)
 Peritonitis hiperagudas (muy rápidas) – Peritonitis agudas (6 horas
aprox.) –Peritonitis crónicas (más de 7 – 8 días)
 Peritonitis infecciosas (bacterianas, parasitarias, virales) – Peritonitis no infecciosas
(traumática, química, neoplásicas).

La gravedad del cuadro depende el estado de hidratación del equino y si hay


septicemia o no, una hipovolemia puede llevar a shock.; en esta especie es mucho más
complicado que en los rumiantes, debido a que estos últimos tienen la capacidad de
encapsular estas inflamaciones y pasan a ser cuadros más bien focales.

TRATAMIENTO

 Corregir la causa primaria


 Antibióticos de amplio espectro, buena distribución y rápida llegada a
la concentración terapéutica.
 Lavaje abdominal por grandes cantidades de líquido en abdomen. Y por peritonitis
química en potrillos donde hay ruptura vesical y uroabdomen.
o Buena sedación
o Sutura en dedo chino, genera mayor agarre a la sonda
o Suero: NaCl 0,9% (10 L c/12 horas) o Ringer lactato, lo importante es hacer que el
caballo camine luego de poner el suero
o Antibióticoso
o Heparina: el lavado de abdomen con heparina es una técnica muy cara y no hay
resultados concluyentes, aun así se utiliza como tratamiento en
adherencias.
o **NO se usan povidonas porque puede generar irritación
 Antiinflamatorios
 Transfusión de plasma si proteínas están bajas.

DIARREA EQUINA NEONATAL


La diarrea es una de las patologías más frecuentes en potros. Aproximadamente un 20% de
ellos sufre algún episodio durante los primeros 6 meses de vida. Se define como un
aumento en la frecuencia de la defecación acompañado de un incremento de agua en las
heces.

Los signos iniciales pueden incluir cólicos, hipermotilidad y distensión abdominal. La


consistencia de las heces puede ir de pastosa a líquida y contener sangre. Pueden presentar
depresión, debilidad, anorexia, salivación etc. La temperatura puede encontrarse aumentada
o disminuida.

En casos más graves podemos encontrar taquicardia, pulso débil, taquipnea y extremidades
frías.

¿Cómo podemos prevenir las diarreas?

Los episodios de diarrea se pueden reducir llevando a cabo un buen manejo general.
Mantener una buena higiene y limpieza del box, realizar los cambios en la alimentación de
forma progresiva, evitar el estrés por mal manejo durante desplazamientos y separación de
la madre, estar atentos cuando salen a paddocks y prados arenosos y mantener una buena
pauta de desparasitación y vacunación tanto de las madres como de los potros.

Y por supuesto el uso de prebióticos y probióticos puede ayudar a prevenir y reducir el


desarrollo de diarreas en potros.

DIARREA CRONICA EN EQUINOS.

La diarrea en caballos es evidente que se diagnostica con la observación, es decir, la


presencia de heces sueltas o líquidas, diarrea continua y nalgas y cola machadas.

La diarrea es el resultado de un paso demasiado rápido de los alimentos a través del tracto
gastrointestinal, que intenta absorber la humedad y los nutrientes. Esto puede deberse a una
mayor movilidad del tracto gastrointestinal, ya sea porque se ha reducido la capacidad de
absorción de agua del intestino o porque hay una mayor liberación de humedad y
electrolitos en el mismo.

La digestión en el intestino grueso se realiza gracias a los microorganismos, llamados


habitualmente flora intestinal, presentes en el mismo. Estos transformarán cualquier fibra
que coma el caballo en nutrientes utilizables, como los ácidos grasos volátiles. Para
garantizar que los intestinos funcionen de manera efectiva y saludable, es esencial que estas
bacterias se mantengan saludables para que puedan hacer su función. A veces, el consumo
de mucha hierba de primavera, la presencia de mohos en los alimentos o cambios
repentinos en la dieta pueden alterar esta flora intestinal, lo que podría causar diarrea, pero
también pueden causar diarrea la mala salud dental, la ingesta excesiva de arena, ciertas
infecciones, parásitos y el estrés.
TEMA 16. ENFERMEDADES DEL SISTEMA RESPIRATORIO.

