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Como ustedes saben Javier Milei se postuló como diputado y fue elegido en la ciudad de
Buenos Aires por la agrupación “La libertad avanza” (no confundir con Avanza libertad) en
la elección del 2021 por lo cual vamos a analizar mejor su discurso, sus prácticas y sus
antecedentes. Además Milei constituye una figura que atrae a la juventud, especialmente a
quienes tienen la edad de ustedes, por lo cual me parece importante el análisis
pormenorizado de su figura y su discurso, si bien hablaremos también de Espert, que no se
define como “libertario” sino de liberal. En las PASO de septiembre de 2021 la lista de
Milei obtuvo un 13,66% de los votos de la ciudad de Buenos Aires y en noviembre del
2021 fue electo. Espert tuvo un porcentaje de votos bastante menor en la provincia de
Buenos Aires a diferencia de su carismático aliado.
Empresarios y empresaurios
Los libertarios diferencian entre empresarios, que invierten y compiten en el mercado y los
“empresaurios” que son aquellos que han crecido gracias al apoyo, promoción o bien
vendiéndole servicios o productos al Estado. Por supuesto el segundo grupo incluye
prácticamente a todas las grandes empresas locales o argentinas. Uds ya estudiaron que los
grandes grupos económicos crecieron en Argentina a partir de 1975. En realidad, en casi
todos los países centrales capitalistas el Estado apoyó y protegió a las empresas. Ya
estudiaron como en el periodo mercantilista había empresas privadas apoyadas por el
monarca. Es falso que el Estado capitalista es anti-empresario. Hay numerosos casos de
desarrollo industrial basado en el apoyo estatal a la burguesía industrial. Un ejemplo es
Corea del Sur.
1
Eduardo Eurnekian, presidente de Corporación América, tiene un patrimonio de USD
1.300 millones. Es considerado uno de los empresarios más exitosos de América Latina.
Sus diversas empresas se dedican a la infraestructura, agricultura, energía, comercio
minorista y banca.
Los tres caminos hacia “comunismo” o “castro-chavismo”
Milei junto con el economista José Luis Espert fundaron en 2018 el partido libertario
argentino que postuló a Espert como candidato a presidente en 2019 en el denominado
Frente Despertar. Espert y Milei son críticos tanto del kirchnerismo o peronismo
kirchnerista como del macrismo que encabeza la alianza Cambiemos, es decir de las dos
grandes alianzas electorales del presente. Para ellos, todos son socialistas o
socialdemócratas, todos son de izquierda, menos ellos. Argentina es un país de cultura
“comunista” en su visión y controlada por algo que denominan “marxismo cultural”, un
concepto que Milei toma de la extrema derecha mundial y que aquí difunde Agustín Laje
inter alios. Milei ha calificado al gobierno de Mauricio Macri (2015-2019) como
“socialista”, ha cuestionado su moderación y gradualismo y señalado su falta de voluntad
política de realizar una política drástica de “shock”. La UCR (Unión Cívica Radical) por
otra parte es catalogada de “socialdemócrata” y criticada por su antigua presencia en la
Internacional Socialista2. En sus declaraciones Milei ha afirmado que el comienzo de la
decadencia argentina empieza justamente con la llegada al poder de la UCR en 1916, en
una lectura conservadora de la historia argentina que en su momento compartieron sectores
oligárquicos y nacionalistas de derecha. La Coalición Cívica (CC), la fuerza política de
Elisa Carrió (un apéndice de la UCR) también recibe la condena de Javier Milei. Tanto el
peronismo como el radicalismo de Cambiemos son caminos al comunismo, la diferencia es
la velocidad de los cambios pero el punto de llegada es el mismo: el totalitarismo
comunista. Cambiemos es simplemente “kirchnerismo” de buenos modales o el caracol que
avanza lentamente hacia el colectivismo. En síntesis, tanto la izquierda del FITU, como el
Frente de Todos y Cambiemos son “colectivistas”. Maslatón, otro referente liberal/
libertario que apoya a Milei, por ejemplo ha afirmado que el PRO, el partido creado por
Mauricio Macri es un partido “neo-marxista”.
Sí en cambio Milei ha tenido expresiones favorables muy recientemente a los sectores más
duros del PRO, denominados “halcones”, cuya abanderada es Patricia Bullrich, la
presidenta del partido. En definitiva, Milei propone una radicalización hacia la derecha del
PRO. Su proyecto es construir un nuevo frente de derecha extrema que englobe a varias
identidades políticas y que implicaría la partición de Cambiemos. Esta idea es poco viable.
A pesar de la condena discursiva a ambos espacios electorales, quizás Milei sea absorbido,
“domesticado” y pase a formar parte de la extrema derecha, pero dentro de Cambiemos. Su
futuro sea quizás convertirse en un “halcón” dentro de Cambiemos si es que puede superar
su histrionismo.
Amigos-enemigos
Si bien Rothbard hablaba del principio de no agresión, Milei en cambio destila furia y
violencia verbal y se ha debatido entre los liberales argentinos si sus modos agresivos
atraen más votos o por el contrario cosechan rechazos en una parte del electorado más
moderado. Es decir no queda claro si su carácter de energúmeno es una fortaleza o una
debilidad. No solamente agrede a referentes de la centro izquierda o izquierda o a todo
aquel que mantenga un discurso vinculado al keynesianismo, sino que inclusive ha
realizado ataques hacia otros liberales o libertarios como es el caso del economista
Roberto Cachanosky (“mierda humana”, “dinosaurio envidioso”). Cachanosky en respuesta
a dichos insultos lo ha catalogado a Milei de “fascista” debido a su alto nivel de agresión
verbal que exhibe en los medios de comunicación y en sus actos públicos. Milei tiene un
prontuario de agresiones verbales desde hace varios años: ha insultado públicamente a una
periodista salteña (“burra”), a una conductora de un programa televisivo (“roñosa”), a
Carlos Gabetta, ex director del prestigioso diario de origen francés “Le Monde
Diplomatique”, al reconocido y recientemente fallecido cineasta y político Pino Solanas,
al dirigente Marcelo Ramal del PO (“la tenés adentro”). Al presidente de la nación en
ejercicio Alberto Fernández lo ha llamado “Hijo de puta que trabaja acá” (ver video de la
marcha del sábado 27 de febrero del 2021). Al jefe de gobierno de la ciudad de Buenos
Aires, Horacio Rodríguez Larreta, lo ha catalogado de “pelado asqueroso”, “sorete” y el
infaltable “zurdo de mierda”. Al ex presidente Macri lo ha llamado “delincuente”. Hay
registros fílmicos de todas estas agresiones verbales por parte del excéntrico e iracundo
Javier Milei. En los últimos meses Milei ha moderado su lengua, seguramente por el lugar
que hoy ocupa como diputado de la nación.
Algunos años atrás las mentes más razonables y moderadas del liberalismo tradicional,
como por ejemplo el ex ministro Domingo Cavallo, les criticaron en su momento a los
histriónicos libertarios su utopismo (ya que algunos hablan de anarco-capitalismo) y de
su falta de experiencia en la gestión pública si bien Cavallo en una entrevista reciente luego
de las PASO del 2021 habló en buenos términos de Javier Milei. Es decir que hubo un
cambio de posición ante el avance libertario por parte de los “viejos” liberales obviamente
causado por el crecimiento del fenómeno.
El economista del PO (Partido Obrero) Marcelo Ramal por su parte ha dicho que: “Al
blandir el ultraliberalismo, los Milei-Espert procuran diferenciarse incluso del macrismo, al
cual le recriminan sus vacilaciones en llevar adelante un programa antiobrero - ello, como
consecuencia de los límites que los propios trabajadores le han impuesto al gobierno PRO.
Para superar esa barrera, impulsan una salida de fuerza. El discurso de Milei contra la
política, que explota el desprestigio de los políticos del régimen, apunta a promoverla.
Detrás del cordero libertario, por lo tanto, asoma el lobo fascista, todavía en clave de stand
up.” Como se ve, Cachanosky y Ramal desde marcos teóricos muy diferentes, el
liberalismo y el trotskismo, coinciden en su apreciación sobre Javier Milei. Un tercero que
también considera que la figura de Milei representanta un “populismo de derecha”,
conservador y hasta fascista es su propio antiguo compañero de escritura, el economista
liberal Diego Giacomini. Y recientemente Martín Lousteau también lo calificó como “
populista de derecha”.
La justificación de la violencia verbal por parte de Milei es que se trata de una “defensa” de
la agresión de la “casta política” hacia su persona. Milei ha llegado a compararse con San
Martín, que según él era un jefe que andaba decapitando enemigos en defensa de la
libertad. De esta manera iguala su participación en la política porteña en el año 2021 con la
guerra civil y de liberación que fue la independencia de la región entre 1810 y 1825.
Además el ejército de los andes no decapitaba a sus enemigos. La campaña de los Andes es
igual a las PASO de agosto del 2021 en la mente del despeinado economista. Milei ha
agregado que las redes sociales son una cloaca y por lo tanto él usa el lenguaje propio de la
“cloaca”, justificando de esa manera su actitud de rechazo a lo políticamente correcto, su
uso del insulto permanente y su inmersión en la pileta de las heces verbales. Cabe
mencionar que un insulto es una injuria desde el punto de vista legal y puede generar
consecuencias legales por parte de los damnificados o insultados.
Milei fue secundado en la lista por Victoria Villaruel. Se trata de una abogada que saltó a la
fama mediante su presencia en el programa “Intratables” hace algunos años atrás. Es decir
que también es una hija política de los shows televisivos grotescos. Villaruel es hija de un
militar ex combatiente de Malvinas y nieta de un almirante. Victoria suele comentar que su
abuelo sufrió varios atentados por parte de la organización político-militar Montoneros. La
abogada es parte de un centro que presta ayuda a las víctimas de accionar de las
organizaciones político-militares de la década del 70, a quienes señalan como “terroristas”.
