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Fiebre tifoidea

Es una enfermedad ocasionada por la bacteria Salmonella typhi y amenaza


gravemente la salud de quienes la padecen, especialmente los niños. Esta
enfermedad puede tener un mayor nivel de aparición cuando ocurren cambios
climáticos o problemas urbanísticos que afectan el suministro de aguas blancas,
por lo que las condiciones sanitarias son precarias. Además, Una de las
características de la fiebre tifoidea es que aparece en ciudades que están
sobrepobladas o que tienen problemas con los sistemas de saneamiento de agua.

es una enfermedad infecciosa producida por la bacteria Salmonella entérica


subgrupo enterica serotipo typhi (bacilo de Eberth) o S. enterica sub. enterica
serotipos paratyphi A, B o C, bacterias del género Salmonella.2 Su reservorio es el
humano, y el mecanismo de contagio es fecal, oral, a través de agua y de
alimentos contaminados con deyecciones.

La bacteria ingresa por la vía digestiva y llega al intestino y pasa a la sangre, lo


que causa una fase de bacteriemia hacia la primera semana de la enfermedad;
posteriormente, se localiza en diversos órganos y produce fenómenos
inflamatorios y necróticos, debidos a la liberación de endotoxinas. Finalmente, las
salmonelas se eliminan al exterior por las heces.

En el período de incubación, que dura de 10 a 15 días, se aprecian trastornos del


estado general, una fase de bacteriemia con fiebre que aumenta progresivamente
hasta alcanzar 39-40 °C, en cuyo momento se mantiene, cefalea, estupor, roséola
en el vientre, tumefacción de la mucosa nasal, lengua tostada, úlceras en el
paladar y, a veces, hepatoesplenomegalia y diarrea.

La enfermedad puede evolucionar a la curación en 2 semanas o prolongarse con


localizaciones focales a partir de la quinta semana. Si no se somete a un
tratamiento adecuado. pueden presentarse complicaciones graves, como
hemorragia y perforación intestinal, choque séptico. Se produce un cierto grado de
inmunidad que, aunque no protege frente a las reinfecciones, cuando éstas se
producen son más benignas. El estado de portador puede ser transitorio o crónico
Tratamiento
El tratamiento que los médicos aplican es una terapia de antibióticos para el
paciente. Usualmente es una combinación de tres antibióticos distintos, pero el
uso prolongado de estos medicamentos puede generar que la bacteria cree una
resistencia a los antibióticos. Normalmente se utilizan fármacos como las
fluoroquinolonas, las cefalosporinas de tercera generación o las azitromicina. Para
eliminar el estado de portador se utiliza principalmente ciprofloxacino”.
La convalecencia puede durar varios meses, pero los antibióticos disminuyen la
gravedad y las complicaciones de la fiebre tifoidea, así como la duración de los
síntomas.

Durante la terapia es necesario que la persona se alimente con frecuencia debido


a las hemorragias intestinales u otras alteraciones del tracto digestivo. En ciertos
casos debe administrarse alimentación por vía intravenosa hasta que el paciente
pueda digerir los alimentos. Por otro lado, cuando la bacteria ocasiona
desgarramiento en los intestinos es posible que requiera de una cirugía para
reparar las perforaciones del paciente.
Prevención
Las vacunas contra la fiebre tifoidea pueden prevenir esta enfermedad. Existen
dos vacunas para prevenirla.
 Una es una vacuna inactivada (muerta) de dosis única que se administra en
forma de inyección a mayores de 2 años, solo cuenta con refuerzo a los 2
años si aún se expone a lugares donde esté presente la enfermedad.
 La otra es una vacuna viva atenuada (debilitada) que se toma por vía oral
(por la boca) que se administra a mayores de 6 años. Son cuatro dosis: una
cápsula día por medio durante una semana (día 1, día 3, día 5 y día 7). La
última dosis debe administrarse al menos 1 semana antes del viaje para dar
tiempo a que la vacuna actúe. Cuenta con refuerzos cada 5 años
De igual forma se le recomienda a las personas que se encuentran en
lugares donde hay problemas de saneamiento del agua:

 Cocinar apropiadamente todos los alimentos que consumen.