ENTRAMPAMIENTO EPIGLOTICO

El Atrapamiento Epiglótico se define como el recubrimiento total o parcial de la epiglotis


por el pliegue ariepiglótico y por la mucosa subepiglótica, y produce dificultad mecánica al
paso del aire. La manera en que ocurre dicha afección es desconocida pero puede ser
causada por la inflamación de las vías aéreas y, específicamente, por la inflamación del
tejido ariepiglótico; además equinos con epiglotis hipoplásica tienen mayor posibilidad de
padecerla. Algunos de los afectados pueden acusar intolerancia al ejercicio y sonido
respiratorio anormal durante el mismo, en cambio otros pueden resultar asintomáticos. Esta
patología no siempre es diagnosticada por endoscopía en reposo, siendo más efectivo el
diagnóstico mediante endoscopía dinámica. Entre el 0,7 y el 2,1% de los equinos de carrera
tiene atrapamiento epiglótico. El pronóstico es favorable después de realizar la sección
axial transoral del tejido ariepiglótico, aunque en algunos casos puede haber recurrencia
post cirugía o desarrollo de desplazamiento dorsal del paladar blando.

HEMIPLEJÍA LARINGEA

La hemiplejia laríngea es una enfermedad que afecta a las vías respiratorias altas de los
caballos. Hace que disminuya el flujo de aire hacia los pulmones y puede causar
intolerancia al ejercicio. A los caballos que la sufren se los llama «roncadores», porque, al
hacer ejercicio, hacen un ruido respiratorio característico que suena como un ronquido. La
laringe (similar a la laringe o la nuez de los humanos) es la estructura que conecta las fosas
nasales con la tráquea. Está formada por un grupo de cartílagos que permiten que el aire
pase hacia la tráquea y protegen las vías respiratorias durante la deglución. La causa de la
hemiplejia laríngea es la parálisis de uno o de ambos de estos cartílagos (llamados
cartílagos aritenoides), debido a una falta de inervación que da lugar a la atrofia del
músculo que mueve el cartílago aritenoides. El cartílago aritenoides afectado con más
frecuencia es el izquierdo (hasta en el 95 % de los casos). En un caballo normal, los
aritenoides permiten un flujo máximo de aire hacia la tráquea durante la abducción (el
movimiento hacia afuera de los cartílagos aritenoides para abrir la entrada a la tráquea). Los
caballos con hemiplejia laríngea sufren parálisis del cartílago aritenoides, lo que impide la
abducción o abertura de su garganta al tomar aire. Esto hace que se reduzca el flujo de aire
hacia los pulmones debido a la obstrucción por el cartílago paralizado, lo que causa ruidos
respiratorios e intolerancia al ejercicio.

TRATAMIENTO

Las recomendaciones de tratamiento varían en función de la gravedad/el grado, la raza, la


edad y el uso del caballo. Existen cuatro opciones de tratamiento, descritas a continuación:
 Laringoplastia protésica: es el tratamiento más común y puede realizarse con el
caballo de pie y sedado o administrándole anestesia general. El cartílago paralizado
se retira hacia atrás y se fija, en una posición abierta/de abducción a través de una
incisión en la zona de la garganta a la altura del ahogadero. La sutura funciona
como «prótesis» del músculo paralizado.
 Ventriculectomía/cordectomía: se extraen el ventrículo y la cuerda vocal (ubicada
bajo el cartílago aritenoides) para ensanchar la vía respiratoria; se hace de forma
aislada o junto con una laringoplastia protésica. Este procedimiento por sí solo
puede mejorar el rendimiento y reducir los ruidos respiratorios de razas de tiro o
caballos de exhibición que no necesitan alcanzar altas velocidades. Se realiza con
anestesia a través de una incisión bajo la quijada, hacia las vías respiratorias
(conocida como laringotomía) o introduciendo un endoscopio (o «escopio») con un
láser por el ollar. Las incisiones de la laringotomía suelen dejarse abiertas para que
cicatricen por sí solas. Las técnicas con láser pueden llevarse a cabo con el caballo
despierto y de pie. No requieren ninguna incisión, porque el endoscopio y el láser se
introducen en la laringe a través de la nariz. La técnica del láser con el caballo de
pie es ideal para las razas de tiro, que pueden tener dificultades para recuperarse de
la anestesia general.
 Aritenoidectomía: extracción del cartílago aritenoides paralizado que sirve para
agrandar la abertura hacia la tráquea. Este procedimiento es ideal para caballos con
los que la laringoplastia no ha funcionado o con infección de un cartílago
aritenoides. Requiere anestesia general y se hace a través de una incisión en la
garganta (llamada laringotomía; véase «Ventriculectomía/cordectomía»). En
comparación con la laringoplastia protésica, existe un mayor riesgo potencial de
complicaciones y se reduce el pronóstico de retorno al nivel de competición
anterior.
 Injerto de pedículo neuromuscular: intervención quirúrgica que reinerva los
músculos que controlan la abducción del cartílago aritenoides. Se toma un nervio
(primer nervio cervical) de uno de los músculos del cuello y un ramo de dicho
nervio se coloca en el músculo que inerva el cartílago aritenoides. Los caballos
jóvenes con hemiplejia de grado 3 son considerados buenos candidatos; los caballos
afectados por la enfermedad en grado 3 responderán a la reinervación más rápido
que los que sufran el grado 4. La reinervación tarda entre 6 y 12 meses para
devolver la funcionalidad. Los caballos sometidos a una laringoplastia anterior
sufren daños en el nervio utilizado en este procedimiento, así que no son candidatos
para esta intervención.

