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Comportamiento asociado con

la comida. Encontrando la
mentalidad adecuada.
Si bien a día de hoy existe gran cantidad de información que pudiera permitir que para conformar nuestra dieta
se utilizaran las pautas basadas en la evidencia científica con el fin de optimizar la composición corporal y
minimizar los efectos nocivos sobre la salud, lo cierto es que, lamentablemente, existen unas altas tasas de
problemas de salud mental entre quienes hacen algún tipo de dieta, con especial hincapié en el
caso de los competidores en deportes de estética (Figura 4).

Élite
Incidencia de comportamiento con la comida
Control
en competidores de estética y otros deportes
60%

50%
Respuestas positivas

40%

30%

20%

10%

0%
Pérdida de control Miedo a no poder Terror a ganar Obsesión con la Uso de laxantes Pasado con
con la comida parar de comer peso corporal comida para pérdida peso anorexia

Figura 4. Incidencia de comportamiento con la comida en halterófilas de élite y grupo femenino de control.

Dicho esto, no está claro si quienes realizan protocolos nutricionales más minuciosos ven su comportamiento,
cognición y estado emocional como problemas que requieren intervención de salud mental, o si simplemente
son aspectos requeridos por su deporte.

En algunos estudios transversales de competidores en deportes de estética, una parte sustancial fue
diagnosticada previamente con algún problema de imagen corporal o trastorno alimentario (31.25% con
trastorno por atracón o dismorfia corporal y 42% con anorexia, respectivamente), indicando que al menos en
un punto, muchos de estos deportistas buscaron ayuda con respecto a la relación con su cuerpo y/o comida. La
predisposición de los rasgos entre los competidores, los efectos biológicos de las dietas y el proceso de
mediciones durante la preparación para competir son cada uno un potencial conductor hacia posibles daños y,
por lo tanto, un tema de discusión, como se muestra en la Figura 5.

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Figura 5. Disparadores de daño en la salud basado en la evidencia científica y en relación con la disponibilidad
energética, hábitos diarios y experiencias pasadas.

Problemas especialmente repetidos asociados con la palabra dieta y su relación con el deporte
son los atracones. Disparadores de estos son el afecto negativo, los estresores interpersonales, realizar
frecuentes dietas sin éxito, la restricción alimentaria, la baja autoestima, el aburrimiento y sentimientos negativos
hacia el peso, la forma corporal o la comida. Las consecuencias a más largo plazo suelen ser disforia y una
evaluación negativa de sí mismo.

La persona que sufre el atracón puede reconocer que su ingesta calórica (priorizando hidratos de carbono y
dulces) es excesiva, pero la mayoría desconocen la razón por la que llevan a cabo esta conducta. Se sabe que la
base de la ingesta compulsiva está en una parte del cerebro, más concretamente en el hipotálamo.

Esta glándula además de regular el hambre, el apetito y la saciedad, también regula las emociones, las
sensaciones, la voluntad, la afectividad y la memoria. Cuando este sistema se desajusta, se pueden emitir dos
tipos de señales ante el estrés o las emociones fuertes. En primer lugar, se pueden sentir señales de saciedad y
perder el apetito; o, en segundo lugar y por el contrario, puede emitir señales de hambre cuando en realidad
no las hay.

Hay que tener en cuenta también el “circuito de recompensa”, donde el principal protagonista es el
neurotransmisor dopamina. Ante momentos de ansiedad y estrés, la cantidad en el cerebro de este
neurotransmisor disminuye y ante momentos de placer aumenta. La ingesta de alimentos con alto contenido
calórico, con sabores intensos y agradables, produce un aumento de dopamina que reduce los estados ansiosos
a corto plazo.

En estos casos, el circuito de recompensa se convierte en un bucle negativo: la persona siente ansiedad
(disminuye la dopamina), con la ingesta calma la ansiedad (aumenta la dopamina), luego aparece el sentimiento

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de culpa por lo ingerido y la sensación de malestar físico por la sobreingesta (disminuye dopamina) y aparece
de nuevo la ansiedad y la persona siente la necesidad de volver a calmarla con una nueva ingesta (Figura 6).

Figura 6. Ciclo del trastorno por atracón y propuesta de soluciones.

El trastorno de atracones implica un deterioro en la calidad y la satisfacción con la vida, así como
problemas de adaptación social, mayor mortalidad y morbilidad, mayor riesgo de desarrollo de la obesidad y
mayor utilización de recursos sanitarios. Además de estos problemas, afecta directamente al rendimiento
deportivo del deportista, tanto a nivel físico como mental. Por ello, es de suma importancia conocer los criterios
que se tienen en cuenta para definirlo y así poder prevenirlo, diagnosticarlo y solucionarlo.

Muchas personas que hacen dieta, incluidos deportistas de élite, sufren en silencio episodios
de atracones, algo que se puede convertir en un problema grave si no se ponen medios para solucionarlo
a tiempo. Existe una fina línea que separa el tener el control de lo que comemos a que nuestros impulsos
controlen lo que comemos.

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