Villaruel dice no reivindicar a las violaciones de los derechos humanos cometidos por los
militares procesistas, es decir por el Estado argentino y niega cualquier simpatía por los
uniformados que combatieron al “comunismo”. Argumenta que jamás fue abogada de
algunos de los todavía militares procesados por delitos de lesa humanidad. Tiene un libro
publicado y en su perfil de facebook se pueden observar fotos con otro notable referente de
la literatura política de derecha pro-militar, Juan Bautista “Tata” Jofre, ex director de la
SIDE en la presidencia de Menem y autor de varios libros sobre la violencia armada de los
años 70. A esto sumemos la presencia en las filas libertarias del “Presto”, el youtuber
cordobés que amenazó a Cristina Fernández de Kirchner en las redes sociales y que se sacó
una foto con el mismo Jorge Rafael Videla en su domicilio cuando era adolescente. El
“Presto” recientemente tuvo que declarar en el juicio que se le hizo por injuriar a la pareja
del actual presidente Alberto Fernández, a quien llamó “prostituta”. Recordemos también la
revelación que hizo Leandro Santoro durante la campaña electoral del 2021: Milei en los
años 90 trabajó como asesor del represor el general Antonio Bussi en Tucumán. Milei
reconoció el hecho y se defendió argumentando que Bussi fue elegido democráticamente en
Tucumán, claro está luego de su actividad durante el Proceso de Reorganización Nacional.
Cabe recordar que Bussi estuvo al frente del Operativo Independencia en 1975, en la
provincia de Tucumán, que fue la prueba piloto de la represión indiscriminada, ya que allí
se crearon los primeros centros clandestinos de detención. Fue gobernador militar de facto
y una vez recuperada la democracia, en los años 90, luego de los indultos de Menem a los
militares, se presentó en las elecciones de Tucumán y ganó la gobernación con su partido
Fuerza Republicana. Ahí es donde aparece Milei en su calidad de asesor del gobernador.
Posteriormente Antonio Bussi fue juzgado por delitos de lesa humanidad y condenado a
prisión. Milei en su defensa ante su trabajo de asesor de Bussi afirmó que en todo caso la
culpa la tiene la “democracia” y él no tiene nada más que agregar ante su trabajo de
asesoría con Bussi. De esta manera con sus actos demuestra que un liberal/libertario
perfectamente puede trabajar para un genocida que desde el Estado cometió las atrocidades
más inimaginables en contra de la integridad y la vida de un ser humano. ¿Y la libertad?¿Y
el derecho a la vida?
Se trata de elementos de conexión del “nuevo” liberalismo con la casi extinta derecha pro-
militar argentina que existió entre 1955 y 1989. El liberalismo de Milei tiene vasos
comunicantes con lo que era la derecha pro militar. Las simpatías pro-militares del Proceso
son evidentes a pesar del disimulo y de la condena de algunos aspectos del gobierno militar.
¿Qué buscan con respecto a este tema? En política siempre hay que prestar atención a lo
que se dice y a lo que no se dice o lo que no se puede decir. En principio reivindicar
indirectamente la lucha contra la “subversión” por parte de las fuerzas armadas y cuestionar
el supuesto “adoctrinamiento” en las escuelas en contra de los militares. Para ellos la
educación en derechos humanos de Argentina es apologética de la izquierda y condenatoria
de la derecha. No es algo nuevo en Argentina: la UCD (Unión de Centro Democrático) en
los años 80 hizo el mismo intento de reivindicar a los militares genocidas. Como ellos
igualan a los crímenes de lesa humanidad cometidos por el Estado argentino con los delitos
comunes que en su momento cometieron las organizaciones armadas de izquierda en los 70
que los combatieron, si pudieran hasta pedirían volver a juzgar a los pocos guerrilleros que
aun continúan con vida y que escaparon al exterminio sistemático. No se animan a
reivindicar directamente a personajes como Videla, Massera o Astiz como sí sucede en
Brasil con el bolsonarismo, debido a la fuerza del consenso anti-dictatorial construido a
partir de 1983 ni tampoco a pedir una amnistía general. En definitiva creen que los militares
salvaron a la Argentina de una dictadura comunista, pero no se animan a decirlo
públicamente, salvo en casos contados como el ya citado “Presto” o Laje. Hasta el
momento el cuero no les da para tanto. Sin embargo ellos proponen una revisión de todo lo
hecho en materia de política de derechos humanos por parte de Argentina desde 1983 hasta
la actualidad y pretenden destruir el consenso que se logró entonces. El consenso fue
rechazar de plano a un gobierno no democrático que secuestró, torturó y asesinó a miles de
personas y lo hizo desde el ESTADO.
Un auténtico liberal en política estaría de acuerdo con el consenso pero estos nuevos
liberales son diferentes. Lo curioso es que estos defensores de la libertad, de la propiedad
privada y de la “vida”, les resulta indiferentes todas las violaciones de los derechos
humanos y los asesinatos cometidos durante el periodo 1975-1983. Sí en cambio hablan de
violaciones a los derechos humanos cometidos por las fuerzas policiales durante el año
2020 en medio de la pandemia y acusan al presidenteAlberto Fernández de “genocida”,
como si los casi 130.000 argentinos muertos por la pandemia fueran parte de un supuesto
plan de exterminio del Frente de Todos o del Partido Comunista Chino (PCCH). Su interés
por los abusos de las fuerzas policiales se agota en ese corto periodo de la historia y dudo
verlos algún 24 de marzo marchar en repudio a la dictadura del 76 o siquiera recordar ni
mucho menos condenar las otras matanzas que hubo en el siglo XX en Argentina y que
perpetró el Estado, por ejemplo, la campaña del desierto de 1879 o las matanzas de obreros
de la Semana Trágica (1919),o las huelgas en la Patagonia y el Chaco entre 1919 y 1921
bajo el gobierno de Hipólito Yrigoyen.
Se trata de un liberalismo muy peculiar, más económico que político, como el de los viejos
fisiócratas que cuando llegó la Revolución Francesa se pusieron del lado del rey absolutista.
De hecho estos liberales modernos de las tres palabras representativas de la revolución
francesa: “libertad, igualdad y fraternidad “, rechazan dos y se quedan solo con la
“libertad”. En realidad, les importa más la libertad económica que la política y por eso a
menudo caen en el apoyo de gobiernos de derecha “duros” y terminan reclamando mayor
represión por parte del Estado. Llama la atención su escaso interés por los abusos a los
derechos humanos actuales por parte del Estado argentino (me refiero a la violencia
institucional) además de las matanzas colectivas señaladas supra. Temas como el gatillo
fácil, la tortura existente en comisarías y los abusos de las fuerzas de seguridad, el sistema
carcelario, las desapariciones que aun ocurren en menor medida en Argentina, les son
completamente indiferentes.
Si bien Milei no reivindica frontalmente al Proceso de Reorganización Nacional (por lo
menos hasta ahora) y considera que ese gobierno no fue liberal y ha propinado críticas a
Martínez de Hoz, sí en cambio ha cuestionado la cifra de los 30.000 desaparecidos.
Nuevamente, su liberalismo se enfoca en lo económico y deja de lado aspectos políticos.
Como se ve, se trata de un liberalismo, mejor dicho, ultra-liberalismo que estrecha lazos
con la derecha religiosa conservadora, ya sea católica o de origen protestante. Milei cree en
“dios” y afirma que “dios es libertario”. No es el caso de su antiguo compañero de
escritura Diego Giacomini que se manifestó a favor del aborto, valga la aclaración. Cabe
por cierto mencionar que Rotbhard era ateo de origen judío, si bien también pensaba que
había que atraer a la derecha religiosa estadounidense.
El Estado “ladrón”
Los libertarios argentinos, sostienen que los impuestos son un robo, repitiendo la frase de
Rothbard e invirtiendo la famosa frase del anarquista francés Proudhon: “la propiedad es un
robo”. En ese sentido Milei ha prometido no votar impuestos nuevos y promete reducir los
existentes. Suele no pedir factura cuando compra para que el vendedor pueda evadir el pago
de los impuestos. La inflación también es un “impuesto” inflacionario, es decir, un robo
por parte de la “casta política”. Obviamente Milei no propone la eliminación total de los
impuestos (aunque en su mundo ideal no existen los impuestos y menos el Estado) solo se
compromete a no votar nuevos. De hecho esta promesa fue incorporada por elementos de
Cambiemos.
Ahora bien si los impuestos son un “robo”, entonces evitar pagar los impuestos es una
acción justa y noble por parte de los ciudadanos. Es así que con su discurso, Milei alienta
las típicas actitudes de muchos empresarios argentinos: me refiero a la doble contabilidad
para pagar lo menos posible los impuestos. Justamente para eso está el contador de la
empresa, para evadir impuestos porque son “altos”. Y para eso “dibuja” un balance que no
es real. Si la empresa contablemente no tiene ganancias, entonces a fin de año los
impuestos a pagar son menores. Cabe mencionar que el problema de la evasión de
impuestos, o de la subfacturación (informar valores menores para pagar menos impuestos)
o el contrabando (para evitar pagar derechos de impo o de expo) no son fenómenos nuevos
en Argentina, sino que vienen desde la época colonial con lo cual aun bajando impuestos,
es dudoso que las prácticas de evasión impositiva desaparezcan. Los grandes evasores de
impuestos son por lo general las empresas exportadoras que utilizan varias técnicas para
evitar pagar derechos de exportación. Hay trabajos que calculan cuanto evaden. Se trata de
miles de millones.
Los inmorales
Milei considera que todo aquel que reciba dinero del Estado es un inmoral y es por eso que
en su calidad de diputado, si bien no puede rechazar su sueldo o “dieta”, sortea la misma,
para no caer en una postura “inmoral”. ¿Por qué el sorteo y no la donación a los más
necesitados? Porque Milei, al mejor estilo liberal conservador malthusiano, está en contra
de la caridad y el asistencialismo. Cabe mencionar que él es el único liberal/ libertario que
hace eso con su dieta. No es el caso de los otros liberales electos como Espert, Villaruel,
Marra. etc, que entrarían en la definición de “inmorales”. De hecho Espert le contestó que
él sí cobrará el fruto de su trabajo como diputado, diferenciándose cada vez más de Milei.
