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2. Señale los tipos de variables macroeconómicas que existen y ponga algún ejemplo de cada
tipo.
Producto Nacional Bruto: es una cantidad o magnitud macroeconómica para expresar el valor
monetario de la producción de bienes y servicios de una región o país durante un tiempo
determinado, se refiere entonces a la producción de bienes y servicios interna que realiza un
determinado país para luego estos ser comercializados interna o externamente.
Economía Internacional: se ocupa de los aspectos monetarios mundiales, la política comercial que
puede tener algún territorio o país determinado con el resto del mundo se ve relacionada
directamente con el comercio internacional, es decir, con las compras y ventas de productos y
servicios que se realiza con otros países o con el exterior.
El PIB potencial se diferencia del PIB real en que este último es la producción real del país, de tal
forma que cuando el PIB potencial es superior al PIB real se dice que existe un output gap
negativo, es decir, el país presenta un exceso de capacidad y produce menos de su potencial, lo
que es característico de las recesiones.
Cuando el PIB real iguala el PIB potencial, el país se encuentra a su nivel máximo de producción sin
generar mayor tasa de inflación, caracterizándose por presentar una tasa de desempleo no
aceleradora de inflación (NAIRU en inglés) o tasa de desempleo no aceleradora de salarios
(NAWRU en inglés). Y en tercer lugar, cuando el PIB real es superior al PIB potencial se dice que
existe un output gap positivo y el país se encuentra sometido a presiones inflacionistas debido a
que la demanda es superior a la capacidad de producción, lo que coincide con fases de
crecimiento importantes.
4. Resuma los principales dilemas a los que se enfrentan los responsables de la política
económica de un país.
5. ¿Cómo contribuyó el sector exterior al despegue de la economía española a partir de los años
sesenta?
Entre los cambios estructurales más importantes que han tenido lugar en la economía española en
las últimas décadas, habría que resaltar el intenso proceso de liberalización externa y de
internacionalización. Hasta los años ochenta se había caracterizado por estar fuertemente
protegida y escasamente integrada en la economía mundial, pero inicia a partir de entonces y,
principalmente desde la adhesión a la Comunidad Europea (C.E.), un proceso de apertura e
integración internacional con tal vigor, que en apenas una década, se puede decir que está
plenamente integrada al mercado mundial y, especialmente al comunitario, adquiriendo buena
parte de sus sectores y empresas, un alto grado de vinculación exterior
Por otro lado, y en relación a la estructura de las entradas de capital, existe un predominio de las
inversiones a largo plazo hasta finales de los ochenta, volcándose posteriormente las entradas
hacia los títulos del sector público (dada las características de los mercados financieros del
momento, y la liberalización internacional de los mismos). En otro orden de cosas, la legislación
española desde el inicio de la liberalización económica en los sesenta, estimuló claramente la
entrada de capitales, mientras que impidió o limitó las salidas, lo que hizo de España un país
claramente receptor, y escasamente inversor, en función de su nivel de desarrollo económico.
A finales de 1973 la economía española daba claras señales de recalentamiento y los precios
alcanzaban cotas que empezaban a ser preocupantes. Precisamente en estas fechas, la
Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) preciosos del petróleo. De enero de 1973
a enero de 1974, el precio del barril de petróleo subido casi un 500 por 100.La economía española
se vio particularmente afectada, en parte debido a la delicada situación política por la que
atravesaba. Se estaba asistiendo a los últimos años del franquismo (el General Franco murió en
1975) y ante el aumento de los precios del petróleo y el inicio de la crisis, las autoridades
económicas españolas no se deciden a tomar las medidas de ajuste que la situación requería, algo
que sí hizo el resto de los países industrializados. La gravedad de este comportamiento resulta más
evidente si se tiene en cuenta la acusada dependencia energética de España, especialmente del
petróleo. Desgraciadamente, además, cuando a finales de la década de los setenta parecía que se
empezaba a superar la crisis (el turismo estaba creciendo de nuevo y las inversiones extranjeras
también), vino la segunda Subida del precio del petróleo (1979) decretada por la OPEP.