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Según se desprende de ‘La sociedad del Cansancio’ el siglo pasado puede

definirse desde su propia perspectiva inmunológica: entonces existía una clara


división entre el adentro y el afuera, el enemigo y el amigo o entre lo propio y
lo extraño. También la guerra fría obedecía a este esquema. El paradigma
inmunológico estaba dominado por completo por el vocabulario de la guerra
fría, es decir, se regía conforme a un verdadero dispositivo militar. Ataque y
defensa determinaban no solo la acción del organismo en el campo biológico
sino también el comportamiento del conjunto de la sociedad. Lo extraño era
rechazado aunque no encerrara en sí mismo ninguna intención hostil. El
objeto de resistencia, tanto en lo biológico como en lo social, era la extrañeza.
Con el fin de la guerra fría, explica Byung-Chul Han, paradójicamente, se da
también un cambio de paradigma inmunológico en el seno mismo de la
biología: la inmunóloga norteamericana Polly Matzinger rehúsa el concepto
de “propio y extraño” y desarrolla un nuevo modelo en el cual define que el
comportamiento del organismo diferencia entre “amistoso y peligroso”. Lo
que significa que la resistencia inmunológica no se basa en la extrañeza, sino
que distingue al intruso que se comporta de manera destructiva en el interior
del organismo, y lo rechaza, pero mientras lo extraño no llame la atención en
este sentido, la resistencia inmunológica no lo afecta. La idea de Matzinger
develó que el sistema inmunitario biológico es más generoso de lo que hasta
entonces se pensaba, pues no conoce ninguna xenofobia, manifestando que la
antigua concepción de propio y extraño, de ataque y defensa, se correspondía
con una reacción exagerada e incluso nociva para el propio desarrollo.
Ahora bien, atendiendo a lo que nos dice Byung-Chul Han, este cambio de
paradigma en lo biológico también tuvo su correspondencia en el plano social.
Desde el fin de la guerra fría la sociedad se ha sustraído a la idea de la
“otredad” sustituyéndola por la inofensiva “diferencia”. La extrañeza ha
desaparecido, el nuevo esquema de organización ha dejado atrás al sujeto
inmunológico convirtiendo al individuo en consumidor y turista de lo exótico.
Así, la negatividad que era el rasgo fundamental de la inmunidad, de lo otro
como negatividad, es reemplazado por la dialéctica de la positividad y su
“totalitarismo de lo idéntico”, como lo definió Baudrillard, marcada por la
desaparición de la singularidad, la proliferación de la homogenización y la
equivalencia, así como por una sobreabundancia de los sistemas de
comunicación, información y producción, que no generan una reacción de
rechazo inmunológico en la sociedad, así como la obesidad no produce una
reacción inmunitaria en el organismo. La diferencia soberana que distinguía lo
uno de lo otro ha desaparecido y ahora lo que impera es lo idéntico.
Es en la sobreabundancia de lo idéntico, en ese exceso de positividad que no
crea anticuerpos, no genera ningún rechazo ni implica ninguna negatividad,
donde Byung-Chul Han encuentra las razones para explicar la proliferación de
los estados patológicos neuronales. La violencia hoy ha dejado de responder a
los esquemas inmunológicos virales de lo propio y lo extraño, como la
planteaba Baudrillard. La violencia hoy es neuronal e inmanente al sistema,
sentencia el autor, quien atribuye al “superrendimiento”, la
“supercomunicación” y la “superproducción” actual las razones que generan
un colapso del Yo, en lo que denomina “infartos psíquicos”.
Atendiendo a ‘La sociedad del cansancio’ el agotamiento, la fatiga, la
sensación de asfixia son manifestaciones de esa violencia neuronal que se ve
proyectada desde el corazón mismo del sistema y se infiltra por todas partes
en una sociedad permisiva y pacífica. La positivización del mundo ha
permitido esta nueva forma de violencia. Al encontrar el espacio de lo idéntico
libre de negatividad, sin ninguna polarización entre amigo y enemigo, entre
adentro y afuera, se constituye una forma de terror de la inmanencia.
Exceso de positividad – exceso de negatividad: Según el libro "La
sociedad del cansancio" de Byung-Chul Han, el exceso de positividad y
el exceso de negatividad son dos caras de la misma moneda. Ambos son
síntomas de una sociedad que ha perdido el equilibrio entre la luz y la
oscuridad, entre el placer y el dolor.
Exceso de positividad
El exceso de positividad se manifiesta en la constante presión por ser
feliz, positivo y optimista. Se espera que todos los individuos sean
felices y exitosos, y que se muestren siempre alegres y optimistas. Este
exceso de positividad puede tener consecuencias negativas para la salud
mental y emocional de las personas. Puede conducir a la ansiedad, la
depresión y la frustración.
Exceso de negatividad
El exceso de negatividad se manifiesta en el pesimismo, la melancolía y
la tristeza. Se espera que todos los individuos sean pesimistas y
negativos, y que se muestren siempre tristes y melancólicos. Este
exceso de negatividad también puede tener consecuencias negativas
para la salud mental y emocional de las personas. Puede conducir al
aislamiento social, la baja autoestima y la apatía.
En la sociedad del cansancio, el exceso de positividad y el exceso de
negatividad se combinan para crear una sociedad agotada y sin energía.
En esta sociedad, las personas están constantemente sometidas a la
presión de ser felices y exitosos, pero también de ser pesimistas y
negativos. Esta presión constante lleva a las personas a un estado de
agotamiento físico y mental. Se sienten incapaces de afrontar los
desafíos de la vida, y se refugian en la positividad o la negatividad
extremas. Cómo superar el exceso de positividad y el exceso de
negatividad. Para superar el exceso de positividad y el exceso de
negatividad, es necesario encontrar un equilibrio entre la luz y la
oscuridad, entre el placer y el dolor. Es necesario aceptar que la vida es
una mezcla de emociones positivas y negativas. Algunas formas de
superar el exceso de positividad y el exceso de negatividad son:
Aprender a aceptar las emociones negativas. Las emociones negativas
son una parte natural de la vida. No hay que tratar de reprimirlas o
negarlas. Aprender a disfrutar de las pequeñas cosas. Es importante
centrarse en las cosas buenas de la vida, incluso cuando las cosas van
mal. Buscar el apoyo de los demás. Hablar con los demás sobre
nuestros sentimientos puede ayudarnos a procesarlos y a encontrar
formas de afrontarlos.