Vamos a suponer que efectivamente como dice Milei es “inmoral” recibir dinero del
Estado. Veamos quienes serían los inmorales: todo el gobierno nacional, provincial y
municipal, todos los empleados públicos, médicos, enfermeras, policías, militares,
maestros. Pero la cosa no termina ahí: también reciben dinero los jubilados, los
desocupados, los beneficiarios de planes de trabajo, los beneficiarios de la AUH. Toda la
población que usa el sistema de transporte público del conurbano es beneficiada por los
subsidios al transporte y por eso paga menos el boleto, y a esos sumemos los subsidios a la
energía (electricidad, gas) e inclusive a la educación de gestión privada que hace que
paguemos facturas menores .Como se ve, prácticamente casi toda la población recibe algún
tipo de ayuda, subsidio o bien un salario o una jubilación, con lo cual Argentina es un país
de “inmorales”. Salvo claro está Javier Milei que con su rifa de la dieta de diputado
preserva su “moral”.
Nótese que una cosa es afirmar que robar es inmoral, o bien recibir una coima siendo
funcionario estatal es inmoral y otra cosa muy diferente es decir que todo aquel que recibe
un pago del Estado, en concepto de salario, honorario, subsidio, etc es un inmoral.
Espert sostiene al igual que muchos liberales que es necesario realizar una profunda
reforma laboral para bajar el costo del trabajo. Ahí entran desde los aportes patronales hasta
las indemnizaciones por despido y desde ya que los liberales se oponen a cualquier medida
que prohíba o restrinja los despidos, como por ejemplo la doble indemnización que estuvo
vigente en 2020. La hipótesis central de ellos es que el empresario no toma trabajadores
porque son muy caros, con lo cual mientras más barato sea el trabajador, el empresario
utilizará más de ese “insumo” que nosotros llamamos fuerza de trabajo. Doy otro ejemplo
para que me entiendan: un trabajador con menos días de vacaciones al año es más barato
que aquel que tiene muchos días al año, porque las vacaciones las paga la empresa. Y lo
mismo es válido para las otras licencias. Con lo cual hay que cambiar los convenios
colectivos de trabajo.
Es evidente entonces que estas medidas lógicamente serán resistidas por la gran mayoría de
trabajadores y sindicatos y por eso es tan importante debilitar o bien destruir a los
sindicatos. Recordemos que la economía neoclásica y la neoliberal considera que los
sindicatos y el Estado interfieren en el mercado de trabajo y eso es negativo para el
“mercado”. Cabe mencionar que esto ya se hizo en la década menemista en los años 90. En
ese entonces se llamó “flexibilización laboral”. El resultado fue que creció el desempleo y
no el empleo como prometían los liberales. Con lo cual en ese caso concreto la predicción
de crecimiento del empleo no se cumplió sino todo lo contrario.
Otro objetivo de Espert es eliminar el sistema de salud que manejan los sindicatos, es decir,
el sistema de obras sociales sindicales que es una de las tres patas del sistema de salud
argentino. Para Espert la salud debería ser privada. No pública ni mucho menos manejada
por los tan odiados sindicatos.
Los sindicatos existen en todo el mundo desde la revolución industrial y los grandes países
tienen un sistema sindical importante y una historia titánica, como es el caso de los
sindicatos del Reino Unido, Alemania, Francia. En muchos de esos países no solo son
respetados sino que co-gobiernan las empresas mediante el sistema de cogestión que existe
en Alemania, por mencionar un solo ejemplo. A los liberales no les interesa la democracia
sindical y su crítica a los “burócratas sindicales” no está destinada a fortalecer los
sindicatos, o a generar sindicalistas más combativos, sino todo lo contrario.
Para Espert Argentina no debería tener industria automotriz porque ésta no es competitiva a
nivel mundial. Hay que parar de sustituir importaciones y hay que desmantelar toda la
producción de autos y a lo sumo, Argentina se tiene que dedicarse a producir tractores para
el campo. ¿De dónde conseguiríamos los autos? Los importaríamos desde el exterior con
aranceles bajos o bien iguales a cero luego de la apertura arancelaria. El proyecto liberal
para la Argentina es fomentar el campo y a lo sumo incorporar el sector servicios. No hay
otro proyecto con lo cual podemos decir que su discurso expresa el interés de clase de la
burguesía agraria y la fracción de la gran burguesía financiera. Es en parte una vuelta al
modelo agro-exportador. Espert mismo proviene de la provincia de Buenos Aires y es un
productor agropecuario.
La política y la democracia
La educación prejuiciosa
Con respecto a la educación, Espert se suma al coro que denuncia la existencia de una
supuesta “ideología de género” que domina a las escuelas y que como ya vimos en tercer
año, es un concepto propio fabricado por de la derecha religiosa que cuestiona a la ESI. Esa
3
"Milei ya no está educando, está adoctrinando, igual que Cristina. Los que lo siguen son
todos jóvenes fachitos que justifican cualquier barbaridad que hace. Está destrozando las
ideas de la libertad" (Diego Giacomini).
4
https://www.youtube.com/watch?v=RBeWBz5JHqg.
postura la comparte también el frente NOS del ex militar carapintada José Gómez
Centurión. En las redes sociales hemos visto que esta postura crítica de la ESI se manifiesta
en los discursos del tándem conservador-religioso Agustín Laje5/ Nicolás Márquez6 o de
blogueros como el cordobés conocido y ya mencionado como “El Presto”. Con respecto a
Laje y Márquez la conocida politóloga guatemalteca y liberal Gloria Álvarez los ha
acusado de neonazis y de conservadores. Álvarez7 denunció el conservadurismo de la
pareja Laje/ Márquez y su tendencia a atacar insistentemente a los homosexuales. Otros
liberales como el economista Iván Carrino también criticaron a Laje por su sesgo anti-
homosexual en sus publicaciones. Laje afirma que el “marxismo cultural” actual toma las
banderas del feminismo, la lucha de los pueblos originarios y la defensa de lo que él
denomina “lobby LGBT” y todo esto es una amenaza a la libertad. Se trata a su juicio de
una supuesta ofensiva cultural de la izquierda marxista. A Milei en cambio no se le conocen
expresiones intolerantes vinculadas a la condena de las diferentes orientaciones sexuales
sino que por el contrario ha dicho que la orientación sexual es una cuestión privada.
La educación arancelada
5
http://revistaanfibia.com/cronica/quien-le-teme-a-agustin-laje-2/
6
Nicolás Márquez es un abogado de ideología liberal, es un converso al catolicismo y
vinculado al Opus Dei según sus propias declaraciones. Hizo cursos de contrainteligencia y
terrorismo en los Estados Unidos. Es autor de varios libros. Si quieren profundizar pueden
ver este video: https://www.youtube.com/watch?v=JQgY1NW8lFw
7
Gloria Alvarez también está a favor del aborto, al igual que el economista liberal Iván
Carrino. En cambio Milei y Laje están en contra del aborto.
La “decadencia” argentina
Milei al igual que muchos otros liberales consideraba antes que la decadencia de Argentina
se inició en los años 40 del siglo XX, cuando se nacionaliza el BCRA durante el primer
peronismo (1946-1955). También considera que el mejor periodo de la historia argentina
fue el modelo agro-exportador que ustedes estudiarán en profundidad en Historia
Económica con el profesor Pablo Falconi. Milei ha declarado también que el presidente
Menem, ha sido uno de los mejores presidentes argentinos, especialmente la primera
presidencia, es decir que se identifica con el peronismo liberal, al cual estudiamos hace
pocas semanas. Suele mencionar la situación de Argentina en la década del 80 del siglo 19
cuando su PBI per cápita estaba entre los mayores del mundo. Deja de lado por cierto la
escasísima población8 de esa Argentina de 1895, que prácticamente exportaba todos sus
alimentos (no es el caso de la actualidad donde una parte significativa de los alimentos,
como la carne, se tiene que destinar a alimentar a los 45 millones de argentinos), la
desigualdad existente y además coloca falsamente a Argentina dentro del pelotón de los
países más desarrollados de la tierra como Estados Unidos y Alemania. Lo cierto es que
Argentina era en ese entonces, a finales del siglo XIX, un país “periférico” y nunca fue un
país central como el Reino Unido, Estados Unidos o Alemania, ni fue jamás una potencia
industrial, con lo cual la comparación es improcedente y superficial. Cabe mencionar que
recientemente Milei ha corrido este eje del inicio de la “decadencia” y en la actualidad
apunta al radicalismo como punto de origen de la decadencia argentina, con lo cual su
diagnóstico se asemeja más al punto de vista de los viejos conservadores que fueron
desplazados por Yrigoyen en 1916 y por los nacionalistas anti-radicales que lo derrocaron
en 1930. Pareciera ser que en su visión la decadencia comienza con el sufragio universal
establecido por la ley Sáenz Peña de 1912. Es decir, el problema es la democracia, como
decía Hayek.
Milei propone como todo buen liberal un achicamiento del Estado, en principio mediante
métodos moderados como el “retiro voluntario” de los empleados estatales y a diferencia de
Espert, no ha dicho que hay que despedir a millones de empleados públicos de manera
drástica pero en ciertas declaración ha aceptado que deberían haber despidos de empleados
públicos. Imagina que una Argentina floreciente en la cual crezca la inversión privada hará
que los mismos empleados públicos abandonen el Estado para ir a trabajar al sector privado
que pagará mayores y mejores salarios. De esa manera imagina un método virtuoso o no
conflictivo de decrecimiento del empleo público y crecimiento del empleo privado. Lo
mismo piensa de los planes sociales; sus beneficiarios pasarán a trabajar en el sector
privado cuando el capitalismo argentino “libre” despegue e inicie el camino hacia lo que el
denomina como “Argentina potencia”. Es decir que la varita mágica es bajar el gasto
público y eso provocará el bienestar del país, el crecimiento del empleo, la desaparición de
la pobreza, todo por obra de la mano invisible. Ha propuesto también una reducción del
gasto en el sistema de la obra pública e ir a un modelo a la chilena.