 Evitar lavar los alimentos con agua que se sospeche contaminada.
 Hervir toda el agua que se consuma cuando se dude de su salubridad.
 Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón, sobre todo al
contacto de mascotas o luego de ir al baño.
 Lavar con agua hervida todas las frutas y hortalizas que se consuman
crudas.
Causas
Existen varias causas por las que puede aparecer la fiebre tifoidea:

Transmisión fecal-oral: Ocurre cuando hay contacto de las heces o la orina de


una persona infectada con los alimentos o el agua que se vaya a consumir. Una
persona infectada por la fiebre tifoidea puede poner en riesgo a otras personas a
su alrededor de contagiarse de esta enfermedad. Es por esto la gran importancia
de lavarse las manos con jabón después de ir al baño.
Contacto con alimentos: La mayoría de las personas que se encuentran en
lugares donde hay problemas con el saneamiento del agua, corre el riesgo de
infectarse al beber agua contaminada. Asimismo, la propagación puede
presentarse cuando se lava los alimentos con agua infectada y se ingieren.
Portadores de tifoidea: Las personas que han recibido tratamiento para la fiebre
tifoidea aún pueden tener por un cierto tiempo la bacteria hospedada en su
cuerpo. Por esta razón se consideran portadores crónicos que no presentan
ningún signo de la enfermedad, pero aún pueden contagiar a otras personas
mientras continúen desechando la bacteria por las heces.
Síntomas
Por lo general los síntomas de la fiebre tifoidea aparecen de forma progresiva
luego de 1 o 3 semanas de haber estado expuesto a la bacteria. Los primeros
síntomas que se presentan son:
 Dolor de cabeza.
 Debilidad o cansancio.
 Fiebre hasta de 40,5 °C.
 Tos seca.
 Dolor muscular.
 Sudoración.
 Pérdida de peso y de apetito de forma repentina.
 Diarrea o estreñimiento.
 Erupción en la piel.
 Aparición de hinchazón en el estómago.
Si no es tratado a tiempo cuando comienza la aparición de los síntomas es posible
que la persona presente otros síntomas como:
 Delirios.
 Caer en estado tifoideo (quedar inmóvil y exhausto con los ojos
entreabiertos)
Ya al presentarse estos dos síntomas la persona puede desarrollar graves
complicaciones que ponen en riesgo su vida. Por esta razón es importante recibir
atención médica oportuna durante los primeros signos de la enfermedad.
Diagnostico
Aun cuando los síntomas y la historia de la enfermedad de la persona pueden
sugerir fiebre tifoidea, el diagnóstico debe ser confirmado. Los síntomas que
presenta la fiebre tifoidea pueden parecer similares a otras enfermedades como l,
tuberculosis, paludismo, brucelosis, entre otras. Por esta razón, para que el
médico pueda dar un diagnóstico, requiere que el paciente realice cultivos de
heces, orina, sangre o médula ósea. Generalmente la prueba más sensible para
la detección de la bacteria Salmonella typhi es el cultivo de médula ósea. Aunque
también existen otras alternativas para detectar infección de fiebre tiroidea como
una prueba de sangre para detectar anticuerpos contra bacterias tifoideas.
¿Es necesario aislar a las personas infectadas?
Debido a que el organismo se elimina en las heces de las personas infectadas,
sólo las personas que presenten diarrea activa y que no puedan controlar sus
hábitos intestinales (bebés, ciertas personas discapacitadas) deben ser aisladas.
La mayoría de las personas infectadas puede regresar al trabajo o al colegio al
recuperarse, siempre y cuando se laven muy bien las manos después de evacuar.
Los niños que asistan a guarderías, los trabajadores de la salud y las personas
que trabajen en otros ambientes delicados deben obtener aprobación del
departamento de salud local o estatal antes de regresar a sus actividades de
rutina. Quienes manipulan alimentos no pueden volver a su trabajo hasta que se
confirmen tres cultivos de materia fecal consecutivos con resultado negativo.
¿Cuál puede ser el pronóstico de la fiebre tifoidea?
Si el paciente no recibe tratamiento con antibiótico corre riesgo de sufrir
complicaciones y fallecer por la enfermedad. En el caso de las personas que
reciben una atención médica temprana podrán recuperarse de la fiebre tifoidea.
Aquellos que corren mayor riesgo de muerte por esta enfermedad son los
lactantes, ancianos y personas malnutridas. Las complicaciones ocurren cuando
se demora el tratamiento al paciente. Cuando la persona ya se encuentra en
estado de coma o shock es un síntoma grave y hay mayor dificultad para su
recuperación. Según la OMS cada año se enferman entre 11 – 20 millones de
personas de fiebre tifoidea. Asimismo, fallecen de esta enfermedad entre 128 mil –
161 mil personas que no son tratadas.
Recomendaciones para los portadores de fiebre tifoidea
Aunque el paciente haya culminado su tratamiento con antibióticos y no se
encuentre más en reposo deberá abstenerse de manipular alimentos hasta que
esté totalmente libre de bacterias su organismo. Por lo general la bacteria puede
quedar almacenada en el intestino por varios meses, aunque no se presenten
síntomas.
Lo recomendable es que el paciente luego de su recuperación se realice un
coprocultivo mensualmente hasta que salga 3 veces seguidas negativo de la
bacteria Salmonella typhi.