Desconocimiento y rechazo por la otredad: En el libro "La sociedad


del cansancio", Byung-Chul Han sostiene que el desconocimiento y
rechazo por la otredad es un síntoma de la sociedad actual, que se
caracteriza por el individualismo, la competitividad y la búsqueda del
rendimiento. Para Han, la otredad es lo que nos diferencia de los
demás, lo que nos hace únicos e irrepetibles. Es lo que nos permite
construir relaciones de confianza y empatía con los demás. Sin
embargo, en la sociedad del cansancio, la otredad se percibe como una
amenaza. El individuo de la sociedad del cansancio está
constantemente sometido a la presión de ser productivo y competitivo.
Esto le lleva a centrarse en sí mismo y a ignorar a los demás. La
otredad, en este contexto, se convierte en un obstáculo para el
rendimiento individual. Además, la sociedad del cansancio está
marcada por la cultura de la transparencia. En esta cultura, se espera que
todos los individuos se muestren abiertos y honestos ante los demás.
Esto puede llevar a la presión por ocultar la propia otredad, para evitar
ser juzgado o rechazado. Como consecuencia de estos factores, el
desconocimiento y rechazo por la otredad se convierten en fenómenos
cada vez más comunes en la sociedad actual. Esto se refleja en el
aumento de la intolerancia, el racismo, la xenofobia y la discriminación.
En el libro, Han propone algunas alternativas para superar el
desconocimiento y rechazo por la otredad. Una de ellas es recuperar la
capacidad de asombro. El asombro nos permite ver la otredad con
nuevos ojos, como algo valioso y digno de respeto. Otra alternativa es
desarrollar la empatía. La empatía nos permite conectar con los demás,
a pesar de nuestras diferencias.
Sociedad disciplinar vs sociedad del rendimiento:
Características de la sociedad disciplinaria
Represión: La sociedad disciplinaria se basa en la represión de los
cuerpos y las mentes. El objetivo es controlar a los individuos y evitar
que se desvíen de las normas establecidas.
Control: La sociedad disciplinaria utiliza una serie de mecanismos de
control para mantener a los individuos en línea. Estos mecanismos
incluyen la vigilancia, la disciplina y la normalización.
Organización: La sociedad disciplinaria se organiza en torno a una serie
de instituciones, como la escuela, el ejército y la fábrica. Estas
instituciones tienen el objetivo de disciplinar a los individuos y
prepararlos para la vida en sociedad.
Características de la sociedad del rendimiento
Productividad: La sociedad del rendimiento se basa en la productividad
y la eficiencia. El objetivo es maximizar el rendimiento de los
individuos y de las organizaciones.
Eficiencia: La sociedad del rendimiento busca la eficiencia en todas las
áreas de la vida. Esto se traduce en un aumento de la presión para que
los individuos sean productivos y eficientes.
Competencia: La sociedad del rendimiento se basa en la competencia.
Los individuos están constantemente compitiendo entre sí por la
atención, los recursos y el éxito.
Diferencias entre la sociedad disciplinaria y la sociedad del
rendimiento
La sociedad disciplinaria y la sociedad del rendimiento se diferencian
en una serie de aspectos clave. La sociedad disciplinaria se basa en la
represión y el control, mientras que la sociedad del rendimiento se basa
en la productividad y la eficiencia. La sociedad disciplinaria se organiza
en torno a instituciones, mientras que la sociedad del rendimiento está
más descentralizada.
Multitasking: Multitarea, es la capacidad de realizar dos o más
actividades al mismo tiempo. Puede implicar cambiar rápidamente de
una tarea a otra o completarlas en rápida sucesión. Por ejemplo,
contestar un correo electrónico mientras hablas por teléfono es un
ejemplo de multitasking. El multitasking tiene diversas formas de
manifestarse y no existen reglas específicas para llevarse a cabo. Sin
embargo, puede ocasionar pérdida de tiempo debido al cambio de
contexto humano y aparentemente causar más errores debido a una
atención insuficiente.
Animal laboral – animal salvaje
Vita pasiva
Hiper comunicación
Libertad supuesta

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