8
En 1895 la población del país, luego de las conquistas del sur patagónico y del Chaco apenas llegaba a los 4
millones de habitantes. En 1914 la población argentina se había duplicado y era de casi 8 millones de
habitantes.
Su plan es ingenuo. Los empleados estatales en los años 90 también fueron tentados y
seducidos con planes de retiros voluntarios. Muchos de ellos probaron en convertirse en “
emprendedores” con el dinero del retiro y no pocos se fundieron ante la terrible recesión
que hubo a finales de los 90 . ¿Qué le hace pensar a Milei que esta vez los empleados
públicos aceptarían un retiro voluntario?
Con respecto a la seguridad, Espert mediante sus redes sociales ha hecho un giro a posturas
duras propia de la extrema derecha bolsonarista brasileña. El economista tuiteó la palabra
“bala” y luego habló de convertir a los delincuentes en “queso gruyere” como respuestas a
varios casos de inseguridad. Luego en un panel de C5N admitió que su posteo era producto
de la bronca y aclaró que lo mejor era “bala o cárcel y no puerta giratoria”.
Milei dice que el problema de Argentina es que el BCRA imprime dinero demás y eso
genera inflación. Ya sabemos que para él esa es la única causa de la inflación. La solución
que él propone no es tener una política monetaria responsable o bien darle autonomía al
BCRA para que el presidente de turno no pueda ordenar una impresión de dinero
desmedida para cubrir el déficit fiscal. Su propuesta es más radical y propone su
eliminación lisa y llana del BCRA. ¿Esto es factible? Esta idea ha generado respuestas por
parte de otros economistas liberales, como el español Juan Ramón Rallo, quien ha dicho
que la desaparición del banco central llevaría a la quiebra al sistema de bancos. El español
dice que Milei afirma que el BCRA argentino debe desaparecer, pero no dice lo mismo de
la Reserva Federal de los Estados Unidos o del Banco Central Europeo. Una cosa es
reemplazar un banco central de un país por un banco central regional y otra cosa es
quedarse lisa y llanamente sin banco central. Si eso pasara, el sistema bancario quebraría
por falta de liquidez, dice el economista español. Se trata de una postura muy extrema e
impracticable según Rallo. Irrealizable fue la expresión de Rallo en diciembre de 2021.
Casi todos los países de la tierra tienen un banco central. Solamente algunos países
pequeños no tienen banco central. Es el caso de microestados como Andorra o Mónaco,
entre muy pocos casos. El experimento de dejar sin banco central a un país pequeño,
mediano o grande sería obra de un genio o un chiflado. En realidad, Milei confunde el
mundo ideal con el real. En el mundo ideal que el sueña, no hay Estado ni banco central.
Pero en el mundo real la cosa se complica.
La “casta” política
Milei, como vimos el año pasado cuando mencionamos al socialista utópico Saint Simon,
separa conceptualmente a la sociedad argentina en “políticos” por un lado y el resto de la
población. Sostiene que los políticos “explotan” al resto de la ciudadanía. Es decir, sostiene
un lenguaje anti-político muy similar al de Mises que cuestionaba como vimos supra a
partidos políticos y sindicatos. Para Milei, todos los políticos son corruptos y constituyen
una “casta” salvo excepciones. Se trata de un discurso similar al trumpismo
norteamericano, que si bien cuestionaba a ambos partidos (demócrata y republicano)
terminó siendo una parte (extrema por supuesto) del republicanismo. La “casta” sería una
especie de clase social o estamento.
Otra distorsión notable es separar a la “sociedad” del Estado, como si el Estado no fuera
parte de la “sociedad”. De esta manera iguala a los miembros de la sociedad. Y esta
operación es una ficción porque los miembros de la sociedad no somos iguales. Algunos
son empresarios, otros son pequeños comerciantes, millones somos empleados y obreros y
otros millones dependemos de las “changas” y de la economía informal. El único eje
confrontativo que ve Milei es “sociedad” versus “políticos”, zánganos versus trabajadores.
Es de una simpleza fenomenal; no hay clases ni fracciones de clases, solo individuos
hostilizados por el Leviathan estatal.
¿Qué es una casta? Es una clase social rígida o anquilosada. Por ejemplo la India fue una
sociedad de castas, en donde cada individuo pertenecía a una casta y no podía ascender
socialmente. Uno pertenecía a una casta por nacimiento y no había manera de progresar o
de saltar de una casta a otra. Varios historiadores consideran que en la sociedad colonial
latinoamericana también existían “castas”. Milei en cambio no dice que Argentina sea una
sociedad de “castas”, ni siquiera de clases sociales diferentes: solo dice que existe una
“casta” política chupasangre y después viene el resto de la sociedad. Milei no cree que la
sociedad esté dividida en clases sociales ni mucho menos que exista un antagonismo de
clases. Para Milei y muchos otros liberales la sociedad es una sumatoria de individuos.
Benegas Lynh,el gran maestro de Milei, por ejemplo ha manifestado su oposición a ver a la
sociedad como compuesta por diferentes clases sociales.
No hay una definición clara de “casta” para Milei y de hecho él, a pesar de ser diputado
electo, no se considera parte de la “casta”. Cuando se le pregunta que es la casta responde
con esta estructura: “casta es cuando A hace “B”. Es decir que la casta es una acción de un
individuo. Ejemplo: “Casta es Santoro cuando propone un aumento de impuestos”, A
simple vista se ve que es una definición sin sentido alguno, disparata e irracional.
Milei en definitiva se arroja la potestad de decidir quién es la casta y quién no. Milei y
Espert no pertenecen a la casta (si bien Espert no sortea su dieta o sueldo de diputado).
Tampoco el ex presidente Macri (y empresuario), siempre y cuando tenga posturas o ideas
liberales. ¿Pero acaso “casta” no era cuando a hace b? No, casta tiene que ver con las ideas
o visión del mundo del sujeto. Esta ambigüedad e imprecisión del concepto de “casta”, tan
utilizado por Milei, sin embargo le sirve para cosechar sobre la desesperanza y la angustia
de muchos de sus votantes que rechazan a los políticos. Otros liberales como su ex amigo
Diego Giacomini en cambio consideran que Milei, al asumir como diputado, ya es parte de
la “casta” política y por lo tanto es un inmoral. Aclaremos que no todos los libertarios
hablan de “casta”. De hecho Carlos Maslatón considera que eso de la “casta” es un
disparate sin sentido alguno.
En el caso de Argentina durante todo el 2020 hubo protestas de la oposición, más que todo
en contra de la cuarentena. Las protestas consistían en marchas en la avenida nueve de julio
los días domingos. Fueron muchas. Dichas protestas fueron fogoneadas por los sectores
más duros e intransigentes de Cambiemos, los famosos halcones, (no es el caso del jefe del
gobierno de la ciudad Horacio Rodríguez Larreta que apoyó las medidas nacionales e
implementó medidas locales muy similares al presidente Fernández) y apoyadas por
libertarios y otros grupos menores de la derecha local. A esto se reduce el “pronóstico” de
Javier Milei de revuelta mundial contra el supuesto estatismo colectivizante planetario.
Como puede observarse a simple vista y sin ser un experto en el estudio de la protesta
social, los pronósticos “políticos” de Milei no tienen fundamento alguno y simplemente
dejan expuestos los deseos y fantasías políticas más profundas de dicho individuo.
El nacionalismo de Milei
Milei dice que el Estado es opresión y que tiene que desaparecer. Eso en un plano teórico.
Afirmar eso implica que desaparezca la policía y las fuerzas armadas. Por supuesto, Milei
no dice que tienen que desaparecer esos organismos represivos del Estado, como decían
los antiguos anarquistas de izquierda. Decir eso sería contraproducente para conseguir los
votos de derecha que él persigue y le generaría problemas con aliados nacionalistas como el
ex combatiente Gomez Centurión. Opresivos son los impuestos, no los tonfas a o los carros
hidrantes de la policía. Milei sabe que el votante de derecha quiere una policía fuerte y
dura, que meta “bala”. Milei reivindica la guerra de Malvinas y no tiene ninguna posición
pacifista o antibélica como efectivamente la tuvo Rothbard. De hecho, su desprecio hacia
Biden se basa en su percepción de debilidad y nula disposición a enfrentar a los rusos con
las armas. .Nuevamente, en su mundo ideal, no hay Estado. En el mundo real quiere fuerzas
represivas fuertes.
A nivel internacional los libertarios argentinos se han manifestado a favor del trumpismo en
Estados Unidos. Milei ha declarado que a Trump “le han robado la elección” del 2021, es
decir ha hecho suyo el discurso de Trump y de la extrema derecha estadounidense que ha
tomado el Capitolio y cuestionado las elecciones que le dieron la victoria al “comunista”
Biden. Se identifica con Trump y como ya mencionamos en menor medida Bolsonaro en
Brasil, que son fenómenos políticos de la “nueva derecha” o “derecha alternativa” mundial.
En el caso de Trump9 se trató de un millonario que se lanzó a la política siendo uno de sus
propuestas principales la idea de la “reducción de impuestos”, que como hemos visto es un
tema central para el neoliberalismo.
La cuarentena “cavernícola”
Milei afirma que Alberto Fernández es un “tirano” que ha violado la libertad de millones de
argentinos y además es el responsable del “genocidio” cometido en 2020-2021 que llevó a
la muerte a más de 130.000 argentinos. Parece ser que en realidad el COVID era parte de
un plan de extermino orquestado por parte de la “casta política”. Ha criticado con justa
razón, junto con casi toda la oposición el escándalo del vacunatorio vip, que le costó el
puesto al ministro de salud Ginés González García. Milei no se ´vacunó inicialmente y en
sus actos no exigía el uso del barbijo, ya que eso sería violar la libertad individual. En este
sentido, ha imitado a Bolsonaro que no se vacunó contra el COVID y además propició el
uso del cloro como supuesto medicamento. Finalmente Milei cambió de posición, como
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Trump además representó al interior estadounidense resentido que se siente amenazado por la inmigración y
temeroso de la globalización y sus respuestas fueron el muro defensivo en la frontera con México y las
políticas proteccionistas que van en contra del dogma liberal clásico. La nueva derecha o “derecha
alternativa” norteamericana es crítica del librecambio propio de los republicanos y es proteccionista y
nacionalista en lo económico. Es una derecha que odia al “progresismo” que ven tanto en los republicanos
como en los demócratas. Se trata de grupos extremistas como los nacionalistas blancos, los ultrareaccionarios
y los libertarios norteamericanos. Los nacionalistas blancos denuncian el complot judío y son antisemitas.
