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UNIVERSIDAD NACIONAL DE CATAMARCA

FACULTAD DE TECNOLOGÍA Y CIENCIAS APLICADAS


LICENCIATURA EN GEOLOGÍA

¿CÓMO SE CONOCE LO QUE SE CONOCE?

Aquí cabe preguntarnos cómo el hombre llegó a conocer la composición y


estructura interna de la Tierra cuando solo logró acceder a una ínfima parte de la
corteza?

El hombre llegó más lejos explorando el espacio exterior que el interior de su


propio planeta. Una de las maneras de acceder al interior de la Tierra es a través de
cavernas naturales, excavaciones mineras o perforaciones. Las cavernas naturales
más profundas alcanzan profundidades de 2 kilómetros. La mina más profunda del
mundo (Western Deep Levels, en Sudáfrica) tiene 4 kilómetros, distancia inmensa
pensada en términos de una excavación minera, pero ínfima comparada con el
radio terrestre (6371 km). La máxima profundidad alcanzada por el hombre en su
afán por explorar las profundidades terrestres es de 12,2 kilómetros, lograda en el
año 1992 en la península de Kola (Rusia) empresa que le llevó casi 20 años.

Entonces, cómo se conoce la estructura interna de la Tierra? El hombre llegó a


conocer la composición química y la estructura interna de la Tierra mediante
métodos u observaciones indirectas. Para lo cual se basó en el comportamiento de
las ondas sísmicas, que modifican su velocidad y se desvían al atravesar zonas con
propiedades diferentes.

NATURALEZA DE LAS ONDAS SÍSMICAS

Las ondas sísmicas se generan en el interior de la Tierra a partir de una


perturbación (temblor), causada por el movimiento o deslizamiento repentino de
bloques en la corteza a lo largo de superficies de falla (fracturas con deslizamiento
de bloques) o en límites de placas tectónicas, liberando así tensiones o energía
acumulada durante lapsos considerables. El punto en el interior de la Tierra en
donde se genera la perturbación se denomina hipocentro, y su proyección en la
superficie terrestre es el epicentro (Figura 1).

Las características o comportamiento de las ondas sísmicas dependen de la


densidad y elasticidad de los materiales que atraviesan. Son más veloces en los
materiales rígidos, que retornan elásticamente a su forma original una vez cesado
el esfuerzo, y aumentan de velocidad con la profundidad debido a que a mayor
profundidad aumenta la densidad y los materiales son más compactos.

Las ondas sísmicas se clasifican en ondas sísmicas internas y ondas sísmicas


externas según se desplacen en el interior de la Tierra o en la superficie de la
misma. En esta sección nos ocuparemos solamente de las ondas internas, cuyo
estudio permitió conocer la estructura interna del planeta.

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Figura 1: Movimiento sísmico y propagación de ondas.

Ondas sísmicas internas: primarias (P) y secundarias (S)

Las ondas internas, en función de sus diferentes velocidades, se clasifican en ondas


primarias (P) y secundarias (S), siendo más veloces las primeras y por lo tanto, las
primeras en ser detectada en una estación sismográfica. Debido a la variación de
densidad en el interior de la Tierra, describen trayectorias curvas y en límites de
áreas con diferentes propiedades físicas son reflejadas y refractadas. A
continuación se presentan algunas características de cada tipo de onda.

Ondas primarias (P): son ondas longitudinales, las partículas de materia vibran
paralelamente a la dirección de propagación de la onda. El paso de la onda produce
expansiones y compresiones alternas, como las producidas al estirar un resorte y
soltarlo libremente (Figura 2). Son esencialmente ondas de presión o
compresionales (como las ondas de sonido). Se propagan en medios sólidos,
líquidos y gaseosos.

Ondas secundarias (S): son ondas transversales, también conocidas como ondas
de cizalla, las partículas de materia vibran perpendicularmente a la dirección de
propagación de la onda. El paso de la onda produce un cambio de forma sin
modificación del volumen, como el que se produce al sacudir un cordel estirado
(Figura 3). No se transmiten en medios líquidos o gaseosos, puestos que éstos, a
diferencia de los sólidos, no responden elásticamente a cambios de forma.

Sismógrafos y sismogramas

A partir del comportamiento y estudio de las ondas sísmicas internas, los


científicos (geofísicos y sismólogos) reconstruyeron la estructura interna de
nuestro planeta. Para la cual se valieron de sismogramas, que son los registros
obtenidos en una amplia red de distribución de estaciones sismológicas en todo el
mundo (Figura 4). El aparato que las detecta se denomina sismógrafo.

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Figura 2: Ondas longitudinales.

Figura 3: Ondas transversales.

Figura 4: Sismograma, donde se aprecia la diferencia de tiempo entre una onda y otra.

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DISCONTINUIDADES SÍSMICAS

Durante el siglo XIX se fueron compilando y analizando los datos sismológicos recogidos en
todo el mundo y se definieron los límites de las capas internas. Los sismólogos observaron que
a determinadas profundidades se producían cambios bruscos en el comportamiento de las
ondas sísmicas tanto en velocidad como en su trayectoria (Figura 5), a los que denominaron
discontinuidades sísmicas.

Por lo tanto, una discontinuidad sísmica es un cambio brusco en la velocidad de propagación


de una onda en respuesta a un cambio en la naturaleza del medio por el cual viajan. Las
regiones en el interior del planeta en las cuales se producen estos cambios definen los límites
entre capas.

Se reconocen dos discontinuidades principales, la discontinuidad de Mohorovicic, ubicada a


una profundidad media de 30-35 km y la discontinuidad de Gütenberg a los 2900 km, que
definen respectivamente los límites entre corteza-manto y manto-núcleo. Reciben el nombre
de los científicos que las estudiaron por primera vez.

Existen otras discontinuidades, de menor intensidad, que definen las subdivisiones de las
capas principales: la discontinuidad de Conrad, ubicada a una profundidad media de 15 km,
separa la corteza continental de la oceánica; la discontinuidad de Rapetti que se detecta a
profundidades variables de entre 700 a 900 km y separa el manto superior del manto inferior;
y la discontinuidad de Wiechert-Lehmann ubicada a unos 5150 km que separa el núcleo
externo del núcleo interno.

La información en cuanto a las profundidades medias se está ajustando permanentemente en


función de la mayor disponibilidad de datos y de la mayor sensibilidad de los instrumentos de
detección.

Figura 5: Variación de la velocidad de las ondas según profundidad.

Bibliografía consultada:
Tarbuck, E y Lutgens, F (2005). Ciencias de la Tierra. Madrid: Pearson Educación S. A.
Tarradelas, E. y Escasany, M. (s.f.) Geología. Barcelona: Santillana

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