NEUMONÍA Y PLEURONEUMONIA

La pleuroneumonía es un problema frecuente en el caballo. Esta enfermedad consiste en la


colonización bacteriana del parénquima pulmonar, desarrollo de una neumonía o abscesos
pulmonares y la consiguiente extensión del proceso hacia la pleura visceral y el espacio
pleural provocando pleuritis.

La etiología radica en infecciones producidas casi en su totalidad por una bacteria aerobia
llamada Streptococcus equi var. Zooepidemicus que normalmente habita en la orofaringe.
Esta enfermedad se desencadena por procesos de inmunosupresión: el caballo es sometido a
estrés por viajes en remolques o cuadras de transporte aéreo, entre otros, que permiten el
aumento de la población del microorganismo y que este llegue a las zonas respiratorias
bajas. Allí producirá pleuritis, permitiendo así que las bacterias invadan al líquido pleural
(LP). Existen diversos factores que predisponen la infección, como aumento de la
temperatura y humedad ambiental, así como también el incremento de la población de
bacterias en el aire.

TRATAMIENTO

El tratamiento para la pleuroneumonía se basa en cuatro principios básicos:

 En primer lugar, la aplicación de antibioterapia sistémica para inhibir el crecimiento


bacteriano. La elección de los antibióticos debe basarse en los resultados obtenidos
del cultivo del líquido pleural y traqueal. Se pueden utilizar penicilinas en
combinación con aminoglucósidos y metronidazol, o cefalosporinas de última
generación como el ceptiofur. Como los tratamientos son prolongados se
recomienda mantener el caballo bajo tratamiento parenteral en la fase críticas (10-
15 días) y continuar con el suministro de antibióticos orales durante 2-4 meses,
entre los que se pueden utilizar cloranfenicol, enrofloxacina y rifampicina, teniendo
en cuenta que se deben administrar en combinación ya que predisponen a generar
resistencia.
 En segundo lugar, tenemos la administración de terapias analgésicas y
antiinflamatorias para evitar complicaciones secundarias, con AINE como el
flunixín meglumine o la fenilbutazona, que brindan bienestar al animal
disminuyendo los procesos inflamatorios.
 En tercer lugar, tenemos el drenaje del líquido pleural que permite mejorar la
capacidad respiratoria del animal. Hay diversas opciones: torácico intermitente y
permanente, pleuroscopia y debridaje, drenaje torácico abierto sin resección costal,
lavado pleural, drenaje torácico abierto con drenaje y resección costal y resección
pulmonar. Entre las complicaciones del drenaje pleural tenemos arritmia cardiaca,
punción del intestino, hígado y corazón, inflamación localizada, laceración
pulmonar, hemotórax y neumotórax.
 En cuarto lugar tenemos el tratamiento de soporte. Se recomienda la instauración de
un tratamiento de fluidoterapia durante 48-72 horas, sobre todo en caballos con
signos de anorexia y endotoxemia. También se recomienda la oxigenoterapia de 10-
15 l/min en casos de hipoxemia e insuficiencia respiratoria, así como la utilización
de broncodilatadores.