“Make America great again” era el lema de Trump quien ahora sueña con construir un nuevo partido político
luego de haber abandonado la presidencia en medio del escándalo y bochorno internacional que fue la toma
del Capitolio por los grupos radicalizados en enero del 2021.
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Contrasto esta típica actitud reaccionaria de disminuir o negar la cantidad de desaparecidos con la postura
más moderada de la entonces gobernadora María Eugenia Vidal, quien durante su gobierno en la provincia de
Buenos Aires dictó la ley que establece que en los actos públicos se debe hablar oficialmente de 30.000
detenidos-desaparecidos durante el terrorismo de Estado de 1976. Es decir Vidal se diferenció de las posturas
de algunos miembros de su misma alianza (Lopérfido, por ejemplo) que comparten la visión de Javier Milei.
Cabe mencionar que López Murphy también volvió a cuestionar la cifra de los desaparecidos en la campaña
electoral del 2021, afirmando que se trató de una exageración destinada a llamar la atención en el exterior.
suele hacerlo y se vacunó con el argumento de que es necesario para viajar a otros países.
Es decir cedió a la imposición de un estado extranjero. También se opuso al pase sanitario
por violar la libertad individual.
En definitiva, cuestionó la cuarentena, el uso del barbijo, las vacunas y el pase sanitario.
Finalmente Milei terminó haciendo uso del barbijo, se vacunó y es probable que tarde o
temprano acepte el pase sanitario. Como ven no hay que perder las esperanzas.A veces y a
pesar de todo se impone la racionalidad.
¿Libertarios neonazis?
Si bien ha habido comentarios poco felices por parte de Javier Mili en cuanto a la
superioridad “genética” o “estética” de sus huestes libertarias, por suerte no se han
detectado hasta el momento elementos neonazis significativos en las filas de los libertarios
o nuevos liberales o por lo menos de sus principales dirigentes. Esos comentarios poco
felices les han costado a Milei críticas desde organizaciones como la DAIA, cuando
comparó el pasaporte sanitario con le estrella de David de los campos de concentración
nazis en enero del presente año del 2022.
La excepción es la denuncia que hizo el liberal Yamil Santoro sobre Leonardo Saifert,
quien fue elegido diputado en la lista de Milei en el cuarto lugar. Yamil Santoro, liberal de
la lista de López Murphy, denunció que este hombre tiene rasgos antisemitas. Saifert
posteriormente fue denunciado este año por la diputada Ofelia Fernández por los insultos
que le propinó en las redes sociales (“gorda incogible”). Este hombre al ser interpelado por
la diputado Ofelia Fernández pidió disculpas públicamente y dijo que estas expresiones
insultantes eran del pasado, cuando él no tenía la responsabilidad de ser diputado. Ha
prometido dejar de lado los insultos.
Bien, el hecho de que no haya referentes antisemitas en las filas libertarias hasta el
momento no implica que en sus seguidores haya elementos pro-nazis. Aconteció lo mismo
con Trump, que atrajo a sectores neonazis de los Estados Unidos. El tiempo lo dirá.
Libertarios y piqueteros
Vamos a analizar la idea de Marra. Para empezar es falso que una marcha impida el
derecho a circular. En todo caso si una calle o avenida está cortada se puede dar un rodeo
por otra calle y avenida para así llegar al destino deseado. Es decir que existe un camino
alternativo, salvo que se corten todos los caminos alternativos con un rodeo o cerco del
objetivo. A lo sumo la circulación se dificulta o se retrasa pero no se impide. En segundo
lugar, las grandes marchas o protestas se dirigen generalmente a los lugares donde residen
las autoridades nacionales, por ejemplo la plaza de los dos Congresos o la Plaza de mayo.
De hecho las grandes marchas (24 de marzo por ejemplo) se realizan desde Congreso
Nacional hasta la Casa Rosada vía avenida de mayo y se suelen utilizar las diagonales norte
y sur como caminos alternativos a la plaza.
Y no nos olvidemos de las numerosas protestas que hicieron en 2020 quienes denunciaban
la “infectadura” los días domingos en Corrientes y la 9 de julio. Dicho sea de paso, en ese
lugar también se producen cortes espontáneos cuando hay partidos importantes de fútbol,
Boca, River o la selección nacional. La gente se reúne, festeja y cuando crece el número se
corta la avenida 9 de julio. Recordemos también los numerosos “cacerolazos” que se
hicieron durante los dos gobiernos anteriores de Cristina y que provocaron numerosos
cortes de calles y avenidas en diferentes puntos de la ciudad. Los cortes fueron
protagonizados por sectores de ingresos medios y altos, no piqueteros o sectores
marginales. Pero eso no es nada si lo comparamos con los cortes de ruta que hizo el
campo, es decir la burguesía agraria, cuando se dio el conflicto de la resolución 125 en
2008. Hubo cortes de ruta que duraron semanas y meses en protesta por la suba de las
retenciones. De todos estos cortes por distintas razones que ocurrieron en las últimas
décadas, a Ramiro Marra le preocupan los que protagonizan los piqueteros y sectores
marginales en la 9 de julio y Belgrano principalmente.
Establecer que todas las protestas sean realizadas en el parque x y un día determinado a la
semana (un domingo como propone Marra) es absurdo y sin sentido. Por ejemplo
supongamos que Coto sucursal Once despide 5 cajeros un lunes sin causa. ¿La protesta
gremial por la anulación del despido se realizará el domingo siguiente en el parque x?.
¿Juega la selección argentina un martes y gana entonces el festejo se pasa al domingo en el
parque x? ¿Cambia la fecha de la peregrinación a Luján de sábado a domingo?
A Marra le molestan por sobre todo las protestas de los piqueteros en la 9 de julio. ¿Por qué
marchan a la 9 de julio? Porque protestan frente al Ministerio de Salud y Desarrollo Social,
que se encuentra ubicado en Belgrano y la nueve de julio (es el edificio con la cara de
Evita). Los planes de trabajo son manejados desde el Ministerio de Desarrollo social. Este
año las protestas se realizaron para solicitar aumentos en los planes sociales. La inflación
como uds saben afecta los ingresos reales y los sectores marginales que son representados
por los piqueteros no tienen convenios colectivos de trabajo ni un mecanismo para lograr
aumentos que compensen la pérdida real de salarios. Les queda como único elemento la
negociación con las autoridades y si eso falla, la marcha, protesta o campamento frente a
las autoridades para peticionar y reclamar. Detrás del argumento de Marra hay un
presupuesto: él piensa que los piqueteros son vagos y planeros que perjudican a quienes
“trabajan” y se movilizan de la casa al trabajo. Los zánganos y parásitos sociales que viven
de los planes molestan a los que producen. Otra propuesta brillante es sacarle el beneficio a
quienes protestan. O sea, propone empeorar la situación material de esa gente que ya vive
una situación muy delicada. Y eso en un momento de fuerte incremento de la inflación.
Al proponer que las protestas se realicen en un lugar determinado y un día fijo a la semana,
en realidad está proponiendo REGULAR la protesta social .Y esa regulación la realiza el
Estado. En definitiva, su proyecto está destinado a disminuir o evitar las protestas y reforzar
la capacidad del Estado y sus fuerzas represivas de controlar las mismas. Su proyecto está
destinado a reforzar la capacidad estatal de limitar las protestas, todo con el argumento de
la “libre circulación”. Es interesante porque en teoría los libertarios odian al Estado y
proclaman su abolición. Pero en el mundo real, piden exactamente lo contrario, es decir el
reforzamiento de la capacidad represiva del Estado y la criminalización de la protesta
social.
Los piqueteros son el producto de la destrucción del empleo durante la década del 90. Los
millones de desocupados fueron producto de la política de Menem y su peronismo liberal.
Se trata de los sectores más desprotegidos y vulnerables de la Argentina. Si luego de veinte
años después estas organizaciones existen es porque claramente la economía argentina tiene
problemas de crear empleo de calidad.
¿Milei presidente?
En los últimos meses el político Javier Gerardo Milei ha declarado su proyecto de ser
candidato a presidente en 2023. Inclusive ha dicho que ya tiene varios ministerios armados
y que de llegar al ballotage ganará la elección. Se basa en las mediciones de varias
encuestadoras que señalan el crecimiento de su imagen positiva (42%) y además en una
confianza digna de un mesías.
Las probabilidades reales de que Milei llegue a un ballotage en 2023 son muy bajas, con lo
cual se presentará en 2023 y conseguirá una caudal de votos similar al obtenido en 2022.
En el mejor de los casos obtendrá el 20% de los votos. Es cierto que la extrema derecha que
representa Milei creció, pero también hay que señalar que muchos votantes de derecha se
han espantado de su estilo, discurso y proyectos extremos. Elegirán una opción más
moderada dentro de Cambiemos, como es el caso de Horacio Rodríguez Larreta. De hecho
en estos últimos días Milei ha recibido la critica de figuras de Cambiemos como Vidal,
Carrio y Lousteau. Milei es joven y es muy probable que haga otro intento en 2027 y luego
2031. Apuesta a que haya una debacle socioeconómica como el “rodrigazo” de 1975 o la
híperinflación de Alfonsín de mayo de 1989 para que surja un nuevo consenso para un
nuevo menemismo (mileismo) recargado. Ese es el sueño mesiánico de Milei. La fuerza de
Milei en definitiva es un espantapájaros.
