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Primera aproximación.
1. Fuentes.
Las referencias que inspirarán la construcción de los personajes y las
atmósferas textuales y escénicas son variadas. Por un lado, las novelas
picarescas y sus protagonistas inteligentes y supervivientes, siempre en
contacto rentable con el superior, personas bufonas, traviesas y descaradas.
Por otro lado, la figura del bufón que, por casi esclavismo, se aproxima
peligrosamente y en extremo al poder autoritario, para cumplir una función de
alivio de los roles. Con su humor ramplón en apariencia, pero inteligente en la
pertinencia, se permite decir lo que otros no pueden a ese poderoso. Son seres
socialmente poco valorados, feos e incluso deformes, que no son vistos como
riesgo por ese poder.
Algunas de las características de los bufones en general que ya he expuesto
dibujan la historia y suerte del que nos ocupa. El bufón en nuestra propuesta de
adaptación ha nacido, como tal, del abandono y de la suerte del oficio, que lo
restaura como persona; pero da un salto en dignidad. Aunque no reciba el
respeto de sus desemejantes, no sufre por ello. Es ahora un ser, en su sueño,
superior a las situaciones, con poder. Es el observador superior, un narrador
aséptico, un guardián de la suerte de los humanos observados, un guía y un
creador de collages. La realidad es algo material, las vidas, los acontecimientos
de quienes observa son materias primas para este organizador del mundo y
desvelador de sus mecanismos, narrador y creador, demiurgo que nos conduce
por la fábula.
La figura de referencia tomada para dibujar a nuestro Feste es la del conductor
del cabaré, organiza y presenta los diferentes números. Es, también analista,
divulgador, atrevido hasta el extremo en sus críticas. Como en la película de
Cabaret el presentador que arriesga en un mundo peligroso, pero que se siente
grande cuando observa y recorre las vidas normales y anodinas.
2. Cuadros o escenas seleccionadas.
En esta adaptación, la estructura de las escenas se ha desmenuzado para
reconstruirlas desde la voz de nuestro Protagonista, el narrador omnipotente.
7. Hipótesis de partida.
a. Personaje
b. Tesis
c. Ambiente
d. Atmósfera
Con un trapo quita el polvo de estas estatuas, las admira e, incluso corrige posiciones de
brazos, cabeza, piernas o troncos. Los deja satisfecho, se dirige a otro grupo y hace lo mismo.
Cuando acaba con todos, vuelve al centro.
Única luz intensa y concentrada sobre él. Levanta su linterna como antorcha olímpica o de
famosa estatua.
Mi nombre…, servidor de ustedes, como desee llamarme vuestro juicio; ya que no recuerdo
cuándo me llamaron por el mío, ¡qué lejana la escasa niñez, la vida sin vida con mis pobres
padres!
Como a cada cual en este mundo se le da función y utilidad, a mí se me dio pronto por mis
dotes tempranas y las ganas de no penar más de mis padres. Que penaban por sustento y por
la intranquilidad que les daba. Pobre niño revoltoso, gracioso, avispado, inquisidor, lenguaraz e
inteligente que incomoda a los humildes y agrada a los pudientes. Esos grandes hombres y
mujeres que se sienten superiores por la cuna donde mamaron abundante leche de nodrizas.
Yo, llamado Bufón por muchos de ellos, soy más feliz y rico. Nadie codicia de mí, pues creen
que no tengo nada. Y así ando despreocupado de embaucadores y bromistas, pues poco
tienen que hacer. Nada tengo más que el saber, el conocimiento que mi lucidez libre alimenta
sin sospechas.
Conozco sus vidas y sus enredos desde esta posición elevada. Y aunque deba, muchas veces,
servir a sus deseos de diversión agachando la cerviz, yo sigo observando desde arriba con mi
mente voladora.
[…]
Escaleta:
Recorrerá las distintas escenas, imprimiéndolas vida y luz, participará de ellas y saldrá cuando
desee con la naturalidad que le da su superioridad de observador desde lo alto.
Alzado:
3ª:
4ª:
Lavanda 136
Ámbar
Luces de emergencia
Luz de luna.