fiebre paratifoidea

es una enfermedad entérica bacteriana, producida por 3 serotipos de especies de


Salmonella, S. paratyphi A, S. paratyphi B y S. paratyphi C. El cuadro clínico es
similar al de la fiebre tifoidea, pero se presenta generalmente con un curso más
benigno.La fiebre paratifoidea, en conjunto con la fiebre tifoidea, son consideradas
bajo el término más global de fiebre entérica. Su transmisión puede ser directa
(manos sucias) o indirecta (la ingesta de agua o alimentos contaminados por
heces de enfermos o portadores sanos).

Cuadro clínico

Las características clínicas de la fiebre paratifoidea son similares a la de la fiebre


tifoidea, aunque generalmente se presenta con un cuadro clínico de menor
intensidad y con un período de incubación más corto. Los serotipos A o B pueden
manifestarse con ictericia, trombosis o abscesos hepáticos; y también con un
cuadro sistémico.
La S. paratyphi B puede producir un cuadro similar a la gastroenteritis por
salmonela no específica. La S. paratyphi C no suele producir cuadros
gastrointestinales, y puede producir septicemia y artritis.La infección por S.
paratyphi A produce recaídas en un 8 % de los pacientes.

Complicaciones

Las fiebres entéricas presentan un inicio gradual y el cuadro varía de leve a


severo.

El signo característico es una fiebre prolongada que aumenta progresivamente


durante la primera semana, se estabiliza la segunda semana y disminuye entre la
tercera y cuarta semana.

El cuadro se acompaña a menudo de signos y síntomas inespecíficos: trastornos


digestivos (dolores abdominales, estreñimiento o diarrea, vómitos), cefaleas,
malestar, escalofríos, cansancio, tos no productiva y/o hepatoesplenomegalia.

Puede presentarse erupción cutánea maculopapular eritematosa en el tronco,


cansancio extremo y/o bradicardia relativa (disociación pulso-temperatura).

Las complicaciones graves afectan a alrededor del 27% de los pacientes


hospitalizados y suelen sobrevenir en la segunda o la tercera semana de la
enfermedad. Estas pueden incluir una disminución del nivel de conciencia,
hemorragia digestiva, perforación intestinal, peritonitis, shock o nefritis. En las
mujeres embarazadas, es posible que una infección grave conlleve
complicaciones fetales (aborto, parto prematuro, muerte intrauterina).

Las recaídas pueden producirse de 2 a 3 semanas después del restablecimiento.


No suelen deberse a una resistencia a los antibióticos y requieren la repetición del
tratamiento.

Prevención

 Medidas de higiene comunes a todas las diarreas: lavar las manos; consumir
agua tratada (clorada, hervida, embotellada, etc.); lavar/cocinar los alimentos,
etc.
 En el hospital: en los pacientes con diarrea acuosa, considerar la desinfección
de los excrementos con una solución clorada si las heces se recogen en
cubos.
 No tiene vacuna como la fiebre tifoidea

Tratamiento
Mantener hidratación constante por la pérdida de líquidos por la diarrea o
vomitos

Casos no complicados (pacientes ambulatorios)

Los casos no complicados (la gran mayoría) se pueden tratar con un tratamiento
antibiótico oral.Antibióticos de primera línea:
azitromicina cefixima amoxicilina cotrimoxazol

Casos severos (pacientes hospitalizados)

Esto es cuando hay disminución del nivel de conciencia o complicación médica o


quirúrgica; o imposibilidad de administrar el tratamiento por vía oral debido a los
vómitos constantes. El tratamiento de estos casos debe efectuarse bajo una
supervisión estrecha. Inicialmente el tratamiento antibiótico es parenteral y, a
continuación, oral cuando la fiebre disminuye, se produce una mejora clínica y el
paciente puede tolerar el tratamiento oral.

 Empezar con ceftriaxona IV a (incluso en mujeres embarazadas)


Cambiar luego a azitromicina
 En caso de sospecha o confirmación de resistencia a la ceftriaxona, emplear
meropenem IV, incluso en mujeres embarazadas, y cambiar luego a
azitromicina VO hasta completar un mínimo de 7 días de tratamiento.

Diagnóstico

Se realizan la misma serología y exámenes hemocultivos y coprocultivos como


para la fiebre tifoidea

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