Por todo esto, el libertarismo real de Milei presenta marcadas diferencias con respecto al
pensamiento de Rotbhard y puede ser considerado como un fenómeno propio de la actual
extrema derecha argentina, en su rama liberal-libertaria. Algunos analistas políticos
consideran a José Luis Espert y Milei como elementos radicalizados y desencantados de la
alianza Cambiemos y se ha debatido si esos votos le restarán votos a Cambiemos o el
Frente de Todos, es decir si afectarán al peronismo o al radicalismo.
De hecho la suposición de que esos votos puede afectar a Cambiemos explica en parte la
radicalización del discurso del sector extremo de Cambiemos representado hoy en día por
Patricia Bullrich y el ex presidente Mauricio Macri. Macri, al denunciar el “autoritarismo”
de la cuarentana en 2020, actúa en modo “libertario”, asemejando su discurso al de Trump
y Bolsonaro, quienes se han destacado en la arena política mundial por la negación o
relativización de la pandemia del covid 19, la famosa “gripezinha” de Bolsonaro. Para
Cambiemos sumar a los libertarios le garantiza la no dispersión de sus votos y el
crecimiento de su alianza electoral. Patricia Bullrich ha hecho intentos públicos bastante
claros de acercamiento a Milei que fueron completamente ignorados inicialmente, si bien
no sería extraño un acuerdo y de hecho la actitud de Milei ha cambiado ante los cantos de
sirena de Patricia Bullrich Luro de Pueyrredón y los halcones de Cambiemos. En cambio
los cambiemitas anotaron un gran poroto al sumar a Ricardo López Murphy y a los
republicanos unidos a su interna en la CABA. Macri por su parte recientemente ha dicho
que él es “profundamente liberal” y hasta ha tratado con mucha benevolencia a Milei en el
marco de los insultos propinados a su rival el presidenciable jefe de gobierno Horacio
Rodríguez Larreta e inclusive se ha reunido con Milei como hemos mencionado. El avance
de la ultra-derecha liberal ha corrido todo el esquema político a la “derecha” y ha
provocado inclusive la radicalización de una parte de Cambiemos. Inclusive el Frente de
Todos presenta algunos candidatos y referentes que son de derecha abiertamente, como es
el caso de Sergio Berni, el ministro de seguridad de la provincia de Buenos Aires.
¿Qué es Milei? Es un mascarón de proa que muestra que la aguja se inclina a la derecha.
Milei fue un votante de Macri en 2015. Es también un desencantado de Cambiemos ante el
notorio fracaso económico de su gobierno. Su radicalización representa el viraje a una
derecha más extrema, ya sea por dentro o por fuera de Cambiemos. Una parte de la
sociedad argentina gira más a la derecha y Milei es el mascarón de proa de ese cambio. Esta
nueva derecha quiere un nuevo gobierno de Cambiemos más valiente y que se anime a
realizar una terapia de shock, sin gradualismos ni tibieza alguna, similar a la protagonizada
por Menem en los años 90. Y Milei sueña con ser el Menem, o quizás el Cavallo del
próximo gobierno.
Con respecto al alcance en la juventud del discurso libertario, llama la atención que Milei
atraiga particularmente a jóvenes varones, quienes se “rebelan” contra lo que ellos
denominan el “marxismo cultural” supuestamente imperante en la sociedad argentina. Su
conservadurismo político es en parte una respuesta al desafiante y temido feminismo que se
ha expandido en la Argentina y en otras partes del mundo. Llama la atención por cierto la
escasez de mujeres que son atraídas por ese tipo de discurso. Pareciera que se trata de un
fenómeno más que todo masculino y de la clase media-alta porteña, por lo menos en su
génesis si bien un destacado analista político dijo hace poco que el votante promedio de
Milei es un pibe varón que trabaja en Rappi, pobre, que razona poco y que está muy
enojado y frustrado.
Es una reacción de desencanto producido por Cambiemos, que cayó derrotado en 2019 ante
el empeoramiento de la economía argentina y por lo tanto esto explica el rechazo libertario
tanto al Frente de Todos como a Cambiemos, si bien hay lazos y visiones comunes entre los
“halcones” de Cambiemos y los libertarios, como lo ha reconocido Milei.
Rocco Carbone escribe el nombre de Milei de esta manera: “Mi ley”. Es interesante porque
de alguna manera Milei desafía al Estado, a las normas, a las leyes, a los impuestos, etc. Se
trata de imponer “su ley”, no la ley de todos. No es casual el pelo despeinado: si lo normal
es andar peinado él rompe la “norma” y anda despeinado adrede. Si no se puede insultar,
entonces insultemos. Seamos políticamente incorrectos es la propuesta transgresora. En la
adolescencia es normal que uno desafíe la ley y la autoridad empezando por casa y por eso
es normal entrar en conflicto con los padres. Los padres colocan normas y los adolescentes
se suelen rebelar. Normas que van desde la obligación de estudiar o trabajar, no consumir
drogas, horarios de salida, etc. Y lo mismo sucede en la escuela donde hay normas y
autoridades. ¿Qué mejor manera de molestar a los docentes de izquierda o de centro-
izquierda con posiciones de extrema derecha?
Es entendible que los jóvenes nacidos luego del 2001 rechacen al progresismo kirchnerista
que gobernó entre 2003 y 2015 y ahora vuelve renovado pero muy condicionado por la
situación económica y sanitaria en 2019-2023 de las manos de los Fernández. El gobierno
de Macri fue apenas un breve periodo en este interregno “progresista”. Recordemos además
que la economía argentina viene teniendo problemas desde el 2011 y estamos en el 2022.
Hace por los menos 10 años que la economía genera problemas y es motivo de angustia
colectiva. Es prácticamente la totalidad de la vida que estos jóvenes recuerdan. Un joven de
17 años, es decir nacido en 2005 solo tiene recuerdos de problemas económicos. Quienes
son un poco mayores quizás recuerden los buenos años entre el 2003 y el 2010. Como sea,
es entendible la angustia, el enojo y las ganas de irse del país y Milei es el “mesías” que les
ofrece la tierra prometida y el retorno a la “grandeza” de Argentina.
Milei comenzó creciendo entre los jóvenes de clase alta y media, es decir, empezó a
acumular reflejando el interés de los sectores medios. Esto no es extraño, ya que de ahí sale
gran parte de los votantes de Cambiemos. La otra cuestión a pensar es el voto de los
sectores populares y de menos ingresos, es decir, el voto popular y más humilde. Aquí hay
quienes señalan que no todos los votantes son jóvenes adictos al nuevo liberalismo sino que
Milei, que suele citar autores y conceptos desconocidos por las mayorías (Menger por
ejemplo), representa esa bronca de los que están más desprotegidos y cansados de los
partidos tradicionales. Otra cuestión a señalar es la diferencia en los votos de Milei y
Espert. José Luis Espert está más cerca de los viejos liberales del siglo XX, si bien nunca
fue funcionario y no tiene experiencia de gobierno. Quiero decir que no interpela de la
misma manera a la juventud como sí en cambio lo logra Milei con su estilo agresivo
pendenciero y transgresor. Cabe recordar que Espert viene haciendo política desde los años
90 y en cambio Milei apareció en las pantallas argentinas hace unos pocos años.
Las formas verbales violentas de Milei (ver el spot en donde se practica boxeo) causan
gracia e hilaridad en parte la audiencia, además de rating televisivo y eso de alguna manera
interpela a los jóvenes. El discurso verborrágico, la cara roja de furia, los insultos a los
despreciables “zurdos”, las alusiones al boxeo (la foto de Milei en guardia) interpelan a un
grupo de jóvenes que compraron la idea de que efectivamente que vivimos en una dictadura
“comunista” o que marchamos hacia una. La violencia histriónica y verbal de Milei los
representa y gratifica. Milei es un actor apasionado como los personajes de una ópera de
Puccini. Milei el “bárbaro” les permite una descarga parcial de sus impulsos agresivos
propios de su edad. Los jóvenes “rebeldes” cuestionan a una de las sociedades más
progresistas e igualitarias dentro de América latina y miran al país como si usaran el prisma
reaccionario brasileño que ve en Argentina un país “rojo”. Al respecto les comento que los
libertarios ya son objeto de estudio por parte de los científicos sociales: hay un libro de
Pablo Stefanoni que analiza el fenómeno11. En mi caso particular, he detectado la presencia
del lenguaje libertario en las aulas del colegio, desde hace por lo menos unos 4 años.
Efectivamente el Cangallo no es una isla y los cambios sociales se reflejan en el aula. El
discurso libertario se puede escuchar en las aulas y en los pasillos del Cangallo Schule, si
bien es un fenómeno minoritario por el momento.
En redes sociales se destacan los libertarios que han entendido que es una buena
herramienta de acercamiento a los más jóvenes. Los libertarios y liberales son fuertes en las
redes sociales y en internet. Podemos mencionar a “Fundación Libre”, con poco más de
100 mil suscriptores en youtube, es el centro de pensamiento que más esparce la ideología
“libertaria”. Su presidente es el ya mencionado Agustín Laje. Otros think thanks
“libertarios” son el Panamá Post donde escribe Vanesa Vallejo, “Fundación para el
progreso”, que impulsa el economista Axel Kaiser de Chile, el Instituto Cato en Estados
Unidos donde imparte clases José Piñera, hermano del presidente chileno Sebastián Piñera,
así como otros centros de cristianos conservadores como el Instituto Acton y el Instituto
Juan de Mariana, donde se destaca el economista cristiano Jesús Huerta de Soto, quien
afirma que “Dios es libertario” y quien es a menudo citado por los libertarios argentinos.
Como ven no todos los referentes de los libertarios o “nueva derecha” piensan lo mismo,
hay algunas diferencias entre ellos pero todos tienen en común el rechazo a la izquierda,
centro- izquierda y el progresismo. Presentan un altísimo nivel de sectarismo e intolerancia
y las peleas y egos son muy comunes entre ellos, con lo cual y por suerte es harto difícil
que lleguen a construir una opción electoral de relevancia. Lo más probable es que
terminen partidos en minúsculos grupos irrelevantes y que algunos de ellos sean absorbidos
por Cambiemos.
