Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Preguntar por lo lógico de la lógica parece de inicio una pregunta absurda. Y sin
embargo, decir que algo es ilógico nos exige (al menos racionalmente) una
explicación en tanto que respuesta lógica que sustente o justifique la asignación de
tal adjetivo. Si preguntar por lo que hace lógica a la lógica no es un absurdo,
entonces ¿cuál es, pues, la lógica de lo lógico y también de lo ilógico?
¿Cuáles son los límites de Lógica? ¿Cómo definirlos? ¿Puede la Lógica ayudarnos
a dar razón de lo ilógico, de lo absurdo, de lo irracional? Estas son preguntas que
parecen absurdas pero exigen respuesta racional aún hoy, en pleno siglo XXI.
Pero, ¿y qué hay de la pregunta en sí misma? ¿Tiene lógica? ¿Tiene ser o tiene
razón de ser? ¿Vale decir que una pregunta es ilógica o absurda? Y si es, ¿qué la
hace absurda? 1
Si admitimos que la pregunta es, entonces tiene ser o por lo menos tiene parte
en el ser o tiene alguna relación con el ser. Pero, ¿y la respuesta? ¿Es o no es?
Porque es razonable asumir que la pregunta no es lo mismo que la respuesta;
podemos intuir que son de naturaleza distinta. Si en cambio partimos del supuesto
de que la pregunta no es, entonces ¿qué relación lógica habría entre ésta y la
respuesta, en el caso que la respuesta sea, o no sea?
a) ¿Qué es? o ¿Qué es el ser? o ¿Qué es eso que es? Esta es la pregunta
fundamental de la ontología y de la filosofía. Pregunta por lo esencial del ser o por
aquello que hace que la cosa sea lo que es.
c) ¿Cuál es? Esta pregunta supone un dilema disyuntivo. Asume que hay más de
un modo de ser y por este motivo invade la duda con respeto a lo preferible. Elegir
es dudar, es no saber, es “no-ser” lo único. Cualquiera que sea la elección, deja
fuera a un algo que es, y entonces lo que “es-conmigo” queda incompleto. La
tensión se resuelve recurriendo a la regla básica: “el ser es, el no-ser no es”; así la
lógica mantiene su integridad y estabilidad.
1
Emmanuel Kant, en su obra Crítica de la Razón Pura, se plantea lo siguiente con respecto
a este tema:
“Es una gran y necesaria prueba de sabiduría y sagacidad saber qué preguntas pueden ser
razonablemente preguntadas. Puesto que si una pregunta es absurda en sí misma y pide
una respuesta donde no hay respuesta, no solo es motivo de desgracia para quien hace la
pregunta, pero suele tentar a alguna persona distraída que la escuche, a dar una
respuesta absurda”. III. De la división de la Lógica General en Analítica y Dialéctica
d) ¿Cuándo es? Esta es la pregunta por la temporalidad del ser; su futuro, su
presente y su pasado. En filosofía esta pregunta aborda tanto el ser del tiempo
como el ser en el tiempo.
e) ¿Dónde es? Esta es la pregunta por la espacialidad del ser. En las ciencias no
filosóficas también alude a la ubicación y a la dimensión geográfica de las cosas.
g) ¿Por qué es? Esta pregunta indaga la causalidad del ser. Su origen y sus
antecedentes que lo llevaron a su actual ser. Parece similar a la pregunta por la
temporalidad en sentido pasado, pero más que referirse a lo pasado de las causas,
se refiere a las causas mismas y la relevancia de estas causas con respecto a la
consecuencia.
h) ¿Para qué es? Aquí se investiga la finalidad y la utilidad del ser. Esta pregunta
también parece aludir a la temporalidad del ser para el futuro; sin embargo, como
en el caso anterior, se refiere concretamente a los fines en tanto que
consecuencias esperadas. También da la impresión de referirse a hechos previos a
un acto, como pidiendo razones que a la vez podrían tenerse como antecedentes;
en este caso la pregunta idónea es el por qué.
i) ¿Quién es? Esta pregunta se refiere a la persona del ser. Algunos filósofos
(como los mediavales) han entendido que ésta y la primera pregunta son lo mismo.
Otros (los idealistas) han entendido que ésta, y no la pregunta por el qué, es la
pregunta fundamental debido a la relación del conocimiento humano con el ser.
También en religión la pregunta por el Quién, con mayúscula, es la fundamental
debido a la tendencia en muchas formas de religión a antropomorfizar el ser.