La profilaxis contra la laminitis es muy importante, ya que estos animales están


predispuestos a padecerla, por lo que es necesario el ajuste de la dieta y descanso.

TEMA 17. ENFERMEDADES DEL SISTEMA MUSCULO ESQUELETICO.

LAMINITIS

La laminitis (hinchazón de la lámina del casco) es un problema frecuente y posiblemente


devastador del casco que afecta a todos los miembros de la familia equina: caballos, ponis,
burros, mulas y caballos salvajes. El proceso de la enfermedad consiste en que se separa la
unión entre la pared del casco y la falange distal, lo que normalmente se llama hueso del
casco, hueso pedio o tercera falange.

La falange distal/hueso del casco en el caballo es similar al hueso de la punta del dedo
central de los humanos. Está encajado por completo en el casco. Igual que con la uña
humana, la pared del casco está fuertemente sellada al hueso del casco con una unión de
piel y epidermis.

Como las láminas están formadas por células vivas con un abundante suministro de sangre
y nervios, la unión pared del casco-hueso del casco puede padecer gran variedad de
enfermedades sistémicas que pueden favorecer que aparezca laminitis.

Tratamiento

La laminitis es una de las enfermedades de los caballos más estudiada. A pesar de ello,
todavía quedan muchos datos que no se conocen por completo. Por tanto, la prevención y el
tratamiento de la laminitis siguen siendo difíciles.

El período durante el que tenemos la mayor posibilidad de influir en el resultado es antes de


que el caballo siquiera empiece a tener signos de dolor en la pata (tratamiento preventivo).
La crioterapia (permanecer de pie con botas con hielo) ha demostrado proteger la pezuña y
ser una buena prevención.

Una vez que el caballo muestra signos de laminitis, el proceso destructivo ya está en curso
en su mayoría y el tratamiento se hace mucho más difícil, con resultados variables.

ABSCESOS Y HERIDAS PENETRANTES DEL CASCO

Abscesos:

Un absceso en el casco equino es una acumulación de pus en la región podal, generalmente


causada por una infección bacteriana.
Tratamiento:

 Localización y apertura del absceso: Drenaje del pus y limpieza de la zona.


 Antibióticos: Administración de antibióticos sistémicos o locales.
 Antiinflamatorios: Reducción del dolor e inflamación.
 Vendajes: Protección de la zona afectada.
 Cuidados del casco: Limpieza y herraje adecuado.

Heridas Penetrantes:

Las heridas penetrantes en el casco equino son lesiones que atraviesan la pared del casco y
pueden afectar las estructuras internas del pie.

Tratamiento:

 Sutura de la herida: Cierre de la herida con puntos de sutura.


 Antibióticos: Administración de antibióticos sistémicos o locales.
 Antiinflamatorios: Reducción del dolor e inflamación.
 Vendajes: Protección de la zona afectada.
 Cuidados del casco: Limpieza y herraje adecuado.
 Reposo: Restricción del movimiento del caballo para evitar complicaciones.

FRACTURAS DEL CARPO

Las fracturas de carpo en caballos son una ocurrencia relativamente común. Pueden ser
causadas por una variedad de factores, incluidos traumatismos, sobrecarga y defectos
congénitos.

Los signos de una fractura de carpo en un caballo pueden incluir:

 Dolor: El caballo puede mostrar signos de dolor, como inquietud, patear o morder.
 Hinchazón: El área alrededor del carpo puede estar hinchada.
 Deformidad: El carpo puede estar deformado o fuera de lugar.
 Cojera: El caballo puede cojear o ser incapaz de soportar peso en la extremidad
afectada.

Las opciones de tratamiento para las fracturas de carpo en caballos varían según la
gravedad de la lesión y la ubicación de la fractura.

Las opciones pueden incluir:

 Reposo: En algunos casos, el descanso y la restricción del ejercicio pueden ser


suficientes para curar una fractura de carpo.
 Yeso o vendaje: Un yeso o vendaje puede usarse para estabilizar la fractura
mientras sana.
 Cirugía: En casos severos, puede ser necesaria una cirugía para reparar la fractura.

El pronóstico para caballos con fracturas de carpo varía según la gravedad de la lesión y el
tratamiento. Con un tratamiento adecuado, muchos caballos pueden recuperarse por
completo y volver a su nivel normal de actividad.

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