En el caso de Jair Bolsonaro los libertarios son atraídos por su ataque permanente hacia
todo lo que sea de izquierda y su reivindicación del pinochetismo chileno (Paulo Guedes) y
la política económica liberal. Además coinciden con la visión que tiene Bolsonaro de la
pandemia. Bolsonaro como ustedes saben fue el gran negacionista y relativizador de la
pandemia este continente (junto con Trump) y se dedicó a sabotear los “lockdowns” o
cuarentenas de sus gobernadores. Bolsonaro ha llegado a cuestionar hasta el uso del barbijo
por parte de sus ministros y ha propuesto la “cloroquinha” como supuesta cura del
coronavirus. Algo similar había dicho Trump sobre la lavandina y en nuestras tierras la
periodista Viviana Canosa, gran difusora del ultra-liberalismo, bebió cloruro de sodio en la
televisión. Los brasileños a la fecha de hoy han sobrepasado los 663.000 muertos y en
varias ciudades del país el sistema de salud ha colapsado. La economía no está bien y se ha
producido una suba de la inflación que se suma a los problemas existentes. En 2022 habrá
elecciones en Brasil y todas las encuestas indican que Lula, es decir el ex presidente de
centro-izquierda será el ganador de la elección. Hasta los partidos moderados de derecha
brasileños se han horrorizado del experimento bolsonarista, y parece ser que no hay fuerza
11
Ver el siguiente link donde se entrevista al autor del libro:
https://www.youtube.com/watch?v=jGJAF0r2N64
sobre la tierra capaz de detener la caída de Bolsonaro: salvo un golpe de Estado perpetrado
por los militares brasileños o el asesinato de Lula.
Milei ha dicho que Bolsonaro e inclusive Vox en España, ambos fenómenos de ultra –
derecha o extrema derecha, tienen aspectos “interesantes”. De hecho luego de las PASO de
septiembre del 2021 Javier Milei tomó contacto con uno de los hijos de Bolsonaro, Eduardo
Bolsonaro y ambos acordaron tomar medidas contra la izquierda a nivel regional. Con
respecto a Vox, Milei participó en una conferencia a distancia de ese espacio. De esta
manera la ultra-derecha establece vínculos internacionales y se reconocen mutuamente
como pares o aliados. Milei ha firmado la carta de Madrid, que es una iniciativa de la
derecha española para coordinar la lucha contra lo que denominan como “narco-
comunismo”. Si bien Milei dice estar a la derecha de Cambiemos, él no acepta ser
considerado como un ultra-derechista y se resiste a aceptar que su fuerza política está
ubicada en la extrema derecha. En un tono similar, ha defendido que Kast en Chile no es un
exponente de la extrema derecha.
Milei pretende sumar al conservadurismo local y realiza sus guiños a figuras de derecha
del exterior. Ha tenido actitudes muy comprensibles y moderadas hacia el gobierno de
extrema derecha de Jair Messias Bolsonaro en Brasil, cuyo ministro de economía es un
Chicago Boy, Paulo Guedes o bien hacia el candidato de extrema derecha Kast en Chile
que perdió las elecciones con Boric en 2022. También ha declarado que se manifiesta a
favor de la portación de armas, que es una bandera propia del bolsonarismo brasileño y de
la extrema derecha estadounidense. El bolsonarismo, a quien muchos consideran como una
forma moderna de fascismo brasileño, integralismo brasileño o neo-fascismo, en economía
es neoliberal, a diferencia del fascismo italiano de Benito Mussolini o el nazismo alemán de
Adolf Hitler, razón por la cual general las simpatías del ultra-liberalismo local y lo hace “
interesante”.
¿Es Milei un neo-fascista? ¿Es parte de la extrema derecha? ¿Son neo-fascistas Trump,
Bolsonaro, Kast, Orban? Son preguntas que se disparan en todo el mundo. Para responder
la pregunta, antes hay que responder que fue el fascismo italiano, para ver que rasgos
comunes tienen estos fenómenos políticos actuales con el primer fascismo.
Yo voy a responder la pregunta sobre Bolsonaro a continuación y les dejo a ustedes pensar
la respuesta sobre Javier Gerardo Milei, que es una pregunta del TP que van a realizar en
junio.
El bolsonarismo brasileño
Mientras que en Europa se produce el crecimiento de los partidos de extrema derecha que
proponen una Europa más cerrada a los inmigrantes, conservadora, proteccionista y
nacionalista, en nuestra región de Sudamérica la derecha extrema ha hecho avances
significativos en Brasil, que vive una profunda recesión desde el 2011, al igual que la
Argentina.
La llegada al poder de Bolsonaro en enero del 2019 fue precedida por la enorme y
esperanzadora movilización del EleNão (él no). Se trató de una impresionante marcha en
las principales ciudades de Brasil que ocurrió pocos días antes de la segunda vuelta de las
elecciones en Brasil en octubre de 2018. Cientos de miles de mujeres brasileñas que se
movilizaron le dijeron “no” al machismo y misoginia del candidato Jair Messias Bolsonaro.
Brasil parecía reaccionar positivamente ante la inminencia del peligro que representaba una
posible presidencia de Bolsonaro. La segunda vuelta electoral se produjo el 28 de octubre
del 2018. El resultado fue una victoria ajustada de Bolsonaro sobre el candidato del PT,
Fernando Haddad. Bolsonaro logró 40 millones de votos, Haddad otros 39 y hubo 40
millones de personas que votaron en blanco o no fueron a votar. La victoria de Bolsonaro
tuvo mucho que ver con el encarcelamiento del ex presidente Lula y su imposibilidad de
presentarse a competir en las elecciones, en las cuales las proyecciones lo indicaban como
el ganador. El traspaso del carisma de Lula a Haddad no fue posible y el candidato petista
fue derrotado.
Según el informe de la organización Freedom House del año 2018: "La campaña de
Bolsonaro estuvo caracterizada por apelaciones agresivas para terminar con la corrupción y
la violencia criminal, como también por ataques a la prensa crítica. La historia de lenguaje
abusivo en contra de mujeres y minorías del presidente electo alarmó a muchos
observadores, que cuestionaron el compromiso de la nueva administración con la
protección de la igualdad de derechos".
12
Un mito según wikipedia es un relato tradicional que se refiere a unos acontecimientos prodigiosos,
protagonizados por seres sobrenaturales o extraordinarios, tales como dioses, semidioses, héroes, monstruos o
personajes fantásticos, que buscan dar una explicación a un hecho o un fenómeno.
lo hizo, al igual que Víctor Orbán, el líder derechista de Hungría. El presidente de EEUU
envió un mensaje de apoyo, mientras que Lula desde la cárcel llamaba a la resistencia.
Algunas de las frases del nuevo presidente fueron: “Brasil acima de todos. Deus acima do
Brasil”. Bolsonaro prometió combatir a la ideología de género: "Vamos a unir al pueblo, a
valorar la familia, respetar las religiones y nuestras tradiciones judeo-cristianas, combatir la
ideología de género13, conservando nuestros valores.” "Brasil volverá a ser un país libre de
amarras ideológicas."
La caracterización de Bolsonaro
Para empezar deberíamos recordar qué fue el fascismo italiano. El italiano Umberto Eco ha
escrito las características del fascismo o fascismo eterno: 1) culto a la tradición, 2) rechazo
a lo moderno, a la ilustración (irracionalismo), 3) el culto de la acción por la acción y el
desprecio de la reflexión, 4) la idea que el desacuerdo es traición 5) el miedo a la diferencia
(rechazo a los intrusos) , 6) la apelación a la frustración social, en particular a la clase
media 7), la obsesión por una conspiración, 8) la humillación por la riqueza y fuerza de los
enemigos, es decir, los enemigos son considerados al mismo tiempo fuertes y débiles, 9) el
pacifismo es el comercio con el enemigo,10) el desprecio por los débiles, 11) el heroísmo y
el culto a la muerte, 12 ) machismo y armamento, rechazo a mujeres y homosexuales, 13)
13
La lingüista Sara Pérez sostiene que: "La “ideología de género” es una construcción ideológica de los
grupos fundamentalistas. Cuando el presidente de Brasil dice que viene a combatir la “ideología de género”
está diciendo, en realidad, que viene a combatir la educación sexual integral, el matrimonio igualitario, los
derechos de las mujeres, jóvenes y niñas, los avances en derechos sexuales y reproductivos, entre otros. La
expresión “ideología de género” es una construcción ideológica en sí, que viene promoviendo la Iglesia
católica” desde fines del siglo pasado. Es la expresión que han elegido para hacer referencia a todos los
avances que hemos logrado desde los feminismos y la comunidad LGTBI hacia la igualdad de género. Y que
surge como reacción a los avances logrados en la Conferencia de Población de El Cairo y la Plataforma de
acción de Beijing (1995)”. Ver nota publicada en Nodal el 2 de enero del 2019. El término “ideología de
género” fue utilizado por primera vez en la Conferencia Episcopal de Perú en 1998.
14
“Los derechos humanos, un bloque indivisible” por Kumi Naidoo. “Le Monde Diplomatique”. Edición 34.
Diciembre del 2018.
populismo selectivo, que es un discurso de un grupo presentado como la voz del pueblo,14)
la neo-lengua del fascismo, es decir, un lenguaje empobrecido y una sintaxis elemental que
se utilizaba en los textos fascistas.
Muchos de estos rasgos de la lista de Umberto Eco, si bien no todos por cierto, se
encuentran presentes en el fenómeno de Bolsonaro, así como en muchos otros gobiernos
actuales de todo el mundo.
Hay quienes opinan que Bolsonaro es un neoliberal y no un fascista. Ahora bien otro
pensador italiano, Norberto Bobbio, escribió que el fascismo italiano no fue homogéneo y
tuvo una base liberal. Para esa rama de liberales-fascistas, el fascismo es la fase superior
del liberalismo. Esta fracción liberal-conservadora fue representada por el filósofo Gentile.