En lo habitual, decimos que la respuesta “es” en tanto que concuerde con lo que
se está preguntando; si no concuerda entonces no es. Así, si pregunto: ¿qué es una
manzana?, y en seguida alguien me muestra una fruta comúnmente conocida por
“manzana”, entonces diré que, en efecto, eso que se me ha mostrado es en verdad
una manzana. Hasta aquí no parece haber ningún problema. Sin embargo, en
filosofía el asunto no es tan fácil porque deben despejarse algunas dudas con
respecto al ser de la manzana en tanto que ser, lo que se implica por
“comúnmente”, lo que se implica por “conocer”, la concordancia entre lo que es y
lo que se dice, qué es “la verdad”, entre otras cuestiones.
La pregunta “es” en tanto que aspira a una verdad. Esto lo digo con reservas
porque hay casos en los que una respuesta falsa es tenida por verdadera; en tal
caso hablamos de un engaño. Más aún, la respuesta verdadera suele ser la que se
2
Racional en potencia puesto que si bien todo hombre tiene la capacidad de razonar, no
todo hombre la utiliza. Aristóteles pone en esta lista a los esclavos, a las mujeres y a los
niños; “ya que los esclavos no tienen facultad deliberativa, las mujeres la tienen pero la
ejercen sin autoridad, y los niños también la tienen pero son inmaduros”. Aristóteles.
Política. Libro 1, 13
quiere oír, la que se quiere leer; es la accesible, la aceptable o la tolerable, la que
va de acuerdo con las premisas, axiomas o principios los cuales para propósitos
prácticos se asumen como verdaderos y por eso sirven de referencia para validar la
verdad de hechos concretos.
3
El dilema alude a lo primero en una línea de causas. ¿Fue primero el huevo y luego la
gallina o viceversa?
climatológicas por el llamado “cambio climático” y por la crisis del sistema
económico neoliberal, entre otras problemáticas, la filosofía ha vuelto su atención
fuera de hombre; busca la verdad en la comunidad, en la armonía con el mundo, en
la inclusión de quien ha sido excluido, en “el otro” en tanto que mundo y en tanto
que persona. Estas etapas de la búsqueda de la verdad no se limitan entre sí, o sea,
no ha de terminar una para iniciar la otra. Más bien se sobreponen unas a otras
conforme buscamos medios para explicar el mundo y las cosas que vamos
descubriendo.
Sin embargo, debemos notar algo muy curioso y es que a pesar de que ambos
caminos parecen muy diferentes y apuntan a muy distintas direcciones, al fijarnos
cuidadosamente nos damos cuenta que ambos conducen a un mismo lugar. Es un
lugar extraño ya que allí todo se puede investigar y todo tiene explicación
convincente, lo cual nos hace pensar que todo es verdad, pero en realidad nunca
podemos estar completamente seguros; y cuando decidimos estar completamente
seguros de que algo es verdad descubrimos que, efectivamente puede ser verdad
pero también puede ser mentira. En ese lugar nadie ha admitido estar equivocado,
pero lo que jamás sucederá es admitir que todo es mentira.
Este lugar se llama “pregunta”. Allí hay preguntas todo el tiempo y de todo tipo;
allí todos van a buscar la verdad pero nadie la ha encontrado aún. Si bien todos
creen y piensan que sí. Ese lugar es único, infinito y eterno. Es el único verdadero.
Es la ETERNA E INFINITA PREGUNTA.
Concluyo pues, que la verdad y la mentira pueden ser la misma cosa; todo
depende de la pregunta que siempre será verdad y de la respuesta que será verdad
o mentira para quien haga la pregunta o para sus interlocutores. Así llegamos a la
actualidad donde, miles de años después, seguimos buscando la verdad en el
mundo, en el otro mundo y en nosotros mismos. La buscamos con mayor urgencia,
con más recursos humanos y materiales, con mejores teorías, métodos,
herramientas y accesorios. Pero al reflexionar sobre toda esta aventura, nos damos
cuenta que lo único constante ha sido la pregunta. La eterna e infinita pregunta.
Respuestas ha habido muchas, pero siempre habrá una pregunta más que las
respuestas porque la pregunta es principio y fin. ¿Qué es verdad? Esto. ¿Por qué?
Por esto. ¿Desde cuándo?… El día que no haya más preguntas, ese día
conoceremos la verdad; pero para esto tendremos que morir o extinguirse la
humanidad. Ese día volveremos al principio porque seremos una incógnita. Ese día
lo seremos todo y a la vez seremos nada. Ese día dejaremos de ser verdad.
LA VERDAD O LA PREGUNTA (poema)
“La verdad es la verdad”, –dicen unos–,
“La verdad no es mentira”, –dicen otros–;
más yo digo: “No acierta ninguno”.
***