Hubo una segunda rama de fascistas más extremistas que visualizaban al fascismo un
movimiento "revolucionario", competidor del comunismo ruso. Esta versión del fascismo
italiano fue militarista y expansionista y predominó en la segunda fase del gobierno fascista
italiano. Provocó el ataque a Etiopía y la invasión a Albania y luego la entrada de Italia a la
Segunda Guerra Mundial. Bobbio finalmente identifica una tercera expresión fascista más
moderada o intermedia que habla de la “tercera” vía entre el liberalismo y el comunismo.
Según una obra ya clásica del franco-griego Nicos Poulantzas (1983) en Fascismo y
Dictadura, el fascismo no fue la reacción contra el avance de la clase obrera, ni tampoco es
la respuesta a una situación revolucionaria. El fascismo aparece luego de la derrota de la
clase obrera alemana e italiana. Se trató de un movimiento de masas basado especialmente
en la pequeña burguesía o clase media. En definitiva, el fascismo responde a los intereses
de una fracción del gran capital y en la fase avanzada la pequeña burguesía (clase media) es
traicionada y dejada de lado. El fascismo es el resultado de una crisis política, de una crisis
de representación de los partidos políticos. Los sectores dominantes se separan de sus
partidos tradicionales y abrazan lo “nuevo”.
Ahora bien, en el caso concreto de Brasil recordemos que se produjo en los últimos años
una derrota y retroceso marcado de la centro-izquierda del PT, en el marco económico de
una crisis local producto de la crisis internacional que comenzó en 2007. Partiendo del
proceso de derechización del gobierno de Dilma Rousseff en su fase final, se produce el
impeachment en 2016, que desaloja del poder a la presidenta y deja el poder en manos de
un antiguo aliado por derecha del PT, el vicepresidente Michel Temer, que se había
convertido en un opositor a Dilma. Durante la presidencia de Temer, uno de los
presidentes más rechazados y con una fuerte imagen negativa, se consolida el proceso de
fascistización de la sociedad brasileña y crece la figura de Jair Bolsonaro.
El famoso músico Caetano Veloso ofreció un buen resumen de la situación brasileña y del
deterioro de los partidos políticos de su país: “La vida política del país ha estado en
decadencia desde hace tiempo: primero, una recesión económica; después, una serie
de manifestaciones en 2013; más tarde, la destitución de la entonces presidenta Dilma
Rousseff en 2016 y, finalmente, un escándalo de corrupción enorme que llevó a muchos
políticos, incluyendo a Lula da Silva, a prisión. Los partidos de Cardoso y Lula quedaron
gravemente afectados y la extrema derecha vio una oportunidad”
Bolsonaro efectivamente representa a sus votantes. Sus “defectos”, que horrorizan a una
gran parte del planeta, justamente lo convierten en un “mito” dentro del Brasil tomado por
la cultura del micro-fascismo. Adorno señala que la propaganda fascista funciona como una
gratificación, es decir que tiene que ver con el placer. El oyente de la palabra fascista
experimenta placer al escuchar la palabra de su líder. El líder actúa teatralmente,
histéricamente, grita y clama al cielo, representa la pantomina de la lucha contra el
demonio, el mal. El líder no tiene inhibiciones, no es políticamente correcto. Va contra la
corrección política, esa cosa propia de los “políticos”. Los agitadores fascistas no son
tomados en serio porque corren el riesgo de quedar en ridículo. Adorno señaló que las
personas más educadas tuvieron dificultades para entender el efecto de los discursos de
Adolf Hitler, dado que sonaban muy poco sinceros, o bien sencillamente mentirosos. Hitler
no atraía a la gente a pesar de sus bufonadas, sino precisamente por causa de ellas. El
orador fascista repite las mismas fórmulas una y otra vez y lo más importante en su
discurso, es la dicotomía entre blanco y negro, “amigo” y “enemigo”. El ritual fascista
implica gratificación. La destructividad es la base psicológica del espíritu fascista. La
promesa del fascismo es la destrucción del mal. Es justamente lo que hace Bolsonaro desde
que asumió al poder en Brasil: mediante la palabra escrita en las redes sociales o frente a
las cámaras, destila una y otra vez su odio y desprecio hacia sus enemigos internos o
externos. La base de su acumulación política es la verborragia vomitiva que es permanente
y que produce una catarata de titulares. Se trata de una máquina de generar titulares en los
diarios en Brasil y en el mundo. Mientras una parte de Brasil disfruta de estas
manifestaciones de odio enfermizo, otra parte de Brasil sufre en silencio y con profunda
vergüenza las bufonadas abominables de su presidente.
Por otra parte el politólogo argentino Atilio Borón en su nota Bolsonaro y el fascismo15
recuerda que el fascismo visto desde el marxismo es una forma del Estado de excepción
que apareció entre las dos guerras mundiales. Se trató de la resolución de la crisis de
hegemonía por parte de las burguesías nacionales. Pero hoy esas burguesías nacionales
están en el cementerio de las viejas clases dominantes. Sin burguesía nacional no hay
fascismo, nos dice Borón. Los fascismos fueron estatistas y descreían de las políticas
liberales. No es el caso de Bolsonaro, señala el politólogo argentino: Bolsonaro es un neo-
liberal. Los fascismos eran rabiosamente nacionalistas en cambio el nacionalismo de
Bolsonaro es retórica que pretende convertir a Brasil en un lacayo de EEUU. Se trata de un
proyecto de recolonización de los EEUU para Atilio Borón. Sin duda será un gobierno
represivo, pero no fascista, finaliza Borón en esa nota de enero del presente año.
Microfascismos tropicales
Lowy y el Neo-fascismo
15
Ver “Página 12”, 2 de enero de 2019.
16 Caetano Veloso: Se avecinan tiempos oscuros para mi país. “The New York Times”,
24 de octubre de 2018.
Lowy17 (2019) recuerda que el antecedente histórico del bolsonarismo son los fascistas
brasileños de la década del 30, los integralistas de Ação Integralista Brasileira. Señala
algunas diferencias existentes entre el bolsonarismo y las otras extremas derechas
existentes en Europa en la actualidad.
En primer lugar el bolsonarismo no es racista como lo son las extremas derechas actuales
del viejo continente que rechazan a los inmigrantes africanos y árabes. Bolsonaro no hace
del racismo su principal bandera, no es el tema central de su discurso a diferencia de la
extrema derecha europea, si bien desde luego su lenguaje destila racismo.
El bolsonarismo presente como emblema de batalla la lucha contra la corrupción. Ese rasgo
no está presente en la extrema derecha de Europa. Lowy agrega que Bolsonaro logró
manipular ese sentimiento legítimo de indignación contra los políticos corruptos. Tampoco
la extrema derecha europea es librecambista o liberal, sino que tiene un sesgo más bien
“proteccionista” (al igual que Trump en los EEUU). Bolsonaro en cambio tiene un fuerte
sesgo neo-liberal y es pro-norteamericano en su discurso y en política exterior.
Por otra parte mientras la extrema derecha europea carece de un perfil religioso, salvo en
países como Polonia o Hungría, en Brasil en cambio el discurso de las iglesias
pentecostales con su lenguaje anti-feminista y homofóbico fueron muy relevantes en la
génesis del bolsonarismo.
Otro aspecto importante que señala Lowy es el odio a la izquierda y al “comunismo” que
está presente en el bolsonarismo. Es un odio a la izquierda y a la centro-izquierda brasileña,
es decir al PT, a Lula y otros partidos menores de izquierda. Es sorprendente porque la
guerra fría terminó hace décadas y el PT no tiene nada que ver con el “comunismo” que
existió en la URSS o en China. En Europa este anti-comunismo es mucho menos relevante,
excepto en los partidos propiamente fascistas.
Los puntos comunes entre la extrema derecha brasileña y las europeas o estadounidenses
son: el autoritarismo, o sea la adhesión al hombre fuerte, la presencia de un líder capaz de
restaurar el orden, la ideología represiva, el culto a la violencia policial, la apelación a la
pena de muerte, la distribución de armas para combatir a los “delincuentes”, el culto a las
armas y finalmente la intolerancia contra las minorías sexuales, como el colectivo LGBTI,
propios de sectores reaccionarios religiosos. El bolsonarismo claramente presenta un culto a
la violencia, más que todo la policial. Es bien conocido el gesto del fusil en alto de
Bolsonaro, o de la pistola empuñada, gestos que son repetidos por sus seguidores y que se
observan en miles de fotos y videos.
Lowy señala que en el mundo actual hay varios exponentes de la extrema derecha, si bien
no todos podrían caracterizarse como neo-fascistas. Propone caracterizar como “neo-
fascistas” a aquellos que tienen semejanzas con el fascismo histórico pero que también
algunas diferencias. Para Lowy, Marine Le Pen en Francia, el partido Blans Velangs en
Bélgica, Salvini y la Legga Italiana y Jair Bolsonaro, que no tiene un partido orgánico, son
17
Ver artículo titulado “A extrema direita.Um fenomeno global.”. Publicado el 15/1/2019
em “Esquerda Online” así como también “A terra e redonda”, publicado el 24/10/2019.
neo-fascistas. Trump en cambio si bien tiene algunos rasgos fascistas, es más bien un
reaccionario tradicional, un conservador.
Para Lowy esta nueva extrema derecha es una reacción a la globalización y al “pánico
identitario” que la misma provoca. A medida que la nación pierde más poder económico
ante la globalización, más se proclama la nación por encima de todo (Brasil acima de tudo,
America First, etc). Otra explicación posible al fenómeno es la crisis mundial que se desató
en 2008 y sus consecuencias como el desempleo y la depresión económica, si bien estos
factores impactaron de diferente manera en cada país del planeta. Esto ocurre en una
sociedad capitalista dominada por el neo-liberalismo desde los años 80.
El fascismo moderno no es un retorno al pasado: no se trata de una reacción del gran capital
que se apoya en las clases medias para aplastar a la clase obrera como lo denunció el
marxismo de los años 30. El mundo actual no ofrece ningún peligro revolucionario que sea
temido por el gran capital y por otro lado Bolsonaro o Trump cuentan con apoyos populares
y en la clase obrera.